Capítulo 32.
[Lucharemos por la igualdad]
Noviembre 2018.
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-¡Acción!
-Por favor Ari... No sigas rompiendo mi corazón sí... -estaba agarrado de su cuello, y con ambas manos me acercó para chocar nuestras cabezas -. Quiero ser feliz Ari... Y sin ti no lo puedo ser... -lloriqueaba mientras arrugaba mi nariz.
-¡Corte! -gritó el señor Osorio -. Muy bien ahora grabamos las escenas donde estás llorando dormido, y Nikolás va a taparte.
-Es divertido grabar las escenas donde le dan celos al Aristófanes -Nikolás mordió su chocolate y rió.
-Nikolás... -hablé en voz baja.
-¿Qué? -masticaba.
-Creo que hoy voy a salir del clóset -terminé de hablar, y el chico frente a mí se atragantó.
Niko escupió el chocolate, empezó a toser llamando la atención de los demás, tomó agua, y casi se ahoga.
-¿Qué vas a hacer que? -golpeteó su pecho.
-Pienso decirle a mis padres hoy... -respiré hondo.
-¿Estás seguro? -me vió con temor.
-Sí, y no solo con ellos... -abrió los ojos como platos -. También le diré a Emilio.
Nikolás puso los ojos en blanco y se cayó de la silla.
-¡Niko! -evité que su cara se estampara contra el suelo.
Todos los de la producción se alteraron, lo acostaron en el sillón y le pusieron a oler alcohol para despertarlo.
Después de un rato volvió en sí.
-¿Tanto drama tenías que hacer? -lo miré burlón.
-Óyeme, aquí la drama queen somos ambos, así que cállate. ¿Por qué le dirás a...? Ya sabes -lo señaló con la mirada.
-Tú eres mi mejor amigo, y él se puede decir que tiene el segundo puesto, creo que merece saberlo ¿No?... Y quiero saber de una vez por todas si va a aceptarme, o me dará una patada -tomé las manos de Niko.
-Estaré al tanto, por si te quiere hacer algún daño -me abrazó.
-Cuando llegue a casa, le diré a mi mamá primero, junto con mi hermana. Después le marcaré a mi papá... Y finalmente le diré a Emilio, que nos veamos en un lugar público, donde no pueda tener una reacción brusca; la verdad no creo que vaya a comportarse mal, pero por si las dudas. No sé si decirle a Diego, o sea, confirmarle que soy gay, pues el ya sabía que yo hetero, no era. Y Andy, Andy siempre ha sabido, creo que fue la primera.
-No le digas aún, puede que se obsesione más contigo, o si le vas a decir ponte una barrera en la boca, o intentará comerte -rió.
-Bueno, nos vemos mañana para grabar las escenas del día de muertos -salió del foro.
Al llegar a mi casa, no pude evitar temblar, mis manos sudaban, mi frente también, mi estómago se retorcía de dolor, quería ir al baño, madre mía qué en serio sentía que me iba a morir.
Me coloqué frente a mí puerta, y me decidí a abrirla.
Sentía miedo, mucho miedo, me temblaban las rodillas, ¿Qué dirían? ¿Cómo van a reaccionar? ¿Me van a correr de la casa? ¿Puede que me odien?
Mi mamá y Renata estaban en el sentadas en la mesa, comiendo.
-¿Cómo te fue mi amor? -solté mi mochila, y me dirigí hacia mí madre.
-Bien mami -mi voz temblaba, todo yo era un terremoto.
-Joaco, ¿Me acompañas el finde al moll? Quiero que me ayudes a escoger un conjunto súper cool -Ren estaba clavada en su celular.
-Sí -me serví la comida que constaba de spaghetti con bolitas carne, y me senté.
Comimos de los más normal, y mi estómago gritaba por ayuda, y no exactamente porque la comida me hubiese caído mal, estaba más que nervioso.
Me levanté rápido al baño, hice mis necesidades, y me lavé las manos, me vi al espejo -Puedo hacerlo...
Nilo✨: Eres fuerte, eres valiente, te van a aceptar y puedes lograrlo, te amo Joatitch.
Joaco B: Estoy a punto de hacerlo, rézale a Ariana que todo salga bien, amén.
Guardé mi móvil en el bolsillo trasero de mi pantalón, me mojé la cara y me la sequé con la toalla.
-Vas a estar bien... -le dije al espejo y me abracé a mí mismo.
Salí, me senté en el sillón individual y tomé aire.
-Ma, ¿Podemos hablar? Y Ren, ¿Podrías ir a tu habitación? Ahorita hablo contigo -diganme cobarde, pero iba a ir una por una, ¿Qué tal si ambas reaccionaban mal?
-¿Por qué? -renegó Renata.
-Por favor, Ren, es algo serio, ahorita voy a tu cuarto -le indiqué las escaleras con la mirada, y se fue.
-¿Qué sucede Joaquín? -mi mamá se sentó en el sillón de en frente de dos cupos.
-Primero que nada, soy tu hijo, tú me tuviste, me criaste, me has visto crecer... Y me amas -mi corazón iba cada vez más rápido.
-Pues claro que sí mi amor, te amo, me estás asustando, ¿Qué sucede? -se cruzó de piernas.
-Verás... Yo... -me sudaban las manos de nuevo -. Sabes que yo...
-¿Qué tú...?
-Yo sé, que tú esperas que yo sea alguien en la vida, alguien grande...
-Pues claro, es lo que toda mamá espera de sus hijos ¿O no?, No veo el problema.
-No es eso en sí... Esperas que sea alguien, me case, tenga hijos, te dé hermosos nietos -trataba de enfocar el tema, pero ella no parecía captarlo.
-Ay no, no, Joaquín -tragué saliva -. No me vayas a decir que embarazaste a una niña...
-¡No! Claro que no -hice gesto de asco -. Para nada.
-¿Entonces a qué va eso? -se mostró confundida.
-Tú esperas que yo me case con una mujer, que haga mi vida...
-Ajá...
-Pero eso no se va a poder -hacía gestos extraños y movía mis manos a manera de ademanes.
-¿Me estás diciendo que no piensas enamorarte? Joaquín, eso está bien, es la nueva moda de lo adolescentes ¿Qué no? Eso de que "no me voy a casar y solo viajaré por el mundo", lo comprendo hijo -empecé a sudar por todo el cuerpo, y a respirar un poco profundo.
-No me refiero a eso mamá -apreté los puños.
-Entonces, ya no entiendo nada mi amor.
Tenía tanto miedo, tantas posibilidades cruzaron mi mente, estaba entrando en pánico.
-Es que no me... -me frené.
-¿No te que? Anda ya, ¿Tienes pelos en la lengua? -rió.
-No pienso casarme con una mujer, ni voy a tener hijos propios, o no sé, ese no es el punto en sí... Pero o sea...
-Joaquín, dilo ya -se acercó a mí, poniéndose de rodillas, y viéndome a los ojos.
-No me voy a casar con una mujer, porque no me gustan las mujeres -algo en mi hizo que mi corazón diera tremendo vuelco, y que mi ritmo cardíaco se fuera al tope.
-¿Eres asexual? -creo que mi madre aún tiene esperanza en que le diga que no soy gay.
-Mamá, me gustan los hombres... Yo, soy gay -rompí en llanto, no lo pude contener más, me sentí libre y a la vez encerrado en una caja.
Mi mamá pareció quedarse perdida unos segundos, como si no me hubiese escuchado, como si estuviera en transe.
-¿Ya no me vas a querer verdad? -mi corazón se hacía añicos, me estaba debilitando a grados increíbles.
-Joaquín -se puso seria, y me tomó las manos -. Eres mi hijo.
-Pero no te gusta que sea gay...
-Mi amor, yo no dije eso. Yo puedo decir que lo sospechaba un poco, sí, pero no estaba lista para que me lo dijeras, o al menos no quería ver que ésto iba a pasar... Y no exactamente porque no te acepte, sino porque yo no sé mucho de éstas cosas, y no quería hacerte sentir incómodo.
-¿No me odias? -cubrí mis ojos.
-No podría odiarte, eres mi bebé, mi niño -soltó unos sollozos -. Eres Joaquín, el mismo de siempre, nada va a cambiar mi amor, porque eres tú, siempre has sido tú -me abrazó -No voy a juzgarte, ni a odiarte jamás, porque en primera, eres un humano, sigues siendo una persona, con los mismos derechos que un heterosexual. Eres mi vida, eres gay, y eso está bien corazón. Porque aprendí que en una tiniebla mi niño, tú siempre vas a ser mi luz de colores... Tú y Renata son mis motores, jamás pienses que no te quiero.
No podía creer las palabras de mi madre, pensé que iba a reaccionar mal.
-Pero, habías dicho que no querías que fuera gay, que iba a contagiar a Ren -seguía llorando.
-Me equivoqué, soy humano también. Al verte en la novela, quise informarme de esos temas, ahora sé que no es contagioso, no es una enfermedad... Así fuiste, eres y serás, perdóname si te hice sentir mal mi amor... También perdóname por desconfiar de tus amigos, por pensar que por ser hombres, ya estabas en peligro, ideas erróneas mías -me apretó.
-Yo te amo... Perdóname si te sientes decepcionada...
-Joaquín, yo no puedo decepcionarme de ti por algo así, ¿Por qué lo haría? No eres nada malo, no estás haciendo nada malo. Eres mi bebé, y te conozco, sé que jamás harías cosas prohibidas, lo mismo que te restringiría si fuera con una chica -me soltó y me limpió las lágrimas.
-¿Entonces me sigues queriendo igual?
-Igual mi amor, hoy y siempre, eres mi tesoro, mi hijo -me dió un beso en la frente.
-Perdón por llorar, es que estaba muy asustado, estaba paniqueado de cómo ibas a reaccionar...
-Te entiendo, pero ya ves, ahora eres libre mi amor, no tienes porqué esconderte de mí.
-De ti no, pero sí del mundo, no quiero que nadie sepa... Al menos no todavía.
-Entiendo, es tu decisión corazón, de verdad que yo te apoyo en todo lo que decidas, ¿Quieres que lo guardemos? Lo guardamos -me volvió a abrazar.
-Debo decirle a Renata -suspiré.
-No hace falta -mi hermana salió de las escaleras, llorando.
-¿¡Qué hacías ahí?! -la miré algo molesto.
-No pude evitar escuchar, perdóname -se acercó a mí.
-¿Qué... Qué piensas? -articulé.
-Mi hermano es gay -vió al suelo, y después a mí.
Hubo un corto silencio en la sala y yo me temía su respuesta.
-¡Mi hermano es gay! -saltó sobre mí, y me abrazó -. Y eso no tiene nada de malo, como dijo mi mamá sigues siendo un humano, el mismo Joaquín de siempre, y ahora puedes ser más libre, al menos aquí en la casa, porque siempre serás mi hermano, mi hermanito mayor, mi ejemplo a seguir -no pude evitar seguir mi llanto.
Estaba conmocionado, lleno de diferentes emociones.
No podía creerme la reacción tan positiva de ellas, de verdad que no.
Mi familia me acepta... Bueno, al menos los que están en la casa, pero... ¡Me aceptan!
-Te amamos -dijo mi hermana, y nos dimos un abrazo familiar.
-Quiero decirle a mi papá -hablé y ambas se quedaron en shock.
-¿Estás seguro? -me dijo mi madre.
-Sí mamá, quiero salir del clóset con toda mi familia, le diré, ya si el decide decirle a Vanessa y a mis otros hermanos... Lo aceptaré, siempre y cuando no salga del vínculo "familiar" y llegué a las redes -respiré hondo, y saqué mi celular.
-Vamos a estar aquí en silencio por cualquier cosa, si no te da buena respuesta, me lo pasas porque no voy a dejar que te hiera de ninguna forma -mi mamá y mi hermana se sentaron en el piso, frente a mí.
"Llamando a Papá..."
-¡Ey perro! ¿Y eso que me hablas? -la voz de mi padre, rasposa y despreocupada.
-Papá... Quería hablar contigo de algo importante, ¿Estás ocupado?
-No claro que no, voy en el tren, todo relajado, oye, hace meses que no hablábamos verdad...
Meses, meses en los que no se ha dignado ni a mandarme un mensaje de texto.
-Sí, meses... Bueno, ¿Puedes escucharme por favor?
-Sí perro mío, suéltalo -se mostró atento.
-Verás, sé que no has estado en la mayor parte de mi vida, y que no convives mucho tiempo que digamos conmigo... Lo sé, lo entiendo, pero creo que tienes derecho a saber... -tomé aire, y mi madre agarró mi mano desocupada.
-No me asustes campeón, dime qué sucede, ¿Le pasó algo a Liz, o a Renata?
-No pa, no es eso... Es sobre mí...
-¿Te pasó algo a ti?
-No, o sea... Escucha... -respiré hondo -. No soy lo que siempre has pensado.
-¿Apoco no eres humano? ¡Tengo un alien por hijo! -sus bromas nunca faltaban.
-No, no me refiero a eso. Papá... -apreté los dientes -. Soy gay.
-¿Y luego? -dijo muy casual, y yo mantenía mis ojos cerrados a presión.
-¿Y... Luego? -repetí confundido.
-Sí, ¿Y qué? Perro, está bien, no tienes que preocuparte por eso, no voy a juzgarte ni a odiarte; eso es para gente anticuada, creer que ser gay es malo es para los viejillos incomunicados. Pero no te claves mijo, de verdad que no pasa nada, yo te sigo amando como siempre, aunque no te hable, lo sé, perdón por estar tan ausente... Pero nunca pienses, que yo voy a dejar de quererte, o a tirarte tierra por algo así -rompí en llanto.
-Yo... No sé que decirte, pensé que te ibas a decepcionar de mí...
-¿Cómo perro? Estás siendo un orgullo, veo tu novelilla esa, te está saliendo muy bien el personaje, lo vives hijo, y eso está cañón, de verdad que me siento feliz de que estés teniendo éxito -sonaba alegre.
-Gracias por aceptarme...
-Gracias a ti, por confiar en mí perro, siempre te he querido, porque eres mi hijo, el guapote de la casa Gress, porque en la Bondoni tienes competencia con tus otros hermanos , y conmigo mi perro -rió.
-Sí ya sé... Pa... Te quiero -solté.
-Me acabas de hacer el día cachorro, escucharlo de ti, es el mejor regalo que pude tener...
-Espero verte pronto...
-Iré en navidad a verlos, te lo prometo. Ahora debo colgar porque ya voy a bajar del tren, y si no me roban el celular, me violan, así que see you my son.
-See you, dad -y colgué.
-¿Cómo te sientes? -me hablo mi madre.
-Libre mamá... Libre -las abracé, y por primera vez en años, aunque solo fuese en mi casa, sentí paz...
Paz de ahora, poder ser quién soy, al menos puertas hacia adentro.
Pero ahora faltaba algo, algo importante.
Decirle a Emilio...
-Mamá, voy a salir con Emilio... -limpié mis ojos con la comisura de mis dedos.
-¿Ah caray, después de tanto? Pensé que ya no se hablaban.
-No es eso, es que estuvo ocupado un tiempo, con cosas personales, y se enfocó solamente en su novia... Pero ya está de regreso, ¿Puedo?
-Está bien mi amor... Oye, una pregunta, ¿Alguien más sabe, aparte de nosotros? -me detuvo de alejarme.
-Andy, Nikolás... -Rodrigo, Rodrigo... No, no lo menciones.
-¿Y Emilio? -me cuestionó con la mirada.
-No... No aún, pienso... Pienso decirle ahorita.
-¿Estás totalmente seguro de eso? Porque es un chavo popular, sabes, podría no sé, traicionarte, decirle a su mamá, y todo podría... Estallar.
-Ma, Emilio es mi otro mejor amigo, aunque no lo parezca; pero quiero que lo sepa... Porque solamente quiero tener cerca a las personas que me vaya a aceptar sin condiciones, con todo lo que soy -sonreí.
-Te comprendo, ve, pero con muchísimo cuidado -ambas se levantaron, y se pusieron a hacer sus cosas.
Corrí a mí habitación, y cerré la puerta.
"Reagendaste a +5255****** como Famosorio♥️"
Joaco B: Oye tú.
Famosorio♥️: Eu.
Joaco B: ¿Podemos salir? Ahorita.
Famosorio♥️: ¿A dónde quieres ir?
Joaco B: ¿Te parece si vamos a los brincolines de las plazas nuevas?
Famosorio♥️: Claro, paso por ti en veinte.
Joaco B: Está bien, te quiero.♥️
Famosorio♥️: Yo también.♥️
-Vas a estar bien Joaquín, todo va a estar bien -me repetía una y otra vez.
Me alisté, me sudaban las manos todavía, los nervios no habían dejado de comerme.
Nilo✨: ¿Y?
Joaco B: Los tres me aceptaron Nilo, lo hicieron en serio.🤯
Nilo✨: ¡Te lo dije! Eres demasiado increíble cómo para ser rechazado por algo tan natural. Para celebrar, quiero llevarte a un lugar especial, pero que sea el sábado.
Joaco B: Está bien, ahorita estoy a pocos minutos de que llegue Emilio.
Nilo✨: Está bien, ahora recuerda, sereno, y si te paniqueas, sal corriendo, no importa.🏃🏻♂️
Joaco B: Ya me vi siendo correteado por todo el lugar.🗣️🗣️
Nilo✨: Y recuerda que si no te acepta, automáticamente mándame éste emoji: ⚡ y voy por ti. Es la señal que significa ¡PELIGRO!
Joaco B: Me tiemblan hasta las nalgas Nilo.
Nilo✨: Uy, ven y perreame bb.
Joaco B: Bañese primero gei.
Nilo✨: El gei eres tú, yo soy el cOnFuNdIdO.
🤠🤠🤠
Joaco B: Ah, verdad que sí. Bañec medio desviado.
Nilo✨: Báñate tú, costroso.
Joaco B: ¡No manches faltan dos minutos!
Nilo✨: ¡Alv! No te vayas a mear encima.
Joaco B: Llevo pañal:).
Nilo✨: Jamás dejarás de ser un bebé. Mí bebé.
Joaco B: Si Elaine leyera ésto pensaría mal.
Nilo✨: De hecho está en el baño, pero ya sabe cómo soy contigo, y es más, dice que pa' cuando nos hacemos novios.
Joaco B: Cuando me deje de gustar Emilio.
Nilo✨: O sea, mejor me voy haciendo la idea del nunca, bai.
Joaco B: Al rato te hablo bb.
Nilo✨: 😘
-¡Joaquín! -me gritó mi hermana desde abajo.
-¡Ya voy! -tomé mi mochila de estampado militar, y corrí escaleras abajo.
Salí de mi casa, y subí al auto de Emilio.
-Bonito gorro -le hablé.
-Bien locochón -rió y arrancó el coche.
Permanecimos en silencio durante el viaje, escuchando canciones de Maluma y una que otra de Taylor Swift.
Llegamos a las plazas, y al entrar, me topé con todos los chicos de tresochouno y los amigos de Emilio.
Todos nos vieron raro, como si lo de aquella noche, hubiese pasado hace pocos minutos. Aunque nadie sabía realmente lo que había pasado, sabían que Emilio me había lastimado, y verme con él, les parecía extraño.
-¡Vamos a saltar! -gritó Emilio para romper la tensión.
Todos corrieron, pero yo detuve a Emilio de la manga -¿Los invitaste tú?
-Sí, ¿Genial no? -sonreía.
-Emilio, sí... Pero...
-¡Sí no entran ya van a cerrar el cupo! -Ana Paola nos habló desde arriba de las tarimas.
Corrimos rápido, y nos dieron los pases.
Estuvimos saltando un rato, riéndonos; pero llegué a un punto donde ya estaba muy cansado.
-¿Puedes seguir? -Emilio me vió, mientras yo me tiraba en el área de esponjas.
-No, creo que estoy muerto -miraba al techo, respirando descontroladamente.
-¿Te cargo y vamos por un helado?
-Acepto -me ayudó a levantarme, y me cargó de caballito.
Corrió conmigo en su espalda, fuera del lugar.
Me bajó en las sillas que estaban frente a una nevería.
Emilio fue por dos helados, y después me dió uno.
-Emilio, ¿Podemos hablar? -acabé mi conito.
-Sí -se lamió los dedos y se limpió la boca con la servilleta.
-Necesitaba que vinieramos a éste lugar solos.
-¿Lo dices por los chicos verdad? -es más que obvio, sí -. Pensé que sería divertido convivir con ellos, si quieres podemos ir a otro lugar, igual no creo que se den cuenta que nos fuimos.
-¿Podemos hacer eso? -limpié mis manos.
-Claro que podemos, mira, súbete en mi espalda, vamos a huir -se colocó frente a mí, y me subí en él.
-Pero solo hay dos salidas, una está directamente donde están ellos y la otra está en el otro extremo de la plaza.
-Saldremos por ésta, ahora agárrate fuerte -me acomodó, y después salió corriendo, disparado.
Pasamos por dónde estaban los brincolines, todos parecían estar en sus propios asuntos, saltando y cayéndose, nadie nos puso atención, y pudimos salir libres de miradas.
Llegamos al auto de Emilio, y subimos.
-¿Quieres ir al planetario? Escuché que lo remodelaron, está cañón -encendió el auto.
-Sí, vamos -lo nervios se hacían presentes, y se manifestaban con dolor abdominal, más dolor de cabeza.
No estaba demasiado lejos, pero se sintieron como horas, lleno de presión en el pecho; pensando en que en unos pocos minutos, yo me destaparía ante el chico que quiero, pensar que es un riesgo me da pavor, pero ya no quiero ocultarselo, tengo miedo de que reaccione como Rodrigo, claro que sí pero, a él no pienso decirle que me gusta, no puedo, no podría.
Bajamos, y entramos.
Estaba precioso, todo era bello, después de un breve recorrido, nos metieron a una cápsula de apreciación al techo, en el que se iba a pasar un largo vídeo sobre la galaxia, estaba emocionado.
La sala estaba muy vacía a decir verdad, solo había una pareja de ancianos en la primera fila, y dos boys scouts en la esquina superior derecha.
Se veía así, antes de que las personas se sentaran.
Emilio y yo nos pasamos al fondo del aula, en la esquina más retirada.
No sabía si prestarle atención al vídeo, o a lo que iba a decirle a mi compañero.
Pero me armé de valor.
-Emilio, ¿Podemos hablar ahora sí?
-¿Aquí moco? Pero si apenas empieza lo mejor -me vió susurrandome.
-Es algo muy importante -los nervios empezaron a tomar control de mi voz.
-En ese caso, a la mierda el vídeo, nos quedamos aquí para la siguiente función, dime -se volteó hacia mí, y me prestó atención.
Teníamos que hablar en voz baja, ya que en ese lugar todo era silencioso, era especial para apreciar la belleza del cosmos -Necesito decirte algo.
-Suéltalo.
-Es que no sé como, no me salen las palabras -me hundí en mi asiento.
-Dilo como es, sin rodeos, yo te escucho -se bajó un poco, a mí altura.
-Es que tengo miedo, ésto puede cambiar muchas cosas, puede destruir cosas...que si se rompen no lo voy a tolerar -el pánico empezó a atacarme.
-No me digas que embarazaste a alguien y ahora no sabes que hacer -¿Por qué todos piensan que embaracé a alguien? ¿Tengo cara de fornicador?
-No, no es eso menso -negué con la cabeza -. No tiene nada que ver con alguien, es sólo sobre mí.
-Entonces ¿Qué esperas? ¿Una invitación? Oye Joaquín, te invito a que me digas que es eso tan importante, listo -su fastidioso sarcasmo, me parecía lindo.
-Eres un odioso -reí en voz baja.
-El mejor de la ciudad -cruzó sus piernas.
-Emilio, ¿Somos amigos?
-Hermanos Joaquín, hermanos -me dió una palmada en el hombro.
-Y los hermanos se quieren incondicionalmente, pase lo que pase, sean como sean -miraba el que se podía llamar cielo, y hablaba en susurros.
-Sí, obviamente, ¿Qué sucede? Dime ya, me tienes con el Jesús en la boca -insistió.
-Verás, que cuando yo tuve consciencia de mi mismo, me di cuenta de algunas cosas, una en particular, yo no era azul, yo era de colores...
-No mames, ¿Te fumaste algo? ¿Y no me diste?
-Cállate baboso, tú no te drogas y yo tampoco -reí -. Ya en serio... Recuerdo la primaria, como yo por más que intentaba pensar como los otros niños, no podía, no compartía sus mismas ideas, sus mismas perspectivas, no lograba enfocarme en lo que ellos decían que era bueno, porque yo tenía... Otro punto de vista, otro pensar -apreté mi playera, la arrugué -. Después entré a la secundaria, y confirmé que era diferente, muy distinto, y opuesto a cualquier chico en mi salón... Llegué a un grado, en donde cometí un grave error, por hablar de que era yo... La peor situación o bueno, una de las peores que pasé.
-Me estás asustando -todos se sienten asustados, ¿Qué piensan? -. Continúa.
-Emilio, yo jamás he encajado en el rol social que la gente impone, en como debe ser un hombre, su manera de vestir, de ser, de pensar, nunca fui como esos modelos estructurados por la sociedad, al contrario, yo siempre he sido distinto, he impuesto mi propio estilo, construido mi propio yo... -tuve ganas de vomitar, así que solo respiré hondo -. Pero ser diferente no es malo, no lo es...
-Claro que no Joaco, todos somos humanos claro, pero cada quién es único, y hay personas peculiares, que no están mal, simplemente no encajan como dices tú, en lo impuesto por la sociedad como "normal", pero eso no quiere decir que estés haciendo algo malo.
-Exacto... Ahora, el punto es que... Yo no soy exactamente lo que todos piensan, Emilio.
-¿A qué te refieres? -se sentó de rodillas en el asiento.
Sentí una presión en la cabeza muy fuerte, me mareé un poco.
-Me refiero a que... Soy... Soy -no respiraba muy bien -. Soy gay, Emilio, soy gay.
...
-¿Neta? -la expresión de mi compañero no era para nada agradable, su ceño estaba fruncido, y sus ojos me amenazaban -. Ugh, pensé que cuando me lo dijeras no iba a cambiar nada, pero...
-¿Pero?
-Creo que sí cambia -se levantó -. Sí siento asco -me empujó.
-¿Qué?... -caí al piso, y conmigo mis esperanzas, mi libertad, mi felicidad, todo se hizo pedazos en cuestión de segundos.
-Mejor... Mejor sí cancelamos el proyecto ¿No? Porque ahora que sé que eres gay, grabar contigo va a ser muy incómodo, porque sé que a ti sí te va a gustar, te vas a lucrar de esos privilegios.
-¿Privilegios? -lo vi confundido, mientras una lágrima rodaba por mi mejilla.
-Besarme Joaquín, besarme; mira, mejor aquí la dejamos, y tú haces tu vida allá, con alguien que sí pueda aceptarte y estar contigo, no sé, háblale a BTS que venga por ti, o a Nikolás, al fin y al cabo, esos dos también son jotos -se retiró de las butacas, acercándose a la salida.
Estaba shockeado, lleno de muchas emociones, y ninguna era buena.
Algo me invadió, algo muy horrible.
-¡Tú no te sales ileso! -grité levantandome del suelo.
-¿A qué te refieres? -se frenó justo antes de abrir la puerta.
-Si les dices jotos a ellos por besarme, entonces tú también lo eres... -tragué saliva.
-Ni te atrevas a....
-Maricón, eres un maricón, y tienes miedo de que el mundo lo sepa, porque eres un closetero infeliz, un "confundido" -hice ademanes imitando las comillas -. Que besa a un chico, teniendo novia, siendo... Heterosexual.
-Cállate -se acercó, con los puños cerrados, enojado -Hay gente que puede oír.
-Cállate, eso fue lo que me dijiste antes de besarme, ¿Te acuerdas? ¿Qué? ¿Vas a besarme otra vez? Confundido -estaba lleno de dolor, tanto que ya no era yo quien hablaba.
-¡Cierra la boca mariposa! -me tomó del cuello de la playera y me levantó escasos centímetros del suelo.
-Ciérramela, ¿Prefieres de golpe, o de un beso? Joto -hablé lo más superficial posible, y lo hice enfurecer.
-No vuelvas -me tiró al piso -. A llamarme -se echó sobre mí -Así -me golpeó en la cara.
-Yo voy -me rodeé y lo tuve abajo de mí -. A llamarte -lo aprisioné con toda mi fuerza -Como yo quiera -le devolví el golpe, muy fuerte, tanto que sentí como su nariz se rompió.
-Voy a matarte por eso -me amenazó, y con su fuerza brutal, me tomó del cuello, rodamos, y terminó sobre mí.
La gente dentro salió corriendo por la puerta.
-¡Qué bueno que me lo dijiste! ¡Ahora sí que me das asco, de verdad! -sus manos apretaban mi cuello, y con mis brazos trataba de golpearlo, mis piernas intentaban llegar a él y no lo lograban -. Cry baby.
Estaba ahorcándome, lo estaba haciendo en serio... No podía respirar bien, ni un gramo de aire estaba recorriendo mis fosas nasales ni mi boca.
Empecé a ver cómo se ponía rojo, y por el brillo del monitor, pude ver cómo yo estaba casi morado.
Estaba muriendo, muriendo a manos del que se suponía que era el amor de mi vida.
-E... Emilio, no estoy... No res...no quieres... hacer esto -mis brazos se elevaban a su cuello, y mi mano a su rostro.
Toqué su mejilla, y sentí las lágrimas en mis ojos.
-Te amo -articulé, para luego dejar caer mi mano, que sin fuerza estaba, sentí como ya no necesitaba respirar, ya no...
Emilio seguía sobre mí, apretando mi cuello, y yo estaba desvaneciéndome... Para siempre.
Su rostro ya era más borroso que nada, mis lágrimas y el dolor impedían que pudiese ver, hablar, sentir...
Solo podía escuchar, escuchar como los órganos de mí garganta, se rompían, debido a la constricción empleada por la fuerza del chico sobre mí.
Y llegó el momento, en que ya no pude ni escuchar... Sentí como si soltara un peso.
Solté mi cuerpo, y abandoné mi ser.
Ya no estaba ahí, era oficial, yo ya no estaba vivo.
...
-Joaquín, aloh, tierra llamando a Joaquín, te dije, ¿A qué te refieres? Como tres veces, ¿Hola? ¿Me escuchas? ¡Joaquín! -me golpeó el cachete suavecito.
-¿Qué? ¿Qué? -volví en sí.
Analicé la situación, vi mis manos, mis piernas, me agarré el cuello rápidamente; la presión ya no estaba... Ahora sólo era un vacío.
Toqué mis ojos, estaban secos, me refiero a que no había lágrimas.
¿Qué me había pasado?
-Que me digas a qué te refieres, con qué no eres lo que todos piensan -se mostró muy atento, y yo tuve miedo, de que aquella alucinación se hiciera realidad.
Pero ya no podía echarme para atrás, era imposible.
-Emilio, soy diferente -tomé su mano.
-¿Y? No tiene nada de malo, mira -puso su mano en mi corazón -. ¿Qué sientes?
-Late.
-Exactamente, ahora mira, siente -puso mi mano en su corazón -. ¿Ahora que sientes?
-Late también.
-Precisamente, somos humanos, con diferentes rostros, diferentes estaturas, diferentes gustos, creencias, familias, formas de ser, pero todos somos iguales al final del día, por dentro, y como sociedad, todos somos personas, todos sentimos -me sonrió -. No tengas miedo, y dime, ¿qué crees que te hace diferente?
-Emilio -rompí en llanto y no pude evitar abrazarlo, me correspondió -. Tengo miedo, mucho miedo de decírtelo, miedo de tu reacción, de que va a pasar, porque no te quiero perder, eres importante para mí... Estoy tan paniqueado, que quiero explotar.
-Si no puedes decirlo, escríbelo -sacó una libreta pequeña y un plumón.
-No Emilio, no quiero que quede plasmado en ningún otro lado, solo en tu mente -aparté la libreta.
-¿Ves esa estrella de ahí? -señaló el techo.
-Sí, pero eso que...
-Esa estrella se llama Achernar, solo es visible en los meses que se acercan a navidad.
-Pero...
-Te prometo, por esa estrella, que me digas lo que me digas, te voy a apoyar, no me vas a perder por nada, Joaquín, por absolutamente nada. Por esa estrella, yo te prometo, que estaré por siempre. Será nuestra estrella, hermano, nuestra estrella -tomó mi mano.
-Achernar...
-Achernar, Joaquín -me sonrió.
Por alguna razón, sentí... Cómo si Achernar pudiese ser nuestro por siempre, y suena muy película, lo sé, pero no solo eso, también podría ser nuestro te amo... Sí tan solo sintiera lo mismo por mí, desgraciadamente es imposible.
-Emilio -tomé mucho aire y apreté mi estómago, mordí mi labio, y lo vi fijamente -. Soy -volví a tomar una gran cantidad de aire, y apreté ahora su mano, un poco, y empecé a temblar -Soy homosexual.
PREEEEEGUNTA:
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¿A VEDA QUE DIJERON?
-Eres gay -me repitió en voz baja.
-Sí Emilio, soy gay -cerré mi boca, y aún con su mano entrelazada con la mía, vi al piso.
Se hincó.
-Joaquín -me veía, y yo solo podía perderme en la nada -. Mírame.
Con temor, volteé lentamente hacia él, hacia sus ojos.
-Nunca, jamás, hubiese pedido que fueses diferente, a lo que eres hoy; porque así naciste, así eres, y así está bien, está perfecto, sigues siendo mi mejor amigo, mi hermano, mi Joaquín -me abrazó fuertemente, y yo, rompí en un desborde de lágrimas -. Por fin definiste quién eres Bobondoni, y estoy muy feliz por ti.
-Pensé que ibas a odiarme...
-Imposible; yo te quiero Joaquín, te quiero -me tenía en sus brazos, perdido en la realidad.
-Yo también te quiero Emilio -cerraba mis ojos.
No importaba el lugar, la hora, la gente, en ese momento solamente éramos Emilio y yo.
No había nada que pudiese ponerse de por medio, no ésta vez.
-¿Vemos la segunda función y después vamos a comer? -propuso.
-Con mucho gusto, Famosorio.
-Me parece correcto, Gress -se sentó a mi lado.
Puso su brazo detrás de mí cuello, descansando en el asiento, no sabía si estaba correcto pero... Me aventuré a recargarme sobre su hombro, pegado a su cuello, el no se movió, no sé quitó, solamente cerró el movimiento de su brazo, para terminar arropando mi brazo derecho.
Estaba acurrucado en Emilio, y no me arrepentía en lo absoluto.
-¡El combo con el juguete! -Emilio estaba ordenando en el aparato receptor de voz, con los ojos iluminados por haber visto el combo que trae un juguete de los Avengers.
-¿Algo más? -era un joven el que hablaba.
-Una hamburguesa norteña, con refresco de manzana -hablé.
-Perfecto, son doscientos cincuenta y tres pesos -saqué rápidamente mi cartera listo para pagar -. Pasen a la siguiente ventanilla por favor.
Emilio acercó el auto.
-Aquí está el combo, y la hamburguesa -una chica nos dió la orden, y rápidamente estiré la mano para darle el dinero.
-No menso, yo pago -Emilio tenía la comida en las manos.
-No, nunca me dejas pagar a mí -la chava me recogió el billete, y me dió el cambio.
-No me gusta que me pagues -me dió la bolsa con mi hamburguesa y el refresco.
-A mí tampoco, y mira que ya me has pagado muchas cosas.
Salimos del lugar.
-¿Nos vamos a mí casa? Y te quedas a cenar conmigo -sonreí.
-Si, va, ¿Le vas a decir a Nikolás que también vaya? -dejó su caja de comida en el asiento trasero.
-No pensaba hablarle pero si quieres le digo -saqué mi celular.
-No pues, es que mira tú perfil de Facebook -lo vi confundido, y entré rápidamente a mí perfil.
Emilio había puesto una foto conmigo en el planetario, y me metí a los comentarios.
Nikolás Caballero comentó:
"¡Fuiste al planetario sin mí!😠😤 Joaquin Bondoni
Nikolás Caballero comentó:
Diviértete con tu nuevo mejor amigo.
Nikolás Caballero comentó:
Me dijiste que iban por helados, en el planetario no hay helado, ¡Sabes que el planetario es de nuestros lugares favoritos!
Nikolás Caballero comentó:
¿Dónde se le da el me emputa mucho muchísimo? ¿No hay?
Nikolás Caballero reaccionó a una publicación donde te etiquetaron: 😠
-Creo que le gusta mucho el planetario eh -Emilio rió.
-Es nuestro lugar preferido, creo que olvidé la vez que le dije que solo iba a ir ahí con él... -sonreí penoso.
-Que celoso, creo que tener celos es malo -continuó conduciendo hacia mí casa -. Invítalo para que no te reclame, me paro en otra tienda y le compro algo, ¿Qué le gusta comer?
-Le gustan las hamburguesas de pollo, pero, no creo que sea necesario...
-No, venga, yo con todo gusto, mira ahí hay un Burger King, ya vengo -se estacionó y bajó.
"Oye Joaquín, Nilo emoji de brillitos está llamando... Yo soy tu amigo fiel, yo soy tu amigo fiel..."
-¡Joatitch! -sonaba molesto.
-Yo...
-¡Era nuestro lugar! Entiendo que estás con Emilio, ya ni sé si le confesaste, espera... ¡¿Le confesaste?! ¡Olvida mi enojo! ¿¡Wey le dijiste?!
-Sí, Niko...
-¡No mames! ¡Ama! ¡Si le dijo! -gritó.
-¡Nilo no! -grité asustado.
-Atecreas, no hay nadie en mi casa, pero bueno, ¿Cómo le dijiste? ¿O sigue ahí?
-Estoy en el auto, se bajó a un mandado... Sí le dije... Oye, ¿Quieres venir a mi casa? O sea, para estar los tres, como antes... Ya sabes.
-Voy para allá, ahora los shippeo más que nunca -habló emocionado y colgó.
Emilio regresó al auto.
-Nikolás si irá -me acomodé en el asiento.
-Bueno, ¿De una vez le hablamos a BTS no?, así verá que tú y yo ya estamos bien y ya no querrá romperme la cara como cada vez que nos vemos -encendió el auto.
-Me pregunto porqué no fue a los brincolines... Pues, puedo marcarle -saqué mi celular una vez más.
-¿Bueno? -la voz en mi teléfono era bajita, así que activé el alta voz.
-Hola Diego -tomé un tono alegre y despreocupado.
-Hola Joabæ, ¿Qué pasó bonito? -mientras Diego hablaba, Emilio hacia gestos de asco.
-¿Quieres venir a mi casa?
-¿Y eso? Sí, claro que sí, ¿Qué llevo? ¿Comida? ¿Snacks?... ¿Condones? -me puse como tomate.
-¡Pinche chino! -gritó Emilio.
-¿¡Emilio?! ¿Qué haces con él Joaquín? -sonaba molesto.
-Salimos un rato, no te preocupes... Quería invitarte porque estaremos los tres, ya sabes, nosotros y Niko, ¿Quieres venir?
-Ah, sí, voy para allá, pero oye lo de los condones...
-¡Adiós! -Emilio me arrebató el móvil y le colgó -. Wacala.
-¿Apoco muy Santo tú? -me burlé.
-No pero... Entonces... Tú y el ya... -sus ojos se abrieron como platos.
-¡No! No, claro que no, jamás he dejado que nadie me toque de esa forma, tranquilo -yo mismo me asusté.
-Ah, Diego es virgen, pensé que contigo había perdido... Ya sabes -se puso algo incómodo.
-No, para nada, ni lo mande Ariana Grande -reí.
Después de un rato, llegamos a mí casa.
-Ya llegué ma -abrí la puerta y entramos -¿Ma?
-¡Se fue a quedar con doña Carmen! -Renata me gritó desde su habitación.
-¡Está bien! -devolví el grito.
-¿Los esperamos aquí abajo? -Emilio se sentó.
-Sí, por mientras podemos ver la TV -me senté a su lado.
-No, Joaquín, no quiero ver la televisión, ¿Podemos hablar de algo?
-Claro, ¿Qué pasa? -apagué el aparato a mí izquierda.
-Ese chico, Ramiro, Roberto...
-Rodrigo, ¿Qué con él?
-Me habías mencionado que... Te molestaba por rumores, porque te decían afeminado, porque te llamaban gay; al final, esos "rumores" no eran del todo falsos, pero entonces, ¿Cómo supo el y su séquito que tú eres gay? ¿Te tacharon por tu forma de ser o...?
No estaba totalmente listo para contarle la verdad a Emilio, pero lo haría, ya no tengo que ocultarle nada... Bueno, casi.
-Cuando yo estaba en la secundaria, él y yo éramos amigos, eso ya lo sabías, bueno... La razón, por la que el supo, fue porque yo se lo dije -puse mis manos en mis rodillas.
-¿Y por eso te odió?
-No solo por eso... Verás, yo hablé con Andy, de mis sentimientos hacia él, Andy supo desde que entramos a la secundaria sobre mi sexualidad, y ella me alentó a ser libre, a expresar mis sentimientos, grave error -reí.
-¿Por qué? -me veía, confundido, analizando la situación.
-Porque Rodrigo me gustaba, era la primer persona por la que sentía algo tan fuerte, antes de él, había coqueteado con alguien, sí, un chico llamado Kevin, pero no fuimos nada en sí, solo hubo contactos físicos. Sin embargo, lo que yo sentía por Rodrigo era muy especial, así que un día decidí decírselo, estábamos solos en los vestidores, y le confesé quien era, que sentía...
-¿Y qué pasó después? -se veía desesperado por saber.
Flashback.
-Me... Me gustas -mi cara se puso roja, estaba hirviendo en calentura y mis manos sudaban.
-¿Es en serio?, Ay no, Joaquín, ¿Eres uno de esos raritos? Me caías bien... No manches que asco -se paró y me miró fijamente-. Todo éste tiempo nos has visto cambiarnos, y ah, no mames en serio que asco de seguro hasta se te paraba el pajarito.
-Yo... Rodrigo, no, mira eh... -me empujó y me caí de la banca golpeando mi cabeza contra el suelo.
-Neta que asco que seas mi compañero, no te acerques a mí, y para mañana, ya todos sabrán que eres un mariquita- salió caminando fuertemente de los vestidores azotando la puerta.
Fin del flashback.
-No se lo tomó nada bien... Me dijo que era uno de esos raritos, y demás cosas no muy amigables, me empujó, y caí al piso, mi cabeza azotó un poco fuerte...
-Ese hijo de pu...
-Estamos en la casa de los Gress -lo interrumpí.
-Pero la patrona no está, así que, ese hijo de puta te molesta por tu orientación -lucía molesto.
-Bueno y, desde ese día, trató de hacerme la vida añicos, como puedes ver, lo ha ido logrando. Una vez me secuestró, y me hizo confesar mi sexualidad ante una cámara, pero lo hice porque vi que el idiota tenía la cámara apagada -reí.
-Si para pendejo no se estudia -se burló.
-Pero bueno, tú sabes lo que es capaz de hacer.
-Dime, mientras estuve ausente, ¿Te hizo algo?
-Nada grave, supongo. Nikolás y yo estamos en un grupo más... Privado por decirlo así, más circulado por seguridad y tal, así que no puede hacerme nada allí, aparte de que hay cámaras en casi todas las áreas de la institución; pero sí llega a hacer comentarios cuando se acerca a mí en la entrada, en el descanso, y sobre todo en la salida, que es donde a veces llega a tener contacto físico conmigo. Lo único significativo recientemente, creo que es ésto -levanté mi playera, y enseñé mi abdomen, el cual tenía una cicatriz en forma de línea, que iba desde el medio de mi estómago hasta mi costilla, al rededor de estar había un color morado.
-¿Qué? ¿Cómo te lo hizo? -miraba mi herida, no muy feliz.
-Con un cutter, íbamos saliendo, y me jaló del brazo, para pegar nuestros pechos, y tenía en su mano el arma, entonces hizo como que me abrazó, pero en realidad me cortó todo ese pedazo, tengo la playera del uniforme en la sastrería por eso; le inventé a mi mamá que habíamos estado haciendo una maqueta y que yo mismo me corté con uno de esos.
-Pero Joaquín, ésto se ve mal -me tocó con la yema de sus dedos y me retorcí de dolor.
-Lo sé, pero me aguanto...
-¿Y por qué? ¿Por qué Joaco?
_Porque tengo miedo de que Rodrigo le grite al mundo que soy gay... Aún no estoy listo Emilio, de verdad que no. Hoy se lo dije a mi familia...
-¿Y qué pasó? -se quedó perplejo.
-Me aceptaron, los tres... Pero ellos son parte de mi vida diaria, ya necesitaba sacarlo, sin embargo, si ese dato corre por la boca de Rodrigo hacia todo el mundo, no lo toleraría -bajé mi playera.
-Me frustra no saber cómo detenerlo, ¿Y si voy y lo amenazo?
-¿Y qué le vas a decir? Hola, soy Emilio, molestas a mi amigo por ser gay, y si no lo dejas de hacer te pego -imité su voz.
-Sí, más o menos así -asintió.
-Te puede moler a golpes, lo has visto, es un mastodonte, y tiene mucho respaldo -me negué.
-De alguna forma te tiene que dejar en paz.
-Solo son tres años más... Después a la universidad, y realmente no creo que quiera la misma carrera que yo -limpié mis lagañas.
-¿Te vas a meter a artes escénicas?
-Sí, el CEA me ha dejado mucho, pero claro siempre ha sido aparte de mis clases normales. Sin embargo quiero tomar todas las armas posibles, y avanzar en mi actuación -sonreí.
-Me parece genial, yo también pienso entrar a esa carrera.
-Solo quisiera que él, no sé, reprobara, y se fuera.
-No perdamos la esperanza, mientras tanto, yo voy a cuidarte, en todos los lugares que pueda, y si quieres yo puedo recogerte en la escuela, sales a la misma hora que yo, y de ahí casi siempre tenemos llamado, me bajo a esperarte en la salida, y evitaré que te toque, que te mire si quiera -se acercó a mí.
-¿En serio?
-En serio, no es justo que sigas dejándote torturar.
Se escuchó la puerta.
-Voy -grité y me levanté a abrir.
-¡Joabæ!
-¡Joatitch!
Ambos hablaron al mismo tiempo y trataron de abrazarme, pero se empujaron entre sí.
Niko le dió un metepellizco a Diego, y éste saltó de dolor.
Nikolás me abrazó fuerte, y me elevó un poco.
-Mi turno -Diego le dió con la llave en el trasero a Nikolás, quitándolo de su camino, mientras con su pie cerraba la puerta -. Te ves muy bien hoy -me abrazó y me dió un beso en la mejilla.
-Gracias -hablé.
-Trajimos comida -Nikolás puso sobre la mesa una charola enorme de comida china.
Diego trajo unos bultos de aluminio, eran tacos.
Emilio y yo habíamos dejado las órdenes en la barra de la cocina.
-Suficiente comida para toda una familia -reí -. Vámonos a mí habitación.
Tomamos la comida, los refrescos, y algunas botanas.
Subimos en filita, primero yo, después Emilio, Niko y Diego.
Al entrar, nos sentamos todos en círculo en mi cama.
-Después de comer deberíamos jugar, o ver alguna película -Niko hablaba tapándose la boca repleta de comida.
-Concuerdo, deberíamos reforzar la amistad -Diego me dió un codazo.
-Tenemos novias -Emilio se señaló a si mismo, y a Niko.
-Pero sería entre compas -contestó Niko, él respetaba mucho a Elaine, pero entre ellos se llevaban tan alivianadamente, que Elaine podía besarse con sus amigas como símbolo de amistad, y el podía hacer lo mismo con sus amigos, pero besos en modo picos.
Nilo me había aclarado muy bien esos asuntos, su relación es muy libre, y ninguno mete presión al otro sobre diversos temas, y aunque Elaine sabe que Niko es bisexual, no le preocupa, porque sabe que la ama de verdad; y que un beso no significa mucho, ya que son actores, y en la escuela de actuación, te besas hasta con quién ni imaginas, sin sentir nada.
-Entonces tú eres el único culo -Diego apuntó a Emilio.
-Le entro a lo que quieran va, pero depende del grado de importancia -Emilio le dió una mordida a su hamburguesa.
-Beso de cuatro, o qué -Niko rió.
-Nombre, me va a dar idiotitis si beso al chino -Emilio se burló de Diego.
-Y a mí me va a dar un aire de cholo pendejo, ay no, que asco -se defendió el pelilargo -. Mejor nada más nos besamos Joaquín y yo.
-Diego le habló Niko.
-¿Qué? -me veía embobado.
-Disimulale tantito ¿No? -Niko le chasqueó los dedos.
-No es necesario -Diego se sonrojó.
-Jamás le vas a gustar, despierta -Nikolás le dió un zape a Diego en la frente.
-La esperanza es lo último que se pierde -sonrió.
-Mejor ya dime cómo le dijiste -Niko se dirigió hacia a mí, y me quedé quieto.
-¿Decile que a quién? -Diego estaba confundido.
-A Emilio, que Joaquín es...
-¡Nilo! -lo interrumpí -. Aún no le he dicho...
-Ah... -me sonrió penoso.
-¿Qué? -Diego nos fulminó con la mirada.
-Ya no tiene caso ocultarselo, díselo -Niko se paró para tomar más refresco.
-Se suponía que no pensaba decirle a nadie más -rodeé los ojos.
-¿Me perdí de algo? -Diego estaba confundido.
-Diego... -le tomé la mano, y Emilio nos vió raro -. Hoy estuve siendo libre con las personas más importantes para mi, y creo que tú también tienes derecho a estar enterado... Me definí -sonreí.
-¿Y qué decidiste? -me vió con un brillo en sus delgados ojos.
-Soy gay, Diego, orgullosamente gay -se sentía tan bien poder decirlo sin miedo.
-Creo que, estoy muy... ¡Feliz! -se tiró sobre mí y me abrazó.
-Bueno ya, ya, lo asfixias -Emilio me lo quitó de encima.
-Y ya que estamos en el tema -Niko regresó -. Creo que debo hablar -me tomó la mano -Esto es algo que solamente Joaquín y Elaine, mi novia, saben -respiró -. Soy bisexual.
-Bonita noche para salir del clóset ¿No? -bromeó Diego.
-Bastante linda; creo que me quité un peso de encima, verán, a ustedes los veo seguido, bueno, más a Joaquín, pero si vamos a ser más unidos, creo que merecen conocerme, desde mis raíces -Niko temblaba, lo sentía en su mano.
-Te aceptamos, entre todos nos aceptamos -le dijo Diego y lo abrazó.
-Falta alguien de salir del clóset -bromeó Nikolás y le pegué en la pierna, pues se refería a Emilio.
-Ah no, no amigos, yo soy hetero -Emilio rió.
¿Quieres comprobar? Mi mente lo pensó, pero no podía decirlo.
-Hetero hasta que se demuestre lo contrario -Diego rió.
&Que tú seas gay -Emilio me señaló -. Y ustedes bisexuales, no significa que yo deba ser parte de la comunidad, para entenderlos, y estar con ustedes, yo los quiero así, y no es necesario que sea igual.
&Bien, dejemos el tema en paz, mejor vamos a ver una película, y después jugamos a algo -habló Niko, y puso una de comedia en la televisión.
Estuvimos calmados, comiendo, en un estado de comodidad absoluto, sin tener que fingir o guardar nada.
Ahora el único secreto, era por quién latía mi corazón.
Pasó un rato, y Diego se quedó dormido.
-Creo que pueden quedarse a dormir todos, pondré el colchón -me levanté sigilosamente, y puse en colchón al lado de mi cama.
Cargué a Diego, con un poco de dolor por la herida, pero lo logré, y lo coloqué suavemente en un lado de donde descansaría toda la noche, le dí un pequeño beso en la frente y lo arropé.
-Supongo que suponen que yo dormiré con el greñas, ¿Verdad? -Niko se sentó en la cama.
Ambos, Emilio y yo, asentimos con la cabeza, riendo.
-Admito que si no funciona con Elaine, Diego luce interesante -se mordió el labio.
-¡No seas pícaro! -lo empujé.
-De una vez me voy a acostar con él, al cabo ya es algo tarde, mañana tenemos escuela, y llamado, traje mi uniforme, y la pijama debajo de ésto, no te preocupes -Nikolás se levantó, se arrancó la ropa, y se quedó en pijama, se acostó al lado de Diego -. En la mañana nos vamos juntos Joatitch, buenas noches -habló y se tapó con la cobija, abrazando al chico que estaba a su lado.
-Creo que se ven bien juntos -Emilio sonrió.
Quitamos las rastros de basura en mi cama, y los tiramos en el bote.
-¿Ahora sí como en los viejos tiempos? -Emilio me abrió sus brazos.
-Como en los viejos tiempos -le puse seguro a la puerta, y me lancé a sus brazos.
Me cargó sobre él, colocándome sobre su pecho, y mi cabeza rozando la almohada, y su cuello.
-Buenas noches, Bobondoni -suspiró, y me abrazó.
-Buenas noches, Famosorio -me acurruqué, sintiendo paz.
Era la mejor sensación del mundo, a pesar de guardar otro secreto, el más pesado se había esfumado.
Eres libre Joaquín, libre.
PREEEEEGUNTA:
Si eres parte de la comunidad, ¿Ya saliste del clóset? ¿Y como fue?
Vota y comenta por amor a la comida.
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