Mis mejores amigos

Despierto al día siguiente con un rico olor a hot cakes recién hechos, me estiro en la cama y me pongo rápidamente mi ropa, entro al pequeño baño en silencio para lavarme la cara y enjuagarme la boca, me pongo mis zapatos y salgo directo a la pequeña cocina.

Anderson está parado frente a la estufa dándole la vuelta a los hot cakes que está preparando, viste un pantalón azul y una playera gris algo vieja, se ve que no tiene mucho que despertó puesto que trae el cabello alborotado, voltea hacia donde estoy parada y me da una sonrisa.

Buongiorno ma chérie —saluda dulcemente y coloca el hot cake en un plato.

Buongiorno —respondo sonriendo y me acerco a él, que me recibe gustoso con un beso —¿Cómo me dijiste?

—Ma chérie —responde frotando su nariz con la mía —Francés

—¿Y qué significa? —pregunto batiendo los ojos y él hace una seña de silencio poniendo el índice sobre sus labios —Dime

—Lo sabrás pronto —contesta y yo hago un puchero —No desesperes ma petite

—¿Cuántos apodos me vas a poner? —cuestiono poniendo las manos en mis caderas.

—Los que quiera —responde —¿Te importaría ayudarme a preparar el desayuno?

—Sí claro, ¿qué hago?

—En el refrigerador hay maple, chocolate líquido, mantequilla y creo que mermelada —dice mientras sigue cocinando —Sácalas todas y prepara los dos platos

Busco en el refrigerador y efectivamente encuentro todo lo que me pidió, los cargo en mis brazos y los pongo con cuidado sobre la mesa, atraigo hacia mi el único plato servido ya con cuatro hot cakes perfectamente redondos y bastante altos.

—¿Cómo los preparo? —pregunto.

—Pégalos entre ellos con mermelada, ponles un cuadro pequeño de mantequilla hasta arriba y bañalos con lo que tú quieras —responde sin apartar la vista de lo que cocina.

Encuentro una cuchara en la mesa y con esta me dedico a untar la mermelada entre ellos, los coloco con cuidado uno sobre el otro para que no vayan a caerse mientras los como o los termino de preparar; con ayuda de un cuchillo parto el cuadro de mantequilla y le pongo encima chocolate líquido.

Anderson me pasa el otro plato ya servido y deja un beso en mi cabello.

—¿Leche, café o chocolate? —pregunta antes de alejarse.

—Chocolate, por favor —respondo y él asiente, me pongo a preparar el otro plato que dejó en la mesa mientras lo veo buscar algo en la cocina.

Cuando estoy por terminar con el plato me llega un inconfundible olor a chocolate caliente, me relamo los labios gustosa y sigo.

—¿Maple o chocolate? —pregunto y Anderson voltea.

—Maple, por favor —responde y yo asiento.

Termino con su plato y coloco ambos en la mesa con cuidado, guardo las cosas de vuelta en el refrigerador y lo veo sirviendo el chocolate.

—Una taza de chocolate para la chica más dulce de este planeta —dice entregándome la taza y yo me sonrojo.

—Gracias —murmuro.

Apenas Anderson estaba terminando de lavar los platos cuando tocan a la puerta, ambos fruncimos el ceño confundidos, pero él lo relaja apenas se escucha detrás de la puerta.

—Anderson, apri la porta! (¡Anderson, abre la puerta!)

Él rueda los ojos con una sonrisa y se acerca a abrir la puerta, tras esta hay un chico y una chica, esta última fue la que gritó, es bajita, tiene piel semi-morena, y un largo y rizado cabello castaño. El chico es un poco más alto, y con el cabello más oscuro, no hay que ser un genio para saber que son hermanos.

Buongiorno Isabella —dice Anderson.

La chica se pasa rápidamente como si esto fuera cosa de todos los días y el chico entra tras ella algo avergonzado.

Mi dispiace amico —dice el chico y Anderson hace un ademán con la mano restándole importancia. (Perdón amigo)

—Non è niente di nuovo —responde Ander (No es nada nuevo)

La chica estaba murmurando un montón de cosas que nadie entendía y a las que realmente nadie le estaba prestando atención, de pronto alza la vista y me ve.

—Chi è lei? —pregunta la chica a Ander señalándome (¿Quién es ella?)

—Si dejaras de parlotear cosas que a nadie le importan habrías reparado en su presencia antes —replica Anderson y se acerca a mí —Isabella, Eduardo, ella es Iris, mi novia. Iris, ellos son mis mejores amigos

—¿Habla español? —pregunta Isabella y Anderson asiente —¡Un gusto al fin conocerte!

Brinca entusiasmada hacia mi y me da un abrazo el cual devuelvo gustosa.

—Un gusto —saluda Eduardo —No hay un día en que Ander no nos hable de ti

—Tampoco hay que exagerar —dice Anderson apenado.

—Nadie exagera Ander —replica Isabella —Iris esto, Iris aquello, y hoy Iris, bla, bla, bla y así todos los días

Eduardo asiente mientras suelta una risa y Anderson se sonroja considerablemente, yo sonrío complacida, de pronto noto que Isabella me observa con atención y la miro confundida.

—Lo siento, pero te pareces mucho a alguien que conozco... —murmura analizándome.

—¿Sí? —pregunto nerviosa, que no me echen de cabeza por favor.

—Sí, pero... —de pronto sus ojos se abren con sorpresa y toma rápido su teléfono —¡Lo sabía! ¡Eres igualita a ella!

Ya valió, Isabella levanta su teléfono y nos muestra la pantalla, hay una fotografía mía durante un concierto, es una nota de mi desaparición. Anderson se asoma a ver la foto e intercambia miradas entre la foto y yo.

—¿Quién es ella? —pregunta señalando la foto.

—La vocalista de la banda que te conté —responde Isabella emocionada —Está desaparecida y tu novia es igualita a ella

—La voy a entregar como si lo fuera y que me paguen —bromea Anderson y yo lo miro impactada —Es broma ma chérie

Esperemos se quede así.

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