Capítulo 21|Baile de medianoche.

Su mirada es esquiva, Rick se está comportando como un idiota en vez de estar arrojando chistes sin gracia y reírse hasta por la mosca que pasa frente a sus narices.

—Si es miedo por tener que dejar atrás a la familia, en serio lo entiendo —anuncio. Llevo mi mano a su hombro y le doy un apretón para que sepa que estoy con él —pero, como amigo y hermano, déjame decirte que es mejor perseguir los sueños, porque cuando te des cuenta, tarde o temprano te arrepentirás por no haber escogido la opción correcta. La familia es parte importante, ¿y nuestra formación? ¿Dónde queda?

—¿Y si no soy tan bueno como creo? —Me mira. Sus ojos transmiten inseguridad —joder, Ray. Entreno cada maldito día, afuera hay bailarines mejores que nosotros.

—Sí, hay mejores bailarines —le doy la razón —¿Y eso qué? También ellos han pasado por el mismo proceso que nosotros, cometieron errores y supieron cómo manejar la situación para ocupar un lugar entre profesionales. Recuerda, Rick: Los bailarines no son mejores por su técnica sino por su pasión y dedicación. Te apuesto que nosotros dos terminaremos triunfando sin importar que no ganemos mucho dinero. Pero, bailar es la mejor satisfacción, ¿o me equivoco? De los dos, tú eres el que tiene más vibra, me sorprende que te sientas fatal por algo que hace un año te reías como si fuera un maldito chiste.

Wow. ¿De dónde surge todas esas palabras?

—Es porque ahora lo veo todo real. La profesora Romina tiene razón cada vez que nos llama la atención —deja caerla cabeza hacia el puf y suspira —por un momento hizo que aterrice en la tierra y me planteara con seriedad lo que quiero de verdad. No quiero dejar esto.

Ni yo.

Me quedo en silencio entrando en un estado en el que comienzo a divagar. Cada ser humano pasa por esta crisis existencial haciéndose preguntas cómo: ¿Y si no triunfo en la vida? ¿Qué pasa si no encuentro trabajo estable? ¿Y si no soy feliz? Peor, ¿y si no me pagan lo justo?

Desgraciadamente así es la cruda realidad independiente a lo que uno quiera dedicarse, pero, ¿por qué desmoronarse y tirar la toalla? Aunque la verdad sea una mierda, yo prefiero aferrarme al lado positivo por mi salud mental.

—Uh, la profesora le gusta espantarnos, Rick, no pienses en el futuro, concéntrate en el ahora y solicita esa beca. ¿Comprendes? Has demostrado ser buen estudiante y bailarín, el año pasado tú fuiste uno de los seleccionados para encabezar Robín Hood. Ahora despeja tu mente.

Le doy un empujón amistoso.

—Te observo, te analizo y te respeto, Ellington —me señala con el dedo índice sonriendo —dices unos discursos que hasta dan ganas de llorar, me llegó hasta el fondo del alma, cabrón. Lo comprendo, ha sido un bajón lo que me ha pasado, de esos que te obligan a pensar si lo que estudias es lo mejor. Lo voy hacer, solo si tú también lo intentas.

Quiero llevarle la contraria, pero algo dentro de mí me impulsa a decirle que sí con un asentimiento de cabeza. Satisfecho, sonríe y se levanta cogiendo su cuaderno.

—¿A dónde vas? —Le pregunto.

—Voy a descansar, mañana sigo estudiando, necesito que mi cerebro se relaje —bromea —gracias, Ray. Por eso te considero mi mejor amigo, tú tienes muchos puntos de vista.

—Pff, no tienes que agradecerme nada, los amigos estamos en todo jodido momento, ¿no es así? Todo lo que he dicho es sincero, porque también estoy pasando por la misma situación, Rick. Que me veas sonriente no significa que no pienso en aquel asunto a todos nos pasa en cualquier momento, solo hay que aprender a dominar nuestra mente, no hay que dejar que juegue con nosotros a su antojo —me da la razón.

—Lamento mucho que Isabella se haya metido con tu beca —comenta. Sus ojos me transmiten sinceridad —engañarte fue horrible y usar a su padre como influencia fue una mala jugada.

Muevo la cabeza de un lado a otro y agito el brazo restándole importancia.

—Olvidémonos de ella. La culpa es mía por no actuar al momento, dejé cegarme por lo que creía correcto. No me duele, Rick.

Lo de la beca sí.

Prefiero llorar internamente y sonreír por fuera.

Se da la media vuelta para caminar a su habitación, pero, gira sobre sus talones para caminar de regreso y me inspecciona.

—¿Qué? —Alzo las cejas —ahora ya me estás dando miedo.

—¿A qué estás jugando, Ellington? —Escupe y frunzo el ceño confundido. Verlo serio ahora sí es para alarmarme —¿Por qué Julie? ¿Por qué te metes con ella?

¡¿Qué rayos?!

—¿Se te ha zafado un tornillo? ¡Esas son preguntas tontas! No estoy jugando a nada —me levanto de golpe con el corazón subiéndome hasta la garganta —¿Por qué me preguntas esto?

El chico tuerce los labios y se cruza de brazos.

—Solo no la lastimes, ¿entiendes? Estás yendo más rápido de lo debido, solamente digo que no vaya a pensar que es la segunda.

Oh, cielos.

¡Oh, cielos! En cualquier momento me va a dar un ataque.

—Te equivocas, te equivocas —menciono con preocupación. Ahora mismo comienzo a caminar de un lado a otro como león enjaulado —ella no es segunda de nada, Rick. No soy un cabrón y lo sabes, no soy el tipo que va ilusionando, lo que siento es real, Julie es alucinante, inteligente, talentosa, también algo gruñona y bromista, creo que ella, creo que...

Entonces, Rick curva los labios en una sonrisa grande dejando ver sus dientes blancos mientras yo estoy en un estado de pánico entre balbuceos. Su expresión se suaviza y comienza a aplaudir ocasionando que me paralice en mi lugar con la expresión desconcertada.

—Y así, es como logras que tu mejor amigo admita sus verdaderas intenciones —suelta con la voz animada —te gusta y mucho, pero, también cuidado.

Mis manos se vuelven puños a los costados de mi cuerpo. Siento las mejillas arder de la vergüenza, esa ha sido una buena estrategia de su parte.

Una en la que casi me desmayo.

Sin embargo, sus palabras dan vueltas dentro de mi cabeza, no me había planteado esa idea, ¿y si Julie tiene ese concepto de mí? ¿Y si cree que estoy jugando? Yo no quiero que piense eso.

Te detesto, Rick Norton.

Cuando me doy cuenta, estoy correteando a mi mejor amigo por el pequeño dormitorio, un confundido Froy se asoma en la puerta principal como espectador de una copia barata de Tom y Jerry. Rick se logra escapar de mi agarre y se encierra con seguro en su habitación.

—¿Tengo qué preocuparme? —Suelta el futuro actor —¿O es cosa de bailarines?

—Sí, es cosa de bailarines —me rio pasando a su lado —buenas noches, compañero.

...

El reloj marca las 12:00A.M., y no tengo sueño. He estado rodando por la cama tratando de conciliar el sueño, pero los rayos de sol chocan contra las cortinas y se cuelan en la habitación. Suelto un gruñido y me paso las manos sobre los párpados.

El estómago me exige por comida. Así que me levanto, cojo mi sudadera y la llave para luego salir del dormitorio. Hay una máquina expendedora en la planta baja, el lugar está en silencio, soy el único loco que está paseando a esta hora.

Cuando obtengo mis galletas salgo del edificio para echar andar por el sendero pavimentado mientras como, el edificio central está ubicado en medio del campus, por lo cual uno obligatoriamente tiene que hacer un esfuerzo para llegar a tiempo atravesando las áreas verdes, me siento en una banca con la mirada puesta en la calle, son pocos los autos que pasan a esta hora, no hay otro samaritano andando, el clima es fresco que me hace titiritar las piernas y los últimos rayos de sol comienzan a desaparecer, el cielo se ha pintado de un naranja intenso.

Al comerme la última galleta, me regreso al edificio, al poner un pie dentro, me encuentro con la figura de Julie bajando las escaleras. Me quedo de piedra y ella también cuando nuestras miradas chocan.

Está envuelta en una cobija afelpada, pero, lo que me llama la atención, es su atuendo que lleva como pijama, es un flamingo andante, sus pantalones y blusa ancha que le cae a la mitad de los muslos está lleno de esos animales rosas en miniatura, seguido de sus calcetas coloridas y sus pantuflas blancas.

Julie siendo Julie.

Mis labios quedan entreabiertos, estoy en trance y lo primero que se me viene a la mente es: ¿Qué hace ella andando por aquí y a esta hora?

Baja los últimos peldaños sin apartar nuestras miradas y se detiene a una distancia prudente. Su cabello lo tiene atado en una coleta alta y desordenada.

Julie rompe el silencio.

—Estaba con mi hermano y se me hizo muy tarde —explica encogiendo los hombros. Curva los labios en una sonrisa diminuta —así que tú tampoco puedes dormir, ¿eh?

Mi lengua se paraliza por un momento, pero, me obligo a salir de este estado.

—Me dio hambre —señalo la envoltura que tengo en la mano y la hago bolita para tirarlo al bote de basura que está a un costado de la entrada —y no me venía mal un bocadillo de media noche, cenar ligero a veces no es una buena idea. Bonita pijama, por cierto—señalo con la cabeza.

Julie se aferra más a la cobija y suelta una risotada avergonzada mientras le echa un vistazo a su ropa.

—Muchas gracias, estaba en oferta, así que me dije: ¿Por qué no darme un pequeño gusto? También quería uno de astronauta, lástima que solo había en talla infantil —me rio con ella.

—Sí, es una lástima, Juls.

Le sigo el juego fingiendo estar afligido por la noticia.

Houston, quiero decirle que me gusta.

De un momento a otro, ella es la que actúa antes que yo pueda hacer algo, ella es la que da un paso más hacia adelante y me sorprende entrelazando su mano con la mía. Mis ojos ruegan para que vuelva a mirarme al mismo tiempo que el corazón me late desenfrenado, estoy seguro que está sintiendo lo mismo.

—¿Ellington? —me susurra. Su mirada recae sobre mi pecho.

Mírame, por favor.

Que esto no sea otra de sus bromas donde me ilusiona, aunque suele ser mutuo.

—Dime —no me atrevo a moverme ante su cercanía. Al fin alza la cabeza y le sonrío.

—¿Me concederías un baile de medianoche? No tengo ganas de regresar al dormitorio, las chicas deben estar ejecutando una sinfonía de ronquidos —su comentario ocasiona que se me escape una carcajada y plasma un mohín con los labios como si me estuviera rogando.

También los chicos ejecutan una sinfonía, pero de gases.

Es horrible.

Asiento con la cabeza y tiro de su mano para que me siga. La guío al salón de recreación, donde uno puede encontrar una televisión, mesas de estudio, un futbolito y sillones. El lugar es ideal para improvisar una pista de baile para dos. Con una mano abro la puerta corrediza para acceder.

Julie tantea en su bolsillo del pantalón y me tiene el celular ya desbloqueado en YouTube. Deja la cobija sobre el sillón y regresa a mi lado.

¿Ahora qué busco?

La música romántica no es lo mío.

Tecleo en el buscador: Blinding Lights de The Weeknd y espero a que cargue para darle reproducir y lo dejo sobre el sillón. Soy alguien que prefiere mover el cuerpo como se debe y no desperdiciarlo en un compás de tres tiempos como si fuera un vals.

Pésimo siendo romántico desde... ahora.

Lo siento humanidad.

Muevo la cabeza de un lado a otro cuando la música inunda la habitación, nadie podrá escucharnos. En este momento, las palabras son las que sobran.

Tiendo mi mano en su dirección y ella sonríe aceptándola, tiro de ella para darle un par de vueltas y su cuerpo termina frente a mí, entrelazamos ambas manos y hacemos un movimiento descoordinado yendo hacia atrás y adelante sacudiendo los hombros entre risas.

Este es un excelente baile de medianoche.

La risa graciosa de Juls, se cuela a mis oídos cuando nos abrazamos, apoya su mejilla sobre mi hombro mientras seguimos bailando, su mano izquierda la ha llevado tras mi espalda y la otra alrededor de mi cintura. Apoyo mi mentón sobre su cabeza y cierro los ojos por un momento.

La escucho bostezar y se aferra más a mi cuerpo como si no quisiera que me apartase de su lado.

No lo haré.

La música finaliza y todo vuelve a estar en silencio, nuestras respiraciones son apenas audibles, mi mano derecha acaricia su cabello hecho una maraña.

Al removerse, me obligo abrir los ojos y encontrarme con los suyos, pero, Julie está observando más que mi rostro y se mordisquea los labios dubitativa. Sus párpados comienzan a pesarle y lucha por mantenerse despierta.

—Hey, Juls, te acompaño a tu dormitorio, ¿sí? —Ella no contesta —te llevaría cargada, pero, creo que no llegaríamos ni a la mitad —suelto en un susurro.

—Quiero quedarme un rato más —balbucea —contigo, mi muso.

Estoy sonriendo.

—Es una buena oferta, aunque, ¿y si las chicas se dan cuenta qué no has llegado? ¿O tu hermano?

—Ellas tienen el sueño como un oso hibernando, Rafa... bueno, debe seguir escribiendo nuevas canciones, no pasa nada —esconde su rostro en mi cuello. Siento un cosquilleo.

Como puedo, la guío hasta el sillón, aparto el celular y la cobija para sentarnos.

—Uh, ¿ahora qué? —Le pregunto. Mis piernas tienen un tembleque. —¿Y si alguien entra de la nada y piensa otra cosa?

—¿Qué cosa sería? —curiosea sobre mi pecho, deslizo mi brazo sobre mis hombros y la envuelvo con la cobija —Ellington...

Pide insistente.

—Uh, ya sabes, una situación en... bueno, en que dos personas... eh, ¿terminan enrollándose?

Eso se ha escuchado como una pregunta.

Recuerdo cuando Anne y mi padre me dieron la dichosa charla a los catorce, después de ese día, mi vida cambió en un parpadeo para bien.

Escucho de nuevo su risa, una más ronca en la que su pecho sube y baja. Mi ceño se frunce a modo de confusión.

—Eres gracioso cuando quieres —se remueve del sillón para que también termine envuelto con la cobija.

Quiero llevarle la contraria. Me doy cuenta que se ha quedado dormida profundamente.

Me acomodo de tal manera que terminamos acostados, ella permaneciendo sobre mi pecho junto a un brazo.

—Me gustas.

Susurro, sé que ya no me escucha. 

♡♡♡

Eso es lo que tú crees Ellington. *Inserte risa malévola*

Weeeell. ¿Qué os a parecido el capítulo?

¿Qué piensan respecto a la situación de Rick barra lendo barra Norton?

Este capítulo fue complicado para mí escribir, de hecho, hice cuatro versiones diferentes y ninguno me gustaba hasta ahora. YoY

Escribir la historia se me ha hecho complicado, sobre todo que es más extensa que el Libro I. Jejeje.

Decidí que Elli y Julie tienen mucho más que decir, por esa razón, será extenso y con capítulos extras. ♡

Ni siquiera sé cuanta extensión será el tercer libro jajaja.

Bueno.

¿Qué tal el baile de medianoche? 7u7

Uno gritando como loca y sonriendo es lo mejor.

Dejen sus coments, que yo aquí andaré luego respondiendo. ♡


He subido cositas al feed en insta e YDCNE ha sido recomendada muchas veces. 😪

Los re quiero un montón.

Les mando besos y abrazos coloridos.

Con cariño, Khyl.

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