Capítulo 87.- La burbuja de amor

Edades de los personajes.

Familia Chou Minatozaki.

Tzuyu y Sana: 45 años

Yoon Ah y Yuri: 30

Hye-won y Minju: 20

Sakura: 18

Dahyun: 14

Eunchae: 4 años y 9 meses

Familia Hirai Park.

Momo y Jihyo: 45

Yunjin: 21

Ji-woo: 18

Changbin: 12

Cuatro años después - Casa Chou Minatozaki.

— ¿No crees que compraste demasiado alcohol Momo? —Sana bajaba del auto una de las seis cajas llenas de bebidas varias, Tequila, vodka, Ron, etc. Momo no había escatimado en variedad.

— Sana tiene razón Momoring —Jihyo bajaba otra de las cajas— Se te fue la mano —agregó la bailarina mirando a su esposa que tenía consigo varias bolsas de comestibles.

— Primero —Momo miró a Jihyo— que tú nunca te has quejado de que se me fuera la mano —le guiño un ojo al mismo tiempo que Sana giraba los dos suyos.

— Y segundo... ¿Ustedes han visto como beben esos buitres que llamamos hijas? —les preguntó— ¡POR DIOS! Las vacaciones pasadas no alcanzaba a llenarme un vaso que las condenadas me absorbían solo con la mirada... Y No me hagan empezar a hablar de las parejas de los buitres. Este año no me va a pasar lo mismo, les voy a dejar una caja para que se entretengan y las otras las voy a guardar bajo llave en la bodega de la casa de campo de los padres del bomboncito —explicó.

— En serio —Seguía la abogada sentada en el umbral de la casa mientras las dos rubias seguían descargando— Una piensa que cuando los hijos crecen, se van a estudiar por algún lado, consiguen pareja y chau, no los ves nunca más... ¿pues déjenme decirles algo? Estas vuelven siempre... SIEMPRE... y no vuelven solas... traen más y más gente que se toma mi alcohol. ¿Cuándo va a ser el día que nosotras cuatro podamos irnos al campo solas y disfrutar del sexo salvaje sin tener que andar escondiéndonos? —hablaba más para sí misma que para las otras dos.

— No es que Sanake y Tzu se escondan mucho que digamos tampoco —acotó la bailarina.

Lejos de ofenderse Sana sonrió pícaramente.

— Oye sonrisita... —la llamó Momo— ¿Dónde está el bomboncito? Pensé que había dicho que quería ir con nosotras a las compras para las vacaciones —estaba en lo cierto porque eso era lo que la morena había dicho exactamente.

— Chae y Anna llevan cuatro noches durmiendo con nosotras —Anna era la segunda hija de dos años de Yoon Ah y su esposo Jake— Con la ovejita es fácil, porque duerme como una piedra —como si las piedras pudieran dormir— y si nos escabullimos de la cama para irnos a otro lugar no se da cuenta, pero Anna —Sana agitó la cabeza— Duerme agazapada a Tzuyu o a mi... Se agarra a nosotras como si su vida dependiera de ello —Ahora la sonrisa aparecía en la cara de la rubia— A veces por las noches siento como Tzu se queja cuando la garrapatita le clava las uñas... ¿ustedes se creen que la mueve? —Ambas amigas negaron— Por supuesto que no... la muy masoquista lo disfruta...

— Déjame adivinar —la interrumpió Momo— Gracias a esta abstinencia, Lleva horas en el gimnasio —dijo.

Sana asintió— Y cada vez que me ve se tira al piso a hacer abdominales —las tres se rieron mientras la fotógrafa abría la puerta de su casa.

— Aún así, creo que compraste mucho alcohol, nuestras hijas no son tan desastrosas como tú dices...

— ¡LA DE JINNIE ES MAS GRANDE Y ANCHA QUE LA DE MINHO! —no alcanzaron a entrar a la casa que sintieron los gritos de Sakura— ¡Y ES MUCHO MAS LINDA! ¡MIRA LA FOTO SI NO ME CREES! —Sana, Jihyo y Momo se quedaron mirándose entre ellas.

— No me hagas reír Kura —esta fue Minju— Ya he visto la foto y esa cosa es lo más diminuto que he visto en mi vida —se burló la melliza haciendo reír al resto de las jóvenes que estaban en la casa.

— SERA DIMINUTA, PERO AL MENOS ES MUCHO MAS LINDA Y PROLIJA QUE LA DE TU NOVIO —Sakura se defendía— Miren lo que es esto —alzaba la foto de Minho— toda peluda y desprolija... ¡Guacale! No la toco ni con un palo —agregó.

— Pues a mí me encanta tocar la de Jake —Yoon Ah habló— Casi todas las noches me duermo acariciándola —agregó— Mírenla —La mayor de las Minatozaki les mostraba una foto— ¿Qué les parece? —les preguntó a sus hermanas y primas.

— Yo no puedo opinar mucho, Yuri no tiene —agregó graciosamente Hye-won— Aunque a veces a mí me gusta jugar a ponerme una y sorprenderla —agregó. Sana se tapaba los oídos.

— Que envidia que les tengo —la voz de Yunjin se hacía presente— Yo hace años que no veo una buena y grande...

— ¿Después de el amenaza no has vuelto a tener ninguna cerca? —Indagaban a su prima.

— Si... bueno... cerca he tenido, no sé si me entienden... pero hay veces que me gustaría estirar la mano y sentirla ¿saben? —todas asentían.

— ¿Miren esta foto? —Otra vez Sakura— Calladita calladita ¿Miren lo que consiguió Ji-woo? Esta es una de las más largas que he visto —agregó— ¿Cierto Ji-woo? —su prima asentía.

— Cuando la vi por primera vez me asusté —admitió Ji-woo.

— ¿creen que la de Changbin llegue a ser así? —La vocecita de Dahyun se hacía sentir haciendo que los ojos de Sana se abrieran lo más grande posible.

Inmediatamente la fotógrafa salió de su posición inmóvil y fue hacia la sala— ¡NIÑAS! ¿SE PUEDE SABER PORQUE ESTAN HABLANDO Y MIRANDO FOTOS DE LOS MIEMBROS DE SUS NOVIOS? ¡ES BASTANTE INCOMODO ESCUCHARLAS! ¿SUS SOBRINAS E HIJAS ESTAN A DOS PASOS? —Señaló la mesita donde estaban jugando sus dos nietas y la hija de Yunjin.

Momo aparecía detrás de Sana— Después nosotras somos las sexópatas y las mormonales... al menos nosotras no andamos por ahí mostrándonos fotos de nuestras...

— MOMORING —Jihyo aparecía para callar a su mujer— Las niñas —le advirtió.

Todas las jóvenes se miraron para luego estallar en una carcajada.

— ¿Se puede saber que es tan gracioso? —las interrumpió Sana.

La primera que paró de reír agarró una de las fotos y caminó hasta sus madres— No mirábamos los miembros de nuestras parejas, estábamos comparando las barbas de ellos —le aclaro Yoon Ah.

Sana agarró la foto en la que Jake aparecía con una áspera barba castaña pero cortada en forma muy prolija. Miró a sus dos amigas y se sonrojo.

— No se preocupen que ustedes nunca pueden perder el puesto de las más sexópatas y mormonales de la familia —dijo Yunjin.

— Si bueno... todo es culpa del bomboncito —Aprovechemos que no está.

— Exacto —acordó Sana— Tzuyu nos pervirtió a todas —Agregó— Además no se supone que tenía que cuidar a Eunchae, Heejin y Anna... —Miró de vuelta hacia donde estaban las más pequeñas— ¡DIOS MIO! ¡CHAE! ¿QUE ESTAN HACIENDO? ¡DEJA ESE MARCADOR! —las tres pequeñas aparecían todas rayadas con marcadores negros.

— ¡BUBU MOMORING! —Heejin, la pequeña de tres años pedía por los brazos de su abuela.

— Odio que el bomboncito le haya pegado ese sobrenombre —murmuró la mayor por lo bajo mientras recibía a su nieta que tenía todos sus brazos dibujados con el marcador de Eunchae.

— ¡CHAE! —Yoon Ah llegaba a retar a su hija— ¿POR QUE ESTAN LAS TRES TODAS MANCHADAS? —Le preguntó.

La ovejita tenía los ojos pegados al piso— No son manchas... son tatuajes —Dijo en voz bajita. En los brazos de su abuela Sana, Anna asentía apoyando a su hermana.

— ¿Son qué? —Preguntó Hye-won, pero antes de que pudiera escuchar la respuesta su celular empezó a sonar— Es Yuri —La sonrisa se dibujó en su rostro y salió al patio para atenderlo.

Sana no había sacado la vista de sus nietas— Eunchae... —Quería explicaciones.

— Son tatuajes —Repitió la pequeña— Tatuajes como los que tiene la abuela Tzu —contó.

— Acá toy yo —Anna extendía su brazo para mostrarles como hábilmente Eunchae había dibujado una garrapata en el brazo de su hermana.

— Y Acá yo —Ahora era Heejin la que mostraba sus dibujos. En su brazo tenia dibujado un enorme koala, o intento de ello, todo dependía de la habilidad para dibujar de Eunchae.

— ¡Guauu! —Sakura inspeccionaba los dibujos de su sobrina— Eres buena ovejita, mi lechuzo te quedó increíble —las tres niñas tenían dibujados los mismos animales que su abuela.

— ¡Y Este! —Anna entusiasmada se levantó la remera para que todas vieran lo que su hermana había hecho en su panza. Eunchae había escrito cosas que no tenían sentido. Así era como ella interpretaba el tatuaje que su abuela Tzuyu tenía sobre su otra abuela.

— ¡CHAE! —Yoon Ah se agarró la cabeza— ¡DIME QUE NO USASTE LOS MARCADORES INDELEBLES QUE TE COMPRO LA ABUELA! —le sacó el marcador de la mano a su hija— ¡NO LO PUEDO CREER! ¡MIS HIJAS VAN A QUEDAR MARCADAS DE POR VIDA! —exageró.

Yunjin y Momo inspeccionaban a Heejin atentamente y descubrían cada vez más dibujos.

— A mí me gustan tus tatuajes Chae —Dahyun le daba ánimos a su sobrina que seguía mirando al piso cada vez con más intensidad.

Gritos que venían desde afuera llamaron la atención de todas las presentes.

— "DAHYUN TE AMO" —una voz de hombre se sentía— "NO PUEDO VIVIR SIN TI" —este último estamento hizo que todas fueran hasta la ventana a ver de qué se trataba.

— ¿Quién es ese Dahyun? —Le preguntó su madre a la joven.

— Un compañero de colegio creo
—contestó la jovencita.

— ¿Es el mismo que vino ayer? —preguntó una de sus hermanas.

— No el de ayer era compañero de gimnasia —explicó el lobito.

— "ESPERO QUE ESTA CANCION TE LLEGUE AL CORAZON" —muy inocente el chico empezaba a cantar ayudado por un par de amigos.

— Pobre estúpido —habló Momo y todas acordaron— no sabe en lo que se mete.

— ¿Changbin sabe de tus admiradores? —le preguntó Yunjin.

— Changbin se los tiene que aguantar en el colegio, pero cuando vienen a casa no se hace problema —explicó con razón.

— ¿Cuánto tiempo creen que dure? —preguntó Yoon Ah.

— Esta en el gimnasio así que va a demorar un poco más —dijo Sana.

— Pues que se apure porque esa canción es pésima —Todas estuvieron de acuerdo con Momo.

— "AYYY AYYYY AYYY AYYYY CANTA Y NO LLORES..." —cantaba el entusiasta muchacho.

Un ruido de golpe de puerta se sintió— En uno... —contó Sana.

— En dos... —Jihyo.

— Y en... Tres —finalizó Dahyun al mismo tiempo que Tzuyu atravesaba el pasillo corriendo y llegaba a la puerta de casa con bate en mano.

— "PORQUE CANTANDO SE ALEGRA CIELIT...." ¡CORRANNNN POR SUS VIDAS! —el grupo de chicos huía despavorido.

— UUU, esto tiene que doler —Minju se sobaba su brazo.

— ¿No piensas frenarla mamá? —le preguntó Yoon Ah.

— Debería, pero para ser franca me tienen bastante cansada estas serenatas
—le dijo Sana

— Al menos este tuvo la decencia de venir de tarde ¿Se acuerdan el de las dos de la mañana? —preguntó Sakura.

— Para no acordarnos —contestaron— ¿Todavía tiene la marca del balonazo en la cara que le dio mami? —preguntó.

— No, aún le queda la W dibujada —se ve que la pelota era marca Wilson.

— ¡Auchh! —todas se lamentaron por el pobre chico.

— ¡VUELVE COBARDE! ¿Y ASI TE CREES DIGNO DE CANTARLE A MI HIJA? —como pudo el joven había escapado de las garras de la bestia.

— Después de esa patada creo que pasó a tener una voz más fina —dijo la abogada al mismo tiempo que la puerta de entrada se abría de nuevo y segundos después Tzuyu aparecía en la sala con una sonrisa de satisfacción.

Chae corrió derecho hacia su abuela, Anna y Heejin se bajaron de sus madres y la siguieron.

— ¿Qué pasa ovejita? —la pequeña se trepó a Tzuyu y largó el llanto desconsolado. Inmediatamente y mientras agarraba a las otras dos pequeñas miró a su esposa y a su hija mayor buscando explicaciones.

— Me retaron por hacer tatuajes como los tuyos —explicó entre llantos Eunchae.

— ¿Por hacer qué? —preguntó desconcertada la abuela.

— Tatujes —Le contestó Anna mostrándole sus brazos dibujados. Tzuyu entendió y sonrió orgullosa. Sana y Momo giraron los ojos

— No... no sonrías, no las felicites... Te lo prohíbo —saltó Yoon Ah— Todo esto es culpa tuya —agregó.

— ¿Cómo se te ocurre darle un marcador indeleble a una niña tía Tzu? —La retó Yunjin.

— Y después se preguntan porque las sacamos del club de las geniales —dijo Sakura haciendo que Minju y Ji-woo la apoyaran.

Tzuyu realmente no le estaba prestando atención a los retos, a la morena le importaba solo el llanto desconsolado de su nieta mayor— Eunchae... a mí me encantan tus tatuajes... eres una excelente tatuadora —Le dijo obviando las protestas de las madres.

— ¿En serio? —La niña miró a su abuela.

— Muy en serio... es más —agregó Tzuyu Mi próximo tatuaje me lo haces tú —confirmó.

— Abu... —Anna le llamó la atención— Tas pegajosa —Tzuyu había estado en el gimnasio por más de tres horas y después había salido a corretear a un joven, obvio que estaba pegajosa.

— Es por eso que me voy a bañar —Les dijo— Y ustedes vienen conmigo —miró a su hija Yoon Ah y a Yunjin— les voy a sacar el marcador —Agregó aliviando.

— Tzuyu nada de hacer...

— LA DANZA DEL BAÑO —gritó Chae.

— SIIIIII HUHAHAHAHUHAHAHA —festejaron a coro Anna y Heejin.

— Las niñas han hablado Sana —miró a su mujer victoriosa para luego encaminarse a la escalera.

Hubo un silencio monumental hasta que Yunjin habló.

— TODAVIA NO PUEDO CREER QUE ME SACARAN DE LAS GENIALES —se le había quedado atragantado.

— Todas van a ir saliendo de ese estúpido club —opinó Momo— Ser madre no es una tarea genial... ¡Sépanlo! —Les advirtió.

— OTRA VEZ LO MISMO —el silencio después de la advertencia de Momo dejó escuchar la conversación que Hye-won y Lia estaban teniendo por teléfono. Más bien parecía discusión— SINO ES EL TRABAJO, ES EL POSGRADO. SINO ES EL POSGRADO ES EL ASCENSO... NO, NO —todas en la sala podían sentir la angustia que transmitía la voz de la melliza— NO NECESITO QUE ME PROMETAS QUE EL PROXIMO AÑO VIENES A LA CASA DE VERANO, NECESITO QUE ME DIGAS QUE VIENES AHORA... Y QUE LO HAGAS POR NOSOTRAS... —durante un corto tiempo lo único que pudieron observar fue la espalda de Hye-won acompañada de un llanto muy parecido al llanto de Eunchae.

— No Yuri...no es suficiente...últimamente tus promesas se quedan en la nada... —Hye-won se dio vuelta y las de la sala pudieron ver el mar de lágrimas saliendo de sus ojos.

Heejin se movió para ir hasta ella, pero Sana puso una mano en su hombro para detenerla— Espera a que termine de hablar —le indicó.

— YA SE QUE TENGO DIEZ AÑOS MENOS QUE TU... ME LO RECUERDAS CADA VEZ QUE DISCUTIMOS... Y YA SE QUE TODAVIA TENGO QUE VIVIR COSAS PARA ENTENDERTE, TAMBIEN ME LO RECUERDAS SIEMPRE —En ese momento Sana dio gracias que su esposa estaba en otra parte de la habitación, porque si veía la cara de Hye-won era capaz de ir a traer a la novia de su hija a rastras— YURI... YURI... YURI... POR EL AMOR DE DIOS YURI CALLATE DE UNA VEZ —hubo un silencio y todas las de la sala se sorprendieron de la forma de hablar del perezosito, Hye-won nunca le gritaba ni hacia callar a nadie, ni siquiera a Sakura y eso era decir mucho— Escucha... —habló más calmada al celular, tanto que el resto se tuvo que acercar para oír— No es necesario que vengas, salimos muy temprano en la mañana y la verdad yo no sé si quiera verte... Es mejor que nos tomemos un tiempo —todas se miraron— No, no estoy terminando contigo, pero si lo prefieres así, es mejor que terminemos —Más miradas se acumulaban— De acuerdo entonces —la voz de Hye-won sonaba lo más dura posible— Ojalá todo por lo que hayas puesto encima de mí, se dé como tú quieras —y con esto último se recostó en el vidrio hasta quedar sentada en el piso. Lo único que escuchaban las de la sala era como la melliza lloraba.

Sana se adelantó a todas y fue hasta su hija a paso rápido. Apenas Hye-won la vio se tiró a sus brazos para seguir llorando.

— Hola... buen día señorita tengo una duda —Tzuyu bajaba las escaleras recién bañada y hablando por teléfono— Compre sus marcadores la semana pasada y quería saber si hay alguna forma de sacarlos de la piel, porque con agua y jabón no salen —Inmediatamente Yoon Ah, Yunjin y Momo la miraron— No, crema tampoco sirve, ya lo probé — ahora el trio se cruzaba de brazos— No, no es para mí, es para mis dos nietas y mi sobrina... ¿Cómo que a qué clase de idiota se le ocurre darle unos marcadores indelebles a unos niños? ¡Qué falta de respeto! Debería haber una advertencia en el envase o al... aaaa si la tienen —Se encontró de frente con Yoon Ah que le estaba mostrando el envase de los marcadores donde decía bien grande "no recomendable para niños"— Bueno voy a probar con alcohol... Muchas gracias... —Tzuyu cortó.

— No se preocupen, dice que con alcohol sale y.... —Dio vuelta y vio a Hye-won acurrucada llorando sobre Sana— ¿Qué pasó? —Les preguntó a las demás desesperadas.

— Al parecer no existe más Hyeri —contestó Sakura.

Tzuyu asintió y caminó hasta ellas. La morena envolvió a su hija y a su esposa en sus brazos y ambas terminaron siendo el apoyo de su hija.

Semana siguiente en la casa de campo.

— Amo la paz de este lugar —Sana y Tzuyu estaban acurrucadas una sobre la otra en el columpio gigante que habían hecho poner a la entrada de la casa de campo— Amo la paz de esta noche... más aun cuando nuestras nietas ya están dormidas y nuestra hijas vaya a saber que están haciendo en sus cuartos con sus novios —agregó Sana sin pensar demasiado— Amo poder disfrutarte para mi sola aunque sea un rato, ya hay demasiadas rubias en tu vida, no sé si eso me gusta tanto —Le reprochó en broma a su mujer.

— ¿Qué puedo hacer? Soy irresistible para las rubias —le contestó Tzuyu ganándose un coscorrón— Amo estar aquí contigo —agregó Tzuyu que era la que estaba sentada y sobre ella tenía a su esposa. La morena dejo un corto beso en los labios de su mujer.

— Oye... eso fue muy cortito —la retó Sana que la agarró del cuello de la remera y la tiró hacia ella para ganar un beso más intenso— Así me gusta más —concluyó la rubia.

Y Tzuyu iba a ir por más, pero una sombra que apareció al lado de ellas la frenó— ¿Hye-won? —una de las mellizas aparecía con una de sus manos tapándose los ojos.

— ¿Están decentes? No es que no esté acostumbrada a verlas, pero no quisiera tener algo más que hablar con la psicóloga...

Sana giró los ojos mientras Tzuyu solo reía— Estamos decentes cariño —Contestó Sana.

— Pero solo por poco tiempo —agregó Tzuyu haciendo que su hija girara los ojos mientras se sentaba al otro lado de su morena madre.

— ¿Estás bien perezosito? —le preguntó su madre preocupada.

La joven negó con su cabeza— Extraño a Yuri... todo el tiempo, no puedo dejar de pensar en ella. Me siento vacía, siento que... que... —el nudo en la garganta no la dejaba hablar— Pero no puedo aflojar, ya estoy cansada de ser la última de su lista. Más de cuatro años de novias y todavía no conoce esta casa —respiró— nunca puede venir, siempre hay algo antes que yo —agregó en tono elevado. Sus madres la escuchaban atentamente— Yoon Ah está aquí, y es ingeniera, igual que ella. Y Jake también trabaja y sin embargo sabe que esta época es sagrada. Y lo mismo con Minho y con todos los demás novios... ¿Por qué tengo que ser la única?...

— Hye-won... cariño... —Sana se levantó de su esposa y se arrodillo en frente de su hija— Tal vez, tomarse un tiempo fue la mejor decisión que tomaste —Le dijo convencida— Les va a hacer bien a las dos, y le va a dar un tiempo a Yuri para que ordene sus prioridades —agregó.

— Pero ¿Cuánto tiempo mamá? ¿Cuánto tiempo le hace falta? —Preguntó enojada la melliza— Quiero decir... ¿Por qué.... Porque... porque....

— Tranquila Hye —Tzuyu le acarició la espalda.

— ¿Por qué el amor no puede ser fácil como lo hacen ustedes? —preguntó mirando a sus madres. Y a su vez Tzuyu y Sana se miraron entre si— Ustedes se complementa... una hace estupideces —miró a Tzuyu.

— ¡OYE! —se quejó la morena.

— Es cierto amor —le dijo Sana.

— Una hace estupideces y la otra la reta... Mamá se enoja y a los dos segundos mami esta atrás de ella pidiéndole disculpas... Mami quiere sexo, mamá se lo da... es perfecto... ¿Por qué Yuri y yo no podemos ser así? —Preguntó.

— Hye... —Sana volvía a hablar— Tu madre y yo, hemos ido aprendiendo la una de la otra, no es algo que sale espontáneamente... Aunque la estupidez de tu madre me hace pensar lo contrario...

— ¡OYE! LOS TATUAJES SALIERON CON ALCOHOL AL FINAL —se defendió Tzuyu.

Sana y Hye-won giraron los ojos— Como decía —siguió Sana— una pareja... se trabaja, se construye y todo lleva su tiempo...Yuri y tu...

— Ya no hay Yuri y yo...

— Ooo cariño... créeme que hay mucho Lia y tú todavía —Acotó Tzuyu y logró que su hija la mirara.

— ¿Por qué lo dices tan segura? —indagó la melliza.

— Tan solo hay que estar en el mismo espacio físico que ustedes para saberlo... el amor se palpa —dijo Tzuyu y Sana asintió.

— Como ustedes.... —Se le escapó a Hye-won.

— ¿Cómo nosotras que? —le preguntó Sana.

— En las reuniones de las hermanas Chou Minatozaki que hacemos los viernes —Por fin las esposas iban a saber qué pasaba en esas reuniones. Lo único que sabían era que Dahyun, la hija que quedaba viviendo con ellas, se encerraba en su cuarto todos los viernes a la tarde para skypear con sus hermanas— Esas reuniones empezaron cuando Yoon Ah se fue a vivir con Jake y un día nos citó a todas llorando porque la convivencia no le resultaba fácil y porque no podía lograr la burbuja de amor de ustedes —contó.

— ¿La burbuja de amor? —preguntó Tzuyu.

— Si, la burbuja de amor en la que dos están metidas y en la que ustedes nadie puede entrar... es algo palpable... es algo que se siente en todo momento... sus miradas, su forma de hablarse, la pasión que hay entre ustedes... esa es su burbuja de amor —explicó— Todas queremos formar la misma burbuja con nuestras parejas —Agregó.

— ¿Y tú que estás esperando para formar la tuya? —Le preguntó Tzuyu— Llevas una semana lamentándote. Porque mejor no agarras el auto y te vas a demostrarle a Yuri porque debes ser la primera en su lista —incitó.

— ¿Ahora? ¿De noche? —preguntó.

— Piensas dejarla dormir una noche más sin ti... Mira que después tienen que volver a la universidad y...

— ¡AHORA VUELVO! —La melliza salió disparada para la cochera.

Tzuyu la siguió con la mirada hasta que se topó de lleno con los mismos ojos mirándola— ¿Qué pasa cariño? —le preguntó a Sana.

La rubia se trepó a ella— Muero por hacer el amor en nuestra burbuja —confesó para después atacar a Tzuyu con su boca.

Minutos después Hye-won manejaba hacia la ciudad.

— Tendría que haber agarrado el auto de mami en vez del cacharro en el que está trabajando Yoon Ah... ¿Y ahora qué pasa? —Hye-won notó que el coche se frenaba de a poco— ¡QUE CARAJO! —Frenó el auto y dio un golpe en el volante. Fue a agarrar su celular, pero notó un par de luces que venían hacia ella, hizo señas de luces con el auto averiado y se bajó para hablar con el conducto. Esa calle daba solamente a la casa de sus madres y a otra, así que la iba a dejar cerca segura.

El auto se frenó y Hye-won caminó hasta la posición del conductor— Disculpe, se me averió el coche... ¿Podría llevarme hasta...? ¿Yuri? —Sentada en el asiento asomaba los ojos de su novia— ¿Qué haces aquí? —le preguntó y se corrió porque Yuri abrió la puerta de su auto para bajarse.

— Vine a buscarte... no aguantaba un día más sin verte —Le confesó— Necesitaba verte, necesito hablar contigo y...

— Espero que no te haya traído muchos problemas en tu trabajo —dijo la rubia irónicamente.

— Renuncie —Soltó su novia.

— ¿QUE? ¿COMO QUE RENUNCIASTE?

— Ese trabajo me estaba alejando de ti y eso es lo que menos quiero... hable con Yoon Ah y me dijo que en su empresa hay un puesto libre y que tal vez...

No pudo seguir porque la boca de la joven ya estaba arriba de la suya. Una semana había pasado, sin contar todo el tiempo que no se habían visto por la universidad y por el trabajo, tenían que ponerse al día.

— No me dejes nunca más por favor —le suplicó Yuri cuando Hye-won se separó— Nunca, pero nunca más —agregó la más joven.

— ¿me lo prometes? —le preguntó, necesitaba asegurarse.

— Te lo prometo como que te voy a hacer el amor ya mismo en el asiento de atrás del cacharro de mi hermana —Hye-won abrió la puerta para que su novia se acostara sobre el asiento.

Yuri se recostó y abrió los brazos para recibir a su novia. Hye-won no la hizo esperar y se puso sobre ella sosteniéndose con sus dos brazos. No pudo pegar su cuerpo con el de su novia porque se quedó hipnotizada mirando a los ojos de la castaña.

— Te amo tanto —le dijo la jovencita.

— No tanto como yo te amo a ti —contestó la mayor.

Hubo un silencio en el que solo se miraron hasta que Hye-won lo rompió

— ¡Cásate conmigo! —le dijo de la nada.

— ¿Qué? —los ojos de su novia se hacían enormes.

— Cásate conmigo —repitió— sé que puede sonar como una locura...

— No suena... ES una locura Hye-won —la corrigió— Tienes veinte años y...

— BASTA —la calló— basta de remarcar nuestra diferencia de edad, esa diferencia no me importó cuando te besé por primera dentro de ese armario, no me importó cuando hicimos el amor por primera vez, no me importa ahora, no me va a importar al momento de hacerte mi esposa y mucho menos me va a importar cuando tengamos nuestro primer hijo, aunque seguro va a ser hija, porque vaya a saber qué clase de castigo le tiene reservado Dios a mi madre —dijo.

Yuri rió— ¿otro animalito en la familia? —preguntó haciendo que su novia la mirara.

— ¿Eso es un sí? —Le preguntó.

— Es un si enorme —contestó para luego sentir como su novia aflojaba los brazos y caía sobre ella. La burbuja Hyeri se empezaba a construir.

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