Capítulo 74.- Sakura hay una sola

Familia Chou Minatozaki.

Tzuyu y Sana: 41 años

Yoon Ah: 26

Hye-won y Minju: 16

Sakura: 14

Dahyun: 10

Eunchae: 9 meses

Familia Hirai Park.

Momo y Jihyo: 41

Yunjin: 17

Ji-woo: 14

Changbin: 8

— ¿Qué pasa? ¿No les gustó la sorpresa? —preguntó la deportista.

Tzuyu escaneó todo el lugar y dos cosas no pasaron desapercibidas por ella, una era Minju participando de la coreografía y la otra era su esposa vestida de porrista.

— ¡MAMI! ¡LLEGASTE TEMPRANO! —Sakura llegaba a saludar a su madre, mientras Tzuyu seguía mirando a su esposa intensamente.

— ¿La cambiaste? —Yoon Ah saludó a su madre y agarró a su hija.

— Si —la vista de la morena volvía a su nieta— Está hermosa con ese uniforme ¿Cierto que estas hermosa ovejita? —jugaba con los cachetes de su nieta.

— Hola mami —Dahyun quería su atención también inmediatamente agarró una de las manos de su madre.

— ¡Guau! —Silbido— Lobito te ves espectacular —le dijo dándole una vueltita.

— Hye-won dice que la coach me tiene guardado un puesto en el equipo —le dijo.

— SI, pero para cuando tu llegues la capitana va a ser Sakura, así que mucha suerte con eso —Hye-won aparecía— Hola mami ¿Qué tal tu viaje? —preguntó atentamente.

Antes de contestarle a su hija la morena se quedó mirando a Changbin, el hijo de las Mohyo. El niño estaba embobado viendo como Dahyun giraba en su lugar haciendo que su falda se levante— Se me hizo corto, por suerte. No veía la hora de verlas —le dijo Tzuyu acariciando el rostro del perezocito— Conseguí el libro que querías —la cara de Hye-won se iluminó.

— ¿En seri...? —Yuri llegaba a saludar a la morena e intimidaba a la melliza.

— ¿Cómo estás Tzuyu? —Le preguntó la amiga de su hija.

— Bien Yuri ¿y tú? —Contestó observando que la cara de su hija había adquirido un color rojo tomate y que despacito la melliza se había alejado silenciosamente.

Después de charlar un rato con el grupo, la morena prestó atención donde pensaba que estaba el foco de la cuestión, más alejadas del grupo, estaban su esposa y su otra melliza— ¿Minju, Sana algún problema? No sabía que te sabías la coreografía de tus hermanas pececito —agregó mirando a su hija.

— Tzu... —Sana quiso intervenir.

— Un segundo —la frenó la deportista— Primero lo importante —Agarró a su esposa y le dio un buen beso— Hola —saludó.

Una sonrisa enorme se le dibujó a la rubia, Minju giró los ojos— Hola — respondió.

— Ahora sí, ¿Qué pasa? —Insistió— No es que no me guste ver mi patio lleno de porristas, pero ¿a qué se debe todo esto? —Preguntó en general, todas estaban esperando la reacción de la morena.

Minju miró a su madre buscando ayuda— Minju va a hacer la prueba para ser porrista —dijo mirando a su mujer— Y la estamos ayudando a prepararse —informó.

Tzuyu sonrió y miró a su hija— ¿En serio Min? ¡Qué bueno! —Todas abrieron los ojos gigantes— ¡Basquetbolista y porrista! ¡Guau! —allí estaba el problema.

— Eeee... En realidad —Minju se aferró a la rubia y agachaba su cabeza. Sana siguió por ella.

— Va a dejar el equipo de básquet Tzu —le dijo— La entrenadora de porristas no permite que estén en otros clubes —informó.

Tzuyu miró a su hija, pero la joven seguía con la cabeza agachada y estaba casi detrás de la rubia— Bueno... al menos ahora de una vez podremos verlas a todas juntas ¿cierto? —dijo para sorpresa de las demás— ¿Necesitan practicar más? —Preguntó.

— De hecho, ya estábamos terminando —Sana trataba de ver más allá de la reacción de su mujer.

— ¡Perfecto! Tengo una idea —les dijo— Ya que están todas aquí ¿Por qué no hacemos una parrillada? Yo me encargo —consultó Minju— si quieres puedes invitar a Minho —le dijo.

— ¿PUEDO INVITAR A Hyunjin? —preguntó Sakura.

— Por supuesto Kura... pueden invitar a los que quieran —le dijo— Voy de compras —agarró a Eunchae de los brazos del cangurin— Me llevo a la mariposita —le dijo saliendo.

Las niñas fueron a hacer sus respectivas llamadas, entre otras cosas. Momo, Jihyo y Yoon Ah se acercaron a Sana— ¿Soy yo o algo no está bien? &preguntó la abogada.

— No eres tú, algo definitivamente no está bien —le aseguró Sana.

— A lo mejor es el impacto de perder su discípula deportiva —opinó Yoon Ah— Mami siempre vio a Minju como su sucesora en la cancha —dijo.

— Yo solo quiero decir una cosa —Habló Jihyo.

— ¿Qué quieres decir Jihyo? —preguntó su esposa.

— Suerte Sana —Dijo— porque por la forma en que Tzuyu te miraba con el uniforme puesto, puedo apostar que la bestia está despierta —Sana sonrió, ella también se había dado cuenta.

— ¿Ustedes se acuerdan de que yo soy su hija no? —Preguntó el cangurin— ¿Cómo vas a decir ese tipo de cosas enfrente mío? —indagó asqueada.

Momo la miró— ¿En serio Yoon Ah? ¿En serio? —preguntó sorprendida— Después de la cantidad de veces que las has agarrado haciéndolo, te molestas por lo que dijo Jihyo...

— Tienes un buen punto —le dijo Yoon Ah— Aun así, creo que deberías hablar con ella mamá —Aconsejó.

— Lo voy a hacer, no te preocupes — afirmó la rubia.

— Nosotras nos vamos a sacar estos uniformes ¿Vienes Sanake? —Ofreció la abogada.

— ¿Sacarme el uniforme que tiene loca a mi mujer? ¡Si claro! —ignoró a sus amigas y se fue a hablar con Minju que la miraba desahuciadamente.

— Min... —la llamó— No te preocupes...

—  Ni siquiera protestó —el pececito pretendía un poco más de oposición de parte de Tzuyu.

— Dale tiempo cariño, tiene que reflexionar la noticia —la consoló.

— La perdí mamá, perdí mi cosa especial con ella. Lo sé —le dijo.

— No digas eso cariño, vas a ver que no —acariciaba su espalda— Porque no vas a cambiarte, ya debe estar por llegar tu novio —Sana definitivamente no podía posponer la charla con su mujer.

Sana no quería posponer la charla con su mujer, pero las cosas que Tzuyu le estaba haciendo con tan solo mirarla, la distraían. Desde que la ex jugadora volvió del supermercado y se puso a hacer la parrillada, Sana y ella no habían parado de seducirse mutuamente. La rubia exageraba su caminar más que nunca, le susurraba cosas, la miraba, la tocaba, se agachaba más que de costumbre, bailaba con sus hijas al ritmo de la música, que Momo en su pelea con su hija mayor se encargó de manejar. Muy por el contrario, la seducción de Tzuyu era distinta. La morena solo se limitaba a mirar a su mujer de formas exorbitantes. Mordía su labio inferior, le guiñaba los ojos, dejaba que sus ojos se estancaran en el trasero de su mujer por varios minutos y cada vez que Sana se acercaba a ella, Tzuyu dejaba que sus propias manos hicieran lo que quisieran.

Ahora mismo Sana se acercaba a la parrilla con su meneo de costumbre.

— Ven aquí —Tzuyu tiró de su mano y usando sus fuerzas la subió a la mesa que estaba usando de ayuda para cocinar. Sana dejó las piernas abiertas a propósito incitando a su esposa que se metiera entre ellas, cosa que la morena no tardó en hacer.

— Dime una cosa —le dijo a la rubia— ¿En el colegio cuando usabas este uniforme, también movías el trasero así? —preguntó pícaramente mientras colocaba sus manos en las piernas de su mujer.

— ¿Por qué crees que hacía lo que quería? —Respondió preguntando— Tenía el mundo a mis pies —siguió— ¿Por qué? ¿Te molesta? —Provocó.

— Para nada... Solo trato de imaginarme que hubiera pasado si te agarraba por uno de los pasillos caminando así —le dijo subiendo aún más sus manos. Los dedos estaban tapados por la corta falda del uniforme.

— ¿Qué hubieras hecho? —Sana también quería entrar en la fantasía.

Tzuyu subió aún más las manos, tanto que mientras toda su palma se deleitaba con el trasero de su mujer, sus dedos meñiques jugaban con el elástico de su ropa interior— Pues haría algo muy sencillo —le avisó— Te obligaría a deletrear una palabra para mí —le dijo mientras seguía jugueteando con ella.

— La capitana de las porristas nunca acepta órdenes de nadie —le dijo.

— Dije que te obligaría —se inclinó para agarra entre sus dientes el labio inferior de su mujer.

— No va a ser nada fácil —susurró Mina pasando su lengua por el labio resentido que había dejado su esposa— Y más si la palabra es muy larga —susurró volviendo a pasar su lengua por el mismo lugar, la morena seguía el movimiento con sus ojos y sus manos en la parte baja lo imitaban tocando piel sensible.

— Solo me hace falta una letra —basquetbolista versus porrista.

— Pues oblígame... Dame lo mejor que tengas morena —provocó.

— Dame una S... —Tzuyu iniciaba el deletreo mientras seguía las caricias por debajo de la pollerita— Dame una E... —Sana la miraba esperando a ver con que iba a salir— Dame una X...

— Te fala una —le dijo provocativamente la rubia.

— Tú me la vas a dar... Dame una... —uno de los dedos pulgares dejó de jugar en el elástico y se movió directamente para jugar con la parte ya húmeda de Sana.

— Oooo —Fue la reacción de la fotógrafa.

Tzuyu se alejó de ella— La basquetbolista tiene de perra a la porrista —rió.

Sana la miró— Vuelve acá —exigió. Tzuyu agitó en negativa su cabeza— Tzuyu... no lo voy a repetir... vuelve —presionó.

— No te tengo miedo Minatozaki — respondió pícaramente.

— Pues deberías —Sana se bajó de la mesa y caminó hacia su mujer.

— ¿Necesitan algo? —Hye-won llegaba al lado de sus madres.

— Mmm... ¿Puedes ir cortando la verdura si quieres? —le dio una tarea sacándole la lengua a su mujer. Hye-won la había salvado.

Tzuyu y Sana se hablaban con la mirada mientras observaban a su hija por un rato. El perezocito no paraba de mirar hacia el sector de la piscina donde Yuri se divertía con los demás. Sana sabía que si había alguien que podía manejar esta situación era su esposa.

— Voy a preparar la mesa —dijo la rubia. Le dio un pequeño beso a su mujer y acarició la cabeza de su hija, luego se fue.

— No va a pasar nada si solo sigues mirándola —le dijo Tzuyu a su hija.

Hye-won volvió la vista a las verduras— No estaba mirando a nadie —se protegió.

— Cariño... llevas años babeando por Yuri —habló la morena— no es ningún secreto para nadie —agregó.

Hye-won la miró preocupada.

— Hye —Tzuyu dejó lo que estaba haciendo para acercarse a su hija— ¿Te gustan las mujeres? ¿Te gusta Yuri? — Tzuyu tenía un presentimiento, pero no quería dar por hecho nada.

El perezocito dejó que sus lágrimas cayeran— No lo sé —confesó— Quiero decir... Me gusta Yuri, eso seguro... pero no lo sé —dijo bajando su cara.

— Hey —Tzuyu hizo que alzara su mentón— tranquila —imposible ver los mismos ojos de Sana y no derretirse— poco a poco ¿Si? Vamos despacio —dijo— ¿Miras otras chicas? ¿Alguna vez has mirado a los pechos de Momo? —era un método infalible.

— ¡Nooo! ¿Cómo se te ocurre? Es la tía Momo —Saltó nerviosa— Y no sé, cada vez que una chica se me acerca, me quedo sin voz, me pongo nerviosa, no sé qué decir. A Yuri ni siquiera puedo mirarla a los ojos —Hye-won se estaba abriendo— Solo basta con que me diga hola y todo mi sistema nervioso se para —Se notaba que era la más intelectual de sus hijas.

— Hye, de alguna forma tienes que empezar —le dijo Tzuyu— Prueba con un ¿Cómo has estado? ¿Estás de novia? O sacando algún tema de conversación — aconsejó.

— Encima de todo tiene diez años más que yo —siguió buscando las negativas — Es la mejor amiga de Yoon Ah mami — dijo— Estoy casi segura de que me ve como su hermanita menor —Afirmó agarrándose la cabeza.

Tzuyu giró los ojos ante lo exagerada de su hija— Hye... —Tzuyu lo tenía que hacer, sabía que desde Yoon Ah tenía prohibida las lecciones, pero esa situación lo requería— Hye... esta misma noche, vamos a empezar a trabajar en ti —le dijo recibiendo la atención de la rubiecita.

— ¿Esta noche? ¿cómo esta noche? —preguntó curiosa.

— Si esta noche empezamos el entrenamiento —Le afirmó la morena.

— ¿Entrenamiento? ¿Qué entrenamiento? ¿Tengo que leer algo? ¿Vamos a ir a la biblioteca o algo así? —le preguntó una entusiasmada Hye-won para su sorpresa.

— Hye... tranquila, confía en mi ¿sí? Tan solo no hagas planes para esta noche — avisó mientras miraba para la piscina y veía a Yoon Ah jugando con Eunchae, Momo tomando el sol en una reposera igual que Yuri, Jihyo ayudaba a Sana con la mesa, Minho y Minju se besaban en la piscina...¿Qué?

— ¡MINHO! —Gritó Tzuyu haciendo que el chico se separara de su hija— ¿TENGO QUE REPETIRTE LA CHARLA? —En realidad no había sido muy charlada la cosa, la única que había había hablado había sido Tzuyu.

— NO SEÑORA CHOU —contestó el muchacho alejándose aún más de su novia.

Tzuyu se quedó mirándolo por un buen rato, luego continuó su escaneo. Lo siguiente que la hizo frenar fue Sakura entrando al jardín de la mano de Hyunjin— ¡JUNG HYUNJIN! —nada de apodos— ¡VEN PARA ACA! —lo llamó. Hye-won a su lado giraba los ojos

— Si Tzuyu...

— Señora Chou Minatozaki para ti —le dijo apuntándolo con el cuchillo— ¿Cuáles son tus intenciones con mi hija? —le preguntó haciendo que el muchacho se sonrojara.

— ¿Intenciones? Ningunas, sólo somos amigos —aclaró temblando.

— ¿Tengo cara de tonta yo? ¿Hye-won tengo cara de tonta? —preguntó.

— Un poco si mami —El joven soltó una risa nasal.

— ¿A caso te estás riendo de alguien que tiene un cuchillo en la mano? —presionó.

—No... nooonono —empezaba le tartamudeo nervioso— No tiene cara de tonta señora Chou Minatozaki.

— Vuelve a contestar mi pregunta entonces... y esta vez con la verdad —le dijo.

— Cariño —Sana había seguido de cerca la interacción y hacía su aparición para evitar una catástrofe— Deja en paz a los chicos —Le dijo la rubia acariciándola para tratar de tranquilizarla— Jinnie Sakura te está buscando —Sana le tiró una soga de auxilio al muchacho.

— Nada de manitos —le dijo la morena antes de que alcanzara a huir— te voy a estar vigilando —usó la famosa seña de llevarse dos dedos a los ojos.

— ¡Tzuyu! —Sana la retó.

— Nada de Tzuyu, ese chico quiere comerse a una de mis princesas, el otro ya se la estaba comiendo... en mi piscina Sana, en mi cara —Sana y Hye-won se miraban— Y mira para allá —la deportista señaló donde Dahyun seguía bailando mientras Changbin seguía mirándola admirado— Lo tiene loco Sana, loco...

— Dahyun tiene diez años mami —Hye-won la quería hacer razonar.

— Eso no tiene nada que ver Hye-won, yo a los diez años... —La mirada de Sana la frenó.

— ¿Tu que a los diez años? —preguntó su hija.

Sana intensifico la mirada— Eeee... nada, ya está listo esto —salió del paso— Vamos a comer —les dijo— Pásame el pedazo de carne que se me cayó — Hye-won lo había dejado para dárselo a algún animalito.

— ¿para qué? —Sana no adivinaba que quería hacer su esposa con esa carne.

— Lo voy a cortar en tres, un pedazo para Minho, otro para Hyunjin y otro para Changbin —explicó.

— ¡TZUYU!

— ¡MAMI!

Se quejaron las otras dos.

— Es broma Dios, es broma... Vamos... — les dio un empujoncito— Tu ve adelante mío —le dijo a su esposa— Necesito algo para distraerme —y el trasero de Sana era lo mejor.

Después de la comida.

Se habían quedado sentados en la mesa, hablando y riendo de distintas cosas. Haciendo planes distintos, entre otras cosas.

— Pues esta tarde podríamos jugar al paintball —Ofreció Momo.

— YO NO VOY CON SANA —Se anticipó Tzuyu que tenía a Eunchae cabalgando en sus piernas.

— YO NO VOY CON TZUYU —Le siguió su esposa.

Todas giraron los ojos.

— ENTONCES YO NO JUEGO —dijo Yoon Ah.

— YO TAMPOCO —se le unieron sus hermanas y primas.

— ¿Y por qué no? —Les consultó su madre.

— Porque cada vez que juegan en contra —contestó Yoon Ah— Mami Tzu nos termina matando a todas para quedarse a solas en el campo con mamá y hacer vaya a saber qué cosa justificó su salida del juego.

— ¡Eso no es cierto! —se defendió Tzuyu.

— Mami el último partido me disparaste solo para eso —se quejó Sakura.

— Pero si ese es el objetivo el juego, aniquilar a tus enemigos —explicó la deportista.

— PERO YO ERA DE TU EQUIPO MAMI —Sakura tenía un buen punto— Y DEMORARON CASI UNA HORA EN SALIR DEL CAMPO —señaló a sus madres. Sana estaba roja tomate evitando recordar todo lo que ella y Tzuyu hicieron esa tarde.

— ¿A caso es mi culpa que ustedes apesten disparando? —Tzuyu no tenía nada de vergüenza— Además si yo quiero tomar de rehén a su madre, no veo el problema, el juego lo permite —les dijo.

— Al menos deberías tratar de que la rehén no sea tan ruidosa cuando la están "torturando" —Habló Yoon Ah.

— Pues yo debería decir lo mismo cada vez que tú y Jake se demoraban una hora en llegar desde el coche a la casa —el cangurin había heredado lo mormonal.

— ¡MAMI! —todas se habían tapado los oídos. Yoon Ah tenía el mismo color que su mamá Sana.

— Nada de Paintball entonces —concluyó Momo— Nos quedamos en la piscina no más —para ella no era ningún problema.

— ¿Vamos a ver los partidos mami? —Minju estaba lista para evaluar el equipo que ahora dirigía su madre.

— No te preocupes pececito, eso lo hago después —Tzuyu rechazó la ayuda de su hija.

Sana pudo ver tristeza en los ojos de Minju.

— ¿Esta noche vemos pelis en casa? —le preguntó Yunjin a sus primas rompiendo la incomodidad. Todas contestaron afirmativamente menos Hye-won que optó por no decir nada y rogar que eso pasara desapercibido.

— ¿Por qué no contestaste? —Por supuesto que a Sakura no se le iba pasar— ¿Tienes algo que hacer Ryu? —preguntó su hermana y ahora todas las miradas estaban sobre ella.

— Empiezo un entrenamiento con mami —dijo mirando a su madre para que la ayudara. Sana hizo lo mismo, pero con diferentes objetivos.

— ¿Un entrenamiento? ¿Qué entrenamiento? ¿Y porque yo no puedo participar? —Sakura seguía con las preguntas.

Tzuyu evitó la mirada de su esposa— Este... Hye-won va a empezar el gimnasio conmigo y...

— ¿Gimnasio tú? —Minju dudaba de su melliza.

— ¿Y porque a la noche? —Sakura no paraba nunca.

— Porque primero serán unas pruebas para ver como seguimos y tienen que ser lo más pronto posible, así podemos empezar —Tzuyu rogó que con eso se calmara el zoológico.

Las miradas seguían, pero no venían más preguntas. Tzuyu se relajó hasta que Sana se paró de su silla y dijo— Tzuyu te necesito en la cocina un segundo —la rubia caminó y la morena se levantó para seguirla.

— ¡DOMINADA! —Gritó Momo.

— ¡MORMONALES! —Esa fue Yoon Ah.

Sana la esperaba apoyada en la mesada.

— Dime cariño —Tzuyu se hizo la simpática.

— ¿Por qué no dejaste que Minju vea los videos contigo? —directo al grano.

— No es necesario que lo haga —contestó evasoramente.

— Tzuyu...

— No Sana, escúchame, sé que piensan que estoy enojada con ella por haber dejado el equipo de básquet, pero no es así. En absoluto —le aseguró.

— ¿Y entonces? Porque no me puedes decir que no tienes nada para decir al respecto —dijo la rubia— sé que algo te perturba —agregó.

— ¿Por qué no me lo dijo? Quiero decir, nuestras hijas nos dicen todo, hay veces que demasiado —recordó la vez que Yoon Ah había tenido su primera vez, como el cangurin saltaba en el sillón cantando "I just got Laid".

— Tenía miedo...

— ¡Exacto! ¿Ves? Algo mal debo estar haciendo con ella como para que me tenga miedo. La presione demasiado y eso se acabó. Me estoy equivocando, quiero decir, incluso dejé sola a Hye-won con su asunto... esta noche todo cambia —dijo.

Sana se había olvidado por un instante de ese asunto— ¿Qué vas a hacer esta noche Tzuyu? —Sana tenía un presentimiento, y con la mirada la morena se lo confirmó— NO NO NI SE TE OCURRA —la frenó.

— Pero Sana...

— TZUYU... tiene dieciséis años, no la puedes llevar a un club de stripers —dijo firmemente.

— Yo tenía trece cuando...

— Ya lo sé... pero no... no Tzuyu, no la vas a llevar y punto —se afirmó en su decisión.

— Cariño... Siento lo que te voy a decir, pero la Sangre Minatozaki no trae entre sus genes saber conquistar gente, son pésimos en eso —la boca de la rubia se abría.

— ¿Cómo te atreves a decir eso? —Era un insulto— tengo que recordarte que yo hago un chasquido y tengo a quien quiera —le dijo.

— Primero que tu no le vas a chasquear a nadie mientras tengas ese anillo puesto ¿De acuerdo? —celos on— Y segundo... gran parte de tu éxito se debe a que eres la mujer más hermosa del planeta tierra Sana, y si encima agregas el movimiento perfecto de trasero, eres irresistible — Sana no pudo evitar sonreír ante esto— Pero cuando tienen que hacer el trabajo duro, cuando tienen que remar, no saben hacerlo...

— Eso no es cierto... mira a Sakura...

— Sakura probablemente ate en una silla a su pareja hasta que acepte casarse con ella —reflexionó.

— Si eso es cierto —aceptó Sana.

— Escucha amor... Hye-won ni siquiera puede mirar a los ojos a Lia... y si logro que mire a los ojos a alguien que está bailando desnuda, va a ser un gran avance —dijo.

— No quiero que ni tu ni mi hija vayan a lo de Mary solas...

— Entonces ven con nosotras —buena idea— Y de paso te enseño un par de cositas a ti también —Tzuyu se le acercó sutilmente.

— ¿Y por qué no empiezas a darme las clases ahora? —la rubia le siguió el juego y puso los brazos alrededor del cuello.

— Lección número uno —Tzuyu la apretó contra la mesada— nunca dejes de usar este uniforme cuando yo esté cerca —le murmuró para después besarla.

— ¡DIOS! ¡OTRA VEZ NO! —Nuevamente Sakura interrumpía su momento— ¡PORQUE SIEMPRE TENGO QUE SER YO LA QUE LAS VEA! —Se quejaba.

— ¿Puedes dejar de hacer tanto escándalo? —le pidió Tzuyu— Era solo un beso —se justificó.

— ¿UN BESO? ¿UN BESO? ¿Y LAS MANOS EN EL TRASERO? ¿Y LAS FOTOS? ¿Y LOS RUIDOS? —Seguía exagerando— En serio... tenemos que hacer algo —les dijo la joven— esto no puede seguir así —les dio un ultimátum.

— Sana —Tzuyu interrumpió el cacareo de su hija— ¿te acuerdas que el verano pasado, esa tarde que estaba lloviendo muy fuerte en la casa de campo y tú me mandaste a ver qué estaba haciendo Sakura en la casita? —Apenas Tzuyu preguntó, Sakura recordó el momento y abrió los ojos enormes.

— Si me acuerdo... me dijiste que estaban con Hyunjin jugando a las cartas y que estaban bien ¿Por qué? —le preguntó curiosa.

— Porque en realidad...

— ¿Saben qué? —Sakura la interrumpió— Estaba exagerando, después de todo ustedes se aman. Y es bueno andar demostrándose el amor —dijo saliendo del paso.

Sana la miró raro— Voy a hablar con Hye-won sobre su entrenamiento ¿Si? —le dijo a Tzuyu y salió de la cocina.

— Nos vemos cariño —Tzuyu disimuló.

— Chau mamá —Sakura también disimuló.

Apenas Sana se fue Sakura se acercó a su madre— Tenemos que arreglar algo... una seña o algo así... como poner una media en la puerta, o decir "me voy a poner la remera azul", algún tipo de señal o código —le dijo a su madre.

Tzuyu se rió— Tengo una idea mejor —le dijo a su hija— La contraseña es la siguiente... escucha bien —se acercó al oído de su hija— Te vuelvo a ver besando a alguien llamado Jinie y te vas a levantar conmigo a correr todas las mañanas —amenazó.

— ¿No te parece un poco larga la contraseña? ¡OYE! —cayo tarde, pero cayó— ¡No serías capaz! —le dijo.

— Ooo si... sería muy capaz —dijo caminando hacia la puerta.

— Mami... tengo una duda —Sakura la frenó— ¿Tus pechos tienen nombre? —llevaba tiempo con la misma duda.

— Por supuesto —contestó Tzuyu— Te presento a Kura uno y Kura dos —Bromeó.

— ¡No es cierto! —Protestó.

— SI claro que es cierto... Dile hola a Kura uno y a Kura Dos —se levantó el busto y luego caminó rumbo al jardín.

— ¡MAMI! —gritó protestando— No sigas —Sakura había una sola.

— Vamos a comer el postre Kura tres — Tzuyu seguía bromeando.

— ¡MAMA! DILE A MAMI QUE SAKURA HAY UNA SOLA.

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