KITSUNE PERDIDO Y ENCONTRADO.
A Stiles no le sorprende el panorama que se encuentra cuando llegan a la veterinaria, pero eso no hace que se sienta mejor: Isaac, Erika y Boyd están atados con cuerdas bañadas en acónito y Deaton colgado boca debajo de un árbol. Scott, que llega casi a la vez que ellos, junto a los demás tiene que pedirle a Stiles que se controle porque su magia está por todas partes.
- ¿Qué mierda ha pasado, Deaton? – pregunta, antes de pensar si quiera en bajarlo de ahí o desatar a los betas para que sus heridas puedan empezar a curarse porque decir que está furioso es quedarse corto.
- Stiles – llama Derek que lleva unos minutos tratando de romper las cuerdas para liberar a sus betas sin debilitarse en el intento.
El aludido chasquea la lengua a la par que los dedos sin tener mucho cuidado en la cantidad de magia que utiliza así que corta las cuerdas y es posible que quizás un poquito de piel por el grito sorprendido que suelta Erika, ni hablar del golpe que se da Deaton contra el suelo porque no hay nadie para recogerlo.
- ¿Podéis, por favor, explicarme de una vez qué ha pasado antes de que pierda el control?
Y todos saben que eso podría suceder porque hace años que no ven a Stiles tan al borde de la locura, no desde que aprendió a controlar su magia, al menos.
- Llegaron, rompieron mis protecciones, me ataron, robaron mi móvil y le enviaron un mensaje a Scott – explica Deaton, incluso en esa postura y con todas las circunstancias tiene la capacidad para parecer poco preocupado.
- Cuando nosotros llegamos nos estaban esperando dentro, apartaron a Claudia de Isaac y nos redujeron con la amenaza de matarla – termina Boyd.
Stiles no dice nada y, si algo ha aprendido la manada, es que cuando eso sucede pueden empezar a preocuparse de verdad porque el humano siempre tiene algo que decir, coherente o no, pero algo, siempre. Y esta vez no es así. Pocas veces ha sucedido desde que se conocen y ninguna de ellas acabó en una situación cuerda.
Se mueven hacia el interior de la veterinaria cuando deciden que no pueden quedarse expuestos en la calle y, mientras Deaton se recupera lo suficiente para poder levantar de nuevo las protecciones, Stiles sigue callado e incluso su magia está controlada.
Scott le da un codazo a Derek cuando se da cuenta.
- Stilinski.
Sin embargo, es Jackson quien habla primero. Todos se tensan porque la relación entre esos dos sigue teniendo un carisma especial, pero también son conscientes de que si han llegado a ser amigos es porque nadie es tan sincero el uno con el otro como ellos. Todos se empeñan a tratar a Stiles como si fuera frágil y tratan de tenerlo siempre entre algodones, pero Jackson no es así.
Y, a pesar de su estado y de los miles de sitios donde puede estar ahora mismo su atención, el subconsciente de Stiles sabe eso por lo que levanta la cabeza cuando es llamado. Todos jadean sorprendidos menos Derek y el propio Jackson, el segundo solo traga saliva al ver los ojos plateados mirarlo como si pudieran atravesarle el alma.
- ¿Qué? – replica, algo muy oscuro latiendo en una sílaba tan escueta.
- Hay que elaborar un plan – se cruza de brazos.- Eres el cerebro de esta manada, necesitamos que te centres – es probable que eso sea lo más bonito que jamás le ha dicho al chico hiperactivo.
- Ya he elaborado un plan – destensa sus brazos, abriendo y cerrando los puños.
- Ah, ¿sí? – inquiere Scott, desconfiado.
- Por supuesto – hace tronar sus nudillos.- Vamos a matarlos a todos.
Esas palabras no les habría sorprendido de haber salido de la boca de cualquiera de los que estuviera en la habitación y que no fuera Stiles. Stiles Stilinski, el humano mágico que siempre piensa que hay una opción aparte de la muerte. Eso no significa que no haya matado antes, claro, el estilo de vida que llevan les exige romper con sus juicios morales más veces de las que les gustaría. Aunque, por suerte, esa época de muerte mes sí y mes también quedó atrás.
- Stiles – lo llama Lydia porque, aparte de Derek, es una de las pocas personas presentes que tienen el valor de llevarle la contraria. Ella ni siquiera se estremece cuando los ojos plateados la localizan.- Como final de un plan está muy bien, pero necesitamos el principio y el resto del desarrollo.
- Matarlos a todos: principio, desarrollo y final.
- Bro, tenemos que encontrarlos primero – le recuerda Scott, arriesgándose a recibir un estallido de magia, pero recordándole a su emisario que tiene un Alpha. Bueno, dos en realidad.
Stiles se permite un momento de silencio mientras su mente cae en picado a un laberinto de opciones antes de decidir cuál podría ser la mejor vía de actuación, aunque sigue profundamente convencido de que lo mejor que podrían hacer es matarlos. Igual que en la última película de Crepúsculo... no, espera, al final consiguieron evitar el gran enfrentamiento donde todos morían. Ah, estúpidos finales alternativos.
- Un hechizo de rastreo – dice, simplemente, los demás cabecean de acuerdo.- Necesito encontrar algo de Claudia – Derek asiente.
- Tenemos su ropa – Isaac se acaricia las muñecas doloridas.
- No es exactamente su ropa, era de Lydia así que no funcionará – replica.- Episkey – masculla, usando magia curativa para aliviar el dolor de las muñecas de todos.
- ¿Stilinski? ¿Eso es un hechizo de Harry Potter?
- Jackson, voy a ignorar que conoces algo como eso por preservar lo que tú piensas que es tu intacta dignidad y te diré que ya que soy el único mágico de la manada puedo nombrar mis hechizos como me dé la gana – masculla, molesto, el aludido levanta las manos en son de paz.
- ¿Y algunos pelos? – sugiere Derek, volviendo al tema principal.
- Eso sería genial, pero resulta que la ausencia de su preciosa y pelirroja cabeza unida a su delicado cuerpo es, sin duda, el principal problema – masculla, dirigiéndose al coche.
- Stiles.
- Porque, POR SUPUESTO, la han tenido que secuestrar básicamente delante de mis jodidas narices – sentándose en el asiento de copiloto.
- Stiles – vuelve a llamar Derek.
- Lo que significa que no soy capaz de hacerme cargo de nadie. No he cambiado nada, sigo siendo el mismo inútil de siempre y...
- ¡Mieczysław! – grita, inclinado sobre la ventana de la puerta del camaro.
La mirada taciturna que tan poco calza en el gesto del hiperactivo adolescente casi le saca una risa a Derek, casi.
- Anoche pasaste casi una hora desenredándole el pelo – los ojos de Stiles se abren brillando en comprensión.- Lo que significa que tenemos en casa un cepillo lleno de ADN de nuestra pequeña – le acaricia la mejilla, con suavidad.
Stiles parpadea antes de sonreír por primera vez en horas y sostiene la cara de Derek segundos antes de unir sus labios con fuerza. El hombre lobo jadea cuando siente la lengua de su compañero.
- Chicos, seguimos aquí – recuerda Erika con gracia y haciendo que los otros dos se separen con una pequeña risa.
Cuando llegan al apartamento de Derek, Stiles se da cuenta que preparar el hechizo de rastreo es una de las cosas más fáciles y a la vez más difíciles que ha hecho en los últimos años porque 1) no recuerda que su mente haya estado tan dispersa en muchísimo tiempo y 2) no deja de crear teorías a cada una más catastrófica. El caso es que al final lo consigue, crea una fina línea que se dibuja por el mapa de Beacon Hills que tiene delante y la manada entera se congrega a su alrededor.
- ¿Y bien?
Stiles gime cuando sus ojos pardos terminan de recorrer la línea. Simplemente no puede ser, no puede ser que todos sus problemas terminen siempre en el mismo sitio.
- ¿Qué le pasa a este maldito edificio? – masculla, clavando el bolígrafo en el instituto de Beacon Hills.
- Puede que precisamente eso – ofrece Lydia, girando un poco la cabeza.- Creo que será mejor que llame a mi madre para averiguar si hay nuevas incorporaciones – saca el móvil y se mueve hacia la sala de estar por el agujero de la pared.
Todos la observan irse en silencio, Stiles tamborilea los dedos sobre la mesa en silencio. Derek se acerca por su espalda y desliza la mano hasta la inquieta, entrelazando sus dedos. El más joven suspira mientras se deja caer contra el pecho del Alfa.
- Conocemos ese edificio mejor que todos los usuarios actuales – comenta Kira con la mirada perdida en los planos.
- Tiene razón, Stiles, jugamos con ventaja.
- ¿Qué os hace pensar que no han tenido tiempo de recorrerlo?
- ¿De verdad crees que en unos días han descubierto la red de túneles que hay debajo de Beacon Hills?
- Ya no sé qué pensar, Scott – se masajea las sienes, molesto por la presión que no se desvanece en su cabeza: la sensación de que algo va terriblemente mal.
El fuerte taconeo de Lydia los sobresalta a todos cuando la pelirroja irrumpe en la biblioteca agarrándose a los huecos desiguales de la pared para no caer.
- Hey, ¿qué pasa? – Jackson va hasta ella que tiene los ojos desorbitados y está mordiéndose los labios con fuerza.
- No, no, no, conozco ese gesto. Mierda – Stiles se zafa de Derek y coge las llaves del Jeep, la manada en peso le sigue escaleras abajo.
- ¡Espera un momento!
- ¿Qué demonios quieres que espere, Derek? ¡Lydia está conteniendo el grito, joder! – se sube en el asiento del Jeep, tirando dentro la bolsa con todos los recursos que tiene como aprendiz de emisario y un amplio conocimientos de hechizos de ataque en la cabeza.
- Necesitamos un plan – le recuerda Boyd, posando una mano en su hombro para calmarlo.
No es Derek, pero es manada, así que Stiles se permite tomar una bocanada de aire.
- Vale, plan rápido: dos equipos, uno de rescate y otro de contención – observa como Derek le da las llaves del camaro a Erika para subirse junto con él en el Jeep.- Derek, eres el alfa, lo siento, pero te toca líder de la contención. Boyd, mano derecha, vas con él también. Cat Woman, eres dinámita, no creo que sea necesario explicarte tu sitio. Jackson... - se gira hacia el rubio que lo observa de brazos cruzados y cabecea un asentimiento.
- Espera, Stiles – Lydia lo frena, él al fulmina con la mirada.- No puedes estar en el equipo de rescate con nosotros.
- ¿Qué?
- Stiles, te necesitarán en contención.
- ¿Estás de broma? ¿Sabes lo chetados que están estos? – los señala, molestos.
Lydia coge aire, hacía tiempo que lidiar con Stiles no era tan difícil.
- He hablado con mi madre – todos detienen la frenética actividad para escucharla.- Son quince lobos, Stiles.
El corte en la respiración es general, cada uno siente en mayor o menor medida caer un bloque de ansiedad en su pecho.
- No pasa nada – Scott es el primero en recuperarse.- Stiles, ve con el equipo de contención. Yo soy el segundo alfa de esta manada así que iré con el equipo de rescate. Isaac, Lydia y Kira conmigo.
- Sois muy pocos, no sabemos cómo estarán divididos – masculla Derek.- Es lógico pensar que la fuerza mayor estará custodiando a Claudia.
- Bien, me rindo – Stiles alza los brazos.- Tengo el cerebro licuado de preocupación y ansiedad, haced vosotros el plan – se pasa las manos por la cara y se desliza por el asiento del conductor.
- Vamos a hacer tres equipos en lugar de dos: rescate, contención y distracción – Jackson toma las riendas.- En el primero estaremos Derek, Boyd, Isaac, Stiles y yo. En el segundo, Scott, Erika y Kira. En el tercero, Allison y Lydia. Deberíamos llamar a tu padre y a Deaton para que las ayuden – se gira hacia Stiles que le pasa el móvil a Derek para que se haga cargo.- El equipo de distracción colocará los cóctel molotov de acónito en cada una de las ventanas del instituto – todos lo miran como si estuviera loco.- Stilinski, ¿recuerdas el encantamiento de casco burbuja que usan en el Torneo de los Tres Magos?
- Eh... sí, claro.
- ¿Puedes crear algo parecido?
- Puedo intentarlo.
- Me vale.
- Pero no puedo aplicarlo en Claudia, si el acónito le afecta la estaremos envenenando y si no llegamos a tiempo...
- Claudia estará en un lugar sin ventanas – ataja Jackson, aguantando la dura mirada de su emisario y compañero de su alfa.
- No puedes saberlo – sisea.
- Si me equivoco, tomaré la responsabilidad.
El cruce de miradas dura algunos minutos antes de que Stiles ceda con un gruñido de aceptación. A Derek siempre le ha fascinado que Jackson sea uno de los pocos capaces de hacer que se centre cuando el pánico lo está dominando a pesar de la historia que cargan ambos sobre sus hombros. En algún momento, a lo largo de toda la trayectoria sobrenatural, Jackson se hizo un hueco junto a Scott en el raciocinio de Stiles.
- Tú harás explotar los cócteles.
- ¿No le estás dando demasiada responsabilidad? – dice Derek.
- Lo necesita – hace un gesto con la mano para restarle importancia.- Necesita estar ocupado y necesita liberar toda la magia que está conteniendo desde que el enlace se rompió. Además, lo más seguro para nosotros, de hecho, es que Stiles los explote a distancia.
- Tu padre dice que estará en el instituto enseguida, recoge a Deaton por el camino - introduce el móvil en uno de los bolsillos de Stiles.
- Si toda la magia la va a hacer Stiles, ¿por qué lo llevamos a él? – pregunta Allison que lleva un rato ajustando su arco y seleccionando las mejores flechas que guarda en el portabultos del camaro.
- Deaton es bueno en magia curativa – responde Scott por Jackson.- Es mejor que Stiles, ¿me equivoco? – el humano niega.
- Una vez que los cócteles exploten, Lydia y Allison cubrirán la retaguardia, el sheriff y Deaton las cubrirán a ellas – las chicas asienten.- El equipo de contención irá primero con Stilinski a la cabeza por si se han hecho o tienen algún emisario entre sus filas y hay trampas mágicas. El equipo de rescate se dividirá en dos francos e irá a derecha e izquierda del equipo de contención. El resto será cuestión de suerte y fuerza, ¿os parece?
Todos han formado un círculo alrededor del Jeep y cada uno mastica poco a poco el plan hasta que cala en sus cerebros lo suficiente como para asegurar que lo tienen memorizado.
Cuando todos asienten, Stiles gira la llave del Jeep y el motor ruge.
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