"No soy el único" 12

Mia

Siguiendo mi curiosidad, conseguí una cita con el chico guapo bicolor, quería tontear un poco con él en la fiesta, pero cierto friki me distrajo. Pero, Daniel, es demasiado guapo como para dejarlo pasar, así que, quedamos en tener una charla amistosa que podría tener en algo más o es en lo que pensaba yo.

Lo esperaba parada afuera del restaurante acordado jugando en mi teléfono. Ignorando al hombre que me veía desde el otro lado de la calle, era un viejo, que se rascaba su cabello gris, sonriendo con sus dientes amarillos.

— ¿Andas sola? — se me acercó con su aliento apestoso ácido — Te llevo a donde quieras tengo el carro ahí al frente.

— Lárgate — hablé con impotencia.

— Anda, te gustará — se acercó a tratar de tocarme.

— Dije que no, maldito idiota — retrocedí para encararlo.

— Sé que quieres — su mano se acercó violentamente, haciendo retroceder hasta chocar contra la pared, cuando noté que se detuvo abruptamente.

— Déjala en paz — detuvo la mano del señor antes de que me tocará
— Vete de aquí, ahora — confrontó Daniel apretando con fuerza el brazo del tipo, el señor se libero del agarre del bicolor y se fue refunfuñando.

— Lamentó mucho el retraso ¿te hizo algo? — preguntó con ojos de cachorrito preocupado, tocó mi rostro revisando si todo estaba bien ¿como podía ser dulce y rudo? — Ven te invito un postre.

Acepté con una sonrisa. Entramos a la cafetería, me sorprendió ver que me abrió la puerta para que pasara yo primero. El lugar era vintage, apenas entre noté que olía a panqueques recién hechos, nos sentamos sobre una mesa solo para dos frente a la ventana.

Bebimos un par de malteadas, Daniel contaba experiencias divertidas para hacerme olvidar lo de hace un rato, era alguien bastante optimista. Contó que una vez el grupo de chicos comenzaron a escuchar cosas raras en el departamento y esa noche todos durmieron en la cama de Oliver, dicen que es el inspira más seguridad, el peso de los 4 fue tanto que la cama se terminó rompiendo.

— ¿Por qué abogado? — pregunté caminando en la acera a su lado, ya estábamos de camino a casa.

— Es una historia divertida, mi padre, era todo un personaje, un día llegó a la casa, echo mis maletas a la calle, para ayudarme a empacar más rápido, no quiso que me despidiera de mi hermana, supongo para que no ponga triste. Me dio un boleto de avión, también para vencer mis miedos a los aviones, cuando llegue a mi destino me enteré que me había inscrito a la universidad de derecho, fue genial.

— Eso....es una mierda.

— No lo es, ahora ayudo a las personas, además ahí conocí a Marcus, no estudiábamos lo mismo, él solo iba a ligar con chicas de mi salón ¿Tú que estudiaste?

— Oh yo no estudié, no había dinero para eso.

— Lamentó eso, al menos ahora te dedicas a lo que te gusta, probé tu comida, eres fantástica — iba a decirle gracias cuando — Espera ¿escuchas?

Nos detuvimos, un local estaban con su música de Juan Luis Guerra, La bilirrubina, Daniel se puso a bailar en medio de la calle — ¿Que haces? — pregunté riendo.

— También soy bailarín en mis ratos libres.

— ¿Cómo es que sigues soltero?— pregunté con interés, quería saber más sobre él. En especial si prefiere estar arriba o abajo durante el sexo, yo soy versátil.

— Es que aún estoy explorando mis gustos — mencionó sonriente, tal vez yo le gustaba, pero no quería decirlo. Extendió su mano ofreciendo su mano para que bailara con él, sin embargo, me negué y continuamos con el camino.

Regresamos a su departamento para seguir conversando allá, pero Daniel recibió una llamada del trabajo. Planeaba volver a mi casa cuando escuché un grito que provenía del cuarto del friki.

Stiles

— ¡Así se hace chingada madre! — exclamé festejando haber terminado el primer prototipo de mi proyecto.

Saltaba por toda mi habitación mismo conejo celebrando mi victoria, miraba al techo sin poder creerlo, tanto esfuerzo, era como hallar la respuesta a los problemas en física avanzanda, bailaba por todo el lugar cuando note que alguien me observaba.

— ¿Me puedo unir? — se acercó bailando así con su linda sonrisa que me quitaba el sueño — ¿Qué celebras?

— La creación del futuro. Te mostraré — sonreí tímido haciéndome a un lado para mostrarle mi avance — Es un brazalete — expliqué colocándoselo — Al presionar este botón se forma el guante — continúe presionando lo dicho y sucedió lo que dije, los nanorobots se juntaron cubriendo la mano de Mia formando el guante y yo seguía saltando de alegría por mi logró, pase tantas noches sin dormir, al menos valió la pena, en especial por haberla podido hecho sonreír.

Mia quedó boquiabierta
— ¿Enserio es real? Nunca pensé ver algo así, parece magia — mencionó con una sonrisa. Le quite el dispositivo guardándolo.

— Lo sé, lo sé — hablaba alterado — Parecía imposible, pero lo conseguí, fue gracias a ti por la idea. Gracias en serio. No puedo controlarme, solo pienso en..

— ¿En? — cuestionó riendo, mordí mis labios viendo de reojo los suyos.

— En...nada..

Mia arqueó las cejas incrédula
— ¿Pensabas en besarme? — sonrió coqueta acercándose, yo baje la mirada a punto de cambiar de tema cuando ella volvió a mirarme y a decir — Quiero que lo hagas.

Mi corazón se paralizó, estaba ahí tan cerca y yo...me acerqué sintiendo el cosquilleo, roce sus labios, no hubo vuelta atrás, solo había pensaba en eso, en poder sentir sus labios, un beso dulce que continuó apasionado desatando que perdiera toda tranquilidad, abracé su cintura acercando su cuerpo al mío, nunca me había sentido así con una chica, el sabor de sus labios, tan suaves, un calor abrazador recorrió cada parte de mi cuerpo, no puedo imaginar lo sonrojada que debe estar mi cara.

Mia se separó un poco para empezar a dejar besos por mi cuello, al sentir su cuerpo tan cerca al mío sentía escalofríos, sus besos causaba que perdiera toda razón.
Solo quería perderme en el momento cuando sentí como las manos de Mia descendía hacia mis pantalones desabrochandolos, quería que me tocara, era lo que más deseaba, ahí note que reaccionó la parte de mi cuerpo debajo de mi ombligo, mierda.

Me termine sentando en mi cama, Mia me empujó haciendo chocar mi espalda contra el colchón. Se sentó sobre mi pelvis antes de quitarse la camiseta, enserio es simplemente hermosa. No me dejé reaccionar, agarró mi rostro para seguir besándome con más intensidad.

Acariciaba su cintura con mis manos, siento como se erizaba ante mi contacto, sentía nuestras lenguas jugar entre ellas, se movía encima mío, aún con ropa, quería empezar esto es solo que...aún no estaba listo. En eso Mia soltó un gemido, se asustó cubriendo su boca, no lo hagas quiero volver a escucharlo.

— Fuck.... no podemos — se levantó antes de echarse a reír — No jodas si Dani nos escuchó, ya sé te espero abajo en tu auto, conozco.

— ¿Mia..? — pregunté tímido, sentía tanta vergüenza de cómo decirle que no estaba preparado para esto, no quería que simplemente fuera esto y después se terminara.

— Tengo anticonceptivos si eso es lo que preocupa.

— ¿Te interesó, Mia?

Mia

¿Qué mierda? y ¿ahora en qué me metí?, se supone que es solo diversión , nos acostaríamos y listo ahí terminaba el asunto, ¿él acaso no quiere eso ? Bueno es obvio que no, ya que me detuvo, ¿ahora? momento de huir.

Ósea es lindo y tenemos cosas en común, pero tampoco es para volvernos novios, que es lo él buscaba, lo conozco hace muy poco, además deje de buscar relaciones después de lo Evan. Se nota que tiene sentimientos muy bonitos, me recordaba a mí hace un par de años, no quiero ser yo los que lo arruine. Sé que es tener el corazón en mil pedazos.

— Será mejor que me vaya — me levanté acomodando mi ropa — Malinterprete esto.

— ¿Podríamos hablar después?

— Uhm..., es qué hay mucho trabajo, yo te llamó o te mando un mensaje — No lo voy a hacer, pero tampoco quiero que sienta mal. Genial, ya había llegado a la puerta.

— Adiós, galán — debo quitarme la manía de llamarlo así.

— Espera..

Me disponía a salir, sin embargo, sentí como unas manos me redondearon la cintura deteniéndome. Sentía un cosquilleo recorrer mi espalda. Mire sus manos que me sujetaban delicadamente y en una de ellas traía un anillo con el logo de Batman, me resultó divertido y tierno a la vez.

— Soy inexperto en el tema, lo siento, no quise arruinar el momento, enserio lo lamentó — se disculpaba, mierda, ahora me siento terrible.

— Está bien, friki..— lo corte, no quería me soltara, pero no quiero de nuevo a pasar por un romance.

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