Capítulo FINAL.- CUANDO, DONDE Y COMO EL AMOR QUIERA
Avanzamos de nuevo pero ahora diez años...
Familia Chou Minatozaki.
Tzuyu y Sana: 55 años
Yoon Ah y Yuri: 40
Hye-won y Minju: 30
Sakura: 28
Dahyun: 24
Eunchae: 14 años y 9 meses
Anna: 12 años
Familia Hirai Park.
Momo y Jihyo: 55
Yunjin: 31
Ji-woo: 28
Changbin: 22
Heejin: 13
Diez años después en la casa Chou Minatozaki - Día del aniversario de los 30 años de matrimonio de Sana y Tzuyu.
Yoon Ah entraba a la casa de sus madres como si nada, fue directo a la sala y se sentó en el sillón. Se cruzó de brazos y miró directo al televisor de la sala que estaba apagado. Tenía el ceño fruncido y los ojos rojos de haber llorado. De vez en cuando resoplaba para ver si mágicamente una de sus madres aparecía a ver que le pasaba, pero la casa parecía deshabitada
— ¡PUM! —Un portazo en la puerta alertó a Yoon Ah que se quedó esperando a ver quién lo había provocado. Segundos después Sakura caminaba toda enojada entrando en la sala y adoptando la misma posición en el sillón de brazos cruzados que su hermana. El lechucín miró fijo a la televisión también.
— ¿Están? —Preguntó al vació.
— No lo sé —Contestó de mal humor el cangurin.
— ¡PUM! —Otro portazo y otra rubia que entraba a la sala de la misma manera. Hye-won se sentó al lado de Sakura, también cruzó los brazos y también miró fijo para adelante. Al igual que Yoon Ah venía con el ceño fruncido y con los ojos colorados.
— ¿Están? —Preguntó al vacío.
— No lo sabemos —contestaron a dúo las otras dos.
— ¡PUM! —tercer portazo y cuarta mini Sana ya no tan mini, que aparecía en la sala y hacia exactamente lo mismo que hicieron las anteriores.
— ¿Están? —Repitió Minju.
— No lo sabemos —repitieron las otras tres. Hasta ahora eran cuatro hermanas mirando a un punto fijo en la sala, con la característica de que parecían enojadas o molestas por algo.
— ¡PUM! —¿Será la Chou Minatozaki que faltaba? Y si, como era de esperarse, Yuna entraba a la sala, ponía su trasero en el sillón haciendo que sus hermanas se tuvieran que apretar para que entrara. La más pequeña se cruzó de brazos, murmuró algo por lo bajo y miró al mismo punto donde miraban las otras.
— ¿Es...? —Iba a preguntar.
— NO LO SABEMOS —contestaron todas irritadas.
Hubo un silencio que duró aproximadamente lo que Sakura tardó en hablar.
— Odio a mi esposo —dijo— Se cree con el derecho de decirme que gasto demasiada plata en ropa... ¿Saben lo que me dijo? —Sus hermanas la escuchaban, pero seguían en la misma posición— Me dijo que me pusiera el vestido verde con las botas negras, que quedaban bien... CON BOTAS NEGRAS... ¿Se imaginan que diría la prensa si ve a la ganadora de dos premios Tony con un vestido verde y botas negras... ¿SE IMAGINAN? Mami me decía que no me casara con alguien a quien le decían Jinnie, pero yo ¿Qué tuve que hacer? Ir y casarme con alguien llamado Jinnie... SOY UNA CABEZA DURA —Expresó.
— Eso no lo vamos a discutir —peleo Minju.
— Mami Tzu nunca le dijo que no a Mamá, lo que mamá quería Mami se lo daba, ¿Se acuerdan la vez que a mamá no le gustaba el color que había puesto la diseñadora en la cocina? —Les preguntó a sus hermanas.
— Para no acordarse, mami Tzu se pasó toda la noche pintándolo del color que realmente quería mamá —contó Dahyun haciendo que todas se acordaran de la lucha de pintura que se armó entre madre e hijas esa noche.
— Odio a mi esposo —Esta vez el odio venía de Yoon Ah— No entiende que no quiero más hijos, que con Eunchae, Anna y Alice ya tenemos suficiente. No pienso pasar por un parto más... Ni siquiera sé cómo hizo mamá para sobrevivir a cuatro partos —Agitaba sus brazos— Pero claro, lo que Jake quiere, Jake tiene... ¡es un caprichoso! Esta vez no voy a dar mi brazo a torcer.
— En realidad es lo que Yoon Ah quiere, Yoon Ah tiene. Tú eres la caprichosa —Sakura recibía una mirada asesina.
— ¿Se acuerdan cuando mamá nos contó que mami Tzu después de cada parto tenía que dormir una semana en el sillón como castigo de haberla hecho pasar por eso? —Todas rieron ante la anécdota que refrescaba Sakura— ¿Qué número de sillón es este? —preguntó el lechucín mirando el sillón donde estaban sentadas.
— El noveno creo yo —contestó Yoon Ah— Mamá le compró uno más grande porque cuando esta de penitencia y tienen a las niñas —hablaba por las hijas de ellas— son nueve personas en un sillón cama —Las tres de Yoon Ah. Sophie y Jenny, las mellizas de cinco años de Hye-won. Violet y Juliet, las mellizas de tres años de Minju. Charlotte y Heejin las nenas de dos y cinco meses de Sakura respectivamente.
— Odio a mi esposa —Obviamente la que se quejaba era Hye-won— Si yo le quiero dar helado a mis mellizas porque se me da la gana de darles helado, se los doy... ¿a caso le tengo que pedir permiso a su otra madre? Son mis hijas también ¿o no? ¡Yo las sufrí nueve meses en mi panza!... Pero claro, según la señora yo no sé decirles que no...
— En eso tiene razón Hye-won —saltó su melliza— No sabes decirles que no —sus hermanas asintieron.
— Mami Tzu siempre nos daba lo que queríamos —Se defendió Hye-won— Y hemos salido bastante bien —agregó.
Todas se rieron— Ryujin... —Habló Yoon Ah— Mami Tzu creía que nos daba todo lo que queríamos... hasta que Mamá levantaba su ceja... allí se acaba el capricho —todas estuvieron acuerdo.
— Odio a mi esposo —Era el turno de Minju— ¿Es mi culpa acaso que los otros doctores me consideren atractiva? ¿Es mi culpa que los años de porristas me hayan dejado este escultural cuerpo? —un poco de humildad para el momento.
— Gracias a Dios por las porristas — dijeron todas las demás a unísono.
— Entonces ¿por qué demonios tengo que aguantarme las escenas de celos de mi esposo? Yo no le dije al jefe de cirugía que me regalara unas rosas por la promoción... lo hizo el solo... Pero noooo Minho se volvió loco e hizo un terrible problema, cansada me tiene con sus celos... cansada —agregó.
— ¿El jefe de cirugía está bueno? —le preguntó Dahyun.
— Está para entrarle sin aviso —le contestó Minju.
— Luego te preguntas por los celos de tu chico —Agregó Hye-won.
— ¿Se acuerdan cuando Mamá agarró la tarta que le había traído la vecina a mami Tzu y se la estampó en la cara sin dudarlo? —todas se rieron a carcajadas— Nunca más la vimos —comentó.
— ¿Y la otra vecina que corría atrás de mami por las mañanas? —Sakura sumaba un recuerdo.
— Yo creo que se les fueron las ganas de correr cuando Mamá la tacleo en medio de la cuadra y le dijo que la única que corre detrás de su esposa era ella —contó Hye-won.
— Odio a mi futuro esposo —la última que faltaba— Vamos a ver el lugar para celebrar la ceremonia y el dueño de lugar se me tiró no sé cuántas veces —contó— Vamos a ver al que se va a encargar de las bebidas y el tipo se me tiró no sé cuántas veces. Vamos a ver...
— Ya entendimos Dahyun —La frenaron porque sabía que la cantidad de candidatos que tenía su hermana era ilimitada.
— Bueno, pero parece que Changbin no lo entendiera todavía, él sabe que no soy mujer de un solo hombre... bueno es decir si soy de un solo hombre, me voy a casar con él, lo que quiero decir es que no puedo evitar tener esos efectos en ellos —Explicó algo que sus hermanas ya sabían— Esta bien, lo admito. Moví las cejas varias veces, pero es que un descuentito no me iba a venir mal —La verdad salía a la luz.
— Pobre Changbin —todas sus hermanas le daban el pésame al chico.
Nuevamente el silencio llegaba a la sala. Todas suspiraban al mismo tiempo y seguían mirando fijo al televisor.
— ¿Por qué es tan difícil? —preguntó Hye-won.
— Mamá y mami lo hacen ver tan fácil —agregó otra de ellas.
— ¿Cómo han hecho para durar 35 años juntas y 30 de casadas? —Yoon Ah se cuestionaba.
Ninguna de ellas pudo seguir hablando porque varios gritos de su rubia madre las despabilaron.
— NO TZUYU... JAJAJA.... NO... PARA.... ¡QUE PARES TE DIGO! —luego de eso escucharon un portazo seguido de otro.
— PERO AMOORRRR DIJISTE QUE LO IBAMOS A HACER LA CANTIDAD DE VECES DE NUESTRO ANIVERSARIO —Se quejó la morena haciendo que sus hijas se miraran.
— Les juro que ya no me hace falta taparme los oídos —dijo Sakura resignada.
— LLEVAMOS 22 TZUYU... ME TIEMBLAN LAS PIERNAS... NO DOY MAS —Contestó Sana.
— Yo si necesito —Hye-won se tapó los oídos.
Lo próximo que escucharon fue otro portazo y alguien que bajaba corriendo las escaleras.
Sana entraba a la sala en ropa interior e iba siendo perseguida por su mujer que también estaba semi desnuda. Las jóvenes giraron los ojos— Que pares te digo —La rubia corrió entre los muebles.
— Me lo prometiste —Le recordó la morena.
— Ya lo sé, pero no puedo más —Se defendió Sana. Ninguna se daba cuenta de la presencia de sus hijas en el sillón.
— Si puedes correr huyendo de mí, puedes hacer el amor otra vez —dijo la basquetbolista.
— ¿En serio mami? ¿En serio? —Se quejó Minju pero la pareja no le prestó atención.
Tzuyu amagó para ir por un lado y se fue por el otro, Sana fue hasta la mesita de la sala, en frente del sillón donde estaban sentadas sus hijas y la morena aprovechó para treparse al sillón y pasar por encima de sus hijas para agarrar a la rubia.
— ¡MAMI! —Se quejaron las que habían sido pisadas.
De nuevo Tzuyu hizo caso omiso a las protestas y recostó a Sana arriba de la mesita para luego subirse sobre ella y comerle la boca de un beso.
— Chewy... amor... las niñas... —Si se habían dado cuenta
— Shhh —la silenció con otro beso— Si las ignoramos se van a ir solitas —Le dijo haciendo que sus hijas giraran los ojos.
— No nos vamos a ir pedazo de mormonal —protestó Sakura.
Tzuyu subió la mano para tocar uno de los pechos de Sana.
— Yo creo que si me voy —Hye-won era todo lo que podía aguantar— Tu no te vas —la frenó Dahyun— Mami está tocando a Spongi... no es nada nuevo...
— TZUYU —Sana frenó a su mujer.
— ¡NIÑAS! ESTOY TRATANDO DE TENER SEXO CON SU MADRE —les comunicó Tzuyu mientras Sana salía corriendo a su cuarto para buscar algo con que taparse.
— NOSOTRAS TENEMOS PROBLEMAS —protestó Sakura dramáticamente.
— ¿Qué les pasó? —Sana volvía vestida y con una muda de ropa para su mujer.
— ¿LES PASÓ ALGO A LAS NIÑAS? —Tzuyu se desesperó por sus nietas.
— Tus preferidas están bien —aclaró la aún celosa Dahyun.
— Oooo pobre Dahyun - la cargaron sus hermana— Aun no aceptan que la hayan sacado del club de las geniales —Dahyun se volvió a cruzar de brazos.
— Lo siento lobito, pero cuando retaste a Chae por comer demasiado chocolate perdiste tu genialidad —le dijo Tzuyu— Era mi obligación moral como presidente de echarte —le explicó.
— ¿Me van a contar que pasa o no? —Sana no quería otra discusión sobre ese club de morondanga del cual ella no era partícipe.
— ODIAMOS A NUESTROS ESPOSOS —contestaron.
— Y ESPOSA —agregó Hye-won.
— Y FUTURO ESPOSO —se sumó Dahyun
Sana y Tzuyu se miraron y se largaron a reír a más no poder.
— No es gracioso —Se quejó Yoon Ah.
— Niñas... niñas... —dijo Sana como pudo— a lo largo de toda la vida van a odiar a sus esposos, esposa y futuro esposo muchas veces —Explicó.
— Muchísimas —comentó la morena.
— Cada vez que alguna tipeja se le regalaba a su madre, yo odiaba a Tzuyu —dijo.
— Cada vez que su madre le movía la cola a algún tipo para provocarme celos, odiaba a su madre —contó la morena.
— Es así... la pareja es un odio constante —comentó Sana— Pero lo bueno es que no es odio del malo —aclaró— es odio del que provoca más amor aun...
— Odio del que provoca arrancarle la ropa y hacerle el amor una y otra vez...
— ¡TZUYU! ¡MAMI! —la retaron
— ¿Qué? A esta altura...
— El caso es que sea lo que sea... si es odio del que hace que los amemos aún más, es bueno. Y hay que luchar para transformarlo en amor lo más rápido posible ¿Entienden? —miró a sus hijas.
Las jóvenes se miraron entre ellas y sonrieron— ¡FELIZ ANIVERSARIO PAR DE MORMONALES! —Sakura se levantó del sillón y corrió a abrazar a sus madres.
Una por una de sus hijas se fue sumando al abrazo.
— ¿Alguien más piensa que huelen a sexo? —preguntó Dahyun.
— YOOOO —Contestaron a unísono a medida que rompían el abrazo.
— Mejor me voy a bañar antes de que lleguen los invitados —había celebración intima en la casa. Sana salió de la vista meneando sus caderas y con los ojos de Tzuyu clavados en ella.
— ¿Vas a ir por la 23? —preguntó Sakura.
— ¿Les queda alguna duda? —preguntó la morena saliendo detrás de su esposa.
— ¡Dios! Menos mal que ninguna de ellas tiene un miembro porque si no seriamos una conejera —comentó Sakura con el apoyo de sus hermanas.
Más tarde en el festejo.
— No puedo creer que nos hayan interrumpido para ahora estar acurrucadas todas con sus parejas —Tzuyu y Sana miraban como cada una de sus hijas hacían lo aconsejado con sus respectivas parejas— ¡míralas! ¡Mormonales! —chillaba Tzuyu— ¡CHANGBIN! —retó al chico— SACA LA MANO DEL TRASERO DE MI HIJA —La cosa no había cambiado mucho al parecer— Sana ¿Dónde está mi bate? —le preguntó a su mujer.
— Deja el griterío bomboncito —Momo se acercaba con Mark, el hijo de tres años de Ji-woo. aparte de Heejin este era el único nieto que tenían las Mohyo— Mi hijo ya puso el anillo, tiene derecho de tocar todo lo que quiera —comentó la abogada.
— Hasta que no diga si quiero, ese traserito sigue siendo de sus madres —protestó Tzuyu.
— Mami... —Sakura llegaba con Charlotte en sus brazos que sin esperar se trepó a los brazos de su morena abuela— ¿Puedes ir a ver qué le pasa a Eloise? Ya no sé como hacer para que deje de llorar —agregó.
Tzuyu se fue rápido a ver a su nieta. Y Mark se bajó de su abuela para perseguirla.
— ¡MOMORING! —Jihyo aparecía en la escena— ¿ya les preguntaste? —algo tenía que hacer Momo.
— No sé cómo decirles ya no les voy a prestar a Tzuyu para sus noches de sexo...
— Cierra la boca rubia hueca —La calmó Momo— Lo que queríamos preguntarles es si quieren hacer el viaje a Londres con nosotras —explicó.
— Pero ustedes llevan ese viaje planeado hace meses —dijo Sana.
— Lo sabemos —La calmó Jihyo— Pero pensamos que dé a cuatro nos vamos a divertir más. Las niñas ya son grandes y sería una linda manera de festejar nuestra amistad —dijo la bailarina.
Sana las miró muy seriamente— ¡Me encantaría! —Las abrazó.
— Además tal vez embriagándote consigamos que nos dejes tocar al bomboncito...
— ¡MOMO! —Sana la retó.
— Es broma rubia, es broma —La calmó su amiga.
— BUENO... —Tzuyu llamaba la atención de los presentes. La basquetbolista tenía a su lado a su nieta mayor, Chae, que llevaba alzada en sus brazos a Eloise, y de la mano derecha de la morena salía un largo tren con 9 niños— NOSOTROS NOS VAMOS AL PARQUE UN RATO... NIÑAS Y NIÑOS DIGAN ADIOS —incitó Tzuyu.
— ¡ADIOOOOS! —dijo todo el clan.
— ¡UN CEMENTO! —fueron tantas las voces que no se distinguió quien los había frenado.
— Ustedes no van a ningún parque —Dijo Sana.
— Ya sabemos cuáles son tus intenciones madre —Sakura no iba a permitir que su hija de pocos meses terminara en un lago.
— ¿Mis intenciones? —Tzuyu se hacia la tonta— Lo único que quiero es sacar un poco al sol a las niñas y niños.
— Entonces que tomen sol en el patio —dijo Hye-won.
— Pero el patio no tiene lago para embarrarse —Esta fue una de las hijas de las mellizas.
— Sophie eso tienes que tratar de no decirlo —le aclaró su abuela Tzu y la pequeña asintió tratando de memorizarlo.
— Tzuyu...
— Si lo sé, lo se... vamos a jugar al patio —no podía enfrentarse a la mirada asesina de todos los presentes. La morena salió al jardín con todos los pequeños.
— Kura —Desde la cocina Sana llamaba a su hija— ¿Puede alguien ir a decirle a Tzuyu y a los niños que entren así servimos? —pidió.
EL lechucín salió en busca de su madre mientras Sana y las más grandes ponían diferentes platos de comidas y bebidas en sy la sala.
— ¡NO ESTAAAAAAAAAAAN! ¡SE HAN ESCAPADO! —Sakura irrumpía a la sala como loca.
— ¿Qué dices? —Preguntó Momo.
— Que se han ido, no están en el patio y la puerta del garaje está abierta —Rata traicionera.
— ¡MI NIETO EN EL BARRO! —Chilló la mayor de las japonesas.
— MI HIJA TIENE MESES APENAS —esta fue Sakura.
— TODOS TRANQUILOS —los calmó Sana— Si se han ido caminando no pueden estar muy lejos —Razonó la fotógrafa— Agarren sus autos y nos vemos en el parque... hay que detener esta embarrada masiva cueste lo que cueste ¿de acuerdo? —preguntó.
— ¡SIIIIIIIIIII!¡TODOS CONTRA EL CLUB DE LAS GENIALES 2.0! —Ese grito de guerra dio inicio a la persecución.
En el parque.
Tzuyu, sus nietas y sus sobrinos nietos estaban todos a la orilla del lago agarrados de la mano. La morena tenía a Uchae, la menor de sus nietas en sus brazos.
— De acuerdo... a la cuenta de tres saltamos.... ¿Están listos? —les preguntó.
— siiii —fue débil.
— NO ESCUCHO... ¿ESTAN LISTOS? —repitió— ESTAMOS LISTOS —esta vez si llego un coro como respuesta.
— Abu... —Eunchae le señaló un lugar en el parque.
La morena giró su cabeza y vio como una horda encabezada por su mujer se acercaba hacia ellos corriendo a todo lo que da.
— ESCUCHEN —llamó la atención— TENEMOS QUE HACER ESTO RAPIDO... QUIEREN DETENERNOS, PERO NO VAN A PODER.... ¿QUE SOMOS? —preguntó.
— Geniales —contestaron los pequeños temerosos.
— PREGUNTE... ¿QUE SOMOS? —Insistió.
— ¡GENIALES!
— TZUYU NO TE ATREVAS —ese grito fue de Sana.
— JURO QUE VAS A DORMIR EN EL SILLON POR AÑOS BOMBONCITO —Momo corría a todo lo que da.
— A LA UNA... A LAS DOS... Y...
— NO LO HAGAS MAMI...
— A LAS TRES...
— NOOOOOOOOOOOOOOOOO —No habían llegado a tiempo para impedir que todos sus hijos, nietas y nietos cayeran en el barro.
— ¡GENIALES! ¡GENIALES! ¡GENIALES! —Se habían juntado en el medio del lago y tiraban barro para todos lados festejando su victoria— ¡GENIALES! ¡GENIALES! —seguían los canticos.
— ¿Por qué lloras Yoon Ah? —Le preguntaron sus hermanas.
— No lo puedo creer —dijo.
— Sabes cómo es mami, cuando se le mete algo a la cabeza...
— No si eso si lo puedo creer —La corrigió Yoon Ah— Lo que no puedo creer es que hace años yo disfrutaba embarrarme y ahora mírenme soy una vieja rezongona —dijo— ¿Saben una cosa? —Yoon Ah preguntaba mientras retrocedía tomando carrera— Nunca es tarde —el cangurin corrió hasta llegar al lago y pegar su salto para adentrarse a él.
— Qué carajo —Dahyun hizo exactamente lo mismo que su hermana mayor.
Uno por uno, novio, esposo, esposa, pareja se fueron tirándose al barro
— No lo puedo creer... ¿los viste Mom... —Momo paso corriendo a Sana hasta caer en el lago— ¡MOMO! —la retó.
— ¿tú no vienes cariño? —Tzuyu había llegado a la punta para molestar a su mujer.
— ¿Por qué lloras Yoon Ah? —Le preguntaron sus hermanas
— No lo puedo creer —dijo.
— Sabes cómo es mami, cuando se le mete algo a la cabeza...
— No si eso si lo puedo creer —La corrigió Yoon Ah— Lo que no puedo creer es que hace años yo disfrutaba embarrarme y ahora mírenme soy una vieja rezongona —dijo— ¿Saben una cosa? —Yoon Ah preguntaba mientras retrocedía tomando carrera— Nunca es tarde —el cangurin corrió hasta llegar al lago y pegar su salto para adentrarse a él.
— Qué carajo —Dahyun hizo exactamente lo mismo que su hermana mayor.
Uno por uno, novio, esposo, esposa, pareja se fueron tirándose al barro.
— Ni pienses que vas a entrar a mi casa así Chou Tzuyu —La retó.
— ¿Y cómo vas a hacer para entrar tú? —le preguntó acercándose más.
— Yo estoy perfecta —Sana le señaló su impecable estado.
— Por ahora... —La morena levantó su cuerpo para agarrar a su mujer y meterla con ella en el lago.
— ¡TZUYU!—Sana era una mugre— ¡TE ODIO! —Una vez más.
— Lo se... me odias tipo te odio y te quiero arrancar toda la ropa y hacerte el amor —sonrió pícara mientras se acercaba para abrazar por la cintura a su mujer
— No se —quejó Sana— De verdad te odio —Le aseguró.
— ¿Me odias? —Tzuyu besó su cuello.
— Si —Repitió.
— ¿Mucho? —otro beso y seguía subiendo.
— Un poquito —iba aflojando.
Sana agitó la cabeza— Te amo... te amo Chou Tzuyu... y de solo mirar lo que hemos hecho —Señaló la guerra en el barro que se estaba llevando acabo entre su familia— Te amo más —Le aseguró Sana— Doy gracias a Dios por ponerte en mi vida —Le dijo apretando sus labios en los de su esposa.
— Te amo Minatozaki Sana. Te amo cada día más y cada día agradezco que estés a mi lado. Agradezco haberme mudado a New York y haberme chocado con la rubia más egocéntrica de todo el planeta, porque sin ti, no hubiera conocido la felicidad —le dijo volviendo a buscar un beso.
— Te amo.... —repitió Sana— En esta y...
— En otras vidas —Repitieron las dos en conjunto.
— TE AMO EN ESTA Y EN LAS OTRAS VIDAS —Dijeron ambas al unisono
-FIN-
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