Capítulo 41.
[Regresos y disparejos]
Narración normal [Joaquín]:
24 de diciembre del 2018.
—¡Joaquín, es hoy! —sentí algo caer sobre mí cuerpo, que no podía ver por las colchas, pero pude reconocer la voz y el entusiasmo —. ¡Levántate ya!
—Renata, ¿Qué hora es?
—Las cinco.
—¿¡Las cinco de la mañana?!, ¿Estás loca?, Regresa a dormir... —hundí mi rostro aún más en mi almohada.
—Cinco de la tarde, invernaste, mamá dijo que ya era suficiente sueño para ti, ¡Tienes que ayudarme a poner el árbol, tienes que!
—¿¡De la tarde?!, ¡Por don cangrejo y sus monedas! —me levanté rápidamente tumbando a Renata de mi cama —. Voy a bañarme, a arreglarme rápidamente, ponemos el árbol y decoramos, ya después armo mi outfit para la noche, ahora sal de mí cuarto.
—Sacaré la caja del árbol del sótano, las luces, la corona, los muérdagos artificiales, el tren de juguete con las vías, el nacimiento, los monos de nieve de peluche, haré galletas de jengibre con forma del que sale en Shrek, pondré el chocolate caliente y el ponche, también buscaré el inflable de Santa Claus con los renos, ¡Ahh! ¡Casi es navidad! —mi hermana hablaba más rápido que Eminem rapeando.
—Iré lo más rápido que pueda, ahora sí me permites debo bañarme —la saqué de mí cuarto a empujones leves y me quité la pijama, para meterme a bañar.
Así lo hice, para después salir, secarme y ponerme cualquier ropa, me preparé el rostro como siempre, pero no añadí los detalles de maquillaje, esos serían más tarde.
Bajé rápidamente a ayudar a Renata, y mientras hacíamos lo nuestro, puse música que ambientara la situación, así que podían escuchar Jingle Bells a cuadra y media por tenerlo en el stereo.
—Niños, ¿Ya están sacando todo lo de navidad? —mi madre se posicionó en las escaleras para vernos.
—Sí, pronto acabamos, si nos apuramos —dijo Renata haciendo volar ciertas cosas inútiles guardadas sobre las cajas que contenían todo lo de navidad.
—Recuerden que su padre va a venir algo después de las doce para verlos, así que estén listos.
—Sí ma, ya sabemos, ahora si nos disculpas tenemos que bailar “Mi burrito sabanero” por milésima vez mientras seguimos sacando las cosas —hablé feliz, cargando dos cajas.
—Honestamente no sé cómo lo hacen, parece que una tormenta navideña pasó por toda la casa en menos de dos horas —mi madre admiraba nuestra decoración.
—Tienes a dos hijos obsesionados con la navidad, ¿Qué esperabas? —musité mientras danzaba aún las canciones.
—Joaquín tiene razón, obsesivos —Renata estaba haciendo las galletas y cantando a la vez.
—Muy bien, en unas dos horas llega tu hermano Óscar con el niño y tú cuñada, también invité a tu tía, y a unos primos, vayan a arreglarse.
—No me lo dirás dos veces —corrí escaleras arriba, y comencé a pensar en mí outfit.
Camisa de manga larga roja, chaqueta de cuero negra que tiene por dentro peluche calientito, bufanda negra, jeans negros pegados y zapatos de vestir.
Me cambié rápidamente para comenzar con la rutina de maquillaje.
Narra Emilio:
—Entonce tu no piensa pasal aquí la navida carajito —mi madre puso sus manos en sus caderas.
—Es que al final decidí que estaré en casa de María para después irnos con Roy, Adrián, y Diego Gerber a un antro, hay una promoción por navidad —sonreí nervioso.
—Bueno, okay, tú te vas a il, Romina se va a quedal, Kiko se va con la novia a no sé dónde, eres un ojete mi amor.
—Pero ma...
—Yo no te voy a regañal, mira es tu vida, pero en consejo, escúchame bien, EN CONSEJO YO TE DARÍA que mejor te quedes aquí con tu pobre madre.
—Ya le había prometido a María estar con ella.
—Ahh, ahora resulta que la caraja es más importante que yo, bueno, está bien, pero hoy tú aquí no duermes.
—Me quedo con María —hice una cara pícara.
—¡Me retracto!, Tu aquí vas a dolmil, si no llegas para las tres de la mañana voy y te saco de los huevos de ese antro, ¿Okay?
—Bueno, ya me voy, te amo —le dí un beso a mi mamá y salí rápido para subir al auto e ir por mi novia.
Narración normal [Joaquín]:
—Son las once veinte, ¡Estoy nerviosa! —Renata veía su celular desesperada —. Si mi regalo no es el suéter que vi la otra vez en los aparadores de la tienda lloro.
—No pienses así Ren, cualquier cosa que mamá nos regale será bueno, aunque yo especifiqué en la carta que quería algo de Ariana Grande.
—¿¡Le podíamos escribir?!
—Sí tonta, ¿Por qué crees que estaba la caja de decía “cartas” en el buró de la sala?
—Pensé que era decoración...
—Ya niños, mejor vamos a tomarnos una foto, Renata se te ve muy bien el amarillo, y Joaquín, muy buena combinación —habló mi hermano Óscar.
11:59
—¡UN MINUTO FAMILIA! —grité con gran emoción.
—A ver todos preparados —dijo mi madre con un cañón de papelitos platinados en la mano.
Narra Emilio:
—¡Falta un minuto! —gritó el hermano de María, y todos nos pusimos en círculo esperando las doce.
—¡FELIZ NAVIDAD! —gritamos al mismo tiempo.
Comenzamos a abrazarnos, y a darnos la feliz navidad.
Narración normal [Joaquín]:
—Merry Christmas! [¡Feliz Navidad!] —grité y abracé a todos.
—¡Los regalos! —mi hermana corrió al árbol.
—Ábranlos —autorizó mi madre.
—¡Es el bendito suéter! —Ren abrazaba su regalo fuertemente.
Abrí el mío y mis ojos se iluminaron —Es un póster... Y un nuevo pantalón —grité de emoción —. ¡Gracias mamá!
—¡Es un nuevo gorro, me encanta! —mi hermano Óscar abrazó a mi madre.
Después de pasar por un mar de regalos, escuchamos el timbre de la puerta, la cual yo fui a atender.
—Hace cuanto no nos vemos perro —era mi papá, después de tanto tiempo, era él.
Me lancé a sus brazos, y seguido sentí otra presencia, la de mi hermana.
—Viniste, en serio viniste —las lágrimas desbordaron mis ojos, no pude contenerme.
—No podía fallarles otra vez, no de nuevo —la voz de mi padre se quebraba —. Sé que he sido muy idiota bastantes veces, al no saber de ustedes en muchas ocasiones, o al estar muy ocupado como para hablarles, lo sé, per hoy de verdad, aquí estoy.
—Te amo —le dijo mi hermana.
—Te amo también —me apresuré a decir.
—Elizabeth, ¿Podría por favor darles sus regalos? —solicitó mi padre, a lo que mi mamá asintió —. Tengan perros, intenté lo mejor que pude.
Tomé la cajita correspondiente a mí color azul, y la abrí.
—Es un collar, pero, ¿Tiene óxido? —preguntó Ren viendo el suyo.
—Ese collar fue de mi abuela, hace muchísimos años, la cual se lo dió a mí mamá, y ella me lo dió a mí, ahora yo estoy cediéndotelo a ti, significa protección para la familia, también tiene algo adentro, abre el corazón del lado izquierdo.
—Dice... “Cura semper”, ¿Qué significa? —cuestionó mi hermana.
—“Te cuidaré siempre”, eso es —mi papá la abrazó fuertemente.
Presté atención al mío, y saqué una pequeña bolsa de la caja, para desenvolverla, había una carta, y un dije, sin cadena.
—Ese dije, me lo dió mi papá, cuando tenía tu edad, me dijo que yo sería grande, que lograría cosas maravillosas, que un día tendría éxito, una familia, estabilidad, que sería sentimentalmente libre, porque me habría realizado en la vida, es una estrella, porque así como ellas, yo brillaría mucho. Todo ésto, te lo digo a ti también, vas a brillar Joaquín, te lo aseguro... No es algo que te guste ponerte, yo sé cómo te vistes y sé que no combina, pero es para que lo guardes. Sé que no les traje cosas caras, de marca, de algún famoso, pero ésta vez quise entregarles algo que para mí fuera demasiado especial, espero lo aprecien... Si no desean tenerlos, pueden regresarmelos y les puedo dar otra cosa...
—No, así está perfecto —lo interrumpí.
—Joaco tiene razón, está perfecto —continuó mi hermana.
—Sé que no puedo llevarmelos, ni verlos a solas, pero los amo, sin importar que, si quieren y si su madre me lo permite, podemos vernos algún otro día. Por hoy, solo viaje hasta aquí por ustedes, pero debo regresar mañana temprano, tengo una junta importante —mi papá nos abrazó.
—Sí, ven otro día, podríamos ir a comer —pidió Ren.
—Sí, estaría genial —acordé.
—Está bien perros, vendré otro día y con su mamá, nos vamos a un restaurante, y oye Joaquín, lee la carta, es importante, Ren, no te escribí una carta, porque aún estás pequeña para mí.
—Solo soy un año menor que Joaquín —frunció el ceño.
—Pero siempre serás mi pequeña, espera la tuya en uno o dos años —rió un poco.
—Seguramente es porque no tuviste tiempo de hacer las dos —rió Renata.
—¿Qué será que me conoces?
—Puede que sí.
—Te amamos —me entrometí en la conversación.
—Yo más —mi padre nos besó la frente y se despidió de nosotros.
—Nos vemos después perros, ésta vez es muy en serio —se retiró de la puerta, y bajó las escaleras para montarse en su auto.
—¡Adiós! —hablamos Renata y yo al mismo tiempo sacudiendo nuestras manos.
—¡A seguir la fiesta! —mi hermano nos animó.
3:08 a.m.
—Mañana recogemos, mientras tanto a dormir niños —mi madre apagaba las luces del cuarto donde se quedaría mi hermano con su familia.
—Hasta más tarde —nos dijo Renata.
Entré a mí cuarto, y me quité todo para ponerme el mameluco de Stitch.
Acomodé mi cama y me desplomé en ella; saqué la carta que me había dado mi padre, y respiré para comenzar a leerla.
Para mí hijo, Joaquín:
Hola perro, yo no sé empezar cartas, mucho menos continuarlas, pero creo que esta vez es necesario. Verás que yo sé, que no he estado muy presente, o mejor dicho he casi desaparecido, de sus mentes, de sus vidas, lo sé, no es algo de lo que me pueda sentir orgulloso.
Cuando naciste, fue el día más feliz de mi vida, recuerdo ver tu cabello como se hacía ruloso, tus ojitos brillosos marrones, tus pestañitas rizadas, y tus manitas, eran muy apenas del ancho de dos dedos míos. Fuiste el ser más maravilloso que la vida me dejó conocer, al verte en los brazos de tu madre, supe lo que era la felicidad, supe lo que era amor de padre, lo que era sentir que debes proteger a alguien a toda costa, sin importar qué, supe lo que era darlo todo, pero lo más importante, supe que serías grande, alguien a quien admirar; tuve tantas expectativas de ti, que mi cabeza dolía de tanto pensar en las noches, mientras tú estabas en tu cuna, riendo, llorando, o jugando con tus deditos.
Tu risa, era lo que me hacía sonreír, lo que me hacía sentir vivo. Llegaste a mi, y todo se pintó de colores, fue una explosión de arcoiris para mí. Perro, tres años después, me fui, lo sé, no estuve en tu crecimiento, tu desarrollo, no pude verte correr al jugar fútbol, tampoco te pude enseñar a bailar, no pude verte entrar a la escuela, ni estuve cuando se cayó tú primer diente.
Pero lo mio con tu madre ya no era igual, ya no funcionaba, sin embargo fuimos algo egoístas al cortar la relación así, tan repentinamente, sin dar explicaciones, y con Renata más pequeña que tú.
No estuve en tu cumpleaños número tres, pues nos separamos los primeros meses de ese año, tampoco pude darte un regalo, fui muy idiota, bastante.
Pero después de tanto, tú sabes lo que siento por ti, sabes que te amo, que eres parte de mi, que sin ti yo no sería el mismo, tú me enseñaste que aunque alguien cometa tantos errores, puedes perdonar, puedes dar segundas oportunidades, puedes sanar; porque a pesar de todo tu jamás dejaste de quererme, jamás dejaste de intentar, hasta tu adolescencia, donde te cerraste un poco más, te ocupabas y ahora sí se cortó la comunicación por completo. Debo decir que sentí el cambio, tú sonrisa en las fotografías que tomaba tu madre, ya no era la misma, te veías algo más triste, dime hijo, ¿Te hicieron algo? Sabes que yo puedo moler a alguien a golpes por ti, ¿Fue un muchachito acaso?, Mijo, si te rechazaron, se perdieron de todo, de un gran corazón, de una maravillosa persona. Créeme, vendrá otro hombre, que valore lo que eres, lo que das, lo que puedes llegar a hacer, vendrá un chico que te haga sentir mariposas en el estómago hasta que quieras vomitar de la emoción y los nervios, vendrá alguien que te haga tan feliz, que sientas que sin esa persona no respiras, y serás más feliz que nunca, estoy seguro, solo espera a que llegue el indicado.
Estoy altamente seguro, de que quien esté contigo, se habrá ganado la lotería entera hijo, jamás lo dudes, tú vales demasiado, vales más que cualquier cosa para mí, ya sé, que no estuve ahí, no estuve para abrazarte, para secar tus lágrimas, para pegar ese corazoncito, lo sé... Lo siento por milésima vez. Pero me has demostrado que aún sin mí, eres fuerte, y creo en ti, creo totalmente en ti, en que cuidarás de tu hermana, de tu familia, un día de tu esposo, de tus hijos, si es que quieres tener, obviamente, ser abuelo para mí, ¡Es un sueño!, Pero si Renata me da nietos ahorita mismo o tú, me los pongo como camotes canijos, aunque no dudo que tu madre los vaya a querer asesinar primero.
Joaquín, eres mi orgullo, eres admirable, eres un sol, eres mi corazón, eres mi hijo... Y tuve tanta suerte, que a pesar de todo, hoy tú me sigues llamando “papá".
Nos veremos pronto si Dios quiere, yo sé que sí, espero te cuides mucho, sigas haciendo lo que amas, sigas triunfando en todo lo que te propongas, en la actuación, la cantada, la bailada y absolutamente todo. Quiero que seas tú, siempre tú, jamás sueltes tu escencia, porque eres único.
Te amo más que a nada en el mundo perro, con amor: tú papá, Uberto Bondoni.
Cerré el papel, y lo dejé sobre mí buró, me volteé para darle la cara a la almohada, y comencé a llorar.
Mi papá jamás se tomó el tiempo de decirme esas cosas, cuando más las necesité, pero dicen por ahí que mejor tarde que nunca... Y ahora entiendo el porqué de ese dicho, de verdad que sí.
Yo a pesar de tanto, de todo, lo amo, siempre va a ser mi papá, por más lejos que esté, por más ocupado que esté, el va a seguir aquí si Dios, y sí, dije Dios, se lo permite, yo espero que sí.
Estoy apretando la almohada tan fuerte, que siento que la romperé, pero es demasiado sentimiento, es tanto dolor, alegría, una revoltura de emociones tan poderosas.
—Te perdono por todo, lo hice, lo hago y lo haré, te amo papá —me dije para mí mismo —. Me han enseñado a valorar, a perdonar de corazón, eso se lo debo a mi mamá, y en serio, que yo jamás podría odiarte papá, a veces la vida no marcha como nosotros quisiéramos, a veces nos arrebata cosas, como miembros familiares, pero aún así... Seguiré adelante, por fin pensando y creyendo, que me amas verdaderamente, que me valoras, que me aceptas, y que quieres lo mejor para mí...
Solté un gran suspiro, y me sequé las lágrimas con pañuelos, me soné la nariz, para después ver hacia el techo.
Hay tantas personas ahí afuera, que carecen de amor, de sentimientos, de felicidad, pero un día se van a encontrar, un día la realidad los va a golpear y hará que salgan adelante, hará que sean mejores, que puedan transcender, un día, la sociedad cambiará, un día el mundo va a evolucionar mentalmente, un día... El odio podrá disminuirse, y si no es en ésta vida, será en otra, la esperanza es lo último que muere, y yo aún creo...
Hoy es un día de amor, de paz, en donde la mayoría ve a su familia, la abraza, juegan, ríen, pero... ¿Por qué solo puede ser en ésta época del año? ¿Tanto cuesta que sea más seguido?
Poder ver a las personas felices, a los niños emocionados, solo pasa una vez al año... Desgraciadamente es como un espejismo, el cual viene por un rato y después solo desaparece, ya que esa felicidad, esa emoción, esa paz, dura lo que los regalos están bajo el pino de Navidad.
Me pregunto, ¿Qué estará haciendo Emilio?, probablemente con su novia, sus amigos, en alguna disco, borracho. Pero eso para el es la felicidad, si tan solo supiera que para mí solo basta verle esos ojos tan preciosos, para ponerme de buenas... Para sonreír.
Si la vida da tantas vueltas, yo solo quiero caerme en alguna de ellas, y que sea al lado de él, no pido más. Sé que es difícil, que el ama a alguien más, que no le gustan los niños, que solo nos conocemos por temas laborales.
Aunque yo sé, que conozco a Emilio Osorio Marcos, un chico de dieciséis años, con aspiraciones a ser cantante, un mejor actor, un chavo al que le gusta bailar, le gusta el reaggeton, le encanta ayudar, hacer reír a los demás. Sabe lo que quiere, le pone pasión a todo lo que se dedica, es un adolescente maduro, piensa positivo, es emprendedor, tal vez no muy inteligente en la escuela, pero sabe lo que hace. Se muestra a la sociedad como alguien “bobo”, para hacer show, para ser gracioso, pero en el fondo es alguien calmado, que piensa sereno, alguien quién está dispuesto a todo por los que más ama.
Simplemente Emilio.
Puede sonar egoísta, erróneo, pero no me interesa ver a Emilio Osorio Marcos, hijo de un productor y una vedette, porque Emilio no es sus padres, no es su sombra, no los necesita para brillar. Estoy seguro de que si él no fuese hijo de quién es, aún así resplandecería, porque es él, solo él.
Emilio es más que un bebé que creció siendo famoso, es un humano, una persona, un ser vivo que siente, que llora, que ríe, que duerme, que come, que se enamora. Y yo, yo estoy enamorado de ese hermoso ser, de ese ángel tan grande, porque a pesar de los errores que cualquiera podría cometer, estoy más que seguro, que jamás lastimaría a alguien con intención.
Yo quiero pensar, en que María lo valora, en que le da su lugar, en que está enamorada verdaderamente de quién es Emilio, no por lo que tiene, lo que hace, lo que los medios cuentan. Yo de verdad espero que esa niña le dé una felicidad enorme, que lo haga sentir seguro, que le haga revolver el estómago de nervios, y que lo haga sentir como si fuese el único ser más maravilloso que pudo conocer en la vida. Tiene suerte, ella tiene una suerte inmensa, la envidio, no lo puedo negar, pero solo porque lo tiene a él. Al menos saber que está bien, me reconforta, ya que si el es feliz... Yo también, aunque no sea conmigo.
Creo en que un día, Emilio será tan enorme, que se sentirá de maravilla, que dejará sus inseguridades atrás y que arrasará con todo lo que se proponga; lo admiro, lo admiro en serio, al ver como a pesar de todo lo que inventa la gente, a pesar de cómo hablan de su mamá, de su papá, el sigue en pie, sigue orgulloso de los que lo engendraron, sigue siendo él, y no un producto de la televisión.
Tal vez debería dejarte ir, tal vez debería apagar mis emociones, tal vez debería pararme en el espejo, y lo primero que debería pensar es: Te ves bien, no un: ¡Tienes que verte bien para Emilio!, tal vez debería luchar para dejar de verte con éstos ojos, tal vez y solo tal vez... Debería dejar de amarte.
Capítulo corto, pero grandes emociones.
PREEEEEGUNTA:
¿Tienen un diario?
VOTA Y COMENTA porque lloré como tres veces al escribir la carta de Uberto hacia Joaquín. 😔✊🏻
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top