Capítulo 17.
[Incluso si no es por mí, sonríe]
Sonó mi alarma de las cinco de la mañana.
—¡PRIMER DÍA DE VACACIONEEES! —grité para mí mismo.
Vi el nombre de la alarma: "LLAMADO".
—¡NO PRIMER DÍA DE VACACIONEEES! —sonreí para luego poner cara de fuchi y tirarme a la cama.
Al menos veré a Emilio...
—¡PRIMER DÍA DE VACACIONES DE LA ESCUELA PERO NO VACACIONES DEL TRABAJO, PERO AUN ASÍ VERÉ A MI CRUSH! —grité en mi mente.
Me levanté, fui a mi baño a lavarme los dientes, y me metí a bañar.
Dejé música de tres8uno y me puse a bailar y cantar, afortunadamente nadie me está viendo con el cabello lleno de espuma, y agarrando el rastrillo como micrófono, ¿Te imaginas?, que vergüenza que alguien sepa.
Dejé de hablarme a mí mismo, y por fin salí, para ponerme una playera negra, un pantalón militar y unos vans negros.
Cepillé mi cabello, me puse el maquillaje cubre moretones, y me rocíe de perfume. Tomé mi mochila, y bajé al comedor.
5:48 a.m.
Comía mi cereal mientras veía Instagram.
"Joaquín, actúas muy bien, tu personaje en Amor Distinto me inspiró, y pude salir del clóset con mis papás".
"¡Oye! Gracias a ti le dije a mi mamá que soy lesbiana, me siento más libre."
"Hoy pude admitir ante toda mi familia que soy bisexual, por verte en el cap de la Rosa."
"Así como Ernesto y Jerry, mi novio y yo hoy somos libres de demostrarnos amor en la prepa, gracias Joaquín."
Todos esos hermosos mensajes, me llenan de alegría, incluso me hacen ignorar un poco toda la bandeja de odio que tengo sin abrir.
"Configuraste el contacto como: Famosorio ♥️".
Así está mucho mejor.
Famosorio♥️: Ey niño bonito, estoy afuera.
Joaco B: Ya voy, ¿Quieres un yogurt?
Famosorio♥️: Que sean 2, hoy llevaré a María a las grabaciones.
Apliqué el visto, solté el celular en mí mochila, enojado. No tomé ningún yogurt, esa niña no iba a comer de mis yogurts, solamente Emi puede hacerlo.
Salí de mí casa, y subí al auto, en el asiento trasero obviamente.
—Hey, María, ¿Sí te acuerdas de Joaco verdad? —Emilio echó a andar el auto.
—Eh, sí, el niño que es tu pareja de trabajo —volteó hacia mí —. Hola Joaquín —me dió la mano.
—Hola —le di la mano, casi creo queriéndosela arrancar.
—¿Y los yogurts? —preguntó Emilio.
—Se me cayeron, fue un accidente —ni loco le doy mí reserva a ... Ella.
—No hay problema, pararemos en el OXXO por unos.
—Yo quiero uno de piña colada amor, y unas barritas —¿Ya se dicen amor? Wacala que asco.
—Sí mí niña, todo lo que tú pidas —quería vomitar al escucharlos.
—¿Tu quieres algo Joaco? —Emi se orilló en el estacionamiento del OXXO.
—Tus besos chiquito.
Bueno, no, no dije eso, me hubiera muerto de vergüenza, lo que en realidad dije fue.
—No gracias, ya comí suficiente —Emilio se bajó a la tienda, y hubo el silencio más incómodo de mí vida.
Saqué mí celular y oh vaya, adivinen quien no tiene batería.
—¿Y... Te gustan las ondas gays y eso? —habló María.
—Pues, no sé si puede decirse "gustar", simplemente soy un actor, y se me ha dado la responsabilidad de llevar éste pap...
—Sí, o sea, ajá, pero, ¿No eres gay verdad? Porque si eres gay, mejor no te le pegues mucho a Emilio —decía mientras veía su celular.
—No —apreté la mandíbula —. No soy gay, y Emilio es solo mí compañero.
—Que bueno que no eres gay, capaz y me lo contagias, aunque ni creo que pueda dejarme, está demasiado perdido conmigo —AY YO SI LE METO UN...
—Aquí ésta tú yogurt amor, y tus barritas —entró Emilio al auto —. Y Joaco, aunque no me pediste nada, te compré unas gomitas, sé que te vuelves loco con ellas.
Me las aventó, Sour patch kids, unas de mis favoritas.
—Gracias Emi... Emilio —me recargué bien en el asiento y en el viaje me la pasé totalmente callado.
Llegamos a los estudios, y mientras Emilio paseaba por Televisa con María, yo iba detrás de ellos, haciendo rabietas internas.
¿Por qué? O sea, es el único espacio donde ella no se puede, o mejor dicho, no se podía meter. Y ahora ¿La trae aquí?
¿Qué quiere probar?
¿Qué es 100% hetero ante su padre?
Empezaron las grabaciones, María nos veía desde lejos, y a mí me dirigía una mirada muy particular, como si me analizara, de pies a cabeza.
¿Es posible que en serio tema que yo le "quite" a Emilio?
—Muy bien muchachos, a la primera todo, hoy andan muy bien —el señor Osorio nos felicitó.
Seguimos grabando, cada vez, la cara de María se volvía más seria.
—Me siento súper cansado —Emilio se dejó caer en un sillón.
—¿Ya nos podemos ir? —pregunté, sentándome a su lado.
María vino, y me hizo a un lado, para así quedar en medio de Emilio y yo.
—Amorcito, pero, ¿Sí vamos a ir a cenar verdad? —¿Es normal que su voz me de rabia?
—Sí amor, diciendo el jefe que ya nos podemos ir, vamos al restaurante —la abrazó —.¿Quieres venir Joaco?
Lo miré extrañado, y alcancé a ver la cara de María, rodando los ojos.
—No, gracias, con que me regreses a mi casa está bien —No gracias, no quiero ir contigo y ésta... Niña, quise decir.
—Ay bro, perdón, el restaurante no está de camino a tu casa, está del otro lado, no podré llevarte —se rascó la cabeza.
—Ah... No te preocupes, tomaré el bus —me paré del sillón.
—Ya son libres muchachos —dijo el señor Osorio, a lo que yo me despedí de él, y me fui al camerino.
Escuché la puerta detrás de mí.
—¿Estás seguro de irte en bus? Si quieres puedo hablarle a Dieg...
—Estoy seguro, hasta mañana Emilio —tomé mí mochila y caminé hacia la salida.
Ignoré cualquier cosa que me pudiese decir en ese momento, solo pensaba en llegar a la parada del bus.
Esperé como veinte minutos, hasta que por fin llegó, ya de noche no hay mucha gente, solo había dos muchachos al fondo.
Una cuadra antes de llegar a la parada más cercana a mi casa, los muchachos se me acercaron.
—Oye amigo, ¿No nos prestarás dinero para comida? —uno de ellos, pelirrojo, lleno de tatuajes.
—No traigo efectivo ahorita amigo...
—Ay, pero si vienes muy bien vestido amigo, y ese celular se ve carísimo —el otro, pelinegro, con pecas.
—Pues ya es viejo, me lo dió mi abuela —sonreí vergonzoso.
—Bajate aquí, con nosotros —me levantó la mirada el pelirrojo.
—No es necesario amigos, yo puedo irme solo.
—No era una sugerencia —me tomaron de los brazos y me bajaron a la fuerza.
Me tiraron al piso, pateándome.
¿Acaso tengo un letrero que dice "patéame" y no lo veo?
—Los niños riquillos como tú me dan asco —empezaron a golpearme en el estómago, una patada fue a mí rostro, y otras tantas a mis piernas.
Me arrancaron la mochila, donde solo traía agua, unos audífonos y papeles de envoltorios.
Me quisieron quitar el celular, pero solo me arrebataron el clip, que pareciera que tiene el cel dentro.
Me quitaron mi camisa, y mis tenis.
—Gracias por las cosas nuevas "amigo" —me patearon una vez más, y salieron corriendo.
Tengo mucho dolor, creo que mi cuerpo ya no está soportando ser golpeado casi diario.
Tengo frío, y no puedo caminar bien.
Me levanté, faltan cómo cuatro cuadras para llegar a mi casa...
Caminé lento, con sangre en el rostro, y mucho frío, ya que a pesar de que hace calor en las tardes, en la noche el aire está helado.
Continúe un buen rato, hasta que por fin llegué a mí casa.
—¿¡Mi amor?! ¿¡Qué te pasó?! —genial, mi mamá está despierta.
—Me... Me asaltaron —me dejé caer en el sillón.
—¿Qué? Pero, ¿Cómo? ¿No te iba a venir a dejar Emilio?
—No pudo, tenía un compromiso, me vine en el bus.
—Ay no, pero que descarado, yo sé que no le pagamos para que venga por ti, pero si ya sabe que te lleva y te trae, y luego en la noche, te dejó irte solo...
—No es su culpa ma, no es su obligación transportarme —me paré del sillón para subir a mí habitación, con mucho dolor en el estómago apenas podía.
—No me importa, tú mañana no vas a ir a grabar, te vas a quedar a descansar todos esos golpes, mira nada más Joaquín, tienes muchísimos moretes —si supiera que muchos de esos no fueron de los asaltantes... —. Mañana en la mañana le hablo al señor Osorio, pero tú no sales de aquí.
—Pero ma....
—Ma nada, vas a quedarte aquí, si quieres le puedes hablar a tu amigo, Niko, a que venga a distraerte, pero no vas a ir a grabar —me ayudó a subir las escaleras, y a dejarme en mi cama, para ponerme pomada en mis moretones —. Duérmete ya, y ya sabes, de aquí no sales mañana.
Genial, ahora Emilio va a saber que me asaltaron.
¿Puedo ser yo quien tiene la peor suerte del mundo?
Y todo parte porque esa niña.... Galleta María se mete en cosas que no le importan.
¿O será que estoy exagerando?
Debo dormir, debo dormir...
—¡Mi amor! —mi mamá tocó mi puerta —. Nikolás está abajo, levántate porque te voy a ayudar a bañarte para que Niko suba.
Me paré de mi cama a como pude, agarrándome de los muebles y abrí la puerta. El dolor aumentó muchísimo.
—Ven, vamos a bañarte, ya te rengo ropa lista y te ayudo a cambiarte, porque vamos a ir al hospital, a que te revisen, anoche no pensé, no pude ni procesarlo —me sentó en la cama.
—Señora, si quiere yo puedo ayudar a Joaquín —Niko salió de entre la puerta.
—Ay no mijo, ¿Cómo vas a hacer eso?
—No se preocupe, mire, es mejor que yo lo ayude, tengo más fuerza para sostenerlo —entró a mí habitación.
—¿Me estás diciendo que yo no tengo fuerza? —mi mamá se puso las manos en la cintura.
—Para nada señora, es que podría lastimarse o algo...
—Entonces me estás diciendo vieja —mi mamá no es así, me saqué de onda, Niko ya no sabía que decir —. Es broma hijo, yo sé que ya no doy lo de antes, mira está bien, dejaré que le ayudes a Joaquín, pero, mucho cuidadito y me lo toques.
—Maa —la miré con vergüenza.
—No se preocupe, Joaquín es como un hermanito para mí, es más, que se bañe en interiores, y así yo solo lo sostengo.
—Bueno, cuando termines, nos vamos al hospital, ¿Entiendes? —mi mamá se dirigió hacia la puerta.
—¿Puede ir Niko con nosotros? —pregunté.
—Ay mi amor, Niko debe de estar ocupado o algo, no vamos a llevarlo a quitarle el tie...
—Sí voy señora, si usted lo permite, yo acompaño a Joaco —la interrumpió Niko.
—Bueno niños, ahora andenles, que se llena de pacientes a éstas horas —salió de mi habitación y cerró la puerta.
Me traté de parar, pero mi estómago dolía mucho, y mi pierna derecha también, así que me fui de boca, pero Niko me detuvo.
—¿No te puedes parar? —me cogió en sus brazos y me volvió a sentar en la cama.
—Creo que no... Duele muchísimo Niko... —lagrimas empezaron a correr por mi rostro.
—Ven, vamos a bañarte —me quitó el pams, la camiseta, dejándome en boxers —. No voy a tocarte o algo así, solo te cargaré y te detendré mientras el agua te limpia, y ya tú haces eh, ya sabes, limpiarte con jabón...
—Sí, yo sé, no necesitas decirlo —reí un poco con aún lágrimas en mi cara.
Niko me cargó lentamente, para llevarme a la ducha, donde me ayudó a pararme con la pierna izquierda, mientras él me sostenía.
Me lavó el cabello, y luego yo limpié mi cuerpo con jabón.
Volvió a cargarme para sacarme de dicho lugar, y depositarme en la cama suavemente.
Agarró una toalla y secó mi cuerpo.
—Aquí está la ropa que te dejó tu mamá, déjame te ayudo, pero necesito una cosa, o tú te pones el bóxer solo, o yo te lo pongo —me dió mis interiores.
—Yo lo hago —intenté quitarme el que traía mientras Niko volteaba a la pared, pero no pude sacar mi pierna derecha —. Niko...
—¿Si? —dijo aún volteado.
—No puedo, ayúdame, pero ¡Cierra los ojos! —le advertí, apenado.
—Bien ya va —se volteó con los ojos cerrados, y se acercó a mí, para sacarme el bóxer.
Le di los limpios, y me ayudó a ponérmelos, pero se atoró en mis rodillas.
—¿Por qué no sube? —me preguntó.
—Están volteados al revés, o sea un lado está mal, ahora que veo.
—Ay no Joaquín, ésto no funciona, perdón —abrió los ojos y yo los míos, me ruboricé inmediatamente, me llené de vergüenza —. No te preocupes, no es el primer pene que veo, perdóname pero me desespera estar ciego —me quitó los boxers para enderezarlos y ponérmelos bien —. Listo, ahora necesito que saltes tantito para ponértelos hasta arriba —obedecí, y por fin ya no estuve desnudo —Oye te cargas una Joaquinconda por cierto —. se empezó a morir de risa.
—¡Nikooo! —le pegué levemente, lleno de vergüenza.
—Perdón pues, somos mejores amigos, ahora sí te conozco hasta los calzones —me puso el pantalón, luego la playera, y para finalizar los tennis—. Listo Joatitch, vamos al hospital, yo te llevo cargando, porque no vas a poder bajar las escaleras —me tomó en brazos y bajó conmigo.
—Bueno, vámonos, Renata se fue con su amiga, así que no hay problema —me avisó mi mamá —. Hijo, bajalo.
—No señora, Joaquín no puede caminar, así que lo llevaré así —yo aún me moría de vergüenza por lo de hace rato.
—Ay mijo, pero te me vas a cansar, si éste chamaco ya está bien grande.
—No pesa nada, se lo juro, mire, vámonos en uber, y ya solamente lo cargo en la entrada del hospital —Niko me sentó en la sala, para llamar al uber.
Llegó unos diez minutos después.
Subimos al auto, y luego de un rato llegamos al hospital.
—Hoy seré como tú mamastra —me dijo Niko mientras me cargaba.
—Madrastra menso —reí.
—Es lo mismo, pero con más estilo estiloso —entramos al hospital, y mucha gente se nos quedó viendo, al mirar que Nikolás me tenía en brazos, como un bebé.
—Te pasan en unos minutos mi amor —mi mamá se sentó a mi lado.
—Joquín Bondoni Gress —se escuchó en el altavoz.
Niko me cargó, y me metió al consultorio, para dejarme en la camilla.
—¿Es usted familiar? —le preguntó la doctora.
—Mejor amigo —respondió.
—Pase a la sala de espera, por favor —le ordenó la doctora.
—No puedo, ahorita que lo saquen de aquí yo seré quién lo cargue —se sentó a mi lado —. De aquí no me sacan.
—Deje que se quede por favor —insistió mi mamá.
—Bueno —la doctora me checó.
Me hicieron unas tomas de radiografías, etc.
—Tiene un hueso roto, es por eso que no puede caminar, también tiene muy lesionado el estómago, los huesos del rostro también están débiles, señorito, todo tu cuerpo está débil, ¿Qué te pasó?
—Me asaltaron —no es como que todos los días unos idiotas me peguen, claro.
—Necesitas que te enyecemos ese pie, hasta tu rodilla casi, y te voy a recetar unas pomadas muy necesarias, pasa a la sala de aquí en seguida, y que te hagan lo que dije, te daremos unas muletas, si sientes que tú otro pie no colabora, te daremos una silla de ruedas —Niko me cargó hasta la otra sala.
Donde me enyezaron el pie, y dolió un poco, luego me lo vendaron.
—Ten hijo, usa las muletas —me dijo un enfermero.
Traté de caminar, pero efectivamente, mi otro pie no colaboraba mucho, también estaba adolorido.
Tantas patadas, golpes y demás, no solo de los asaltantes sino de Rodrigo y los gorilas, han hecho mucho daño.
—Tendrás que usar la silla compañero, igual te damos las muletas para cuando puedas caminar mejor.
—Vamonos amor —me dijo mi mamá, llevándome en la silla.
Salimos del hospital, y otro uber nos regreso a casa.
—¿Quieres que vaya a comprarte algo de comer mi amor? —mi mamá entró a la casa conmigo en la silla, y Niko detrás de nosotros.
—¿Podrías ir por carne al restaurante que está adelante del kinder? —la miré
—Claro que sí, Nikolás —se dirigió a él —. ¿Lo cuidarás mientras voy al restaurante? Igual le traigo algo a los dos.
—Ay señora no es necesario, yo me quedaré a cuidar a Joaco sí es necesario toda la semana, y no hace falta que gaste dinero en mi —Niko se sentó en el sillón.
—Me alegra que mi hijo te tenga de amigo, bueno, déjame ir, vuelvo en unos veinte minutos —agarró las llaves y acto seguido se fue.
"Llamada entrante de Famosorio corazón rojo..." So one last time, I need to be, the one, who takes you home.
—¿Me ayudas a sacar mi cel? Está en la bolsa de mi mamá —apunté a la bolsa que estaba en la mesa ruborizado.
—¿De verdad quieres responder? —me dió el celular.
—No tengo idea pero... Yolo —y le piqué a responder.
—¡Hey Joaquín!
—¿Sí? —dije algo tímido.
—Tú mamá le habló a mí papá para decirle que no vendrás a grabar hoy, ni mañana... Y probablemente en toda la semana.
—¿Ajá?
—Y pues... Ay... Ya me dijo que te pasó. Joaquín perdóname, fui un idiota, neta no pensé bien, andaba cegado por... María ya sabes, y te dejé irte solo y... Te rechacé cuando me pediste que te llevara, y ahora por mi culpa estás herido y ahora me vas a odia... —sonaba muy afligido.
—Hey hey, Emilio, cálmate —lo interrumpí —. Estoy bien, solo son huesos rotos.
—¿¡HUESOS ROTOS?! ¡MI PAPÁ ME DIJO QUE SOLO TE HABÍAN GOLPEADO, ¡YA MISMO VOY PARA TÚ CASA!
—No oye Emi, tranquilo, estoy bien, Niko está conmigo —y bufó.
—Ah, ¿Entonces no quieres que vaya?
—No dije eso, solo dije que no te preocuparas...
—¿Puedo ir?
—¿María vendrá contigo? —pregunté curioso.
—Eh, no, ya se fue a su hotel, pero si quieres la llamo para que vaya y...
—No no no, ni te molestes, solo era pregunta casual, sí puedes venir —sonreí un poco.
—Bueno, ábreme, ya estoy afuera, ya estaba aquí desde que tú mamá salió, pero quise ver primero si tú querías que viniera y...
—Ay Famosorio, ya voy, o bueno, ya va Niko, no puedo caminar —colgué.
—¿Quieres que lo corra a patadas? Le puedo aventar un batido —Niko se aproximó a la puerta.
—Deja que entre.
Niko abrió la puerta, y Emilio venía bajándose del auto, y cuando entró a la casa traía un globo que decía "Mejórate pronto", y una cajita.
—Neta que no sabía lo de los huesos rotos, mi papá me dijo que te habían asaltado y eso y de inmediato pensé en venir —de acercó a saludarme y luego prosiguió a sentarse en la mesa.
—Pues eso te deja de enseñanza a no dejar ir a un chico como Joatitch en la noche a un bus, ¿Qué no ves que cualquiera querría a ésta preciosidad? —Niko interfirió y se acercó para acariciar mi cara.
—A veces neta pienso que eres joto —dijo Emilio para luego continuar —. Y bueno, me preocupé mucho, y mandé a la fregada la grabación, y mira eh, no sé si te guste pero te traje esto...
Me dió la cajita.
La abrí.
—Es un collar que tengo guardado desde hace mucho, tiene un significado especial para mí, y quería traertelo para que te diera suerte y que sintieras que nunca estás solo, siempre tienes a tu amigo Famosorio —me sonrió y luego me puso el collar.
Es un gatito, me encanta.
Hagamos algo que vi en otro libro y me gustó mucho ^^.
Dejenme aquí las preguntas que tienen para los personajes.
Para Joaquín:
Para Emilio:
Para Niko:
Para Rodrigo:
Para cualquier otro personaje que gusten:
Vota y comenta o te haces hetero.
-CORRE IN GAY-
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