Capítulo 40; parte 3.
[Enemiga]
Al sentir el tacto de sus labios contra los míos, no pude evitar presenciar asco, me sentí abusado así que la retiré instantáneamente.
—¿Qué haces? —traté de no alterarme.
—Besarte, duh —sonó obvia —. ¿Te gustó?
—No, está más que claro que no —me limpié los labios.
—¿Y por qué no?
—Porque no, "Isabel" —por supuesto que es porque es una niña, una mujer, que no está dentro de mis gustos y creo que también se debe a que los únicos labios que me ha dado gusto besar son los de su cuñado.
—Yo puedo hacer que te guste, ya verás —me acorraló en la banca, con sus brazos, e intentó besarme otra vez.
—¡No! —me negué rápidamente y la detuve.
—¡Déjame besarte!
—¡Qué no! —la sostenía con mis brazos, lo más lejos posible de mi rostro.
—¿¡Qué estás haciendo?! —Emilio se acercó y me la quitó de encima.
—Solo quería darle amor —Isabel se cruzó de brazos.
—El no parecía querer recibir tu amor, ¿O si Joaquín? —Emilio se dirigió hacia mí.
Negué con la cabeza, algo molesto.
—Pídele una disculpa por invadir su espacio, y por obligarlo a besarte —Emilio me tomó por el hombro.
—No le hables así a mi hermana —María se metió en la conversación.
—No le habló de ninguna forma, solo quiero que se disculpe con Joaquín —el rizado a mí lado, no lucía de muy buen humor.
—Es más que obvio el porqué no quiso que Isabel lo besara, porque o sea mírala, es bellísima, nadie podría rechazarla, todo esto es porque el es...
—¿Él es qué?, anda, termina la oración en frente de mí, vamos dilo —Emilio me refugió en sus brazos.
—El no es social —finalizó María.
Yo ya sabía el final real de esa oración, y ahora las cosas tenían un poco de sentido, ya que pudiese ser que yo realmente le guste a Isabel, o solamente fue una estrategia para que yo la alejara y gritara a los cuatro vientos que soy gay.
—Sí, ajá, ahora estoy esperando la respuesta de Isabel —Emilio se puso firme.
—Perdón por besarte —me dijo la pequeña, a lo cual yo solo asentí, serio.
—María, Joaquín, ¿Me dejarían un momento a solas con Isabel? —pidió Emilio —. No le haré nada, ni le gritaré, solo necesito aclararle algo.
—Iré a ese puesto de hot-dogs —dije rápidamente, para moverme del lugar.
—Voy detrás de ti —María me siguió.
¿Qué quería esa niña?, ¿Molestarme?, ¿Insultarme?
Yo no necesito la opinión de nadie hacia mis actos, mi forma de ser, de verdad que me importa un comino lo que ella pueda pensar.
Narrador omnisciente:
—Mira, Isabel, a las personas no se les puede hacer eso, no te les puedes abalanzar así como así, y menos si es un desconocido —Emilio se sentía disgustado.
—Pero es que es tan lindo y...
—Mira, cuñadita... Te pido; no, mejor dicho te prohibo, que te vuelvas a acercar así a Joaquín, tú no le gustas en lo más mínimo...
—¿Y eso como lo aseguras?, Yo puedo hacer que le guste, solo hace falta más comunicación, y conocernos —ésta interrumpió a Emilio al hablar.
—No, Isabel, él no va a hablarte, ni a conocerte, eres y serás una extraña, y a lo mucho, una conocida para él. Simplemente mantén tu distancia de Joaquín —Emilio estaba sentado, tratando de sonar relajado, sin querer arrancar cabezas.
—So... Without mustard, mayonnaise and ketchup, just the vegetables [Así que, sin mostaza, mayonesa y ketchup, solo los vegetales] —el vendedor en el carrito de dirigía a Joaquín.
—You're right, just vegetables, I can't eat complements [Estás correcto, solo vegetales, no puedo comer complementos] —Joaquín pagó su hot-dog.
—¿Estás a dieta o algo así? —María lo cuestionó.
—No, no necesito una dieta, ¿No ves mi delgadez?, Es simplemente que me gusta cuidarme, y hay ciertas comidas, sustancias o condimentos que afectan tu piel, entonces yo mejor...
—Sí, lo que sea —la señorita se volteó para ir al puesto de helados, y comprar uno.
—¿Y si no quiero? —Isabel miraba imponente a Emilio.
—Entonces te obligaré a que te alejes de él —Emilio tronó sus dedos.
—¿Cómo piensas hacer eso exactamente?, Tú no estas veinticuatro siete con el como para impedirme que lo vea, o que le envíe mensajes —Isabel solo podía canturrear sus feos modales al hablar.
—Oh créeme, estamos más tiempo juntos de lo que piensas. Y aún si así no fuere, tú no vas a México seguido, ¿De verdad crees que podrías acercarte a él, aún si yo no estuviera aquí?
—Sí, podría, Joaquín será mío —la pequeña rodó los ojos, y apretó la quijada.
—En tus sueños —Emilio cerró sus puños —. Sí piensas volver a ponerte de esa forma con él, entonces tendré que decirle a tu mamá lo que pasó hace tres meses.
—¿Qué cosa? —Isabel volteó a verlo fijamente.
—¿Te olvidas de Josue?
—¿Y qué con él?
—Te acostaste con él, en mi casa, en una de las fiestas.
—¿Y?
—Josue es mayor de edad, supongo que a tu mamá no le importaría saber qué tuviste relaciones con alguien mucho más grande que tú, sin su conocimiento si quiera de que estabas en la fiesta para "mayores", que bebiste demasiado, incluso cuando ella te lo prohíbe —Emilio no se sentía muy cómodo diciéndole todo eso a Isabel, pero de alguna forma tenía que amenzarla, para que dejara en paz a Joaquín.
—Ella no te va a creer.
—Entonces le diré que si no hay problema ya que yo soy un mentiroso, que te hagan una prueba para comprobar que eres virgen, digo, se lo voy a sugerir, y si no quieres que dude de ti, tendrás que hacertela, a lo cual estoy más que seguro, que saldrás más afectada de lo que piensas.
—Le diré a María...
—¿Ah en serio?, Entonces quieres que le diga a mi amorcito, que hasta hace pocos meses aún me enviabas mensajes rogándome que la dejara y que estuviera contigo. ¿Quieres que le diga?, sobre todas las vulgaridades que me ponías en el chat, sobre las fotos, los vídeos que me enviabas, y que yo siempre ignoré, pero nunca te regañé porque no quería hacerte sentir mal, porque eres una "niña", si quieres ahorita mismo le enseño la conversación.
—¡Te odio! —Isabel le dió un empujón a Emilio.
—Ódiame, pero tú no vas a decirle nada a nadie, y no te vas a volver a acercar a Joaco, ¿Entendido?
Isabel cabizbaja, solo asintió.
—Dije, ¿Entendido?
—Entendido —concluyó Isabel.
—Y le pedirás una disculpa sin malas caras, ahí viene.
—Joaquín —Isabel se dirigió al castaño y prosiguió a regañadientes —. Disculpa por acercarme a ti de esa forma.
Joaquín solo asintió de nuevo y continuó comiendo su hot-dog, mientras que María le dirigía una mirada asesina a Emilio, y seguido a Joaco.
—¿Podemos ignorar eso por favor e ir a otro juego? —pidió Isabel.
-—¡Vayamos a los juegos donde puedes ganar cosas! —exclamó María, lamiendo su helado.
Todos la siguieron, y decidieron parar en el lanza dardos, que tiene como objetivos globos de colores.
—Ésto me suena conocido, no crees, ¿Temo? —le pregunta Emilio dándole un empujón a Joaquín.
—Yo picho los esquites, ¿No? —una leve sonrisa se dibujó en el rostro de ambos.
—Humm, hello?, ¿De qué hablan? —María arqueó una ceja.
—La novela —informó Joaco.
—¿La novela? ¿Qué novela?
—En la que sale tu novio, conmigo —explicó el de ojos color miel, serio.
—Ahh, esa novela —María volteó la mirada —. Amor, vamos todos a jugar.
Todos tomaron una posición y el juego comenzó.
Maria e Isabel lanzaron todos sus dardos, el resultado fue que la más pequeña logró conseguir un tarro de burbujas, mientras que su hermana no obtuvo suerte.
Joaquín estuvo a un punto de lograr llevarse un pequeño peluche, pero no lo logró.
Emilio, tenía su último tiro, y lo consiguió.
—Okay young men, you just won the biggest prize, the giant stuffed animal, which one do you want? [Okay jovencito, acabas de ganar el premio más grande, el peluche gigante, ¿cuál quieres?] —el dueño sonreía amablemente.
Había varias opciones, de entre ellas Lotso, el oso de Toy Story, algunas princesas, otras mascotas, pero hubo uno que llamó su atención.
—I want that one [Quiero ese] —pronunció Emilio.
—Good choice boy, is this for your girlfriend? [Buena elección chico, ¿Es para tu novia?] —el señor bajó el peluche y se lo entregó.
—¡Joaco!, ¡Te conseguí un Stitch! —gritó el rizado entregándoselo al pequeño, saltando de emoción.
—¡Ay Emilio! —la felicidad en Joaquín sentaba muy bien ya que se le rosaban las mejillas, y se le notaba las marcas de sonrisa, mientras abrazaba al más alto.
La cara de María fue un poema ante tal situación.
—Perdón amorcito, pero Joaco es un fanático loco de Stitch, al verlo no dudé en conseguirselo —Emilio se acercó a ella quién lo miraba con disgusto —. Te compro lo que quieras en la tienda de souvenirs, ¿Va?, ¿Qué quieres?
—Podría ser un peluche, que no sea Stitch —sugirió la peliteñida.
—Genial, Joaco, recuerda que me debes algo —Emilio abrazó a María y todos caminaron hacia la tienda.
Isabel al lado de María, y Joaquín al lado de Emilio mientras que la parejita iba en medio, muy juntos.
Llegaron a su destinos y tanto como la ojiverde como el rizado parecían niños en tienda de dulces, viendo por aquí y por allá.
La señorita tomó el unicornio que sale en Toy Story, uno enorme, por cierto.
Emilio por su parte eligió un pequeño collar de cuarzo color negro que estaba colgando de un mini perchero puesto sobre el mostrador de paga.
El cubano de la cadera para abajo pagó el capricho de María, y Joaquín le pagó lo debido a Emilio.
—Quiero ir a la casa del terror —insistió Isabel.
—La última vez que fuimos a una, te measte encima —María comenzó a reír estruendosamente.
—¡Ya nos exhibiste! —rió Isabel, algo avergonzada.
—Vamos —Emilio cargó tiernamente a María, mientras que sus acompañantes los veían desde atrás, con una distancia considerable entre ellos.
Joaco B: Te compré algo.
Nilo✨: Espero que sea una camiseta de Lilo, o una pulserita bonita, o aún mejor, un consolador en forma de varita:).
Joaco B: ¡No seas cochino!
Nilo✨: Uno se da sus lujos, mi queridísimo Joaquín.
Joaco B: Es un lugar infantil, ¿De verdad crees que hay Sex Shop aquí?
Nilo✨: Bueno ya, yo solo decía.
¿Qué es?
Joaco B: Es sorpresa, te lo doy mañana.
Nilo✨: ¿Cómo vas con el estropajo?, ¿Ya se cagó encima por subirse a los juegos altos?
Mándame fotos.
Joaco B: La señorita galleta llegó a invadir.
Nilo✨: ¿¡La energúmena esa?! AGÁRRAME PORQUE ME LE VOY ENCIMA, O SEA.
ÉSTE DÍA ERA PARA TI Y EMILIO.
Y SÍ, ESTOY TAN ALTERADO QUE HASTA DIJE EL NOMBRE DEL CHOLO.
LE VOY A ARRANCAR LAS EXTENSIONES QUE TIENE.
DIME QUE EL PENDEJOSTÓTELES NO TE DEJÓ SOLO POR ELLA.
Joaco B: La señorita trajo a su hermana.
Me besó a la fuerza.
Me sentí acosado, asqueado, fue como: Wacala una mujer.
Nilo✨: Te voy a poner ácido clorhídrico en los labios para que se te caiga su ADN, y la voy a buscar.
Joaco B: No exageres, Emilio me defendió:').
Nilo✨: Vaya, hasta que por fin el cholo hace algo bien.
Bueno, tengo que ir a clases de yoga con mi mamá, te hablo más al rato.
ME DOCUMENTAS TODO, ¿ENTENDISTE?
Te amo perra, besos jamás podrás, adiós.♥️
Joaco B: Sí, y sí.
Bye bitch.♥️
—Entonces no paso el límite de edad —Isabel hizo puchero, y frunció el ceño.
—Please Mr, let her in... [Por favor señor, déjela entrar] —María abogaba por su hermana, pero la seguridad se negaba, y le señalaba el cartel que ponía "Mayores de quince años solamente.”
—¿Qué tan espeluznante puede ser la casa como para que no dejen entrar personas menores de esa edad? —cuestionaba Emilio.
—Los espero aquí afuera, vayan —Isabel se sentó en una banca junto a otros no admitidos.
Así que el trío dinámico entró a la casa, en el orden de Joaquín en el primer puesto, María detrás de él, y Emilio cuidándola en tercer lugar, seguido de el rizado habían otros seis chicos más.
—How you dare!... To profane the resting of all this creatures in pain... You will see a lot of scenes where many of us have died, be careful, and try to don't become one of our big team... [¡Cómo se atreven!... A profanar el descanso de todas éstas criaturas en sufrimiento... Verán muchas escenas donde bastantes de nosotros hemos muerto, tengan cuidado, y traten de no convertiste en uno de nuestro gran equipo...] —las luces se apagaron por completo, y solo se dejaban ver las huellas fluorescentes en el piso, que mostraban un sendero.
Joaquín iba a la cabeza, lleno de miedo, con el corazón latiendo demasiado rápido, pero no iba a mostrarse como una gallina ante tantas personas, mucho menos ante Emilio, y por supuesto que aún menos ante María.
—Follow me, and stay together, you don't want to disappear here... [Síganme, y quédense juntos, no quieren desaparecer aquí...] —el guía le tomó la mano a Joaquín y lo dirigió a subir unas altas escaleras.
Espantos, monstruos, y demás aprecían, asustando a toda la fila de personas, pero Joaquín trataba de mantenerse lo más firme posible.
En un abrir y cerrar de ojos, algo, o mejor dicho alguien, y para mejorar aún, varias personas disfrazadas, dispersaron al grupo, llevándose a unos a otras habitaciones, dejando caer a varios por el suelo, etc.
María desapareció, el suelo se la tragó, y todos los demás estaban perdidos.
Emilio y Joaquín lograron manterse juntos, y ya ellos dos solos, dejaron de ocultar sus gritos.
—¡Hay un payaso detrás de ti, corre! —exclamó Joaquín tomando la mano de Emilio y jalandolo hacia el pasillo más viable.
—¡Hay un zombie ahí en frente, vámonos por acá! —gritó Emilio, agarrando fuertemente la mano de su compañero, para estirarlo y correr juntos una vez más.
Se escondieron en un cuarto que tenía por nombre arriba de la puerta "Be safe, but be aware". [Ten cuidado, ten cuidado].
—No parece haber monstruos —dijo Joaquín, y al segundo una niña de bata blanca les saltó casi encima, ya que una de las reglas es que los personajes no pueden tocarte ni tú a ellos —. Hablé muy rápido.
—¡Ahhh, la del aro! —gritó en pánico Emilio, saltando hacia Joaquín para que lo cargara.
—¡No que muy valiente! —pronunció Joaquín, saliendo de la habitación corriendo muy rápido con Emilio en brazos.
—¡Ya quiero salir!
—¡Yo también!
—Boys, if you can't handle this, remember that the way out is down the stairs [Chicos, si no pueden manejar ésto, recuerden que la salida está escaleras abajo] —un chico vestido de vampiro les habló tranquilo, ya que pudo ver el gran miedo en ambos.
Y como no iba a ayudarles, si lo único que el chico veía, era a un pequeño castaño cargando a alguien más grande que el en sus brazos, ambos con la cara pálida, y muertos de miedo.
Joaquín y Emilio corrieron escaleras abajo, y salieron buscando la luz; afortunadamente, encontraron lo que tanto anhelaban, el calor del sol, la aglomeración de personas, y no ver más rostros sangrientos.
—Creo que se tragaron a María —Emilio le avisó a Isabel.
—No, ahí viene, por la otra puerta —Isabel señaló a su hermana, que venía pálida, con los ojos muy abiertos.
Emilio la abrazó y ella sucumbió al llanto.
—¿Qué pasa amorcito? —el más alto no podía dejar de consolarla.
—Es que, me asusté mucho... —los sollozos eran apenas audibles, algo falsos.
—Ya todo está bien mi niña —Emilio la retiró un poco para darle un beso en la frente, tomarla de la mano y salir del área.
Lo que presenciaba Joaquín, no era de su agrado, mucho menos quería estar visualizando cada dos minutos como éstos se tragaban.
—¡Vamos a subirnos al martillo! —Isabel corrió en dirección al juego para hacer fila.
Después de un rato de estar formados, mientras Joaquín bailaba y cantaba canciones de Ariana, Emilio y María se besaban, más aparte Isabel haciendo instastories contando su día, por fin llegaron a la entrada.
—I'm sorry, you can't enter this game [Lo siento, tú no puedes entrar a éste juego] —el guardia detuvo a Joaquín, ya que los otros tres estaban dentro.
—Why not? [¿Por qué no?] —cuestionó Joaquín.
—Some of the other guys in there, said that your presence is bothering to them, I'm really sorry but if the people asks for this I... [Algunos de los chicos de allí dentro dijeron que tú presencia les molesta, de verdad lo siento pero si las personas piden ésto yo...]
—If there's someone that doesn't wants me on this game, please get up, and tell me, have the pants to say it. [Si hay alguien que no me quiera en éste juego, que se levante y me diga, tengan los pantalones de decirlo] —Joaco no estaba para nada feliz.
—It was us [Fuimos nosotros] —se levantaron dos chicos rubios, que parecían ser hermanos —. We can't tolerate freaks like you [No podemos tolerar raritos como tú].
—Say it again [Dilo de nuevo] —Emilio se levantó molesto, pero María lo detuvo tomándole la mano.
—I said freaks, gays, homosexuals, trash, shit, did you understand? Or you need me to repeat it?[Dije raros, gays, homosexuales, basura, mierda, ¿entendiste?, ¿O necesito repetirlo?] —el chico más alto, lo miraba imponente.
—That's discrimination, and he's not even gay, he's just... He has his own style, so leave him alone, or you will know who am I [Eso es discriminación, y el ni siquiera es gay, el es sólo... Él tiene su propio estilos así que dejenlo solo, o sabrán quién soy yo] —Emilio apretaba los puños.
—He is not gay? Ha!, we have eyes, HE IS MORE THAN JUST GAY, he is a butterfly [¿Que no es gay?, ¡Ja!, tenemos ojos, EL ES MAS QUE SOLO GAY, es una mariposa] —imitaron el vuelo de la ya mencionada.
—Mr. I ask you to put these guys out of the game, or I will demand the park for being discriminative [Señor, le pido que ponga a estos chicos fuera del juego, o demandaré al parque por ser discriminativo] —Emilio apretó la quijada.
—Amor no es necesario que hagas ésto, Joaquín se puede subir solo en la que sigue, quedémonos tranquilos, solo dile a él que se retire —María señaló al chico esperando fuera.
—No María, ellos están acosando a Joaquín de una manera en la que quieren excluirlo y...
—Y no debería de importar porque no es gay, ¿O sí? —la voz de María no estaba ayudando en la cabeza de Emilio.
—No, y aún si lo fuere, ellos están mal, yo solo estoy defendiendo lo que creo que es correc...
—Pero bueno, déjalos y ya, como dije, Joaquín puede subir en la siguiente —insistió María.
—Bien, si así piensas, entonces súbete tu con Isabel en éste, yo me subiré en la siguiente con Joaquín —Emilio se levantó de su asiento y se dirigió a la salida.
—Emilio Osorio Marcos, no puedes dejarme así, te digo que no importa ese niño, y ya, por Dios, —María se levantó también —. No vas a irte.
—Mírame hacerlo —Emilio salió del juego y automáticamente cerraron las puertas, activaron la seguridad, porque la acción estaba apunto de comenzar.
Cuando Emilio ya estaba fuera, para ponerse a esperar en la fila una vez más, se percató de que Joaquín no estaba ahí.
—¡Joaco! —gritó Emilio, buscando con la mirada hacia todas partes.
Su vista logró encontrarlo, a lo lejos, una cabellera reconocible caminaba alejándose.
—¡Joaco! —volvió a gritar Emilio, corriendo tras el.
—Solo quiero ir al baño —Joaquín limpió su rostro, no se le veía bien.
—No, no es verdad, estás mal, ellos te hicieron sentir mal, pero cuando bajen de ese maldito juego te juro que les voy a patear la cara y les va a quedar deform...
—No, violencia trae violencia, solamente ignoralo...
—No, Joaquín, tuve que cubrirte cuando María empezó a cuestionarme porque imagino que aún no quieres salir del clóset ni con ella ni con alguien que no sea tu círculo social, quise defenderte por completo de esos idiotas pero ella...
—Ella no lo ve como discriminación, porque ella piensa igual. Me ve como un raro, como un estorbo, es más que claro —Joaquín sorbió su nariz, y se limpió los lagrimales.
—Es que ella solo es muy... Es algo difícil, y no entiende mucho éstos temas. Yo sé que te lastimó que actuara así y luego aquellos imbéciles... Hoy tuvimos varios actos de homofobia, y perdón, ven —Emilio tomó al pequeño en brazos y hundió el rostro de Joaquín en su cuello, dándole la mayor sensación de protección posible.
—Creo que quiero irme a casa —Joaquín lloraba pegado a Emilio.
—Si tú lo quieres, nos vamos. Pero, ¿No te gustaría ir a ver al teatro alguna de las interpretaciones, o ir a otro juego que te guste?
—Es que tú novia no me hace sentir muy bien que digamos, su hermana tampoco, y ya no quiero ser una tercera rueda, disculpa.
—No pidas disculpas, te entiendo; cuando María baje del juego, tú solo sígueme la corriente, ¿Sí?
—¿Seguirte la corriente?
—Sí, tú confía.
Después de unos minutos, las señoritas bajaron del juego, y se encontraron con los muchachos.
—Amor, ya nos vamos a México —Emilio respiró hondo.
—¿Cómo por?, Apenas vamos llegando...
—Joaquín no se siente muy bien, y quiere regresar así que nos iremos.
—¿Es neta?, ¿Te vas a ir y me vas a dejar solo porque éste niño es demasiado sensible? Qué no puede manejar que simplemente no lo dejaron entrar a un estúpido juego, y ya.
—Hey —a Emilio no le pareció para nada el comentario de María, ya que solo estaba tratando de hacer que ellas se fuesen, no que su novia se molestara, y empezara a tirarle tierra a su compañero —. Tienes que ser comprensiva, de verdad, nos vemos en Navidad, ¿Sí?
—¿Qué?, O sea, ¿Te irás así como así? —María frunció el ceño —. Te lo prohíbo.
—No puedes prohibirle cosas a una persona, porque no eres dueña de su vida —interfirió Joaquín, a lo que Emilio solo asintió.
—Tu cállate rarito —María rodó los ojos.
—Oye, no le hables así —se metió Emilio.
—Ahora lo defiendes, genial.
—Estoy defendiendo a quién creo que tiene la razón, no es por ninguna otra cosa.
—Bien, entonces, o te quedas conmigo para pasar una tarde de pareja, o mejor te vas con tu amiguito éste, y te olvidas un buen rato de mí —María con mucha seguridad en sus palabras, hizo una mueca.
—Que te vaya bien —pronunció Emilio, para después tomar a Joaquín por el hombro, y alejarse de ellas caminando.
María hizo un coraje enorme, y decidió marcarle a sus padres para que fueran por ellas, no tardaron mucho en llegar pues estaban comiendo en un restaurante de cerca.
—¿Qué acabas de hacer Emilio? —Joaquín lo miraba confundido.
—Ella estuvo mal en hablarte de esa forma; puede que sea mi novia, pero no siempre tiene la razón, se equivoca como todos, solo que muchas veces —Emilio y Joaquín se sentaron en una banca donde daba el cálido sol.
—Entonces, ¿Nos iremos?
—El punto era hacer que ella se fuera, para así poder tener un día divertido, como lo estábamos haciendo hace un rato, y bueno, sin hacerme morir en cada juego de adrenalina —rió el rizado.
—Así que, ¿Subiremos a más juegos?
—Vamos a los carritos chocones, ahí no me va a dar un paro —Emilio cargó su mochila con cosas, mientras Joaquín hacia lo mismo, más llevar consigo el enorme peluche de Stitch.
—¡Pégale! —gritó Emilio mientras Joaquín conducía su mini vehículo.
—¡Nos van a chocar! —rió Joaco.
—Ahh —exclamó con euforia el rizado cuando dos autos los chocaron.
—Es divertido y doloroso —declaró Joaquín.
—¡Yo manejo en la siguiente!
—¿Neta te quieres subir ahí? —la cara de Joaquín era de alguien que quería burlarse pero no podía.
—Si me juzgas te pego en los huevos —advirtió Emilio.
—¿Y qué hago? ¿Te grabo desde aquí como las madres a sus hijos? —Joaquín no aguantó soltar una carcajada.
—No es mala idea pero, ¿No quieres subirte al Dumbo conmigo?
—Es un juego de Dumbos que vuelan, para niños de cinco años...
—¡Pero es genial!
—No voy a subir, te grabaré.
—Bien, señor aburrido —Emilio hizo puchero y subió felizmente al Dumbo.
—¡Sonríe para la cámara! —le grita Joaquín burlándose.
Emilio solo grita: ¡Wii!, y sonríe de oreja a oreja.
—¡Cuidado tigre, está alto! —vuelve a gritar Joaquín.
—¡Puedo manejarlo! —responde Emilio con entusiasmo.
—¿Debo subirme en serio? &Emilio abría los ojos como si su vida se fuese en ello.
—Bueno, si no quieres no, gallina —susurró Joaquín imitando al ave moviendo sus brazos como si fuesen alas.
—¿Gallina yo? ¡Nunca! —Emilio agarró valor y subió al lado de Joaquín en la caseta de la montaña rusa.
—Era broma, puedes morir ésta vez, baja del juego.
-—No Joaco, voy a intentarlo, solo que si me muero, di que fue en un evidente mientras íbamos en el auto bailando canciones de reaggeton.
—Anotado.
El juego inició, ya tenían la seguridad puesta y el corazón de Emilio empezaba a acelerarse.
—Eh, Joa... Creo que quiero bajarme... —mencionó Emilio tomando rápidamente la mano de su compañero para llamar su atención.
—Emilio, estamos a punto de caer, el juego no se puede parar aquí, no tendrían forma de bajarnos.
—Creo que me voy a desmayar.
—Toma mi mano fuerte, cierra los ojos, calma, todo estará bien ya hemos hecho ésto antes, no es mucha altura, o bueno... No mires, solo no mires —Joaquín intentaba transmitir paz pero para el mayor era algo casi imposible.
—Joaquín si muero, quiero que me entierren junto a Michael Jackson, ¿Está bien?
—¿Para qué luego salgas todo cholo a bailar Thriller?
—Sí, por favor; también quiero que me entierren con mi mano haciendo la señal de viva el rock.
—Perfecto —al terminar la palabra, cayeron en picada, a toda velocidad, tanto que no le dió tiempo a Emilio ni de pensar, solo empezaron sus estruendosos gritos ensordecedores.
—¡SANTO JESÚS WEY!
—No fue tan malo después de todo, ¿O sí? —Joaquín bajó de la caseta.
—No... —Emilio aún seguía de la mano de su compañero, con el corazón latiendo muy rápido —. Obvio no —se reincorporó respiró hondo, se acomodó la playera y levantó la frente.
—Hay que ir a la otra casa del terror a la versión Disney, donde todos los personajes salen demarcados.
—Está bien, eso puedo tolerarlo —asintió Emilio y se dirigieron hacia allá.
—¡Emilio!
—¡WEY ES QUE ES UN PINCHE HÉRCULES SIN CABEZA!
—¡Pero no pesas tan poquito menso!
—Fue instinto, perdón —Emilio bajó de los brazos de Joaquín después de haberle saltado encima como bebé araña por haber visto aquel personaje —. ¿Cómo por qué ya no están los demás del recorrido?
—¿Será porque me saltaste encima cuando todos siguieron corriendo?
—Ah, por eso.
—Podemos seguir las huellas fluorescentes, vamos —ambos caminaron con algo de temor y lentitud.
—OH MY FUCKING GOD! [¡Oh Dios mío!] —gritó el de descendencia uruguaya al ver como un Mickey sangriento salía del techo para asustarlos, acto seguido abrazó a Emilio fuertemente, el cual le correspondió sin dudar, uno aferrándose al otro.
—¡Corre wey! —Emilio no sentía tanto pavor como en la otra, pero si mucha incomodidad y desesperación.
—¡Ahh! —los dos gritaban por cada espanto que salía.
Por poco son alcanzados por un Rayo McQueen zombie, pero lograron escapar mientras Emilio iba sobre Joaquín en modo caballito, porque estaba paniqueado.
—¡Voy a tirarte! —advitió Joaquín riendo.
—¡Tenemos que ir por las cosas a los lockers! —Emilio se acomodó muy bien en la espalda del pequeño —. ¡Cuidado con el escalón! —al decir estoy ambos cayeron al piso, rodaron un poco y el más grande terminó sobre Joaquín.
—Creo que fue mala idea que te diviertas encima de la persona que se cae incluso cuando no hay obstáculos que atravesar.
—Sí, mala idea —el rizado veía frente a frente al de ojos brillosos.
—También creo que deberías bajarte, recuerda que la vez que estuvimos así no muchas cosas buenas pasaron.
—Olvida eso, no quiero que te pongas mal, fui idiota pero ya no, es más, haré que ésta posición te traiga otro recuerdo, uno lindo —Emilio decidió abrazar a Joaquín aún acostados en el piso.
Gran escena para los varios muchos demasiados espectadores, ver a dos jóvenes en el suelo abrazarse de ese modo.
—Emilio, nos están viendo —Joaco abrazaba al chico sobre el con fuerza.
—¿Eso importa?
Ante su repuesta Joaquín sintió una emoción cálida en su corazón, y sus mejillas se ruborizaron —No, no importa, para nada...
—¿Especiales?... ¿Mañana?... Ah, sí. De navidad, bueno —Emilio batallaba para escuchar a su padre del otro lado de la línea por el ruido del parque —. Ahí nos vemos, sí, te quiero.
—¿Qué dijo? —Joaquín comía un helado.
±Mañana grabaremos varios especiales de navidad, nos quieren a las siete de la mañana en el foro.
—Genial —Joaquím sonó algo sarcástico.
—Creo que subimos a otro juego y nos vamos, ¿A cual quieres ir?
—¡A las tazas de la bella y la bestia! —el pequeño saltaba de la emoción.
—Vamos ya.
—Oye... No subiste conmigo al juego que prometiste, cuando acepté ir a la casa del terror.
—¡No te escucho soy de palo tengo orejas de pescado!
—Passengers with destiny to Mexico City, please aboard [Pasajeros con destino a la CDMX, favor de abordar].
—A la tortura de nuevo —Emilio estaba persinándose repetidas veces.
—Yo estoy aquí, y mientras estemos juntos yo voy a cuidarte en lo que pueda —Joaquín le daba ánimos.
—Lo sé hermanos siempre nos respaldaremos.
—No fue tan malo —concluyó Emilio.
—Hubo turbulencia y te desabrochaste el cinturón para acostarte en el piso, aferrarte a él y gritar: ¡El avión se cae!; alteraste a los niños y comenzaron a llorar. No te expulsaron porque no podían pero no nos dejarán volver a volar aquí —rió Joaco.
—Bueno, al menos no morimos.
—Tonto.
—Nos vemos mañana, Bobondoni —Emilio subió a su auto.
—Hasta mañana, Famosorio —Joaquín subió al auto conducido por su madre y se despidió agitando la mano.
🚀AVISO SUMAMENTE IMPORTANTE.🚀
Necesito que sean altamente comprensivos, pero antes de empezar quiero aclarar NO hay pausa en la historia, NO se cancela, para que no se alteren demasiado.
Debido a que estoy en el bachiller y voy a semana de exámenes ésta que entra, voy a tener que suspender los tres próximos capítulos, o sea, el sábado 31, el martes 3, y el sábado 7 NO habrá capítulo.
La continuación será hasta el martes 10 de septiembre, con el capítulo 41. Partiendo de ahí la historia sigue su ciclo normal [en caso de tener otra situación similar en alguna otra época de exámenes, les avisaré]. Se pide alta comprensión, créanme que odio fallarles pero ESCUCHEN: Se viene un capítulo muy especial, muy crucial, que marcará parte de la historia, y éste va a ser desarrollado al rededor de unas 10,000 palabras, por lo que necesito redactarlo con mucha paciencia, pues yo hago contenido de calidad, NO escribo por escribir, yo lo hago con pasión, y si quiero lograr causarles una emoción como la que pienso, necesito TIEMPO, INSPIRACIÓN, CALMA.
Les ruego que me perdonen, y que puedan entender, los amo demasiado, no me odien.
Con cariño, arcoíris y abrazos: La autora.🚀♥️
PREEEEEGUNTA:
¿Cómo reaccionarias si Emilio saliera del clóset como bisexual pero saliendo con un chico que NO es Joaquín?
Yo quedaría EN SHOKOLATE.
Vota y comenta porque he sufrido tratando de escribir éste capítulo, ajua.
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