Baby
No lo soporta, es tan impaciente que el sentimiento lo invade.
—Dime —musita el joven con sutileza.
De un momento a otro el miedo lo invade. ¿Por qué después de quererlo todo se arrepiente de tenerlo?
¿Eso es a lo que le llaman inseguridad?
—Creo que tú...
—Deberías irte.
—¿Q-qué?
Sabe perfectamente que recibir apoyo de esa mujer lo volverá loco. Lo enamoriscará y no es algo que él quiera. No porque ella sea mala, sino porque él no es suficiente para Nezuko.
—Nezuko, esto no va a funcionar...
—No entiendo...
—Hablemos después.
—P-pero, ¿de qué hablas? ¿Me estás terminando...?
Zenitsu gira su rostro para mirarla. Ella lo observa con desprecio y tribulación.
—Tal vez —dice finalmente.
—Yo... te amo...
Esas palabras hacen un eco en la cabeza del rubio, se le eriza la piel y por algún motivo le causa nostalgia. Es un sentir diferente a un "te quiero".
¿Cuándo fue la ultima vez que le dijeron esas palabras?
No lo sabe con exactitud, después de todo ya no tiene compañía de alguien. Pues tras del accidente de sus padres se quedó solo. Y un "te amo" no significa nada cuando viene de una persona que desprecia o que simplemente no conoce del todo, en cabio, un "te amo" de su querida Nezuko le resultó... vital.
Espero que nunca me mientas. Y si lo haces, se que no seré tu bebe lloron...
—No termines esto tan fácil... para mí es difícil y no quiero hacerlo. Al menos todavía no —susurra.
La joven se levanta de la banca de parque.
—Cuando digo que te amo, es porque es en serio, Zenitsu. Sé que tienes problemas, sé que no te crees las cosas con facilidad... ¡Entiendo tu desconfianza con las personas! Pero... ¡Confía en mí!
Nezuko se lleva ambas manos a la cara y solloza sobre su bufanda. Sabe que ambos estan rotos, que necesitan atención. Pero lo que siente por Zenitsu es amor. Pero él es tan ingenuo que no se da cuenta de las nobles palabras de su novia.
—¡Quiero que me creas y que me ames tanto como te amo a ti!
Al no recibir murmuro alguno de parte de Agatsuma, decide en caminar y dejar todo atrás, aunque duela y las lágrimas sigan corriendo sobre su pálido rostro. No es lo que ella esperaba de él. Simplemente no es como lo conoció.
El sol está saliendo, pero me siento más frío... No puedo esperar a que acabe la sequía.
Zenitsu se levanta aparentando los dientes. Le sujeta la muñeca con fuerza y ella se detiene en seco mientras lo observa con ojos perla, brillantes por esa desazón en el interior.
—¡Me enamoraré de ti! L-lo sé perfectamente... Aunque realmente ya lo estoy... —alza la mirada—. ¡No te vayas favor!
La de orbes rosados se acerca a su pecho y lo abraza con todas sus fuerzas mientras sobre sus mejillas corren bellas lágrimas que inmediatamente mojan la playera del rubio. Zenitsu la rodea con sus brazos y la toma de la cadera para seguido apoyar su rostro entre el cuello de esta. Unos leves quejidos salen de la boca de la azabache, y una pequeña sonrisa lunar abarca los labios de Agatsuma.
—Llorona...
—Tú eres el bebé llorón —murmura ella.
—Necesitamos llorar...
Porque sé que si lo hacemos, todo estará bien, mi amada Nezuko.
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