Capítulo 84.- Soplar o no soplar, esa es la cuestión

Yunjin llevaba un largo rato llorando sobre los brazos de Sana. Después de que Tzuyu interpretó el análisis de sangre que su sobrina traía, el leoncito no había parado de lagrimear y sus dos tías solo se limitaron a mirarse entre ellas y a tratar de calmarla. Cada vez que el llanto parecía cesar y Sana trataba de sacar el tema del embarazo, lo único que alcanzaba a decir era "Mamáaabuaaaamatarrrrrsbuaaa..." y el llanto volvía al mismo ritmo que antes o tal vez con más potencia. Vaya que tenía pulmones esta jovencita. Mientras dejaban que la joven Hirai se descargara, Tzuyu ya había hecho dormir a su nieta y la había acostado en la cunita vieja de Dahyun, para después volver a unirse en la sala con su esposa y su sobrina.

— Yunjin... por favor cariño —Pedía Sana— Quiero que hablemos, pero si sigues llorando no se va a poder —insistía su tía— Se por lo que estás pasando, créeme que lo sé —la rubia miró a su esposa y pudo leer todo tipo de sentimientos en sus ojos. Los ojos marrones que tanto enamoraban a Sana cada día, eran una mezcla de tristeza por ver sufrir al leoncito de esa manera, impotencia por no poder hacer nada por ella y...y... ¿Felicidad? ¡Dios mío! —Pensó Sana— su mujer estaba feliz por el embarazo de su sobrina. Sana examinaba el rostro de Tzuyu confirmando sus pensamientos. Su esposa era una adicta a los bebes y seguramente la cabeza de Tzuyu ya estaba pensando que animal le quedaba perfecto al niño o niña que Yunjin llevaba dentro de ella... ¡Un cemento! ¡Dios mío! Esta familia se va a volver en un completo zoológico. Admitió para sus adentros. ¡Basta! Tengo que hablar con Tzuyu, no puede ser que se sigan agregando animales y yo no pueda usar esos apodos, esto se tiene que acabar ¡QUIERO LIBERTAD DE EXPRESIÓN! ¡QUIERO PODER GRITAR UN PUTO NOMBRE DE UN PUTO ANIMAL SIN QUE ME LO PROHIBAN!...

— ¡SANA! —Un grito de su mujer la sacó de sus pensamientos.

Cuando la rubia conectó cuerpo y mente, se encontró con dos ojos muy parecidos a los de Momo mirándola desde sus brazos. Si bien Yunjin había parado de llorar, Mina todavía podía ver lágrimas cayendo lentamente por sus pestañas.

— Cariño —Sana le habló— Yo pasé por los mismo, y se exactamente cómo te sientes —Le dijo— Y sé que por sobre todas las cosas, te sientes sola y desesperada sin saber que hacer — aseguró mientras que con su dedo limpiaba una de las lágrimas que caía rezagada de las demás la fotógrafa levantó su cabeza y se encontró con la intensa mirada de su esposa encima de ella y con la misma dulzura que le había quitado la lágrima a su sobrina, pasó el pulgar suavemente por la mejilla de su mujer, porque sabía que en este momento la mirada de Tzuyu no era de felicidad, sino más bien de preocupación con mezcla de deseo, deseo de haber estado junto a Sana en ese momento, de haber estado con ella y haberla protegido y amado a las dos, a ella y a Yoon Ah.

— Entonces dime que tengo que hacer por favor —El leoncito se sentó derecha en el sillón— Dime que tengo que hacer, porque estoy muriéndome de miedo —confesó.

— Entonces dime que tengo que hacer por favor —El leoncito se sentó derecha en el sillón— Dime que tengo que hacer, porque estoy muriéndome de miedo — confesó metiendo la cabeza entre sus manos y dejando que sus codos se apoyaran en sus piernas.

— Yunjin... —intentó calmarla.

— ¡TENGO DIECISIETE AÑOS CARAJO! —Gritó golpeando la mesa y dejando ver su naturaleza felina— QUIERO SALIR A BAILAR, QUIERO JUNTARME CON MIS AMIGOS, QUIERO SER PORRISTA, QUIERO IR A LA UNIVERSIDAD... —volvían las lágrimas. Sana la volvió a tomar entre sus brazos.

— Y vas a poder hacerlo Yunjin, te lo aseguro —la consoló Sana— ¡Mírame a mi si no! —le dijo.

— Mamá dice que antes de conocer a la tía Tzu tú eras una vieja amargada —Contó Yunjin.

Sana giró los ojos, que raro su mejor amiga diciendo esas cosas— Tu madre es una exagerada...

— Y que solo salías con modelos estiradas y huecas que no sabían dónde poner sus manos para hacerte feliz — agregó.

Sana pudo sentir como crecía poco a poco el ego de su esposa, levantó la mirada nuevamente y pudo ver esa provocadora y orgullosa sonrisa en la cara de Tzuyu— Yunjin...

— Mami dice que eres feliz porque la tía Tzu te da para que tengas día y noche en todos los rincones de tu casa, de mi casa, de la casa de sus demás amigos, en el parque, en el auto, en la casa de vacaciones, en...

— ¡BUENO YA! —La frenó Sana que ya estaba asfixiada porque el ego de su mujer ocupaba todo el aire de su casa— Primero —Se defendía Sana— que no fueron varias modelos fue una sola, Sooyoung —La morena se transformó al escuchar ese nombre, y ahora ¿quién ríe morena?— Y segundo que, si bien su tía me hace la mujer más feliz del mundo día a día salvo, cuando tiene esa estúpida sonrisa agrandada... —Tzuyu le sacó la lengua y Sana le pagó con la misma moneda— Cuando yo quedé embarazada de Yoon Ah, Tzuyu no estaba —Y todo lo que sube baja, el ego de Tzuyu cayó en picada cuando le escuchó decir esto a su mujer. Sana agarró la mano de su morena para hacerla sentir mejor_ Pero sí estuvieron mis padres, mis amigos, tus madres... —Cuando la rubia nombró a sus amigas, el cuerpo de su sobrina se tensó inmediatamente. Exacto a lo que la fotógrafa quería llega— Tienes que decírselos Yunjin, son tus madres — sentenció.

El leoncito agitó la cabeza y apretó los ojos fuertes para evitar el llanto— No puedo...

— Yunjin... leoncito... —Por fin la morena se metía en el asunto— Tus madres te aman, nosotras te amamos, tus primas te aman —agregó.

— ¿Cómo reaccionarias tu si les pasara a algunas de las chicas? —le preguntó el leoncito a la morena.

Sana pudo sentir como todo el cuerpo de Tzuyu cambiaba rápidamente tomando una postura totalmente tensa. La morena cerró los ojos y respiró hondo, la idea de sus jóvenes hijas embarazadas no le gustaba para nada.

— ¿VES? —Yunjin se desesperó.

— Leoncito —Tzuyu se preocupó por el tono desesperado de su sobrina— No te voy a mentir —hablaba con suma sinceridad— No me agrada nada la idea, Pero... —se apresuró a decir— Pero amaría tener otra nieta —le aseguró— Cuando Yoon Ah me dijo que estaba embarazada de Eunchae casi me muero. Pensé que me habían robado a mi cangurin —dijo— Pero cuando vi por primera vez a Chae, me morí de amor... y lo primero que hice fue abrazar a Yoon Ah y agradecerle por haberme dado a mi ovejita —Yunjin volvía a lagrimear un poco.

— Mamá me va a matar —confesó— Y mami se va a decepcionar de mí. Estaba tan contenta que iba a estudiar abogacía como mamá. Y ahora....

— Y ahora nada —la cayó Sana rápidamente— Puedes seguir estudiando, puedes seguir en las porristas como mi ayudante de campo...

— No creo que a Dahyun le agrade... —La mirada de su esposa la hizo callar.

— Mamá se va a enojar mucho —Momo era de temer.

— Noooo —le aseguró Sana. Tzuyu y Yunjin la miraron como diciendo "Ni tú te lo crees"— Bueno si —lo aceptó— Puede que Momo no se lo tome bien, pero...

— ¿PUEDE QUE? MINIMO QUE SE VA A ENO... —¡Guau! Tzuyu dos miradas asesinas en menos de un minuto, todo un record.

— Cariño... porque no te quedas calladita un ratito —Sana le dio unas palmaditas en la espalda a su mujer para luego volver a dirigirse a su sobrina— ¿Quieres que las llame para que vengan o prefieres que te llevemos para que hables con ellas en tu casa? —le preguntó.

— Prefiero que las llames —dijo— Este es un territorio neutral —Totalmente de acuerdo.

Sana miró a su mujer y Tzuyu inmediatamente entendió que tenía que buscar su teléfono para llamar a alguna de las Mohyo. La morena se fue a su habitación dejando a la rubia y a Yunjin a solas.

— Hey —Sana la ayudó para que se incorporara en el sillón— Va a estar todo bien —le aseguró a la joven— Tranquila. Además, ya sabes que...

— ¡DAME UNA Y! —el grito de Sakura se sintió fuerte en el salón.

— ¡SAKURA! —La retó Minju— Se supone que íbamos a deletrear leoncito —Sana y Yunjin giraban los ojos mientras escuchaban la discusión de las jóvenes Minatozaki Chou.

— Pero leoncito es muy largo —Reprochó— De aquí que terminamos de decirlo ya nació el niño —agregó el terremoto. Yunjin se movió incomoda en el sillón, todavía no podía concebir la idea de ser madre.

— No sabes si va ser niño —Esta fue Hye-won.

— Más vale que sea —Dijo Dahyun en un tono de disconformidad absoluta— Ya demasiado tengo con tener que compartir a mis mamás con Eunchae — por eso era.

— ¿Podemos empezar? —la calló Hye-won— Yunjin nos necesita —agregó— ¡Un... dos... tres! —Contó.

— ¡DAME LA YLE! —gritaron Minju y Sakura a la vez. Minju había ido por la Y y Sakura por la L.

— ¿NO QUERIAS QUE DELETREARAMOS LEONCITO? —Chilló Sakura peleando de vuelta con su hermana.

— TU DIJISTE QUE ES MAS CORTO DELETREAR YUNJIN —Se defendió Minju.

Hye-won agarró la mano de Dahyun y bajó las escaleras esquivando a sus hermanas, las peleas no eran lo suyo. Entraron en la sala y no dudaron en tirarse encima de su prima para mostrarle afecto. El lobito se aferró a ella y empezó a acariciarla.

— ¿Cómo lo supieron? —Les preguntó Yunjin asombrada— ¿Me escucharon? —pensó.

— En realidad ya lo sospechábamos — explicó —Por la forma en que te has comportado estos últimos días y esas cosas —entre primas se entendían.

— También las repentinas corridas al baño en el colegio

— ¿Ya tienes síntomas? —le preguntó Sana recibiendo un positivo por parte de su sobrina.

— No vamos a mentir —Sakura se unía a la conversación— También las escuchamos hablar desde arriba —confesó.

— ¡SAKURA! —no podía con su genio y se ligó un reto de sus hermanas.

— ¿QUE? —Se defendió— Es cierto —aseguró— Estábamos arriba con Yoon Ah por Skype, teniendo nuestra "Reunión semanal de las hermanas BF" y ...

— ¿Qué dijiste? —Sana no sabía si había escuchado bien o no.

Sakura abrió los ojos enormes, había metido la pata hasta el fondo y estaba recibiendo malas miradas de todas sus hermanas— Eee... nada que... eee... —Tragó saliva— ¿Sonó el timbre? —quiso girar la conversación.

— ¿Y se puede saber de qué hablan en esas reuniones? —El nerviosismo de Sakura se lo había confirmado.

— ¿De qué reuniones hablan? —Tzuyu entraba con un plato llenó de comida en sus manos— No has comido ¿cierto? —le preguntó al leoncito.

Yunjin agitó su cabeza en negativa— No me sentía muy bien para comer —agregó.

— Bueno de ahora en más tienes que pensar en tu bebé también —Le dijo— Así que aquí tienes —Un plato de tallarines que se veían exquisitos— Quiero que te lo comas todo por favor — agregó.

— Con razón eras una pelota cuando estabas embarazada —le dijo Sakura a su mamá recibiendo una mirada de advertencia de parte de sus madres.

— No es cierto mamá —la calmó Dahyun— estabas hermosa de embarazada —piropeo a su madre.

— Tu ni siquiera la viste —chilló el lechucín.

— ¡Me lo imagino! Y mamá es hermosa siempre —Dahyun sabía ganarse el corazón de sus madres.

Sana sonrió maliciosa— Tzu... ¿Te acuerdas que nos preguntábamos porque todos los viernes las niñas se encerraban en una habitación durante una hora? —La mirada de piedad de sus hijas era un encanto.

— Si cariño —Contestó mientras miraba a Yunjin comer— ¿Qué pasa? —miró a su mujer.

— Pues que... ¡RINGGGG! —el timbre aparecía salvando a las jóvenes Chou Minatozaki. El leoncito tuvo que dejar el plato en la mesita de los nervios que sentía.

— Tranquila —la calmó Sana— Todo va a estar bien —agregó acariciando su espalda mientras Tzuyu iba a abrirle la puerta a sus amigas.

— Más vale que sea importante — Escucharon gruñir a Momo— Tengo que ir a buscar a Yunjin a... —La abogada vio a su hija en el sillón rodeada de sus primas y abrazada por Sana e inmediatamente supo que algo andaba mal.

— ¿Qué pasa cariño? —Jihyo se le había adelantado a Momo y ya estaba sentada cerca de su hija.

Momo miraba desde lejos y Tzuyu se quedó a su lado cual perro guardián.

— Niñas será mejor que vayan a sus cuartos —Sana empujó a sus hijas.

— Hye-won dale una miradita a Chae —agregó Tzuyu desde su lugar detrás de la mayor de las japonesas recibiendo un gesto positivo de parte de su hija.

— ¿Por qué lloras cariño? —Jihyo se había sentado al lado de su hija de manera que la mini Momo quedó hecha un sándwich entre Sana y su rubia madre— Yunjin...

— ¿Por qué lloras cariño? —Jihyo se había sentado al lado de su hija de manera que la mini Momo quedó hecha un sandwich entre Sana y su rubia madre— Yunjin... por favor di algo —La bailarina estaba preocupada.

El leoncito se abalanzó a su madre sin titubear y se colgó de su cuello como si de salvar su vida se tratara. Sana la agarró entre sus brazos muy bienvenida y empezó a calmarla con sus caricias.

Momo seguía en el mismo lugar mirando toda la escena con cautela, Tzuyu detrás de ella estaba atenta a todo tipo de movimiento.

Yunjin se separó de su madre y miró a la abogada con súplica, como pidiendo perdón anticipadamente— Estoy embarazada —Lo soltó de una sin retirar la mirada de la mayor, de hecho, todas las presentes estaban atentas a la reacción de Momo.

La abogada se llevó una mano al hueso de la nariz, justo entre los ojos y se apretó como tratando de evitar un dolor de cabeza— Momo...—Tzuyu se acercó cuando en realidad debería haberse alejado. ¡PUM!. Nadie lo vio venir. El puño de la mayor había ido directo al ojo derecho de la basquetbolista retirada.

— ¡AUCHHH! ¿QUE DEMONIOS? —Tzuyu chilló del dolor y se llevó la mano a su rostro de inmediato

— ¡MOMO! —Sana corrió hacia su esposa— ¿QUE CARAJO HACES? —Le preguntó la rubia agarrando a Tzuyu para sentarla en el sillón individual.

— ES CULPA DE ELLA —la acusó la abogada— SI ELLA NO HUBIERA LLEGADO A TU VIDA, NO SE LA PASARÍAN TENIENDO SEXO COMO CONEJOS TODO EL DIA Y MI HIJA NO LAS HUBIERA VISTO HACERLO EN MI CONDENADA COCINA —acompañaba los gritos con gestos desesperados— PERO COMO LAS VIO, LE TUVE QUE EXPLICAR... PODRIA HABER ESPERADO HASTA LOS TREINTA... PERO NOOOO —Las señaló— LAS INSACIABLES TIENEN QUE HACERLO TODO EL TIEMPO... ¡MORMONALES DE MIERDA! —Las acusó.

— ¿QUIERES CALMARTE? —después de inspeccionar a su mujer, la rubia fue en busca del hielo pasando por al lado de la nerviosa japonesa.

— ¿QUE ME CALME DICES? ¿QUE ME CALME? —ahora caminaba de un lado al otro. En el sillón su hija lloraba aún más mientras Jihyo hacía más esfuerzo para calmarla— MI HIJA SE ACABA DE ARRUINAR SU FUTURO Y TU PIDES QUE ME CALME... ME GUSTARIA SABER COMO REACCIONARIAS TU —desafió a la rubia.

— POR SI TE OLVIDASE TE RECUERDO QUE A MI ME PASO LO MISMO —Sana volvía con el hielo y lo dejaba con suavidad en el ojo de su esposa.

— ¿COMO SE TE OCURRE YUNJIN? ¿SABES LO COMPLICADA QUE SE TE PONDRÁ LA VIDA AHORA? ¡TIENES DIECISIETE AÑOS POR EL AMOR DE DIOS! ¿ACASO NO PENSASTE EN LAS CONSECUENICAS? —Momo estaba sacada, Yunjin lloraba cada vez más fuerte en los brazos de su otra madre.

— Momo cálmate —ordenó Sana que tenía una mano con hielo sobre el ojo de su mujer.

— NO ME CALMO UN CARAJO... TU NO ME DICES QUE HACER... ¿DE CUANTO ESTAS? —le preguntó a su hija— ¡DIMELO! —Exigió haciendo que el leoncito llorara aún más.

— NO LE HABLES ASI —La retó Jihyo.

— A VER USTEDES —señaló a sus amigas— ¿QUE QUIEREN QUE HAGA? ¿LA TENGO QUE FELICITAR? —rio con morbosidad— ¡DIECISIETE AÑOS! ¡DIECISIETE! —Repetía— ¿QUE CARAJO ESTABAS PENSANDO? —otra vez volvía la furia.

— ¡BUENO YA! —Sana tiró un manotazo al aire que hizo doler a Tzuyu— Lo siento cariño —le besó la parte afectada y se paró para enfrentar a su amiga— TE CALMAS O TE CALMAS —exigió haciéndole frente— ¿NO TE DAS CUENTA QUE LO QUE MENOS NECESITA TU HIJA EN ESTE MOMENTO SON TUS GRITOS? — preguntó.

— ¿QUE QUIERES QUE HAGA RUBIA HUECA? —le respondió.

— QUIERO QUE TRATES A TU HIJA CON EL MISMO CARIÑO QUE ME TRATASTE A MI, QUIERO QUE LA AYUDES DE LA MISMA FORMA QUE ME AYUDASTE A MI, QUIERO QUE LA ABRACES COMO ME ABRAZASTE A MI... PORQUE ELLA TE NECESITA COMO YO TE NECESITE... YO ESTABA ATERRADA Y TAMBIEN LO ESTA ELLA... —dijo Sana, sólo ellas dos podían comunicarse de esa forma— ¡Esta aterrada! —agregó ya más calmada— Y te necesita —agregó suavemente mirando directo a los ojos de su mejor amiga.

Esto hizo un clic en la cabeza de Momo, su hija la necesitaba. Se quedó un rato contemplando como la joven seguía llorando en brazos de su esposa y después se movió rápido para ocupar el lado del sillón que previamente era de Sana al lado de Yunjin. Besó su cabeza y con sus brazos abarco tanto a su hija como a Sana— Tranquila —Le dijo— Estamos contigo cariño, nada te puede pasar —apretó más el abrazo. Sana agarró a Tzuyu de la mano y ambas salieron de la sala para dejar a la familia Hirai Park sola.

— ¿Por qué siempre te pegan en el mismo ojo? —Sana estaba sentada en las piernas de Tzuyu admirando la obra de arte de Momo mientras ponía desinfectante en el ojo de la morena.

— Es el perfil que pongo a propósito — bromeo— es el que menos me gusta de mi —Agregó riendo— ¡Auccch! —chilló cuando Sana puso un algodón bañado en algo sobre ella— sopla... sopla —Pedía exageradamente.

Sana giró los ojos y empezó a soplar como le gustaba a Tzuyu. La morena aprovechó para llevar sus manos al trasero de su mujer y apretarla más hacia ella— Empiezo a sospechar que te dejas pegar simplemente para que te termine soplando —Concluyó no muy lejos de la realidad Sana.

— ¡CARIÑO FAMILIAR! —Sakura entraba a la cocina y se unía a sus madres subiéndose detrás de Sana sobre lo que quedaba libre de las piernas de la morena.

— ¡Yo también quiero cariño! —Dahyun llegaba para treparse entre medio de sus madres, digan que Tzuyu seguía entrenando, porque si no, no sé cómo las aguantaría— ¿Te soplo mami? —le preguntó Dahyun.

— Ya no me arde carino —Le dijo Tzuyu— ¡Auchhh! —Sana volvió a apretar el algodón sobre su rostro.

— Ahora sopla Dahyun —le indicó Sana y la más pequeña de las hermanas empezó a soplar entusiasmada para aliviar a su adolorida madre.

Sana sintió como Sakura se arropaba en su espalda calladita, algo no muy normal en ella— Kura... ¿Estás bien? —le preguntó mientras sentía los soplidos de su hija menor.

— ¿Crees que Yunjin vaya a estar bien mamá? —le preguntó estremeciendo a su madre.

Antes de que Sana pudiera hablar, Dahyun la interrumpió— Un poco más de desinfectante mamá —la pequeña quería seguir soplando el ojo de su madre.

— No es necesario Da... ¡Auchh! ¡Sana! —Se quejó Tzuyu.

— Deja de quejarte Tzuyu... Sopla Yuna sopla —animó la rubia— Creo que todo va a estar bien cariño —le dijo a Sakura— Yunjin nos tiene a todas nosotras, la vamos a cuidar, mimar y demostrarle que no está sola en esto... ¿Estás preocupada? —le preguntó mientras miraba como Tzuyu se dejaba atender por Dahyun.

— Eee... creo que se quién es el padre —soltó de repente Sakura— Y no me gusta mucho la idea... es gente mala —agregó.

— ¿Va al colegio? —Le preguntó Sana curiosa pudiendo sentir por las piernas de su mujer, que la morena también escuchó lo que dijo su hija.

El lechucín asintió— Si... pero no entra a clases, ni está en ningún equipo —contó— es mayor que Yunjin, repetidor creo. Siempre anda tratando de quitarle el dinero a los demás o haciendo bromas pesadas —explicó y esto a Sana no le gustaba nada.

De repente se sintieron varios gritos desde la sala que preocuparon a las Son Minatozaki. Las tres Hirai Park aparecieron cerca de la puerta de calle— DIME DONDE VIVE O TE JURO QUE VOY A BUSCAR POR TODAS LAS CALLES DE NEW YORK YUNJIN —Amenazó Momo. Las que antes estaban en la cocina se unían en la conversación.

— EL NO QUIERE SABER NADA CON UN HIJO MAMA... Y YO NO QUIERO SABER NADA CON EL ¿PARA QUE QUIERES VERLO? —preguntó.

— PORQUE NADIE SE METE CON MI HIJA Y VIVE PARA CONTARLO... ¡DIME DONDE VIVE! —presionó.

Yunjin se quedó callada.

— De acuerdo —Se calmó— si no me lo dices, me voy meter en cada barrio bajo de este lugar a gritar por un condenado imbécil que embarazo a mi hija... lo vi el otro día cuando te dejo enfrente de casa en su moto, así que se quién es .... ¿Es ese cierto? —Preguntó sin obtener respuesta— Si así lo quieres... —agarró la manija de la puerta.

— ¡ESPERA MAMÁ! —La frenó Yunjin— Vive en "Los álamos" y le dicen "el amenaza" —no iba a permitir que su madre se metiera en líos.

Momo miró fijo a su hija que había agachado la cabeza, para no estropear más la situación, dio media vuelta y salió.

Sana miró a su esposa que ya no estaba a su lado, al contrario, salió por la puerta detrás de Momo. La fotógrafa y la bailarina se miraron pensando lo mismo, esperando que la situación no pase a mayores.

En una casa de "Los Álamos" Un barrio de New York.

En el viaje la japonesa no había pronunciado una palabra, y Tzuyu no quiso presionarla para que lo hiciera, así que solo se limitó a cruzar un par de direcciones y a seguir a su amiga en todo.

— Esa es la moto —dijo la japonesa estacionando su auto. Se bajó y caminó derecho a la puerta, Tzuyu se tuvo que apurar para seguirle el ritmo.

— Momo —la frenó— Escucha, yo cubro tu espalda —le dijo— Pero intentemos hacer esto por las buenas primero, hablar... puede ser un chico temeroso simplemente —agregó.

La japonesa resopló— De acuerdo... primero trataré de hablar con él —Las dos chicas siguieron su camino hasta que llegaron a la puerta a la cual Tzuyu dio unos tres o cuatro golpes fuertes.

Un joven vestido con unos pantalones de cuero y una remera musculosa blanca salió a recibirlas. El chico las miró de arriba abajo— ¿Qué quieren? —preguntó de mala gana.

— ¿Eres el amenaza? —le preguntó la japonesa— Y yo me quejó de "Jinnie" —no era momento Tzuyu.

— El mismo —respondió el joven con una sonrisa de orgullo y adoptando una posición más relajada. El chico sonrió nuevamente y giró su cabeza para mirar adentró de su casa— ¡JAVIER! —gritó— ¡SACA LA CERVERZA DEL FREEZER! ¡LLEGARON LAS PUTAS! —Avisó— ¡UNA TIENE UN MORETON EN EL OJO, PERO TIENE UNAS PIERNAS DEL INFIERNO! —Seguía gritando para los adentros— LA OTRA TIENE DOS PELOTOTAS! —lo acompaño con una seña.

— ¿Todavía quieres que siga hablando? —le preguntó la japonesa a Tzuyu.

— No, pasemos a la segunda parte —dijo la morena.

— ¿Van a pasar o se van a quedar ahí como estúpidas? —Apuró el joven— Espero que no me cobre por el tiempo que estén paradas allí —dijo riendo.

— Lo único que te voy a cobrar va a ser esto... ¡PUM! —el mismo puño que había ido sobre la cabeza de la morena ahora caía sobre el rostro del muchacho.

— ¿QUE DEMONIOS HACES? —otro chico que Tzuyu dedujo era el tal Javier apareció en la puerta.

— ¿Conoces a Yunjin? —Momo no le dio importancia al otro chico y volvió a dirigirse al que se agarraba la nariz que chorreaba sangre— ¡LA DEJASTE EMBARAZADA CABRON! —le gritó la japonesa— NO QUIERO QUE TE VUELVAS A ACERCAR A ELLA ¿ME ESCUCHASTE? —lo amenazó

— COMO SI QUISIERA SABER ALGO DE ESA NIÑA ESTUPIDAAAAAAAAAAAA —esta vez la morena le había pateado sus partes importantes que hacen referencia a lo que pone una gallina.

— VAMOS A VER SI PUEDES VOLVER A DEJAR EMBARAZADA A OTRA CHICA —le dijo Tzuyu— MI LEONCITO NO SE TOCA ¡CABRON! —le dijo.

— AAAAAA —otra patada le iba a sacar las ganas.

— ¡Déjenlo en paz! —gritaba Javier.

— Ahora en vez de "el amenaza" tendrían que llamarte "El estéril" —le dijo Momo agachándose para hablarle al caído chico— Una cosa más... mi hija no tiene nada de estúpida ¡PUM! —la última trompada que lo dejó inconsciente.

— ¿Nos llamaste Javier? —Las chicas se dieron vuelta para encontrarse con dos tipejos más.

— Espero que tengas mucha ira acumulada —le dijo la morena a su amiga.

— No te das una idea —Le correspondió Momo. Al menos se iban a entretener en "el álamo"

Más tarde en casa Chou Minatozaki.

— Tranquila Sana —la rubia iba de un lado al otro mirando por la ventana— Ellas saben cuidarse —le dijo Jihyo. Era de noche ya y las niñas, incluida Yunjin ya se habían ido dormir.

— Sabes lo que pasa cuando se juntan enojadas Jihyo... nunca termina bien —dijo.

— Si Momo no lo iba a buscar, no iba a estar en paz —la bailarina tenía razón.

— ¿Cómo estás tú? No has dicho nada en toda la noche —Sana se sentó al lado de su amiga y la abrazó.

— ¿Es muy raro de que por una parte me alegre que vaya a ser abuela? —confesó Jihyo— Siempre que las veo a ti o a Tu estar con Chae es como... como...

— Si lo sé. Te entiendo. Con Chae es distinto ¿sabes? —la boca de Sana se hacía una sonrisa— Tzuyu y yo la disfrutamos sabiendo que después su madre es la que la tiene que educar y esas cosas... la malcriamos mucho... es lindo —agregó haciendo sonreír a Jihyo— Creo que vas a ser una muy buena abuela Park Jihyo —la abrazó.

Sonidos de llaves interrumpieron ese hermoso momento, las dos rubias salieron a la puerta corriendo para ver entrar a sus esposas.

Apenas Mina vio la cara de su mujer, no evitó que sus ojos giraran— ¿El otro? —Le dijo.

— Puse la otra mejilla como tu querías —se defendió la morena dejando que la rubia agarrara su mano para sentarla.

— El bomboncito se lució —Dijo Momo mientras Jihyo la abrazaba— Se merece muchos mimos rubia hueca —le dijo.

Sana le dio el hielo a Jihyo para que lo pusiera en la mano roja de Momo y ella se dedicó a curar el ojo de su esposa.

— Sana piensa que vamos a ser excelentes abuelas —le dijo la bailarina a su esposa.

La cara de Momo fue épica. La abogada empezó a agitar su cabeza— ¿Qué dices? Yo no puedo ser abuela. Soy muy joven y muy caliente para ser abuela —dijo segura.

Las tres restantes giraron los ojos. Tzuyu la miraba sonriente— Abu Momoring... —la empezó a cargar.

— Ni lo menciones Chou —no era momento bomboncito.

— Abu Momoring ¿me llevas al parque? Así tu puedes darle de comer a las palomas con los otros abuelitos.

— O la callas o le pongo otro moretón —le dijo Momo a Sana.

— Ooo la abuelita está enojada... ¡AUCHHHH! ¡SANA! —La rubia ya tenía el desinfectante en sus manos— ¡SOPLA! ¡SOPLA! ¡SOPLA! —Pedía desesperada.

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