Capítulo 60.- Propuesta indecente
Casa Chou Minatozaki.
— Déjame ver si entendí bien... —Momo y Sana estaban sentadas enfrente de una embarazada Sana de ocho meses. La rubia las había llamado de urgencia para hablar con ellas aprovechando que Tzuyu, a pedido de su esposa, se fue al parque con Yoon Ah y la pequeña Yunjin. Sana le dijo que necesitaba un tiempo con sus amigas sin que las pequeñas interrumpieran, pero en realidad el tema que tenía que hablar con ellas tenía un solo nombre "Tzuyu"— ¿Tu...Chou Minatozaki Sana... quieres que... quieres que nosotras dos —Momo se señaló a ella misma y después a Jihyo— tengamos sexo con tu esposa? —El silencio le seguía a la pregunta y luego a continuación una afirmación con la cabeza de la fotógrafa.
Ahora mismo, la bailarina y la abogada estaban tratando de procesar la locura que se le había ocurrido a la fotógrafa— Lo sabía —afirmó Momo— Te lo dije Jihyo... entre Yoon Ah, el bomboncito y ahora esas dos mini bomboncitos que carga en la panza iban a ser mucho para ella, se volvió loca. Demasiados genes Chou sueltos, ya no hay salvación para ti amiga. Lo siento mucho —Sana giraba los ojos ante la exageración de su amiga.
— Momoring... creo que Sana está hablando en serio —Jihyo era más perceptiva que su mujer— Además tanto reniegas por los genes Chou y nuestra hija se está convirtiendo en una... ¿La viste como salió a toda velocidad hacia Chewy cuando llegamos? —le preguntó la bailarina.
— ¡Por supuesto que la vi! Es ese maldito club de las geniales que inventaron el bomboncito y la ratita. Mi hija se está convirtiendo en una de ellas. Dentro de poco le va a estar guiñando el ojo a las mujeres y abriéndole las puertas o yendo a verlas desnudas a algún bar...
— No te quejaste de ese bar cuando Tzuyu te llevó a ver a Jazmín —señaló Sana.
— ELLA LO PROMETIÓ —se defendió Momo— Prometió que después de que naciera mi hija me iba a llevar a verla —agregó— Jazmín me extrañaba también, ella me lo dijo —contó.
— Extrañaba los cien dólares por baile que le cobra a Tzuyu —la cruda realidad.
— NO ES CIERTO —Momo se sentía apuñalada. Jihyo miró seriamente a Mina, la bailarina no iba a aceptar que le rompieran la ilusión a su esposa, la fotógrafa entendió.
— Es mentira Moguri —mintió— Por ti no le cobran —volvió a mentir y Momo suspiraba tranquila— Ahora ¿Podemos volver a lo importante por favor? Demasiado me costó decidir pedirles esto —Sana necesitaba la ayuda de sus amigas.
— Sanake... sabes que ni Momorin ni yo tendríamos problemas en ayudarte a entretener a Chewy —Momo estaba de acuerdo con lo que decía su esposa— Pero no entendemos porque nos los pides —Jihyo estaba confundida.
— Ayer mismo casi matas a Jihyo por querer saludar a "durito" —"durito" era el nombre del cuadradito del estómago de Tzuyu que Sana le había cedido, no tan generosamente a Jihyo y digo no tan generosamente porque fue una larga discusión entre Momo y Sana que terminó ganando la mayor obviamente y porque Tzuyu terminó la pelea lanzando una moneda al aire.
— ¿Ustedes han visto últimamente a mi esposa? —les preguntó.
— la vimos cuando llegamos Sanake —le contestó inocentemente la bailarina.
— Ya lo sé Jihyo —no era eso lo que quería preguntar la embarazada— quiero decir si la han visto como mujer —replanteó la pregunta.
Ambas chicas se miraron— Eeee... Bueno ardilla... tu sabes que siempre miramos...
— Quiero la verdad —las presionó.
— Esta bien. Si, la hemos visto Sana y no solo nosotras, la mira todo el mundo. Está más flaca y tiene músculos nuevos que antes no le habíamos visto —confesó la mayor.
— Los de las piernas son muyyyy sexis —agregó Jihyo.
— ¡Exacto! —Coincidió Sana— ¿Ven lo que quiero decir? Ayer cuando fue a buscarme al estudio, no hubo una sola de mis modelos que no se diera vuelta a mirarla —protestó— Ylas heterosexuales lo hicieron —dijo enojada.
— ¿Puedes parar un momento Sanake? Todas le tienen ganas al bomboncito, entendido, pero lo que no sabemos aún es a donde entramos Jihyo y yo —Momo quería llegar a la parte importante.
— Que Tzuyu... Mi esposa... es una Diosa sexual y yo soy una bola con piernas indefinidas, que hace dos meses no puede tener sexo con ella. DOS MESES. ¿Saben lo que significan dos meses en el calendario de mi Tzuyu? Significa toda una vida de abstinencia —las chicas sabían que Sana no exageraba.
— Cuando Momoring tenía a Mako tampoco quería tener sexo, fueron como tres meses ¿O no Momorin? —le preguntó la bailarina para confirmar su data.
— Ni me lo recuerdes Jihyo, ni me lo recuerdes. No era yo en ese momento — nadie lo entendía. Bueno tal vez Sana si— ¿Tzuyu te está presionando? —no sonaba como algo que haría la morena.
— No... no, Tzuyu es un amor. Tengo suerte si después de estos nueve meses quiere seguir casada conmigo —opinó Sana.
— Créeme que yo después de lo del pistacho me hubiera separado de ti —dijo Momo rememorando aquella noche que Tzuyu se tuvo que levantar a buscar helado de chocolate y pistacho para el antojo de su mujer. Cuando la morena cayó con helado de esos sabores, Sana prácticamente se lo tiró por la cabeza y la hizo dormir en el sillón durante tres noches seguidas. Al parecer los antojos de la rubia eran muy inestables y según la rubia le había pedido chocolate con almendras y Tzuyu se había confundido. Había varios testigos que podían defender a la deportista, pero nadie se atrevía a contradecir a Sana.
— Para mí fue mucho peor la escena de celos en el supermercado —Acotó Jihyo. Esa escena fue memorable.
— TZUYU ESTABA COQUETEANDO CON ELLA —Se defendió Sana.
— El bomboncito estaba tratando de averiguar si esos eran huevos de codorniz o no. Porque te recuerdo, que, si llegaba a caer con huevos comunes, terminaban en su cabeza como el helado —dijo la abogada.
— Tampoco fue para tanto —Sana sabía que estaba equivocada.
Jihyo y Momo se miraron. La bailarina habló— ¿Te acuerdas como lloraba la empleada cuando Sana la llamó rompe hogares? —preguntó.
— ¿O cuando el gerente del supermercado se resbaló con los huevos que Sana tiró en el piso? —Ahora se reían, pero en ese momento más de uno quería huir del apocalipsis que se avecinaba
— ¿Y cuándo...?
— BUENO YA. Si NO ME VAN A AYUDAR, YA SABEN DONDE ESTA LA PUERTA —Sana no estaba de ánimos para cargadas.
— Nos vamos a ir lo mismo si no nos explicas mejor que quieres de nosotras —replicó la mayor.
— Quiero que tengan sexo con mi esposa antes de que ella decida hacerlo con alguna desconocida —dijo al fin la artista— ¿Tan difícil es de entender? —la rubia no estaba en toda luces.
Nuevamente la pareja se encontró perdida ante la respuesta de su amiga— ¿Por qué dices eso Sanake? Tzuyu jamás haría algo así —Momo no podía creerlo, pero estaba defendiendo al bomboncito.
— Si Sanake. Chewy no mira otras mujeres y lo sabes. La prueba de la Poderosa JC-line te lo dijo —Jihyo todavía no podía superar ese rechazo.
— Ustedes no entienden. DEMONIOS yo no entiendo. Resulta que se la pasan comiéndosela con la mirada, pero cuando se los pido retroceden. Pensé que eran mis mejores amigas —sentimentalismo activado.
— No es eso Sanake, es que...
— Es que nada. Olvídenlo. Dejen que Tzuyu vaya y toque a cualquier desconocida, dejen que mi esposa se acueste en la cama de una mujer que vaya a saber por dónde habrá andando —a sus amigas sabían que eran las hormonas las que hablaban.
Momo miró a su esposa— Esta bien —finalmente dijo— aceptamos —agregó.
— ¿En serio? —preguntó.
— Si Sanake. Si quieres que divirtamos a Chewy, lo vamos a hacer ¿cierto Momoring? —le estaban siguiendo la corriente.
— Lo vamos a tratar al menos —prometió Momo.
— ¡Gracias! Eso es todo lo que pido. Sé que mi esposa no va a aguantar tanto tiempo, y prefiero que sea con ustedes y no con cualquiera —Sana las abrazó aliviadas hasta que de la puerta las hizo despabilarse. Cada una ocupo su lugar tratando de disimular la conversación anterior.
— ¡SANA! —llamó Tzuyu.
— ESTAMOS EN LA SALA AMOR —avisó.
— ¿PUEDEN CERRAR LOS OJOS Y CONTAR HASTA CIEN? —pidió la morena.
— TENEMOS UNA SORPRESA —Agregó Yoon Ah.
— BLAUA BLA PRRRRUFFF —por instinto el leoncín seguía a las demás.
Sana, Momo y Jihyo se miraron entre ellas, levantaron los hombros e hicieron caso cerrando los ojos.
— ¿YA ESTA? —preguntó la deportista para confirmar.
— SIIII —contestaron las tres en distintos tonos.
— Ahora, ahora —la morena empujaba a su hija y la alentaba a cruzar la sala rumbo a las habitaciones.
— ¿Crees que va a resultar? —le preguntó la pequeña caminando despacito, estaban a unos pasos de pasar por al lado de las chicas.
— Esperemos cangurin, esperemos — Rogó la morena casi en un susurró.
— Blrurddd prfffff baaaad —opinó la bebe arriba de la morena justo cuando pasaban por el sillón donde estaba sentada Momo.
— ¿Crees que todo lo que dijo haya querido decirles a las tías que nos caímos al barro de nue...?
— ¿QUEEEEE? —Lo habían escuchado hasta en Seúl. Las tres chicas abrían los ojos y se encontraban con Tzuyu y Yoon Ah en una situación bastante familiar, mientras que la imagen de Yunjin embarrada era nueva.
— ¿Lo dije muy fuerte cierto? —la morena asintió, al menos su hija se dio cuenta.
— CHOU. MI HIJA... LLENA... DE... BARRO —Momo hiperventilaba.
— Mami creo que la tía Momo está mutando —comentó Yoon Ah al ver la transformación que experimentaba su tía. Sana no estaba muy lejos de pasar por lo mismo.
— Huye cangurin, huye mientras puedas —la pequeña no demoró y salió hacia el baño rápidamente.
Momo hizo sonar su cuello. Sana sus nudillos— Hyo llévate a Yunjin —pidió la mayor amablemente. La bailarina hizo lo suyo y con su hija siguieron a la pequeña Minatozaki.
— Puedo explicarles... —se apresuró a decir Tzuyu al ver la cara de su esposa y amiga— Fue un accidente —las dos lentamente caminaban hacia la deportista— Al principio hice lo que ustedes me dijeron, nos pusimos a jugar muy, muy lejos del lago, pero... —la morena tragó saliva— Hubieran visto la cara del leoncín cuando vio el agua, tenía que mostrarle el lago, ¿qué clase de tía sería si no lo hiciera...? —la espalda de Tzuyu tocó la pared y en ese momento supo que no tenía escapatoria.
— ¿Una responsable quizás? —Preguntó Sana.
— Espera Sanake, espera —Momo frenó el ataque— Démosle la oportunidad de que explique. Debe haber una buena razón para que a esta mujer —ya no era no bomboncito, ni Chou simplemente una mujer— nos diga, como mi sobrina y mi hija de 11 meses, van al parque con ella y vuelven todas embarradas... ¿Por qué Tzuyu? ¿POR QUE? —presionó.
— Bueno —la morena estaba nerviosa— como les decía, Yunjin estaba impresionada con el agua y se me ocurrió que si la llevaba a ver el lago nada malo podía pasar ¿cierto? —fue una pregunta retórica.
— Estamos empezando a creer que no es así —le aseguró Sana.
— Nos sentamos en uno de los bancos de la orilla —Tzuyu siguió con el relato— Estábamos tranquilas, nos habíamos llevado a Puppy, no había patos, no había chicas bonitas, nadie en peligro... pero por alguna razón si había un señor vendiendo globos...
— Aún no encuentro la razón de porque mi hija va a estar refriada en los próximos días —la apuró Momo.
— Tengo un punto, lo prometo —defendió su relato— Y como todas sabemos, a Yunjin le encantan los globos, y ¿cómo no le voy a comprar un globo a mi sobrina? Entonces me pare del banco y fui hasta el globero...
— ¿LAS DEJASTE SOLAS? —preguntaron las dos mujeres al mismo tiempo.
— Bueno, técnicamente, ambas se hacían compañía —respondió la morena. AL ver la cara de las otras dos se apuró en agregar— Además el globero estaba a dos pasos —esto no las calmó.
— ¿Y qué pasó? —Indagó Sana.
— Esteee... Al parecer Yoon Ah también quería un globo y me siguió para asegurarse de que le comprara uno a ella y... —la deportista veía su muerte segura— Y descubrimos que Yunjin puede bajarse del banco y gatear —dijo.
— ¿MI HIJA SE TIRO AL LAGO SOLA? —Momo no lo podía creer.
— No, no, no... apenas la vi ir hacia el lago salí corriendo y la agarré para alzarla —lo aclaró— Tzuyu, nos estás mareando, si la salvaste, ¿Cómo miércoles terminaron en el lago? — preguntó impaciente la rubia.
— Pues que cuando la vi, tenía los globos en la mano y salí corriendo con ellos. El globero se pensó que me iba a ir sin pagar, entonces me empezó a perseguir y cuando yo frené recoger a mi sobrina el hombre no alcanzó a frenar y me empujó con él adentro del lago —Por la cabeza de la mayor salía humo.
— ¿Y Yoon Ah? Porque si no me equivoco hasta ahora estaba a salvo del barro — Sana había seguido la historia perfectamente.
— Y bueno, cuando Yoon Ah vio que el leoncín, el globero y yo estábamos metidos en el lago, el cangurín no pudo ser menos y se tiró... Fue divertido — Tzuyu rió recordando el momento, pero su risa se apagó rápidamente cuando vio las miradas de las otras mujeres— Bueno creo que me voy a ir a bañar... permiso... —cuatro brazos le impidieron moverse.
— ¿A dónde crees que vas? —la voz de Momo era sumamente intimidante. Por suerte cuando la mayor y la fotógrafa vieron aparecer en la sala a Yoon Ah y Yunjin bañadas y cambiadas como nuevas, se relajaron.
— ¿Ya confesaste mami? —preguntó el bichito.
— Si cariño, ya nos contó la historia del globero. La tía Momo y yo estamos pensando en la situación todavía —le contó Sana abrazando a su hija. A esta altura las mujeres pensaban que meterse al barro era parte de la iniciación de los miembros al club de las geniales. Tzuyu era capaz de eso.
— ¿Estamos en problemas Yunjin y yo? —les preguntó la pequeña
— Prufffs blu blarrar pumss —Yunjin opinó arriba de su mamá mayor
— Por supuesto que no ratita —contestó Momo— La culpable de todo es esa mujer que... —Momo señaló a una pared vacía —Se escapó —Sana giró la cara y vio que la abogada tenía razón.
— No es culpa de mami Tzu... la mujer que vendía globos ponía mormonal a cualquiera —dijo sin medirse Yoon Ah.
— ¿mujer? —preguntó Sana.
— Upss. Siempre lo mismo Yoon Ah, siempre lo mismo —se dijo el cangurin a ella misma.
— ¡TZUYUUUUUUUUUUUUUU! —la cara que puso la deportista en la ducha fue de terror. Otra que psicosis, Tzuyu iba a conocer el miedo de verdad.
Un rato después en casa Hirai Park.
Jihyo estaba en la mesa tratando de darle de comer a su hija, mientas Momo las miraba pensativamente. Un pedazo de puré de zanahoria en su cara la hizo reaccionar, iba su hija cuando vio a su mujer apuntándola con una cuchara llena de puré— ¡JIHYO! —Trataba de limpiarse— ¿por qué hiciste eso? —preguntó.
— Te pregunté algo y no me respondiste —contestó— ¿En qué piensas? —repitió su pregunta.
— Pienso en lo que nos propuso Sana —le dijo sinceramente.
— ¿En divertir a Chewy? —la bailarina quería confirmarlo.
— Si, si, algo así... ¿Piensas que el bomboncito sería capaz de engañarla? —quería sacarse la duda.
— No lo sé, pero Sana es nuestra amiga, y nos pidió un favor. Pienso que tenemos que ayudarla —si se trata de esos favores cualquiera ayuda.
— Es hermosa —dijo de la nada Momo.
— Si... ¡PIDO LAS PIERNAS PRIMERO! —Cantó Jihyo.
Momo sacudió la cabeza cayendo de lo que hablaba su mujer.
— TZUYU NO... YUNJIN... YUNJIN ES HERMOSA —completó su anterior frase— Bueno el bomboncito tiene lo suyo también —No podía dejar de lado esa parte.
Jihyo miró a su hija, estaba llena de puré de calaba— ¿Sabes que es lo que más me gusta de ella? —preguntaba la bailarían mientras Momo se acercaba a ellas— Su forma de mirarnos, como si nos estuviera analizando, como si estuviera esperando que nosotras hiciéramos algo para luego ella responder —contó.
— ¿Sabes lo que más me gusta de ella? —era el turno de Momo.
— ¿Qué?.
— Que cuando tiene sueño, hambre o necesita cariño, primero te busca a ti. Ella sabe que eres la mejor madre —la mayor lo dijo con toda la buena intención del mundo. Jihyo la miró adorada.
— Pero cuando se asusta o cuando se enoja por algo, te busca a ti para que la ayudes o protejas. Sabe que tú eres la segunda mejor madre —rió.
Ambas se quedaron mirándose como en un trance— ¡MIERDA! —dijo la mayor de repente.
— ¿Qué pasó? —le preguntó Jihyo preocupada.
— Nada. Me acabo de dar cuenta que cada vez que quiere divertirse o hacer lio busca al bomboncito —dijo.
Jihyo la miró y asintió— Estamos en problemas Momoring —lo confirmó.
— En serios problemas —lo aseguró.
Una semana después – Casa Chou Minatozaki.
Sana se alertó de la presencia de Tzuyu en la casa por el portazo que la morena pegó cuando entró— ¡SANA! —esa voz no traía nada bueno, la rubia se preocupó.
— ¡EN LA HABITACIÓN! —la fotógrafa estaba descansando, algo que hacía mucho últimamente.
Cuando la rubia vio la cara que la morena traía, cambió la preocupación por miedo, Tzuyu estaba enojada con ella, sin duda alguna— Hola cariño ¿Qué hac...? —la basquetbolista no la dejó terminar.
Levantó una mano pidiendo silencio— De ti me encargo después —señaló— Primero quiero hablar con mis hijas —se subió suavemente a la cama y se inclinó sobre el enorme estomago de su esposa— Pececito —era el sobrenombre de Minju. Fue elegido obviamente por la morena debido a lo inquieta de su hija. La bebe aun no nacida, era la que más problema causaba a Sana dentro de ella, se movía todo el tiempo— Peresozín —al contrario de su melliza, Hye-won, era muy tranquila y se movía muy poco, casi siempre cuando Tzuyu, Sana y Yoon Ah estaban cerca, por eso la morena eligió bautizarla "oso perezoso"— Tengo que hablar algo muy serio con su mamá y aunque me encanta cuando me escuchan, porque sé que lo hacen, les voy a pedir que hasta que les avise, se tapen esas hermosas orejitas que seguro tienen ¿Puede ser? —Les pidió— Pececín, si peresozin está durmiendo, no la despiertes, si se despierta le avisas ¿sí? —Acarició la panza de su esposa— ¿Quieres que les diga algo de tu parte? —le preguntó directo a la rubia.
Sana que aún seguía procesando las palabras de la morena en su cabeza, hizo el gesto de negación.
— Bueno, enseguida vuelvo —Les dijo Tzuyu— Las amo —dejó dos besos en cada lado de Mina para luego pararse de la cama.
— Chewy... bebe, me estás asustando —ver caminar a Tzuyu de un lado al otro de la habitación no era tranquilizante.
— Está semana me pasaron cosas muy raras Mina —habló— muy pero muy raras —repitió.
— ¿Cosas raras? —preguntó Sana dubitativa.
— Por empezar —he estado recibiendo mensajes muy extraños de Jihyo y Momo —sacó su celular y buscó los mensajes— El lunes Jihyo me mandó uno que decía "Hola Tzu escribo para contarte que, si juntas mis pechos con los de Momoring, puedes hacer una chocolatada de pechos" —leyó.
— Tzu...
— Espera un segundo Sana —Buscó otro mensaje— Este fue el día de ayer y me lo mandó Momo "Bomboncito, ¿alguna vez te conté de la maratón sexual de 24 horas que tuvimos Jihyo y yo? —Trató de imitar la voz de la mayo— Y hoy en la mañana Jihyo mandó "Chewy ¿Sabías que los pechos de Momoring no entran en una sola mano? —Terminó de leer y miró a su esposa.
— Tzu yo...
— Un cemento Sana, las cosas raras continúan —la frenó— Después de recibir este mensaje me fui a la casa de estás dos, creo que la palabra pervertidas le queda corta, y cuando llegué y les dije en el portero que era yo ¿A qué no adivinas quien me abrió la puerta? —le preguntó con ironía a su esposa.
— Eeee —Sana no sabía con que podían haber salido las otras dos— ¿Jihyo? —contestó preguntando.
— Frío Sana, muy frío. Prueba otra vez —La incitó.
—¿Momo? —Le preguntó tímidamente.
— Casi, rubia, casi... y digo casi porque fue Momo la que me abrió —Sana la iba a interrumpir, pero Tzuyu retomó la palabra— Pero yo no pude ver a Momo, ¿Y sabes por qué? —preguntó sin dejar la ironía.
— ¿Por q...?
— PORQUE FUERON SUS ENORMES PECHOS DESNUDOS Y SU DIMINUTA TANGA ROJA LOS QUE ME ABRIERON SANA —La verdad salía a la luz— CUANDO ME PUDE TAPAR LOS OJOS ERA DEMASIADO TARDE —la morena se agarraba la cabeza— Pero eso no es todo —el "tormento" seguía— Con los ojos cerrados traté de huir, iba pegada a la pared buscando la salida hasta... hasta... hasta...
— ¡TZUYU! —Sana se estaba exasperando— Hasta que toqué algo blando... Jihyo —contó— AL principio pensé que llegaba a salvarme de su esposa, pero cuando abrí los ojos, Jihyo estaba completamente desnuda Sanake.
— Amor...
— Amor nada, ¿No lo entiendes? Jihyo estaba TOTALMENTE desnuda, sin sostén, sin tanga, sin nada, CIEN POR CIENTO desnuda —finalizó— Tu no entiendes Sana... la forma en la que me miraban, era como si me quisieran devorar —describió— Jihyo empezó a hacer su baile de seducción y todo —baile famoso.
— Bebé...
— ¿Sabes que es lo más curioso de todo? Que después de pasar bastante tiempo convenciéndolas de que esa no era la forma de recibir a la gente que va a su casa y de que por tienen ambas un excelente cuerpo, no es necesario que lo anden mostrando permanentemente, a Jihyo se le escapó algo así como un "fue idea de Sana" —La rubia iba agarrando el tradicional color de la vergüenza
— ¿Eso dijeron? No entiendo —se hizo la desentendida.
— Déjame que te explique entonces amor —otra vez era Tzuyu en modo irónico— ¿Sabías que Momo puede llegar a decir toda la verdad si le ofreces cuidar a el leoncín un fin semana entero para que ella pueda pasárselo teniendo sexo con Jihyo? —Sana se preocupó. Momo era capaz de eso— Pues al parecer yo si lo sabía, lo que yo no sabía era lo iba a decir Momo cuando se lo ofreciera... ¿Por esas casualidades a ti se te ocurre algo? —última oportunidad para hablar.
— Amor creo que voy a ir al baño —trató de levantarse de la cama— Estás de aquí no dejan de moverse —señaló su estómago.
— Un cementito cariño, déjame ver —Tzuyu se reclinó sobre su esposa y pegó la palma de su mano en el estómago de la rubia— Mmm Nop, está todo tranquilo. Parece que me haciendo caso —dijo.
— De todas maneras, creo que voy a ir al baño...
— Sana...
— Porque es mejor que...
— Sana...
— No vaya a ser que pase algo...
— ¡SANA! —poca paciencia le quedaba
— ESTA BIEN, ESTA BIEN, LO ADMITO FUI YO. YO LES PEDI A MOMO Y JIHYO QUE TRATARAN DE TENER SEXO CONTIGO —confesó ante la atenta mirada de Tzuyu— Si Jihyo y Momo no son de tu gusto, puedo pedírselo a Nayeon, estoy segura de que ella estaría encantada de experimentar contigo —la rubia ofrecía opciones.
— No, nada de Nayeon —negó la deportista.
— ¿Mina tal vez? —Sana no estaba segura de que eso fuera a funcionar, pero podía intentar.
— No Ssna —la rechazó de nuevo.
— Esta bien... está bien —aceptó a Somi— Txuyu, pero hasta allí llego y no quiero enterarme de ningún detalle —La rubia se sentó en la cama y le dio la espalda a su esposa.
— Sana —la llamó Tzuyu suavemente— ¿Te acuerdas cuando te hiciste el test de embarazo? —le preguntó.
— Por supuesto —contestó segura— ¿Tu no? Pero si estabas a mi lado —le dijo aun de espaldas.
— ¿Sabes entonces que mi segunda frase preferida que salió de tu boca es "Estoy embarazada"? —La morena gateó por la cama hasta llegar a sentarse por la espalda de su esposa y cruzar los brazos abrazando su panza.
— ¿Cuál es la primera? —le preguntó emocionada.
— "SI acepto" —contestó sin dudar y apoyando su mentón en el hombro de la fotógrafa— ¿Te acuerdas el día que nos dijeron que íbamos a tener mellizas? En realidad, no sabíamos el sexo aun sólo nos dijeron que eran dos —Sana asintió son una sonrisa. Jamás se iba a olvidar la imagen de Tzuyu bailando sobre ella en la camilla de la clínica. La morena hizo bailar a cada una de las enfermeras e inclusive a la ginecóloga. La voz de Tzuyu la sacó del trance— Me acuerdo que después de terminar de festejar, te miré, me miraste y supe que a estábamos sintiendo lo mismo. Sólo lo supe. Sabía que ambas estábamos aterradas —Sana no pudo evitar dejar ir una pequeña risa, porque en ese momento Sana tenía mucho mucho miedo— Pero...
— Pero después me diste la mano —Sana había percibido exactamente lo mismo— Y todo estuvo bien, y ambas supimos que nada iba a pasar si nos teníamos una a la otra —relató.
Tzuyu besó la mejilla izquierda de su mujer— ¿Y cuándo tuviste tu primer antojo? —Momento inolvidable— Todavía me acuerdo la cara que el hombre de la tienda tenía, cuando le dije que me diera el frasco con jalea de arándanos que llevaba en la mano — Ambas rieron esta vez.
— ¿Era necesario que lo golpearas cariño? —preguntó Sana. La rubia se asustó cuando vio aparecer en la puerta a Momo, con un frasco de jalea de arándano en la mano y avisándole que su esposa había terminado en la cárcel.
— ¡Era el último frasco que quedaba! —se defendió.
— ¿Sabes cuál es mi momento preferido? —Sana había entrado en el juego de los recuerdos
— Dime —le pidió dulcemente.
— La noche que llegaste a casa enojada porque las jugadoras nuevas eran un completo desastre...
— Y aún lo siguen siendo —agregó Tzuyu.
Sana ignoró el comentario— No quisiste comer, no quisiste nada, solo fuiste a ver a Yoon Ah a su habitación y luego te sentaste a mi lado me diste un beso y agachaste la cabeza hablar con Minju y Hye-won... Estuviste una hora entera explicándoles millones y millones de cosas que ya ni me acuerdo...
— Cariño no me parece que sea un recuerdo muy bonito...
— Lo lindo fue —siguió Sana— Que durante la hora entera Minju no paró de dar vueltas y de moverse, cuando no lo había hecho en toda la tarde...
—Porque es un pececito —comentó Tzuyu besando a la rubia y acariciando la panza.
— Y Hye-won estuvo intranquila hasta que escuchó tu voz y se relajó completamente —Sana esperó a que la morena hiciera su referencia.
— Se relajó como el oso perezoso que es —acarició nuevamente el estómago.
— Y lo mejor de todo fue que después de hablar con ellas se te había pasado todo el enojo, era como si lo hubieran presentido y hubieran hecho todo lo posible por animarte —explicó su presunción— ¿Sabes que cuando te mande al sillón ya no solo va a dormir Olivia contigo no? —Todo el mundo lo sabía.
— ¿Por qué asumes que me vas a seguir mandando al sillón? —preguntó. Sana la miró y Tzuyu giró los ojos— Lo sé, lo sé. Mi promedio de noches de sillón no dice lo mismo —Aceptó.
Hubo un silenció pequeño, solamente se podía sentir el rose de los labios de la morena sobre su esposa y el ruido que sus caricias provocaban en la fotógrafa.
— Sana yo no quiero a ninguna otra mujer —Tzuyu volvió al tema principal— No quiero a Jihyo, no quiero a Momo, a nadie —le aclaró— Yo sólo te deseo a ti —le dijo.
— Pero Tzu, hace dos meses más o menos que...
— Lo sé cariño, créeme que lo sé. Pero lo estoy resolviendo —le dijo— corro un poco más, paso un poco más de tiempo en el gimnasio y esas cosas —explicó— Y cuando no aguanto más, porque créeme que nadie que duerma al lado tuyo todos los días puede aguantar tanto tiempo, me encargo de mi misma —dijo.
— No sé qué puedo causarte si estoy horrible —le dijo puchereando la rubia.
— ¿Horrible? Cariño, estás hermosa, tu no conoces esa palabra —le aseguró.
— Lo dices porque no quieres hacerme sentir mal —Sana necesitaba más halagos.
— Lo digo porque soy yo la que tiene la suerte de poder verte todo el tiempo, porque soy yo la que tiene que poner un brazo en tus hombros cuando los demás te miran para que sepan que eres mía. Lo digo porque nadie en este mundo puede encontrar una razón para decir lo contrario —le dijo mirándola a los ojos.
Sana recompensó las palabras de su chica con un lento pero intenso beso que demoró bastante y que frenó cuando el celular de la morena sonó.
— "Chewy ¿te gustó la depilación que tenía?" —Tzuyu le leyó a Sana.
— Mañana habló con ellas lo prometo —la artista la tranquilizó— Será mejor que las despiertes si quieres que me dejen dormir a la noche —Sana señaló su estomago.
Tzuyu se arrodilló frente a su esposa— Peresozin y pececín, ya terminé de hablar con su mamá —les dijo— perdón si me llevó más tiempo, no quise hacerlas esperar. Pero ahora necesitamos que despierten ¿Si? ¿Pueden hacer eso por sus mamás? —Hye-won se hizo sentir rápidamente.
— Allí está una —Dijo Sana y al ratito sintió a Minju— Y allí está la otra —contó.
— Gracias mis amores —les dijo Tzuyu para después subir al nivel de su mujer— Gracias Mi amor, gracias por darme esta familia —La rubia alcanzó a murmurar un "gracias a ti" en la boca de su mujer.
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