Único.
En el instante que Yonazuki Lucia se enteró por Shindou Kazuki que el tipo menos ideal de Ryugasaki Hiro eran las chicas maduras, no pudo evitar mirar al usuario de deck Dragonico con cierta curiosidad, pues ante aquella declaración, había escupido todo el refresco de su vaso y sin querer había mojado a Ijuuin Kai.
-¿Por qué le dijiste eso? -Se quejo Hiro mientras intentaba de tomar un poco de aire. Limpiaba su boca gracias al pañuelo que Lucia le había dado.- ¿Acaso era tan necesario sacar esa historia?
-Me parecía que Lucia tenía que enterarse ahora que están saliendo, no deben haber secreto entre ustedes dos -Kazuki soltó una pequeña risita mientras pasaba sus brazos por detrás de su nuca.- Además, Kai tuvo la culpa por habernos traído noticias sobre las hermanas Justine
-Solo dije lo que había escuchado -Kai se quejó, se quitó los anteojos y los limpio con el pañuelo de su saco.- ¿Por qué traer historias viejas cuando no vale la pena?
-Yo creo que si valen la pena escuchar -Lucia sonrió con tranquilidad mientras posaba su mentón en la mano que estaba recargada en la mesa. Los tres chicos no pudieron evitar temblar un poco. Verlo tan tranquilo y sereno, de alguna manera, les causaba escalofríos.- ¿Cómo fue que sucedió eso? ¿Cómo fue que lo descubriste?
Kazuki miro a Hiro en busca de ayuda, el de cabellos rojos solo desvió su mirada. No tenía nada que ver con esa historia, lo que menos quería en ese momento, era meterse en problemas por culpa de su larga lengua. Kai que observaba en silencio, no pudo evitar sentir un poco de pena por el usuario de deck Dragonico.
Al final, el de la cinta en la cabeza soltó un pesado suspiro.
Sin querer, había metido a todos en grandes problemas.
-¿Recuerdas el Shadow Grand Prix de hace cuatro años? El primero al que fuimos cuando nos dijeron que nosotros éramos los elegidos para salvar el mundo -Lucia asintió con tranquilidad. Claro, era imposible olvidar la misión que se les encomendó cuando solo eran unos niños de 14 años.- Bueno, cuando Leon empezó hablar sobre las reglas y demás cosas, fueron ellas quienes no pudieron dejar por desapercibido su avaricia y preguntaron sobre la recompensa monetaria, ¿No es así? -Lucia volvió a asentir en silencio, era imposible olvidar a esas dos hermanas tan escandalosas que siempre le daban dolores de cabeza.- Bueno, fueron ellas las que empezaron a utilizar a Hiro como una mesa, lo más extraño que solo fueron contra él
-¡Fueron ellas quienes empezaron primero! -Grito Hiro. Aunque más pareciera que estaba llorando dramáticamente por la forma en que se lanzó a Lucia y lo abrazo por la cintura.- ¿Cómo es que se atrevieron a dejar caer todo su peso y recargarse en mi cabeza? -El de cabellos blancos abrió los ojos sorprendido ante aquella declaración, después, bajo sus manos para acariciar con suavidad aquellos cabellos rojos. Incluso había bajado un poco para ver si no había cicatriz alguna ahí.- Nunca me interesaron ellas, lo juro, son demasiado molestas, las odio -Lucia soltó una pequeña risita, no estaba molesto o enojado con Hiro, simplemente quería saber un poco de aquella historia. El mejor duelista de Shadowverse se levantó del cómodo regazo de Lucia y señalo a Kazuki.- ¡Tu fuiste quien empezó todo esto!
-¿Quién iba a saber las verdaderas intenciones de esas chicas? -Kazuki alzo los hombros de manera despreocupada.- En realidad creí que las hermanas Justine gustaban de ti, la manera en que te molestaron y acosaron, no me puedes culpar, no fui el único que pensó de esa manera -Se cruzo de brazos.- ¿Y todo para qué? Ambas hermanas no dejan de molestar a Mimori y Alice, es difícil creer que esas dos cambiaron en todo este tiempo
Tanto Kazuki como Hiro y Lucia, miraron a Kai.
El joven genio, al sentir la mirada de todos ellos, solo negó. Tampoco se quería meter en problemas por culpa de que Kazuki no podía mantenerse callado. Prefería hacer oídos sordos y dejar morir a su amigo solo en los colmillos de aquel vampiro. Quizá nadie lo había notado, pero para un genio como él, sabía muy bien que había algo más escondido detrás de la tranquilidad de Yonazuki Lucia.
Y era mejor no tentar a su suerte.
-Con que fueron ellas quienes empezaron, ya lo entiendo -Realmente asustaba la tranquilidad con la que hablaba Lucia.- Me encargare de hacerles una visita personal después, habrá cosas que se tienen que regresar tarde o temprano -Aquella sonrisa que era capaz de tranquilizar a Hiro fue más que suficiente para que el de cabellos rojos sintiera que su pareja había comprendido todo que no pudo evitar acercarse cariñoso a él.- Entonces, si no te gustan las chicas maduras ¿Cuál es tu tipo ideal de pareja? Realmente me gustaría saber
Claro, aquella pregunta no se la esperaba Ryugasaki Hiro.
Quizá, no fue solo Hiro quien se quedó congelado, pues todos a su alrededor dejaron de hacer lo que estaban haciendo y miraron al mejor duelista de Shadowverse con cierta pena. Kazuki miro a Kai en el momento que el joven genio soltó un pesado suspiro y movió su cabeza de un lado a otro. Ahora podía comprender porque Yonazuki Lucia se encontraba tan tranquilo. Todos habían caído en su trampa y ahora, era el pobre de Hiro que tendría que pagar los platos rotos por culpa de aquel amigo que no sabe cerrar su boca.
-Bueno Lucia -Hablo Hiro un tanto nervioso.- Tú ya sabes cual es el tipo de persona que me gusta -Soltó una risita nerviosa mientras tomaba la mano de Lucia y las enlazaba.- No tenemos por qué discutir esto enfrente de tantas personas y mucho menos enfrente de nuestros amigos
-No, no lo sé -Respondió Lucia con una sonrisa en su rostro.- Por eso pregunto, porque me gustaría saber
Las mejillas de Hiro se pintaban cada vez más de rojo ante las miradas de todos los presentes. Trataba de pedir ayuda a sus amigos, pero los desgraciados ya se habían escapado. Mirando a todos a su alrededor, la mayoría de personas evadían su mirada o incluso pasar por ahí.
¿En qué momento empezó a reinar el silencio?
-¿Es necesario decirlo? -Pregunto Hiro con pena.
-Podríamos pasar mucho tiempo aquí si así lo deseas, sabes muy bien que será muy difícil escapar de mi -Hiro tembló un poco ante aquella amenaza. Diablos, su corazón empezaba a golpear con cierta desesperación su pecho, pero no era un dolor que le desagradaba, era algo que realmente le gustaba. Ver aquellos ojos rubí brillar como si de un vampiro se tratara, la sonrisa de su rostro. La forma en que lo miraba. ¿Por qué será que se sentía emocionado? Se sentía como si estuviera a punto de enfrentarlo a un duelo.- Pero lo necesito escuchar de ti, ¿Qué harás Ryugasaki Hiro?
Hiro volvió a mirar a todos lados, sabía muy bien que era difícil escapar de esa situación. Lo ponía demasiado nervioso la voz que utilizaba Lucia, así como las suaves risitas que era capaz de soltar y aquella delgada mano que acariciaba su pierna con cierta delicadeza. Hasta ese momento no pudo evitar agradecer que todos desviaran su mirada ante aquel acto o realmente, esta vez iba a esconderse bajo tierra. Temblaba ante cada roce, su mente no podía pensar en otra cosa que no fuera aquella deliciosa tentación. Golpeaba el piso con su pie en repetidas ocasiones, se cruzó de brazos e intento cerrar sus ojos para tratar de pensar en otra cosa.
Desgraciadamente, aquello no estaba funcionando.
Un pesado suspiro soltó en ese momento.
Lucia se separó un poco de él ante aquella reacción.
Solo sintió como Hiro tomaba su mano con firmeza, todo con tal de posarla en su pecho. Con tal de que sintiera aquel corazón alocado, el usuario de deck Vampírico no pudo evitar sonrojarse ante ese hecho.
-¡Mi tipo ideal es y siempre será Lucia Yonazuki! -Grito Hiro llamando la atención de todos.- ¡Mi chico ideal es alguien inteligente y paciente! Alguien que acepte y me siga en mis locuras, alguien con bonito cabello blanco y ojos que son capaces de brillar cual rubí ¡Desde que te conocí siempre ha sido de esa manera! -Cerró sus ojos con fuerza. La vergüenza lo consumía, pero ya no podía detener aquellas palabras. Era imposible detenerlo ahora que todo el mundo se encontraba interesado.- Alguien de bonita sonrisa y con delgadas manos que me gusta tomar con suavidad en todo momento, un delgado cuerpo que me gusta abrazar todo el tiempo y pequeños labios que me gusta besar cuando tengo oportunidad -Tomo una gran bocanada de aire. Lucia quería detenerlo, no era necesario hablar de más. Pero como se dijo desde un principio, era imposible detenerlo.- No puede haber alguien más que me guste que no seas tú, así que por favor, créeme que no hay y no habrá nadie más que tú para el resto de mi vida
Ante aquellas últimas palabras y la tierna mirada que tenía Hiro. Fue más que suficiente para avergonzar a Lucia.
Solo lo hacía por molestar y ahora estaba pagando los platos rotos. Pues por poco y provocaba que el gran Ryugasaki Hiro se soltara a llorar.
El de cabellos blancos soltó un pequeño suspiro, se acercó a Hiro y lo abrazo con ternura. Una tierna sonrisa en su rostro apareció.
-Lamento haberte puesto en aprietos -Susurro Lucia.- Claro que te creo, sabes que me gusta estar seguro que esto que estoy viviendo a tu lado no se trata de un sueño -Soltó un pequeña risita. Hiro inmediatamente escondió su rostro entre el hombro contrario.- También eres mi chico ideal, alguien lo apuesto a mí, alguien que le guste sonreír mucho y que me saque de mi zona de confort, también me encanta cuando tengo oportunidad de abrazarte, es lo que más espero de todo el día -Se acerco a su oído y empezó a susurrar solo para él. Aquello, solo era algo que Hiro necesitaba escuchar.- En cuanto te veo, quiero besar tus labios pero debo contenerme un poco, al menos frente a tantas miradas, quiero estar a tu lado en todo momento, quiero estar así contigo para siempre
Hiro se separó despacio de Lucia. Su rostro se mantenía oculto gracias a su flequillo. Pero en cuanto alzo la mirada y sus ojos se encontraron, fue turno de Lucia de sonrojarse y mirar a su alrededor, era una fortuna que todo había regresado a la normalidad, aunque el único peligro que corrían en ese momento, era que tanto Kazuki como Kai ya estaban regresando de a donde sea que decidieron escapar.
Tuvo que tragar grueso al ver aquellos ojos ámbar brillar.
En cuanto sus amigos llegaron a la mesa, Lucia se levantó y junto con él, Hiro.
-Debemos irnos -Dijo Lucia de forma apresurada mientras tomaba sus cosas y tomaba las cosas de Hiro.- Después les pagare lo de la comida y de la tintorería, disculpen las molestias pero necesitamos ir a otro lugar, nos vemos luego y gracias por la información Kazuki
Y así como Kazuki y Kai llegaron, Lucia y Hiro desaparecieron entre una multitud que no dejaba de aplaudirles y gritarles por aquel espectáculo que habían dado.
Ambos amigos se miraron a ver.
-¿Crees que pudieron arreglar las cosas entre ellos? -Pregunto Kai curioso.
-Por la forma en que se fueron, yo creo que si -Dijo Kazuki tranquilo.- Siendo sincero, no creí que a Lucia le importara sobre las hermanas Justine
-Todo lo que involucre a Hiro-san será de importancia a Lucia -Suspiro Kai.- De igual manera con Hiro, cualquier asunto de Lucia, también será suyo
Ambos amigos desviaron la mirada y prefirieron hablar sobre otras cosas.
¿Por qué se habían ido de forma apresurada Hiro y Lucia?
Porque en cuanto se ocultaron lejos de los ojos del mundo, Hiro no pudo soportarlo más y aprisiono a Lucia entre su cuerpo y la pared detrás de él. Sus labios chocaron con cierta desesperación. Los pequeños suspiros y las manos que no se podían quedar quietas empezaron aparecer.
Fue el de cabellos blancos el que separo a Hiro de su cuerpo.
-No podemos aquí -Tomo una gran bocanada de aire. Tuvo que reprimir un suspiro ante aquellos besos en su cuello.- Hiro, debemos ir a casa, por favor cariño
-Tú tienes la culpa por tentarme -Dijo Hiro con voz gruesa en su oreja. Lucia se encogió un poco, sentir como se metía entre sus piernas, provocaba tantas cosas en su interior. ¿Realmente iba a ser capaz de soportar tal tentación? Tenía que hacerlo por el bien de los dos. No querían aparecer en las noticias locales.- ¿Nos vamos a casa, amor?
Lucia sonrió. Se volvieron a tomar de las manos y caminaron a paso apresurado. Necesitaban llegar a casa inmediatamente, necesitaban sentirse entre sus brazos. Necesitaban sentirse sin aquella molesta ropa. Solo ser ellos dos en una habitación que se impregna del característico aroma a sexo.
Bueno, quizá no fue tan malo tentar a su suerte. Aunque solo quería jugar con él un poco, pudo conseguir algo mucho mejor.
Y no solo eso, pronto la venganza contra las hermanas Justine se hará realidad.
Porque nadie podía a lastimar o tratar mal a Hiro. No mientras el siga con vida.
Por eso. Cuando las hermanas Justine abrieron aquel paquete misterioso que había llegado frente a su casa, no pudieron evitar mirarse con cierto terror. Una venganza muy bien planeada. Cuatro años fueron más que suficiente para comprender que lo que le hicieron a Ryugasaki Hiro estuvo mal. No era bueno jugar con aquel horrible vampiro de nombre Yonazuki Lucia y su pareja, pues después pagarían las consecuencias.
Justo como lo estaban haciendo en ese momento.
Y todo por una pregunta.
¿Cuál es tu tipo ideal?
Ahora Hiro y Lucia lo saben muy bien.
Sin duda, recordarían ese momento para toda su vida.
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