OO6
¿Cuál es tu tipo, Takemitchy?
— Take...
¿Mi... Tipo?
— ¡Takemichi-kun!
El chico rubio se exaltó al escuchar como la castaña a su costado le gritó y pego con el cuaderno en la cabeza, haciendo que regresará a la realidad. Sus iris azules desorbitados se desvían hasta llegar a la mirada castaña de Hinata Tachibana, que le miraba con reproche.
— ¡Eso dolió!.— se quejó Takemichi sobándose la cabeza. Intentó volver a arreglar su look de cabello.
— Me di cuenta de que no he tenido noticias tuyas últimamente. Ya sé lo que hiciste.
— ¿Qué más hice a parte de existir?
Hinata hizo un mohín mientras fruncía el ceño, intentando verse lo más intimidante posible pero a los ojos de Takemichi le era simplemente adorable.
Ambos se encontraban en el salón de Takemichi, y la castaña venía a visitarlo aprovechando los descansos breves que tenían entre clases antes de la salida, pero últimamente Hinata notó algo extraño en el comportamiento del rubio desde la semana pasada e incluso las veces que la acompaña a casa andaba fuera de sí, como si estuviera pensando constantemente en algo y aquello hace que este despistado a todo lo que le rodea.
La castaña suspira al recordar varios accidentes que lo confirmaban.
Tomó entre sus manos una silla del asiento que estaba situado detrás del rubio, para luego posicionarlo al lado de él y enfrentarlo cara a cara. Takemichi abrió los ojos ante las acciones de Hinata para luego desviar su mirada hacia el característico lunar de la castaña junto a su labio en el lado derecho, y ella chasqueó los dedos llamándole la atención nuevamente.
— ¡Oi! ¡Oi! Tu mirada aquí. — Hinata señaló sus ojos entrecerrados, mientras que Takemichi sonreía nervioso.— Takemichi-kun, no puedo ayudarte si no sé que te sucede.
Trago en seco.— H-Hina...
Ahora Takemichi se sentía mal, no le gustaba preocupar a las personas que le importan.
— Hina, ¿Qué significa cuando te preguntan por tu tipo?
— ¿Cómo?
El rubio con sus nervios a flor de piel empezó a jugar con sus manos, siendo observado por Hinata quien exigía respuestas con la mirada.
— V-Verás... Quizás lo malinterprete todo ¡No es que haya pensado algo más! Es solo que Mikey-kun me sorprendió por su pregunta y no supe como responderle, quizás estaba confundido sobre el tema buscando en mí una respuesta ¡E-Eso me hizo muy feliz! y...
La castaña levantó la mano en señal de silencio.— Detente Takemichi-kun, al grano.
— P-Perdón Hina.— suspiró.— c-creo que esa pregunta me afectó.
— ¿La pregunta de Mikey-kun?.— Takemichi afirmó.— ¿Por qué?
— Hizo darme cuenta de algunas cosas que quizás, nunca quise... ¿ver? No estoy seguro.
— Veamos, La palabra confusión se le debe restar a la imcomprensión y con Mikey-kun sumándose a la ecuación...— Hinata se inclinó hacia Takemichi estando muy cerca de su rostro, él se quedó quieto para luego sentir un pequeño toque en la frente.— Todo indica amor.
— ¿Qué?
— Tienes mi bendición Takemichi-kun.— exclamó Hinata para luego levantar el pulgar con una sonrisa.
— No entiendo.
Y con eso; Takemichi Hanagaki se ganó otro golpe garantizado en la cabeza, cortesía de Hinata Tachina.
.
.
.
El timbre indicó el final de la jornada de clases.
Takemichi no podía sentirse tan aliviado, después de todo lo único que ansiaba era su suave manta y almohada para poder enterrar su rostro en ella hasta poder saciar todo estrés, quizás con un poco de café y un buen manga del número recién publicado de su anime favorito tendría el resto de la tarde más que bien merecida.
Entonces, ¿Por qué estaba aún en los pasillos aunque ya hayan pasado dos horas?
Y lo más importante... ¿Por qué estaban siguiendo al rubio ceniza?
— Hina...
— ¡Silencio!.— exclamó bajo la castaña, para luego inclinarse y asomarse en el pasillo.
Sin tener opciones, suspiró e imitó las acciones de su acompañante. Asomó la cabeza fuera de su escondite para luego observar la espalda del peliceniza que caminaba tranquilamente, desde su posición pudo ver la mano derecha de Mikey en su barbilla haciendo unos gestos lindos.
Takemichi sacudió su cabeza, hizo un mohín al volver a pensar que los gestos, y todo lo que tenga que ver con el peliceniza esté relacionado a la palabra "lindo".
Suspiró por sexta vez en el día, queriendo irse a casa.
— Hina, ¿Me explicas por qué estamos siguiendo a Mikey-kun?
— ¿Hueles eso?
Takemichi literalmente olfateó el ambiente, al no poder encontrar nada se olió a sí mismo pensando que quizás quién olía raro era él. Al no encontrar absolutamente nada, negó.
— ¡Huele a escándalo, mi querido Watson!
— Ay no, no otra vez.
Modo detective Hina activado.
¿Ahora qué cosa o persona será victima esta vez de la castaña? Pobre alma desdichada a la que le tocará lidiar con la castaña en ese modo, Takemichi era consciente que cada vez que esto ocurría siempre se encontraban en problemas o en malos entendidos.
Y todo porque Hinata hacía suposiciones rápidas e historias increíbles donde no las había.
— Vamos Takemichi-kun, se nos escapa.
Y allí lo comprendió todo.
— Mikey-kun...— se lamentó Takemichi, no había dormido lo suficiente en clase de matemática.
Luego de un recorrido un poco aburrido -porque a su punto de vista, Mikey solo estaba paseando sin algún rumbo fijo.- encontrándose a varias personas que temblaban e incluso se quedaban de piedra cuando el peliceniza pasaba a su costado y algunas afeminadas suspirando viendo a Mikey de lejos.
Takemichi inconscientemente hizo un mohín ante lo último.
Ambos se detuvieron y escondieron cuando de repente la caminata del peliceniza paraba de forma brusca. Hina chillo mientras que Takemichi sudo, pensando que los había descubierto.
— Neh, Mitsuya.— Y perdieron de vista a Mikey, quien ingresó al salón.
— Mikey qué sorpresa.
Takemichi reconoció el lugar, era el club de economía doméstica de Mitsuya Takashi. Hinata se le adelantó levantándose para luego posicionarse en cuclillas junto a la entrada del club, le hizo una seña al rubio para que se acercara y éste negó de forma exagerada entrando en pánico.
No quería saber qué les sucedería por estar escuchando a escondidas las conversaciones de dos miembros del consejo estudiantes, menos del mismísimo presidente.
— Ven michi, michi~ michi, michi~
— Cuántas veces te he dicho que no soy un gato, Hina.
— Y cuantas veces te diré yo que disfruto decirte así.— susurró burlona, Takemichi chasqueó la lengua fastidiado ¿Por qué seguía allí?.— Ven.
— No.
— Sí.
— H-Hina... nos meteremos en problemas...
— ¿Qué es la vida sin riesgos?
— Una donde estaremos en una pieza, y así soy feliz.
— Takemichi-kun nunca cambia, sigue siendo un llorón.
Takemichi abrió los labios listos para reclamar tal difamación -Él no ha llorado desde hace dos días, y eso debería ser un logro.- pero antes de hacerlo, unos pasos apresurados directo a su dirección los alertó a ambos.
Hinata corrió a su lado para luego empujarlo fuera del pasillo, ocultándose detrás de las escaleras. Y la puerta del salón fue literalmente pateada, Takemichi se crispó por el susto.
— ¡Hakkai! ¿¡Dónde estabas!? Te estuve buscando por todos lados, carajo.
¿Uh? ¿Hakkai-kun estaba con Mitsuya-kun?
— ¡Yuzuha! No grites así.— se pudo escuchar con claridad la voz de Hakkai en el salón.
Y luego, la conversación transcurrió siendo inentendible para ambos. Hinata al asegurarse que no había más nadie en el pasillo salió del escondite y se acercó a la puerta como anteriormente estaba, y nuevamente llamó a Takemichi.
— Takemichi tienes que escuchar esto.— susurró la castaña mientras intentaba ocultar su sonrisa.
— Bueno, ¡Luego nos vamos!
— Como mande, ahora ven.
Takemichi finalmente se acercó a un costado de la castaña posicionándose en la pared derecha estando frente de Hinata quien estaba en la izquierda, y al asomarse pudo ver las cuatro figuras dentro del aula.
— Un momento, entonces ¿Hakkai sería mi hermano mayor o menor?.— Preguntó Mikey.
¿Cómo terminó así el curso de su conversación? Takemichi nunca lo sabría.
— No lo sé, ¿Tú qué dices?
Escucho un silencio que duró solamente unos segundos.
— El menor.— comentaron ambos en unísono.
— Hina, ¿Por qué seguimos aquí? Ya es demasiado tarde.— comentó nervioso, no le gustaba la idea de estar espiando de esa manera a sus amigos.
— Ya te dije esto...
— Ya sé, ya sé. Huele a escándalo pero, ¿Qué tiene de escándalo?
— Mi instinto nunca falla Takemichi-kun.
— Las veces anteriores no lo demuestran.— siguió hablando, ignorando los gestos de guardar silencio de la contraria.— Insisto, vámonos.
— Sé que algo saldrá de aquí, solo espera.— Hinata frunció el ceño mientras hacía un mohín, volteando a mirar dentro del salón.
— ¡Ya me acordé!.— Mikey exclamó de pronto, llamando la atención tanto de Hinata como de Takemichi.— Mitsuya, ¿Cuál es tu tipo?.
Takemichi Hanagaki olvidó como respirar, prestando atención a esa pregunta.
— ¿Mi tipo? Hablas en el aspecto amoroso ¿verdad?.— Mitsuya al tener una afirmación de Mikey continuó.— En realidad nunca lo había pensado... ¿Cuál sería tu tipo Yuzuha?
Las manos del rubio empezaron a temblar de los nervios, él no debería de estar escuchando esta conversación.
— ¿Mmm...? Déjame pensar...— la castaña desvía la mirada hacia la ventana pensativa.— Mi tipo podría ser alguien como Takemichi Hanagaki.
Lo sabía.
Takemichi no pudo evitar cubrir su rostro con ambas manos ante el calor que invadió sus mejillas, mientras negaba ante el hecho de -en algún futuro posible- rechazar a su amiga si le llegará a confesar sus sentimientos. Se sentiría demasiado mal, pero a él ya le gusta alguien.
— ¿Ah? ¡¿Yuzuha te gusta Takemichi?!.— exclamó incrédulo Hakkai.
— Bueno, no es que quiera algo serio... Simplemente tengo un crush con él.
Ya le gusta alguien...
— Es suficiente Hina, nos vamos.— ordenó Takemichi mientras se incorporaba despacio, buscando no hacer demasiado ruido y ser descubiertos por cualquier descuido suyo.
— Tienes razón...— Hinata imitó sus pasos y ambos al estar lo suficientemente lejos, la castaña pudo alzar los brazos hacía arriba mientras gruñía.— Ni siquiera hice algún movimiento y ya me siento rechazada por Yuzu-chan.
— ¿Qué?
Las figuras de ambos ya se encontraban lo suficientemente lejos, como para darse cuenta que cierta persona alta con una trenza rubia los estaba observando desde la distancia.
Hina detective, mi religión 🛐
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