Capítulo 65.- Las mujeres de mi vida

Domingo en la mañana – Casa Chou Minatozaki.

— ¿Seguro que no quieren quedarse a desayunar? —Tzuyu les preguntaba a sus amigas en voz baja. Momo y Jihyl estaban paradas enfrente de la puerta y cada una sostenía una niña dormida en sus brazos.

— Gracias Chewy, pero Momoring y yo tenemos mucho que hablar aún y está gruñona, no ha podido dormir mucho por lo que veo —Momo estaba a puro bostezo.

— No sé cómo haces para dormir en ese condenado sillón lleno de niñas por todas partes —Las tres mayores miraron el sofá cama en el que ahora estaba Yoon Ah estirada como si fuera dueña del mueble. Hye-won estaba a un lado de ella y le atravesaba una pierna por encima de su estómago mientras usaba uno de los pechos de su hermana como almohada. Kura ocupaba todo el otro costado y se había acaparado solo para ella las dos almohadas, una la usaba para su cabeza y a la otra la tenía abrazada como si tuviera miedo de que se escapara. No crean que Minju estaba incomoda, la otra melliza había obligado a sus hermanas a dormir con las piernas encogidas ya que se había hecho ama y señora de la parte baja de la cama.

— Después de tantas noches en el sillón te acostumbras —se justificó la deportista.

— Pero si me desperté porque la ratita menor me sacó la almohada no muy sutilmente —se quejó la abogada.

— Sakura siempre hace eso, no puede dormir sino tiene dos almohadas o al menos algo para abrazar —explicó— Agradece que al pececito no se le dio por recitar la poesía del otoño —Dijo.

— ¿La poesía del otoño? —Era algo que a Sana le podía interesar.

Antes de que Tzuyu pudiera contarles, Minju se había parado en la cama y con los ojos cerrados empezó a recitar...

"El otoño es un enano, con un tarro y un pincel

Pinta todo de amarillo pues no tiene otro color

Va trayendo viento frío

Y llevándose el calor"

Hizo una reverencia y se volvió a acostar como si nada hubiera pasado.

— Bueno imagínate eso a la mitad de la noche —les dijo orgullosa de su hija.

— ¡Por Dios Chou! Una de tus hijas roba almohadas y la otra es una poeta sonámbula. Le dije a Sana que tanto sexo durante los embarazos iba a tener repercusiones —se quejó la mayor dando paso a un nuevo bostezo.

— ¿Te vas a correr? —le preguntó Jihyo a la morena mientras caminaban hacia el taxi.

— Si —le aseguró— Total tengo varias horas más hasta que mis mujeres se despierten —no era día de "madrugones" para todas las rubias de la casa.

— Mañana nos avisan lo que salga de la ecología...

— Ecografía Jihyo —Dos hijas y todavía no se lo aprendía.

— Eso...

— Por supuesto Jihyo, apenas sepa el sexo de mi bebe las llamo —les dijo, Jihyo le dio un beso y dejo que Tzuyu se despidiera del dormido patito que tenía en sus brazos para después subirse al taxi.

— Oye bomboncito —la abogada entraba en modo nervioso— Gracias por lo de anoche...

— Si es porque dormimos apretaditas y calentitas, ya sabes que no fui yo la que te hizo cucharita —Tzuyu acarició a la cucharita llamada Yunjin que tenía cargada su amiga.

— Tu sabes porque lo digo —Era más que evidente.

— Lo se Moguri. Lo sé. Yo no puedo concebir la idea de ustedes dos separadas y mucho menos si esa idea destroza a mi mujer —confesó— Hazla feliz Momo. Si Jihyo es feliz, tú lo serás. —Tzuyu se sentía identificada.

Momo miró a Tzuyu por unos instantes— Gracias —repitió— Por esto y solo por esto, voy a dejar pasar la mano en el trasero que me metiste en la noche —dijo.

— ¡Yoon Ah me estaba empujando! —Se defendió Tzuyu.

— Lo que te sirva para convencerte bomboncito, lo que te sirva —acercó la cabeza de su hija para que la deportista se despidiera con su habitual beso en la cabeza de su hija— Nos vemos... No te olvides de avisarnos —fue lo último que Tzuyu escuchó antes de ponerse sus auriculares y empezar su trote matutino.

Cuando Tzuyu volvió todo seguía casi igual, el casi era porque ahora la que estaba arriba de Yoon Ah, era Sajuda y no Hye-won, la cual, al verse desplazada por su hermana y sus almohadas, se había hecho un ovillo en uno de los costados de la cama. Minju ya no era solo ama y señora de los pies del mueble, ahora también lo era de las sábanas. Mientras sus hermanas se tenían que dar calor entre ellas, el pececito era el único que estaba tapado. Tzuyu giró los ojos y subió las escaleras hasta su cuarto.

Apenas entró a la habitación, no pudo evitar girar los ojos de nuevo. Al igual que Yoon Ah, Sana estaba estirada por toda la cama boca arriba. Al igual que Sakura, se había adueñado de dos almohadas. Y copiando a Minju, la rubia, había logrado que toda la ropa de cama estuviera encima de ella. Tzuyu pensó en irse directo a la ducha, pero como tener a Sana semi desnuda en una cama y no aprovecharse de la situación. La morena caminó casi en puntas de pie hacia la cama— Maldito pijama que tapa a Squishy y Spongi —Susurró. Claro la rubia había compartido cama con Jihyo, por ende, no estaba Tzuyu para obligarla a dormir sin ropa— Bue... habrá que poner las cosas en su lugar —Muy despacito tomó de la parte de arriba de la ropa de dormir y la empezó a deslizar hacia arriba.

— Mmmm —Sana se removió en su lugar impidiendo que la basquetbolista siguiera con su cometido. Por el contrario, se lo dificultó aún más cruzando un brazo por su estómago

— Demonios —se quejó Tzuyu— No me puedo ir a bañar sin antes mirar mis maravillas —se dijo a sí misma.

La morena se agachó a la altura del estómago de su mujer— Psss —le habló— Psss lobito —intentó— LOBITO yano lo gritó pero lo susurro más fuerte, la intención era despertar a su bebé para que iniciara una cadena que termine en su mamá despierta y desnuda y si es posible con Tzuyu encima de ella, pero no estaba dando resultado— Dios mío, otro "madrugador" —iban a ser cinco durmiendo a la par de su esposa— Piensa Tzuyu, piensa —se forzaba a idear algo que la ayudara a desnudar a su mujer.

La deportista se quedó mirando el cuerpo desparramado de Sana. "Plim" Lamparita, la idea había llegado. Tzuyu se acercó a la cabeza de su esposa— Tienes calor cariño, mucho pero mucho calor. Un calor sofocante —La deportista acudía a la hipnosis.

— MMmmmm noo... frio... —Sana no se dejaba convencer tan fácilmente.

— No cariño... no tienes frio... tienes mucho calor, muchísimo calor —agregó— Estás transpirando de tanto calor que tienes —presionó.

Sana volvió a moverse varias veces— Noo, calor no... frio mucho frío —nada fácil era la rubia, agarró la colcha que cubría solo sus piernas y se tapó enterita con ella.

— ¿Pero en que estoy pensando? — Tzuyu sabía que algo estaba haciendo mal— Si siempre me lleva la contra en todo, solo para hacerme rabiar —razonó— Bien... ¿Quieres jugar? Vamos a jugar —le dijo y se acomodó en su lugar.

— Tienes frío Sana, mucho frio —le dijo — Tienes tanto frio que no puedes evitar que tu cuerpo tiemble... tanto frío que parece que estuvieras en el polo ártico —especificó.

— Mmmm No... Frío no... calor —la rubia agarró la colcha y se la sacó de encima como si pesara cien toneladas. La sonrisa se empezaba a dibujar en la cara de la deportista.

— No cariño, no. Estás temblando de frio, necesitas taparte más, mucho más...

— No, no... —Sana se oponía moviéndose en la cama— Calor... mucho calor... — siguió.

— ¿Quieres que te tape? ¿O que te ponga el pijama? —le preguntó malignamente Tzuyu.

— Calor... mucho calor —se quejaba la fotógrafa tocándose el cuerpo.

— Déjame que te ponga el pijama cariño, sé que tienes mucho frio —insistió una sonriente Tzuyu.

— ¡Noo! ¡Mucho Calor! —casi asustando a Tzuyu, Sana se sentó en la cama sin abrir los ojos y se llevó las manos al borde de la sudadera de Tzuyu que aun usaba para dormir y tiro de ella brutalmente quedándose como Dios la trajo al mundo, al menos en su parte superior. Luego se volvió a dormir.

— ¡SIII! —Festejó Tzuyu— ¡Mis bebes! — Squishy y Spongi estaban a su disposición.

— Buen día —las saludó— Mami no se quería ir a bañar sin saludarlas —les habló de cerca— Están preciosas, como siempre. Y las tengo que aprovechar ahora porque dentro de meses, este lobito de aquí —tocó la panza de su mujer— se las va a querer devorar y... — movimientos del lobito interrumpieron las palabras alusivas de Tzuyu— Ups — Sabiendo lo que se venía Tzuyu huyó al baño, basta de posponer la ducha.

Un rato después, el tiempo que demoró el baño de la deportista, Tzuyu salía del baño y se encontraba con su esposa sentada con su espalada apoyada en la cabecera de la cama, brazos cruzados, la sudadera puesta y un rostro lleno de pucheros— Buen día cariño —La morena actuaba lo más disimulada posible— ¿Algún problema? —le preguntó mientras se cambiaba.

— Se despertó temprano —dijo tocándose su panza.

— ¿En serio? ¡Qué raro! ¿Por qué será? —Antes muerta que confesar y volver al sillón.

— No sé —Sana se encogía de hombros sin olvidarse de exagerar su cara de enfado— Tzu... —la llamó.

— Dime amor de mi vida—Tzuyu se subía a la cama ya cambiada.

— Creo que Jihyo me desnudó —le dijo— Me desperté desnuda y tu sudadera estaba tirada en la otra punta —Sana sabía de qué Jihyo era capaz de eso y mucho más.

— No creo amor —tampoco era para ensuciar el nombre de sus amigas— Seguro te dio calor —plantó la duda.

— No lo recuerdo... es decir, recuerdo haber tenido mucho frio primero... Pero después —Sana trataba de pensar— Si... puede ser que me haya dado calor — concluyó para que la pudiera volver a respirar tranquila— Pero... —A aguantar la respiración de nuevo— También recuerdo otra cosa... —Miró a Tzuyu en forma sospechosa.

— ¡Toc! ¡Toc! —Alguien golpeaba la puerta de la habitación— ¿Podemos pasar? —sintieron la voz de Yoon Ah preguntar. Era domingo, tocaba desayuno familiar.

— Pasen, pasen —las alentó la jugadora con toda la intención de que Mina se olvidara de la conversación.

Las dos madres giraron los ojos casi al mismo tiempo cuando vieron entrar a sus hijas haciendo un trencito. A Sakura, que venía primero, le estaba tapando los ojos Minju, a Minju se los tapaba Yoon Ah y a su vez, Hye-won, que venía dormida en los brazos del cangurin, le tapaba los ojos a su hermana mayor como podía.

— Tú y tus reglas amor —le dijo Sana rememorando la norma inventada por la morena.

— Oye agradece que el lobito te despertó antes, porque si no te encontraban desnuda por culpa de Jihyo —no quedaba otra que hundir a la bailarina.

— ¿Les falta mucho para terminar de hacer las cosas de bultos? —Preguntó Sakura.

— De adultos Kura —la corrigió Yoon Ah.

— Eso. Es que tengo hambre —se quejó.

— Yo también —la apoyó el pececito.

— Yomsmsaen —Suponemos que el perezocito se unía a la protesta de sus hermanas.

— ¡Aliméntenos madres! —Yoon Ah incrementaba el pedido.

Tzuyu sacudió su cabeza pensando en qué carajo había estado fumando o tomando cuando pensó en tener siete hijos. Sana debió haber estado pensando lo mismo porque agarro a la morena por su remera y la tiró hacia ella— Sale lobito, cierra zoológico ¿De acuerdo? — murmuró.

— Completamente de acuerdo amor — Besó a su esposa y rumbeó hacia la puerta para ir a preparar el desayuno.

— Mami —Desde Yoon Ah a Hye-won le estiró los brazos a Tzuyu quien no dudo en recibirla. Las dos salieron de la habitación mientras las demás escalaban en la enorme cama de sus madres.

En la cocina.

Tzuyu preparaba todo con su hija en brazos— Latte para Sana —colocaba en la bandeja— Leche chocolatada con galletas para Yoon Ah y Hye-won...

— Con muchas galletas —apuntó la pequeña.

— Con muchas galletas —repitió Tzuyu poniéndolas en su lugar— cereales de colores para Min —una cosa más en la bandeja— Y por último...

— Jugo para Sakura —la ayudó su hija.

— El jugo de naranja con sus galletitas de animales para Sakura —Desayuno listo— Perezocin cambia a posición koala —pidió la morena a su pequeña. Hye-won se trasladó ágilmente espalda de su madre y se aferró a su cuello.

— Listo —anunció la pequeña. Tzuyu agarró la bandeja y con su hija acuesta maniobro para llegar a la habitación.

En la habitación.

— ¿Yo puedo besar a Hyunjin? —Sakura indagaba a su mamá

— Tú no puedes besar a nadie —Tzuyu entraba justo para la pregunta. Hye-won se descolgaba de ella y trepaba en la cama para acomodarse en las piernas de Sana.

— Pero Yoon Ah besó a Jake —se justificó la pequeña y sin querer logró que Yoon Ah recibiera la mirada de la deportista.

— Cariño... —Sana salía al rescate— tu eres muy pequeña aun, Yoon Ah puede besar a su novio porque ya son adultos —la explicación iba más dirigida a su esposa que a su hija.

— ¿Y cuando uno es bulto? —preguntó la más pequeña.

— Adulto —la corrigió Yoon Ah que evitaba a toda costa el contacto visual con Tzuyu.

— Eres bulto a los treinta y ocho años más o menos —Tzuyu volvía a la conversación, ya había perdido una, no iba a perder a las otras. Sana giró los ojos.

— ¿A qué edad fue tu primer beso? —Les dije que cuando Hye-won hablaba siempre acertaba. Menos mal salió primero a contestar que Sana.

— A los trece —confesó la fotógrafa tomando de su latte— Con un compañerito del colegio —explicito.

— ¿Y tú mami? —Estas mellizas no dejaban pasar una.

— A los treinta y ocho —dijo sin titubear. Sana y Yoon Ah se partieron de la risa. Yoon Ah casi escupe toda su chocolatada— Además eso no importa —se apresuró a cortar las risas— No puedes besar a Hyunjin y punto —finalizó.

— ¿Por qué no? —Sakura tomaba su jugo.

— Porque no puedes besar a alguien que le dicen Jinnie y... y... y... —Dios, sus hijas iban a ser la muerte de Tzuyu, tenía cinco pares de ojos esperando a ver que iba a decir. Un suspiro y volver a comenzar— Y que siempre que sea con amor, cuidado y respeto pueden besar a quien quieran —Tzuyu se dio por vencida, en fin y al cabo eso era lo que le habían enseñado sus propios padres. La morena se dejó caer en la cama.

— Niñas creo que su mami necesita cariño —les dijo Sana.

— Aaaaaa —Yoon Ah fue la primera en tirarse encima de su madre— Te queremos mami —le dijo.

— Yo también te quiero mami —Minju aumentó la montaña que iniciaba Yoon Ah.

— Y yo —Hye-won era la que seguía.

— Yo también, aunque seas un bulto —Sakura terminaba la pirámide

— Falta el lobito —Dijo Sana y con cuidado se apoyó en sus hijas.

— ¡No le digas así! —fue el reproche generalizado.

Al día siguiente en la clínica.

— ¿Dónde está mami? —nerviosa la morena no había podido quedarse quieta esperando que las llamaran. Sakura le había perdido pisada y ahora la requería.

— ¿Te acuerdas cuando nos íbamos a enterar del sexo de Sakura? —le preguntó Yoon Ah a su madre.

— ¿Qué pasó?

— La noche antes de que supiéramos que tu ibas a ser una niña —Sana agarró a Sakura y la sentó en sus piernas— tu mami Tzuyu quería tirar al aro, y como aun vivíamos en el anterior departamento tuvimos que irnos al estadio de las Liberty —contó.

— Nuestro primer campamento —Agregó Minju. Literalmente las niñas y Sana habían acampado en el estadio.

— ¿Y porque anoche no acampamos? —El lechucín consideraba que la habían estafado— YO TAMBIEN QUERIA IR DE CAMPAMENTO —Sakura se cruzaba de brazos.

— Anoche tu madre se sacó los nervios de otra forma —Eso no debió haber salido en voz alta.

— Lo sabemos mamá... Las paredes de la casa nueva no son a prueba de sonido —Dijo la mayor.

— Aún cariño, aun no lo son —le aclaró. Esa misma tarde habían contratado una empresa que se iba a encargar de arreglar ese pequeño problema.

— ¡Yoon Ah! —Ninguna vio de donde apareció Tzuyu— Necesito que vengas conmigo urgente —miró su reloj— Aún tenemos media hora ¿Cierto cariño? — Miró a Sana y agarró la mano de su hija.

Sana asintió— ¿Qué van a hacer? —le pregunto luego de recibir el usual beso de su mujer.

— Luego te cuento... No hay tiempo —Besó a sus otras hijas y se llevó a Yoon Ah prácticamente arrastrándola a toda velocidad.

— ¿Qué hacemos aquí? —le preguntó Yoon Ah cuando su madre golpeaba en uno de los consultorios de la clínica.

— Bueno estaba caminando por aquí cuando me crucé con una simpática ginecóloga —la puerta se abrió mostrando a una bonita mujer con un guardapolvo blanco.

— Adelante señorita Chou, imagino que esta es su hija Yoon Ah de la que me habló —la mujer las dejaba pasar a su consultorio.

— Si, si ella es —le aseguró.

— Hola Yoon Ah, soy la Doctora Payton — le dio la mano a la joven— Tu mamá me dijo que te acabas de poner de novia y que estás pensando en tener relaciones —soltó como si nada.

— ¿QUEEEE? —Yoon Ah estaba escandalizada, su verdadera mirada asesina salía a la luz e iba directamente dirigida a su madre.

— Cangurín escucha —Tzuyu pedía calma— Solo quiero que hables con la Doctora, que te saques todas tus dudas —explicó— Por más que tu madre y yo seamos sexualmente activas...

— Demasiado para mi gusto —opinó la chica.

— Si viera a mi esposa me entendería —le dijo Tzuyu a la doctora— en fin, como decía, nosotras somos lesbianas y capaz que la doctora sepa cosas que nosotras no y... —la tos seguía— me gustaría que vieras la posibilidad de consultarle por métodos anticonceptivos —en estos momentos era cuando Tzuyu agradecía la educación que sus padres le habían dado.

La cara tomate de Yoon Ah era mejor poesía que la del otoño que recitaba Minju dormida— Eeee... yo... —se aclaró la garganta.

—  Dime Yoon Ah —la doctora la interrumpió— Tú y tu novio aun no tienen relaciones ¿cierto? —recibió una afirmación por parte de la doctora y un suspiro de la morena.

— Perdón —pidió Tzuyu— Me estoy acostumbrando —la morena estaba dispuesta a aprender.

— ¿Piensan en tenerlas? —preguntó la profesional.

— Esteeee —Yoon Ah se agarraba el cuello.

_ ¿Quieres que te espere afuera? —le preguntó su madre.

— No no no —se apresuró a decir— Quédate —le pidió para después mirar a la doctora— No lo hemos hablado, pero pienso que en un futuro puede ser que pase —le dijo agacha cara.

— Dios mío ¿Por qué esto es tan difícil? —Tzuyu apoyó la cabeza en el escritorio— Perdón de nuevo —pidió— sigan, por favor, sigan —insistió.

— ¿Tienes alguna duda de la mecánica? —siguió con la indagación.

Yoon Ah negó— No... —Desde chica Tzuyu se había encargado de explicarle todo mientas Sana seguía con las cigüeñas— Pero me gustaría... ver la posibilidad de cuidarme con anticonceptivos, cuando llegue el momento —se apresuró a decir.

— Perfecto —la doctora agarró una de sus tarjetas— Cuando te sientas segura, aquí está mi tarjeta. Llamas, pides una cita y te explico lo que hay que hacer, lo que hay que comprar, etc. ¿De acuerdo? —la adolescente asintió— Y esta tarjeta es para usted —se la entregó a Tzuyu.

— Disculpe doctora, pero no creo que yo necesite anticonceptivos —rió Tzuyu.

— Es por las dudas algún día deje de ser Señora y vuelve a ser señorita —Mira que descarada la doctora, coqueteando enfrente de Yoon Ah.

Yoon Ah giró los ojos y esperó la reacción de su madre— Mínimo, después de tener el descaro de coquetearme delante de mi hija, mínimo nos merecemos paletas de fresa gratis...

— ¿Están ricas no? —Tzuyu lengüeteaba su paleta.

— Le sacaste siete paletas mami —le dijo Yoon Ah chupeteando la suya.

— Y tres tiras de aspirinas —Tzuyu estaba orgullosa.

— Y espera a que le contemos a mamá, seguro hace que la tía Momo la demande por mala praxis —comentó.

Ambas se frenaron— Gracias —le dijo Yoon Ah— Sé que es difícil para ti, así que gracias por acompañarme —le dijo hija a madre.

— Quiero que hables conmigo o con tu mamá cualquier cosa cangurin. No te guardes nada —Yoon Ah la miró.

— Bueno si... guárdate los detalles mejor... Pero el punto es, que nosotras vamos a estar siempre, para lo que necesites ¿Lo sabes no? —momentazo.

— Lo sé mami, lo sé —la ya no pequeña Yoon Ah se abrazó a su mamá como lo hacía en aquella época.

— ¡MAMI! ¡YOON AH! —Minju llegaba a buscarlas— Es el turno de mamá —les dijo. De Tzuyu solo quedó el humito que dejó cuando salió corriendo.

— ¿Cómo estas cariño? —Tzuyu apareció al lado de la camilla donde Sana estaba recostada— ¿Te sientes bien? Respira hondo... todo va a estar bien... todo va a estar bien...

— TZUYU —Sana la despabiló— No estoy teniendo al bebe, es sólo una ecografía —la calmó.

— Cierto... cierto —la deportista respiraba hondo— Perdona, son las hormonas —explicó.

Sana la miró extrañada— ¿Tengo que recordarte que yo soy la embarazada? —preguntó sin disimular la risa.

— No son esas hormonas —le aclaró.

— ¿Y entonces? —insistió la rubia.

— Tengo muchas ganas de hacerte el amor —no es momento Tzuyu, no es momento.

— ¡Tzuyu! —Sana no sabía si retarla, reír o qué hacer.

— Perdón cariño, es que fuimos a la ginecóloga con Yoon Ah y escuche muchas veces la palabra sexo y tú sabes que para mí sexo es igual a Sana —explicó.

— ¿A una ginecóloga? —Era lo que le había quedado— ¿Cómo te fue? —preguntó.

— Uno de los peores momentos de mi vida —exageró— De solo pensar que lo tengo que hacer tres veces más me dan escalofríos —siguió exagerando— A propósito, la doctora quiso intentar algo conmigo ¿Empezamos doctor? —Se lo tenía que decir como si nada.

— Espere doctor ¿Qué dijiste? —le preguntó.

— Qué la doctora quiso algo conmigo — repitió.

— ¡Yoon Ah! Pásame mi celular —Sus hijas estaban esperando saber el sexo de su hermano o hermana.

— No vas a llamar a Momo amor —Tzuyu no quería ninguna demanda.

— Pero...

— Pero nada cariño... veamos el sexo de nuestro bebe y después te comes una paleta —le cambió la idea— Estamos listas doctor —anunció mientras agarró más fuerte la mano d esposa. Yoon Ah se acercó con Sakura en sus brazos y las dos mellizas a su lado.

— Ya sabes que esto va a estar un poco frio —le avisó el doctor antes de ponerle un líquido en su estómago.

La mano libre de Tzuyu agarró una manita chiquita que no pudo identificar bien de quien era. Se había formado una cadena familiar.

— A ver... a ver —El doctor hacía lo suyo— Bueno.... Se deja ver perfectamente —informó— ¡Felicitaciones! —Dijo— Señoras Chou Minatozaki... Van a tener otra nena —Silencio rotundo.

— Tzu... bebé... amor... —la morena no reaccionaba— Vamos a tener otra nena... tu lobita —le dijo.

Tzuyu no dijo nada, se movió para agarrar una por una a sus hijas y subirlas en la camilla. Quedaron todas apretadas.

— Tzu amor... —Sana quería comprobar que la morena estaba bien.

Tzuyu las miró a todas— LAS AMO ¿ME OYEN? AMO A TODAS MIS MUJERES —Como pudo Tzuyu las envolvió en un abrazo— ME VAN A VOLVER LOCA, PERO LAS AMO —agregó.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top