Capítulo 2 : Caminos entrelazados

« La pintura es un misterio que se resuelve en el instante en que se observa »
Salvador Dalí

Caminos entrelazados

Mientras los estudiantes salían del aula de expresión corporal, la risa y las conversaciones animadas llenaban el pasillo de la Academia de Arte. Lucas y Valentina caminaron juntos, el bullicio a su alrededor se desvanecía mientras se sumergían en su propio mundo.

-¿Tienes planes para esta noche? -preguntó Valentina, sus ojos brillando con curiosidad.

Lucas se detuvo un momento, sorprendido por la pregunta. En su mente, solo había pensado en cómo pasar más tiempo con ella.

-No, en realidad no -respondió, sintiendo que la oportunidad se abría ante él-. ¿Tú?

-Podría estar libre para una pequeña aventura -dijo ella, sonriendo con picardía-. ¿Te gustaría explorar el campus?

Lucas sintió que su corazón daba un salto. La idea de pasar más tiempo con Valentina lo emocionaba.

-Me encantaría -contestó, tratando de sonar casual mientras su mente corría con posibilidades.

Mientras tanto, Mateo y Sofía caminaban un poco más atrás, intercambiando miradas furtivas. Sofía había logrado captar la atención de Mateo de una manera que ninguna otra chica había hecho antes.

-Oye, ¿quieres ir a la cafetería a tomar algo? -sugirió Sofía, jugueteando con el borde de su camiseta.

Mateo asintió, sintiendo que cada vez que estaba cerca de ella, el tiempo se detenía.

-Claro, suena bien -respondió él, sintiendo que la tensión entre ellos crecía.

A medida que avanzaban por el pasillo, el grupo se fue dispersando. Algunos chicos se unieron a la conversación con las chicas, mientras otros se aventuraban en diferentes direcciones. Clara, que había salido detrás de ellos, observaba con satisfacción cómo sus estudiantes comenzaban a formar conexiones más allá del aula.

Los pasillos de la academia estaban decorados con obras de arte vibrantes y coloridas, lo que creaba un ambiente inspirador. Lucas y Valentina se detuvieron frente a una pintura abstracta que capturó su atención.

-Es hermosa -dijo Valentina, inclinándose para examinarla más de cerca-. Me encanta cómo transmite emociones sin necesidad de palabras.

Lucas la observó mientras hablaba, fascinado por su pasión por el arte.

-Sí, es como si cada trazo contara una historia -respondió él, sintiendo que las palabras fluían más fácil cuando estaba con ella.

En ese momento, Mateo y Sofía se acercaron a ellos.

-¿Qué les parece esta obra? -preguntó Mateo, intentando unirse a la conversación.

Valentina sonrió al verlos.

-Es impresionante. ¿No creen que el arte puede ser una forma de seducción también? -dijo ella, lanzando una mirada significativa hacia Lucas.

Mateo soltó una risa nerviosa mientras Sofía lo miraba con complicidad.

-Definitivamente -respondió él-. A veces, una buena obra puede capturar tu atención de inmediato.

Sofía se acercó a Mateo y le dio un ligero empujón en el hombro.

-Como tú hiciste conmigo -bromeó ella, provocando risas entre el grupo.

El ambiente era ligero y divertido mientras continuaban su camino hacia la cafetería. Las conversaciones fluían con naturalidad, y las miradas furtivas entre Lucas y Valentina se volvían cada vez más frecuentes.

Al llegar a la cafetería, el aroma del café recién hecho y los pasteles recién horneados los envolvió. Se acomodaron en una mesa al aire libre, disfrutando del clima cálido y del murmullo de otros estudiantes a su alrededor.

-Entonces, ¿qué tipo de arte te gusta más? -preguntó Lucas a Valentina mientras servía café para ambos.

-Me encanta la pintura y la escultura, pero también tengo una debilidad por la fotografía -respondió ella, su voz llena de entusiasmo-. Creo que captura momentos fugaces de una manera única.

Mateo y Sofía estaban sentados al lado, compartiendo una porción de pastel.

-¿Y tú? -preguntó Sofía a Mateo-. ¿Qué tipo de arte te inspira?

Mateo pensó un momento antes de responder.

-Me gusta todo tipo de arte, pero creo que la música es mi verdadera pasión -dijo él-. Cada nota cuenta una historia.

La conversación fluyó entre risas y anécdotas sobre sus experiencias artísticas. Lucas y Valentina intercambiaron historias sobre sus sueños y aspiraciones mientras Mateo y Sofía se sumergían en un debate amistoso sobre qué tipo de música era mejor.

Después de un rato, Lucas decidió dar un paso más allá en su conexión con Valentina.

-Oye, ¿te gustaría ir a ver una exposición de fotografía este fin de semana? -preguntó con nerviosismo.

Valentina lo miró sorprendida pero sonrió ampliamente.

-Me encantaría -respondió ella-. Será genial compartir eso contigo.

Mientras tanto, Mateo tomó valor y se volvió hacia Sofía.

-¿Te gustaría acompañarme a un concierto este viernes? -preguntó él, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza.

Sofía lo miró fijamente antes de sonreír ampliamente.

-¡Claro! Me encantaría ir contigo -dijo ella, sintiendo que algo especial estaba comenzando a florecer entre ellos también.

Con sus planes establecidos y el aire lleno de promesas, los cuatro chicos y chicas terminaron sus bebidas y se levantaron para continuar explorando el campus juntos. La conexión que habían formado en el aula de expresión corporal estaba empezando a transformarse en algo más profundo; cada risa compartida y cada mirada cómplice tejían un hilo invisible entre ellos.

Mientras caminaban juntos hacia sus cuartos, Lucas no pudo evitar sentir que este era solo el comienzo de una aventura llena de creatividad, amistad y quizás un poco de amor. Las luces del campus empezaron a brillar suavemente al caer la tarde, reflejando la chispa que comenzaba a encenderse en sus corazones.


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Rafael Aballe López

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