Parte V


De repente la encantadora doctora ingresa al vestíbulo y me guiña un ojo. ¿Cómo se atreve a iniciar un saludo así? Voy a terminar arrinconándola en una pared con los calzones abajo.

La Dra. Abigail entra en su consultorio, su secretaria la sigue y conversan un rato detrás de la puerta, creo que me señalan, ¿Estarán hablando alguna cosa morbosa sobre mí? No veo el momento para que comience la consulta y finalmente la doctora me invite a pasar.

–Toma asiento– indica la doctora, le sonrío y tardo unos segundos en acomodar mi trasero en los cojines del diván. –Cuéntame, ¿Cómo has estado?– pregunta amablemente sentándose en su sofá, destapa su bolígrafo y examina sus anotaciones sobre mí.

–Nada nuevo que reportar...– le contesto sobándome las piernas, la presencia extraña sigue aquí conmigo, siento la presión de un ambiente pesado.

–Te veo un poco distraído– dice ella coqueteándome, siempre requiere de mi atención completa. –¿Buscaste nuevos amigos Eloy?– comienzan las preguntas de la sesión, pero el tercer participante comienza hablar también, esta vez no entiendo lo que dice, pero su voz es más fuerte y escandalosa, está furioso, creo que sabe que puedo escucharlo y no se quedará quieto hasta que le responda.

–He hablado con mis viejos amigos, pero no creo que sirva de mucho, los noto distantes, necesito nuevas amistades– suspiro cuando hablo, trato de concentrarme en la Dra. Abigail, le miro los senos para distraerme de la entrometida voz, ella es perfecta, su blusa es muy reveladora, lleva un collar con un dije en forma de flecha apuntando a su busto, es una perfecta indirecta para que dirija mis ojos a esa parte de su cuerpo.

–Los sentimientos de tus viejos amigos están predispuestos a corresponder los tuyos, la manera que los has tratado a dejado que pensar Eloy, no te ven con los mismos ojos y por lo que me has contado no creo que vuelvan a asimilarte a sus vidas como lo acostumbraban antes– explicaba la doctora con detalles, juega con su bolígrafo rosando sus mejillas.

–Concuerdo con usted doctora, como dije... necesito nuevas amistades, pero temo que suceda lo mismo una y otra vez– concreto observándole a los ojos, es demasiado hermosa, quisiera morderle los labios.

–Por favor Eloy, ya estamos en confianza, llámame Abigail– sugiere ella.

Escribe con el bolígrafo en una nota, de no ser por la perversa voz en el ambiente, solo escucharía el sonido de la punta con tinta marcando el papel. La doctora me acerca la escritura: "¿Sigues escuchando voces?", me pregunta a través del texto.

Es una manera fácil de comunicarnos, conoce mi impedimento al hablar sobre estas personas que escucho, ciertamente son reales, están conmigo, si entienden que puedo oírlos y hablar de lo que ellos narran... no habrá manera de deshacerme de ellos.

"Si, de hecho hay una muy molesta y aterradora en esta habitación" le respondo en el papel escribiendo debajo de la línea con letra cursiva que escribió ella. La doctora la lee arrugando los labios, está preocupada y se acerca a mí.

A mi lado puedo observarla mejor, puedo ver casi sus senos completos a esta distancia, me encantan, un remedio efectivo para olvidarme de la presencia intermitente.

–La ruptura con tu novia es la causa que desencadenó tus problemas personales y sociales, ¿Cuál crees que sería la solución más eficaz para empezar una nueva vida?– pregunta la doctora tomándome de la mano, su bolígrafo ahora jugaba en sus labios, mordía la punta del botón.

– ¿Conseguir otra pareja?– le contesto con otra pregunta, tengo una tensión superficial alta, ¿Qué está tratando de hacer ella? Si continua con esas indirectas terminaré teniendo una erección.

Su mano posada en la mía sube siguiendo el camino de mi brazo hasta llegar a la nuca, soba mi cabellera mirándome directamente a los ojos, hay un silencio incomodo por parte de ella.

–Crear una nueva conexión sexual restablecerá tus vínculos sociales y tus preocupaciones...– me giñó el ojo para entender que se refería a las voces. –Se esfumarán poco a poco, solo necesitas encontrar a una persona atenta a ti, alguien que atraiga tus expectativas sexuales y descargar tus sentimientos con ella– menciona acercándose mucho más a mí, sus senos están pegados a mi brazo, su cara casi rosando la mía.

Es obvio que nunca he hablado con nadie de mis premoniciones, he estado en contacto con la doctora, pero no han iniciado todavía, normalmente aparecen instantáneamente, otras tardan un poco, estoy nervioso, no por el hecho de estar tan pegado a ella. Soy bueno con las mujeres, o creo que solía serlo, procedo del nerviosismo común que se experimenta con alguien que te atrae... pero eso no es lo que me perturba en este momento, en cualquier instante la visión de la muerte de Abigail aparecerá.

–¡No le hagas caso, ella solo quiere acostarse contigo!– grita la endemoniada voz a mi oído, la particularidad de los fantasmas o espectros que he notado hasta ahora, es que no tienen la capacidad de mentir, el otro plano espiritual los predomina en una verdad notoria que no les permite concebir una mentira, siempre dicen la verdad y pueden ver a través de las personas, este insinuante hecho con las palabras indicadas de este monstruo que me atormentaban, funcionaron como un empujón de su parte para abrir la puerta del placer.

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