Capítulo 13|Ser tu muso.

13|Ser tu muso.


Desde que finalicé mi relación con Isabella, se ha encargado de hacer de mi existencia una pesadilla, empezando con la dichosa beca que había solicitado para seguir mis estudios en el conservatorio de danza en la cual el ICA asocia a los alumnos que quieran convertirse en bailarines profesionales, era de esperarse que se la haya ingeniado para que yo sea rechazado de manera inmediata y todo tiene que ver con lo influyente que es su padre, Gustav Mattson, exbailarín y ahora coreógrafo de la compañía nacional de danza clásica en Suecia. No me ha quedado de otra que seguir intentando en otros conservatorios, esta vez soy cuidadoso, porque tiene ojos en todos lados, ¿qué tan difícil es dejarme en paz? De todos modos, nunca le importó nuestra relación, para ella fui una cara bonita, un accesorio que se dejó manipular.

Ah y eso no es todo, lanzó un rumor en el que supuestamente fui yo quien la engañó.

A pesar de todos mis esfuerzos, estoy empezando a sentir coraje.

—Que bruja ha salido tu exnovia —comenta Xavier apartándose las gafas oscuras de sol —querido, no sé porque estuviste andando tanto tiempo con una mujer más tóxica que la ciudad de Chernóbil. Hasta puedo sentir la radiactividad que sigue emanando de tu cuerpo, ¿te has estado desinfectado bien?

Libero una risa ante su comentario. Estarme juntando con nuevas personas de alguna manera ha dado un impacto positivo en mi vida, sobre todo con Xavier Collins que le vale un bledo ser un descarado y en el cual no tiene miedo de demostrar su sexualidad, ha quedado bastante claro que le atraen los chicos, porque ha intentado coquetear conmigo como tres veces, él sabe que a mí me van más las chicas y no ha habido objeción de su parte. Encontrármelo por las canchas de voleibol ha sido una suerte, desde que Rick convenció a Remi para dibujarlo, últimamente la han pasado juntos, a mí no me molesta en absoluto, me alegra ver a mi mejor amigo con una sonrisa boba todos los días, así deja de joderme por un rato.

El semestre anterior ya había intercambiado algunas palabras con Xavier, aunque no creí que fuera un gran tipazo después de todo.

Las apariencias engañan.

Flexiono mis brazos para pasarlos tras mi cabeza usándolos como almohada al momento que me acuesto en el césped, siento el cuerpo adolorido por tanto ejercicio físico que hice el día de hoy, la profesora Romina me exprimió de pies a cabeza para que el quinto ensayo de la semana saliera excelente.

Me ha escogido como bailarín principal, más orgulloso no me puedo sentir, sé que estoy haciendo un buen trabajo, entreno muy duro para mejorar mi técnica, aunque tampoco descuido el resto de mis responsabilidades por más agotador que se torne.

—Lo mismo me pregunto, Collins, creo que tanta radiactividad me dejó ciego, no lo sé.

—Deberías ponerle un alto, ¿no lo crees? Qué trate de echar a perder tus sueños es una completa estupidez. Se está comportando como una desalmada.

—Lo hice, pero el coordinador de danza no quiere quedar mal con su padre, es pura basura, tampoco se la estoy dejando fácil, dejarle ver que me afecta es demostrar que está ganando en su absurdo juego al que no quiero formar parte —me quedo observando detenidamente las flores del cerezo azul que nos acobija con su sombra, estos árboles japoneses se encuentran por todo el campus, también las hay en color blanco, rosa y purpura.

Es un paisaje digno de ser plasmado en un lienzo.

—Uh, estás salado, compañero. De una vez me voy despidiendo de ti, ha sido un placer conocerte porque creo que no te vas a salvar de la maldición exnovia ardida, auch.

—Qué bonito han sido tus palabras de consuelo —declaro a modo de sarcasmo —en serio, mi dignidad ha bajado un ochenta por ciento, gracias.

—¿A poco todavía te queda? —Ataca y lanza una carcajada mientras formulo una o con los labios. Eso no lo vi venir.

—Voy a estrechar tu mano, porque ha sido una táctica bastante hábil, Collins —acerco mi mano en su dirección.

—Estréchame esta, Ray —lanza de manera pícara desviando su mirada de mi mano a su entrepierna, al instante me da un ataque de risa donde se me terminan escapando algunas lágrimas. —Skit!

¿Y ahora qué pasa? —Le miro de soslayo, enseguida comienza a recoger sus cosas del suelo para guardarlos en su mochila a toda prisa.

—Tengo algo que hacer —ríe nervioso, se levanta y me guiña un ojo —chao, guapo radiactivo.

Hago una señal con la mano a modo de despedida, cuando él se ha ido, me percato que ha dejado sus gafas de sol, los cojo y no dudo en colocármelos, se los devolveré después. Todo a mi alrededor está en calma y me dan ganas de descansar, sin embargo, alguien se deja caer en el sitio donde estuvo el chico hace un momento, me apoyo de los codos para poder alzar la cabeza y mirar de quién se trata, suelto un suspiro y se aclara la garganta.

—¿Vienes a disculparte? Porque no fue para nada lindo ser plantado.

Puedo sentir sus ojos clavados en mí, por un instante permanece en silencio y yo prefiero quedarme inmóvil preparándome para escucharla.

—Yo no la pasé tan bien ayer, Ellington, tuve una discusión con un chico de último año.

—Habla con la mano —a pesar de estar bromeando, he sido brusco al hablar y me retracto, no obstante, hago un esfuerzo para reincorporarme para quedar sentado junto con las piernas cruzadas —un mensaje era más que suficiente, Julie. Pero bueno, cuéntame que te pasó porque te veo muy enfadada.

Ya no me sorprende verla con la expresión tan seria. Aunque, su ropa transmite lo contrario, lleva puesto un overol de mezclilla salpicada con gotas de pinturas y ni qué decir de su rostro... ¿eso es carboncillo? Añadiéndole el alocado chongo que se ha hecho, se ve ridículamente graciosa.

Y tierna.

Se remueve incomoda, pero está lista para hablar.

—Ayer me humillaron de la peor manera frente a un grupo estudiantes, un chico me llamó patética al ver mis creaciones, aunque no fue eso lo que me molestó, porque podía haberme dado la vuelta e irme, pero decidí enfrentarlo porque los malentendidos se debe de resolver de ese modo —asiento con la cabeza mientras prosigue —yo solo quería inscribirme en el concurso y ya, pero ese tipo seguía diciendo que no hay lugar para niñas que solo saben pintar paisajes ridículos, que mi talento no basta, porque me falta técnica y perfección. Entonces, sucedió, él trabajo que hice para entregar para estar inscrita, l-lo rompió, ¡y en mi cara!

Espeta echa una furia, trago saliva. Quiero consolarla, pero me quedo estático en mi lugar, no creo que sea correcta abrazarla.

—Julie...

—Espera, no pude contenerme y la rabia me invadió que terminé dándole una bofetada tan fuerte que me sentí tonta.

—¿Y dónde carajos estaban los profesores? —Julie bufa con fastidio.

—Por fortuna Allen interfirió y se lo llevó a dirección, sin embargo, comencé a sentirme tan mal, que me encerré en mi habitación y apagué mi celular, no quise hablar con nadie. Es la primera vez que me dejo llevar, nunca había llorado de rabia.

—¿Sabes el nombre del chico?

Tal vez pueda hacer algo al respecto.

—No, lo único que sé es que es de último año, ¿qué más da? Lo siento, sino te avisé.

—Bah, ahora soy yo el que se siente patético, Julie, no debiste pasarla sola, para eso estamos los amigos, si yo hubiera estado en ese momento... cielos, un lo siento no basta para enmendar el daño que te hizo ese hijo de puta, no lo vale al igual que sus palabras —me percato que mis manos ahora están hechos puños. ¿Por qué me duele?

—Ahora necesito encontrar inspiración o motivación si quiero mejorar —suelta una risa amarga, acomoda su mochila entre sus piernas y abre el cierre —fue muy grosero de mi parte dejarte plantado, así que te traje una bolsa de donas glaseadas que saqué de la máquina expendedora, ¿lo puedes comer? Porque también traje unas de avenas.

Ahora soy yo el que se está riendo, ¿cómo puedo enojarme con una persona tan simpática como ella?

Las comisuras de sus labios forman una diminuta sonrisa.

—La pregunta ofende, las aceptaré, pero solo si las comemos juntos, ¿va?

—Sí.

Me acerco para quedar hombro a hombro y me apoyo en el tronco del árbol retirándome las gafas dejándolas encima de mi cabeza, ella se encarga de abrir la bolsa y el aroma a azúcar nos pega en el rostro de inmediato. Esto es un pecado.

—¿Qué tanto te pasó hoy? Parece que te fuiste a la guerra y te defendiste con pintura —curioseo observándola de reojo —hasta tienes manchado el rostro de carboncillo, te pareces a Memin Pinguin.

Sus ojos por un momento se clavan en los míos un tanto sorprendida, encojo los hombros y ella vuelve a desviarlos para sacar un pequeño espejo de uno de sus cierres de la mochila.

—¡Ah! ¡¿En qué momento me pasó esta desgracia?!

Le aparto de las manos la bolsa que contiene seis donas con azúcar glas, comienzo reírme de su desgracia. Hace el intento de quitarse las manchas con el dorso de su mano, pero al parecer, termina empeorándolo y chilla de frustración.

—Vale, ahora soy Rambo —agita las manos dándose por vencida y toma una dona para llevárselo a la boca. —Mmm, esto me gusta.

—Para mí es caer en pecado —murmuro antes de dar el primer mordisco —pero se siente como estar en el cielo. ¿Sabes?, a mi padre también lo humillaron de la peor manera, pero fue por parte de su profesor, le tenía envidia porque era un estudiante que aprendía rápido, a él no le importó y siguió pintando a pesar de que intentaron expulsarlo de Bellas Artes y le dijeron que no iba a tener un buen futuro.

—¿Uh? ¿Tu padre es artista? —realizo un gesto de afirmación sin mirarla, me mantengo absorto a los arbustos que hay frente a nosotros —¿A qué estilo se dedica?

—La verdad, de todo un poco, su favorito es el realismo y victoriano.

—¡Oh, por Júpiter! ¿Y por qué no lo sabía? —Pega un rebote en su lugar llevándose la dona a su boca, pero al mismo tiempo me sacude de los hombros con una felicidad difícil de describir que hasta siento el cerebro vibrar —¡Ellington, eso es fantástico!, disculpa mi emoción, ¿él reside aquí?

—Nop, somos de Gotemburgo, él tiene una galería que abrió junto con sus socios. Para serte sincero, él se la pasa horas encerrado en su estudio, ¿te gustaría conocerlo? Hace más que solo pintar, también ha intentado esculpir, una vez quería posar para uno de sus trabajos y, ¿sabes lo qué me dijo?: No. Que porque según él, soy su viva imagen, que miedo.

Asiente con la cabeza y suelta una carcajada. Sus ojos destellan como lo haría una chiquilla recibiendo un dulce. Siento el estómago un revoltijo cuando nos seguimos mirando. Julie es linda, el color de sus ojos realmente me llama la atención al igual que... bueno todo.

Todavía sigo creyendo que ella es como una pintura abstracta y una parte de mí me empuja a querer averiguar qué tanto esconde dentro de esa cabecita.

No entiendo que me pasa con exactitud, porque no me puedo enamorar de la nada cuando hace un mes terminé una relación, me sentiría como un imbécil.

Me siento incómodo.

—Oh, tu padre tal vez pueda orientarme en cómo puedo dejar fluir mi talento, sería una buena experiencia —suspira resignada y vuelve acomodarse a mi costado —. Qué pena que no pudiste cumplir tu sueño.

—Lo sé, desgraciadamente, el viaje es largo y estas semanas que son épocas de evaluaciones, no creo que quieras descuidar tus primeros exámenes del semestre.

—Agh, cierto.

Sin embargo, una idea ilumina mi mente, chasqueo la lengua y giro el torso para enfrentarla.

—Pero yo puedo ser de ayuda, Juls, yo puedo ser tu inspiración, escucha, no soy mi padre el artista, pero de alguna manera te puedo ayudar, puedo ser tu muso.

¿Mi qué? ¿Hablas en serio? ¿Por qué? —Indaga. Se limpia las manos para deshacerse de las migas y vuelve a mirarme —¿Por qué ayudarme?

—En realidad he querido decir musa, una fuente de inspiración femenina y que despierta el deseo, pero como soy un chico, lo he cambiado a muso, ¿verdad que soy ingenioso? Ah, también quiero posar —suspiro —y puedo ayudarte a cerrarles el pico a esas personas que humillan por diversión. Si te admitieron en esta escuela es porque tienes tu propio talento. Dame la oportunidad de convencerte para que creas en ti misma, porque yo no voy a dudar ni un segundo, tengo fe en ti.

Suelto seguro de mis palabras.

Ella lo piensa por unos segundos y termina asintiendo con la cabeza. Está a punto de agregar algo más, pero cierra la boca y yo aprovecho para hacerlo:

—Tengo el lugar ideal para comenzar paso a paso, ahora será mejor que vayas a asearte antes de que te confundan con un mapache.

—Ah, ahora soy un mapache, que tierno —menciona con su sutil sarcasmo. —¿A dónde iremos?

—Es una sorpresa, nos vemos en una hora en el paradero, ¿sí?

—Mmm, lo que digas, muso. En una hora entonces.

Ambos nos levantamos para tomar caminos diferentes.

Ahora mismo necesito llamar a mi padre.

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w7

¿Alguien ama a Xavi?

Hola, espero que tengan una linda tarde.

¿Les ha gustado este capítulo?

¿Algo qué les haya dado coraje? *cof, cof, isa, cof*

¿Qué han sentido al enterarse de lo que le hicieron a Julie?

¿Han pasado por la misma situación o algo así parecido?

¿Quién quiere un Ellington como muso? ToT arriba la mano.

Me alegra que les esté gustando Cuando Colisionamos. He tenido ciertos bloqueos en el transcurso de la historia, pero he logrado salir adelante tomándome descansos.

Tengo una infinidad de sopresas muy bonitas para todos ustedes. 💜

Nunca me cansaré de agradecerles por sus comentarios que me hacen el día y me permiten interactuar con ustedes.

7u7

Gente bonita, nos vemos en el próximo capítulo en unos días. 🙈

¿Qué es lo que estará planeando Ellington Ray?

Para más información y adelantos (¡¡Hasta memes!!) En mis redes sociales. 💜

Con amor artístico espacial.

Khyl. 🦩

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