"¿Novio? No, gracias" 17
Mia
Volvía a suceder, esa sensación de alegría, la sonrisa involutaria cuando recibes ese mensaje de Buenos días. No puedo creer que me emocioné por esto. Chateaba con el friki soltando una risa cada que él enviaba algo gracioso mientras esperaba que atendieran a Alba, pero no era tiempo de amor.
Aunque no podía pensar en eso cuando mi mejor amiga estaba en medio de un crisis, por eso, ahora estábamos en la tatuaría, para que ella se ponga un nuevo hueco en la oreja.
En realidad solo quería hacer tiempo para no encontrarse con Liv.
— Ahora sí ya me jodi, Liv va a echarme alguna brujería — exclamó Alba agitada.
— Diría que exageras, pero no
— Cuando quemé su ropa la libre, pero esto, me va a madrear hasta que quede inconsciente — se ocultaba entre sus rodillas desesperada.
— ¿Pero como las rompiste? — pregunté viendo los lentes rotos que tenía en mis manos.
— Yo solo me senté en el sofá y se partieron en dos, esos lentes valen más que mi vida — soltó un grito frustrado mientras el tatuador le limpiaba la oreja.
— Tengo un conocido que arregla cosas rotas, vamos después del tortuoso partido. Ok, tranquila, mira me dijo que si las puede arreglar — le mostré el teléfono cuando llegó otro mensaje de Stiles.
— ¿Te estás cogiendo al friki? — le quite el teléfono con brusquedad — Lo sabía, no sonríes de esa forma casi nunca.
Dicen que es lo mejor tener a alguien que conozca hasta lo más mínimo de ti, en mi caso es ventaja y maldición al mismo tiempo.
— Solo somos amigos — negué apoyando mi espalda en la pared.
En eso le pusieron una pequeña aguja en su oreja un poco más arriba de su típica perforación. Sentí un deja vu, durante la adolescencia durante una borrachera nos perforamos las orejas por la película de "Juego de gemelas" incluso le hicimos un par de Oliver, creo que aún las tiene.
— Amigos con derechos — decía entre risas — Eres una rompecunas.
— No lo soy porque no ha pasado nada entre nosotros— insistí.
— Sí, claro entonces ¿cuando es la boda? — sonrió sarcástica, solo siento deseo por él, nada más. En eso mi teléfono volvió a sonar, está vez Alba me lo arrebató para chismear.
— Tengo muchas ganas de verte — leyó con voz lujuriosa — Incluso te mando una foto de él junto a Daniel, ya están en el lugar, Marcus ya debe estar por llegar para llevarnos, hay que apurarnos para que puedas besar al friki antes que empiece el partido.
La peñizque lo que causó que gritará. El friki es tan tierno y yo tan vulgar.
— ¿Cuál es el problema? ¿La tiene pequeña o que?
Bufé — Uy por dónde empiezo, Harumi esta enamorada de él, yo no quiero novio, si saliéramos todo saldría terriblemente mal y por último mi vida es una mierda.
— ¿Por qué antepones la felicidad de otros antes que la tuya? — cuestionó mi amiga.
Tal vez lo hacia, con amigos en la secundaria solía hacer de todo para hacerlos felices, pese a muchas veces dejar que me hicieran lo que quisieran conmigo.
— No puedo — él es lindo y todo, pero la curiosidad que tengo hacia él seguro es pasajera — Ni siquiera sé qué siento, tal vez solo quiero tener sexo con él.
— Te mueres por él — bufó Alba, si claro como si ella no pasara por lo mismo.
— Así como tú te mueres por el rubio — refute — No recuerdas aquel sueño que disfrutaste con el rubio.
— ¿Qué sueño? — justo acababa de llegar Marcus, el rubio favorito de Alba, se acercó a ella con esa sonrisa coqueta que robaba suspiros
— Sabes que puedes hacerme lo que quieras cuando quieras.
Alba no sabía dónde ocultarse — Dios, ya cállate — declaró antes de evitar su mirada.
"Flashback"
Durante el trayecto en el auto del rubio hacia mí trabajo dibujaba en mi sketchbook, prácticaba diferentes expresiones en caricaturas. Bloqueando de mi cerebro de los piropos que a Marcus se le ocurrieran.
— Enserio eres talentosa — mencionó Marcus con aire de galán mientras manejaba.
— No lo voy negar — contesté cortante, empecé a sentir cólicos en mi vientre bajo, la visita del mes llegará en algunos días debe ser eso. No le tome importancia.
— Regresando al tema, ¿me das el número de tu amix Olivia? — preguntó con su, según él, mirada matadora.
— ¿Por qué debería ayudarte?
— Porque te llevare al trabajo todos los días.
— Pucha que ofertón, mi propio playboy chofer — respondí algo sarcástica, tener que verlo todos los días no era mi sueño, aunque ahorraría el dinero de los pasajes.
— Además, te compraré un helado
— Déjame pensarlo — fingí ponerme pensativa, esa una oferta tentativa. Mia dijo que él no era malo, solo súper coqueto — Sí, ya que, pero de dos sabores.
No hay porque preocuparse, Liv, lo rechazará en menos de 5 minutos. Ese demasiado sofisticada para él. Volví a sentir los cólicos, ¿que día estamos?
— ¡Gracias, chaparrita!— me dio un beso en la mano — Dame el número.
— Apunta — dicté la información, cuando sentí el fluido manchar mi pantalón, fuck.., ¡¿por qué?! y justo ahora, tonta naturaleza.
Marcus estacionó el auto frente a mi centro de trabajo. Pensaba rápido, no traía nada para atarme a la cintura, si bajo ahora el rubio me verá, ya tengo suficientes vergüenzas en mi vida, los minutos pasaban, tenía que salir de aquí, debo tener cara de loca en estos momentos.
Ya está, bajo rápido, corro hacía al baño de mi trabajo, me alistó, buscó lo que sea para cubrirme y en el almuerzo aprovecho para conseguir otro pantalón.
— Llegó a salvo a su destino, hermosa artista — alegó Marcus sonriente abriéndome la puerta para que bajará.
Salí de prisa empujándolo, camina rápido, traigo tacos, no puedo correr, maldita sea. En eso sentí que me abrazaron por detrás, me amarró una chamarra a la cintura.
— Cuídate, chaparrita — beso mi mejilla y el rubio regreso a su auto.
"Fin del Flashback"
Stiles
Me abracé a mismo al sentir una corriente de aire, el clima siempre es bipolar en San Myshuno. Esperaba junto a Daniel, afuera del estadio, a que llegarán los chicas, la única que no vendría sería Harumi porque tenía ensayo.
— Quien sea máteme — caminaba Mia con el peor ánimo, arrastrando los pies, se acercaba junto a Alba, quien estaba disgustada.
— Me quitaré la camiseta solo por ti, hoy cuando gane el partido — habló Marcus besando la cabeza de Alba antes de ir corriendo a alistarse.
— Hagamos suicidio colectivo— exclamó Alba.
— Hemos venido a apoyar a Marcus mostremos espíritu positivo — Daniel les sonrió con sus pompones en la mano.
— No quiero, apenas lo conozco, no sé qué hago aquí — respondió Alba indignada
— Te compraré un burrito si pones una sonrisa — propuso Daniel.
— Sí, bueno, ya que — respondió Alba sacando su vape de su bolsillo.
— ¿Y yo? — levantó Mia la mano.
— Te puedes besar al friki — respondió Daniel guiñándole el ojo.
¿Solo besar? Ella puede besarme lo que quiera, aunque con Mia solo cruzamos miradas. Las arrastramos hacia los asientos, estamos en la tercera fila, bastante cerca para ver todo.
— ¿Te comerás eso? — Alba preguntó viendo la mitad de mi burrito, no me dejo responder cuando ella se lo agarro. Cuantas veces va que me quita la comida.
— ¿Sabías Mia que el equipo contrario es de Italia? Amo ese país — mencionó Olivia señalando con su mirada al equipo.
— Fuck sí, amo el acento italiano, es tan sexy — mencionó Mia mirando a los chicos, uno de ellos volteó a verla, no me gusta como se siente verla hacer eso — Ahora sí es interesante el básquetbol.
Yo sé italiano, no sé porque me emocioné al recordarlo. Todas lecciones al fin servirán para algo.
— Stiles ¿tú chamarra es de algún equipo? Cómo Golden State o Boston Celtics — preguntó Olivia viendo mi ropa con atención.
Asentí — Es de Gryffindor.
A Mia se le escapó una risa — Además de juegos ficticios sacados de Harry Potter ¿te gusta otro deporte?
— Este, jugaba de adolescente, pero tuve que dejarlo.
— ¿Por qué?
— Yo era terrible jugando, enserio. Me gusta el básquetbol, pero yo no le agrado y si él básquet fuera persona posiblemente me mataría mientras duermo.
Todo el partido pasó sin contratiempos, excepto por Marcus que le lanzaba guiños a Alba y por Mia que terminó dormida sobre mi hombro, solo traía puesto un microtop sin mangas, no quería que tuviera frío, así coloque mi chaqueta sobre ella. Estaba igual de dormida que Olly.
Después de que Marcus metiera la última canasta, la gente empezó a festejar. Bueno, ya gano, a casita. Acaricié el rostro de Mia para despertarla.
— Andando — Alba la jalo del brazo, despertándola con un susto. Se estaban yendo cuando Marcus grito: "Chaparrita", Alba volteó a verlo, él se quitó la camiseta, siempre presumiendo, me hace reír y se la lanzo.
La camiseta sudada cayó sobre las manos de una Alba claramente molesta — Creo que lo odio.
Enserio les gustaba molestarse entre ellos, después de eso caminamos al estacionamiento a las afuera del estadio. Estaríamos a oscuras si no fuera por las luces empotradas en el suelo que iluminaban los lugares de estacionamiento.
— Traje mi auto ¿puedo llevarte a casa?
— Lo siento, friki, con Alba debemos ir arreglar algo.
— ¿Qué cosa? — se acercó Liv, pero Alba respondió rápidamente que una blusa — Bueno, entonces las veré en casa, bye chicos
Olivia camino hacia el auto de Olly, él iba detrás aún bostezando, no puedo creer que ella sí la deja conducir, cuando le pedí una vez prestado su auto dijo que él es único que lo maneja. Mia y Alba también se despidieron para irse.
— Mia — la detuve del brazo, ella me miró y solo dije lo primero que vino a mi mente cuando la vi por primera vez — Sei la ragazza piú bella che abbia mai visto
Eres la chica más hermosa que he visto en toda mi vida
— La tuya, eres un malhablado — me dio golpe en el hombro — ¿Qué fue eso?
— Italiano.
— ¿Qué? Enserio y ¿qué significa?
— Dijo que eres la chica más hermosa que he visto en toda mi vida — respondió un chico, vestido con traje deportivo, era de los italianos el equipo rival de Marcus — Y tiene mucha razón.
No me gusta como la está mirando, no me gusta para nada.
— Gracias usted también luce bastante bien — le respondió Mia sonriendo, por favor no lo hagas.
— Soy Angelo, te vi en las gradas y dije tengo que ir a hablarle — siguió hablando, yo solo quería que se fuera — ¿Te gusta el básquetbol?
— No, lo odio, solo vine para apoyar a un amigo.
— Entonces no tienes novio o.. — habló mirándome a mí.
Ahora sí me sentía terrible, odio esto.
— No tengo — respondió. Auch, sentí la punzada. El italiano naco, le dio su número, delante mío. Mia lo guardó con una sonrisa en el rostro.
— Ya... Dios santo, Mia, ya vámonos Mia — gritaba Alba jalando de su brazo.
Mia beso mi mejilla para despedirse, eso me relajo, para luego irse caminando al lado de Alba. Me quedé parado viendo cómo se alejaban, cuando sentí una mano sobre mi hombro.
— ¿Es Mia? ¿Cierto?
Mire confundido a Marcus que se puso a lado mío.
— Ella te gusta...
Nos quedamos en silencio viendo cómo ambas se iban a alejando. Mia miro hacia atrás para dedicarme una sonrisa, mientras Alba se dio la vuelta para sacarle la lengua a Marcus, él le respondió con un guiño.
— Eres mi mejor amigo y ella tu ex, no quiero que esto nos arruine, si estás incómodo o molesto...
— No me molesta, friki, por favor, terminamos hace siglos — sacudió mi cabello — Aunque estoy decepcionado pensé que cuando me pedías consejos para gustarle a una chica, pensé que querías conquistarme a mí.
Me pude evitar reír — ¿Cómo así?
— Es que decías que era hermosa, cabello claro, ojos claros, me describías a mí. Ahora estoy herido, bro.
— Eres un tarado — lo empuje jugando, nos empezamos a reír, no puedo creer el ego que tiene.
— Promete que tendrás cuidado con ella.
— Claro ¿por qué?
— Mia es magnífica, pero no siempre es linda con las personas.
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