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{Edades:
Bakugō - 1 año
Shōto - 5 años
Fuyumi - 11 años}
...
Odiaba a los débiles.
Odiaba cuidar y ser cuidado.
Y no pudo evitar sonreír ampliamente cuando le mostraron al bebé pelinegro al quien cuidaría y con quién compartiría la mayoría de su infancia.
Para él era como ver su próximo saco de boxeo o su payaso. Remojo sus labios pasando su lengua ansioso.
— ¡Shōto, baja eso! — Fuyumi se acercó y le quitó de la mano la vela encendida con la que había querido quemar al bebé. — ¡Eso no se hace, mamá te va a regañar si se entera!
— Pero es un bebé, no dirá ni una palabra. — Se quejó el niño heterocromatico de apenas cinco años y a pesar de eso era más inteligente de lo normal. Incluso más o igual que su hermana mayor.
La chica arrugó la nariz al ver la actitud tan siniestra de su hermano menor, tomó al bebé en brazos y se lo llevó hasta donde se encontraban las mamás charlando.
— Mitsuki-san aquí está Katsuki — Dijo la niña entregándole a su hijo.
Ambas madres sonrieron de ternura y comenzaron a hablar del bebé.
Una vez Fuyumi se fue a jugar, Shōto aprovecho para entrar a la cocina y jalar de la blusa de Mitsuki para llamar la atención de esta.
— Yo quiero cuidar al bebé. — Dijo sonriendo inocentemente, ambas madres se miraron sorprendidas pues era raro que el heterocromatico quisiera convivir.
Gustosa Mitsuki llevo a Shōto a la sala donde el niño tomó asiento y Mitsuki dejo al bebé en sus brazos.
— Iré rápido a hablar con tu madre, vuelvo en unos minutos. — El niño asintió y la mayor sonrió para después despeinarlo y volver a la cocina.
Todoroki vio al bebé en sus brazos y en lugar de sonreír de manera inocente sonrió con algo de superioridad.
— Ahora mismo podría hacer muchas cosas delante de ti y no te darías cuenta, estúpido bebé llorón. — Soltó aún sonriendo y el bebé comenzó a reír pues no tenía ni idea de lo que pasaba.
Comenzó a picar la mejilla del menor aburrido, la piel del bebé era tan suave que Shōto no pudo resistirse a tocarlo.
El menor solo se reía cosa que lo molestaba, bufó asqueado y comenzó a jalar las mejillas del menor quien rápidamente comenzó a llorar dejando encantado a Todoroki.
Cuando escucho los pasos de las madres acercándose lo soltó y volvió a su rostro serio.
— ¿Paso algo? — Pregunto Mitsuki agotada.
Antes de que Todoroki pudiera contestar el bebé extrañamente comenzó a reír de nuevo cosa que lo dejo confundido.
Ambas madres quedaron conmovidas al ver aquella escena de los hijos menores conviviendo.
— Le agradaste. — Dijo la pelinegra tomando a su hijo en brazos, Todoroki ocultó su ira con una sonrisa nerviosa pero aun así convincente.
— Q-Que bien... Es un bebé muy lindo.
— Que bueno que piensas eso porque ustedes pasarán mucho tiempo juntos. — Hablo Rei alegre y aplaudiendo. – Serás algo así como su niñera. Su amigo de la infancia ¿Qué dices?
Todoroki aguanto las ganas de gritar, normalmente los niños de cinco años preguntarían que rayos era una niñera pero el heterocromatico ya lo sabía y no le gustaba la idea de pasar tiempo con el bebé, volvió a sonreír fingiendo.
— ¿Qué es una niñera? — Ambas madres se rieron por la pregunta del niño.
— Mejor un amigo ¿Qué dices? A Katsuki le gustas. — Dijo Mitsuki. — ¿A ti te gusta Katsuki?
Antes de que Todoroki asqueado pudiera responder llegó Fuyumi alarmada.
— Y-Yo puedo ser la niñera. — Miro a su hermano preocupada. — Soy mayor que él y puedo cuidarme sola.
— Pero querida no tendrás tiempo para tus actividades extracurriculares. — Rei sonó no muy convencida.
— No importa mamá, quiero que Katsuki crezca confiando en nosotros. — Soltó con una sonrisa en lo que su hermano a quien nadie veía movía la boca irritado arremedando a su hermana.
Sólo quería ser perfecta.
— ¡Qué linda! ¡Serás una maravillosa esposa! — Halago Mitsuki haciendo sonrojar a la niña y poner a Shōto irritado.
— ¡Yo también quiero cuidarlo! — Se ofreció Shōto desafiando a su hermana con la mirada y sacándole la lengua.
— ¡No se diga más, Mitsuki puedes traer a Bakugō cuando quieras! Ahora sabes que están en buenas manos. — Anunció Rei aplaudiendo de nuevo y sintiéndose orgullosa de sus hijos.
Después de despedirse Rei guió a sus invitados dejando a los dos hermanos juntos y en silencio.
— ¿Oíste eso? Mamá dijo que estará en buenas manos. — Dijo Shōto a su hermana sin ocultar emoción en su malévola sonrisa.
Sólo lo hacía para molestar a su hermana y enseñarle a ese bebé que cuando estaba con él no debía reírse, solo llorar.
Se dirigió a su habitación tarareando sin imaginarse lo difícil que sería despegarse de Bakugō de ahora en adelante.
Publicado: 29 de diciembre 2018
Editado: 12 septiembre de 2019
Segunda revisión: 21 septiembre 2021
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