4.- Tormenta oculta.
Jungkook.
- Jungkook, cielo, debes comer algo, anoche no cenaste. — Dijo la mamá de Tae ofreciéndome una variedad de cosas para el desayuno.
- Si, se ve delicioso, gracias señora Kim.
- No es nada cariño, dime mamá.
- Si... si, gracias ma... mamá. — Sentí un nudo en la garganta y unas ganas enormes de tirar todo de la mesa, pero respire intentando calmarme, ya había pasado un mes desde la muerte de mi madre, mi papá no había vuelto a aparecer, me encontraba viviendo con Tae y su familia, después de todo este tiempo había faltado a la escuela, según Tae, todo seguía igual, Hoseok y el se seguían odiando y cada vez que se encontraban en el pasillo se empujaban y seguían su camino.
- ¿Listo para aburrirse?. — Pregunto Tae sentándose en la mesa y echándose a la boca un pedazo de queque.
- Te vas a atragantar tragón. — Rei, pero el nudo seguía ahí.
- Mmm no mm lo creo, está delicioso, pruébalo.
- No creo que... .— Antes que terminara la frase me metio un pedazo enorme a la boca.
- Pareces una ardilla. — Rió él golpeando la mesa.
- tejfighd.
- Traga y después hablas. — Comento sin dejar de reir.
- Si lo vuelves a hacer, lo escupiré en tu cara.
- Si lo haces te lanzare uvas.
- Pues si haces eso... probablemente me las coma, es más podría atraparlas con la boca.
- Claro que podrías, todo lo puedes hacer.
Al llegar a la escuela unos pocos me saludaron y me palmearon la espalda, sonreí tímidamente, últimamente sonreía demasiado para no llorar, nos tocaba música y a pesar de que amaba esa asignatura la mayoría del tiempo estuve ausente, solo miraba la pared, mi cuaderno estaba vacío, antes garabateaba cualquier cosa, frases, nombres, dibujaba lo primero que se me venía a la mente, pero esta vez era diferente, sabía que algo se había roto en mi, algo iba en una vuelta sin mirar atrás, pero por más que quería expresarlo, simplemente no podía.
- ¿Jeon?. — Preguntó el profesor y la clase se quedó en silencio, aún así no era consciente de la situación. — ¡Jeon!. — Alzó la voz.
- ¿Si profesor?. — Respondí mirándolo fijamente.
- ¿Podrías decir qué fue lo último que dije?.
- Lo siento... no escuche, estaba reflexionando en lo que había dicho al comienzo de la clase. — Menti, nunca había mentido.
- ¿Así?.
- Si, es increíble como unas palabras motivadoras de un maestro pueden generar cambios, abrir mentes, hacer ver lo que no se vio antes.
- Ya veo... bien, pero concéntrate, esto es importante.
- Si profesor. — Tome el lápiz y simule tomar apuntes.
- Eres el mejor. — Me susurro Tae y yo solamente sonreí.
El resto del día me la pase ausente, tomando pocos apuntes, no podía borrar la imagen de aquel dia, no sabia cual era peor, si esa o la del velorio, ver como cerraban el ataúd y me quedaba solo, con flores en la mano y mil cosas que decir en la mente.
- ¿Vamos por un helado?. — Pregunto Tae tomando mi mano.
- No tengo hambre...
- Vamos, tu amas comer, además un helado no le hace mal a nadie.
- Es que no quiero Tae...
- Es que no quiero Tae, mejor llévame a una guardería a comer papilla.
Ambos nos dimos vuelta, mi estómago se encogió y tomé con más fuerza la mano de Tae, allí estaban los tres chicos que habían sido expulsados el año pasado por bullying y casi matarme a golpes.
- ¿Tanto nos quieren que tenían que volver a vernos?. — Pregunto Tae sonriendo.
- Oh, claro, es que amamos la guardería, vamos, dejanos jugar con Jungkookie. — Dijo el más grande de todos.
- ¿Quieren que llame a la policía?.
- Llamalos, para cuando lleguen estarán muertos.
- Tae... . —Susurre muerto de miedo.
- Tranquilo bebé, si atacan tu corre, yo los detengo y no quiero oír algún "pero".
Comenzaron a acercarse y Tae me soltó, era la señal de que debía correr, uno de ellos lo empujó y él le lanzó un golpe, pero los otros dos lo empujaron al suelo y tomándolo de los brazos lo expusieron al líder, quien le dio una patada, se que debía correr, pero de pronto mi miedo y tristeza se transformó en ira, una ira que no podía controlar, por ende me lance frente a ellos y comence a golpearlos.
- ¡Jungkookie!. — Grito Tae acercándose a mi , pero estaba tan enojado que lo aparte.
- ¡Eres hombre muerto, basura!. — Grito uno sacando un cuchillo, me paralice, los recuerdos de mi madre comenzaron a apoderarse de mi mente.
- Dejenlo en paz ahora.
Todos miramos para el lado, era Jimin y se veía tranquilo.
- ¿Qué dices muñeco?. — Dijo uno.
- Cállate idiota. — Le señalo el líder. — Joven Park, no vas a defenderlo a él, ¿Cierto?.
- He dicho que lo dejen en paz, ¿No oyeron?. — Dijo él acercándose lentamente.
- Pero...
- ¡Ahora!. — Grito Jimin.
- Está bien.
- Hey, Soobin, una cosa más, si lo vuelves a molestar, te ira muy mal, ¿Oíste?.
- Si... vamos muchachos.
Me quedé asombrado, ¿Cómo pudo detenerlos?, ¿De donde lo conocían?.
- Gracias. — Dije suspirando.
- No es nada. — Sin embargo no sonrió.
- Tae... ¿No deberías decir algo?.
- ¿Mmm?... ah si, gracias.
- De nada. — Le respondió sonriéndole, ¿Por qué a el si?.
- Bueno, nos vemos.
- Espera. — Pero Jimin no miró hacia atrás.
- Bueno, vamos por ese helado, ¿O no?. — Pregunto Tae sonriendo y apretando mis cachetes.
- ¿No te parece raro?, el sabe siempre dónde estoy.
- Seguro tiene algo de acosador, aunque no te negaré que estoy celoso.
- ¿Viste como lo miraban?, era una especie de miedo.
- Jungkook, ¿Acaso importa?, no debes pensar en problemas que no son tuyos, ya has pasado por mucho.
Tenía muchas ganas de gritarle que se callara, que estaba cansado de que me dijeran eso, pero no me atrevía a decirlo, así que suspirando acepte ir por el helado. Al llegar a la heladería vimos a Namjoon y Jin, estaban riendo, verlos tan felices me provocó cierta envidia.
- ¿De qué se ríen los enamorados?. — Pregunto Tae empujando a Jin para sentarse.
- Al menos pide permiso, ¿No?. — Se quejó Jin sin dejar de reir.
- Oh ya se que paso, la copa de helado de Nam está rota, el dios de la destrucción lo hizo de nuevo. — Reí.
- Es que las hacen muy frágiles y las llenan demasiado. — Se excuso enojado mientras rascaba su cabeza.
- Si, claro, debes ser el único que las quiebra en todo el mundo.
- ¿Qué hay de los niños pequeños? — Contraargumento Nam.
- Eso... jaja, eso... .— Me quede mudo al ver pasar por fuera a Jimin, iba con el chico que más me había hecho daño. Se que es malo espiar a la gente, pero la curiosidad me ganaba. — Chicos, debo ir a comprar algo para mañana, iré al supermercado de al lado, ya vengo.
- ¿Quieres que te acompañemos?. — Pregunto Tae poniéndose de pie.
- No, puedo ir solo.
- Pero...
- Tae, dejalo, no es gran cosa ir al supermercado, además, si pasa algo nos puede llamar. — Opino Jin.
- Vale, pero no demores bebé, ¿Ok?.
- Prometido, guárdame algo de helado de banana.
Salí de la heladería rápidamente, pude ver como se metían en un callejón, así que lentamente fui acercándome, para evitar ser visto me escondí detrás de un contenedor de basura.
- ¿Me vas a decir por qué estabas molestando a Jungkook?.
- ¿Acaso te importa ese bebé llorón?.
Jimin le pegó una bofetada.
- Vuelves a decirle así y dejo de ayudarte.
- Vamos Park, si tu lo odias más que nadie.
¿Odiarme?, odiarme por qué, nunca antes lo había visto en mi vida. ¿Qué pude haber hecho?.
- Es cierto que lo odio, pero algo raro está pasando, él no es como nos lo describió quien tu sabes.
- Quizá usa eso para engañar a todos.
- Vamos, tú estuviste en su escuela el año pasado, ¿Nunca intentó matarte?.
- Al contrario, se la pasaba llorando.
- ¿Y eso no te dice nada?.
- Mmm, ¿No?.
- Vamos, piensa, tu casi lo matas y el nunca te busco ni te hizo daño, al principio yo pensé que me estabas mintiendo, pero he estado siguiendolo, su padre asesinó a su madre y luego quiso asesinarlo a él, el Jungkook del que tanto nos habló nuestro padre, no existe.
- Entonces... si Jungkook no es el verdadero Jungkook, ¿Quién fue el que violó a su hermanito?.
- Es fácil, el otro que aparecía en la foto.
- No recuerdo su nombre, pero sé quién es, el noviecito de Jungkook, ¿No?.
- Exacto, Kim Taehyung.
¿Qué?, ¿Qué acababa de oír?, Tae, ¿Un violador?, no puede ser, eso nunca sucedió, debo ir a advertirle. Intente salir del callejón de forma silenciosa y retrocediendo, cuando choque con alguien.
-¿Qué haces aquí?. — Me gire asustado y vi a Yoongi.
- Na...nada.
- A mi no me parece que nada. — El miro hacia donde estaban los otros dos hablando. — ¿No sabes que escuchar conversaciones ajenas es de mala educación?
- No... no estaba... no estaba oyendo.
- ¡Cállate!, eres un mentiroso.
- Yoongi, ¿Qué haces?. — Jimin corrió hacia nosotros, seguido del otro.
- Estaba oyendolos aquí escondido.
- Parece que alguien quiere una golpiza.
Me cubrí el rostro por inercia y comencé a llorar.
- ¡Te dije que lo dejes!, Jungkook, vete.
Mire a Jimin, estaba más serio que nunca.
- ¡Vete!. — Me gritó.
Sin pensarlo dos veces, comencé a correr. ¿Qué mierda pasaba?.
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