Capítulo 63.

[Supernova].

—¡Ganamos! —dije en voz baja y abracé a Emilio, quién me susurró al oído “Te amo mi amor”, y sentí que me desmayaba, aún no empezábamos con los apodos, ¿O sí?

Pasamos un rato comiendo, riendo y observando las demás nominaciones.

—Wey ¿Qué opinas de que acabamos de ganar un premio en Nueva York? —Emilio me grababa con su móvil.

Yo estaba impactado, no lo creía, de verdad que no, no podía expresar muy bien la emoción que sentía.

Después de que nos grabaran muchas veces en el evento, nos dieron el premio y nos tomamos fotografías con Santi y mi mamá, conocimos gente en la pasarela de entrevistas y retratos, todo era de ensueño.

—Se ven divinos con los trajes combinados —me dijo una señorita de vestido largo.

—¡Gracias! —le sonreí.

Al salir del evento, me sentía muy feliz, extremadamente feliz, es como si no hubiera odio en ninguna parte, fue excepcional. Tal vez ya debería poder ser yo... Sin tapujos.

—De las dos habitaciones que pedí, Joaquín duerme conmigo en una, y tú puedes estar en la de al lado —mi mamá nos hablaba mientras estábamos en el vehículo.

—¿Y Santiago? —preguntó Emilio.

—Dijo que el hizo reservación en otro hotel, no te preocupes —respondió mi madre.

—¿Joaquín puede dormir en la habitación conmigo? —Emilio sonrió penoso.

Mi mamá lo analizó —¿Para qué?

—Creo que no es necesario decirlo —mencionó el rizado.

—Está bien, recuerda que estoy confiándote mi vida Emilio, Joaquín es mi vida —mi mamá le vió con ojos amenazantes.

—Lo sé Ely, no te preocupes, el también es mi vida —cuando Emilio dijo eso, se me aceleró el corazón.

Llegamos al hotel, era muy tarde ya, moví mis cosas del cuarto en el que había llegado con mi madre, para pasarme a dónde estaba Emilio.

Tomé una ducha, seguido mi compañero hizo lo mismo.

Metimos los trajes en sus bolsas correspondientes y los colgamos. Nos aventamos a la cama, yo puse el clima, Emilio apagó las luces con el control general.

—Fue maravilloso —mencioné.

—No puedo estar más de acuerdo, ganamos Joaco, ganamos un premio en Nueva York.

—Oye, quería preguntarte algo... Cuando nos dieron la noticia, me abrazaste, y quiero saber si no estoy loco ¿Me dijiste “mi amor”?

—Sí, fue la emoción del momento, una disculpa.

—No te disculpes, no es malo, solo no sabía que ya tendríamos apodos —me sonrojé.

—Ahora que recuerdo, ¿Deberíamos ponernos apodos? O sea... Cómo nuestros Aristemo, que se dicen Tahi, ¿Cuál sería el nuestro?

—No lo había pensando, yo te digo Famosorio, tu a mi Bobondoni.

—Sí, pero no son apodos románticos, ¿O sí?

—No tengo idea hmm... Pues el mi amor me encanta, pero tal vez podamos usarlo si un día llegamos a ser novios. Mientras tanto ¿Se te ocurre algo?

—Ya sé... ¿Qué tal “Sol y Luna”?, así como el fandom se refiere a nosotros. Porque aunque podamos estar muy lejos, siempre ocurrirá un eclipse, siempre estaré a la espera de tu calor, tal cual la luz del sol se refleja en la luna y la hace brillar... ¿Te gusta?

—Me gusta, me gustas tú, mi luna —le besé la mejilla.

—Tú me gustas más, mi sol —se recostó y me cargó, dejando mi cabeza sobre su pecho.

—¿Me concede un beso de buenas noches? —pedí.

—Concedido —acercó mi rostro hacia él, y besamos nuestros labios, con pasión, con ternura, sentía como si fuese invencible, como si fuera la persona más fuerte y afortunada del mundo.

Duramos al rededor de un minuto besándonos, cuando Emilio pasó su mano recorriendo toda mi espalda.

—Emi —mencioné con algo de pena.

—Dime bonito.

—Siento como si mi cuerpo quisiera fusionarse a ti.

—¿En serio? —me apretó un poco contra su cuerpo.

—Sí —mordí mi labio y seguido seguí besando a Emilio.

—Joaco... Eh, ¿Puedo? —movió sus manos hasta mi espalda baja —. Solo... Solo si me permites, nunca he hecho algo así, solo es curiosidad, solo siento ansías, pero si no no pasa nada.

—Hazlo.

—Bueno, si en cualquier momento te incomoda solo dilo, no lo guardes, si necesitas que me detenga, solo habla por favor —me veía, y era tan atento, por un momento me vino un flashback, de la vez que esto mismo sucedió con Gizén... Sacudí mi cabeza e intenté despejarla.

Bajó su mano derecha a mi trasero, y después su mano izquierda, apretó y soltó levemente, mientras intentaba pegarme hacia él, seguía besándome, como si no se saciara nunca, me apretó con fuerza, y debo admitir que me gustó, en un momento retiró sus manos para en cuestión de segundos hacerlas aterrizar de nuevo en donde estaban, con un golpe meramente satisfactorio y nada doloroso.

—Dios, no sabía que era... Que era así —mencionó cuando me besaba.

—¿Qué cosa?

—Está firme, bien formado, me gusta —sonrió pícaramente.

No pude evitar sonrojarme y sentirme encendido.

No podíamos soltar nuestras bocas, sus manos no podían soltarme a mí, y las mías no podían evitar tomar la sábana con fuerza.

—Joaco, tal vez deberíamos detenernos.

—¿Te sientes incómodo? Podemos parar si quieres.

—No es eso... Es que... —miré su rostro, estaba como tomate —. Es que estoy teniendo una erección muy fuerte, y sé que no queremos sexo, entonces necesito relajarme.

—Tranquilo Emilio, piensa en la biblia —reí ante mí propio comentario.

Me quité de encima, yo también estaba a punto de tener una erección, pero había aprendido a controlarme.

—Necesito pensar en otra cosa, eso no va a irse tan fácil —miré discretamente a la entre pierna de Emilio, y sí, estaba erecto, me quedé pasmado.

—Piensa en algo que odies, no sé.

—A Gizén —mencionó automáticamente, y su entrepierna se desvaneció de estar encendida.

—Wow, debes odiarlo demasiado.

—Sí, un poco, pensé en él y en Rodrigo, personas de mierda.

—Bueno detente de pensar en ellos, ahora solo mírame.

—Es que eres tan hermoso... Disculpa a mis hormonas

—No te preocupes, entiendo perfectamente, mira, mejor vamos a dormir antes de que terminemos haciendo cosas que no —reí y me acosté sobre su pecho una vez más.

—Buenas noches, solecito —me dijo mientras me hacía piojito.

—Buenas noches, mi luna —sonreí internamente, no podía pedir algo mejor.

—Abre los ojos dormilón, tenemos que alistarnos para ir a comer y de ahí volver a México —moví a Emilio, alborotando sus rizos.

—¿Qué hora es? —se revolcó.

—Como las cinco de la mañana, anda ya.

—Tu primero, te alcanzo abajo.

—Bueno —decidí tomar una ducha, hacer mí maleta mientras Emilio se metía a bañar, después fui con mí madre para finalmente bajar.

Estaba comiendo fruta muy agusto, cuando de repente Emilio me asustó, estaba grabando con su celular.

—No hagas eso —reí.

—Hasta asustado te ves bonito.

—Cállate —lo abracé.

Comimos, nos quedamos unos pocos minutos a reposar, seguido nos metimos en un auto que condujo hasta el aeropuerto.

—Tú vas conmigo —Emilio me jaló hacia los asientos correspondientes, mientras mí madre se sentó dos filas en frente con Santiago.

—Emilio, solo quería recordarte algo —mencioné.

—¿Qué cosa solecito?

—Que te amo.

Me vió y se me cristalizaron los ojos —Ay... Yo también Joaquín —me abrazó y me dió un besito en la mejilla.

—¿Nos ponemos a ver Victorious?

—Jalo.

Puse un capítulo random.

—Wey, Beck está bien guapo pero luego veo a Jade y también está hermosa —Emilio prestaba mucha atención a la pantalla.

—Y a eso señores le llamamos bisexualidad —susurré.

—¿Ay pero a poco Beck no está guapo?

—Claro que sí, mucho.

—¿Más que yo? —hizo un puchero.

—Nadie es más guapo que tú.

—Claro que sí —me vió molesto.

—¿Quién?

—Pues tú —me volvió a sonreír como idiota.

—Bueno podemos discutirlo.

Después de un largo rato aterrizamos.

—Chicos recuerden que tienen llamado mañana a las siete —Santi se despedía de nosotros.

—¿De la tarde? —preguntó Emilio.

—Ay sí como si esas cosas pasaran —le respondió Santiago entre risas.

—Al menos lo intenté —me vió el rizado.

—Te veo mañana, ricitos —le besé la mejilla.

—Cuídate bonito.

Regresamos a casa, acostarme en mí cama después de un largo viaje era muy placentero.

Narrador omnisciente:

Emilio por fin podía sentir que sus emociones estaban ahí y eran aceptadas, sentía que las dinopolillas en su estómago eran muy fuertes al pensar en Joaquín, se había enamorado, poco a poco, y se había perdido en la piel de su amado, en sus finos rasgos, en su corazón deslumbrante, en su magnífica voz, simplemente se sentía la persona más perdida y más centrada a la vez, se sentía en la cima de una montaña, claro que solo imaginaba estar ahí, porque si le pasara de verdad, terminaría llorando del miedo.

Joaquín por fin después de tanta turbulencia en su viaje, pudo presenciar la paz, la paz de sentirse correspondido, amado, aceptado, al menos por una vez en su vida, a ese grado. No le importaban en ese momento los comentarios sobre él, el revuelo por usar crop top y ser captado con él, o cualquier otra cosa negativa, simplemente estaba sintiéndose inmune ante todo, la pregunta que aún rondaba la cabeza del menor era “¿Por cuánto durará mi felicidad?”, era duro imaginar las posibilidades... ¿Emilio podría salir del clóset un día con su familia? ¿Alguna vez podrían mostrarse ante la sociedad como son? ¿Ellos durarían por siempre?

Habían muchas dudas, mucho material que podría hacer venir abajo a cualquiera, por ello Joaquín evitaba a toda costa plantearse esos cuestionamientos.

También, el pequeño se preguntaba, si se habría deslindado de sus acosadores al abandonar la escuela presencial, podía tolerar los mensajes, ignorarlos, pero... Aún le daba miedo que algún día volvieran a topárselo, y que ésta vez estuvieran más preparados.

Emilio regresó a su casa también, al llegar subió a su habitación y se tiró en su cama, sintiendo el poco vello de sus brazos erizarse ante el aire acondicionado, era un ambiente fresco, suave y cómodo. Vió su respaldo, tuvo un recuerdo inmediato de cómo lo tenía decorado antes, sacudió su cabeza y pensó una mejor idea, quería poner los peluches que le había regalado el fandom, y alguna que otra foto Polaroid con sus amigos.

—Emilio —Romina entró al cuarto del rizado.

—Sí pasa claro, ¿Cómo estás? ¿Cómo llegaste del viaje?

—Como si de verdad nos lleváramos así. Venía a comentarte de algo.

—¿Qué? —Emilio se recargó en su respaldo.

—¿Es cierto que Joaquín usó un crop top?

—Hum, sí ¿Por?

—Eso no es muy... Varonil, quiero saber, ¿Joaquín es gay? —Romina estaba siendo demasiado directa, invadiendo un espacio que no le correspondía.

—No sé porque dices que usar un crop top es poco varonil, tampoco entiendo porqué me preguntas a mi la sexualidad de Joaquín, cuando no soy a quién deberías cuestionárselo, inclusive si se lo quisieras preguntar a él, no te dejaría, no te puedes tirar a preguntar la sexualidad de alguien así como así.

—Entonces sí es gay.

Emilio rodó los ojos.

—No sé Romina, ¿Por qué te importa tanto?

—Curiosidad, no creo que no sepas, llevas mucho conviviendo con él, ¿No son mejores amigos?

—¿Y por ser mejores amigos debo saber su sexualidad? —eran más que amigos, lo tenía claro, pero la actitud de su hermana demostraba de todo menos aceptación.

—Sí, creo que deberías, ¿O apoco no sospechas de algo? Hace un papel gay, por segunda vez, usa esa ropa...

—Yo también hago ese papel gay, por si se te olvida, y la ropa no tiene género, no describe como tiene que ser una persona.

—¿Por qué actúas así? Molesto, ¿Acaso te dí dónde te duele?

—Mira, ocúpate de tus propios asuntos, y métete en tu propia vida, si es que tienes una.

Emilio reaccionó tarde ante su propio comentario, fue rudo, por estar molesto con la actitud de Romina, ésta lo vió con indignación y salió de la habitación llorando.

El rizado no iría tras ella, había dicho cosas que sí, le daban dónde le dolía, en Joaquín, y si no dejaba que unos extraños se metieran con él, mucho menos su hermana. ¿No dijo siempre que le apoyaba sobre todo? ¿Por qué criticar así? ¿Por qué tomar esa postura? ¿Eso es lo que realmente piensa?

Emilio escuchó su celular sonar, lo tomó y vió la pantalla de bloqueo.

Anónimo: Disfrutar mientras dure, “amar” mientras se pueda, un juego que no vencerás, prepárate.

El muchacho se quedó quieto un momento, procesando el mensaje. ¿De quién era? ¿Y a qué se refería?
No quiso darle importancia, tal vez un fan, tal vez alguien más pero, después de la pelea con Romina, no quería lidiar con otro asunto, borró el mensaje de sus notificaciones y apartó el móvil.

Emilio sacó una cajita de su buró, dentro de él estaba el anillo negro que Joaquín le había dado, el que reflejaba protección. No lo había usado tan seguido ya que temía perderlo en algún viaje, o dañarlo, sin embargo decidió que lo usaría ahora a diario junto con la pulsera de hilo rojo.

Joaquín por su parte, abrazaba al pato que le había dado Emilio anteriormente, mientras observaba su pulsera, su collar de gatito, la alcancía en el peinador, todo de parte del señorito Marcos. Ya lo extrañaba, su corazón lo quería cerca para sentirse completo.

Famosorio♥️: Buenas noches al sol más brillante que pueda existir, mí estrella vibrante, te quiero cerca... Cerca de mí.

Joaco B: Buenas noches a mí luna resplandeciente que veo por la ventana a diario... Ya quiero escuchar las canciones nuevas.

Famosorio♥️: Si quieres mañana en el descanso del ensayo te las pongo para que escuches alguna, justamente la que va para ti...

Joaco B: ¿Me escribiste una canción?

Famosorio♥️: Sí, sin querer al estar escribiendo, pensé en ti y todo lo relaciono contigo... Cerca de mí es para ti, Si al final tengo tu amor es para ti, Siempre tú es para ti... Ay Joaquín, ¿Qué me hiciste?

Joaco B: No sé tú dime, ya hasta miedo me dió.

Famosorio ♥️: ¿Miedo porque estoy siendo romántico?

Joaco B: Estoy acostumbrado a tus babosadas.

Famosorio♥️: Bueno no puedo objetar nada ante eso.

Joaco B: Me voy a poner a llorar cuando las escuche.

Famosorio♥️: Espero que sea de felicidad.

Joaco B: Lo será, ya te quiero ver.

Famosorio♥️: Yo a ti, tal vez deberíamos dormir, son las doce de la madrugada y mañana hay que estar a las siete en el set.

Joaco B: Oye antes de que nos despidamos, tengo una duda casual.

Famosorio♥️: Dime.

Joaco B: ¿Deberíamos cambiarnos los nombres de WhatsApp, y de Messenger? ¿O los dejamos como están? Aún te tengo como Famosorio.

Famosorio♥️: Como tú quieras bonito.

Emilio volteó a ver el nombre con el que tenía agendado a Joaquín desde hacia unos pocos días, ponía “Mi chiquito bonito”.

Joaco B: Bueno, creo que así me gusta, como Famosorio, y en Messenger te pondré “Moon🌙”.

Famosorio♥️: Entonces en Messenger te pondré “Sun☀️”.

Joaco B: Que lindo...
Descansa Emi, hasta más tarde, te amo. ♥️

Famosorio♥️: Descansa bonito, hasta más tarde, te amo, solecito. ✨♥️

Ambos hicieron sus teléfonos a un lado y decidieron dormir para poder levantarse con un buen ánimo al acudir al set.

En la mañana, Joaquín corría preparándose, Emilio pasaría por él como de ahora en adelante, al no tener la escuela, podrían verse por más tiempo todavía.

Con la modalidad en línea de Joaquín le era sencillo ser flexible en sus horarios, ya que no era con vídeo llamadas, sino con vídeos pregrabados, ejercicios y exámenes de prueba instantánea. Sus calificaciones siempre han sido buenas, no se le dificultaba para nada.

Llevaba un rato sin ver a Nikolás, lo extrañaba, también se preguntaba cómo le iba en la modalidad en línea.

—¡Llegaron por ti! —le gritó Renata a su hermano, quién también había decidido llevar modalidad en línea, sin embargo ella sí tenía las clases en vivo.

—¡Voy! —Joaquín tomó un yogurt rápidamente del refrigerador y corrió hacia afuera, para subir a la camioneta de Emilio.

—Buenos días bonito —Emilio sonrió y le dió un beso en la mejilla.

—Buenos días ricitos —Joaquín le devolvió la sonrisa.

Ese día Joaquín escuchó las canciones que Emilio le había mencionado, y sí, lloró con cada una de ellas, sobre todo con Si al final tengo tu amor.

Los días pasaron, ir al set, grabar, descansar, convivir, salir a comer algo y dormir. Una rutina cansada y revuelta, pero no podían pedir algo mejor.

—¡Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños querido Joaco, feliz cumpleaños a ti! —Elizabeth y Renata entraron a la habitación del pequeño con un desayuno especial.

Joaquín abrió los ojos, los talló y se estiró un poco para después sonreír.

—Un día como hoy nació uno de mis angelitos, ¡Felicidades mí amor! —Elizabeth lo abrazó.

—Un día como hoy el ser más fastidioso y menso nació —le dijo Renata riendo para después abrazarlo.

—¿Listo para el día de hoy? —le preguntó su madre.

—¿Quieres decir listo para el trabajo? —Joaquín rió, y comenzó a comer su desayuno.

—Anímate, seguro te darán obsequios y te cantarán las mañanitas —le dijo Renata.

—Será un día muy bonito mí amor, ándale, levántate, ve a bañarte y nosotros te iremos a dejar al set, antes de que las clases de Renata empiecen.

—Pero, Emilio pasará por mí como de costumbre ¿No?

—Emilio me dijo que no podría venir, y si me lo preguntas a mí, yo sospecho que algo trama, así que nosotros te llevamos.

—Bueno, muchas gracias por el desayuno mamá, Ren.

Ambas desalojaron la habitación, mientras Joaquín terminaba la comida para meterse a bañar, arreglarse un poco. Debía confesar que estaba ansioso por llegar al set, quería saber que tramaba Emilio.

Al llegar, le recibieron compañeros de la producción con felicitaciones, con regalos, ésto le dibujaba alegría a Joaquín, más de lo normal.

—¡Feliz cumpleaños! —gritaron todos al entrar Joaquín al set.

Emilio no estaba entre ellos, y eso se le hacía extraño al menor.

Después de un rato, lo maquillaron y vistieron, le pidieron que fuera al camerino para esperar la señal de Camila, grabarían en la privada.

Joaquín había visto sus notificaciones desde que se levantó, a las tres de la mañana, Emilio le había dejado un mensaje, pero solamente contenía unas pocas palabras: “Nace la luz del mundo☀️”, no ponía más.

Éste entró al camerino, que en ese momento era un remolque espacioso.

—Éstas son... Las mañanitas, que cantaba el rey Emilio, hoy por ser, tu cumpleaños, te las canto yo a ti, despierta Joaquín despierta, mira que ya amaneció, ya los pajarillos cantan la luna ya salió a tocarte una canción —Emilio estaba sentado en el fondo del remolque, con su guitarra, vestido como Aristóteles, a su lado tenía un ramo de girasoles y un globo decorado.

—Emilio... —Joaquín se llenó de lágrimas.

—¿Pensaste que no aparecería?

—Por un pequeño instante.

—Nunca pienses eso, yo siempre apareceré, cuando menos lo esperes y aunque tus esperanzas estén por los suelos, siempre cree en mí y manten tu fe activa, feliz cumpleaños mí sol, dieciséis vueltas haz dado, agradezco el día de tu nacimiento, te amo —Emilio dejó la guitarra a un lado para abrazar a Joaquín.

—Gracias... De verdad gracias.

—No lo agradezcas, ésto apenas es el comienzo —Emilio rió.

—¡Al set en tres! —avisó Camila desde afuera.

—¡En camino! —anunció Emilio —. El ramo y el globo obviamente son tuyos, traje un florero para ponerlo, también pensé que sería mejor dejar los regalos aquí.

—Sí, sé el porqué, no hay problema, vayamos a grabar —Joaquín se mantenía abrazado de Emilio.

Acudieron a las grabaciones, después de un rato, le trajeron un pastel a Joaquín, los fans le trajeron regalos, una convivencia muy hermosa, también llegó el mariachi que le había pedido Emilio.

—Creíste que se me había olvidado eh Joatitch —Niko se abalanzó al menor cuando estaban tomando el descanso, después de haber partido el pastel —. No traje nada al set, saliendo de aquí, te doy tu regalo, ¿Podemos ir a comer?

—Claro, le aviso a mí mamá.

—Tú mamá ya está enterada, solo falta tu aprobación.

—Siempre un paso adelante Nilo —Joaquín rió.

—Ya sabes que sí.

Un rato más tarde, Joaquín estaba en el remolque con su mamá.

Elizabeth ya había planeado con Emilio un protocolo a seguir para que el rizado le diera su segundo regalo.

—Te hablan afuera —comentó la chica de maquillaje a Joaquín para que saliera.

—¿Y ahora qué? —dijo Joaquín.

Iba a caminar hacia la izquierda, pero Emilio lo sorprendió por la derecha.

—¿Y ese regalo?

—Es para ti, es tuyo, ten...

—Ay Emilio... —Joaquín lo abrazó, habían actuado como si antes no hubieran tenido un momento similar, era parte del mantener las cosas en secreto —. Gracias.

—Ábrelo —Emilio estaba ansioso —. Fue con ayuda eh, pero ese no es todo, más tarde te doy tu otro regalo.

Joaquín abrió la bolsa y se sorprendió muchísimo —¡No! ¡No! ¡Emilio! Muchas gracias.

—Pruébatelo —Emilio sonreía enormemente.

Elizabeth salió del remolque haciéndose la sorprendida —. ¿Qué es mí amor? ¿Quien te lo dió?

—Es de Emilio mamá.

Justo comenzó a sonar el mariachi de nuevo, todos se sacaron de onda, ésta vez lo habían pedido los fans.

Joaquín se sentía tan feliz, nada estaba mal, y eso le sorprendía.

—Entonces ¿A dónde vamos? —habían salido de las grabaciones, Joaquín estaba en el auto con Nikolás.

—Al infinito y más allá.

—No seas menso, ¿A dónde piensas llevarme?

—¿Recuerdas al restaurante que nos llevaron los de la producción cuando éramos niños? Cuando después de la escena de los moquetazos entre tú y yo quisieron recompensarnos por haberlo hecho bien.

—Claro que sí, ese lugar era genial.

—Ahí vamos, cité a Andy, a los de tres ocho uno, a Nickol y a Leo.

—Ay Niko... —Joaquín estaba viviendo un día maravilloso.

—Y yo te pagaré la comida, según escuché Nicole te compró un pastel, y Mauro te mandó a hacer alguna prenda, no debería haberte dicho pero fue su error en confiar en la señora chismosa del grupo, o sea yo.

—Eres un baboso.

—Lo sé.

Llegaron al restaurante, todos lo felicitaron, le dieron regalos, comieron, charlaron, cantaron, estaban siendo simplemente felices.

Al subir al auto después de despedirse de todos, ya eran al rededor de las cinco y media o seis de la tarde.

—¿Ahora a dónde vamos? —preguntó Joaquín, dejando todos los regalos en la parte trasera.

—A casa de Emilio.

—Ah, espera ¿¡Qué?! ¿A casa de Emilio?

—Sí, no hagas preguntas, el pelos de trapeador cortados me lo pidió.

—Ya sé que te conté por chat como estuvo el viaje, y también que te mencioné que había pasado algo. Pero no hemos tenido tiempo de hablar lo suficiente.

—Emilio me dijo que me dirías algo importante antes de llevarte a su casa, no sé si es adivino o si lo planeó, pero, sospecho muchas cosas, habla Bondoni.

—Me dijo que le gustaba, nos fuimos al viaje juntos y nos comportamos como si estuvieramos... Juntos sabes, y ahora al parecer de verdad pensamos estar, juntos.

A Nikolás se le cayó la boca hasta el suelo del tremendo golpe de actualización que le había soltado Joaquín.

—¡¿Emilio es bisexual?! ¿Lo aceptó?

—Creo que al decirte que le gusto es más que obvio que sí. Me lo confesó.

—¿¡Qué?! ¿¡Por qué yo no sabía?!

—No nos habíamos visto, no quería decirte por chat, y al estar reunidos solo era en foro.

—Hasta las tripas se me hicieron nudo Joaquín, por todas las Arianas Grandes del mundo, ¡Esto es increíble! Mí mejor amigo por fin consigue una confesión de su crush.

—Y eso no es todo —mencionó Joaquín.

—No... No me digas que hay más, ¡Vamos a terminar chocando Gress!

—Nos besamos.

—¿¡QUÉ?! —Niko frenó en seco antes de pasarse un semáforo en rojo.

—Varias veces, el día de la confesión, en el viaje, y ahora a diario, y siento... Siento las mariposas, los nervios, me siento vivo.

—Santo Jesús diría Emilio, creo que me perdí de mucho por unas semanas que no hemos podido reunirnos tanto.

—Vaya que sí.

—¡Emilio es bisexual wey!

—Sí, así estaba yo también.

—Y lo aceptó o sea...

—Sí, eso mismo pensé, y también, salió del clóset con mí mamá.

—¿¡Qué?! No mames.

—Sí, pero tú no digas nada, el no ha salido más que conmigo, su mamá y creo que Adrián, así que tu no sabes nada.

—Soy una tumba, una tumba sexy pero, una tumba.

Siguieron su camino hasta llegar a la casa de Emilio.

—Gracias por traerlo —Emilio abrazó a Niko con su brazo derecho.

—De nada pelos de estropajo trasquilado, cuídamelo, ¿Bien?

—Entendido jefe.

Niko se despidió de Joaquín, entregándole todos los regalos que le habían dado en el restaurante.
El más especial obviamente era el que le había obsequiado él, era una lámpara de luna, estaba preciosa.

—¿Puedes con todo eso? —Emilio le quitó alguna bolsas de encima a Joaquín.

—Me pregunto si mí mamá habrá podido con todos los del fandom.

—Sí, me mandó un mensaje diciéndome que mí papá le prestó la van para cargarlos todos, y ahí mismo me dijo que te regresara a casa como a las nueve, creo que Jackie quiere verte.

—Sí, eso me había dicho.

Dejaron los regalos en la sala, y subieron a la habitación del rizado.

—Feliz cumpleaños por milésima vez en el día, Gress —Emilio le abrió la puerta a Joaquín, para que pudiera ver el adorno en la habitación, lleno de telas, luces, un proyector listo para reproducir algo, una mesa repleta de gomitas y dulces. La cama tenía pétalos regados y había una cajita en el medio —. Todo es para ti, compré la cena, obvio acabas de comer, pero en un rato la traigo para acá, ahora, quisiera que abrieras la cajita.

Joaquín comenzó a llorar, todo significaba demasiado para él, no se pudo contener, estaba muy agradecido. Abrazó a Emilio para después aproximarse a la caja.

—Quiero que sepas que sé que te he dado cosas que son especiales para ambos, nuestra pulsera, tu collar, el anillo que tu me diste, y demás. Pero ésto que vas a tener contigo, fue hecho especialmente para ti, y tiene todo mí amor contenido allí, espero te guste.

Joaquín abrió la caja, había un collar, el dije era una luna en su fase de cuarto menguante, que tenía grabado “08/05/03”, la luna estaba repleta de arena, y tenía un pequeño botón por detrás.

—La arena es de Cozumel, nuestro primer viaje de descanso juntos, y no solo eso... aprieta el botón.

Joaquín le miró confundido pero obedeció, al apretarlo, del dije salió una voz.

“Te amo por siempre, Joaquín.” se escuchó.

El menor se puso a llorar una vez más.

—Jamás tendrás que extrañar mí voz porque siempre estaré aquí, no pienso irme. Pero si un día no estoy, si un día falto, apretarás ese botón, y sentirás que estoy contigo, esa es tu esperanza, de que pase lo que pase, siempre volveré a ti —Emilio tomó a Joaquín de la cintura, y lo besó.

—Espero apretar éste botón solamente porque te extrañe, no porque estés ausente en mí vida.

—Espero lo mismo que tú, mí pequeño Joaquín.

—Gracias Emilio, haces éste el mejor día de mí vida, o mejor dicho, lo haces con todos mis días — Emilio le puso el collar a Joaquín.

Decidieron tomarse unas fotos juntos, para después quitar los pétalos de la cama y poder acostarse.

—Te hice un vídeo —comentó Emilio.

—¿Ah sí? ¿Eso es lo que vas a proyectar?

—En efecto, espero te guste.

Era un vídeo que describía como Emilio se fue enamorando poco a poco, hasta caer rendido ante el amor ciego. Tenía de fondo la canción de “The night we met”, su canción.
En algunas partes salían fotos de ambos, en otras videos, la voz off de Emilio se escuchaba explicando el proceso, y cuan enamorado está.

Joaquín nadaba en lágrimas, y era reconfortante saber que se trataba de gotas saliendo por felicidad.

—Fue precioso...

—Me alegro de que te gustara, ya te lo envíe de todas formas, para que lo guardes contigo —Emilio tenía a Joaquín a su lado, mientras le acariciaba la cabeza.

Charlaron un rato, vieron más videos, hasta que se decidieron por cenar.

Emilio sabía que era hora de ir a dejar a Joaquín a su casa, así que recogieron todos los regalos y los metieron a la camioneta del mayor, para emprender viaje a su destino.

Luego de un rato, llegaron, Renata ayudó a bajar los presentes.

—Te veo mañana ¿Si? —Emilio sonrió.

—Sí —Joaquín sonrió a la par.

No pasó mucho, cuando llegó la tía Jackie, Diego y Textos, con un hermoso pastel para celebrar, cerrando con broche de oro el día.

Se tomaron fotos, grabaron historias, comieron el pastel, precioso y delicioso, la mejor combinación posible.

—Éste es de mí parte y éste es de Textos —Diego le dió dos bolsas de regalo a Joaquín.

El menor abrió el de Textos primero, eran unos audífonos y un pantalón blanco.

Después abrió el de Diego, era un Diario nuevo, ya que el de ojos rasgados sabía que Joaquín siempre había escrito en su privacidad, quería darle nuevo material. También contenía unas pulseras de bolitas blancas y negras, más un cuadro pequeño, que tenía una foto de cuando él y Joaquín estaban en la banda juntos.

Agradeció los regalos, siguieron conviviendo hasta un poco tarde, para después retirarse.

Joaquín subió a su habitación, se puso la pijama y se quitó los accesorios que portaba, menos el collar que le había dado Emilio, no podría usarlo en grabaciones, por lo tanto, no podría usarlo a diario, solamente mientras no estuviera en su trabajo, decidió dormir con él para poder tenerlo en sus manos durante más tiempo.

Apretó el botón, y escuchó la melodiosa voz de Emilio diciéndole te amo, cerró sus ojos y se quedó profundamente dormido.

—¿Qué qué? —Emilio alborotó la cabeza.

—¡Sí! —dijo Matías.

—Entonces, haremos la firma del disco, ¿En tantos lugares? —las lágrimas se apoderaron de los ojos de Emilio, quién rápidamente se las quitó con su mano.

—Así es —respondió Pablo.

—Obviamente vendrá Joaquín conmigo ¿No? —el rizado seguía sonriendo de oreja a oreja.

—Pues... No es necesario —habló Matías.

—Pero, el canta Amor Valiente conmigo, es una favorita del fandom, también tiene su canción propia, puede ser mi invitado.

—Si llegaramos a conseguirte conciertos, tendrías que invitarlo a todos, por su participación —advirtió Matías.

—¿Y eso qué? Obvio quiero que vaya a todos los conciertos, y que cante junto a mí, es una gran idea, aparte impulsa a Aristemo un poco más, sé que mi padre querrá venderlo como eso...

—Sería un esfuerzo extra —habló una vez más el señor de cabello canoso.

—No importa, a Joaquín también le ofrecieron el contrato cuando estuvimos en el teatro.

—No creo que debamos...

—El muchacho tiene razón —interrumpió Pablo a Matías —. Pueden impulsarlos más, y el público los quiere a ambos, podríamos hacerlo.

—Eso implica llevar a Joaquín a todos lados, y serían como un dueto que a veces canta y a veces no, se supone que manejamos a Emilio como solista.

—Lo es, por eso te está diciendo que lo tomemos como invitado. Tal vez a algunos eventos no lo llevemos o Joaquín tal vez no pueda algunas veces.

—Está bien —aceptó Matías —. Cantará Amor Valiente y su canción, haremos la publicidad de ambos, prepárense para una sesión de fotos mañana, y comenzamos la firma a mediados de mes.

Emilio saltó de emoción y corrió a decirle a Joaquín.

—¿De verdad quieres que sea parte de tu disco? —Joaquín estaba impresionado.

—Claro que sí, tu cantas Amor valiente conmigo, y cantarás Si me dices que me quieres también, será un éxito. Aparte... Pasaré muchísimo más tiempo contigo.

—Ay Emilio...

—¿Aceptas?

—Sí, acepto estar en tu disco.

Emilio se emocionó tanto que se lanzó a besarlo, lo bueno es que estaban en el camerino, sin compañía.

—Así que después de todo lo que dijo Aristóteles es irónicamente cierto.

—¿Qué cosa? —Emilio arqueó una ceja.

—Sobre ser una estrella, tener firmas de discos...

—¡Lo que dijo Julio! Que temo estaría en todos los escenarios de mundo con Aristóteles... Y lo estará, Joaquín estará en el escenario con Emilio, tú estarás conmigo —Emilio parecía un bobo hablándole a Joaquín mientras pensaba en sus sueños.

—Juntos.

—Sí, juntos Joaquín, juntos por siempre ¿No?

—¿En serio? —Joaquín aún no podía creer que Emilio de verdad le quisiera para la supuesta eternidad.

—Eso es algo que me tienes que contestar tu, Joaquín Bondoni.

—¡Oye! —Joaquín se lanzó a reír a carcajadas —. Sí Emilio Osorio, juntos por siempre —se sacudió la cabeza — ¿Eso fue una propuesta?

—¿De noviazgo? No, no te lo pediría como Aristóteles a Temo, sería más original. Ésto es solo una promesa de estar juntos, a como de lugar, si no es como pareja, como amigos, pero sobre todo, juntos.

—Sí, concuerdo contigo, aunque... Yo también podría pedírtelo.

—¿Que sea tu novio? Ah no, eso sí que no, tu te mereces que yo sea quien lo pida.

—Estamos en desacuerdo, ya veremos que sucede, no te precipites a ello.

—Perfecto entonces, Bobondoni.

—¡Al set en tres! —les gritó Camila, la asistente.

—¡Ya vamos! —contestó Joaquín —. ¿Un besito antes de ir?

Emilio le plantó un beso instantáneo en los labios a Joaquín, y otro en su frente.

—¿Listo para salir? —Emilio veía a los ojos a Joaquín.

—Me da miedo —al menor le costaba respirar un poco.

—No lo tengas, van a recibirnos con amor, y firmaremos mucho, espero hayas trabajado esa muñeca. Tu puedes hacerlo ¿Si?

—Sí, espero que sí.

—Muy bien muchachos, llegó la hora —Matías abrió la puerta para que los chicos salieran.

Se escucharon gritos ensordecedores de los fans, eran muchísimos, era la primer firma de autógrafos de ambos, y la estaban viviendo juntos.

Pasaron hora tras hora, sin verle fin a la fila, pero no se irían hasta que la última persona recibiera su póster firmado, su pulsera y su fotografía.

Convivieron con el fandom, grabaron historias, estaban cansados claro que sí, pero estaban felices, enormemente felices.

—¡La última! —se escuchó entre la producción.

Pasaron a una chica a recibir lo prometido, y cuando la despidieron, los muchachos sintieron el alivio de frenar. Era de madrugada, deberían de haber terminado a las ocho, era casi la una de la mañana.

Grabaron un poco más, hasta que se despidieron y salieron por la parte trasera del lugar.

—No siento la mano —susurró Emilio.

—No siento las piernas —dijo Joaquín.

—También me quedé medio ciego cuando empezaron los flash —agregó Emilio.

—¿Podemos ir directamente a dormir? ¿Hay llamado mañana? —cuestionó el menor.

—Sí, lo hay, ocho de la mañana, grabaremos en la escuela —comentó Osorio.

—Necesito mí cama —suspiró Emilio, después de tomar una botella entera de agua.

Viajaron a sus respectivos hogares, llegaron y se tiraron de inmediato a sus camas para dormir, no se ducharon, muy apenas se cambiaron, el cansancio era mucho.

—¿Ya lo traen hacia acá? —preguntó Renata nerviosa.

—Sí, ya llegaron, apenas van a subir —respondió Nikolás.

—¡Tengo nervios! —soltó Elizabeth.

—¡Ya vienen!

—Emilio tu cuentas —le susurró Jackie al rizado.

—Uno... —los latidos de todos eran demasiado intensos —. Dos... —escuchaban los pasos en las escaleras — Tres...

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS! —gritaron todos a la par, recibiendo a Joaquín.

El cumpleañero, que a pesar de ya haber pasado su día, estaba sorprendido, conmocionado, feliz, no se lo esperaba, le dijeron que sería una cena casual.

Todos corrieron hacia él, Emilio en la punta de todos, abrazó a Joaquín, grabándolo, seguido todos se turnaron para saludarlo.

Estaban todos sus amigos, su familia, Joaquín sonreía plenamente, y eso le hacía a Emilio sentirse completo.

—¡Que comience la fiesta! —Elizabeth ordenó al DJ poner la música alta y así lo hizo.

Jugaron, bailaron hasta el cansancio, comieron, rieron.

—Me parece que Jack Frost está un poquito borracho —comentó Andy, viendo a Diego.

—Está bien, lo rojo en su cara es normal —le devolvió Nikolás.

—Oye, ¿Quién invitó a Mauricio? —cuestionó Textos.

—No sé, Elizabeth hizo una lista y me pidió ayuda a mí y a Andy, yo no lo puse, tal vez Elizabeth, ¿Por?

—Sabemos que le gusta Joaquín, es obvio —susurró Textos.

—¿Sí? —Andy arqueó una ceja.

—Sí, y bueno, creo que ya todos estamos enterados de los hechos recientes, si saben a lo que me refiero —Textos apuntó con su mirada hacia Joaquín y Emilio.

—Lo sabemos —dijeron Niko y Andy.

—Y bueno, Emilio no es exactamente pacífico, digamos que es el señor Celos, y si alguien se le acerca así a Joaquín, va a pasar de un menso enamorado, a un menso enamorado emputado.

—Y que lo digas, aún recuerdo sus niñadas celosas por mí, cuando estaba cerca de Joaco, incluso sabiendo que tengo novia —Niko rió al recordar.

—Misión, evitar a toda costa que convivan —murmuró Andy.

—Wey, se están tomando una foto —avisó Niko.

—No mames, que turbio. Días atrás Emilio agarró mí celular para escribir desde mí cuenta de Twitter que se iba a agarrar a madrazos con ese wey.

—Pues, no creo que la quieran hacer de socios ¿O sí? —Andy los observaba con cautela.

—Emilio no sabe compartir, no nos da ni de sus papas, ahora imagínate que alguien le proponga compartir a Joaquín —habló Textos.

—Moquetazos seguros —concluyó Niko.

—¿De qué tanto hablan? ¡A bailar! —Diego se acercó a ellos y tomó a Nikolás del brazo, y a Textos de la mano.

Hicieron una línea de perreo, y después pusieron payaso de rodeo.

Eran altas horas de la madrugada cuando empezaron a retirarse los presentes, Elizabeth junto con Óscar recogían los termos restantes, Jackie juntaba la basura, mientras que Textos y Diego ayudaban a subir los regalos de Joaquín al auto de la señora Gress. Emilio había pedido privacidad, para llevarse al festejado a un lado del lugar, era un espacio de terraza sin mesas, solo para la vista, había colocado música suave, para bailar lento, pegado al menor.

—¿Por qué esa cara, mí sol?

—Porque hoy fue otro día más, otro día perfecto, otro día a tu lado, estoy feliz, solo cansado.

—Te resta toda una vida, ¿De verdad podrán haber tantos días perfectos conmigo?

—Sí, Emilio, siempre supe que eras tú, nada se siente igual contigo, haces mí vida mejor.

—Tú haces mí vida mejor... Tu eres mí vida, Joaquín.

—De verdad espero que sigamos juntos hasta que mí corazón deja de latir.

—No Joaco, inclusive si nuestros corazones se paran, nuestras almas seguirán vivas, recuerda ésto muy bien, te amo con el alma porque ésta no se desvanece, es una verdadera eternidad ya que después de la muerte estoy seguro de que seguiré estando perdidamente loco por ti.

—Lo recordaré y lo aplicaré de ahora en adelante, Emilio Marcos. Te amo con el alma.

—Mi pequeño pedazo de cielo, de sol, de universo. Eres una explosión bellísima, eres una supernova.

—Las supernovas son fases terminales de la vida de una estrella.

—Pero es una explosión que libera energía y luz, igual que tú.

—Espero poder volver ver a Achernar éste año.

—Yo también, mientras tanto podemos observar a Venus.

Se abrazaban mientras veían el cielo y sonreían.

—¿Te parecería tener mañana una reunión como las de antes? Ya tenemos un buen rato sin juntarnos. Ya sabes, Diego, Niko, tú y yo, también Textos debería venir —sugirió Emilio.

—Claro, en mí casa, más tarde al despertar les mando un mensaje.

—Joaquín.

—Dime.

Emilio tomó el rostro del menor entre sus manos, y lo besó, juntaron sus labios pasionalmente, y a la vez con una ternura inigualable.

—¡Hora de irnos! —gritó Elizabeth desde el otro lado.

—¡Ya vamos! —avisó Joaquín.

—Hasta más tarde, mí sol.

—Hasta más tarde, mí luna.

PREEEEGUNTA:
¿Qué les pareció el capítulo? Andamos romanticones, un poquis.

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Nah no es cierto, ándale por fi. 😔
¡Gracias!💛

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