XXI


Unas decisiones pueden ser valientes o estúpidas, algunas son estúpidas, pero vienen disfrazadas de valentía. Park Jimin tu padre dio su vida para poder proteger a su familia y su legado.

¿Por qué desprecias tu regalo? Meter las narices en los asuntos de los Jeon es desperdiciar la vida de tu padre. Ahora eres el patriarca de tu familia, lo que indica que toda tu familia está bajo tus hombros ¿Cederías tu vida para protegerlos?

Tu padre lo hizo, como su hijo estás siguiendo los mismos pasos, tu vida ya está marcada, pero la de tu familia aún no.

Deja a los Jeon antes de que compartan el mismo destino con tu padre.

Un consejo de un amigo desinteresado.

Las manos de Jimin temblaron ante la corta carta que le fue entregada. Es más, ni siquiera se lo entregaron, solo la dejaron en su habitación.

Era más que claro que había metido sus narices en algo que no querían que se inmiscuyera, pero no podía hacer nada más.

Desde que tomó la decisión de ayudar sabía lo que implicaba y ahora podía iniciar a ver las consecuencias.

No le importo realmente porque él estaba pagando la deuda que su padre contrajo al ceder ante las circunstancias, infringió las leyes que como familia defendían.

Él sería diferente, entendía que su familia no tenía nada que ver y era claro que debía de protegerlos y realmente lo hizo.

Ahora su familia estaba realmente protegida porque se había encargado de ello, aceptar el trato que el príncipe heredero le había brindado no fue una elección simple de decir si tuvo que apresurar los preparativos.

Porque previo que algo como la amenaza era algo que sucedería, así que por ello su familia ahora estaba segura en un lugar donde ni siquiera él conocía.

Además, se había asegurado de que se cubrieran todos los rastros, así que por su familia no tenía que temer, ahora solo le quedaba protegerse a sí mismo.

No podía confiar en nadie con este asunto en particular, porque quien estaba detrás tenía mucho poder sin mencionar que nadie le creería lo que sucedía.

Tomo la amenaza y la acerco hacia una vela, esta se incendió y puede decir que tuvo la satisfacción de verla arder lentamente.

Cuando más crecía la llama, más se consumían las letras que lo habían amenazado, sabía que era una amenaza que aún no se cumpliría, pero tarde o temprano lo haría.

Solo tenía que esperar un poco más y el patriarca Jeon quedaría limpio de cualquier veneno, solo entonces podría irse.

—Perdóname, papá, por arriesgar mi vida, cuanto tú entregaste la tuya para salvarme.

Pero él haría lo correcto, porque si no hacía nada, viviría con esa carga en su conciencia durante mucho tiempo y no quería heredarles a sus hijos el deber vidas, así como su padre lo había hecho con él.

Para cualquiera podía sonar estúpido, teniendo en cuenta que eran creadores de venenos realmente potentes; sin embargo, él era diferente. Su madre, a pesar de amar a su padre profundamente, no le gustaba lo que la familia en sí representaba.

Su padre le enseñó a hacer venenos y sus antídotos. Su madre le enseñó que tomar vidas está completamente mal, por ello su conciencia estaba realmente molestándolo cuando se enteró de dónde terminó su veneno, uno que no entregaron voluntariamente.

Y solo por estar en paz consigo mismo, decidió ayudar en todo lo que pudiera.

Jungkook nunca se había sentido más enojado en toda su vida, había sentido una ira abrasadora que venía de situaciones complejas, el aguijón de la traición, la desesperación, la venganza.

Todos esos sentimientos los había sentido a flor de piel, pero ahora lo que sentía no era ira, sino enojo. No podía creer que el emperador se atreviera a tales cosas.

Volverlo, concubino, sería ser un doncel despreciable que solo servía para abrir las piernas. Él un doncel de la familia Jeon reducido a algo peor que un prostituto, solo porque Namjoon llegó a decirle unas palabras al oído.

¡¿Qué carajos le importaba?! Es decir, si no pudo criar a un hijo decente, ¿por qué diablos tenía que inmiscuirse en las relaciones de los demás?

¿Su palabra era la ley? Es decir, sí, pero no tendría que ser precisamente con él. Porque si era sincero, él había sido coronado por el mismo hombre sin mencionar que ascendió al trono, así que técnicamente hablando, él seguía siendo consorte.

Pero ahí el emperador se atrevió a hablarle de tal manera que incluso la boca se le volvió amarga.

Y ahora tenía este enojo que debería de dejarlo salir de alguna manera y ya tenía una idea de cómo lo haría y con quién.

Cuando llegó a su residencia rápidamente, se dirigió hacia el pabellón de su madrastra, donde, con un asentimiento de cabeza a los guardias, ingresó rápidamente.

El lugar lucía bien, demasiado en su opinión. Estaba perfectamente ventilado sin mencionar que ingresaba luz natural y era bastante agradable, si podía decir.

Eso no le gustó en lo más mínimo, se suponía que su madrastra estaba confinada y aunque técnicamente lo estaba, no le gustaban todos esos pequeños lujos que no debería tener.

Observo como alrededor había jarrones llenos de flores, algunos de ellos eran bastante caros.

El enojo que tenía anteriormente se incrementó el ver la buena vida que ella llevaba después de haberlo azotado.

Con grandes y pesados pasos se acercó tomando un jarrón y rápidamente lo estrelló contra la pared, no bastando con esto se acercó a los otros jarrones y también los rompió.

Los pedazos de porcelana y flores se podían ver en la habitación, el ruido de los jarrones rompiéndose seguramente atrajeron la atención de su madrastra porque las puertas que dirigían había un pequeño jardín privado se abrieron.

Su madrastra ingresó luciendo engreída y vestida a la perfección, con ese aire de superioridad que siempre tenía junto con ella.

— ¡¿Qué es lo que sucede contigo?! Ingresando a mi habitación y haciendo un desastre —la mirada furiosa de su madrastra era perfecta con como sus manos estaban en sus caderas.

— ¿Qué sucede conmigo? ¡¿Qué sucede conmigo?! La pregunta sería: ¡¿Qué diablos se supone que haces?! Estás confinada y lo único que veo son lujos por todos los centímetros de esta habitación —su madrastra caminó y se paró frente a él con la barbilla alzada en arrogancia.

— ¿Y qué? Soy la señora de esta casa y puedo tener lo que quiera. ¡¿Quién puede negármelo?! ¿Tú? ¿Tu padre? Ninguno está en posición de hacerlo —la satisfacción brilló en sus ojos y Jungkook no pudo detener su mano.

Su mano impactó en la mejilla de su madrastra tan fuerte que incluso giró su cabeza, pero eso no era suficiente. La tomó de la barbilla, enterándole los dedos tan fuerte que podía verse como sus dedos estaban completamente blancos por la fuerza ejercida.

— ¿Crees que eres intocable? Una mujer barata que trata de encontrar su valor comprando lo más caro que puede pagar para impresionar y mostrar su poder —ella intentó soltar su agarre, pero Jungkook no cedió —Tengo noticias para ti todos saben tu bajo valor, la verdadera señora de esta casa siempre será mi madre tú solo has llenado precariamente el vacío que ella dejó —su madrastra frunció el ceño y sus ojos reflejaron la indignación que sentía.

—Padre no está disponible, pero ambos sabemos los motivos, pero yo. Yo soy Jeon Jungkook el primer doncel de esta familia, la he mantenido a flote cuando los hombres de esta casa han estado ausentes he aumentado la fortuna de la familia y tengo un compromiso imperial, estoy más que capacitado para detenerte —la sonrisa un tanto macabra que le dio a su madrastra causo que esta tuviera un escalofrío.

Soltó a su madrastra y rápidamente la tomó por los hombros y la lanzo hacia un lado. Ella impactó fuertemente y algunos mechones de cabellos se salieron de su perfecto peinado.

—Aún no se me olvida cómo me azotaste tan vilmente y ahora estoy en posición de poder devolver un poco de lo que me has causado —ella intentó hablar, pero Jungkook nuevamente la abofeteó.

La satisfacción que sintió fue tan hermosa, tan liberadora.

Su madrastra sostenía aún su mejilla y Jungkook solo le dio una mala mirada, él aún tenía cosas por resolver.

— ¡Guardias! —las puertas se abrieron y los guardias ingresaron viéndose entre ellos cuando notaron el estado de la habitación.

Había pedazos de porcelanas y flores regadas por toda la habitación, sin mencionar cómo se encontraba Hyeonseo, con sus cabellos fuera de lugar, tirada en el piso y sosteniendo su mejilla lastimeramente.

—Traigan a algunas sirvientas —. Los guardias no se movieron petrificados ante la escena sin saber si obedecer a su joven amo o a su señora. — ¡Qué esperan! —ellos dirigieron su mirada hacia Hyeonseo quien negaba al ver esta acción. Jungkook volvió a enojarse — ¡¿Por qué la miran a ella?! Soy yo quien les paga su salario. ¡Obedezcan o saldrán de esta casa! —ante la amenaza de ser retirados de su servicio, los guardias obedecieron al instante.

Jungkook se giró para ver nuevamente a su madrastra, quien seguía estando furiosa en el suelo.

—Ves como todo tu precario poder se desvanece como arena —ella enojada se levantó rápidamente dándole una fuerte bofetada.

Jungkook sintió el sabor de la sangre en su boca, la bofetada fue dolorosa, pero lastimosamente se había cortado en el interior de la mejilla por el impacto con uno de sus dientes.

En un rápido movimiento, la tomó fuertemente por el cabello sin importarle que los diferentes adornos que tuviera se le clavaran dolosamente en la mano. Su madrastra gritó cuando la tomó por el cabello.

—Ahora no puedes tocarme sin que pueda responder —Jungkook se acercó hasta el oído de su madrastra y le susurro en voz baja —Te dije que no podías permitirte tocarme, pero decidiste ignorarme —cuando las sirvientas ingresaron Jungkook no tuvo ningún escrúpulo en volver a empujar a su madrastra la cual en esta ocasión choco contra una pequeña mesa la cual se volcó junto con ella.

Las sirvientas jadearon e intentaron ayudarla, pero Jungkook negó ante ello.

—Quien la ayude tendrá consecuencias — ante sus palabras las sirvientas se detuvieron rápidamente.

—Saquen toda su ropa y solo dejen un cambio, quiero que saquen todo de este lugar, solo puede quedarse la cama, mesa y una silla. Todos los privilegios son revocados, todas las joyas ostentosas se retirarán desde ahora, ella practicará frugalidad.

—Tiene prohibido salir de esta habitación, ni siquiera al jardín privado. Las ventanas deben estar completamente cerradas y las comidas deben de ser sencillas. Ninguna sirvienta le ayudará en lo más mínimo y tiene completamente prohibidas las visitas; durante las noches solo puede tener una sábana y nada para que le dé calor. Las sirvientas asintieron ante dicho, temerosos de ofender al doncel.

Cuando terminaron lo que se les ordenó, estas se retiraron dejando solo a Jungkook con su madrastra. Además, toda la habitación ahora lucia lúgubre lo que aumento el buen humor del doncel.

—Una habitación olvidada para una mujer que pronto será borrada —ella frunció el ceño aun viéndose bastante atrevida.

— ¿Planeas asesinarme? No tienes lo que se requiere —Jungkook ladeo la cabeza viéndose confundido.

— ¿En verdad lo piensas o simplemente crees que no puedo asesinarte a ti? —la sonrisa pícara del doncel logro erizarle la piel a Hyeonseo.

—Quitar una vida es algo para lo que debes prepararte o tu conciencia no te dejara vivir —Jungkook se golpeó la barbilla con el dedo índice.

—Es divertido que lo menciones porque hasta el momento mi conciencia parece muy tranquila —cuando proceso las palabras sintió como su corazón se aceleraba porque no podía creer que Jungkook sería capaz de tomar alguna vida.

— ¿Intentas decirme que has tomado una vida? —Jungkook solo le sonrió en grande

— ¿Una vida? He tomado muchas en estos días, tomar la tuya no es diferente, incluso creo que lo disfrutaría. ¿Lo intentamos ahora? —Jungkook se acercó hasta su madrastra, mirándola con odio, estando consiente de que había soldados del campamento enemigo que habían muerto envenenados.

Hyeonseo por fin entendió que Jungkook no había tenido solo un pequeño cambio de personalidad, sino que todo en él había cambiado.

Ahora no solo era un enemigo poderoso, sino también una sentencia de muerte; ella no entendía por qué tantos cambios.

¿Qué sucedió? Con solo haciéndose la pregunta, un escalofrío la recorrió completamente.

Ella sufriría, lo sabía, de alguna manera Jungkook se cobraría todo lo que había hecho. Incluso a esas alturas aún desconocía cómo pudo haber descubierto lo del veneno. Era imposible que lo descubriera, porque se había asegurado de que nadie pudiera hacerlo.

— ¿Qué te sucedió para que cambiaras tanto?

Jungkook no le respondió, solo tarareó una suave canción que, a decir verdad, le causó escalofríos a pesar de ser una melodía infantil.

—No lo sé quizás saber cómo apoyas mis encuentros con el príncipe Namjoon aunque pensándolo bien no solo los apoyas, sino que los alientas —ella soltó una risa irónica.

—Me culpas por tu sucio romance —ella negó con la cabeza incrédula —. Es una completa bazofia. ¿Qué si los alenté? Al final tú tuviste la elección en tus manos y decidiste elegirlo a él —Jungkook suspiró.

—Por fin algo en donde tienes parcialmente razón, si al final fue mi elección, pero no olvides que cuando todo inicio el Jungkook al cual arrogaste a los brazos del príncipe Namjoon no era el mismo que está aquí ahora —Hyeonseo frunció el ceño y su mente inicio a volar a cuando eso sucedió ¿En ese entonces Jungkook aún no era lo que ella tenía ante sus ojos?

—Tratas de decirme que en ese tiempo eras el Jungkook que creía —el doncel asintió.

—Irónico en verdad, en ese momento te consideraba mi madre, pero ahora he crecido y ambos ya sabemos el resultado de ello. —Hyeonseo por fin se sintió lo suficiente fuerte para levantarse, sin embargo, cuando intentó hacerlo, Jungkook le frunció el ceño.

— ¿Tienes permiso para levantarte? —ella se congeló ante lo dicho unos segundos hasta que continuó, sin embargo, Jungkook no estaba dispuesto a dejarla.

Se acercó a ella en donde nuevamente la tomo por el cabello y la arrastro hasta tirarla a los pies de la cama.

—Quédate ahí que ese siempre debió de ser tu lugar —Jungkook acerco una silla y la coloco frente a ella a una distancia segura por si ella quería abalanzarse sobre él.

— ¿Qué es lo que quieres? ¿Venganza? ¿Justicia? —Jungkook golpeo su pierna con el dedo índice indicando que pensaba la respuesta.

—Solo quiero dos cosas, efectivamente venganza y respuestas —Hyeonseo soltó una carcajada alta al escucharlo.

—Venganza, ¿Crees que puedes obtenerla?

—Puedo.

—No, no puedes, recuerda que Seoyeon —Jungkook hizo una mueca ante el nombre de su hermana, siendo tan parecido al de su madrastra —. Aún es joven y necesita a su madre, además que podría pensar de ti si sabe lo que me has hecho. Sé que la familia es muy importante para ti, querido hijo.

—No tiene por qué enterarse, ella no sufriría si no sabe nada y si puede ser joven, pero es la edad ideal para que te olvide.

Jungkook se hizo una nota mental de buscar un día propicio para ir a traer a su hermana. No quería que ella estuviera más lejos de casa, así que tenía que deshacerse de su madrastra lo más pronto posible.

—Ahora dejemos toda esta charla inútil, lo que quiero saber es fácil y simple. ¿Quién proporcionó el veneno que se le ha suministrado a padre? —La negación instantánea de su madrastra le dijo a Jungkook más de lo que se podría imaginar.

Antes que nunca había cuestionado nada y tomó la muerte de su padre de manera bastante normal, no tuvo ni siquiera pensamientos de investigar, pero ahora era diferente.

Aunque si lo pensaba mejor, la manera en que en el pasado se destapó todo lo que su madrastra hizo estuvo muy sospechoso, poco podría Jungkook saber que todo lo que había pasado con su madrastra en el pasado había sido el propio Namjoon quien lo realizó.

Era cierto que después de la muerte del patriarca Jeon se destaparon no solo el envenenamiento, sino muchas cosas sucias dentro de su familia, pero todo esto fue orden de Namjoon al verse amenazado por Hyeonseo con su más grande secreto que podría hacerlo perder todo.

En su actualidad había tenido tiempo para pensarlo. ¿Qué se ganaba con la muerte de su padre? En el pasado, ella logró controlar a toda la familia Jeon después de su matrimonio.

Su hermano se concentró en la guerra que en aquel entonces aún no había cesado, debe decir que la pelea absurda por el trono en el reino vecino duraría durante mucho tiempo.

Prácticamente, había abandonado a la familia y era comprensible porque no tenía por quién volver. Él lo había hecho a un lado quedándose con su madrastra y su hermana pequeña no lo conocía y su madrastra la había envenenado tanto que incluso lo despreciaba.

Entendía a su hermano y estaba arrepentido de que estuvo en tal difícil posición, pero ahora las cosas habían cambiado; sin embargo, aún tenía un misterio que resolver.

Cuando obtuvo la llegada de Jimin a su residencia fue cuando la duda inició a surgir. Por su vestimenta y su manera de hablar era claro que no era del imperio, entonces se enteró de quién era.

Venía de los clanes que estaban asentados fuera del imperio de donde venía la madre del príncipe Yoongi, hasta ahí hubiera sido normal porque era factible que el príncipe Seokjin le pidiera ayuda a su hermano.

Lo que no le encajaba del todo era porque traer al doncel en lugar del antídoto, por experiencia sabía que algo como eso no debía dejarse pasar. Ahora estaba en un momento lleno de intrigas y cualquier detalle era crucial para sus planes.

Investigar el asunto fue más que fácil y debe decir que Rojo Astral era muy bueno en ello. Park Jimin el actual patriarca de la familia Park, su padre había muerto hacía un tiempo y debe decir que la muerte fue bastante misteriosa.

Entonces algunas cosas llamaron su atención: el veneno que su padre ingería provenía de su familia, lo cual era extraño porque se decía que eran venenos muy reservados, así como su antídoto era secreto.

Quizás estaba exagerando en decir que era sospechoso que el doncel se encargara personalmente de administrar el antídoto; sin embargo, que su familia desaparecía después de que partiera, sin duda no era exagerado.

Su madrastra, por muy ambiciosa que fuera no podría hacer tal cosa, era demasiado inteligente. Una jugada así requeriría poder para poder cubrir sus huellas o causar miedo, pero Hyeonseo no tenía nada de ello o al menos no lo suficiente.

Tenía que haber alguien más detrás de ella.

—Lo compré, no es muy difícil de hacerlo —Jungkook se carcajeó fuertemente ante esto.

—Ambos sabemos que es mentira, pero no importa, solo quiero saber. ¿Me dirás la verdad o callarás?

—Callaré —Jungkook asintió ante ello.

—No presionaré más por ello, las decisiones traen consecuencias —al terminar de decir sus palabras finales, Jungkook se retiró de la habitación.

Minutos después, un grito se escuchó, desesperado y doloroso.

Jungkook sonrió y la brisa movió sus cabellos, las puertas de la habitación de su madrastra se abrieron y salieron tres hombres. Guardias de la residencia que habían sido utilizados para sus propósitos.

En un recipiente ensangrentado estaba la lengua de su madrastra y cuando dirigió su mirada a ella, la encontró tirada en el piso, llorando y con la boca sangrando.

¿Para qué quería una lengua si no le daría la información que deseaba? Cuando algo se vuelve inútil debe de ser tirado.

Jungkook tomó el recipiente sabiendo que tenía un excelente uso para la lengua que su madrastra tan gentilmente le proporcionó.





Creado: 13/12/2024

Publicado: 01/01/2025

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