Reglas.
Kagami acababa de entrar a la mansión de los Agreste, acompañada de su madre, bien se sabía que Gabriel tenía buena relación con su familia y por lo mismo, las puertas para los Tsrugi siempre estarían abiertas de par en par, cosa que a Marinette no le agradaba para nada, la peliazul espiaba la mansión desde afuera, gruñendo al ver como Adrien saludaba con un beso en la mejilla a su rival.
—¿Y tú qué haces aquí, panadera?
Preguntó una voz femenina, cosa que asustó a la nombrada, haciendo que cayera hacia atrás. Chloé se acercó a ella, mirándola tirada en el suelo, la de dos coletas sonrió tímidamente, más por vergüenza que por otra cosa, la rubia rodó los ojos pero terminó por sonreírle de vuelta.
—Levantate, te ves ridícula.
Una risita nerviosa apareció entre los labios de la contraria, antes de recordar lo que había pasado antes entre ellas dos y cruzarse de brazos.
—¿Tú qué estás haciendo aquí?
—Verás panadera, soy un alma bondadosa y sé que sin mi ayuda jamás lograrás cumplir tu plan, así que te ofrezco mi ayu-ay...ayuda de nuevo.
Le resultaba difícil decir aquella palabra, así que tenía sentido que hubiera tartamudeando un poco. Marinette la miró con los ojos entrecerrados durante unos segundos, antes de extender su mano hacia Chloé.
—Pero antes debemos poner algunas reglas.
...
La rubia estaba sentada en aquella cama rosada, mientras la peliazul se encontraba dando vueltas en su habitación mientras señalaba algunos puntos sobre un pizarrón que tenía en medio de su recámara.
—Antes que nada, nada de llamarme panadera.
Señaló, frunciendo el ceño.
—Pero es con cariño— canturreó la otra, poniendo un puchero entre sus labios, haciendo que la expresión de Marinette se suavizará— claro, con cariño que no te tengo, ew.
Se corrigió, antes de quedar mal, fingiendo tener náuseas.
—Como sea, la otra regla es que al final si logramos que Adrien se separe de Kagami, ni tú ni yo pelearemos por ver quién se queda con él, será decisión suya.
—Entonces deberías ir aceptando que se quedará conmigo, es obvio.
Sonrió confiadamente, haciendo que Marinette volteara los ojos.
—Si tú lo dices. La siguiente es que lo nuestro es un secreto, quiero decir, el que estemos trabajando juntas.
—Eso era obvio, qué pena si alguien se entera que tú y yo estamos en una tregua temporal.
—Por eso mismo lo estoy diciendo, teñida.
—¡No soy una teñida! ¡Soy rubia natural!
—¿Y esas raíces?
Chloé puso cara de susto, antes de correr al espejo más cercano para analizar su cabello mientras la bromista reía por su mentira.
—¡Eres una mentirosa! Ya ni Lila ha caído tan bajo.
Expresó con poco enojo, no había sido para tanto.
—Espera, Lila también quiere a Adrien, ella tal vez esté dispuesta a ayudarnos, ¿y si...?
Cuestionó Marinette.
—No, ni de chiste.
Respondieron ambas al unísono, compartieron un par de miradas durante unos instantes tras darse cuenta de eso que pasó, para después desviarlas rápidamente.
—Volviendo al tema, solo queda una última regla; después de que esto termine, tú y yo no volveremos a tratarnos más de lo que normalmente lo hacemos.
La de amarillo asintió un par de veces.
—Solo los planes que nos quedan pendientes y esto se acaba...panaderita.
Tras escuchar ese último apodo, la expresión en la cara de la de coletas se volvió en una graciosa mueca.
—¿Qué? Dijiste que no te llamara panadera, pero nunca dijiste nada acerca de panaderita.
No podía objetar en contra de eso.
...
Las clases transcurrían con normalidad, Marinette se había pasado todas las horas trazando en su cuaderno diversos planes para después arrancar la hoja y hacerla bolita, Alya miraba curiosa, pero su compañera nunca dejaba ver el contenido que estás tenían.
—Vamos amiga, ¿ya me dejarás ver qué tanto diseñas?
—No estoy diseñando Alya, solo...estoy tomando apuntes.
La morena alzó una ceja.
—¿Te he dicho que eres una pésima mentirosa?
—¿Y yo te he dicho que tienes toda el alma de reportera?
—Para eso he nacido.
Ambas rieron, mientras una de las bolitas de papel caía de la mesa, llegando a dar hasta el costado del asiento de Adrien, el ojiverde no dudó mucho y abrió la hoja, siendo vencido por su propia curiosidad, no entendió mucho lo que vio, solo veía un dibujo simple de Marinette y de otra chica que usaba una coleta y lentes, no tenía idea de quién podía ser (alguien golpeelo por ciego) este par de chicas tenían un camino trazado por rayitas hasta un chico, el cuál Adrien tampoco sabía quién era, este último estaba acompañado por una joven de cabello corto.
“Marinette, mi buena amiga siempre será un misterio” pensó él.
—Toma Marinette, se te cayó esto.
Ella se sobresaltó al ver la hoja que era, moría de vergüenza si él la había visto, o peor...
—¿La viste?
Preguntó sin querer bien saber si respuesta, Adrien se quedó unos segundos pensando, hasta que cayó en cuenta con todo.
—Sí, perdón por eso...— rascó su nuca nervioso— ¡Pero es un dibujo muy bonito de Chloé y tú!
El salón completo quedó en silencio al escuchar eso último, mientras las mejillas de la afectada ardían por la vergüenza, su rostro estaba rojo. Las miradas de todos estaban sobre ella.
—Me debes una...
Murmuró Chloé, palmeando su propia frente antes de levantarse de su asiento.
—Tú, ven acá.
Ordenó a Marinette, para poder salir del salón y desviar la atención de todos los que no entendían y morían de ganas por comprender la escena, la de ojos celestes dudó, pero se levantó para dirigirse junto a la rubia fuera del salón.
—¿Por qué hemos salido, Chloé? Todo será peor, comenzarán a crear rumores.
—Poco me importa, agradece que te salvé de ese momento demasiado incómodo, dentro de poco vendrá la maestra, así que estarán ocupados. No me lo agradezcas.
La contraria bajó la mirada, soltando un suspiro.
—Nunca creí decir esto pero, gracias Chloé.
Por alguna razón, eso puso un poco nerviosa a la rubia, sacudió la cabeza.
—No tiene importancia, ahora ¿me contarás sobre los planes que dibujabas?
HOLAAAA, vengo con inspiración para esta historia, ¿tienen ganas de otro capítulo está misma noche?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top