Vida en pandemia

¡Buenas! ¿Qué tal están? Hace tiempo que no sé de ustedes y viceversa.
La verdad he estado algo... ¿ocupada? Sí, ocupada. A pesar de la pandemia, cuarentena y protestas por el BLM (acuérdense que vivo en EEUU y además en la segunda ciudad con más población afroamericana. Hasta toque de queda tuvimos), he tenido más trabajo que nunca.
Mi esposo y yo comenzamos un negocio de catering y hemos estado corriendo y haciendo como mil cosas a la vez para poder suplir la demanda (que, gracias al cielo, ha sido bastante) y luchar con el clima (es el verano más lluvioso y lleno de huracanes, para ponerle la cereza al pastel de desavenencias).
La verdad, mi trabajo me encanta. A veces nos volvemos locos, peleamos, nos estresamos y tenemos malos días, pero la suma de los días buenos tanto en nuestra relación como en nuestro trabajo opacan todos esos inconvenientes.
También he intentado comenzar algunos cursos recreativos, pero los he tenido que dejar un poco de lado. No sé si es el estrés de haber comenzado un negocio o que simplemente ahora no tengo tanto interés, o que no tengo tanto interés por la simple razón de que trabajo mucho. Intento entenderlo, pero la verdad en mi tiempo libre no me da ganas de estudiar para las clases de chelo o escribir para mi curso de literatura. No me siento frustrada por eso, ya que estoy descubriendo que tengo otros intereses, pero sí un poco confundida. Pensé que leer y la música eran y siempre serían mi vida, pero no me veo con un futuro profesional en ese ámbito. Obvio, el dinero es un factor a tomar en cuenta, pero también el hecho de que la competencia tan insana que hay en esas industrias me quitan las ganas de todo. A este punto de mi vida, quiero vivir tranquila con una carrera/oficio que me dé suficiente para estar relajada.
No siento que estoy desperdiciando mi vida o dejando atrás mis sueños, como hace unos años cuando acababa de llegar al país, pero no sé por qué a veces me vienen cuestionamientos respecto a lo que estoy haciendo.
¿Estoy dejando de lado la vida intelectual que estaba destinada a tener? Si es así, ¿por qué me causa tanto estrés cada vez que intento "retomar" el curso de lo que hacía cuando vivía en Venezuela?
Es que... ni siquiera veo las cosas de la forma en la que la solía hacer. Me siento cansada de debatir, pelear, hacer activismo por ideales que creo cien por cien en la teoría pero que en la práctica creo a medias (porque la vida real siempre es diferente, amigos, siempre).
En fin, capaz este invierno no me deja en la maldita pobreza y puedo enfocarme en algo de lo que solía hacer y capaz volver a agarrarle el gusto. Por el momento, me siento bien. Me gusta viajar, pasar tiempo con mi esposo, trabajar en nuestro pequeño negocio y verlo crecer.
Me gusta pensar que he madurado o qué sé yo.
Veamos qué me depara (y nos depara) el destino en estos meses. Igual nadie tiene nada por sentado con esta pandemia.

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