13.- ¿Calma?, eso ya no es una opción.
Jungkook.
- ¡Tae, apurate, debemos irnos, Jin no deja de tocar el timbre!. — Grité mirando las escaleras mientras suspiraba.
- ¿Crees que deba llevar la gorra naranja o la gris?. — Preguntó mientras se asomaba con toda calma.
- Jin me tiene los oídos reventados con el timbre y tu vienes todo calmado.
- Mmm, la naranja, corre amor, no ves que nos atrasas. — Dijo saliendo por la puerta.
- ¿Yo?, te pasas Kim Taehyung.
- Ya era hora, llevo más de 15 minutos esperando, no puedo creer que sean los últimos que debo recoger y no estén listos a la hora, yo me levanto a las 05:30 am y ustedes solo deben estar listos a las 08:00 am, pero es mucho pedir al parecer, encima hoy en la mañana se me cayó mi taza favorita y ahora esto, estoy harto. — Reclamo mientras nos subíamos al automóvil.
- ¿Has pensado en rapear?, te sale muy bien. — Comentó Tae colocándose el cinturón.
- Eso mismo le digo yo, ¿Cierto que cuando se enoja le puede ganar a todos en rapear?. — Agrego Namjoon mordiendo una manzana.
- Cuidado con eso, no quiero que ensucies algo, a la tarde presentaré el auto a una persona, quiero cambiarlo.
- Vale, tendré cuidado, hey, Jungkook, ¿Estudiaste?.
- Si, repase todo antes de dormir.
- ¿Te gusto la sorpresa?. — Pregunto Jin mirándome por el retrovisor.
- Fue perfecta. — Sonreí mirando a Tae.
Al llegar a la escuela, varios compañeros me miraron de forma extraña, como si vieran a un fantasma, eso me estaba haciendo sentir incómodo.
- ¿Podemos irnos por la parte de atrás?.
- ¿Por qué?, ¿Qué pasa?.
- No pasa nada, es solo que necesito pasar al baño, ya sabes que este está más limpio que el otro.
- Ok, ¿Te veo arriba?, necesito estudiar rapido.
- ¿No estudiaste nada?.
- Solo un poco, no tardes, ¿Sí?.
- Ok.
Entre al baño y vi a un chico dado vuelta, dado a que Tae se había apropiado del baño casi toda la mañana, no había podido hacer mis necesidades. Así que camine pensando en alguna canción y baje el cierre del pantalón para poder orinar.
- Hola Jungkook. — Dijo Jimin sonriendo dandome una mirada de arriba a abajo.
- Jimin... estás aquí... ¿Qué... qué miras?. — Dije tapando mi parte inferior.
- A ti, que estas aqui sin saludarme, tranquilo, no le puse atención a eso, aunque si quieres podría tomarle atención.
- No... no, debo irme.
- Ok, adiós, nos vemos arriba y suerte con el examen.
Salí rápidamente del baño, mis mejillas estaban rojas de vergüenza. ¿Cómo no lo reconocí?. Al subir las escaleras sentí que mi celular vibraba. No lo había visto desde ayer, dada la hora, tenía tiempo de revisarlo antes de que sonara el timbre. Baje para sentarme en unos asientos que tenían los árboles y asegurandome de que Jimin ni otra persona conocida estuviera cerca, desbloquee el celular. Tenía 5 mensajes en Whatsapp y 1 llamada perdida de un número desconocido. "¿Será Eunwoo?.", pensé mirando hacia el frente. Suspire y abrí los mensajes. Eran del mismo número desconocido.
"¿Hola?, soy Eunwoo."
"Me diste tu número, bueno, lo lanzaste, asi que decidi escribirte."
" ¿Si eres Jungkook?."
"Creo que le estoy escribiendo al número equivocado."
"Lamento la molestia."
¿En serio me había escrito?, siempre había visto que la gente en las series hacia eso como método de coqueteo, pero no pensé que fuera a funcionar. Sin agregarlo le respondí.
"Hola, si, soy Jungkook, estuve muy ocupado, lo siento."
Para mi impresión se marcaron los 2 tickets en azul y apareció "escribiendo".
- Ay, que rapidez. — Susurre.
"Lamento haber sido insistente, ¿Todo bien con tu alta?"
"No debí preguntar asi como asi, no nos conocemos, lo siento"
"No te preocupes, ¿Cómo estás?."
"Cansado, voy saliendo de un turno de 24 horas, ¿Te parece ir a tomar algo más tarde?, tengo algo que decirte"
Wow, si que era rápido, me quedé unos minutos mirando el mensaje y volvió a aparecer "escribiendo". Entre en pánico y apague el internet.
- Jungkookie, ¿Qué haces aquí solo?. — Pregunto Tae ladeando la cabeza.
- Estaba... estaba repasando los contenidos en mi mente.
- Me preocupaste, ven, vamos, ya casi es hora de entrar a clases.
- Voy.
Tome su mano y subimos las escaleras. Al entrar a la sala mire hacia el puesto donde se sentaba Jimin y el me miro sonriendo levemente. Sin pensarlo, bese a Tae frente a toda la clase. No era algo que al resto le importaba, pero mire de reojo a Jimin y ya no sonreía.
- ¿Es un beso de buena suerte?. — Me pregunto Tae llevándome de espaldas hacia nuestro puesto.
- Puede decirse que si.
El sonrió y tomando mi camisa, me beso. Abrí un poco los ojos y vi que Jimin seguía mirándonos. "¿Celoso Park Jimin?", pensé.
El examen no estaba tan difícil como pensé, la siguiente clase era Educación Física, como tenía licencia médica, no podía realizarla, así que el profesor me dio permiso para ir a la biblioteca o sentarme a observar al resto. Sin pensarlo, opte por la biblioteca. Antes de que todos salieran de la sala, escuche que unos chicos hablaban de mi.
- Si, su madre murió apuñalada y luego el fue atacado y por eso falto a clases.
- ¿En serio?, yo escuche que fue porque engañó a su novio y él lo golpeó hasta enviarlo al hospital.
- Wow, quien lo diria.
Comencé a sentir mucho enojo, antes hubiera salido corriendo a llorar, pero ahora quería gritarles cosas y romperles la cara. Intente respirar hondamente para calmarme. Sabía que si peleaba o me defendía generaría más rumores, ya no seria el chico que quería ser, aquel que pasaba desapercibido y no se metía en problemas por temor.
- Oí que su mamá se suicidó luego de que él la golpeara.
- ¡Ya callense, dejen de ser tan estúpidos y hablar sin saber!. — Grité levantándome del puesto sin mirarlos.
- Estas hecho una bestia, dinos, cual rumor es verdad, porque por tu comportamiento, todos son buenas opciones.
- ¡No te atrevas a hablar de mi madre ni de mi!, ¡¿Sabes que eres?!, ¡Eres una pobre persona que tiene que hablar del resto porque su vida es una mierda !.
- La unica pobre persona aquí vas a ser tú, después de los golpes que te daré. — Amenazó uno de ellos acercándose hacia mi. Estaba listo para pelear, no volvería a dejar que me pasaran a llevar. No me importaba nada, ya no había nadie en mi vida a quien pudiera decepcionar.
- ¡Vamos!, ¡Golpéame, se el idiota que eres!. — Grite desafiante.
El chico se abalanzó hacia mí y caímos al suelo, con una fuerza que no sabia que tenia, lo puse debajo mío y comencé a golpearlo con ambos puños, se sentía demasiado bien, muy liberador.
- ¡Jungkook!, ¡Jungkook, para!. — Grito Tae tomándome por detrás para separarnos.
- ¡Déjame!, el empezó. — Grité intentando soltarme de su agarre. Tae me giro hacia el.
- Está inconsciente, puedes matarlo si sigues.
No había caído en la cuenta de sus palabras hasta que mire hacia el suelo y vi un charco de sangre, mire mis nudillos y estaban manchados de sangre que no era mía. Yo estaba ileso, había ganado una pelea.
- Gane... — Susurre.
- Ganaste una suspensión enorme, ayúdame a llevarlo a la enfermería.
- No, no lo haré, se lo merece.
Mire a sus amigos quienes estaban perplejos.
- No permitiré que sigan hablando de mi, si lo hacen, acabarán como el.
Era el fin, el fin de mi persona desapercibida, pero ya no importaba, hace tiempo que ya no era yo. Salí del salón de clases y toda esa seguridad comenzó a disiparse con un recuerdo que cayó sobre mí como un rayo.
*Noche del 24 de diciembre, año 2017*
- ¡Yo puedo educar como quiera a mi hijo, apártate!. — Gritaba mi padre.
- ¡No!, ¡No dejare que le enseñes a disparar!. — Le respondia angustiada mi madre mientras intentaba quitarle de las manos mi regalo.
- ¡Tiene que hacerse un hombre como su padre!, ¡Ya, suelta la caja o te arrepentirás!.
- ¡¿Vas a golpearme acaso?!.
Sin responderle el abofeteó a mi madre y la lanzó al suelo.
- ¡Jungkook, toma la pistola!. — Ordenó mi padre extendiendo la caja hacia mí.
- No quiero... papá, por favor, ¿Podemos cenar?.
- ¡No seas un cobarde!. — Grito él alzando la mano a lo que yo cerré los ojos.
- ¡No!, ¡No lo vas a tocar!, ¡¿Me oíste?!, ¡Nunca en la vida vas a ponerle la mano encima!. — Grito ella tomando la pistola y cargándola. — Vete... ¡Vete o te mato!.
Mi padre levantó las manos y tomando un abrigo, salió de la casa.
- Ma... mamá... tengo miedo. — Confesé llorando.
- Mi niño, mírame, mírame cariño, nos iremos, ¿Ok?, el no podrá encontrarnos jamás, no temas, solo prometeme algo, nunca, nunca en la vida serás alguien violento ni lastimaras a nadie, eso no te hará menos hombre, nunca serás menos hombre por llorar o por no meterte en peleas, ¿Puedes prometerlo Jungkook?.
Temblando de miedo afirme con la cabeza.
*Actualidad*
- Mamá... te decepcione... rompí la promesa.
Volví a mirar mis nudillos y fui corriendo al baño, abrí la llave del lavamanos y comencé desesperadamente a sacarme la sangre.
- Respira. — Dijo Jimin.
- Vete, por favor, solo vete.
El se acerco a mi y tomando mis manos volvió a repetir aquella palabra.
- Respira.
- ¡No puedo!, ¡Rompí la promesa!.
- Jungkook, cálmate, respira.
- ¡No!. — Grite arrodillandome mientras las lágrimas salían sin control alguno. El cerro la puerta del baño y agachándose me abrazo, intente soltarme, pero me tenia abrazado fuertemente.
- Ji... Jimin... suel...
- Shh, no digas nada, solo respira.
Sin dejar de llorar, respondí a su abrazo y me apoye en su hombro. El acariciaba mi espalda en completo silencio. De alguna forma, este abrazo estaba calmando el dolor interno que llevaba dentro hace mucho y no podía aminorar con nada.
Al cabo de 10 minutos, me separe de él y seguí limpiando mis manos.
- Gracias... por tu ayuda.
- No es nada, pero, ¿Qué pasó?.
- Estaban hablando de mi y de mi madre, tu igual te hubieras enojado si estuvieras en mi lugar, ¿No?.
- Bueno, si, si me enoje y también desquite mi ira contra los que hablaban mierda de la situación.
- ¿Perdiste a tu mamá?.
- A ambos, fue hace mucho tiempo.
- Lamento oír eso.
- Si... yo también.
- ¿Crees que me expulsen?.
- ¿Es primera vez que peleas?.
- Si.
- No creo, quizá te den una suspensión, quizá no te hagan nada más que un sermón sobre la convivencia escolar.
- ¿Por qué no estás en el gimnasio?.
- Olvide mis útiles de aseo en el salón, así que me devolví y te vi entrar al baño con sangre, pensé que te habias caido o algo asi.
- Deberías volver, el profesor te regañara.
- No importa, lo que de verdad me importa, es saber que estes bien. — Dijo tocándose el cabello.
- Estoy bien.
Salimos del baño cuando me encontré frente a frente con el director Hwang.
- Jeon Jungkook, ven conmigo, tenemos que hablar, joven... ¿Park?, a clases.
- Park Jimin señor, respira Jungkook. — Dijo antes de irse.
- Sígame.
- Si director Hwang.
Lo seguí hasta su oficina, intentaba seguir el consejo de Jimin acerca de respirar, pero se me hacía muy difícil.
- Siéntese y cuénteme, ¿Qué pasó entre el joven Ahn y usted?.
- Estaban hablando de mi, solo cosas falsas, siempre... siempre me molestan y no quise que me pasaran a llevar otra vez.
- ¿Y la mejor solución fue la violencia?.
- No entiende...
- Claro que entiendo, un estudiante fue agredido violentamente, a tal grado de que en unos minutos se lo llevaran al hospital, y ¿Qué le dire a sus padres?, entiendo su molestia, pero mis alumnos resuelven los rumores con violencia. ¿Quiere que diga eso?, ¿Le parece un buen motivo?.
- ¡Estaban hablando de mi madre!. — Grité mientras sentía las lagrimas acumularse otra vez. — Decían que quizá yo la habia golpeado y ella decidio suicidarse, se reían de los rumores, nunca había perdido el control, nunca había golpeado a alguien y lamento haber llegado a eso, pero se reían de mi madre que ya no está, no tengo a nadie, director Hwang, ¿Cómo pueden ser tan crueles de reírse de alguien que ya no está en este mundo?.
El director no respondió durante algunos segundos, me miraba fijamente.
- Lamento haber perdido el control. — Dije suspirando.
- Bien, hablaré con la familia de ese joven y no te daré una suspensión, solo, escuchame, solo porque has vivido algo traumante, lo que haremos será que asistirás a terapia psicológica, la cual es entregada por el establecimiento, comenzarás a ir desde mañana y asistirás a todas las citas que te pida nuestra psicóloga, si faltas a alguna, te suspenderé, la hora te lo haré saber al final del día. ¿Ok?.
- Esta bien director Hwang.
- Ahora, reintegrate a clases y nada de estar peleando o me veré en la obligación de tomar medidas.
Salí de la oficina sintiéndome aliviado de cierta forma, pero tenía miedo de hablar con alguien más sobre lo que pasaba por mi mente y sentía realmente, pero no me quedaba otra opción.
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