•08•

Edades:

→Bakugō: 14 años
→ Todoroki: 18 años
→ Fuyumi: 24 años

ADVERTENCIAS: CONTENIDO PARA MAYORES, TOMEN EN CUENTA LAS EDADES Y PERSONALIDADES DE LOS PERSONAJES, NO ROMANTICEN, SEPAREN LA REALIDAD DE LA FICCIÓN, GRAX ♡

☆☆☆

El grito de su hermana al no encontrar su cartera lo regreso a la realidad, ahora solo tenía unos cuantos minutos para despedirse del menor, no tenía tiempo si quiera de pensar en su orgullo posiblemente dañado pues estaba hecho furia por culpa de su hermana.

Después de años resistiéndose de tomar a aquel llorón, venía su hermana a querer llevárselo para exigirlo como pareja.

Debí haberlo violado cuando tenía la oportunidad. — Murmuró Shōto saliendo de la casa para ver el carro encendido en donde ya estaba Bakugō listo para el viaje y solo esperaba a Fuyumi en el asiento trasero.

Tomó aire y caminó hasta la puerta trasera del carro la cual abrió sorprendiendo al pelinegro quien bajo de inmediato su celular y quito sus audífonos acomodándose imposiblemente el pelo.

— ¡Ho-hola! — Sonrió nervioso y Shōto rodó los ojos.

Empujo al menor para que se recorriera y se sentó a un lado cerrando la puerta bruscamente creando un ambiente pesado e incómodo.

Shōto recargo su rostro sobre su mano mirando a través de la ventana sin saber muy bien que decir.

Bakugō al lado de él tenía sus manos sobre sus piernas apretando los puños y temblando rígidamente pues no sabía qué hacer o decir.

Escucha/Yo— Dijeron al mismo tiempo.

— ¡Tu primero! — Gritó el pelinegro.

— ¡Claro que yo primero, idiota! — Paso su mano por su cabello y se hecho para atrás recargandose en el asiento, espero unos segundos para tranquilizarse. Sonrió un poco pues nuevamente no se había imaginado estar en aquel tipo de situación con Bakugō. Ni en sus más terribles pesadillas, ni en sus mejores sueños húmedos.

— Sobre lo último que dijiste antes de salir corriendo como un bebé... — Él menor se sobresalto al escuchar aquello, tembló nervioso, no estaba acostumbrado a la voz tranquila del mayor. — ¿Qué tanto te gustó?

— ¡Mucho! — Se giró de inmediato y se sentó sobre sus piernas mirando al heterocromatico mientras sus ojos brillaban. — ¡Me gustas mucho!

¿De qué manera? — Alzo una ceja y sonrió ante la escena.

— ¿Manera? — Bakugō bajo la mirada apenado. — ¿Hay maneras? — Murmuró, Shōto arrugó la nariz ante la respuesta obtenida, sabía que Katsuki solo estaba confundido, demasiado.

¡No hay tiempo! — Tomó del brazo al pelinegro hasta sentarlo sobre él dejando una pierna a cada lado del mayor. — En lugar de convertirte en hombre será mejor que te respondas esa maldita pregunta ya que te voy a hacer mío.

La cara del oji-azul estaba roja, mordió su labio inferior aguantando las ganas de gritar pues no creía lo que estaba pasando, después de años y solo necesitaba mudarse para tener la atención del heterocromatico, siempre la tenía, pero esta vez se sentía diferente, como si el mayor no quisiera que se fuera.

— ¡Te-Tengo catorce años! Puso las manos en el pecho del mayor tratando de mantener la distancia.

— ¿Creés que eso me importa? — Acostó al menor en el asiento trasero y junto sus frentes, Bakugō solo veía deseo en los ojos del mayor. 

N-No creo que esto esté bien... — Chillo y Todoroki se rió de aquel comentario.

— ¿Desde cuándo te importa lo que esté bien y lo que esté mal, pequeña perra? — abrió las piernas del menor bruscamente haciendo que soltará un quejido y se posicionó entre ellas. — Tuviste 13 años de tu vida para darte cuenta que nada en mi estaba bien y te quedaste, ahora solo tenemos unos minutos para despedirnos, así que lo haré rápido. Todo lo que no te hice.

Katsuki comenzó a patalear asustado, lo que hacía más difícil para Shōto el quitarle sus pantalones, ya harto puso una mano en el cuello del menor y comenzó a ahorcarlo para dejarlo poco a poco sin aire mientras que con la otra mano quitaba más tranquilo la ropa del pelinegro.

N-No quiero... A-Aún no estoy lis-to — Murmuro Katsuki apenas podiendo hablar.

Todoroki lo ignoro y cuando notó que él menor se había debilitado lo soltó para poder acariciarlo cómo era debido, al menos para él ya que comenzó a devorar el cuello de Katsuki, mordiendo y besando las marcas rojas que había dejado su mano al ahorcarlo.

— Basta... Qui-quiero que me esperes... — Apenas se escuchaba su voz ronca y débil.

— ¿Esperarte? ¿Yo a ti? — Paso del cuello de Katsuki hasta su rostro, acerco sus labios hasta rozar los del contrarío que se encontraba perdido en los ojos de distinto color del contrario. Lamió los labios de Bakugō haciéndolo estremecer. — No lo haré, sabes que no... Esta será la última vez que me tendrás así.

☆☆☆

— ¡Duele! — Chillaba el pelinegro arrugando la camisa del mayor entre sus dedos. — ¡Sa-sacalo!

Shōto ignoraba los jalones y lloriqueos del menor, su pensamientos estaban tan nublados por la calidez que rodeaba a su miembro por estar dentro de aquel chico sin importarle que lo dañara.

— Mierda... Aprietas mejor que todas las personas con las que he estado. — Comenzó a embestir lenta y profundamente, jadeo al sentir los muslos del menor aferrarse más a sus caderas con la intención de lastimarlo, para desgracia del menor eso ponía aún más caliente al heterocromatico. Tal vez él también era masoquista.

Bakugō con lágrimas en los ojos se mordió el labio tratando de aguantar gritos de dolor, el sonido de ambos cuerpos chocando cuando el mayor aceleró el ritmo comenzaba a gustarle y ver al heterocromatico sobre él con los ojos cerrados y jadeando borró dolor alguno en su cuerpo o más bien, comenzó a excitarle.

Se recargo sobre uno de sus codos para el otro pasarlo por los hombros del mayor y morder el cuello de este hasta dejar pequeñas gotas de sangre.

— Mierda... – Soltó Shōto apretando inconscientemente la cadera del menor. — ¿Así que ya entiendes? ¿Qué te parece estar igual de podrido que yo? ¿Te gusta?

Con cada pregunta que hacía, aceleraba sus embestidas sin dejar a Katsuki responder ya que cada que abría la boca para hablar lo único que salía de ella eran gemidos y apenas llegaba a gesticular unas cuantas palabras.

El heterocromatico jamás se había sentido tan excitado en su vida, de no ser porque cerraba los ojos para no ver al chico sudoroso y llorón bajo él, ya se habría corrido y es que no sabía porque, pero Bakugō le parecía magnífico de aquella forma, se regañó por no haber hecho eso antes, por todo el tiempo perdido y porque fuera Katsuki el que provocara aquello en él.

La situación de ser atrapados en cualquier momento y de estar en el carro de su hermana hacía todo más caliente, sin duda alguna ninguno de los dos chicos olvidaría aquella tarde.

Editado: 17 abril 2019
Segunda edición: 25 octubre 2021

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top