Capítulo 9.
ESPECIAL 3/3 POR EL CUMPLEAÑOS DE JOAQUÍN.
[Eres un gran amigo... Emi...Aristóteles]
Me levanté, tallando mis ojos y retirando mis lagañas, lo primero que vi, fue la ropa de Emilio en mi buró, limpia y doblada.
Al parecer mi mamá se levantó aún más temprano.
Me metí a bañar, y después me cambié.
Los viernes llevamos ropa libre en el colegio, es como una tradición. Así que tomé unos jeans blancos, y una playera negra, arriba de ella una chaqueta blanca y unos vans negros.
Anónimo: Tú cara se vería bien contra el piso.
Tiré el celular dentro de mí mochila.
Salí de mi casa, tomando un yogurt de mango, y tratando de pensar positivo.
Al llegar al colegio, huí con Niko a nuestro lugar de siempre, a veces me da miedo que Rodrigo se empiece a preguntar a dónde me voy en las mañanas.
Es por eso que mejor me llevé mi mochila en vez de dejarla en el banco, así solo parecerá que ahora llego más tarde.
—Conocí a una niña muy linda —Niko sonreía mientras comía fruta seca —. Bueno ya la conocía... Pero, ahora hablamos más —sacó su celular y me enseñó una foto de la chica.
—¿Elaine? —lo miré sorprendido.
—Sí, bueno, es muy buena conmigo, creo que me estoy enamorando... —los ojos brillosos de Niko me comprobaban lo que el decía.
—Es muy bonita, y ya he tratado con ella, es buena persona —tomé un sorbo de mi yogurt y seguí mi dibujo actual.
—¿Qué dibujas hoy? —se acercó a mí, levantando las cejas —. ¿Tú y... Emilio?
Efectivamente era un dibujo de nosotros, besándonos en la alberca de la casa de Adrián.
—Eh, sí —me sonrojé.
—¿Se están besando?
—Nombre como crees menso, me está soplando en la boca, con los labios pegados —Niko soltó la carcajada.
—Es muy bonito, tienes mucho talento —mordió su barra de granola y después tomó un trago de agua.
—Ya casi es hora, deberíamos ir al salón ya —recogí mis cosas.
—Antes de irnos, Joaco, ¿Qué tan enamorado estás de Emilio? —me dijo mientras terminaba su comida.
—Pues... Mira, cuando mencionan su nombre, cuando pienso en el, cuando lo dibujo, mi corazón late muy rápido y cuando nos vemos, siento paz, aunque también muchos nervios, me es difícil esconderlo, pero me resulta. Tengo poco de conocerlo pero ya sabes... Para enamorarte solo se necesitan cuatro minutos, me gusta... Sí, pero jamás le diré, éste amor tendrá que morir en silencio, porque es muy probable que si le digo, Emilio se aleje de mí, y eso... No podría soportarlo mucho —las palabras se me salían solas, fluían tal cual, todo porque sabía muy bien de lo que hablaba.
—No manches, creo que sí andas bien ciego —me tocó la cara como si padeciera de calentura.
Salimos de "Neverland", así le pusimos a nuestro escondite, y nos dirigimos al salón.
Entramos y Rodrigo tenía nuestro trabajo en el banco.
Horas después, entró la maestra de geografía.
—Todos sus proyectos fueron excelentes, pero debo destacar uno en particular, Bondoni, Parras, al frente con su trabajo por favor —Rodrigo cargó el modelo, y pasamos con la maestra —. Su vídeo estaba muy bien editado, su explicación impecable, y la presentación de su trabajo es excepcional, felicidades muchachos, tienen diez, y los voy a exentar del examen parcial —por primera vez en mucho tiempo, Rodrigo me dirigió una sonrisa al escuchar lo del examen, y por un momento, volví a esos momentos...
Cuando Rodrigo y yo éramos amigos, cuando jugábamos fútbol siempre, me empujaba y luego me levantaba, cuando me sonreía y hacia bromas conmigo, no sobre mí. ¿Una orientación sexual de verdad puede cambiar la mentalidad de una persona sobre otra?
No me parecía justo, si el nunca hubiera sabido que soy gay, el seguiría siendo mi amigo. No puedo creer que por el simple hecho de que tengas gustos distintos, ya te odie medio mundo.
—Pasen a sus lugares, el trabajo, mejor dicho, los trabajos, serán guardados en la galería de arte para una exhibición de final de curso —me senté en mi lugar, satisfecho.
Se llegó la última clase del día, educación física.
Entré a los vestidores para ponerme la ropa deportiva, y Rodrigo estaba ahí con sus otros dos amigos, Bruno y Raúl, los dos peleles secuaces de él.
Afortunadamente no entré solo, iba con Niko.
—Oye Joaquín —escuché la voz de Rodrigo detrás de mí, lo cual me pareció completamente extraño, ya que nunca me llama por mi nombre —. ¿Podemos hablar?
Lo miré extrañado, a lo cual solo asentí lentamente.
—¿Está bien Joaco? —Niko me dijo a modo de susurro, y yo solo volví a asentir.
Rodrigo me puso el brazo al rededor de mi espalda y me dirigió a la parte de las regaderas, digamos que es un poco más privado.
—No creas que porque me hiciste exentar y sacar diez, te libras de las molestias ¿Va? —seguí asintiendo, sin decir una sola palabra —. Tu cara se vería muy bonita contra el piso.
—Tu fuiste el del mensaje —junté mis manos.
—Sí, digamos que yo siempre te dejo un mensajito para que duermas... Advertido —me tomó fuerte de los brazos.
—¿No crees que es muy cobarde mandarlo en anónimo? —mis palabras al parecer no le gustaron.
—Yo puedo hacer lo que se me de la gana —me dió un codazo en el estómago, lo que hizo que me agachara un poco.
Me pateó en la espalda, y terminé en el piso.
—¡Joaquín, escuché golpes! —Niko venía corriendo a ayudarme pero los orangutanes de Rodrigo lo detuvieron —. ¡Déjenlo en paz!
—Si tu amiguito viene a ayudarte, le parto la cara a el, ¿Entiendes basura? —me puso el pie en la cara, y literalmente tenía mi rostro contra el piso.
—A... aléjate Niko, estoy bien —me dolía el estómago, muy apenas pude hablar.
—¡Déjenlo trío de simios parlantes! —Nikolás Caballero, sé que quieres ayudarme pero acabas de firmar tu muerte.
Alcancé a ver cómo con los codos juntos, se los encajaron en la espalda a Niko, haciendo que cayera al piso.
—¿Tú amigo también es marica, o por qué te defiende? ¿Es tu novio? —Rodrigo empezó a revolcarme su pie en mi cara.
—¡No! Niko no es gay, y es mi amigo, solo quiere defenderme, déjenlo en paz, lastimenme a mí —cerré fuertemente mis puños, y aguanté el dolor.
—Muy bien, al parecer el cry baby quiere pagar por tus pecados —Raúl paró a Niko y lo detuvo por la espalda.
Vi venir a Bruno hacia mí.
—¿Cuál es nuestro lema? —gritó Rodrigo.
—¡Los gays no merecen vivir! ¡Los gays dan asco! ¡Los gays son una aberración! GAY IS NOT OK! —¿Acaso ensayaban, era un culto contra la lgbt o qué?
Rodrigo me metió una fuerte patada en el estómago, haciendo que el dolor se intensificara. Pero lleno de éste, de lágrimas, de coraje, me levanté.
—El chillón se levantó eh, ¿Qué piensas hacer jotito? —me dijo Bruno.
Con las fuerzas que me quedaban, tomé aire, y por milisegundos relajé mi mente, tomando impulso de no sé dónde, pensando en que debo luchar, por Niko, por la lgbt, por mí. Porque somos humanos como ustedes, porque sentimos, porque todos somos iguales, porque merecemos vivir, ¡Por que no somos un error! ¡PORQUE SER GAY NO ESTÁ MAL! ¡SER GAY ESTÁ BIEN! ¡SER GAY ES FELICIDAD! ¡PORQUE SER GAY ES VIDA!
Cerré mis puños lo más fuerte que pude, y le tiré un puñetazo en la cara a Rodrigo, tan fuerte que lo tumbé al suelo, sabía que después de aquel golpe, sería mi fin, pero no podría irme sin luchar, no podía quedarme simplemente en el piso llorando.
—Estás muerto, ¡Bruno! —acto seguido, tremendo gorila me cargó en su espalda.
Tiré golpes para que me bajara, pero no eran suficientes. Bruno me tiró contra los lockers, me golpeó en el pecho, una... dos... tres... Cuatro veces.
—¡No le dejes marcas en la cara! —gritó Rodrigo.
—¡DÉJALO YA MALDITO INFELIZ! —Niko aún trataba de liberarse de las garras de Raúl, pero era imposible.
Eran dos monstruos de uno noventa, anchos y con cara de matones.
Un último golpe sentí, que me hizo escupir sangre.
—Con eso basta, algún día podré matarte, gay de mierda —Rodrigo se paró y le dió la orden a los gorilas de que se fueran con el —. Mi papá va a matarme si sabe que me golpeó un joto, le diré que me peleé con ustedes —decía saliendo de los vestidores.
Nikolás corrió hacia mí.
—Dime que no te rompieron nada —Niko trató de levantarme.
—No... Ya lo hubiera sentido, saben medirse Niko, saben hasta donde, por favor, ¿Me acompañas a mi casa? —dije poniéndome de pie.
—Claro que sí, nos saltamos educación, al cabo el profe ni sabrá que faltamos, nos esperamos afuera tantito y nos vamos a tu casa —me ayudó a caminar —. Tenemos que decirle a tu m...
—¡No! —grité mirándolo a los ojos —. Nikolás Caballero Landagaray, te lo ruego, no se lo digas a nadie —me sostenía en sus brazos.
—Tenemos que parar esto Joaquín, no te pueden seguir molestando así, ni de ninguna manera.
—Mira Niko... No durará mucho, pronto nos graduaremos, y espero con todas mis fuerzas que Rodrigo y sus seguidores vayan a otra preparatoria diferente a la que yo iré —me tuve que sentar en las bancas, ya que me sentía muy cansado.
—No puedo dejar que te hagan daño por más tiempo, eres mi amigo, aún faltan casi tres meses para la graduación Joaquín —se sentó a mi lado.
—Por favor Nikolás... Mírame, nadie puede enterarse de ésto, si revelo que me hacen bullying, muchos preguntarán porqué, y Rodrigo le gritará al mundo que soy gay... Y aún no estoy listo para... "Salir del clóset", ¿Te imaginas que Emilio se entere?
Yo ya se lo he negado, pero en boca de tantos, no podré fingir que es mentira. Me odiará... Y aunque suene muy estúpido, hago esto de callarme... Por miedo y por amor —lágrimas empezaron a botar de mis ojos —. No puedo salir del clóset Niko, me da mucho miedo... Me da miedo perder a mis amigos, o qué más gente se vuelva en mi contra, como Rodrigo, solo por ser gay, tengo miedo de perder a...
—A Emilio, sí, está cañón Joaquín... —miró hacia abajo —. Mira... No le diré a nadie... Por ahora, porque sé que no quieres salir del clóset, a mí también me cuesta, a pesar de poder expresarme con gente que conozco, como bisexual, no podría ponerlo en redes, al menos no aún, y respeto eso... Supongo que lo único que puedo hacer es protegerte más —me abrazó.
—Somos y seremos grandes amigos Niko, gracias por entender, de hoy en adelante, pasaremos la entrada y descanso en Neverland, y en educación física, olvídate de venir a los vestidores, vendremos con la ropa de deportes ya puesta, ¿Te parece?
—Me parece genial, lo bueno es que solo toca los viernes, y es ropa libre —me sonrió —. Vámonos para tu casa Joatitch.
—¿Cómo me dijiste? —lo miré con los ojos entrecerrados.
—Te gusta mucho Disney, a lo que veo que tú mochila es de stitch, tus cuadernos de personajes de Disney, tus plumas etc, y como Lilo y Stitch son mejores amigos, pensé que así nos podemos decir tú y yo —salimos caminando lento de los vestidores, escabulléndonos del profesor Gabriel.
—Entonces tú serás... Nilo —sonreí sin mostrar dientes.
—Me parece perfecto —salimos del colegio, y caminamos hasta la plaza de en seguida, donde nos comimos una nieve.
—Creo que pasamos de mejores amigos en la novela, a mejores amigos en la vida real, como en los viejos tiempos, en la rosa jajaja —le dije mientras comía mi último resto de como.
—¿No crees que es genial? Cómo la actuación une a tantas personas, de maneras que nunca te imaginarias, tantos actores que son novios en la serie, película etc, y terminan siendolo en la vida real, o personas que son padre e hijo actuando, y termina siendo una relación de padre postizo e hijo postizo —Niko acabó su nieve rosa.
—Sí, me parece genial, me da tanta inspiración el saber que esas cosas pueden pasar, igual y te cae alguien de sorpresa en un proyecto y termina siendo tu todo —se me iban los ojos pensando en aquello, figurando a Emilio.
Empezamos a caminar hacía mi casa, y compartimos audífonos.
—¿Qué música ponemos? —me dijo.
A lo que respondimos al mismo tiempo.
—Ariana Grande.
—Me sorprende que nos gusten las mismas cosas, Joatitch —suspira para sonreír.
En el camino nos la pasamos escuchando la música y haciendo pequeños pasos de baile.
Al casi llegar a mi casa, dos hombres pasaron en un auto, le dieron más despacio al vernos, y solo abrieron la ventana para hacer dos cosas.
—¡ASCO CON LOS HOMOSEXUALES! —y el que iba manejando me aventó un batido, a lo cual Niko se me puso en frente, y le cayó a el.
El carro aceleró y no pudimos ver quiénes eran, ya que llevaban gorra y lentes.
—Está frío ahh —Niko se sacudía como caracol con sal, tenía la cabeza llena de líquido viscoso rosa, que le escurría por el cuello.
—Ay no, Niko, ven, vamos a mi casa, te limpias y te presto ropa —le quité algunas fresas que tenía atoradas en el cabello.
—No como crees, tú mamá preguntaría que nos pasó, ¿Y que le vas a decir? ¿Que me tiraste un batido en la cabeza por error? —se sacudió el cabello —. Estaré bien, mira en mi casa no hay nadie hasta la noche, puedo llegar y limpiarme sin que nadie me cuestione, tomaré el autobús, está un poco alejado pero todo bien sí —me sonrió.
—Ay no, Niko, en serio, ya veré qué le digo a mi mamá, pero vamos a limpiarte —lo tomé del brazo.
—Joaquín, neta, no pasa nada, no es la primera vez que alguien me tira algo así en la cabeza, una vez en mi otra escuela, se les ocurrió a unas niñas de mi salón hacerle una broma a la que les caía mal, poniendo un bote de miel revuelto con batido de chocolate arriba de la puerta, y adivina quien llegó más temprano ese día y sigue adivinando a quien le cayó esa mezcla asquerosa en la cabeza.
—A ti —reí un poco.
—Así es, así que no te preocupes, se quita con agua y mucho shampoo, tú no te cargues conmigo, mira, nos vemos el lunes —me dió un pequeño abrazo.
—¿Segurisimo? —lo miré atentamente.
—Súper seguro, ahora entra a tu casa antes de que una bola de homofóbicos venga a tirarte licuados de mal sabor a tu hermosa cabellera —me dedicó una última sonrisa.
—Hasta el lunes Nilo —lo despedí agitando mi mano para luego caminar un poco más y entrar a mi casa.
Caminé lento, ya que los golpes que me habían dado, aún dolían, serían grandes moretones en un rato.
Emilio♥️: El llamado se adelantó, llego por ti en treinta.
¡Corre perra corre!
Me metí a bañar rápidamente.
PREEEEEGUNTA:
¿Ustedes le dicen de alguna manera a su mejor amigx, o a su novix?
VOTA Y COMENTA SI COMO DE QUE NO.
AHORA YA.
TIENES 5 SEGUNDOS PARA VOTAR.
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A mí no me engañas...
¡Ahora sí, muchas gracias!
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