Capítulo 7 [Envidia]
–¿Y esas caras? ¿Por qué tan desanimados? –pregunta el recién llegado haciéndose un lugar entre Celos y Afecto, sin importarle que estos no estén de acuerdo con su presencia en este momento.
–Primero que nada, hay algo borrando a los sentimientos, ya lo hizo con Odil. Y segundo, Afecto y yo estábamos a punto de besarnos antes... ¡De que interrumpas de esa manera! –le responde Celos alzando la voz.
–Con ese carácter ya te pareces a Enfado –contesta el de larga cabellera negra–. Si, vi a Odil un poco diferente. Y los interrumpí porque no estaban haciendo nada. –Él le sonríe a Afecto mientras que ella intenta esconder su sonrojo con las manos pero es imposible no notarlo. Incluso ellos pueden sentir lo nerviosa y avergonzada que está. Es una desventaja de ser un sentimiento.
–Lárgate Envidia, nadie te llamó. –Celos intenta empujarlo. Pero este otro no se mueve ni un poco, en su lugar toma a Afecto entre sus brazos.
–Siempre quise ser tan tierno y pequeño como tú, mira tus mejillas. Adorable –le dice mientras acaricia su cabello y comenta lo perfumando que son los pétalos que ella deja a su paso. Todo esto frente a los ojos Celos, quien da unos pasos lentos hacia Envidia y toma un gran puñado del cabello de éste.
–Ay Celos. Esto comienza a doler –dice el pelinegro y se ve obligado a soltar a Afecto.
–Aléjate si no quieres terminar calvo –le amenaza el de ojos azules. Envidia asiente rápidamente y, cuando Celos suelta lentamente su cabello, éste lo toma de los brazos con las telas de su ropa y lo golpea contra la arena. Envidia le sonríe de lado, pero su sonrisa es tapada por una tela celeste que cubre la parte interior de su rostro.
–A mí nadie me dice qué hacer y nadie... Toca... Mi... Cabello –le aclara mientras da unos pasos hacia Celos que terminó casi enterrado en la arena.
–Agr, eso dolió. Maldito. –Celos se levanta cuando las telas lo liberan y sacude la arena de su ropa. Si fuera por él comenzaría una batalla contra Envidia. Pero Afecto lo convence de dejarlo así.
–Si, Afecto tiene razón. No tengo tiempo para pelear porque estoy cazando la cosa que borra nuestros recuerdos. Excepto los de Félix, nunca recuerda nada cuando Lock aparece –dice Envidia mientras Afecto asiente con la cabeza. Pero Celos lo mira con la boca abierta, claramente confundido.
–Tú empezaste. –Lo señala con el dedo mientras Envidia sólo se preocupa en arreglar su cabello.
Luego de ese pequeño enfrentamiento Envida se despide de sus compañeros sentimientos para regresar con su casería, pretende derrotar a la cosa que quiere eliminarlos para demostrarle a los demás que él es el mejor sentimiento de todos. Sólo los interrumpió porque también quería un poco de cariño, pero nunca lo admitirá.
–Mmm, si yo fuera una cosa que intenta destruir a los sentimientos porque los odio, ¿donde estaría? –se pregunta Envidia mientras deambula por las grandes ciudades del mundo, ya lo ha hecho dos veces pero siempre es bueno revisar de nuevo.
–¡Ahí estás! –un grito lo alerta y, al girar sobre sus talones, ve a Amor lanzarse hacia él. Apenas puede esquivarla y ella termina colocando la punta de una de sus flechas en su pecho, ahora Amor ya no es ese dulce sentimiento que era. Luego de casi desaparecer se volvió más fuerte, exigente y temperamental.
–¿A qué se debe este ataque? –pregunta Envidia manteniendo las manos en alto en señal de inocencia.
–Eres Envidia. ¿Quién más destruiría a los demás sentimientos para ser el único? –responde Amor con el ceño fruncido.
–Con ese carácter te pareces a Odil –contesta Envidia dando unos pasos hacia atrás. Él no quiere pelear con Amor porque sabe muy bien que lo supera en todos los sentidos. Pero ella tampoco está dispuesta a dejarlo ir tan fácilmente.
–Siempre temí que tú tuvieras el poder suficiente para acabar con todos nosotros.
–No, espera. Odil es la que pretende destruirlo todo –intenta defenderse, aunque Amor niega con la cabeza.
–Todos ustedes son despreciables. –Envidia no tiene otra opción más que huir mientras Amor le lanza flechas sin descanso. Una rasga parte de su brazo y eso le causa mucho dolor al ser un sentimiento negativo.
Él continúa huyendo mientras su cuerpo recibe más heridas. Cuando ya no puede continuar decide ocultarse en las profundidades oscuras del océano en donde los sentimientos positivos no son bienvenidos por Muerte. El cabello de Envidia danza con las corrientes mientras avanza hacia lo más profundo de la oscuridad.
–Yo no estoy borrando a los demás. Jamás lo haría incluso si tuviera ese poder –se dice a si mismo para luego caer rendido sobre la suave arena de las profundidades–. Tampoco puedo continuar buscando a esa cosa sin que los demás me ataquen. –Se lamenta para luego cubrir su rostro con las manos y comenzar a llorar.
–Ajam... –Alguien se aclara la garganta luego de que Envidia a llorado por unos minutos. Esto lo asusta y rápidamente se pone de pie al ver que sus heridas han sanado. Enfado lo observa sentado sobre una gran roca cubierta de musgo marino y levanta una ceja en forma interrogativa.
–¿Qué haces a-aquí? ¿E-Escuchaste todo? –le pregunta el de larga cabellera mientras intenta fingir que no ha llorado.
–Interrumpes todo el silencio de aquí –responde Enfado para luego mirar a un lado–. Lloras como Tristán, ¿sabías?
Envidia baja la cabeza por un momento y luego le sonríe al otro.
–Es que también estoy hecho de tristeza como él –le explica mientras escala la roca y toma un lugar junto con Enfado. Éste frunce el ceño de inmediato y gruñe–. No te pongas así, sólo quiero a alguien con quien hablar y...
Enfado lo toma del mentón y hace que Envida voltee la mirada hacia la derecha. A lo lejos ambos ven como el fulgor de una luz se acerca poco a poco y se trata de los sentimientos positivos.
–¡Me encontraron! –Envida se pone de pie rápidamente pero termina cayendo de la roca al perder el equilibrio.
–Ellos no pueden ver en la oscuridad de aquí, escóndete –le aconseja Enfado, quien no se molesta en ocultarse también.
En unos minutos los sentimientos positivos se acercan a Enfado siendo dirigidos por Amor. A ella la acompañan Optimismo, Félix, Sorpresa y Culpa.
–¡Oye tú! ¿Dónde está Envidia? –Le exige una respuesta al pelinegro. Pero él ni siquiera mira a los sentimientos positivos.
–No son bienvenidos aquí. –Es lo que Enfado responde para luego dar un salto y caer frente a los demás. Amor da un paso atrás por precaución.
–No intentes ayudar a Envida. Él borró a tu hermana, la cambió y quiere hacer lo mismo con todos nosotros –le dice Sorpresa.
Enfado camina tranquilamente hacia ellos y termina frente a Amor con sólo un paso de distancia. Ambos son casi de la misma estatura, con la diferencia que ella está cubierta de un brillo de luz.
–¿Tienen pruebas? –pregunta levantando una ceja.
–Él representa a la envidia, si tuviera la oportunidad de destruirnos lo haría sin pensarlo. Debemos eliminarlo antes de que eso suceda –responde Amor mirándolo fijamente a los ojos.
–A Amor le ocurrió lo mismo que a Odil y es lamentable que ustedes no lo notaran a antes –comenta mirando a los demás sentimientos–. La antigua Amor nunca propondría eliminar a otro sentimiento, jamás.
Todas las miradas ahora caen en Amor. Ella se encuentra paralizada y es incapaz de decir algo más.
–Eso empeora las cosas para Envidia –dice Culpa mientras juega con sus dedos.
–¡Cállate! Estamos hablando de Envidia. Todos sabemos que es el más débil de los sentimientos negativos. ¡¿Cómo podría atacar entonces a alguien tan poderoso como Amor u Odil?! –cuestiona Enfado con la última pizca de paciencia que tiene–. Incluso yo podría ser el que borra los recuerdo y podría perfectamente acabar con todos aquí y ahora.
–Él tiene razón –murmura Félix luego de pensarlo mejor–. Envidia no podría hacerlo.
–Pero...
–Si ya no tuviera a nadie más con quién competir su existencia no tendría sentido. Aún recuerdo la primera vez que lo conocí, ni siquiera sabía lo que era una sonrisa y fue el primero de los sentimientos negativos en sonreír –comenta Félix calmando un poco la tensa situación y se siente aliviado al ver que Sorpresa, Opal y Culpa ya no desean acabar con Envidia. Pero Amor es otra historia, ella continúa firme en su decisión.
–Deja de proteger a Envidia –le ordena mientras levanta su arco y apunta una flecha hacia Enfado.
–¡Noooo! –un grito de oye dentro de toda esa oscuridad y Envidia corre hacia ellos lo más rápido que puede–. Eso es lo que quiere Enfado, sólo los enfrenta para pelear –dice cuando ya está frente a los demás y se toma un momento para arreglar su cabello.
–Estúpido –gruñe Enfado por dos razones. La primera es que si quería pelear y la segunda es porque Envida se delató solo.
–El punto es que... –Él no puede continuar ya que es callado por un fuerte impacto en su pecho, el cual lo lanza a unos metros de allí. Todos quedan paralizados al ver que su atacante es Amor, la cual lanzó tres flechas a la vez. Ella no escuchará ninguna excusa y eliminará el problema desde la raíz, luego le pedirá a Muerte que vuelva a crear a Envidia sin ese raro poder de borrar memorias.
–¡Envidia! –Félix corre hacia él para ver su estado y al voltearlo nota como las flechas de Amor han desaparecido, no sin antes dejar graves heridas en el pecho del sentimiento negativo. Esas armas están hechas de luz, las cuales son letales para sentimientos negativos. Si causan el daño suficiente son capaces de acabar con el objetivo. Envidia apenas puede moverse y toca su pecho solo para que su mano se cubra de una luz de un tono rojo, él no tiene luz ni nada parecido y eso lo hace suspirar mientras cierra los ojos lentamente.
Amor aún no a termina y se acerca a pasos decididos mientras que Optimismo le ruega parar ya. Los demás no pueden hacer nada para detenerla y solo les queda ver como él sentimientos más "puro", "amable" y "gentil" acabará con la existencia de otro sentimiento.
–No te preocupes, Muerte volverá a crearte –le dice a su víctima mientras le apunta con su arco y flecha. Pero, justo en ese momento, Envidia levanta su mano lentamente hacia la punta de la flecha y sorpresivamente termina rompiendo la misma. Amor retrocede al ver esto y observa como él se pone de pie mientras la cabellera oscura que posee le cubre el rostro, el cual se ha oscurecido un poco.
–Al fin algo interesante pasa –comenta Enfado ladeando la cabeza al mismo tiempo que una pequeña sonrisa aparece en su rostro. Envida, por otra parte, toma a Amor de los brazos con una de las telas que salen de su espalda y la acerca para hablarle cara a cara.
–Querías un monstruo... Aquí está. –Él la arroja con toda su fuerza hacia los demás y todos terminan tendidos en la arena, menos Enfado que dio un paso al costado para no resultar lastimado.
–El más d-débil decían –se queja Amor mientras se levanta como puede. Félix terminó bajo ella y se encuentra inconsciente. Pero eso no dura mucho ya que su cabello se hace opaco y se levanta al mismo tiempo que ríe a carcajadas.
Lock se hace presente, como si ya no tuvieran suficientes problemas con un furioso Envidia. Tampoco ayuda la presencia de Enfado, quien es el que está influenciando a los demás con sus energías negativas.
–Eso hasta a mí me dolió –dice Lock mientras sacude la arena de su cabeza. Sólo para que un segundo después las telas lo tomen de los tobillos y lo lance hacia la superficie.
–¿Qué hacemos ahora? –le pregunta Opal a Amor, sin preocuparse en ocultar su preocupación.
Amor mira como sus compañeros están siendo golpeados por Envidia brutalmente, así que se sacude la arena y les ordena a los demás atacar. Pero queda paralizada cuando nota a Envidia frente a ella, él se movió con una increíble velocidad.
–No soy el borra memorias –susurra mientras la mira fijamente con sus ojos dorados. Ni Amor, ni Opal son capaces de reaccionar en ese momento y Envidia sólo las observa en silencio.
–¡Nadie me golpea! –Lock vuelve a las profundidades. Pero esta vez pretende atacar a su agresor y devolverle en golpe. Locura cae en picada rápidamente, pero no lo suficiente ya que Envida se aleja del lugar del impacto y él termina estrellándose contra la arena, creando un gran cráter. Todo ese escándalo hace que Muerte despierte de mala manera de su siesta.
–¡Silenciooo! –grita con una voz rasposa y grave. Esto hace temblar a los sentimientos positivos–. ¿Qué demonios hacen ustedes aquí? Su estúpida luz lastima mis ojos –dice mientras todos divisan a un enorme cráneo con cuernos salir de la espesa oscuridad.
–¡Papá! Ellos me estaba molestando y querían destruirme, en especial Amor –se apresura a decir Envidia mientras corre hacia su creador como si fuera un niño.
–¿Qué? ¿Porqué atacan a mi creación más inútil? –cuestiona Muerte haciendo que Envidia se queje diciendo que sí es fuerte.
Los demás miran a Amor para que le responda a Muerte y ella se llena de valor.
–Creemos que él es quien borra las memorias para destruirnos.
–Es ridículo, ninguna de mis creaciones sería capaz de controlar un poder así. Mucho menos Envidia.
–¡Papá! –se queja de nuevo éste mientras hace un puchero.
–Señor, ¿y como explica la paliza que nos acaba de dar? –interrumpe Lock cuando al fin consigue salir del crearte. Éste habla sin miedo y eso sorprende a los demás. Muerte mira a Envidia y luego a los sentimientos positivos.
–Ustedes fueron los idiotas que lo atacaron en la oscuridad, en donde mis creaciones son mucho más fuertes, es todo. –Él le pone fin a la discusión para luego regresar a su siesta. Obviamente luego de echar a los sentimientos positivos de su morada, así su luz no volverá a molestarlo.
Por otro lado Envidia permanece sentado sobre la arena, pensando en todo lo que Muerte. Eso lo deja triste pero también lo impulsa a mejorarse, él siempre fue así.
–Ya verán. Voy a encontrar al verdadero responsable.
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