Capítulo 3|Acuarechanclas.
No olviden en darle amorx. 7u7
Dedicado a VeronikaGarcia20 🤩
3|Acuarechanclas.
He entrado en un colapso creativo.
Me rasco detrás de la nuca con el borrador del lápiz que llevo en la mano mientras repaso cada trazo del boceto que he intentado seguir desde hace una hora en el block, quiero plasmar la esencia de esa mirada juguetona y coqueta que se desata en mi cabeza, al tal punto de perseguirme hasta en mis sueños después de lo sucedido el sábado.
Y solo han pasado tres días.
Deliño las gruesas cejas para darle forma, pero cuando le echo un vistazo a la que dibujé del lado izquierdo, suelto un suspiro de frustración, están disparejas, otra vez.
No busco perfección, solo que me queden parejas en mi doceavo intento. En definitiva, la clase de: La mirada en el dibujo, me está colmando la paciencia y solo llevo dos semanas desde que iniciaron las clases para cursar mi primer semestre en la licenciatura de Artes visuales.
¿Dramática yo?
¿Cómo crees?
Esto es todo para mí y me encanta.
Observo la pared que hay frente a mí, la he tapizado de dibujos que he hecho anteriormente usando todo tipo de técnicas y elementos.
El día que recibí la carta de admisión al ICA,—Instituto de la Cultura y las Artes —, junto a mi hermano, pude liberar la tensión que tanto había oprimido ante la desesperada espera, lloré a mares y salté de alegría en compañía de toda la familia. Yo al fin estudiaría visuales y Rafael música.
Respiro hondo y lo vuelvo a intentar con más calma cuando he terminado de borrar mi error, estoy a punto de llevar de nuevo el lápiz a la hoja cuando escucho varios golpes provenir de la puerta del recibidor.
—¡Remi! ¿Podrías ver de quién se trata, por favor? —Le pido a mi amiga.
—¡Cariño, tú también tienes dos piernas! ¡Estoy ocupada colocándome el delineador! —contesta desde el baño.
Se lo pediría a Greta, pero ella se ha ido desde temprano para reunirse con su grupo de gestión cultural.
No tengo otra opción que levantarme de la cama, dejo el block de dibujos sobre esta y salgo de la habitación para ver de quién se trata mientras arrastro los pies. Los golpes no cesan y tengo noción de quién puede estar del otro lado, solo hay una sola persona que puede ser demasiado insistente.
Mi hermano.
Giro el pomo de la puerta para encontrarme con Rafael que luce preparado para ir a desayunar. En el hombro lleva cargado la funda con su guitarra dentro y su mochila en el otro. Sus risos le caen sobre la frente y no le importa que su cabello le esté quedando más largo y rebelde.
—¡Buenos días, Juls! ¿Cómo amaneciste el día de hoy?
—Mejor dicho, ¿cómo amaneciste tú para estar tan sonriente sin que se te entuma la mandíbula? ¿Tu buen humor tiene algo que ver con Lara Foster? —Arqueo una ceja dubitativa.
Lara es su novia y ella se quedó en Oslo para estudiar psicología y artes escénicas en Bellas Artes. Su relación a distancia lo llevan muy bien, por lo visto. Se merece un premio Nobel por muchas razones que aprecio de ella y sus acciones.
—Mi sonrisa no es solo por Lara, también es por ti y porque los martes a primera hora tengo la asignatura de coro. ¿Y tú?
—Inglés.
Rafael reprime una risa al ver mi expresión de horror. Ambos somos malísimos para aprender idiomas, pero eso no significa que dejemos de esforzarnos, se supone que desde la edad temprana nos enseñan la lengua extranjera más hablada internacionalmente, sin embargo, hemos tenido tropezones en el camino, pero he aprendido a comunicarme sin quedar roja.
Arriba la esperanza, abuelita.
Son las 6:30 de la mañana y debemos darnos prisa, las clases inician a las 8:30 y finalizan a las 3:20 de la tarde. Remi está lista, ha optado por usar una camiseta holgada que le llega por debajo de la cintura y jeans para el día de hoy, mientras que yo he sido vomitada por un unicornio.
La verdad, a los profesores no les interesa como llegues vestido a sus clases, le dan más prioridad a las ganas de aprender y que pongamos en práctica lo visto en cada clase. No les miento, uno puede asistir hasta en piyama y pantuflas.
Y los semestres más adelantados son la prueba de ello.
Los tres echamos andar por el pasillo de los dormitorios hasta descender por las escaleras para luego pisar los extensos terrenos verdes de la universidad. A lo lejos diviso el edificio central, en su interior parece un laberinto en el que puedes perderte bastante rápido si uno es de nuevo ingreso como nosotros, pero las semanas que han transcurrido nos han ayudado a adaptarnos y reconocer cada área para evitar entrar al salón equivocado.
Xavier Collins es el que conoce el lugar a la perfección, él es un año mayor, así que se ha encargado de informarnos de todo lo que sucede en la escuela e incluso de los chismes que ni siquiera presto atención.
Al acceder a la gran cafetería, el bullicio se apodera de mis tímpanos y es inevitable ignorar lo que pasa a mi alrededor. El lugar cuenta con un escenario de plataforma para todo aquel que quiera usarlo, ahora mismo hay unos chicos practicando con sus oboes y al otro extremo los de artes escénicas están estudiando. Lo que más me fascina son los cuadros que están colocados en las paredes, dando una sensación como si estuviéramos en una galería.
Remi logra divisar a nuestro amigo quién agita una mano en el aire para que nos acerquemos a la mesa donde aparentemente está solo. Mi hermano también suele unírsenos cuando no está con sus compañeros de curso, tampoco es como si fuéramos un grupo selectivo, con nosotros, todo el mundo es bienvenido.
—Ahí está mi rubia favorita y mis mellizos —saluda el chico con una expresión pícara. Xavier no tiene filtros, dice lo que piensa sin la intención de molestar o lastimar a alguien y es por eso que me agrada porque con él se puede congeniar sin sentirse incómodo. —Hoy la cafetería ofrece deliciosas ordenes de hot-cakes, pero si son de estómago delicado como los de danza hay lechuga.
Se mofa. No tiene nada en contra de los que estudian danza, solamente se pregunta porque su obsesión con la lechuga cuando existen recetas que se acoplan a sus dietas.
No lo sé y prefiero no iniciar un debate matutino cuando mis tripas aúllan para que me alimente. Dejo la mochila en el banco para ir directo a la fila.
—Yo voy —se interpone mi hermano —¿Hot-cakes?
—Lo que sea que pueda alimentarme -asiento con la cabeza —pero menos lechuga —bromeo y Xavi me guiña un ojo.
Rafael se ríe y nos pide que cuidemos sus pertenencias que ha dejado a mi lado, sobre todo su guitarra.
Cuando se aleja me vuelvo hacia mis amigos y noto a Remi absorta en su celular mientras realiza un puchero con los labios.
—Hoy es un día menos sin tener las acuarechanclas —nos dice con tristeza. Y nos muestra la pantalla dejándonos ver esas curiosas chanclas para cualquier amante de las acuarelas —son tan preciosas, que daría mis ahorros por obtenerlas son una maravilla.
—Tienes razón —le digo también maravillada por el calzado de ensueño.
—Y yo daría todo por un estuche profesional de maquillaje —Xavi suelta un suspiro de resignación —amo esos polvos con brillito, ¿a ustedes no?
Ambas asentimos con la misma expresión.
No obstante, mi sonrisa va desapareciendo cuando veo a un grupo de personas acceder a la cafetería y entre ellos está Ellington. Trago saliva a pesar de que lo estoy siguiendo con la mirada y no sé el porqué.
¿Puede ser el hecho de que intercambié unas palabras con él y resultó ser alguien amable?
De no ser por su ayuda, yo ya hubiera huido de ese club sin poder disfrutar el resto del evento que prefiero ni recordar.
—¿Los conoces? —Xavier arquea una ceja y mira a través de su hombro al grupo que se sientan en un rincón.
Quiero decir que solo a uno, pero luego aparece otro chico de cabello castaño con el que también había interactuado el día del examen de admisión.
—Algo así.
Encojo los hombros restándole importancia.
—Pues yo sí, querida. Los de danza de tercer semestre son uno de los mejores grupos, no solo por su técnica sino por su dedicación, los que destacan son Rick Norton —me señala al chico que hace un momento entró —ese hombre baila divino, al igual que su mejor amigo, Ellington, ese es un papazote —realiza un bailecito con las cejas —sabe cómo llamar la atención con sus pasos impecables en cualquier disciplina de danza, es un gran chico, sin embargo, su novia es todo lo contrario.
—¿Tiene novia? —Pregunta Remi frunciendo el ceño.
—Sí, querida. Pero es demasiada exigente y más diva que yo, ¿pueden creerlo? No tiendo como un chico tan simpático, puede estar con alguien tan fría como Isabella Mattson. Es información que cura, yo no quisiera interponerme entre sus garras.
Entonces la veo, es una chica esbelta de melena anaranjado que lo lleva atado en un perfecto chongo. Ella se cuelga del cuello de Ellington y le roba un beso en los labios, el chico le responde por segunda vez sujetándola de la cintura.
¿Y eso a mí qué me importa?
—No lo sé, tal vez la juzgas mal, ya sabes, caras vemos, corazones no sabemos —pero parece que he dicho un chiste porque él se carcajea.
—A mí me parece una chica cualquiera, que tenga sus aires de superioridad ese no es nuestro asunto, enfoquémonos en nuestras vidas y ya —sentencia Remi Melling y en serio quiero aplaudirle.
—Agh, le están quitando la diversión a la escuela, déjenme creer que vivo dentro de una película cliché, al diablo lo que los demás piensen de mí, mis cielas. Soy de artes escénicas y mi vida está llena de drama.
Los tres nos carcajeamos hasta el punto de sentir dolor en el estómago.
Luego de desayunar y cuando faltan quince minutos para dar inicio a las clases, me voy corriendo a los sanitarios para lavarme los dientes junto a mi amiga y luego nos vamos directo a nuestra clase de inglés.
Antes de entrar al aula Rafael me avisa por WhatsApp que no podrá acompañarnos en el almuerzo y le respondo con un: No hay problema. Por otro lado, Remi me sigue platicando con respecto a su obsesión por conseguir las acuarechanclas, que optaría por empezar a vender dulces en la universidad como si se tratara de un acto vandálico.
—En serio las quiero, ¿qué tal si de la nada me dan ganas de pintar? Quiero estar preparada.
—O optar por usar los bolsillos de tu overol o pantalones como estuche de pinturas y pinceles como yo —encojo los hombros —te saca de apuros cuando te da flojera revisar la mochila.
Mi amiga me mira como si estuviera loca.
Tal vez lo estoy, un poquito.
Una hora después me siento libre de la tortura y de repetir como grabadora.
La siguiente clase me sube el ánimo y se trata de dibujo, así que mientras camino y esquivo a los alumnos con Remi tarareando una canción que desconozco, paso la mochila frente a mi pecho para poder sacar el block de dibujo.
—¡Háganse a un lado que súper Rick va al rescate! —Escucho que griten.
Remi lanza un chillido del susto y entonces sucede, el chico con complejo de súper héroe que corre en nuestra dirección se le enreda su larga capa en una de sus piernas y termina impactándose de cara al suelo. Alarmadas, corremos para auxiliarlo y dejo aun lado lo que estoy haciendo.
Lanza unos quejidos de dolor y mi amiga llega primero para arrodillarse frente a él.
—Compañero, ¿sigues vivo? ¿Estás bien?
¿En serio Remi?
—¡Estoy genial! —Responde en un tono que no me convence mientras mantiene todo su cuerpo boca abajo —bueno, creo que me he roto una costilla.
Se ríe.
Sin esperar, lo levantamos con cuidado y suelta un profundo suspiro para luego deshacerse de la máscara. De inmediato lo reconozco.
—¿Seguro? Porque te has llevado un buen golpe y es mejor que vayas a la enfermería —digo.
—Estoy bien compañeras. Me he llevado peores golpes bailando —cuando sonríe se le marca un hoyuelo en la comisura de sus labios del lado derecho. —Les agradezco su amable ayuda, por cierto, soy Rick, pero ahora mismo soy Doctor Strange.
Rick nos guiña un ojo y parece que Remi va a desmayarse ante el gesto. No deja de sonreírle y es evidente para mí que no le quita la mirada, porque él parece no notarlo.
Es un chico lindo, de cabello castaño, complexión delgada, —por ser bailarín —y ojos color miel.
—Soy Remi y ella Julie —saludo con una media sonrisa —el traje te queda bien.
—¡¿Verdad que sí?! ¡Yo mismo lo hice! Solo que me llevé buenos pinchazos con la aguja. Bueno chicas, por desgracia no puedo seguir con la charla bastante agradable, mis compañeros y yo debemos salvar el mundo o algo así según el profe de actuación. ¡Adiós, Remi, adiós Julie!
Se despide con un ademán mientras ondea su capa e imitamos su acción.
—Es lindo.
Me dice Remi con las mejillas tornándose de color carmesí y le doy la razón.
¡Hellou!
¿Qué les ha parecido este capítulo?
¿A alguno le gusta las artes visuales u otro arte?
Hoy también es otro día por no tener las dichosas acuarechanclas *se va a llorar al rincón*
¿Cómo están?
¿Creen que haya ese clic con alguien?
¿Ustedes hn pasado por un colapso creativo?
Les mando abrazotes y no olviden comer sanamente JAJAJ. 💜
Los estaré leyendo, animense a comentar. YoY no cuesta nada.
Gracias VeronikaGarcia20 por darle la oportunidad a Rafita en el libro uno y a Julie. 💜 ¡De corazón!
Abrazo artístico, Khyl. 🎶
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