Capítulo 21 : Una Noche de Revelaciones

Una Noche de Revelaciones

La luz de la luna se filtraba a través de las cortinas, creando un suave juego de sombras en la habitación. Lucas miró a Valentina, sus ojos reflejando una mezcla de sorpresa y vulnerabilidad, como si cada palabra que pudiera pronunciar fuera un delicado cristal al borde de romperse. "¿Amas al chico que eras o al artista que soy ahora?", preguntó, su voz quebrándose como si cada sílaba llevara el peso de su alma.

Valentina lo observó, sintiendo cómo esa pregunta le atravesaba el corazón. Se acercó un poco más, sus manos temblando levemente mientras acariciaba su mejilla. "Te amo a ti, Lucas", respondió con sinceridad, sus ojos brillando con una intensidad que parecía iluminar la oscuridad que los rodeaba. "No importa cómo te veas o qué hayas hecho; siempre serás tú".

Él cerró los ojos por un momento, luchando contra las emociones que amenazaban con desbordarse. El aire entre ellos se volvió denso, cargado de una tensión palpable, como si el universo entero estuviera conteniendo la respiración. Valentina podía sentir el latido acelerado de su corazón y, por un instante, todo lo demás se desvaneció.

"Pero...", comenzó Lucas, su voz apenas un susurro. "He cambiado tanto. A veces me pregunto si aún reconozco al chico que solía ser". Sus palabras flotaban en el aire, llenas de dudas y anhelos.

Valentina dio un paso más cerca, su aliento cálido envolviendo a Lucas como una suave brisa nocturna. "Lucas", dijo, su voz firme pero dulce, "cada cambio que has experimentado ha sido parte de tu viaje. No eres menos tú por ello. Eres un mosaico de experiencias; cada fragmento te ha hecho más hermoso".

Él la miró fijamente, sus ojos buscando respuestas en el profundo océano de los de ella. "¿Y si te decepciono? ¿Y si no soy lo que esperabas?", preguntó, su voz temblando como una hoja en otoño.

"¿De verdad crees que podría decepcionarme?", replicó Valentina, esbozando una sonrisa suave, casi provocativa. "He visto tus luces y tus sombras, y me he enamorado de cada una de ellas. No busco la perfección; busco autenticidad".

Con esas palabras flotando en el aire, Lucas sintió cómo las barreras que había levantado comenzaban a desmoronarse. La vulnerabilidad en su corazón se transformó en una oleada de liberación. Sin poder contenerse más, rompió a llorar, las lágrimas fluyendo como ríos desbordados.

Valentina lo abrazó con fuerza, rodeándolo con sus brazos en un gesto protector y cálido. "Llora todo lo que necesites", susurró al oído de Lucas, su voz un bálsamo para su dolor acumulado. En ese abrazo compartido, ambos supieron que estaban dando un paso hacia la sanación.

La fragancia de su piel se mezclaba con el aire fresco de la noche, creando una atmósfera casi mágica. Lucas sintió cómo las lágrimas se deslizaban por su rostro, llevándose consigo el peso de la culpa y la confusión. "No sé qué haría sin ti", murmuró entre sollozos.

"Siempre estaré aquí", respondió Valentina suavemente, separándose un poco para mirarlo a los ojos. "No tienes que llevar este peso solo". Sus dedos acariciaron su rostro con ternura, limpiando las lágrimas que aún resbalaban por sus mejillas.

"Valentina...", comenzó él, su voz llena de emoción. "Eres mi ancla en este mar tempestuoso".

Ella sonrió, su mirada profunda y penetrante. "Y tú eres mi tormenta y mi calma", respondió con un destello de complicidad en sus ojos. El ambiente se tornó más íntimo; cada palabra parecía vibrar en el aire cargado de electricidad.

Lucas se inclinó hacia ella, sintiendo cómo el deseo y la necesidad se entrelazaban con la vulnerabilidad recién descubierta. "¿Puedo...?", preguntó casi en un susurro, buscando su permiso.

"Siempre", contestó Valentina, su voz suave como terciopelo.
Sus labios se encontraron en un beso tierno pero lleno de promesas. Era como si el tiempo se detuviera; cada caricia era un pacto silencioso entre dos almas que habían encontrado su camino de regreso la una a la otra. La sensualidad del momento se expandía a su alrededor, envolviéndolos en un halo de intimidad.

Lucas profundizó el beso, sintiendo cómo el mundo exterior desaparecía a medida que se sumergía en ese instante perfecto. Valentina respondió con la misma intensidad, sus manos explorando su cabello mientras él la atraía más cerca.

Ambos sabían que esa noche no solo era una revelación de sus sentimientos; era una celebración de todo lo que habían superado juntos. La conexión entre ellos era palpable, como un hilo dorado que los unía más allá de las palabras.

Cuando finalmente se separaron, ambos respiraban con dificultad, sus frentes apoyadas una contra la otra. "No tengo todas las respuestas", admitió Lucas, su voz aún temblorosa pero llena de determinación.

"Y no necesitas tenerlas", replicó Valentina con una sonrisa cómplice. "Lo único que necesitamos es estar juntos en este viaje".

Lucas asintió lentamente, sintiendo una paz interior que nunca había experimentado antes. "Entonces tomemos este camino juntos", dijo con firmeza.

"Siempre", respondió Valentina, sus ojos brillando con la promesa de nuevas aventuras.

Y así, bajo la luz tenue de la luna y envueltos en la calidez del abrazo del otro, comenzaron a escribir un nuevo capítulo en su historia; uno lleno de amor, sanación y la certeza de que juntos podían enfrentar cualquier tormenta que la vida les presentara.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top