Capítulo 78.- Casa o departamento

Al día siguiente - Estudio de fotografía de Sana.

— ¿Lia? —Sana abría la puerta de su oficina para encontrarse con la novia de su hija— No es que me moleste verte, pero ¿Qué haces aquí? ¿Sabes que Hye-won está en clases cierto? —Sana se asustó porque la amiga de Yoon Ah no traía buena cara— ¿Pasa algo? ¿Te encuentras bien? —preguntó con cuidado.

— No pasa nada malo —le aseguró la joven castaña— Pero necesito hablar con usted de algo en particular —Le dijo la chica nerviosa.

— Yuri por favor, no me trates de usted, nos conocemos hace mucho —Siempre tenía que recordarle los mismo.

Sana asintió haciendo que la chica pasara— ¿Estás muy ocupada? —Le preguntó a Sana utilizando su permiso. Yuri parecía querer que esa pregunta tuviera una respuesta negativa porque cuando Sana asintió con su cabeza la mirada de la chica fue de desesperación. Yuri se tensó inmediatamente.

— Si estar jugando con tu nieta se considera ocupada, pues si lo estoy —se apresuró a decir Sana, Yuri se relajó en el momento que escuchó eso y vio a la bebe adentro del corralito de juegos que Sana tenía en su oficina.

— ¡Guau! Ese sí que es un oso de peluche enorme —Yuri se refería al oso con el que estaba jugando Eunchae. La hija de Yoon Ah estaba haciendo lo que quería con el peluche, lo escalaba, se le subía encima, lo mordía, dormía sobre él, lo que sea.

— Ni me hables —le dijo Sana caminando hacia el sillón— Jihyo y yo odiamos ese estúpido oso. Tzuyu y Momo están obsesionadas con él. Pretenden dejarlo como nuevo y él va y viene entre ambas casas y cada vez queda peor — contó. Sentándose en el sillón e indicándole a Yuri que podía sentarse a su lado. Ambas se quedaron mirando como la ovejita había puesto al oso boca abajo y haciéndole una toma de llave trataba de sacarle la cabeza.

— No sé cómo llegó gateando a la habitación de Hye-won —miró a Yuri— pero esta mañana la encontré pegada a ese oso— Eunchae se había encontrado a Porni no muy bien escondido por Hye-won— Y ahora no se lo puedo sacar —Sana había tratado de persuadirla con todos sus juguetes e inclusive hasta con golosinas, pero la bebé no cedió y ahora tenía a una integrante más de su familia obsesionada con el estúpido peluche. La fotógrafa se dio cuenta, por la risa nerviosa de la joven, que tenía que ir al grano— En fin... ¿De qué querías hablarme? —preguntó un poco preocupada.

— No es nada malo —le aclaró Yuri— No tienes que preocuparte - por las dudas lo decía— Sólo que... que... bueno... usted, digo, tu —Corrigió rápidamente— tu sabes que Hye-won y yo llevamos un mes de novias —Sana asintió no teniendo ni idea de por dónde iba a venir esta conversación— Y... bueno... —la chica tragó saliva— Yo sé que tengo diez años más que ella y que se supone que yo tendría que ser la "experta" en relaciones —literalmente usó sus manos para hacer comillas en la palabra— pero —respiró hondo— no es así —concluyó nerviosa. Sana puso una mano en su espalda para darle apoyo— Ustedes saben, por Yoon Ah y por todas las noches que me dieron asilo cuando peleaba con mis padres, que para mí no fue fácil esto de decirle al mundo que me gustaban las chicas Sana asintió —Yoon Ah, Tzuyu y ella, habían calmado y confortado a la joven que ahora estaba sentada a su lado, cada que tenía inconvenientes en su casa por sus preferencias sexuales.

— Pero según lo que nos contó Yoon Ah, las cosas con tu familia estaban mucho mejor —le dijo Sana.

Yuri afirmó con su cabeza varias veces— Si, sí. Mis padres están contentos con Hye-won, ese no es el problema... en realidad no hay problema... es decir no es un problema, un problema sería que...

— ¡Lia! —Sana la frenó— Tranquila —Ya había vivido los mismo con su hija el día anterior y la verdad si esto iba a ser una conversación incomoda preferiría ir al punto rápidamente.

— Tienes razón —se calmó, respiró y volvió a hablar— Yo no he estado con muchas mujeres Sana —confesó segura— De hecho, he estado con dos, una de las cuales tú la conociste, el día del cumpleaños de Yoon Ah...

Sana giró los ojos. Como olvidarse de la chica que se atrevió a decir delante de su mujer que Sana tenía el mejor trasero que había visto, la rubia sonrió— Es una lástima que no se haya quedado para la torta —si se quedaba Tzuyu la terminaba de triturar.

— Bueno después de que "sin querer" —otra vez el uso de las comillas— tu esposa le pegara un codazo en la nariz, tuvimos que irnos al hospital de urgencia. —recordó aquel día.

— Tu sabes cómo es Tzuyu —le dijo Sana— puedes decir cualquier cosa de mí y sabes que voy a ser capaz de calmarla —explicó— menos cuando alguien habla de mi trasero o de...

— Squishy y Spongi, lo sé —TODO el mundo, que no quiera pasarla mal, sabe que no hay que meterse con el trasero o con los pechos de Sana, es un mandamiento—'En fin, eso ya no importa —sentenció— Lo que quiero decir es que —volvían los nervios— aun así, por más que haya estado con dos chicas, no siento que sepa más de estas cosas que Hye-won y...y... —no podía mirar a Sana a la cara— y como Tzuyu y tu son, digamos, las lesbianas más sexuales que yo conozco... —Yuri no había sido una excepción y se unía a la lista de las tantas personas que habían encontrado a la pareja teniendo sexo.

— ¡Un cemento! —Sana la frenó— Déjame ver si entiendo —La artista ya había pasado por esto y definitivamente no se sentía muy cómoda con el tema— Tú quieres que yo —se señaló con su propio dedo— te de consejos de como... - pausa_ satisfacer a mi hija —Sip, definitivamente no era la situación ideal.

— Bueno si lo pones así...

— ¡YURI! —Sana se cubrió la cara. Eunchae se preocupó por su abuela y desesperada empezó a pedir por ella balbuceando toda clase de sonidos. Parecía estar retando a la joven que hablaba con Sana. La rubia se incorporó para agarrar a su nieta.

— Lo siento Sana...

— Dime señora Chou Minatozaki —volvían las formalidades.

— Lo siento señora Chou Minatozaki — cambio el modo— lo que pasa es que la otra noche, en el coche...

— No sigas por favor —La frenó sana. Ya demasiado incómodo había sido escuchar el relato de su hija— Mira —Sana con todo su valor miró a la chica a la cara— voy a decirte lo que le dije a Hye-won cuando nos contó lo que pasó — la cara de Yuri fue de blanco pálido a un rojo profundo— Si, lo sé —Sana adivinaba el pensamiento— No creas que fue para mí fácil —le aseguró— Pero voy a decirlo de todas maneras —respiró— El día que estén juntas... tu sabes en el sentido que hablo ¿cierto? —Yuri asintió— Ese día, todo se va a dar natural. Te lo aseguro —era casi el mismo discurso que había usado con su hija— Además, aunque hayan sido pocas, aun cuentas con más experiencia que mi hija —Señaló mientras volvía a dejar a su nieta en el corralito de juegos. Eunchae ahora estaba preocupada por la soledad de su oso y pedía para volver con él.

— Pero... —Yuri no se quedaba tranquila.

— Tienes que tranquilizarte, tienen que tranquilizarse —insistió.

— Para usted es muy fácil decirlo, si total fuimos Yoon Ah y yo las que las encontramos a usted y su señora dele que dele en la piscina —no lo quiso decir así, pero se le había escapado.

Sana se puso más roja aún— Nadie les dijo a ustedes dos que fueran a la piscina a esas horas de la noche —Se defendió la rubia.

— Eran las dos de la tarde —atacó Yuri— Era lógico que quisiéramos ir a la piscina —Sana no podía discutir eso, Tzuyu y ella no tenían horarios. Es más, hubo un momento donde Tzuyu, en vez de contar las horas, dividía los días en encuentros sexuales. Cuando alguien preguntaba ¿A qué hora cenamos? O ¿A qué hora nos vamos? Tzuyu se acercaba a su esposa y le susurraba "después de que le haga el amor a Sana en la ducha" o "Después del tercer orgasmo". La morena lo llamaba su reloj sexual.

Sana giró los ojos— Con razón desaprobaste el cuestionario de Tzuyu —dijo.

— ¿QUE? —esto no lo sabía— ¿YA ESTAN LAS NOTAS? SE SUPONÍA QUE ME TENÍA QUE LLEGAR UN MAIL ESTA SEMANA —la subida de voz hizo que Eunchae volviera a pedir por abuela y que balbuceando volviera a retar a Yuri. Sana fue por ella nuevamente, pero como la bebe no quería soltar el oso, tuvo que cargar a su nieta en un brazo y a Porni en el otro, por supuesto que para Sana no era Porni sino el "estúpido oso"

— Y te va a llegar —la calmó Sana— Pero como yo soy la esposa de Tzuyu ya las vi —le dijo Sana riendo por dentro ante los nervios de la chica.

— ¿Desaprobé? —preguntó. Sana asintió— ¿Voy a tener que rendir otro examen? —preguntó.

— Me temo que sí, pero no te pongas mal —Dijo esquivando el puño que tiro su nieta que iba dirigido al oso, al parecer ahora Eunchae lo usaba como bolsa de boxeo— No te pongas mal, Hyunjin va a rendir contigo también y Minho va por su tercer examen. Con decirte que Jake aprobó en su sexto intento —contó.

Yuri se agarró la cabeza— Solo como consejo —Sana se sentó porque ya no aguantaba el peso de Eunchae y el del oso estúpido juntos— en la pregunta sobre el deporte preferido Chaeyoung, no pongas Básquet, eso te va a restar muchos puntos —a Sana le caía bien la chica, así que le dio una gran ayuda.

— Pero si Chaeyoung ama el básquet... —Yuri no entendía. Era imposible fallar a esa pregunta, la morena vivía del básquet.

— Eso fue antes de conocerme —Sana le guiñó un ojo.

— ¿Antes de conocerte? ¿Y eso que quier...? —Yuri cayó. La respuesta no era básquet, era Sexo con Sana. Dios estas mujeres no paraban. Bueno al menos ya tenía asegurado esos puntos para la próxima.

Mientras tanto en el colegio de las hijas Chou Minatozaki - Práctica de porristas.

Como todos los lunes, desde que la animación pasó a ser la nueva cosa especial entre Tzuyu y Minju, la deportista estaba en las gradas del campo donde estaban entrenando sus hijas, viendo atentamente la práctica. Tzuyu no podía mentir, esto de la animación no se le daba muy bien. Cada vez que su hija y ella se sentaban a ver uno de los videos viejos de Sana compitiendo, lo que menos hacía Tzuyu era prestarles atención a las explicaciones de su hija. "Eso es un doble mortal para atrás" le decía Minju cuando en el video, Sana hacía terrible pirueta circense hacia atrás. Pero la morena en ese momento lo único que podía pensar era lo mucho que le habían servido esas destrezas de Sana en su cama. Por supuesto que Minju se dio cuenta de la falta de concentración de su madre y prohibió los videos de su rubia madre, a partir de allí, la morena mejoró en sus clases de animación. Y ahora al menos entendía lo que sus hijas y sobrinas hacían este momento en el césped. Bueno la mayoría de sus hijas, porque el lobito estaba al lado de la entrenadora como su asistente.

— ¿Qué pasa Hye? —Le preguntó su prima Ji-woo, capitana de las porristas— Te ves cansada —comentó mientras caminaba a buscar una botella de agua.

— Como para que no lo esté —comentó Kura llegando detrás de ellas— Se pasó toda la noche despierta ¿Qué hacías? —de paso curioseaba.

— Estaba haciendo tarea atrasada —en realidad no mentía, aprender sobre sexo en cierta forma era una tarea. ¿Más divertida que la tarea normal? Por supuesto ¿Menos exigente? Claro que no.

— ¿Y a caso la tarea requería que murmuras cada dos por tres a una tal Jésica Larsson? —Kura no lo preguntaba a propósito, solo por saber.

— ¿Y esa quién es? —Yunjin estaba escuchando la pregunta de Kura.

— Eeeee... —Hye-won había llegado a soñar con Jessica Larsson— Es una... es... —se aclaró la garganta tomó agua, necesitaba tiempo— Es una famosa pintora de la antigüedad, no se me quedaba el nombre y tenía que repetirlo varias veces —explicó.

— Nosotras tenemos historia del arte y nunca nos han nombrado a Jessica Larsson ¿cierto Ji-woo? —Las mañas no pasaban con los años. Ji-woo le siguió la corriente a su mejor amiga.

— ¿Qué pintó? ¿Alguna obra famosa? —Hye-won no sabía que decir.

Menos mal que apareció Minju para interrumpir las preguntas de Kura— Me tienen cansada —comentó el pececito por lo bajo— Todos los lunes tenemos que aguantar los mismo —Agregó enojada.

— ¿De qué hablas? —Hye-won preguntó siguiendo junto con las demás la línea de visión de su hermana y tratando de que Sakura se olvidara del tema anterior.

— ¿Otra vez? —dijeron todas a la vez mientras miraban a un grupo de cuatro porristas que miraban a Tzuyu en las gradas y hacían comentarios de todo tipo.

— Yo me encargo —Ji-woo ya había perdido los estribos, estaba podrida de que todos los lunes acosaran a su tía.

— No Yunjin —la frenó Minju— Déjame a mí, el lunes pasado la entrenadora casi te saca del entrenamiento.

Estaban tan ocupadas discutiendo que no vieron pasar a Dahyun como bala por al lado de ellas— ¡OIGAN USTEDES! —les gritó el lobito al grupo de porristas que miraban a su madre. Las chicas se dieron vuelta a mirar a Dahyun— ¡SI USTEDES! ¡MORMONALES! ¿NO TENDRIAN QUE ESTAR CORRIENDO EN VEZ DE ESTAR BABEANDOSE POR MI MAMI? —Les preguntó.

Una de las porristas enfrentó al lobito— ¿Y a ti quien te dio la cinta de capitana enana? —atacó.

— ¿A quién le dices enana? —Sakura aparecía detrás de su hermana, sus primas y demás hermanas la seguían.

— Yo que tu tendría cuidado con lo que digo —La enfrentó Minju— Recuerda quien te sostiene en la pirámide —Le dijo.

La porrista vio al grupo detrás de Dahyun y se acobardó y quien no lo hubiera hecho con seis miradas asesinas atacando— Tranquilas, nosotras solo estábamos admirando lo bien que le quedan los lentes de sol a su madre, nada más —Se defendió.

Las Chou Minatozaki y las Hirai se miraron y decidieron dejar la pelea. Hye-won agarró por los hombros a Dahyun y se dieron vuelta para volver al entrenamiento.

— Y también admirábamos su trasero —agregó la porrista pensando que solo la escuchaba su propio grupo, pero no tuvo tanta suerte.

— ¡Listo! —Dahyun se soltó se su hermana y se le fue a la porrista.

Cuidado animales sueltos ¡Corran!

Más tarde en casa Chou Minatozaki.

Alguien golpeaba la puerta, al mismo tiempo sonaba su celular y Eunchae que no se quería salir del agua, Sana tenía una tarde de locos— ¿Dónde carajo estará Tzuyu? Cómo caiga alguna de ellas embarrada juro que tu abuela va a dormir en el sillón hasta que muera de abstinencia —le decía a Eunchae que sin prestarle atención jugueteaba en el agua.

— ¡HOLA! —Contestó de mala gana— ¿Puedes dejar de gritar abogada idiota? La puerta está abierta —Apenas cortó sintió la puerta abrirse.

— ¿DÓNDE ESTAS RUBIA HUECA? —gritó la abogada.

— ¡EN EL BAÑO JAPONESA TETONA! — contestó escuchando pasos en la escalera seguido del portazo que pegó la mayor cuando abrió la puerta del baño.

— ¿Se puede saber porque...? ¡PORNI! —Momo casi se desmaya cuando vio a su oso sentando en la tapa del toilet. Si no fuera porque se agarró de la manija de la puerta, se daba derecho contra el piso.

— ¿Qué dijiste? —le preguntó Sana, el secreto estaba por ser revelado.

Momo trató de calmarse "piensa Momo, piensa" se dijo, Mina la miraba cual cazador a su presa, cual Winnie de Pooh a su tarro de miel, cual Silvestre a Piolin, cual Tom a Jerry— Porni... Porni... Por ni un millón de dólares me vuelvas a cortar el celular así ¿me escuchaste Minatozaki? —Poco a poco se iba acercando al peluche disimuladamente.

— ¿De qué hablas Momo? Tú me cortaste a mí —La abogada estaba divagando— ¿Qué haces? —le preguntó la rubia a su amiga que ahora mismo estaba a punto de agarrar al oso.

— Nada —Puso sus brazos rápidos atrás de su espalda

Sana giró los ojos— Querías agarrar al estúpido oso —Le dijo.

— Tengo miedo que se estropee más si le cae agua —Lo agarró— mejor me lo llevo a un lugar seguro —dijo caminando con el peluche hacia la puerta. Y estuvo a punto de salirse con la suya si no fuera porque apenas Eunchae la vio agarrar el peluche empezó a chillar usando su tono más elevado.

— ¡MOMO! —Sana la retó— trae ese cochino oso para acá, no ves que Eunchae se ha encariñado con el —dijo.

— Pero... el agua... se va a mojar y... —la abogada hacia pucheros mientras abrazaba aún más al oso y jugaba con su oreja. Celosa de que estuviera en otros brazos, Eunchae empezó a llorar desconsoladamente.

— ¡Dame eso! —Sana se tuvo que levantar a arrebatarle el peluche a su amiga— Aquí tienes cariño —La rubia volvía a dejar al oso cerca de su nieta. Milagrosamente las lágrimas desaparecían y Eunchae volvía a prestarle atención al agua. Sin hacer mucho ruido la abogada se quedó en un rinconcito esperando para poder atacar.

— A ver si lavamos el traserito que tanto enloquece a la abuela Tzu —Sana agarró a su nieta por la pancita y la puso boca abajo— ¡MOMO YA! —La abogada había vuelto a acercarse al oso y Sana la había agarrado con las manos en la masa.

— Sólo quería acomodarle su chalequito —Momo movió un poco el chaleco que vestía el peluche y volvió a su rincón con la mirada de Sana clavada sobre ella, iba a tener que esperar un poco más para recuperar su tesoro.

De una cosa Momo estaba segura, iba a matar a Hye-won. No solo que era imposible sacar a Rose de la bañera, sino que ahora había que agregarle el hecho de que su esposa, Jihyo jugaba con ella haciendo que Porni se subiera en sus piernas y usándolo de títere para entretener a la ovejita.

— Ahora si Eunchae, basta de agua por hoy —Sana agarró a su nieta y a pesar de las protestas de la bebe la envolvió en una toalla.

Momo vio la oportunidad perfecta cuando su esposa y amiga se entretuvieron secando a la bebe. Poco a poco se fue acercando al oso. "un pasito más" "un pasito más" se decía, ya estaba cerca.

— ¡MAMA! —Changbin entraba en el baño buscando a su madre Momo e interrumpiendo su intento de recuperar a su tesoro— Ya llegó la tía Tzu y viene retando a todas las niñas —informó atrayendo la atención de todas las adultas en el baño.

— ¿Vienen embarradas? —El niño negó y Sana suspiró— Vamos a ver qué pasó — salió con la ovejita envuelta en una toalla, Changbin y Jihyo la seguían dejando a Momo sola en el baño con su oso.

— Al fin —Respiró tranquila la mayor— ¡PORNI! ¡TE EXTRAÑE TANTO! —agarró a su peluche y empezó a bailar con él por todo el baño.

— ¡MOMO! —Jihyo apareció de repente— Eunchae quiere el oso —dijo estirando sus brazos para que se lo diera.

— Pero Jihyo...

— Pero nada Momo, por Dios... Dame eso —nuevamente se lo arrebataban de sus manos.

En la sala.

— ¿Se pueden calmar y decirme que pasó? —Sana le había dado la ovejita a su esposa mientras hablaba con sus hijas y sobrinas cuyos uniformes estaban todos llenos de césped y tierra.

— Nos peleamos con un grupo de porristas —Confirmó Hye-won.

— ¿Se pelearon? —Sana estaba sorprendida— ¿Por qué? —preguntó.

— Porque son unas mormonales —respondió Dahyun cruzando sus brazos.

Sana giró los ojos— Quiero una razón niñas —basta de bromas.

Todas las chicas se miraron entre ellas. Hye-won suspiró y se decidió a hablar— Resulta que todos los lunes mami va... ¡PORNI! —Ante este grito Tzuyu abrió los ojos instantáneamente, Jihyo bajaba las escaleras con Porni en sus brazos.

— ¿Qué dijiste Hye-won? —Momo había tenido la misma reacción en el baño

Tzuyu miraba a Hye-won esperando su reacción.

— Porni... —tragó saliva— Por ni un segundo pienses que te vamos a contar lo que pasó mamá, son cosas que tenemos que resolver entre porristas ¿cierto? — preguntó nerviosa a sus compinches. Las demás asintieron. Hye-won se movió hacia la bailarina.

— Tía Jihyo ¿Qué haces con el oso? —Le preguntó agarrándolo— me falta para arreglarlo, tiene la oreja floja —tironeo la oreja y la movió— ¿Ves? —agarró el oso y empezó a subir las escaleras

Inmediatamente Rose empezó con su concierto de voces, chillidos, balbuceos, lágrimas forzadas, entre otros. Chaeyoung frunció el ceño preocupada - ¿Qué te pasa ovejita? - le pregunto

- No le pasa nada - la tranquilizó su esposa - Nada más que se ha encariñado con ese estúpido peluche - explicó - ¡RYUJIN! - Mina la frenó - Trae ese condenado oso para acá

- Pero mamá... Mírale la oreja, ya se le sale - le hizo la misma demostración que le había hecho a la bailarina

- No me importa - Mina ya estaba cansada de pelear por ese peluche - Dale el oso ya mismo - ordenó.

Ryujin miró a su otra madre que asintió con su cabeza. Antes su nieta que otra cosa, además no podía culpar la obsesión de la ovejita con el oso, cualquiera lo hubiera estado.

La melliza le dio el peluche al cual Rose agarró por la cabeza inmediatamente.

— Hye-won —Momo bajaba llamando a su sobrina— ¿Puedo hablar contigo un momento? —le señaló la cocina.

— Voy a terminar de cambiar a Chae —le dijo Sana a Tzuyu agarrando su nieta. Tzuyu pensó que iba a salir exitosa y se iba a quedar con el peluche, pero por nada del mundo la pequeña lo soltó. La morena se unió a Momo y a Hye-won en la cocina.

— No sé cómo lo encontró —decía Hye-won— Juro que lo dejé bien escondido —se defendió.

— SI hubiera estado bien escondido ahora no estaría paseando de la mano de la mini ratita traicionera —le dijo Momo.

— Tranquilas... —llegó la morena— Tranquilas... —las calmó— Eunchae es como todo niño, se encariña con las cosas por un rato y luego las deja por otras cosas —explicó— Sólo hay que esperar que lo suelte —les dijo dándole una palmadita en la espalda a su hija y a su amiga.

— Más te vale que lo suelte —opinó la mayor— porque si se enteran lo que hay dentro de ese oso, tu y yo, vamos a tener que alquilar algo para irnos a vivir juntas —Dijo.

En la cena.

Todas las mujeres más Changbin, que estaba sentado al lado de Dahyun, cenaban tranquilamente.

— No quiere comer más —Tzuyu tenía a Eunchae en sus piernas.

— Déjala en su corralito —le dijo Sana— Así puedes comer tranquila —Con Eunchae arriba de su esposa era difícil que la morena probara bocado. Cada vez que Tzuyu iba a comer, Eunchae se anticipaba y le robaba el bocado.

La morena le hizo caso a su mujer y dejó a la ovejita jugando con su obsesión, el oso de peluche.

— ¿Puedes dejar de mirar ese oso? —Jihyo se estaba cansando— No le va a pasar nada —Eso pensaba Jihyo, pero con la bebé tirando de la oreja de porni tan efusivamente, Momo empezaba a dudar que su peluche favorito saliera sano y salvo.

— Mamá —Sakura vio el momento perfecto para hablar— ¿Conoces a una pintora famosa llamada Jesica Larsson? —preguntó.

— ¡Cof! ¡cof! ¡cof! ¡cof! —No se sabía cuál de las adultas se había atorado más con la comida. Se sobaban la espalda unas a las otras.

— ¿De qué hablas Kura? —preguntó Sana una vez que se recuperó.

— Hye-won dice que es una artista famosa que anoche se quedó estudiando sobre ella, pero ni Ji-woo ni yo la hemos estudiado ¿Cierto Ji-woo? ¿La conoces o no? —insistió.

Inmediatamente Sana miró a Hye-won. La auténtica mirada asesina— Hye-won...

— Mamá... —Dahyun llamaba a su madre y señalaba hacia el corralito de Eunchae.

— Un segundo Dahyun —le dijo Sana— Hye-won ¿Qué tienes para decir? —presionó a la melliza.

— Mamá... —Dahyun insistía.

— Espera un poquito Dahyun...

— BLASSRFFFUUU PRFFFFF PUFFFF ¡CLAP! ¡CLAP! ¡CLAP! —Los balbuceos y las palmas de Rose llamaron la atención de toda la mesa.

— Eso quería decirles —Eunchae tenía la cabeza del oso en una mano y el cuerpo había quedado sentadito en otro extremo— Euncahe degolló al oso —avisó el lobito.

— ¡PORNIIII! —Gritaron Hye-won, Tzuyu y Momo a la vez.

— ¿PUEDEN EXPLICARME QUE CARAJO QUIERE DECIR POR...? —Demasiado tarde, el secreto fue revelado, el mercado negro había sido descubierto. Mientras Eunchae agitaba la cabeza del peluche, cientos de DVD salían de él.

Sakura fue la primera en ir a ver de qué se trataba—'"JESICA LARSSON MONTA UN TRIO" —leyó uno de los videos— Sabía que no era una pintora ¿viste que tenía razón Ji-woo? —pregunto a su prima.

Jihyo y Sana se pararon inmediatamente y fueron una por la cabeza del oso y otra por el cuerpo. El sudor frio recorría por el cuerpo de Momo y Tzuyu.

La bailarina sacaba revistas del cuerpo del peluche, Sana seguía con las películas.

— TODAS A SUS HABITACIONES —Ordenó la fotógrafa.

Inmediatamente las jóvenes se pararon de la mesa y empezaron a subir las escaleras, Minju se llevó a Eunchae.

— USTEDES DOS SE QUEDAN —Jihyo frenó lo que iba a ser una escabullida de sus esposas.

— SE SIENTAN EN ESE SILLÓN YA MISMO —Ordenó Sana.

— ¿Casa o departamento? —Le preguntó Tzuyu a la abogada. De esta no se salvan, no se salvan.

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