Capítulo 33.- La guerra de los postres

Y Seguimos con el cumpleaños

— Tzuyu era necesario regalarle una moto a la niña? —la famosa ceja Minatozaki aparecía en la fiesta

— Es como la mía amor, nada más que más pequeña —se defendió la deportista— Además si fuera por Shuhua le hubieras regalado una estúpida cocinita ¿Te imaginas? Jajajajaj —Ay Tzu, Tzu si no te entierra Yoon Ah te entierras tu sola— ¡AUCHHH! —Momo que estaba del otro lado de la morena alcanzo a pegarle un codazo— ¿Por qué me pegas? —miró a la japonesa mayor que a su vez estaba mirando a Lily. Cuando Tzuyy miró a la novia de BangChan, pudo notar una espuma blanca que le salía de la boca— Hola Lily no te había visto —saludó inocentemente, pero la mujer no le contestó, al contrario, seguía mirándola como si se la quisiera comer cruda— ¿Qué le pasa a la perra? —le preguntó susurrando a la abogada

— Ella le regalo una cocinita —lo dijo tan bajo que la morena no lo escuchó

— ¿Qué? —volvió a preguntar

— Lily... le regalo... una... cocinita —le repitió palabra por palabra

— Amor —Tzuyu se dirigía a su novia esta vez— creo que a Momo le pasa algo —le susurró

— Lo que te quiere decir es que YO LE REGALE UNA COCINITA —la perra no se perdía una

— ¿Pero tú estás loca, drogada o qué? —la audiencia estalló de risa— Si la niña sabe cocinar perfectamente... el otro día preparamos unos tacos para morirse ¿o no amor? —Entre la mirada endemoniada de Lily y la mirada asesina de Sana, la deportista estaba liquidada.

Por si fuera poco, en ese momento Yuri se acercó a Yoon Ah que le estaba mostrando a todos sus amigos la mini moto— ¡WOW! ¡Qué bueno! —parece que la moto era un imán como Puppy

Yoon Ah miró la reacción de su amigovia y recordó "lección numero 52: lo que a una damisela le gusta, no se cuestiona, se da". La pequeña sonrió pícaramente y bajándose de la moto, le tendió la mano a la otra niña— ¿Quieres probarla? Yo te ayudo a subir —ofreció

— BUENO, BUENO PORQUE NO SEGUIMOS CON LA FIESTA —Sana alcanzó a separar a las dos niñas— Coach SeokJin —se dirigió al grupo de jugadoras— ubíquense donde quieran que ya mismo les mando gente que las atienda

— ¿Podemos ir al trampolín? —seguro que fue Shuhua

— SI, si Shuhua pueden hacer lo que quieran —aseguró la fotógrafa

— NI SE TE OCURRA TOCAR MIS TARTAS —le advirtió Momo a la suplente antes de que varias jugadoras salieran como niñas desesperadas hacia el trampolín

— Sana —Tzuyu se acercaba a su novia, después de haber visto la escena— le cortaste el mambo al cangurito. Ya casi la tenía solo le faltaba... —Ups Tzuyu no sé si te salvas de esta

— ¡Ya mismo a la cocina! —le señaló el lugar con su dedo— Y tú también — alcanzó a agarrar a su hija que cuando vio que se le venía la noche empezó a caminar sigilosamente hacia sus amigos, pero su madre fue más rápida

La basquetbolista y su hija caminaban por detrás de la rubia. Las dos mirando al piso y con sus manos detrás de la espalda— Estamos en problemas mami —le dijo Yoon Ah muy despacio a la morena— Los ojos de mamá están que arden —Y era cierto, Sana echaba fuego por todas partes

— Lo se bichito, lo sé —aunque esa mirada le causaba otra cosa a Tzuyu que definitivamente su hija no tenía que saber

Sana se paró en la puerta y miro al cocinero y algunos meseros que estaban en el lugar— ¿Me pueden dejar un momento a solas por favor? —pidió amablemente

— No tenemos testigos. Lo único que nos faltaba —le dijo Tzuyu a su hija

— ¡Ustedes dos adentro! —les ordenó. Madre e hija obedecieron— ¿Alguna de ustedes dos sabe cuántas veces Lily me llama al día? —era una pregunta retorica

— ¿Muchas? —Tzuyu se atrevió a contestar

— ¿Muchísimas? —Yoon Ah no podía ser menos que la deportista

— SILENCIO. No hablan solo escuchan —les advirtió— Pero si... muchísimas... ¿Y creen que algo de lo que dice me importa? —esta vez ninguna se animó a hablar, ni siquiera por broma— Pues NO. No me importa. Pero lo hago porque es la novia de tu padre —señaló a Yoon Ah— Y lo único que quería es que le agradecieras el regalo... sí, sí. Sé que lo hiciste —se anticipó porque veía que su hija estaba por defenderse— Pero media hora después llegas TU —esta vez le tocaba a la morena— y abres tu inmensa boca. No quiero que digas nada —la frenó— quiero que vayas, busques a Lily y le pidas disculpas... y no quiero escuchar ninguna frase que tenga la palabra loca en ella ¿está claro? —le preguntó. La jugadora no respondió— Tzuyu ¿Esta claro? —insistió con la pregunta

— Pensé que no podíamos hablar —no es momento para cargadas Tzuyu

Sana giró los ojos— No tienes remedio Tzuyu.... Y tú no te rías —su hija no se portaba muy bien que digamos tampoco— Te quiero bien lejos de Yuri ¿me oyes? —lo único que le faltaba es tener problemas con los padres de las amigas de su hija

— ¿Y eso por qué? —preguntó curiosa Tzuyy mirando a sus dos rubias favoritas

— Pues, así como la ves, Momo y yo encontramos a TU hija besando a su amiga en la sala del departamento —le explico la fotógrafa

— ¿EN SERIO? —miró a la niña que, con la sonrisa más picara que pudo lograr, asintió con su cabeza— ¿TU PRIMER BESO? ¡NO LO PUEDO CREER!... BIEN HECHO CANGURITO... VENGAN ESOS CINCO —la pequeña choco su palma con la de su madre— ¿Y qué tal estuvo? —le pregunto entusiasmada— ¿tu iniciaste? Apuesto a que si —miró a la pequeña sonreír aún más— ¡Esa es mi hija! —la levanto por los aires y tal cual balón de baloncesto la empezó a zarandear por todos lados

— JAJAJJA PARA MAMI... PARA... TIEMPO FUERA... —Yoon Ah finalmente se sintió segura en los brazos de su madre— Mami... ¿te acuerdas de la película que vimos donde la mujer que enojaba prendía fuego a todo el mundo? — preguntó inocentemente

— ¿Carrie? .... Si me acuerdo ¿Por qué? —Tzuyu no sabía que tenía que ver eso con el primer beso de su hija

— Porque creo que estas por experimentarlo en carne propia —la pequeña señaló por la espalda de la morena a su otra madre

Cuando Tzuyu giró pudo sentir el fuego que emanaba la mirada de su novia. Trago saliva— cangurito porque no vas a jugar con tus amigos —le dio un empujoncito

Antes de irse la pequeña se acercó a Tzuyu— te quiero mami. Nunca te voy a olvidar —mientras la abrazaba aprovecho para decirle— Si pasa el tiempo y no sales, mando refuerzos —le dio un beso en la mejilla y se fue

— Sana amor... —trató de acercarse

— No des un paso más y no me digas amor —la apuntó con el dedo

— Pero cariño —dio otro pequeño paso

— Cariño tampoco y no sigas caminando —volvió a advertirle

— ¿Reina? —preguntó haciendo caritas tentadoras y sin dejar de moverse hacia ella

— Menos —contestó la rubia que ya sabía de ante mano que iba a perder la batalla— De ahora en más para ti soy Minatozaki Sana —le informó— señorita Minatozaki mayor—aclaró

Tzuyu llegaba cerca de su novia— ¿A sí? —preguntó sospechosamente— ¿Entonces se supone que tengo que llamar a mi novia señorita Minatozaki mayor? —la morena no iba a perder este juego

— Hace más o menos cinco minutos que deje de tener novia —pero mira que eres difícil rubia

— ¿Me dejas, así como si nada? —la morena se llevó una mano en el pecho haciéndose la ofendida

— Así como si nada —le aseguró

Tzuyy se acercó a la rubia muy despacio— ¿Y si hago esto? —le susurró en el oído para luego morder su lóbulo y sentir como su ex novia se tensaba ante el contacto— ¿Sigo siendo ex? —después de preguntar volvió a atrapar la oreja con su boca

Sana tenía que resistir— Más que —la voz le salió con dificultad— ahora más que nunca —alcanzó a decir

Tzuyu acercó su cuerpo aún más, de manera que las ropas, y solo las ropas de ambas se alcanzaban a rosar— ¿Y si ahora hago esto? —la morena fue dejando besos por toda la piel expuesta de su chica, cuando llego al cuello agrego más presión y una que otra mordida. Una de las manos de la deportista fue directo al trasero de su novia— ¿Sigues siendo soltera? —le susurró al mismo tiempo que la apretaba contra ella

La artista no quería que Tzuyu sacara la boca de donde estaba, quería que la siguiera besando, tocando, quería todo. Trato de hablar, pero simplemente de sus labios no salía palabra alguna

— No puedes hablar —no fue una pregunta, sino más bien una afirmación— Pero yo quiero que me contestes, quiero sabes si aún sigo siendo tu novia  —le dijo para después pasar su lengua por todo el labio inferior de su chica y terminar agarrándolo entre sus dientes, lo soltó después de que escucho a la rubia soltar un leve quejido— contéstame —exigió, pero no paro de acosar a la rubia con sus besos

— Lo... vas a volver a ser —era imposible poder atar dos palabras juntas— cuando.... Cuando.... Dios dame fuerzas —Tzuyu reía entre beso y beso al escuchar los ruegos de su novia— cuando dejes de portarte mal —Finalizó logrando que la morena detuviera sus caricias. Por ahora

— ¿Portarse mal es hacer algo así? —las manos de la deportista empezar a subir buscando uno de sus destinos favoritos, los pechos de Sana. Pero cuando estuvieron a punto de llegar los esquivaron pasando cerca de ellos. Sana se quejó y la morena busco la mirada de su novia— ¿Pensaste que iba a tocarte? Porque eso estaría muy mal, porque yo no soy tu novia —Tzuyu la estaba probando

— Me parece bien entonces —no le parecía para nada bien

— Pero como me porto mal —volvió a mover sus manos— lo voy a hacer igual —No perdió tiempo y agarró los pechos de Sana de tal forma que la rubia no pudo evitar tirar su cabeza para atrás arqueando su espalda. ¿Esto es portarse mal?. La deportista pensó que la voz le iba a salir fuerte pero apenas pudo emitir un suave sonido cuando vio dos pezones esperando sus manos. Y Tzuyu no los hizo esperar, fue directo hasta ellos— Sé que quieres gemir, lo sé —le dijo a la artista— sé que te estas aguantando para castigarme —cuando la morena los tomó entre sus dedos Sana no aguanto más— Eso es lo que quería escuchar —aprovechó el cuello hacia atrás de su novia y con sus labios dejo un delicado beso en la barbilla de la misma

— Si... si .... te sigues por... portando así vas a se... seguir sola —la fotógrafa lo estaba disfrutando sin duda alguna

— Entonces tenemos un problema enorme —Tzuyu se separó de inmediato de la rubia, la cual hizo saber su disconformidad por la distancia con un fuerte resoplido

— ¿Cuál problema? —preguntó frustrada Sana, no le gustaba para nada que Tzuyu no terminara lo que empezaba

— Que a mí me ENCANTA portarme mal —y sin esperar más levanto el vestido de la rubia y con su mano fue directo al centro de la misma

— ¡TZUYU! —la había agarrado por sorpresa. Sus piernas fallaron, pero la jugadora alcanzo a sostenerla

— ¿Me quieres adentro? —la morena jugaba con la humedad de su novia

— ¡Por favor! —Sana ya no aguantaba mas

— Pero yo solo lo hago con mi novia... y tu dijiste que ya no lo éramos —A esta altura ni la morena sabia de donde sacaba las fuerzas para seguir con el juego. Si fuera por ella le hubiera hecho el amor a Sana desde el primer momento que la vio al bajar del autobús

— Si lo eres —se apuró a decir— eres mi novia —repitió, ¡La necesitaba ya!

— Sanake, Yoon Ah me mando a ver si estaba todo bien... ¡DIOS MIO! —Maiko tenía el timming de su nieta

— ¡MAMÁ! —Cual de las dos Minatozaki estaba más colorada

Sana se separó arreglándose el vestido y dejando a su novia con la cabeza apoyada en la pared— Mamá ¿puedes salir de la cocina? Luego hablamos, dile a Yoon Ah que está todo bien —pidió a su madre. La mujer sin mirar a su hija asintió con su cabeza y salió. Sana volvió a buscar a su novia— ¿Qué haces? —la encontró sacando algo del refrigerador

— Necesito bajarme la temperatura con algo —destapó una botella con agua y se la hecho por la cabeza sin importarle nada

— ¡Esto es culpa tuya! —la acusó con toda la razón

— ¿Es mi culpa que seas tan condenadamente hermosa? ¿es mi culpa que cada vez que te mire tenga ganas de destrozarte la ropa y hacerte el amor durante horas? —de solo pensarlo se volvía loca— Necesito otra botella —agarró un envase más y no dudo en volcarlo arriba de ella

Sana agarró varias servilletas y fue hasta la jugadora— Déjame que te seque Chewy —empezó por su rostro

— Si llamándome Chewy piensas que me voy a secar estas equivocada —le advirtió— te amo —sentía que necesitaba decirlo

— ¿Mucho? —le encantaba escuchar esas dos palabras de la boca de su novia

— Más que Garfield a la lasaña —aseguró

— ¿Qué más? —este era uno de los juegos favoritos de Sana

— Más que Clark Kent a Lois Lane —intentó

Sana se mordió los labios, miró directo a los ojos de Tzuyu. No era una mirada común, era una mirada que trataba de trasmitirle lo que la rubia llevaba pensando toda la semana. Tenía que animarse a hablarlo con ella. Tenía que saber hasta donde quería llegar con ella— Tzu yo...

— Disculpe señorita Minatozaki —el encargado del catering entraba a la cocina— sé que nos pidió que saliéramos, pero necesitamos llevar comida a los payasos —informó

— ¿Qué dijo? —le preguntó la morena a Sana

— Es mejor que salgamos amor, los payasos necesitan comer —la rubia le hizo señas al hombre autorizando la entrada de él y del resto de los ayudantes

— ¿Pa... pa... payasos? ¿de cuántos estamos hablando más o menos? —el color pálido de la cara de Tzuyu era preocupante

— Tzu... bebé... ¿estás bien? —la rubia tenía a su novia aferrada a su brazo y Sana podía sentir pequeños temblores del cuerpo de la otra chica

— Hay payasos... cerca de aquí, por algún lado... los puedo sentir —la deportista miro por toda la cocina

La rubia pensó que la falta de sexo estaba afectando a su novia— Amor... ¿Qué pasa? ¿No me digas que? ... O DIOS... le tienes miedo a los payasos... —Sana no pudo evitar reírse mientras lo decía

— No te rías. Es una fobia de verdad. Se llama coulrofobia o algo así —Tzuyu sufría y su novia se reía

— Perdona amor... es que... Chou Tzuyu le tiene miedo a los payasos... "la bestia" le tiene miedo a los payasos... la jugadora estrella del Liberty le tiene miedo a los payasos.... La ...

— BUENO, BUENO YA ENTENDÍ —la morena soltó a su novia y se cruzó de brazos haciendo pucheros— Aaaa... ¿la bebe está preocupada por los payasitos? —Sana no lo iba a dejar pasar tan fácilmente

— Avísame cuando termines de burlarte de mí se hizo la dolida

— Tzu, no te enojes... vamos —la agarró de la mano y la empezó a arrastra a la salida

— ¿A dónde? —preguntó nerviosa

— A conocer a los payasos —le dijo como si nada

— ¿ESTAS LOCA, DROGADA O QUE? He decidido que me voy a quedar aquí, con esta gente que parece muy amable — señaló a los cocineros que no estaban prestando ni un poco de atención

— ¡No seas cobarde! Solo son personas disfrazadas —la rubia no entendía como una mujer que le había cada noche 40 puntos a mujeres más altas que ella le podía tener miedo a los payasos

— NO SON PERSONAS SANA... SON CUALQUIER COSA MENOS PERSONAS —respiró agitada

— ¿Cómo es que entonces no les tienes miedo a esos zombis de ese estúpido juego que juegas con Yoon Ah? —la rubia trataba de analizar a su chica

— Primero que nada, trata con respeto a Resident Evil y segundo que los zombis son muertos, los pa... pa... payasos están vivos y tienen una espeluznante sonrisa roja, pero viven enojados y... y... y usan ropa gigantesca en donde pueden tener cualquier cosa —un escalofrió la invadió— y la forma en que hablan es la peor de todas es... es tenebroso. SI SEÑOR ESTA DECIDIDO ME QUEDO ACÁ —se sentó en una de las sillas libres— Dile a tu madre que me disculpe por tener una de mis manos en el pecho de su hija y la otra a punto de darle un orgasmo —ahora si los cocineros prestaron atención

— ¡CHAEYOUNG! —el color rojo últimamente era habitual en el rostro de la rubia— SALIMOS YA MISMO DE AQUÍ

— no, espero —agarró la mano de su novia y tiro con fuerza. Obviamente no pudo moverla mucho

— Tzu si no quieres volver a dormir en tu departamento empieza a caminar —la amenazo

— Nunca me voy a casa, me quedo en la puerta hasta que Yoon Ah me abre y duermo en el sillón —le confesó. El miedo no la dejaba pensar

— Sabía que la rata traicionera de mi hija tenía algo que ver en esto —Sana lo sospechaba

— ¡MAMI! —hablando de rata traicionera— Tienes que venir a ayudarme, Shuhua y las demás grandulonas están acaparando el trampolín —esta vez fue la pequeña la que empezó a tirar de su madre. Sana se unió a la fuerza

— ¿El trampolín está cerca de los payasos? —preguntó nerviosa

— Está en la otra punta amor —le explicó paciente su novia— no tienes por qué preocuparte —trató de calmarla

— ¿De qué están hablando? —Yoon Ah no entendía

— Sana cierra esa hermosa y tentadora boca por fav...

— TU MADRE LE TIENE MIEDO A LOS PAYASOS —fue más fuerte que ella

— ¿EN SERIO? —el cangurito no pudo disimular su mini sonrisa maligna. Miró a su mamá Sana, la conexión Minatozaki fue automática

— ¡CUIDADO CON EL PAYASO! —Yoon Ah apuntaba por detrás de la morena

Tzuyu salió tan rápido corriendo que las Minatozaki solo pudieron ver el humo de su silueta como en los dibujos animados. Ni siquiera los cocineros se pudieron aguantar la carcajada— Vamos a buscarla cariño —fue lo último que pudo decir entre risas

Yoon Ah se fue al trampolín y Sana se fue con el grupo de sus amigos— ¿Alguien ha visto a Tzuyu? —preguntó apenas llego cerca de la mesa

— ¿Se puede saber porque tu mamá apenas volvió de buscarte se fue directo a la mesa de tragos? —Momo no podía dejar de preguntar— ¿Acaso tú y el bomboncito estaban haciendo algo indebido? O peor aún ¿Acaso estaban haciendo algo indebido sin invitarnos a mí y a Sana? —No dejaban pasar la oportunidad

— Momo no empieces —Y Sana se distrajo. de que Las imágenes la volvían a invadir. Al parecer su morena, al asegurarse el trampolín estaba lejos de los payasos se puso a jugar con los chicos. Era increíble lo bien que se llevaba con los pequeños, la seguían como si fueran las ratas del flautista de Hamlelin. Y el futuro se le vino encima

— Sanake... es muy pronto y lo sabes — Momo otra vez entraba en su mente para leerla

— Pero yo la amo Momo... La amo como nunca voy a amar a nadie más —le confesó— y sé que ella siente lo mismo, lo puedo ver en sus ojos —siguió— quiero decir... mírala —señaló a la morena que nuevamente era el piso de una montaña humana, pero esta vez era de niños— Es... es... maravillosa —no había otra palabra, no pudo evitar reírse cuando Tzuyu sacó a Shuhua del trampolín a la fuerza— ¿Quieres ver algo gracioso Momo? —la mayor asintió— ¡Disculpe señor payaso? —Sana llamaba a uno de los hombres disfrazados que salían de la cocina

— ¿En qué puedo ayudarla señorita? —le preguntó muy atento el hombre

— ¿Podría ir a decirle a esa morena que esta con los chicos que necesito hablar con ella? —señaló a Tzuyu

— Por supuesto —siguió su camino

— ¿Eso era lo gracioso Sanake? —la mayor no tenía paciencia parece

— Espera un momento. Tu sigue al payaso —le indicó

Ambas vieron como el hombre llegaba por detrás de la morena y le tocaba el hombro... pero lo siguiente no lo vieron venir, con un derechazo en la mandíbula Tzuyu noqueaba al payaso

— ¡TZUYU! —Sana y varios más salieron corriendo a socorrer al desmayado

— SANA —la morena se escondía detrás de la espalda de su novia mientras Momo trataba de reanimar al payaso— Me quiso atacar —le contó

— No te quiso atacar, yo lo mande a que te buscara —no valía la pena mentir. Antes de que pudiera volver a hablar, sintió como su chica empezaba a temblar— Amor esta desmayado, no te puede hacer nada —esto fue lo que pensó hasta que vio venir al resto de los payasos— Yoon Ah llévate a tu mami —le dijo a la niña. La pequeña agarró la mano de su madre y caminaron cerca de la mesa de las tartas

Por suerte después de un rato el payaso despertó y Sana, con una buena paga de por medio, dio por finalizada su actuación en la fiesta— Pufff —suspiró— menos mal que se fueron. No quiero más líos —les comentó a sus amigos

— ¿Estas segura de que se acabaron los líos —Jeongyeon señalaba la mesa de las tartas. Sana pudo ver como Shuhua y su hija sostenían a su novia por los brazos tratando de que no se le fuera encima a Lily

— ¿Y ahora qué? —todo el grupo se trasladó hasta el lugar

— Tzuyu —Sana se atravesaba en la vista de la morena— mírame —pidió— Tzu... bebé... soy yo —la deportista miró a su novia— tranquila —acarició su rostro

Cuando sintieron que se relajó la dejaron

— ¡ESA PERRA EMPEZO! —Shuhua defendía a su amiga

— Yo solo dije la verdad. Yoon Ah tiene una sola madre que se llama Sana —la rubia no sabía si calmar a su chica o a su hija

— ¿PODEMOS IR A HABLAR ESTO LEJOS DE MIS TARTAS? —pedía la abogada

— Y esta salvaje —señaló a la morena —es mala influencia para la niña —Sana podía sentir como su novia se tensaba de vuelta y avanzaba hacia la novia de Christopher

— Tzu, no hagas nada por favor —le suplicó

— ¡CUIDADO LAS TARTAS! —que pesada

— Amor —la basquetbolista miro los ojos de Sana— no voy a pegarle, solo quiero hablar con ella —le dio un corto beso— Te lo prometo —Y Sana la dejo pasar

— Dime algo Lily... ¿Tu sabes cuál es el color preferido de Yoon Ah? ¿Tú sabes porque usa un pijama distinto todos los días? ¿Sabes porque su cepillo de dientes tiene nombre? ¿Tienes idea porque ama los sábados a la tarde? ¿Acaso sabes porque cepilla su pelo todas las noches? ¿Acaso sabes algo de ella? —el silencio en el lugar era sepulcral. Todos estaban esperando las respuestas de Lily que nunca llegaron

— ¿Y eso que tiene que ver con...

Tzuyu interrumpió— el color preferido de Yoon Ah es el café avellano, porque ese es el color de los ojos de su madre. Todos los días usa un pijama distinto porque tiene un corazón tan grande que no quiere que ninguna de ellas se sienta abandonada. Ama los sábados a la tarde desde que se enteró que ese es el momento en que juntan a Junior —el ya no tan pequeño pingüino que Tzuyu le había llevado a conocer al zoo— con otros pingüinos y eso la pone feliz porque no le gusta que el pingüinito este solo. Cepilla todas las noches su pelo porque lo hace al mismo tiempo con su madre y si hay algo que Yoon Ah ama es pasar tiempo con su mama —Estoy segura de que cada uno de los oyentes estaban sonriendo— ¿Y sabes que más se? —le preguntó sin esperar respuesta— SE QUE AMO A ESA NIÑA. Y SE QUE ELLA ME AMA A MI. YO LA ELEGÍ COMO MI HIJA Y ELLA ME ELIGIÓ COMO SU MAMÁ...

— Y NOS IMPORTA UN CARAJO LO QUE PIENSES —agregó la pequeña

— Ese es el vocabulario que tú le enseñas —le dijo la perra a Tzuyu para después dar media vuelta y empezar a irse ofendida. Momo respiraba aliviada

— LILY ESPERA —la jugadora estrella la frenaba

— ¿Me quieres pedir disculpas imagino? —Dijo cuándo volvía

— No... pero no quiero que te vayas sin comer postre —¡BUM! Lily comió postre, de hecho, se comió una tarta entera en la cara

— ¡MIS TARTAS! —chilló la japonesa mayor

— ¡BangChan haz algo! —le exigió su novia, pero el chico no se movió— Bien... entonces lo voy a hacer yo —la chica agarró otra tarta y le apunto a Tzuyu, pero la ágil deportista se agacho y la tarta fue a parar directo a su novio

— PUEDEN DEJAR DE JUGAR CON LAS TAR... —¡BUM!— JIHYO —había sido su mismísima novia

— Lo siento Moguri, pero ya me tenías cansada —la bailarina defendía su acción

— ¿De qué te ríes rubia hueca? —la abogada ya tenía un pastel apuntando a Sana

— NOOOOOOOOOO —Tzuyu se interponía en el ataque recibiendo ella misma con su cara el postre

— ¡ME SALVASTE! —la rubia trataba de limpia la cara de su novia

— De ese si... pero de esto no —¡BUM! Toshio le estampaba a su hija una tarta de fresas

— ¡MAMÁ! —Le reprochó la fotógrafa

— Fue por la imagen que tuve que ver en la cocina —claro y un tartazo lo cura todo

— Oye cangurin —Tzuyu encontraba a su hija huyendo de la guerra de postres — ¡Feliz cumpleaños! ¡BUM! Ni Yoon Ah se salvaba

— ¿Somos la familia más dulce o no? — preguntó la morena alzando a su hija para luego ir a buscar a Sana. Cuando la encontró huyendo de su padre el cual le acababa de hacer probar el rigor de una tarta con kiwi— Ven aquí rubia —la agarró por la cintura— LAS AMO CON TODA MI ALMA —les dijo para luego besar a Yoon Ah en la mejilla y luego en los labios a Sana— mmmm fresas con crema

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