KITSUNE CONOCIDO Y ACEPTADO.
Cuando sube, Stiles y Claudia están saliendo de la habitación de Isaac seguidos de los demás que lo miran con una sonrisilla, señal de que han abierto la puerta para poder escuchar la última parte de la conversación. Seguramente curioso del por qué Stiles lo dejó solo con Peter. Y Derek ni siquiera tiene fuerzas para regañarlos sobre la intimidad del Alpha.
- ¿Se ha ido ya? - pregunta Stiles, buscándolo con la mirada.
- ¿Quién era? - la niña imita a Stiles con curiosidad.
- El tío de Derek - responde Isaac ofreciendo una mano que Claudia coge y juntos bajan a la sala de estar.
- ¿Por eso olía como papá?
Stiles decide que aún es demasiado joven y su alimentación no es tan mala como para morir de un ataque al corazón, pero es muy probable que pase porque el día de hoy ha tenido demasiadas taquicardias. Busca casi con miedo a Derek que se ha quedado petrificado, su mano alrededor de la barandilla de las escaleras, pero no parece enfadado cuando los ojos verdes se encuentran con los suyos. Ninguno de los dos presta atención al "la hostia lo que ha dicho" que Erika suelta mientras coge a la niña de la cintura y se la pone sobre los hombros, riendo muchísimo al estar tan alto y termina de llegar al salón antes de que a Derek se le pueda cruzar el positivo con el negativo, Isaac y Boyd la siguen. Pero Stiles se queda allí, junto a él, como prácticamente desde siempre. Pone su mano sobre la de Derek y el hombre lobo parece despertar de su pequeño trance.
- Puedo corregirla si quieres - él no, por supuesto, porque no es normal la cantidad de cosas que ha sentido al imaginarse por un segundo una familia con el Hale, pero Stiles nunca obligaría a Derek a pasar por algo que no quiere.
- No, no es eso - carraspea para alejar la emoción de su tono porque no es momento de que su fachada de tipo duro caiga y menos delante de sus betas adolescentes, gracias.
- Derek, ¿estás bien?
Stiles suelta un gritito sorprendido que hace que los betas vuelvan sobre sus pasos para asegurarse de que el mayor no ha perdido el control por fin y se ha cargado a su pareja, emisario y madre de la manada.
- Papi está bien - susurra la niña, aunque todos pueden oírla.- Papá lo está abrazando.
Horas más tarde, cuando los betas se van a dormir y Derek asegura que no hay motivo para que Stiles y Claudia duerman en los sofás del salón por muy cómodos que sean cuando él tiene una cama de 2x2m, la kitsune cae dormida entre los dos que la observan con tranquilidad.
- ¿Podemos permitirnos esto? - pregunta Stiles, susurrando, para no despertarla.
Derek pasa sus ojos de la niña pelirroja a su novio que tiene tanta emoción reflejada en el rostro que está seguro de que no sabe qué hacer con ella ya que toda su magia hace rato que se expandió por la habitación.
- ¿No lo deseas? - pregunta, en lugar de responder.
- Con toda mi alma - reconoce, en un hilo de voz, conteniendo el aliento.
- Haremos que funcione entonces - le promete, inclinándose sobre Claudia para poder besar la frente de Stiles.
A la mañana siguiente, Claudia está desayunando tranquilamente lo que Stiles ha preparado mientras su papi escucha a Scott que ha llegado con la cola entre las piernas con un mensaje de Deaton para que lleve a la kitsune a hacerse otra revisión. El humano se niega en rotundo porque no puede llevarla, debe investigar el por qué la manada nueva e invasora quiere hacerse con su pequeña. ¿Qué mierda quiere el veterinario ahora? ¿Por qué no va él al loft para revisarla si tanto interés tiene en vete tú a saber qué? Así que se niega, pero Scott insiste e insiste y claro, confía en él porque es un Alpha verdadero y toda esa mierda sobrenatural.
- Pero yo no puedo llevarla, tengo una cita con Kira - se excusa, levantando las manos con gesto inocente.
Mano que Stiles considera la posibilidad de arrancar para que no pueda meterlas debajo de la camisa de su novia y así le haga el maldito favor que le está pidiendo, ¿pero ¿qué le pasa a su estúpido mejor amigo con las mujeres? Es decir, su pequeña también... no, mejor no seguir esa línea de pensamientos.
- Podemos llevarla nosotros - ofrece Erika, después de tragar un gran trozo de tortita.
A veces, Stiles se pregunta por qué nunca se atraganta, es bruta hasta para comer. Claro que una vez cometió el error de expresar sus dudas en voz alta y Erika sonrió de una forma que jamás olvidaría justo antes de asegurar que había comido cosas más grandes. Esa vez fue Stiles quien se atragantó.
- No es que no me fíe de vosotros, pero... - alterna la mirada entre Erika e Isaac y Claudia. Maldita sea, quiere ir él, pero está a punto de pasar la hora que necesita para hacer el hechizo de búsqueda de información. La magia y sus más que estúpidas reglas.
- Eso ha sonado exactamente como que no te fías de nosotros - Isaac lo apunta con el tenedor.
- Stiles, estarán bien - asegura Derek que acaba de bajar las escaleras, vestido y preparado para ir a rastrear la reserva.
- ¿No puedes ir con ellos? - pregunta desesperado.
Derek llega hasta él y besa su cabeza.
- Sabes que no, soy el único que se conoce estos bosques lo suficiente para saber dónde buscar y poder volver a casa sin perderme.
Y Stiles lo sabe, por supuesto que lo sabe, cuando juegan al escondite en el bosque Derek siempre tiene que ir con él porque los demás pueden encontrar el camino a casa gracias al rastro que han dejado. El juego suele suspenderse si llueve a no ser que Derek esté empeñado en que trabajen el olfato.
- Vale, vale... de acuerdo - pone los brazos en jarra mientras trata de buscar un conjuro en su memoria que le ayude a estar más tranquilo.- Os ligaré.
- ¿Qué?
- Que os ligaré - repite.- Haré un hechizo para saber en qué momento dejáis de estar juntos.
- ¿Y cómo sabrás si es porque hemos dejado a Claudia con Deaton o porque pasa algo?
- Porque no dejaréis sola a Claudia con Deaton, ¿os habéis vuelto locos? - protege a la pequeña entre sus brazos, los tres hombres lobos presentes en la habitación ruedan los ojos.
- Está bien, está bien - Isaac levanta los brazos en son de paz.
Así que después de hechizarlos y un par de bromas acerca de la necesidad que tiene Stiles de controlarlo todo, de vestir a Claudia de forma adecuada al tiempo que hace fuera del loft y de avisar a su padre de lo que pasa por si recibe algún aviso importante, Erika, Boyd e Isaac se marchan con Claudia a hombros y Scott los sigue rumbo a su cita.
Stiles se queda mordiéndose una uña, más nervioso de lo que ha estado en muchísimo tiempo mientras sus ojos pardos los siguen por la ventana hasta que los pierde de vista, pero siente el enlace estable y seguro al lado de su corazón.
- Estarán bien, Stiles - asegura Derek, apretando con suavidad su hombro.
- No lo sé, Derek, tengo un muy mal presentimiento acerca de todo esto.
- Lo noto - se le escapa, Stiles se gira en resorte hacia él con el seño fruncido.- Quiero decir que lo huelo en ti.
- Sí, claro - replica con sarcasmo, cruzándose de brazos.- ¿Cuándo piensas decírmelo? Porque resulta ofensivo que de verdad pienses que no he estado investigando por mi cuenta en tu estupenda biblioteca y que no he dado con la respuesta.
Derek agradece que Stiles no sea un lobo aunque sus capacidades le estén afectando por pura simbiosis al ser compañeros porque, sino, estaría escuchando lo rápido que le late el corazón. A él que presume siempre de un excelente autocontrol.
- Este es un buen momento para explicar por qué no me quieres marcar si soy tu compañero. Antes de que las cosas empeoren.
- No tienen por qué...
- Oh, lo harán, es una constante en mi vida.
Derek suspira y estira el brazo para tocar la piel de Stiles.
- Marcarte significa el universo entero - admite.- No solo para mí, sino para ti también - se pone las manos en los bolsillos.- Eres humano.
- Perdona, pero soy muy mágico.
Derek sonríe un poco.
- Físicamente humano.
- Me vale.
- No estoy seguro de que seas consciente de lo que implica la eternidad, Stiles - el chico arquea una ceja.- Si solo fueras humano podrías irte de mi lado cuando quisieras porque el vínculo me afectaría a mí, no a ti. Sin embargo, ha resultado que eres, como te gusta recordar, mágico, así que el vínculo te ata tanto o casi tanto como a mí.
- ¿Y cuál es el problema?
Derek a veces tiene un verdadero don para marear el lenguaje.
- ¿Y si te arrepientes? - pregunta, Stiles puede jurar que hay una nota de temor en esa voz que siempre se esfuerza por ser clara y firme.
- ¿De qué iba a arrepentirme?
- De elegirme a mí.
Probablemente, pensó Derek un segundo más tarde de hablar, debería haber elegido mejor las palabras porque la reacción de Stiles es casi inmediata: la temperatura de la habitación aumenta sin control y una leve brisa se levanta como representación del enfado humano que va en aumento.
- Stiles.
- No, ni Stiles ni mierdas, ¿cómo puedes decir eso? En serio, después de todo lo que hemos pasado, de todo lo que te he demostrado... ¿cómo puedes dudar, Derek, de que realmente te quiera?
- No dudo que me quieras.
- Sí, sí que lo haces porque si no lo hicieras definitivamente no pensarías en la posibilidad de que pudiera arrepentirme de esto - y no está gritando, su voz no ha variado un decibelio, eso es lo que asusta desde que Stiles aprendió a usar la magia, que todas sus emociones se exteriorizan a través de ella.
Y Derek debe admitir que, tal vez, tenga razón. Después de todo, ¿por qué alguien como Stiles iba a quererlo tanto, de esa forma, a él, por cuya causa casi toda su familia está muerta?
- Puedo adivinar lo que estás pensando, Derek, y no me hace ni puta gracia.
- Te quiero, Stiles - admite, en voz alta por primera vez desde que empezaron esa relación de continuo tira y afloja entre el uno y el otro.
La magia de Stiles se detiene al instante. Derek juraría, incluso, que ha dejado momentáneamente de respirar hasta que toma una bocanada profunda y cruza el espacio que los separa para estampar sus labios.
Los instintos de Derek reaccionan al instante devorando la boca de Stiles y cogiéndolo por las nalgas cuando el joven da un salto y pone las piernas alrededor de su cadera, con la fuerza del movimiento terminan ambos estampados contra la pared. Derek siente a Stiles reír dentro del beso y se separa un momento para lamer su cuello.
- Ya decía yo que echaba de menos algo en esta relación - comenta con un gemido causando que sea Derek quien ríe esta vez contra la piel de su cuello, chocando el aliento con la zona lamida y causando un escalofrío en Stiles.
- ¿Echas de menos que te estampe contra las cosas?
- Sólo si lleva consigo una connotación sexual - admite cuando Derek lo pone sobre la mesa del comedor y con un chasquido de dedos los desnuda.
- ¿Qué diantres? - exclama, sorprendido, sin sentir frío porque la calefacción, los poderes de Stiles y la situación en sí hacen su función.
- Magia, querido, tengo que sacarle todo el provecho posible.
- Algún día me gustaría tomarme mi tiempo para desnudarte - admite, besando sus lunares con devoción.
- Bien, pero no hoy, no nuestra primera vez - sus dedos se mueven inquietos sobre toda la piel morena tratando de abarcar lo máximo posible, sorprendido por la cantidad de cosas que percibe solo por tocar y ser tocado de esa forma.
- ¿Impaciente?
Stiles puede escuchar la risa en el tono de voz de su pareja, por lo que deja de mirar el abdomen escultural para pasar a los ojos de Derek. Tan bonitos, tan preciados, tan enigmáticos, tan extraños.
- Joder, no te imaginas cuánto - la vergüenza no se hizo para Stiles Stilinski.
Derek ríe con un levísimo tono carmín adornando sus mejillas y frota su erección contra la de Stiles mientras sus dedos se mueven a la entrada del más joven e introduce un dedo para empezar a prepararlo, aunque le agrada darse cuenta de que, la excitación de Stiles es tanta que está húmedo.
- ¿Cómo...?
- Las veces que te he dicho - rodea el miembro de Derek con sus dedos, el hombre lobo gruñe de excitación - que me moría de ganas - acaricia el líquido preseminal y lo extiende para poder deslizar su mano con más facilidad hasta llegar abajo - no mentía - aprieta cuando llega a la punta y Derek muerde con fuerza su hombro, concentrado para no correrse.- Estoy bastante seguro de que no es ahí donde debes morder, lobito - gime, poniendo una mano en la cara de Derek para guiarlo hasta su cuello.
- Tiene que haber penetración - consigue decir, retorciéndose de placer entre los dedos de Stiles.
- No sé a qué estás esperando, entonces - afianza los brazos alrededor del cuello de Derek y levanta el culo de la mesa, ofreciéndoselo al hombre lobo.
- Después no te quejes si te duele - gruñe, separando las nalgas del humano y rozando la entrada con su glande lo siente estremecer.
- Oh, lo haré y tendrás que joderte porque forma parte de mi encantadora personalidad - asegura.
- Stiles - el autocontrol a punto de irse por el caño.
- ¿Si? - pregunta, jadeante, sintiendo el pene de Derek tantear su entrada.
- Cállate.
Y lo ensarta. No hay otra manera de describirlo. Stiles siente que Derek lo inunda de forma brusca, pensando en escribir un ensayo sobre lo mierda que es la expresión "del tirón duele menos" aunque está bastante seguro de que lo contrario sería infinitamente peor. Derek se queda estático, dando tiempo al humano para recuperarse, mientras él mismo trata de espantar el mareo que le provocan las oleadas de placer que se extienden por su cuerpo. Cuando logra pensar en algo más aparte de su pene dentro de Stiles y todo lo que eso significa pone las manos en la pelvis de Stiles y comienza a absorber su dolor, ayudando así a que se acostumbre a él.
- ¿Puedo? - pregunta, cuando encuentra su voz y siente el cuerpo de Stiles relajarse entre sus brazos.
El chico de lunares asiente con un gemido al instante que Derek se mueve dentro de él, al principio con suavidad y después con rapidez. Ambos, sobrepasados por la cantidad de placer que sienten, llenan el loft de gemidos y sonidos obscenos, maravillados por ello: la magia de Stiles se extiende por cada rincón, dulce; Derek se transforma y araña la piel pálida con sus garras. El miembro de Stiles reacciona al estímulo y descarga sin poder resistirlo más. Derek masculla una maldición cuando el interior del humano se contrae a su alrededor. Sus colmillos se expanden y los hunde en la tierna carne en la base del cuello. Stiles vuelve a correrse y esta vez Derek lo acompaña. Cuando sus ojos se conectan de nuevo los de Derek son rojos, su parte Alpha reclamando a su compañero, y los de Stiles tienen un brillo plateado, señal de que su magia está en apogeo.
- Stiles - lo llama, respirando con fuerza, aunque más parece un gruñido que una palabra.
El aludido cabecea, agarrado a sus hombros como puede porque las manos resbalan por el sudor del hombre lobo que vuelve su piel brillante y fugazmente piensa en lo mucho que le gustaría lamerla, así que pasa la lengua por el cuello de Derek deleitándose con su sabor salado.
- Lo siento por esto.
Está a punto de preguntar a qué se refiere, porque su cerebro está oficialmente desconectado de su memoria, cuando el dolor en su culo le responde. Da un respingo entre los brazos de Derek y ambos caen al suelo por fin, la resistencia totalmente agotada.
- Vale, había olvidado esta parte - masculla Stiles, tratando de sentarse lo más cómodo posible para que no duela tanto.
- Pasará rápido - promete.
Stiles le besa la frente.
- No es desagradable, Der, solo doloroso depende de la postura - admite, cayendo contra la frente del mayor.
- Puedo... - acerca las manos a la cintura de su pareja.
- No, no lo hagas esta vez - pide.
- Eres tan extraño, Stiles - rodeándolo y abrazando la cintura.
-Por eso me quieres, Derek Hale - asegura, con convicción.- Eres extraordinario, lo justo es que yo también lo sea - se pierde el sonrojo de Derek, que nada tiene que ver con el sexo, por estar concentrado con los ojos cerrados en sentir el nudo en su interior.
No pasa demasiado tiempo hasta que empieza a recuperar su tamaño normal y Stiles suspira de puro placer, cayendo entre los brazos de Derek que lo coge y lo lleva hasta el sillón donde lo recuesta.
- ¿Lo sientes? - le pregunta, colocando la mano sobre el corazón de Stiles antes de alejarse para vestirse y salir a patrullar, odiando su deber y queriendo quedarse al abrigo de su pareja.- Porque yo sí, te siento junto a mi corazón, Stiles, no te haces una idea de lo cálida que es tu presencia aquí.
El adolescente se sonroja y sonríe, enamorado y satisfecho, siente exactamente lo mismo.
- ¿Podré leerte la mente ahora? - abre un ojo y lo mira con curiosidad, Derek ríe levemente y niega con resignación, nunca cambiará.
- Sentirás lo que siento, nuestros corazones latirán a la par.
- Creo que eso es lo más cursi que te he escuchado decir nunca - ríe, recogiendo la ropa y vistiéndose como puede.- Qué gracioso va a ser intentar hacer el hechizo con... - un grito de dolor lo interrumpe, Derek se acerca a él preocupado, sintiéndolo también.
- ¡Stiles! ¿Qué pasa?
Stiles respira con dificultad y demasiado rápido.
- Se ha roto - consigue decir, agarrándose a Derek para poder ponerse en pie.
- ¿Qué? - pregunta sin entender y ayudándolo a incorporarse.
- El enlace que puse en tus betas y Claudia, se ha roto.
Sus ojos se cruzan con alarma, Stiles siente que puede morirse en ese mismo instante y Derek gimotea por ello.
- Se la han llevado - lágrimas caen por las mejillas de Stiles.
Derek aúlla.
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