"Conveniente a morir" 2

Mia

Bueno, no, no todos los hombres eran horribles. Las excepciones eran Harry Styles y...

Oliver, mi chico favorito. Sujetaba su brazo, bastante fuerte por el ejercicio que hacía, mientras caminaba hacia las afueras de la sala de cine, todo el lugar olía a palomitas de maíz y soda. Él ama las películas de misterios y detectives, decía que era porque él siempre hallaba al asesino antes que la película lo dijera.

Sí, tiene un ego más grande que su cuerpo y eso que me lleva como 3 cabezas de alto.

— Estaba más que claro, te lo dije. Fue el mismo detective el asesino, fueron demasiado evidentes — alardeaba con aires altaneros mientras con una mano se peinaba su lindo cabello castaño, del mismo color del mío.

— Lo sé, Olly (su apodo) eres muy inteligente, bla bla, vamos a comer, estoy flametica

— Se dice famélica ¿Qué quieres comer?

Después de insistir, logre hacer que acepte comer pizza de la calle. Él odia los lugares así, pero para mí es lo mejor, siempre encuentro la mejor comida y a precios cómodos.

Compramos la deliciosa cena y luego nos sentamos en la orilla de la vereda, frente a la autopista. Olly se sentó a mi lado con incomodidad visible. Enserio detestaba tener que arrugar sus pantalones de vestir o manchar su camisa, pero siempre es bueno vivir experiencias de todo tipo.

— Entonces ahora vives en calle.

— No, aún no. Olivia me adoptó por un tiempo.

Olly busco algo rápido en su teléfono antes de hablar — El departamento de lado de donde vivo se desocupó hace poco, puedes mudarte ahí, el precio es cómodo y es buen lugar. Yo pagaré..

— No.. — respondí

— Yo pagaré el enganche

— Que no Olly...

— Déjame acabar, pesada, pagaré el enganche y los 3 primeros meses

— No enserio, ya te debo mucho dinero, trato de ser más responsable desde el incidente de la ventana.

— No debiste llegar ebria.

— Tú no debiste decir que no quería saber nada más de mí cuando discutimos. Tus palabras duelen. Estaba triste, tome de más, fui a disculparme y una ventana murió. Ósea que es tu culpa.

— Mia — sujeto mi mano con delicadeza — yo jamás te abandonaría — a él es el único que le creo la frase, porque hasta ahora la ha cumplido.

— Quiero solucionarlo por mi cuenta y lo haré lo prometo — hablé mordiendo un pedazo de mi comida, en eso empezó a sonar mi teléfono, revisé y era Alba — Hola guapa.

— Necesito de tu ayuda, ven a casa de Liv, pero ya, no camines, vuela — exigió de manera intensa ¿ahora que mierda pasó?

Bese la mejilla de Olly para salir corriendo en rescate de mi mejor amiga. Estacione mi motocicleta en el gran jardín delantero con una fuente al centro y con arbustos perfectamente cortados, el apellido Molina, sí que sabe decorar una casa.

Apenas atravesé esas puertas de 3 metros de altos, las vi entre mantas y almohadas en su lujosa sala, con adornos costosos y piso de mármol. Había pizza vegetariana y mucha cerveza, sí que vine en buen momento.

— Voy a llamarlo — sollozaba Harumi intentando alcanzar su teléfono que yacía en el suelo, pero Alba la detenía con gran firmeza — Yo, necesito, quiero hablar con él

Levanté su teléfono para apagarlo de inmediato antes de que cometa el peor error para una mujer,  humillarse por un hombre. Lo guardé en mi bolsillo mientras Haru seguía llorando.

— Si me quieren déjenme buscarlo, por favor... me duele.

— Haru, escucha — Liv agarro sus mejillas — Sí de verdad él te amará, no te lastimaría. Si de verdad te amara no estarías así. Ya aparecerá tu verdadero amor, enserio, ya vendrá el verdadero.

Desde pequeñas nos meten ese chip en la cabeza del chico perfecto, que algún aparecerá mágicamente. Cuando creces, te chocas con la realidad, ese amor de tu vida no existe, no hay, es puro cuento para vender.

— A la mierda los hombres — respondí dejándome caer sobre del sillón.

— Amén — alzó la voz Alba, dejando libre Haru que no desaprovechó ni un segundo para ir por su teléfono.

— Ni lo intentes, nenita — respondí con firmeza, ante mi frialdad, Haru se dejó caer rendida de rodillas al suelo.

— Ya aparecerá, ese lindo chico, que tanto esperas — decía Liv mientras ayudaba a levantarse.

— Liv, los chicos así no existen. Solo los muestran en libros o películas para crearnos falsas expectativas — respondió Alba dejando salir humo de su boca.

— ¿Estás fumando? — le cuestionó Liv indignada.

— Eh nop, es vapear — Alba le mostró su cigarrillo electrónico, Liv la miró con mala cara — No me culpes, estoy bajo mucho estrés. Problemas en el trabajo — concluyó pegada a su teléfono.

— ¿Tú te quejas? — repliqué — Yo estoy en la calle, lo único barato que encuentro es las afueras de la ciudad.

— ¿Tan lejos? Pero es la zona más peligrosa de la ciudad — mencionó Haru abrazando su león de peluche.

— Vamos chicas, habrá algo que hacer ¿quién quiere vino? — mencionó Liv sacando su tarot, Harumi fue la primera voluntaria. Yo solo tomé un gran trago de cerveza.

— Necesito un milagro — suspiré prendiendo mi teléfono.

— ¿Por qué no una rommie? Pagas menos y tienes compañía — decía Liv mientras servía el vino en copas.

— Si lo pensé. El departamento de lado de donde vive mi primo, Oliver,  está libre pero debe costar más que mi vida.

— Pásame la dirección, lo buscaré en línea — pidió Alba agarrando rápido su laptop — A lo mejor si logras pagarlo.

— Yo no conozco a Oliver ¿cómo es? — preguntó Haru nerviosa.

— Mide 1.90, con músculos, con los mismos sentimientos que una roca y es médico cirujano — respondí guiñándole  — Es buena onda, trabaja en el mismo hospital que Liv.

— Mierda, mejor roba un banco, la renta es súper alta — Alba refunfuño frente a la pantalla de la laptop, porque vivir era tan caro, yo ni siquiera pedí nacer y ahora tengo que cargar con las responsabilidades, es injusto.

— Yo iba a comprar una departamento para vivir junto a él— Haru empezaba a lagrimear.

Bueno, yo no era la única que la pasaba terrible, Haru la estaba pasando peor.

Abrace despacio a Haru, acariciando su mejilla. Ningún tipo merece sus lágrimas
— Se arreglará, bueno lo mío no sé — reí un poco — Sé que vendrás cosas buenas para ti Haru, porque mereces el mundo Haru.

Alba sujeto su mano, diciéndole que todo estaría bien, ojalá que sí. Haru se recostó en mi hombro, pasan tantas cosas en tan poco tiempo.

— ¿Qué hacen aquí? — apareció la bruja, bueno, mejor conocida como la mamá de Liv — Olivia, ven a hablar conmigo, ahora.

Liv fue hacia ella sin dudarlo, siempre es obediente cuando se trata de su madre. Para ser honesta, su madre si parecía una arpía.  Nos odiaba a todas, más a mí, seguro le está diciendo que nos corra. En fin, empezamos a hacer cálculos, siendo las peores en matemáticas, para ver si podíamos rentar el departamento.

— ¿Por qué no me haces caso? — insistí mostrando mi papel con las sumas y gastos.

— Porque estás más pendeja que yo — siguió poniendo números en la computadora — Te faltaría, como mil dólares más mensuales — suspiro Alba a punto de rendirse, al igual que yo, supongo que solo queda conseguir otro idiota que me ofrezca vivir con él.

— Quédate con nosotras — propuso inocente Harumi.

La idea era tentadora no lo negaré, pero en el depa de Alba y Haru, ya no entra ni una mosca.

— ¿Aceptas a alguien más en el depa? — volvió Liv con una tremenda cara indignación. Definitivamente, había peleado con su madre, de nuevo.

— ¡Sí! — respondí de inmediato antes de que se arrepienta.

— Yo pondré esos mil — respondió Liv con gran seguridad.

— ¿Qué? ¿Enserio? — me levante de la emoción.

— Es hora de irme de casa de mi madre — Liv nos dió esa luz de esperanza, pero ¿qué pasó? ¿Por qué cambio de actitud? Prefiero no cuestionarme y vivir el momento.

— Te cocinaré todos los días lo prometo, tú no moverás ni un solo dedo en la cocina — prometí con alegría:

— Nunca hemos vivido juntas — mencionó Liv con temor en su voz.

— ¿Qué puede pasar? — concluí con una sonrisa encantadora. Solo somos dos, si nos mudáramos las 4, sí sería desastre.

Todo parecía arreglarse, era diciembre los milagros de navidad si existen, dentro de dos semanas, estaré viviendo al fin sin miedo a que me boten a la calle.








Un poquito bastante conveniente lo confieso 🤣es que no quería hacerla larga. De una vez que empiece el drama que lo necesito pa vivir.

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