"Descongeló tu frío corazón" 14
Stiles
— Si ganó lavaras mi ropa por un mes — anuncié de forma creída, jugaba junto a Daniel en mi consola Mortal Kombat, las peleas más gráficas y sanguinarias. Era muy bueno en este videojuego, no es por echarme flores, pero ganar sería sencillo.
— Si yo ganó me dirás quién te dejo ese chupetón — contestó Daniel divertido, cubrí de inmediato mi cuello con mi mano avergonzado perdiendome el ritmo del juego causando escuchar el "Fatality"
Mierda, perder por distracción es de noob, es de principiantes para explicar mejor.
Soltó un grito de victoria carcajeando
— ¿Qué pasó, friki? Tú nunca pierdes, te trae loquito ¿quién es ella? — insisto haciéndome cosquillas.
— No existe ella, me pico un bicho — decía entre risas tratando de alejarlo.
— Mentiroso, gané dime — persistía cuando llamaron a la puerta. Deben ser las chicas, fui rápido por mi chamarra por si el frío.
— ¿Listos? — preguntó una chica, esa voz es familiar, seguro esa Mia.
Salí a verificar y sí, efectivamente era ella, tenía el cabello suelto y la ropa corta que usaba usualmente. También estaba Harumi que me saludo con un beso en la mejilla.
— Vámonos — dijo Daniel apoyando su codo en el marco de la puerta, lo que dio una apariencia algo coqueta.
Comparado a Daniel debo lucir como un niño, él era alto, fornido por naturaleza, sin mencionar sus ojos de diferente color que lo hacían lucir más guapo y único. Me apoyé también la puerta tratando de lucir al menos algo coqueto.
— El auto de Stiles y el mío solo son para dos pasajeros — mencionó Daniel — Mia con Stiles y Haru conmigo — propuso.
Yo obviamente estoy a favor.
— Claro que sí — aceptó Haru rápidamente, tal vez quiere pasar tiempo Daniel, en cambio Mia no parecía muy convencida de ir conmigo, no entiendo...
Fue extraño, Mia no quiso hablar durante todo el trayecto, sin importar cuantas veces yo intentará empezar la conversación. Lo único que mencionó es que no estaría mucho tiempo en el ensayo de Harumi, tenía que ir a trabajar. De todas formas, yo también tenía que irme temprano, mi hermano quería que estuviera en su gala.
Solo pudimos ver el ensayo general, antes de que la profesora de Haru nos corriera, dijo que la distraíamos mucho. Solo queríamos apoyarlas, es importante para ella, pero bueno. Nos quedamos afuera sentados en los sofás de la recepción, bueno solo Mia y yo, Daniel fue a pagar el estacionamiento.
— Gracias por contribuir a no quedarme anémica — agradeció Mia recibiendo una muffin que le había comprado. Noté que se les quedó viendo cuando pasamos por la cafetería. Yo también me compre uno, así que comíamos en silencio, lo cual es lo más incómodo de la vida, no me ignores, que me agüitó.
Después de segundos de tortura de solo oír masquidos. Llegó Alba junto a Marcus. Ella discutiendo con él, pero Marcus como siempre no se tomaba nada enserio.
— ¿Vinieron juntos? — preguntó Mia mirándolos de forma pícara.
— Es mi nuevo chofer — contó Alba mirando mi muffin — ¿Me lo das? — preguntó, yo accedí.
— Me puedes llamar de otra forma — sonrió Marcus coqueto.
— ¿Cómo? ¿Rubio? — se burló Alba mordiendo el postre.
— Amor de mi vida, cuchurrumi, hay tantos apodos — dijo Marcus acercándose su rostro al de Alba, ella se sonrojó, aunque claro prefiere morir antes que admitirlo.
— Eso jamás, ridículo ¿Y Haru? — Alba se alejó de él rápidamente, como huyendo, es tan divertido verlos.
— Nos echaron, saldrá en unos minutos. De echo ahí está — señalo Mia, Haru corría descalza hacia nosotros.
— Los amo a todos, gracias por venir, para el verdadero, Alba debes llegar temprano.
— Fue culpa de Marcus, se demoró laciando su pelo — confirmó Alba, señalando con sus ojos al rubio, que le respondió lanzándole un beso.
— Valió la pena, estoy fenomenal — sacudió su pelo, Marcus.
— Ya pague el parking, ay Haru ¿estas bien? —Daniel mencionó mirando hacia los pies de Haru, no me había percatado, estaban con vendas y heridas — Te cargaré hasta el auto.
— Pero ¿qué dices? — Haru empezó a reírse — Es normal, no te asustes ¿Entonces como lo hice?
Empezamos a felicitarla, lo poco que vi, enserio era talentosa, aunque también mencionó que lo dejaría, era mucho estrés, como yo en estos momentos, al no saber el porque Mia estaba distante.
Olivia
— Llevas las muestras a que las examinen y que ni se te ocurra confundirlas porque un error así puede causar que te saquen el programa — le ordené autoritaria a mi interno antes de continuar revisando papeles — ¿Sigues aquí? ¡Corre!
— ¿Todo en orden? — se acercó Oliver intrigado.
— Sí, trabajo e internos que no saben ni sacar una muestra de sangre. En mi internado yo era la mejor, ellos parece que ni ganas le echan — suspiré exhausta — ¿No tienes trabajo?
— No tengo cirugías hasta las 5, así que, me quedaré aquí ha esperar que me digas que te molesta.
Suspire — No es molestia, es preocupación, Harumi se enamoró de uno de tus amigos y tengo miedo de que vuelva a salir lastimada.
— ¿Quién de ellos?
— No te diré, son tus amigos, les puedes contar.
— Primero, Daniel es mi amigo, Marcus solo me agrada y Stiles es el bebé del grupo, no soy su amigo.
— I will say nothing. La última vez que se ilusionó con alguien le causó mucho daño y ni hablemos del que parecía ser el amor de su vida, que la engaño con Mia, ahora ellas dos llevan mejor, pero en su momento Harumi quedó destruida.
— ¿Mia se metió con su novio?
— No, bueno Mia no sabía que era novio de Haru, fue una situación complicada — suspire agobiada, él me abrazo para reconfortarme.
— No son todos mis amigos, pero son buenos chicos, no serían capaz de lastimarla.
— Confiare en tu palabra — respondí algo desconfiada.
— Hazlo, siempre tengo razón — habló egocéntrico.
— Y luego dices que no eres egocéntrico.
— No lo soy, solo soy perfecto.
— Perfecto para mí — le susurré antes de besarle la mejilla — ¿Estas libre más tarde, quiero ensayar mi propuesta para lo de jefe?
Olly pensó unos minutos — Haré un tiempo, te invito a cenar al lugar vegano del que siempre hablas.
— Ya te creí, tú odias el sabor de esas cosas.
— Lo sé, pero a ti te encantan — me miró con dulzura — Y a mi me encantas tú, tendré que sacrificarme — Olly beso mi frente — Te espero a la salida — sonrió levemente.
Me llenaba de alegría cuando a mi novio se le escapaba una pequeña risa o algo ya que muy pocos pueden verlo sonreír.
Olly se fue para terminar con su trabajo y yo estaba sumergida en sus pensamientos cuando llegó un mensaje.
Marcus:
Hi hermosa, ¿quieres desayunar conmigo mañana? 😉
Oculte un poco la pantalla de mi teléfono, habían sido varios días que llevaba platicando con Marcus. Hasta tengo la duda de cómo consiguió mi número, tal vez se lo dio Mia, era todo un coqueto y yo pensé que no tiene nada de malo tener un nuevo amigo.
Olivia:
El sábado estaría mejor para mí 😄
Marcus:
Puedo pasar por ti cuando termines tu trabajo 😘
Olivia:
No lo necesito, tengo mi propio auto 😉
Mia
Verificaba las ollas probando un poco para ver cómo iban de cocción. Le puse un poco de orégano a una de las ollas antes de comenzar a servir. Trabajar de chef en un restaurante tan concurrido como este, sí que era exigente.
Termine agotada tomando asiento en las escaleras por la zona de descanso de empelados, me quite la redecilla que odiaba y me dispuse a ver mis mensajes.
Pasando mi dedo por la pantalla me llegó un mensaje de Harumi, un gif de agradecimiento por tener que acompañarla al festival.
El mundo estaba en mi contra, yo no busco ninguna relación debo alejarme del friki para no interponerme entre él y Harumi. Tendré que hablar con Stiles y dejar las cosas en claro.
— El jefe te está llamando — me aviso una compañera de trabajo.
Carajo...
Subí a su oficina, no creo que sea algo malo, las noticias malas viajan rápido. Abrí la puerta, ahí estaba ese anciano, delgado, peliteñido, fumando.
— Mia, ando súper estresado. Ven a masajear mis hombros, me tienes muy descuidado — hizo puchero señalando sus hombros, si quiero conservar trabajo, debo obedecer, me acerqué no muy contenta a hacerlo, olía a viejo, que asco — Te extraño, Mia.
Pero yo no — He estado ocupada, estaré más pendiente de usted.
— Eso no me basta, tal vez necesitas un poco de motivación — dijo rascando su barba — Te daré un bono.
¿Qué? ¿enserio? Me vendría genial, ahora los bancos me comen viva. No importa que sea poco.
— Enserio se lo agradezco, jefe, yo estaré pendiente, se lo prome..
— Claro que lo estarás, hoy a las 10 en hotel Wayne, te esperaré en la recepción — declaró, mierda, no de nuevo — Más te vale ir.
Pensándolo bien, como que ya no quiero ese dinero ¿a quién engaño? sí que lo necesito
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