"Me moría de ganas de hacerlo" 10
Mia
No podía creer lo que veía en mi teléfono. La pequeña pantalla iluminaba cegándome un poco, pero el mensaje de feliz cumpleaños de mi exnovio (Evan Williams) se podía leer con claridad. El estómago se me revolcó al recordar la última pelea que tuvimos, los gritos de un te amo y las suplicas que me dejara de lastimar.
Él siempre vuelve, no importa lo que haga.
— Ignóralo — dijo Alba viendo lo mismo que yo. Solo teníamos una cama en el cuarto, así que la compartíamos.
Suspire agobiada — ¿Qué le cuesta desaparecer?
— No lo sé, ese tipo no merece ni existir, pronto podrás olvidarlo — me abrazo Alba y tenía razón, es solo que...
Si fuera tan fácil olvidarme de Evan ya lo hubiera echo, resetearía mi cerebro, no sabes cuánto lo deseo. Que gran manera de empezar mi cumpleaños y todo por Evan, pero no, no responderé, yo necesito olvidarlo.
— Feliz cumpleaños, Mimi, feliz cumpleaños — entró cantando Liv junto a Harumi a mi cuarto con un pequeña torta entre sus manos — La torta es falsa así que no te la vayas a comer.
— Pero ve se deliciosa — mencioné tratando de pensar en lo positivo de hoy. Eran las 10 de la mañana, queda mucho de este día para disfrutar.
— Sonríe — me dio la torta antes de agarrar su cámara de polaroids que traía en el cuello y tomarme unas fotos — ¿Quieres abrir tus regalos? — ofreció Liv mirando a Haru que traía unas cuantas bolsas.
Recibí los regalos antes que Haru tuviera que irse corriendo a trabajar, pero me dio un gran abrazo antes de irse. Entre los regalos hubo que me llamo más la atención una caja de terciopelo con una "W" en dorado al medio.
Fue la primero que abrí
— Oh carajo. Está hermoso — levanté el collar que se estaba adentro. Alba quedó asombrada, pero Liv más porque dejó caer mi torta al suelo.
— No way. Que suerte, yo también lo quería ¿Quién te lo dió? — se acercó Liv revisando el collar. Revise en la tarjeta, De Stiles Wayne, Para la hermosa rompe ventanas, sonreí, no pensé que me regalaría algo.
— El friki — le respondí mirándola.
— Mia, te quedará súper lindo — miraba Liv encantaba el regalo — Los diamantes reales son un gran accesorio.
— ¿CÓMO QUE REALES? — abrí la caja de nuevo, no puede ser, no ¿por qué me daría algo tan valioso?
— Conozco bien esa joyería. La mayoría de mis joyas son de esa marca.
— Como siempre el rico humillando al pobre — mencionó Alba antes de volver a dormir — ¿Cómo compró eso? Acaso es...¿Narco?
— No puedo aceptar algo así — interrumpí.
Liv dijo que no era necesario devolverlo, después de todo era un regalo, pero yo no podía aceptar tanto, él gastó demasiado, siento la culpa en el estómago.
Cuando entre al cuarto vi a Marcus y Stiles durmiendo plácidamente. Planeaba dejar el valioso collar en su mesa de noche, aunque me tenté con lo que me dijo Alba antes de venir para acá. Si me lo quedo y lo vendo, pagarías mis deudas, podría comprar una casa. No, no, no, Mia, es lo correcto. Ojalá hacer lo correcto pagará mis deudas.
— Mia...— me espanté al escuchar al friki, se sobo los ojos mirando sonriente — Feliz cumpleaños.
— Te devuelvo tu regalo.
— ¿No te gusto? — se asustó levantándose de la cama — Yo pensé que las esmeraldas serían perfectas.
— ¿Por qué?
— Por el color de tus ojos, son verdes, hermosos y brillantes, como las esmeraldas. Aunque, siendo sincero, nada en el mundo es más hermoso que tú.
Él me sonrió mirando mis ojos, sentí el calor en mejillas.
— Es demasiado valioso, galán. Lo siento.
— Mia, ¿recuerdas que me dijiste el día que nos conocimos? — posiblemente dije alguna tontería, se acercó mirando mis manos — Los regalos no se devuelven.
Este caso es completamente diferente, esto vale mucho, es solo que, pero, ahh, grite para mis adentros, siento que no merezco algo así, pero tenía razón.
— Esta bien, si está bien, es hermoso — puse mis manos detrás de mi cuello tratando de abrochar el collar.
— Permíteme te ayudo — pasó sus manos por mi cuello. Estábamos cerca, muy cerca, él siempre olía tan bien, a esos perfumes que son leves y no ahogan. Me miró sonriendo, me temblaron las piernas, relájate. Baje mi mirada a sus labios, son carnosos y suaves.
— Ya dejen dormir — grito Marcus, lo habíamos despertado. Señal para irme, Stiles me beso la mejilla rápido antes de dejarme ir, le dije un último adiós y fui hacía mi casa, ojalá que venga a mi fiesta.
Stiles
Ya eran las 10 de noche, Olly compró el pastel favorita de Mia, de fresa y la puso sobre la mesa. Habían un montón de gente alrededor festejando a la cumpleañera, no sé, si era cosa mía, pero noté que ella me miraba. Entre todos los chicos me veía a mí.
Liv prendió las velas del número 25, entonces ella es mayor que yo por un año.
— Pide tu deseo.
Mia cerró los ojos, se había puesto un vestido corto de color morado ceñido al cuerpo, estaba preciosa. Sopló fuerte, todos aplaudieron y la fiesta empezó.
El alcohol lluvia, por todos lados, a la vez que yo hablaba con Daniel, Alba y Haru en una esquina, apartados del ajetreo (como buenos antisociales) decidimos jugar "uno de aquí" el resto bailaba con música de regueton antiguo. Buena época para la música.
— ¿Qué te parece ella? — preguntó Daniel, refiriéndose a una de tantas chicas que había en la fiesta — No deja de mirarte.
— No es mi tipo.
— ¿Cuál es tu tipo? — pellizcó Daniel mi costilla, solo para molestar. No supe que responder.
Pero, mi vista se fijó rápido en Mia bailando, meneándose de arriba y abajo, con una cerveza en su mano. Noto que la veía, me dedico una pequeña sonrisa.
— Tú eres mi tipo — respondí.
— Awww, ya lo sabía — Daniel me abrazo, empezamos a reírnos.
— ¿Gustan? — nos ofreció Harumi un par de cervezas, Daniel aceptó, yo me negué, no me gusta el sabor.
— Stiles ¿seguro? O ¿no bebes alcohol? — preguntó Haru extrañada tomando de su trago.
Negué con la cabeza.
— ¿Entonces que haces en las fiestas? — preguntó Alba.
— Comer — le mostré mis papitas, ella se rió para luego decir que le caía bien, también agarro mis papitas para comerlas. En vez de alcohol yo tenia jugo de cajita, sabor mango.
— Me toca, yo nunca le pagado las cuentas de Netflix y Spotify a mi novio — mencionó Alba, Haru tuvo que beber.
No la juzgó, yo también le pagaba muchas cosas a mi ex, aunque no es nuestra culpa cuando nos enamoramos el cerebro suelta dopamina, serotonina y norepinefrina, que nos hacen sentir bien pero también anula nuestro pensamiento lógico.
— Yo nunca he me besado con alguien de esta fiesta — mencionó Daniel, tuve que beber, Haru también lo hizo, Alba nos miró confundida.
— No entre nosotros — aclaró Haru — Yo nunca he follado con el primo de mi amiga.
Alba bebió, momento, Alba y Oliver ¿qué probabilidad hay en eso?
— Yo nunca he fumado hierba y haber quedado tan mal que pensé que hablaba con ardillas — habló Alba, Haru bebió, Daniel a medias.
— Yo nunca he tenido un sueño húmedo con alguien de la fiesta — sentenció Haru con mirada malvada.
Alba bebió riendo, yo igual bebí. Daniel pensó un momento, pero no bebió, Haru se tomó un shot de una. Qué bueno chismes entera en juegos así.
En eso Marcus nos invitó a bailar, el siempre era el alma de la fiesta. Se subió a la mesa junto a Daniel, ellos eran mejor dúo bailando. Marcus se quitaba la camiseta y no dejaba de mover sus caderas. Oliver y Olivia andaba desaparecidos. Baile un rato con Haru, ella era muy divertida. Hasta hubo piñata por su puesto, que Daniel y Marcus se pelearon por los premios. Hubo besos de 3, algunas cosas rotas, al menos tenemos muchas anécdotas para cuando seamos ancianos.
4:00 am
Estaba muerto o ya casi muerto, San Pedro prepara todo, que ya llegó. Toda mi energía social se acabó con este noche, entre al departamento casi arrastrándome. Me dejé caer sobre el sofá, quiero dormir para siempre, cuando escuche que abrieron la puerta, tarde, el sofá es mío.
— ¿Friki?— apareció Mia, me levante de inmediato, ella se sentó a lado mío — Te dejaron echo polvo, bueno tendré que
Empezó a hacerme cosquillas en el estómago por mi costillas, reviví echando risas, basta que me dará algo, no sé de dónde saque fuerzas para reírme.
— Está vivo — bromeó soltando una risa malvada, para luego liberarme y sentarse a lado mío.
— ¿Te divertiste? — le pregunté apoyando mi cabeza sobre la espalda del sillón.
— Siempre es divertido si estás tú — respondió estaba despeinada y con el maquillaje corrido, como la primera vez que nos conocimos. Estaba tan hermosa, con sus bonitos ojos verdes brillaban, como me encanta.
— Mientes — arrugue la nariz.
— No lo hago, nunca pensé conocer a alguien tan listo y divertido como tú. También me alegra que conocer al resto — me encanta oírla hablar, no sé si era el cansancio, pero solo tenía oídos para ella, su voz tan dulce, no podía evitar no ver sus labios — Somos 8 inadaptados, completos desastres.
Se mordió su labio inferior antes de sonreírme, como lograba emocionarme con esa pequeña acción. Quiero besarte, enserio quiero.
— Me encanta pasar tiempo contigo — coqueteó, jugando con su pelo. Quiero controlarme, pero no me estás ayudando.
— Si estás libre podemos ir a algún lado, nosotros dos — propuse mirando mis manos, debía mantenerme calmado. Es la ex de tu mejor amigo, pero mierda enserio quiero.
— Que sea pronto, el miércoles estoy libre.
— Pensaré en algo hasta entonces — respondí, ella seguía risueña.
— Deseo tanto a estar a solas contigo — susurro, soy chico bueno, quítate esas ideas de la mente, Stiles.
No podía dejar de verla, ella era increíble, así estuviera en una multitud podría reconocerla. Como deseaba que la locura se apoderará de mí para besarla, que desde el accidente no me los quitó de la cabeza, ya no quiero contraerme.
— No sabes cuánto me muero por besarte — me retracté de inmediato, no lo pensé lo dije...debe pensar que soy desvergonzado y...
— ¿Por qué no lo haces? — se acercó un poco más.
— Porque...necesito saber si eso quieres, por favor déjame besarte.
No respondió solo sujeto mi cuello para besarme. Hasta aquí quedó mi cordura, estaba loco, loco por ella. No podía aguantarlo, ella se acercó profundizando el beso primero dulce y suave para poco a poco subirle la intensidad, joder, que bien besaba. Sus labios sabían dulces y con ligero toque a menta. Nuestras lenguas empezaron a jugar, agitando mi corazón. Ella comenzó a acariciar mi cabello, sentía cosquilleo en mi estómago, se sentía jodidamente bien ¿Enserio esta pasando? ¿Estaba besando los lindos labios de esta chica ? Si es un sueño no quiero despertar.
No estaba acostumbrado a ese tipo de momentos, ahogué un jadeó cuando ella se sentó encima mío con una pierna a cada lado, sin dejar de besarme. Podía sentir su cuerpo tibió tan cerco al mío, sus manos buscaron la mías para luego colocarlas sobre sus suaves muslos para luego a mover su pelvis, primero iba despacio, moviéndose en círculos, quería provocarme. Ella lo conseguía con facilidad. Sujetó con rudeza mi nuca sin dejar de saborear mis labios.
Mierda, Mia, me enloqueces demasiado y me encanta.
Por falta de aire, tuvimos que romper el beso, tonto oxigeno. Mia, tenía la respiración agitada, por el silencio podía escuchar mi corazón que estaba a punto de salir de mi pecho. Sus ojos verdes estaban dilatados, no podía dejar de verla. Acarició mi rostro, sonrió con ternura y yo me sentía en el cielo, ahí caí en cuenta, me enamoré.
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