Capítulo 12.

[Si alguna vez estuvimos cerca de ser algo... Ya no habrá nada]

Dos días antes de la graduación.

Hagamos un recuento de lo que ha pasado en éstas casi dos semanas.

Lunes- Rodrigo me cargó hasta la segunda planta para después tirarme por las escaleras, por suerte no morí, pero terminé con un hueso roto, a lo cual le tuve que inventar a mi mamá que yo solo me caí de las escaleras.

Martes- A Niko y a mí nos estamparon la cara contra los casilleros, yo quedé con un moretón que cubrí con maquillaje, a Niko le rompieron el labio.

Miércoles- Me hackearon mis cuentas y tuve que hacerme nuevas, y en la escuela uno de los orangutanes al parecer me pateó a mí en vez de patear una pelota. Fue un "accidente".

Jueves- Sentí lo que es ser un saco de boxeo, ya que me acorralaron y una vez más detuvieron a Niko para que no pudiera ayudarme. Terminé con moretones tan graves que no pude caminar bien, y Niko tuvo que llevarme cargando hasta mi casa.

Viernes- Me seguían doliendo los moretones, como si no fuera poco, nos hicieron una "bromita", de tirarnos una mezcla de harina, piedras, huevos y polvo de color morado. Nos tiraron varios baldes desde el piso de arriba.

Lunes- Nos pusieron algo en nuestro lonche, eran pastillas vomitibas, adivinen quien se pasó mitad del día vomitando en el baño del colegio, así es, Niko y yo.

Martes- Nos cargaron y nos tiraron en las regaderas, las encendieron con agua hirviendo y nos pegaron con cintos en las piernas.

Hoy es miércoles y tenemos la exhibición de fin de curso. Yo expondré el trabajo que hicimos Rodrigo y yo, y otras varias pinturas que hice en clase de arte. Pensé en invitar a Emilio, tal vez vaya...

Me levanté demasiado adolorido, me bañé y me hunté varias cremas que según reducen el dolor, me maquillé la cara para disimular ciertos "recuerditos" que me dejaron los peleles. Y bajé a la cocina por mi desayuno.

—Hijo, hoy vamos por tu smoking a la tienda, ya le han de haber hecho los ajustes —me dijo mi mamá emocionada.

—Sí ma —tomé mi mochila.

—Y oye, ¿Con qué chica afortunada vas a ir a la graduación? —me miró pícara.

—Con Niko —la miré, algo confundida.

—¿Así le dicen de cariño a una Nikol, Nikolet?

—No mamá, es el corto para Nikolás —sonreí.

—Pero como así... ¿Vas a ir con un muchacho? —se sentó.

—Sí eh, no conseguí pareja, Andy ya anda viendo corazones en el aire con un muchacho, y Niko no le habla a nadie del salón, así que decidimos ir juntos —le dije algo nervioso.

—Pero... ¿Van a bailar y eso? ¿Quién hará el papel de la mujer? ¿No los regañan en el colegio? —empezó a hacerse ideas y la frené.

—Mamá, somos amigos, unos chicos algo inadaptados que irán como compas... Yo haré el rol de una mujer, porque perdí en un volado, y no, la maestra Natzí les dijo a los del salón que tenían que respertarnos —le expliqué.

—Ay mi amor, con que vayan como amigos y eso, y que no te toque mucho... —me empezó a incomodar.

—Ma, tranquila, no soy gay, y Niko tampoco —la miré con ojos tristes.

—Bien, suerte en el colegio mi vida —se despidió de mi de beso.

Caminé hasta el colegio pensando en que, le estoy mintiendo a mi mamá. ¿Pero qué tal si supiera? Ya no me va a querer... Me va a ver raro, y luego mi hermana... Se va a sacar de onda. Y mi familia me dará la espalda.

Llegué y me metí a Neverland, para encontrarme con la peor cosa.

El lugar estaba lleno de cucarachas, lagartijas, arañas y demás escarabajos, y tenía un pequeño cartel pegado que decía: "Todos ustedes bichos, deben juntarse en el mismo lugar, ABAJO LOS GAYS".

¡EL ÚNICO MALDITO LUGAR DE LA CIUDAD DONDE PUEDO TENER PAZ, Y LO DESTRUYEN!

—AHHH —grité enojado, largándome del lugar, ya que me daban mucho asco todos esos animales.

Me metí al salón y tiré mi mochila enojado aún en el banco, y me fui abajo a esperar a Niko, quién no tardó más de dos minutos en aparecer.

—Lo destruyeron, LO DESTRUYERON —le dije frenéticamente.

—¿Qué? ¿Qué destruyeron Joatitch? Cálmate —Niko me tomó de los brazos.

—¡No! ¡No me puedo calmar! ¡Era nuestro único lugar con privacidad! ¡Nuestro único lugar con paz, para escapar! —me puse modo Temo cuando se enoja —. YA NO LOS AGUANTO.

—Mírame Joaquín, ey, mírame —Niko sustuvo mis mejillas en sus manos, a lo cual no me resistí romper en llanto.

Lo abracé muy fuerte y lloré en su hombro, a lo cual él me abrazó igual y después de unos momentos nos dirigimos a nuestro salón.

—Son unos idiotas, no nos merecemos tanto maltrato, ¿Y por qué? ¡Porque somos parte de lgbt solamente! —yo seguía muy alterado.

—Sí, son unos imbéciles, pero mírame, tranquilo, podemos sacar los bichos de ahí...

—No, Niko no, en primera que asco, en segunda, ellos ya saben a dónde nos vamos, irán a molestarnos y es inútil —me senté en el banco, con las mejillas rosadas, los ojos cristalizados y rabia en las venas.

—Podemos encontrar otro lugar...

—Ya estoy harto Niko, harto de no poder vivir, pero que bueno que solo quedan dos días, dos malditos días de soportar a tales ¡pendejos de mierda! —jamás había dicho maldiciones tan fuertes, pero de verdad que estaba enojado.

—Ven —me dijo Niko para abrazarme, me acurrucó en sus brazos, y yo escondí mi cara en su cuello, aún llorando, y el acariciándome para calmarme.

—Así que somos pendejos de mierda —escuché una voz detrás de mí... Rodrigo —. ¿Quieres que te rompa otro hueso ahorita, o me espero a la salida?

—No le vas a romper nada, ¿Entendiste? —Niko siguió abrazándome, me sentía como un niño protegido por su mamá.

—¿Y tú nos vas a detener? ¿Tú y cuantos más? —se rió Rodrigo.

—Instagram —sacó rápidamente su celular y empezó a hacer un en vivo —Si quieres hacerle daño a Joaco, o a mí, inténtalo en vivo, para que todos vean el bullie que eres, y no te preocupes por la grabación momentánea, mis seguidores graban mis lives, y cualquier cosa que nos hagas, todos ellos irán contra ti, aparte, les diré que le envíen éste vídeo a las autoridades de la escuela, para ver qué les parece ¿Te queda claro?

Rodrigo hizo una mueca, y enojado le ordenó a sus orangutanes que se fueran con él del salón.

—No sé cómo hiciste eso, pero... Gracias —lo abracé con fuerza.

—Mientras en mí esté, no voy a dejar que te hagan, o nos hagan daño, aparte, los followers de instagram son super supportive, ya sabes que también son bien intensos y si nos hacen el mínimo detalle se van sobre los acosadores, se me ocurrió ayer —sonrió dándome un beso en la frente.

Ya empezaron a llegar más chavos al salón, hasta que sonó el timbre.

Pasamos las clases normalmente, también los ensayos, que después de todos los demás días, ya se acostumbraron a verme bailar con un hombre, gracias a Taylor Swift.
Pero sabía que no iba a salir ileso éste día...
Y se llegó la hora de la exposición, acomodamos todos los proyectos en el patio de afuera, todos los alumnos pasaban a ver tus obras, junto con los maestros.

En la llamada.

—Oye Emilio, hay una exposición, tipo galería de arte en mi escuela, ¿Quieres venir?

—Oh hola J... Joaco —su respiración se escuchaba entre cortada —. Eh mira... Estoy algo o... ocupado, no creo poder... Ah, ir —Dios mío que no sea lo que estoy pensando.

—Ah vale... Entonces nos vemos después...

—S..sí, te prometo que luego veré... Tú... Tú arte.

—Bueno, adiós.

—Adiós —se escuchó que soltó el teléfono, como si solo lo dejara caer.

—Ay Emilio... —alcancé a escuchar en la llamada, era la voz de una chica, María probablemente.

Colgué rápidamente, haciendo gestos de asco. Ni si quiera es de noche, pero ah, what the fuck, asco.

Muchos me felicitaron por mis pinturas, había varias inspiradas en Emilio, en sus ojos, su hermoso cabello...

Ya que recogimos todo, me despedí de Niko quién tomó un bus para irse a su casa ésta vez.
Y sentí un golpe muy fuerte en la cabeza, después de eso todo se volvió negro...

—Tú decides como nos divertimos contigo, ¿Quieres puros golpes de puños? ¿Patadas? ¿Batazos? No sé, te exhibimos... O ya sé —dijo Rodrigo poniéndose de pie después de haberme amarrado a una silla —. Vamos a golpearte hasta que admitas ante la cámara que eres gay... Así todos te tendrán asco —rió.

—No admitiré nada —dije serio mientras miraba el piso.

—¿No? Eso lo veremos —dijo Raúl.

Empezaron a grabar, y a la vez a golpearme, a puñetazos, a patadas, todo el cuerpo. Bastó un solo puñetazo en la boca de Rodrigo para hacerme sangrar y escupir sangre.

—Admitelo, eres maricón, no es tan difícil —me decía Bruno mientras me tiraba otra patada.

—Tal vez sí le hacemos daño a tus seres queridos funcione... —me miró.

—¿Quién es tu hermanita esa? Renata... —dijo Rodrigo.

—Con mi familia no se metan... —bufé muy enojado.

—Entonces admítelo —me tiró otro puñetazo en la cara.

—No tengo nada que admitir —escupí sangre.

—Entonces le haremos una visita a tu hermana, es muy bonita... —se lamió los labios.

—Si te le acercas aunque sea un poco, te mataré —dije bofeado.

—El mariquita sacando las plumas eh, ADMÍTELO ANTE LA CÁMARA YA —me gritó al oído.

Volteé a ver la cámara, y noté que los muy idiotas la tenían apagada, entonces tomé valor...

—Soy gay... —dije susurrando un poco para disimular.

—¡Qué se escuche mierda! —Bruno me dió un golpe en el estómago.

—SOY GAY, BIEN, SOY HOMOSEXUAL —grité a la cámara, llorando.

Repleto de caras felices, sonrieron y una puerta se escuchó abajo.

—¡Mi papá! Nunca viene al ático, pero debemos estar en mi habitación —Rodrigo tomó la cámara y la cerró de inmediato para luego sacar a sus amigos del cuarto —. No te muevas, y no hagas ruido mierdesita, ahorita volvemos por ti.

Rodrigo salió, dejándome solo en la habitación. Gracias a un campamento de boy scouts, sé sobre nudos y sé salir de ellos, al menos de los básicos. Batallé con el amarre unos minutos, pero logré salir.
Busqué una ventana, afortunadamente había una tapada con una bolsa de plástico.
Quité la bolsa, y gracias a Ariana Grande, no tenía rejas, no era muy amplia, pero mi cuerpo era lo suficientemente delgado para salir por ahí.
La ventana solo me daba oportunidad de dos cosas, tratar de subir al techo y bajar por la casa del árbol, o bajar directo hacia unos arbustos... Desde una planta de dos pisos.

Al salir, subí con dificultad al techo, y con cuidado di pasitos hasta llegar al árbol, salté con cuidado y me metí a la casita del árbol. Pero ésta vez... Me quedé a examinar un poco.

Rodrigo tenía pósters de Marvel, de Queen, de varios artistas. Y tenía un pequeño buró con dos cajones, la curiosidad no me dejó ignorarlo. En el primero había ligazuras, pistolitas de postas, en el segundo había un diario, y varios papeles con garabatos.
El diario estaba sellado con candado, pero debjaba salir una pequeña parte de una hoja, que tenía escrito... Mi nombre...
Decía Joaquín Bondoni en tinta roja, quise sacar la hoja pero al momento de intentar jalarla escuché un ruido que me alarmó y guardé el diario en su lugar.

Era Rodrigo, que se había dado cuenta de mi escape, así que rápidamente bajé las escaleras de madera, y corrí, corrí como si me persiguiera alguien que me tratará de hacer heterosexual. Corrí hasta quedar sin aliento, y pude llegar a la esquina de mi casa, pero... No podía llegar lleno de golpes...

—¿Niko? —dije angustiado.

—Sí Joatitch ¿Qué pasó?

—¿Puedo ir a tu casa un rato? Es urgente.

—Claro, tomas un bus que diga "Salinas Deterd" es mi colonia, yo te espero en la parada, anda —me dijo y colgué rápido.

Tomé el autobús, quién no me cobró por tener tarjeta de estudiante, y después de un buen rato, llegué a la parada, donde estaba Niko esperándome.

—Ay pero santo Jesús, ¿Qué te pasó? —me dijo tocándome la cara.

—Digamos que me secuestraron, me golpearon y me obligaron a decir ante una cámara que soy gay —caminamos hasta su casa.

—No juegues, ¿Pero aparte de los golpes, estás bien? ¿Saliste del clóset?

—No te preocupes, los idiotas tenían la cámara apagada, y me escape a tiempo. Cuando sepan lo de la cámara van a estar muy enojados —seguimos caminando hasta llegar a una casa color blanco, con rosales en el porche.

Nos metimos por la puerta trasera para subir hasta el cuarto de Niko, y yo poder limpiarme la sangre.

—Ten, te la presto para que tu mamá no pregunte sobre la camisa llena de sangre —me aventó una playera azul marino con detallitos blancos de cuello.

—¿Puedo lavar la mía y esperar a que seque? —pregunté saliendo del baño con rollo en la nariz.

—Claro —tomó la camiseta y salió de su habitación por unos minutos.

Mientras yo observaba su cuarto, su cama era grande, con edredón blanco, sus paredes eran de un celeste bebé, tenía un peinador blanco con focos, tipo de los de maquillaje profesional. También tenía un buró blanco, y sobre el una lámpara, una foto de su familia y otra con Elaine.
Un enorme clóset blanco también, adornado con calcomanías de los emojis. Era un ambiente muy tranquilo y bonito.
Si volteabas al techo, habían estrellitas pegadas.

—¿Te gustan las estrellitas? —me dijo Niko al entrar a la habitación, viéndome perdido en el techo —. Cierra esa ventana de atrás.

Obedecí, y la cerré, eran cortinas black out, de las que no entran nada de luz cuando las cierras. Niko apagó los focos.

—Acuéstate y mira el techo —volví a obedecer y al mirarlo... Las estrellitas brillaban de colores fosforescentes, era muy precioso. La oscuridad y poder ver esos pequeños destellos de luz, impresionante —. Tú camisa ya está limpia, la puse en lavado y secado rápido —me la aventó.

—Gracias —me quité la playera de Niko y me puse rápidamente la mía —. Gracias por permitirme estar aquí, por cuidarme y echarme la mano.

—Para esos son los amigos Joaco, bueno... Mejores amigos —se recostó a mi lado y chocamos puños —. ¿Te enseño mi traje para la graduación?

Se paró emocionado, encendió la luz y yo abrí la cortina.

—¡Mira! —mi cara de impacto se notó demasiado —. ¿No te gusta?...

—Es rosa... —me quedé en silencio un momento —. ¡Me encanta!

—Ay, tenía miedo de que te fuera disgustar o algo, pero me lo probé y se me ve DI-VI-NO y a mis padres no les desagradó la idea, me dijeron que era innovador, ya sabes, mi mamá y sus cosas de moda —guardó el traje.

—¿Qué dijeron tus padres sobre de qué irás conmigo a la graduación? —lo miré algo serio.

—No les molestó, saben que soy nuevo y que no conocía a nadie, así que me dijeron que era revolucionario que fuera con mi mejor amigo, pero sí me dijeron que no te anduviera abrazando mucho, que porque luego iban a pensar que bateo para el otro lado —rió —. Lo que no saben es que yo bateo para los dos, sin problema, puedo ser un machote para mi hembra —hizo pose como si modelara los músculos —. Y puedo ser una diva para un macho —dió una vuelta mientras chasqueaba los dedos y se agachó saltando su trasero para luego pararse como justamente eso, una diva.

—Me parece genial Nilo, pero debo irme o mi mamá me matará, es más, debo llamarla, espera —tomé mi celular.

—Ma, perdón, tuve que venir a hacer un trabajo en casa de Niko, porque era para mañana y somos en pareja... Sí, sí estoy bien ma... Sí, ya voy de regreso no te preocupes, Niko va conmigo... A ver, Niko mi mamá quiere hablarte —le di el celular.

—No se preocupe señora, yo lo cuido como a mí hermanito, se lo dejo sano y salvo en un rato, así es, adiós —colgó.

Nos fuimos de la casa de Niko para tomar el autobús, afortunadamente no me robaron la mochila aquellos orangutanes, si no no sabría que explicación darle a mí mamá.

Llegamos a mí casa por fin.

—Nos vemos mañana Joatitch, y desde mañana, yo te acompaño a tu casa, no importa si me tardo más en llegar —me dió un abrazo y se fue.

A tratar de sobrevivir mañana...

PREEEEEGUNTA:
¿Te duermes en pijama completa? ¿Solo camiseta y cucos? ¿O te duermes desnudo? Ehh te he pillao, pícarx 7w7.

Les presento a Rodrigo. ↑
theophile.cmli en Instagram.

VOTA Y COMENTA SI CREES QUE LOS CHINOS DE EMILIO SON HERMOSOS.

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