"Tocó perder" 30
Marcus
Veía cómo su cabello se desordenaba por la brisa cálida que entraba por la ventana del auto. El día era lindo, cielo estaba teñido de celeste y el sol era cálido, pero para ser sincero el día era realmente lindo porque lo pasaría junto a ella. La llevaba al trabajo, sentada en el asiento de copiloto, mientras cantábamos la música de mi playlist.
Es lindo el sentimiento de cantar a dúo con alguien, sin que importe nada más. Reí un poco viendo como Alba movía sus manos al ritmo de la canción, me encantaba verla. Desde que nos besamos, se apoderó de mi corazón.
— Admítelo, te encanta que sea tu chofer — comentó riendo.
— Fíjate que sí, lastima que mi chofer sea un completo idiota que no ve que está punto de pasar la luz roja.
— ¡Carajo! — refunfuñe antes de frenar en seco, mientras Alba se echaba a reír.
— Eres un pésimo conductor — decía burlonamente.
— Es tu culpa, me distraje por tu belleza — le guiñe el ojo con su sonrisa arrogante, ella, como ya era costumbre, respondió con un bufido.
— La música me gusta ¿Quién es? — preguntó cuando la canción había llegado a su fin.
— Son de mi papá, era un cantante famoso en su ciudad. Él me enseñó a tocar la guitarra, creo que nunca te lo dije, pero sí soy multitalento.
Alba sonrió, era sonrisa que decía que le había recordado algo lindo — Mi padre fue el que me enseñó a pintar, yo siempre le decía que mis pinturas estarían en grandes museos y él me aseguraba que sí, iríamos juntos a verlas y él diría, esa pintura la hizo mi niña, me tenia mucha fe a tan solo los 5 años — mencionó.
— Hablaste en pasado ¿ocurrió algo?
— Falleció, fue suicidio — soltó un suspiro — No se lo cuento a muchas personas. No fue su culpa, solo no tuvo la ayuda que necesitaba.
La luz se puso en verde, sujete su mano quería que supiera que yo estaba para ella. Alba entrelazó sus dedos con los míos, antes de sonreírme. Empezamos a avanzar, desde ahí supe la verdadera razón de porque Alba se quería ir a Italia, no solo era meta profesional, era su sueño de niña.
— Mi madre también falleció, fue cuando era adolescente — confesé — A ella le encantaba platicar mucho, seguro ahora conoció a tu padre y hablan en el más allá.
— Seguramente porque el mío era bueno escuchando — se rió — Otra luz roja
Llame a su puerta, con el puño nervioso. Después de la cena restaurante, seguíamos siendo amigos, aunque aún era rara la situación. Lo único que establecimos era evitar los coqueteos.
— Te ves hermosa, chaparrita — saludé mostrando mi sonrisa perfecta.
— Dime Alba ¿qué necesita vecino para nada molesto? ¿Una taza de azúcar quizás? — se burló.
— Un beso tuyo quizás — salió de mi boca, trataba de evitarlo, pero era difícil.
Alba negó con la cabeza — No lo vuelvas incómodo.
Stiles tosió llamando su atención, entregándole su tableta que pidió que arregle
— Solo fue un pequeño fallo del sistema.
— Arreglaste de todo, ojalá pudieras arreglarme la vida.
Mia soltó una pequeña risa mientras terminaba de pintarse los labios — Ya está para comprar una nueva, la tienes desde los 15.
— ¿Qué dices? Aún me aguanta unos 10 años más — respondió Alba prendiendo su tableta, si estaba dañada. Tenía cinta por algunos lagos y marcas de golpes.
Alba se puso a un lado dejándome pasar, vi toda la sala echa un desorden, con palomitas en el suelo, cerveza vacías y muchos pañuelos. Era el escenario de amigas tratando a alegrar a amiga a cuál habían terminado.
— ¿Te gustaron? — preguntó Stiles viendo las pinturas que le compró a Mia colgadas en la pared del comedor. Ella se acercó para abrazarlo por detrás colocando su mentón sobre su hombro — Si quieres otros, solo dime, el dinero no es problema.
— Me encantaron mucho, pero más me encantas tú.
— Ya váyanse a un hotel — exclamó Alba terminando de guardar sus cosas — Si así son de amigos, de novios me darán diabetes.
Mia miró su reloj — Ya debo irme, sino llegaré tarde a mis entrevistas, odio las entrevistas de trabajo, me ponen ansiosa.
— Yo busco a Liv, me enteré de lo qué pasó, debe ser horrible trabajar con un ex — me rasque la nunca sintiendo culpa — Vine a tratar de animarla ¿puedo intentarlo?
— ¿A qué te refieres con ex? — dudo Mia, confundida.
— Es tarde, será mejor que te lleve, adiós chicos — habló Stiles cargando a Mia desde la cintura y sacándola del departamento.
— Yo ya me tengo que ir a trabajar — mencionó Alba agarrando su bolsa de tela con materiales de arte.
— ¿A tu trabajo? No me avisaste, vamos, no es muy lejos, luego regresó.
— Ya no te molestaré con eso, Thomas vendrá por mí, ahora tengo un nuevo chofer— respondió fragmentando aún más mi corazón, a mi encantaba hacerlo — Adiós, Marcus
¿Thomas? con T de "Te tocó perder" le gustaba él, no tenía pinta de mujeriego. Ese la vería todo el día en el trabajo y yo muriéndome por solo para que vuelva a mirar como antes. Pero, que se cuide, que si me entero que la lastimo, se acabo el Marcus amigable.
Olivia
Todo me estaba saliendo mal, todo. No sé si me echaron mala vibra o alguien me mando una maldición, lo único que quería es volver a los días donde estaba tranquila. Ahora estaba sumergida en mi bañera, llena de burbujas y velas aromáticas con olor a canela. Lo ponía que captaban mis oídos era el sonido de los autos, junto a las pisadas de las personas.
Cubrí mi cabeza con el agua de la bañera, hasta que llamó una voz masculina afuera del baño, supe que era Marcus y en estos momentos, no me importaba nada, así que le dije que entrará.
— Oh por Dios
— ¿What happened? — pregunté sobresaltada.
— Enserio soy increíblemente guapo — típico de Marcus mirándose al espejo, tocando su rostro como si fuera una pieza de algún museo.
— ¿Qué necesitas, Marcus?
— Un nuevo corazón — respondía mientras ataba una toalla alrededor de sus ojos — ¿Cómo te sientes?
— Solo quiero llorar mientras escucho Morat.
— Entonces hazlo, llorar no es malo. Yo vine a disculparme, lamentó haber arruinado las cosas. Voy a cargar con toda la culpa — respondió mientras se sentaba con las piernas cruzadas lentamente, posición mariposa, con una guitarra entre sus manos.
— ¿Por qué se lo dijiste? — pregunté bastante sería.
— Un día hablando con chicos sobre qué estaba enamorado de Alba, salió el tema sobre las citas que había tenido contigo, dije que teníamos química. Cuando Olly me interrumpió confesando que tú eras su novia. Nunca debí coquetear con una chica que tenía novio, no importa el contexto, estuvo mal. Jamás le haría eso a nadie.
No dijo nada malo, solo dijo la verdad. Con razón a Oliver le surgieron tantas dudas.
— También fue culpa mía, te veía a escondidas y correspondía tus coqueteos. Si hubiéramos seguido... fuck — sollocé — Soy una médico cirujana, traigo vidas al mundo. Tengo especialidades, salí de la universidad con honores, soy excelente en todo eso, pero volví a repetir la historia.
— ¿Repetir? — dudo Marcus confundido.
— ¿Sabes por qué salí de casa de madre? Fue porque ella quería que regresara con mi ex esposo, un tipo horrible y al cual le fui infiel con Olly, por eso se acabo mi matrimonio. Discutí con mi madre y le confesé lo que hice y bueno me echó de la casa, soy de lo peor ¿qué pensarás de mí?
— No lo eres, Liv, eres humana. Muchas veces vamos a joder las cosas, no podremos evitarlo, pero podemos disculparnos y mejorar. Estamos jovenes, vamos a cometer errores y debemos crecer de eso.
No podía creer que eso acabara de salir de boca de Marcus — Ahora lo único que quiero hacer eso llorar.
— Podemos llorar juntos — mencionó para luego fingir un llanto dramático, haciéndome reír.
— Eres un buena persona, Marcus, pese a tus defectos.
— ¿Pero cuáles? Soy perfecto — respondió riendo, le respondí con una sonrisa, pese a que no podía verme.
Comenzó a jugar con las cuerdas de su guitarra, tarareando la letra, era como un mini concierto privado. Tenía buena voz, no para un programa de concursos, pero era linda. Éramos amigos, no como Stiles y Mia, esos dos o son pareja o no son nada.
Mientras escuchaba la melodía de la canción, viajaba de mis recuerdos de cómo había cuando lo conocí lo odiaba a muerte y ahora no podía olvidarlo.
Caminaba por los pasillos del nuevo hospital donde me contrataron, una chica era mi guía describiendo todo lo que veíamos, era simpática trataba de hacer bromas, me reía por cortesía, pero no estoy aquí para hacer amigos, yo vine aquí a ser la jefa. Mire a mi alrededor, el lugar era mucho más grande de donde estaba anteriormente, lo único malo es que tendría que compartir oficina.
Espero que no sea con un escorpio o aún peor virgo
Somos cero compatibles
— ¿Acaso es difícil de entender? Una nuez es más grande que tu cerebro. No es mi culpa que no sepas lo básico en medicina y tampoco me importa lo que diga ese inepto, quiero la autorización en mi oficina ahora.
— Oiga, no es forma de hablarle a las personas — lo confronte ¿qué se creía este sujeto?
— ¿Disculpe? — dudó confundido el hombre que me duplicaba en altura.
— Usted debería aprender de modales, es un irrespetuoso, con un ego del tamaño de Texas y que posiblemente sea Virgo.
— Con respeto le pido que no se entrometa, señorita.
— ¿Señorita? Soy la nueva titular, Dr Molina, una de las dos únicas cirujanas neofetales del país y así es el trato en este hospital, tal vez debería reconsiderar la oferta.
— Veo que se conocieron — apareció el jefe se interpuso entre los dos — Dr Molina, le presento al Dr Stark, cirujano cardiotorácico, él será su compañero de oficina.
Definitivamente, no nos llevaríamos para nada bien.
Me crucé de brazos para verlo, definitivamente este tipo no me agradaba para nada, pero no dejaría que eso afectara mi rendimiento.
— 4 cirugías en dos días — entró a la oficina alzando su puño como victoria.
— 4 partos, una cirugía y 3 pacientes dados de alta, en un día — me regodeé, él sana corazones, yo traigo vidas al mundo.
No minimizo las demás ramas de la medicina, pero me encantaba recordarle que yo era mucho mejor que él, en especial por el rostro que ponía.
— Para ser tan aplicada, eres una presumida.
— Solo te recuerdo que soy mucho mejor que tú — lo mire fijamente con desafío, él se acercó sosteniendo su mirada en mí, con esos ojos verdes brillantes. Retrocedí intimidaba, con las mejillas rojas. Por eso y más odiaba a los Virgo.
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No recuerdo pero según yo, es la segunda vez que Marcus narra un capítulo. Por si se preguntan. No, Marcus y Liv no van a terminar juntos.
¿Alba y Marcus? Tendrá que leer para saber.
Debo confesar que sentí feito, cuando escribí que Alba y Marcus ya no se llamaban por sus apodos sino por sus nombres.
Yo:
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