Capítulo 37.- El mapa del tesoro
Media hora. Media hora contada por reloj exactamente, era el tiempo que Tzuyu había pasado enfrente del portón esperando... Bueno esperando nada en realidad. Solo se había quedado paralizada cuando vio la pequeña C que adornaba la gran puerta "¿No crees que es demasiado ostentoso?" le había preguntado su padre a su madre cuando esta había tenido la idea de colocar la pequeña letra que marcaba el punto medio del negro portón. Y basto solo una mirada de su esposa para que a la semana siguiente tuvieran una nueva puerta de entrada con la tan ansiada "C" en su frente. Ese era el mismo efecto que Sana tenía sobre ella, fue lo primero que pensó Tzuyu. Con solo una mirada de su novia, al igual que su madre, conseguía lo que quería de ella, "Y lo peor de todo es que lo sabe" murmuraba su padre cuando se disponía una vez más a salir tras algún capricho de su mujer a altas horas de la noche. "Un día encontraras una mujer por la cual eres capaz de levantarte a la madrugada e ir hasta la panadería más cercana, en tus pantuflas, solo para poder ser el primero en la fila para el pan casero y así volver a tu casa y hacerle sus tostadas favoritas... Cuando ese día llegue hija estarás en problemas.... ¿Sabes por qué?... porque te habrás enamorado"— Hace rato que estoy en problemas —se decía así misma la morena tras haber recordado las palabras de su padre— Bien... Aquí voy, que Dios y Jordan me ayuden —Tzuyu tocó el timbre y espero un rato, confiando en que o Jack o Marge les hubieran explicado a sus amigas cuál de los botones tenían que apretar— Parece que no - concluyo después de pasar un tiempo esperando. Saco su celular de su bolsillo para llamar a su novia. La rubia no tardó mucho en atender— Hola mi reina estoy en la puerta —anunció— para abrirme tienen que apretar el primer botón —le explicó. Al ratito sintió como se destrababa la cerradura y empujo con fuerza— No, no —negó la ayuda de la rubia— Voy caminado —de hecho, ya había empezado a recorrer el camino— Jamás me atrevería hacerlas esperar —le dijo riéndose cuando escuchó a Jihyo agregarse dentro del grupo de rubias que la esperaban— Nos vemos enseguida —cortó la llamada — Pufff... vamos Tzu tu hija y tu novia te esperan —siguió caminando
Era increíble como el señor y la señora Wilson habían conservado todo tal cual les gustaba a sus padres. Los pinos que su papa había mandado plantar a los costados de la calle cuando ella tenía cinco años estaban enormes. Los rosales que su madre cuidaba como si fueran su otro hijo permanecían intactos "Chou Tzuyu si vuelves a cortar una rosa para regalársela a algunas de tus novias yo misma me voy a encargar de contarles a cada una de ellas tus puntos de encuentros secretos con las demás". La morena nunca creyó a su madre capaz de hacerle eso, pero todavía se acuerda del día en que estaba en el garaje de su casa teniendo sus sesiones diurnas de caricias con una de ellas, Jenni, Denny, Penny, o como sea, cuando entraron unas cuantas chicas más exigiendo explicaciones. Todas las vacaciones se rieron sus padres de la mano marcada que había quedado en su cara "El que avisa no traiciona" le dijo en aquel momento su madre. Y cuánta razón tenia.
No había duda alguna, el lugar estaba lleno de recuerdos, Tzuyu había pasado los mejores días de su vida en este lugar ¿Iba a ser capaz de construir nuevas anécdotas?. Levantó su cabeza y vio que al final del camino estaban esperándola su novia con su hija de la mano y con Puppy echado al costado de ellas. Y la pregunta se respondió sola.
— ¡MAMI! —La pequeña salía corriendo al encuentro de su madre, por su puesto el cachorro la siguió.
Fue tanto el impulso que tomó la niña que logró tumbar a Tzuyu— ¡Madre mía! Que salto pegaste cangurin —Le decía desde el suelo.
— ¡TE EXTRAÑÉ MUCHO! —Yoon Ah sabía que un poco de cariño extra la iba a ayudar a salir del lío del cuatriciclo.
— Yo también Osito Po... —No pudo terminar de hablar porque tenía un cachorro encima de ella lamiéndole toda la cara.
— Parece que Puppy también te extrañó —Observó su hija.
— No se vale que no me esperen en el festejo —Sana se sumaba al abrazo familiar tirándose al piso con ellas. Tzuyu abrazaba a sus dos tesoros.
— ¿Mami puedo decirte algo? —Preguntó la niña desde el estómago de su madre.
— Siempre puedes bichito —Le aseguró.
— Anoche jugaste asqueroso —Le dijo sin pelos en la lengua.
— ¡YOON AH! —Sana pensó que su hija podría haber sido más sutil— No jugaste mal solo distinto a lo que vienes haciendo y bueno...
— Sana... —La interrumpió su chica.
— Dime —Autorizó.
— Jugué asqueroso —Admitió mirando a su novia. Las tres empezaron a reír. Si, definitivamente iban a ser cuatro interesantes días.
Después de que Sana y Tzuyu se saludarán como Dios manda, eso incluyo una intensa sesión de besos que Yoon Ah tuvo que cortar con un grito de "Tengo hambre", las tres iniciaron su camino a la casa. En el corto trecho Sana aprovechó para poner a su novia al tanto de todo lo que habían dicho los señores Wilson.
— Yoon Ah...¿Hay algo que tenga que saber? —Le preguntó a su hija apenas vio el cuatriciclo incrustado en uno de los pinos. Un moño rojo colgaba de el vehículo de cuatro ruedas.
Ambas rubias se miraron— ¡Me voy a desayunar! —La niña se metió rápidamente a la casa.
— ¡Huye rata cobarde! —Le gritó Sana.
Tzuyu miró a su novia esperando la respuesta— ¿Y bien? —Preguntó.
— Parece que TÚ hija creyó que sabía manejarlo sola, como no pudo pararlo terminó saltando —Le resumió— ¿Por qué me miras así? —A la rubia no le gustaba hacerse cargo de cosas de las cuales ella no tenía nada de culpa— La próxima que le regales algo a tu hija trata de que no sea algo que ponga en peligro la vida de los demás. Cómo eso —Señaló la moto que ahora estaba rota— O como un animal —Por las dudas.
— ¿Los peluches cuentan? —Preguntó la morena un tanto avergonzada.
— Déjame adivinar...le trajiste otro peluche ¿Cierto? —No tenía que preguntar, su novia movió la cabeza de arriba hacia abajo.
— Se va a llamar nueve ¿Cierto? —Nuevamente la respuesta fue afirmativa.
— Sabes que te amo con todo mi razón ¿Cierto? —Tzuyu se quedó mirándola— ¿Lo sabes? —Insistió con la pregunta.
— Tal vez tengas que recordármelo —Le dijo acercándose a ella.
Y Sana no dejó margen para dudas, no solo le recordó a la morena cuanto la amaba si no que también todo lo que su cuerpo la había extrañado— También traje un regalo para ti —Alcanzó a decir la deportista con el poco aliento que le quedó después de que su chica succionará lo mejor de ella.
— ¿Un regalo para mi? —La fotógrafa no se imaginaba con lo que iba a salir su chica ahora— Dime que no es un animal por favor —Sus amigos la habían obsesionado.
Tzuyu pensó— Bueno no es un animal en si, pero puede formar parte de mi bestia interior tranquilamente —Empezaba las pistas.
— Entonces no es un regalo para mi —Concluyó.
— Bueno en realidad es para ti, pero lo voy a usar yo —Le explicó se la mejor forma que supo en el momento.
Sana se quedó pensando— ¿Algo que tú vas a usar pero que es para mí?. No entiendo —La rubia todavía no se había contagiado de la mente pervertida de su novia.
— Pues ya te lo voy a mostrar más tarde —Sentenció— Pero créeme que lo vas a disfrutar mucho amor —Agregó mirándola pícaramente.
— ¿Algo que tú vas a usar y yo voy a disfrutar mucho...¿No me digas que? —Sana estaba cayendo.
— ¡TZU! —Jihyo corría hasta la morena— Te estábamos esperando —La abrazó— La pequeña casa no es tan pequeña. Moguri dice que estás obligada a ser nuestra amiga por el resto de tu vida hasta que ella pueda arrastrar su trasero todos los veranos aquí —La bailarina decía.
— Hola Jihyo —Saludó la deportista sonriendo— Me alegro que les guste el lugar —Dijo.
— Moguri también dice que si tú y Sana... —Miró a su amiga— ¿Qué le pasa? —Preguntó apenas vio las pupilas dilatas y la boca abierta de su ex capitana.
Tzuyu sonrió maliciosamente— Nada...al parecer no le gustan las sorpresas —Contestó la basquetbolista— Pero creo que necesitaba un momento para hacerse la idea de la cantidad de sorpresas que va a recibir en estos días —Agregó la morena logrando, si era posible, que Sana la mirara diciendo algo así como "Tienes cinco segundos para salir de mi vista porque si te agarro no te doy descanso".
Jihyo se quedó pensando y después volvió a dirigirse a Tzuyu— Moguri dice que si no entran a desayunar va a matar a la ratita de su sobrina y va a patear tu hermoso trasero, pero no sin antes asegurarse que le firmes la escritura de esta casa —Informaba lo que había dicho la abogada.
Tzuyu caminó hasta la puerta, respiró hondo y entró. No quiso detenerse en la sala mucho tiempo, así que fue directo ala cocina, podía hacerlo con los ojos cerrados casi.
— Oye Sana —La bailarina camina junto a ella— Si quieres, Moguri y yo podemos ayudarte con las sorpresas —Nada tonta después de todo.
— Por décima cuarta vez Jihyo...las sorpresas de Tzuyu son solo mías —No lo entendían.
Cuando las dos rubias entraron a la cocina Yoon Ah ya estaba desayunando sentada arriba de la morena, a quien la artista evitó mirar en señal de protesta por lo que le había dicho. Sana fue directo hasta el refrigerador, agarró una lapicera y se dispuso a escribir algo en la "lista del sillón" que Yoon Ah, muy a s pesar de las protestas de la deportista, había decidido traer bajo la excusa de que en cuatro días podía pasar cualquier cosa. Sus amigas la miraron y empezaron a que terminara de escribir.
— Parece que esta noche vas a ser la única que no va a tener acción —Le susurró la abogada a la morena.
— ¿Yo tampoco? —Le preguntó la niña sin saber a qué se referían.
Momo y Tzuyu se miraron— A ti te faltan unos años para la acción bichito —Le dijo Tzuyu.
— ¿Cuánto dices tú? —Le preguntó curiosa Momo.
— Pues...la edad de su primer beso, ocho, multiplicado por la belleza Minatozaki y dividido por el toque Chou...Yo diría que en unos siete años más o menos está cambiando pingüinos por muñecas o muñecos quien sabe —Calculó guiñándole un ojo a la abogada.
— A mí no me gustan ni las muñecas ni los muñecos —Se defendió Yoon Ah.
— Por ahora ratita, por ahora —Le advirtió su tía.
— No entiendo lo que puso —Como siempre la más chusma de todas, Mina, se había levantado de la mesa para leer lo que Sana había puesto en la columna de "errores de Tzuyu".
— Léelo —Pidió su novia.
— Puso..."Por jugar con una Minatozaki" —Leyó para el grupo.
— ¿Ese fue el error? —Le preguntó Nayeon a Sana que había ocupado una de las sillas bien lejos de su novia— ¿Y a cuántas noches en el sillón equivale? —Normalmente dependía de la magnitud del error.
Sana levantó la vista para ver a la morena sonriéndole provocadoramente— Contesta amor ¿A cuántas noches en el sillón vale? —Tzuyu seguía jugando con ella.
— Es solo una advertencia —Aclaró la rubia para saciar la sed de información del grupo. Ambas mujeres se quedaron desafiandose con la mirada.
— ¿PUEDEN DEJAR DE MIRARSE ASÍ?. ESTAMOS DESAYUNANDO —Protestaba Momo— Y DESPUÉS YO SOY LA PERVERTIDA —Se quejaba.
— ¡MOGURI! No interrumpas las miradas calientes entre Tzu y Sanake, son sexys —La conexión se cortaba por ambos comentarios.
— Créenos cuando decimos que el primer puesto está muy peleado entre tú, tú novia y Tzuyu —Acotó Jeongyeon.
— Oye bomboncito —A la abogada se me venía una pregunta a la cabeza— ¿Tú conoces al organizador que nos va a ayudar con la fiesta? El cuidado dijo que era el mismo que solía hacer las fiestas de tus padres —Esto último lo dijo con suma delicadeza.
— ¿En serio? —Preguntó la deportista logrando que todos lo confirmarán— ¡Wow! Pensaba que el señor Anderson había dejado en negocio hace años —Lo dijo más para sí misma que para los demás— Pero si, lo conozco —Confirmó— Las fiestas que se organizaban aquí eran de las más famosas del lugar —Explicó— ¿Les dijo a que hora venía? —Preguntó.
— Alrededor de las seis —Contestó Sana.
— Pensábamos que podíamos usar la piscina —Habló Nayeon— ¿Está bien? —No quería abusar de la hospitalidad de Tzuyu.
— Oigan...mi casa es su casa —Les dijo— Pueden hacer lo que quieran, no es necesario que me pidan permiso para nada —Aclaró.
— Pues entonces ya mismo mi trasero y yo nos vamos a ir a rostizar bajo el solz que el vestido blanco de la Hiraiparty necesita mucho color en esta piel —Al parecer la cosa venía con temática blanca— Yo que tú ardilla, me pondría ya mismo a tomar el sol, no vaya a ser que te confundan con un fantasma —Sana odiaba que se metieran con su color de piel.
— Yo que tú tendría cuidado de que no se derritan las siliconas al sol —Atacó la rubia.
— ¡A LA PISCINA! —Jihyo salía corriendo por su bikini antes de que su novia y amiga volvieran a discutir.
— Momo nada de cosas raras con Jihyo dentro del agua —Le advirtieron sus amigas siguiendo a la bailarina hacia las habitación.
— ¿Cuál es la diversión entonces? —Sus amigas no sabían disfrutar la vida.
— Yoon Ah cariño porque no te vas a poner tu traje de baño así nos metemos a la piscina —Sana le había comprado uno de dos piezas. A la pequeña le gustaba tanto el agua que fue incapaz de negarse y salió corriendo de la cocina dejando a sus dos madres solas.
Inmediata volvió el enfrentamiento de miradas. La rubia no tardó en moverse hasta donde estaba sentada su novia y cuando llegó se sentó en sus piernas quedando cara a cara— ¿Me puedes agarra para que no me caiga? —Pidió necesita de contacto.
Tzuyu sin vergüenza alguna, agarró el trasero de su novia y la empujó cerca de ella— ¿Así estás mejor? —Preguntó.
— Estaría mejor si estuviéramos las dos sin ropa y tú estuvieras usando mi regalo en mi —Sana estaba irreconocible.
Tzuyu le apretó aún más contra ella— ¿Tienes ganas de que esté dentro tuyo? Te mueres de ganas de que te haga gritar ¿Cierto? —Empezaba a subir la temperatura de la conversación y Sana no podía evitar empezar a moverse arriba de su novia.
— Tengo ganas de que me dejes sin poder caminar —Golosa la rubia— Tengo ganas de comerte entera...Tengo ganas... —Con sus manos fue directo al estómago de su novia— Tengo ganas de hacerte entender que eres mía...
— DIOS MIO ¡MUS OJOS! ¡QUEMA! ¡QUEMA! —Siempre a tiempo la abogada.
— No seas exagerada Momo —Sana se levantaba de su novia mientras Tzuyu apoyaba su cabeza en la mesa.
— ¿Es necesario que estén montándose cuando estamos nosotras a dos metros? —Cara dura.
— ¡Uff! —Aparecía Jihyo— ¿Me lo perdí? —Le preguntó tristemente a su prometida.
— No te preocupes cariño, con la calentura que se traen estas dos, creo que vas a tener más oportunidades —La cara de la bailarina se iluminaba.
Sana se acercó al oído de su novia— ¿Estás bien? —Sabía que a su novia le costaba recuperarse de las frustraciones sexuales.
Tzuyu levantó la cabeza y sin esperar permiso de nadie besó a su novia— Mejor que nunca —Le dijo.
— ¿Vienen a la piscina? —Preguntó Mina desde la sala.
— Yo antes quiero ver qué le pasó al cuatriciclo de Yoon Ah y al de Jack —Anunció la morena.
— Voy a ver porque se demora mi hija y luego me uno a ustedes —Esta vez fue Sana la que contó sus planes.
— ¿A caso no pueden decir vamos a tener sexo como las personas normales? —Les dijo Momo— No tiene que estar inventando excusas, ni que las estuviéramos interrumpiendo todo el tiempo —La abogada estaba jugando con la paciencia de sus amigas.
Antes de que la morena pudiera contestarle a la abogada su novia ya la estaba guiando para las habitaciones. Cuando estuvo por entrar en la que se había instalado ella algo la frenó. Tzuyu se había frenado en seco— ¿Qué pasa amor? —La deportista le había soltado la mano a su chica y caminaba hacia una de las habitaciones que estaba con llave Sana la siguió cuidadosamente y cuando Tzuyu se frenó en frente de la puerta ella la abraza por detrás— Marge me dio las llaves y me dijo que te dijera que las cosas estaban tal cual las habían dejado —Ya no guardaba nada.
— No sé si quiero entrar —Confesó la morena.
— Ni siquiera puedo mirar las fotos de la sala...¿Cómo se supone que pueda entrar a su habitación o en la mía?. Lo único que voy a lograr va a ser extrañarlos aún más de lo que ya lo hago ahora —De solo pensarlo a la jugadora se le ponía la piel de gallina.
— ¿Y eso es malo? —Ante esa pregunta Tzuyu se dio vuelta para enfrentarla.
— ¿Qué dices? —Claro que era malo.
— Amor —La agarró del rostro— Solo digo que tal vez no sea malo extrañarlos, que eso significa que el tiempo que pasaste con ellos es digno de recordar, que te amaron y te dieron todo lo que merecías y más —Podía ver cómo los ojos de su chica se llenaban de lágrimas— Cuando estés lista, vamos a entrar...juntas —Afirmó— Mírame —Bajó su cara— Te amo —La besó— ¿Y tu cuarto? —Preguntó de repente.
— ¿Qué pasa con mi cuarto? —Tzuyu no entendía la duda de la rubia.
— ¿Quieres que entremos? —Intentó reformar la pregunta— A mí y a Yoon Ah nos encantaría conocerlo —Le dijo mientras veía como la pequeña ya vestida con su nuevo traje de baño, un short y su gorrita de las Liberty se acercaba a ellas.
— Oye no sabía que una de las modelos de Victoria Secret había venido contigo —La pequeña al escuchar eso empezó a desfilar por el pasillo haciendo reír a sus madres— Disculpe señorita —Tzuyu se agachaba a la altura de su pequeña— ¿Y a usted quién le dio permiso para usar bikini? —Le preguntó de forma seria.
— El de mamá es más pequeño aún —Modo rata traicionera activado.
— Bien...creo que es hora de que todas vayamos a la piscina —Ahora necesitaba ver a Sana en bikini.
— ¿No íbamos a ver tu habitación? —Preguntó la pequeña intrigada señalando la puerta que tenía una pelota de básquet dibujada sobre la madera.
— Y después ibas a arreglar los cuatriciclos ¿Recuerdas? —Bromeaba la rubia mayor ante la desesperación de su chica.
— Pero las dos cosas las podemos hacer después de que te vea en bikini —Le dijo.
— La tía Chaeyoung, la tía Jeongyeon y las tías Mohyo dicen que lo mejor del verano es ver a mami en bikini —Yoon Ah sabía cómo convencer a su madre.
— A VER EL CUARTO ENTONCES —Le dio una mano a su hija y la otra a Sana. Las tres juntas caminaron hasta llegar a su ex habitación— ¿Puedes abrir tu? —Pidió a Sana, la rubia asintió y con las llaves que le había dado la señora Wilson abrió la puerta— ¡ESPERA! —Evitó que su novia girará la manija— Antes de entrar tienen que saber que yo de adolescente era una joven muy hormonal...
— ¿De adolescente dices? —Claramente eso no había cambiado.
— ¿Qué quiere decir Mormonal mami? —Obviamente a las ocho años no conoces el significado de la palabra.
— Quiero decir —Sana me iba a explicar— Que tu madre cuando era joven, eso cree ella, pasaba mucho tiempo pensando en chicas —Tampoco una cosa que bruta la explicación, pero es pasable, Sana miró a su novia y volvió a intentar girar la manija.
— ¡ESPERA!.
— ¿Y ahora qué?.
— Antes de entrar te va a gustar saber que aquí también hay cosas tanto para regalarle a Momo como para hacer fogata —Revistas y vídeos por si no entendieron.
— ¡TZUYU! —Sana se preocupaba por la obsesión de su chica.
— Pasaba dos semanas enteras aquí y bueno como dije antes era muy hormonal —Se defendió.
— ¿Quieres que ponga esto en la "lista del sillón" mamá? —Le preguntó su hija.
— Por favor cariño —Segunda advertencia— ¿Algo más que tengamos que saber? —Preguntó agarrando la manija.
— Solo que las amo con todo mi corazón —Tzuyu dejó un beso en la cabeza de su hija y otro en la boca de la fotógrafa— Ahora sí...¡Que pase lo que tenga que pasar! —La rubia giró la manija al fin.
— Es lo que me temía —Dijo Sana. La habitación estaba prácticamente empapelada con posters de mujeres en poca ropa mezclado con uno que otro de jugadores famosos de básquet.
— Bueno yo era...
— Una joven muy hormonal lo sé...bueno manos a la obra. Cada una agarra una pared —Ordenó Sana.
— ¿Para qué? —Preguntó Tzuyu desconcertada.
— ¿Cómo que para qué?. Para sacar esas fotos, no podemos dejarla así —Si por Sana fuera ya les hubiera prendido fuego
— ¡Pero es Pamela Anderson amor! —Protestó— En su bikini rojo...corriendo ¿Ves? —Mirada asesina a la una mirada asesina a las dos y...— ¿La puedes sacar tú?. Yo no voy a tener fuerzas para hacerlo —La morena se giró dándole la espalda a su novia.
— ¡Wow! ¿Conociste a Michael Jordan? —Yoon Ah tenía entre sus manos una foto de Tzuyu con el jugador.
La morena abandonó su tarea para ir con su hija mientras Sana sacaba las cosas de la pared— Si, mi padre operó a su mujer —Le contó a su hija.
— Wow desde aquí puedo ver a las tías —Ahora la niña estaba en el balcón.
— Son las dos únicas habitación con balcón, esta da a la piscina y la principal al lago —Explicó mientras examinaba su armario— ¡No lo pudo creer! ¡Mi ropa de trabajo! —Eran los overoles azules que Tzuyu usaba cuando arreglaba los autos o motos con su padre.
— ¿Por qué tienes tantos? —La niña de metía.
— Mi mamá me los mandaba hacer a medida que iba creciendo —Le contó— Creo que esté me va a servir —Era uno de los últimos.
— Tzu —Sana le llamaba la atención— Un papel se cayó tras el póster de Pamela Anderson ¿El mapa del tesoro? —Leyó. La rubia le entrego el papel a su novia.
— jajajaja —Las dos rubias la miraban intrigada— Mira —Le dio la nota— Tú ve diciéndome las indicaciones— Tzuyu fue a pararse justo de espaldas a la puerta de entrada— No me mires así...solo hazlo —Insistió.
Sana abrió la nota y vio que habían tratado de dibujar un mapa del cuarto. En la hoja se podían leer varias indicaciones y en algún punto del dibujo había una cruz con la leyenda "tesoro" con ella. Tomó aire— Camina cinco pasos derechos —La rubia vio como su novia seguía la indicación. Cuando se frenó volvió a leer— Ahora tienes que dar dos pasos a la derecha —Tzuyu lo hizo.
— ¡ESTOY NERVIOSA! —Yoon Ah exclamaba desde arriba de la cama.
— Ya casi llega —Sana no lo quería admitir, pero también estaba intrigada— Ahora tienes que dar... —Miró a la deportista sonriendo— Aquí dice "Dar dos saltitos de sapo hacia la cama imitando su sonido" —Terminó.
— ¿Estás segura que dice lo del sonido? —Le preguntó dudando de hacer puesto eso.
— ¿Qué dice cariño? —Hizo que su hija leyera.
— Dar dos saltitos de sapo hacia la cama imitando el sonido —Sentenció la niña.
La basquetbolista miró a sus chicas tratando de ver si mentía o no.
— ¡EL MAPA NO MIENTE AMOR! —Dijo Sana apurando a su novia.
Tzuyu se agachó y antes de poder arrepentirse dio dos saltos de rana— ¡CROC CROC!.
— JAJAJAJAJAJA —Las Minatozaki derrochan maldad por los poros.
— DEJEN DE REÍRSE Y DÍGANME LA PRÓXIMA INDICACIÓN —Pidió con vergüenza la morena.
— ¡Tranquila sapito! Jajajaja. Dice —Le costaba reincorporarse— Por último dar tres pasos largos hacia la izquierda.
Apenas terminó el último paso de agachó y golpeó una pieza suelta del piso. Miró a las Minatozaki— ¡Es aquí! —Las tres estaban emocionadas. Saco el piso suelto y...
— ¡EL TESORO! ¿SERÁ UNA PIEDRA PRECIOSA? ¿UNA CALAVERA MALDITA? O...
— No más Indiana Jones para mi hija por favor —Pidió Sana.
— Estoy de acuerdo —La apoyó Tzuyu mientras trataba de abrir la caja.
— ¿Otro papel? —Preguntó Yoon Ah desilusionada.
— Yoon Ah cariño no todo en la vida son hamster y motos —Le aclaró su madre.
— Y además este no es cualquier papel —La morena se levantaba con la carta en la mano— Son los tres deseos de la familia Chou...el de papá —Se la pasó a su novia— El de mamá —Se lo dio a su hija— Y el mío —Terminó quedándose con una de las hojas.
Las tres abrieron casi al mismo tiempo— El primero del mío dice "Conocer Venecia" —Leyó Sana.
Tzuyu rió— Ese fue el último viaje que hicieron —Las lágrimas estaban amagando a parecer— Tú turno Yoon Ah —Le indicó su hija.
— "Viajar a Venecia" —Al parecer estaban coordinados— ¿Y el tuyo? —Le preguntó la pequeña a su mami Tzu.
— "Jugan en la WNBA" —Leyó Tzuyu emocionada.
— Bueno creo que ese ya lo puedes tachar —Sana trató de aliviar las tensiones haciendo reír a su chica— El que sigue es "Darle a Tzuyu un hermanito"...
— Igual que este —Agregó Yoon Ah. Al parecer sus padres se habían copiado.
— Yo pues..."Formar una familia" —Miró a su hija y a su novia— Otra para tachar —Concluyó.
Sana aprovechó y limpio las lágrimas que caían en el rostro de su novia— ¿Sabes que dice el último en la lista de tu padre? —Ya lo había leído. Tzuyu le hizo un gesto para que lo dijera— Dice "Que Tzuyu sea feliz" —Le agarró la mano.
— En este también —Aportó Yoon Ah abrazando la pierna de su madre.
— Al parecer los tres deseábamos lo mismo —La morena les mostró el último punto de su lista en el cual se leía claramente "ser feliz". Al menos por ahora lo podía tachar
— Mami ¿Me puedo quedar con esta habitación? _La pequeña aprovechaba el momento de debilidad.
— Por su puesto cangurin, por su puesto —Después de todo era la heredera.
— Yo voy a proceder a prender una nueva fogata —Sana le dio un corto beso a su novia y fue a agarrar la caja prohibida de Tzuyu— ¿Quieres guardar esto? —Le dio el mapa.
— Claro —Tzuyu lo agarro y no pudo evitar notar algo— ¡No tenía que imitar un sapo! —Las risas inundaron la casa.
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