Crush
JingYi escribía en su libreta, con emoción hasta que se tomaba un momento para releer lo que recién había escrito soltando un gruñido mientras arrancaba la hoja de su cuaderno. Esta estaba demasiado usada, cada espacio estaba lleno de palabras tachadas, ya no tenía uso. Resopló, en esta ocasión con mayor fastidio, llamando la atención de su mejor amigo.
—¿Estás bien?—le preguntó Sizhui, deteniéndose un momento de anotar lo que leía en el libro frente a él.
—Sí.
A pesar de la respuesta del azabache, Sizhui sabía que esta no era genuina.
Incluso alguien que no conociera a JingYi podría saberlo, solo era cuestión de ver la manera en que su rostro mostraba tanto estrés como si de un estudiante universitario a punto de tener una revisión de tesis se tratara, y Sizhui estaba seguro que ni la tarea de algebra le quitaba el sueño a su mejor amigo como para tenerle en ese estado.
—JingYi, es obvio que no estás bien. ¿Qué sucede?
El de menor estatura soltó un pesado suspiro.
—Sizhui, tengo un problema.
El azabache cerró su libro y su cuaderno, sabedor que cuando JingYi decía que "Tenía un problema" esto no presagiaba nada bueno.
Lan Sizhui aún tenía recuerdos de la última vez que JingYi dijo que tenía un problema, y por más que quisiera a su amigo, no volvería a pasar vergüenzas por ayudarle cómo en esa ocasión en el show de talentos. Sizhui se negaba a recordar aquel momento, aunque JingYi adoraba recordárselo constantemente entre risas.
—¿Qué tipo de problema?—preguntó con cautela.
—¿Cuál otro problema podría ser?—JingYi soltó un bufido.—Pero es el peor de todos. Moriré si no puedo con esto.—dramatizo pasando una mano por su rostro con desesperación.
—Cálmate. —Sizhui suspiro. El pobre chico no podía saber cuando su mejor amigo solo estaba siendo dramático por un problema sencillo o por uno serio.—Ahora dime, ¿qué pasa? Estoy seguro que podremos resolverlo.
En la mente de Sizhui intentaba adivinar qué estaría complicando a su amigo, pero no podía encontrar una respuesta. Su tarea actual no era difícil, JingYi no tenía ningún recital pronto y aunque ese día se había metido en problemas, solo había sido por hablar y no como cuando lo suspendieron por pelear con Wen Chao.
—Es que...—JingYi mordió su labio inferior, mirando a su alrededor como si alguien les estuviera escuchando en la biblioteca, y lo que estuviera por decir fuera un asunto de suma importancia. Aquello picó la curiosidad de Sizhui, preguntándose qué podía ser tan grave como para que nadie pudiera enterarse.—Mañana es San Valentín, y aún no sé qué darle a Zizhen.
Sizhui suspiró, abriendo sus libros dispuesto a volver a realizar sus deberes.
—¡Ey! ¿Qué es esa reacción? ¡Esto es serio!
—¡Shhhh!—No tardaron en ser callados por la bibliotecaria, la mujer les miró mal haciendo un gesto que debían mantenerse tranquilos.
—Lo sentimos.—se disculparon ambos al mismo tiempo, admirando como la mujer ponía los ojos en blanco y volvía a su trabajo.
JingYi solo esperó unos cinco segundos antes de volver a hablar.
—Esto es serio Sizhui. Mañana es San Valentín y no tengo ni un chocolate para darle. ¿Y si me odia por eso?
El de ojos plomizos frunció las cejas, mirando a su amigo con extrañeza.
—¿Por qué se enojaría? No es como si estuvieran saliendo juntos. ¿O acaso pasó algo?
JingYi negó con la cabeza.—No pero, sería raro ¿no crees? Más allá de mis sentimientos por él, soy el hermano de sus mejores amigos, debería de al menos darle algo.
La expresión de extrañeza de Sizhui sólo se incrementó.
—No. Realmente no encuentro sentido a tus palabras. ¿O vas a aprovechar para confesarte?
La mera mención de una confesión causó que las mejillas de JingYi enrojecieran, mientras que en su mente comenzaban a formarse fantasías de cómo sería la confesión perfecta. Tuvo que cerrar los ojos con fuerza y volverlos a abrir para convencerse de volver a la realidad.
—No...Sería raro, ¿no crees? Es como si tu te le confesaras a Jin Ling.
JingYi se deleitó por la manera en que el rostro de Sizhui adquirió un color rojo y como abría la boca para decir algo, pero sus palabras se enredaban.
—Quiero decir, sería raro ¿no crees? Ellos tienen quince años, y nosotros trece, además que antes de confesarme a Zizhen quiero ser todo lo que siempre ha deseado.—confesó con una gran sonrisa.
Podía ser que JingYi apenas fuera un puberto, pero sus años leyendo novelas rosas y telenovelas con Huaisang le habían llenado del conocimiento de romanticismo del cual presumía tanto. Y justo como espectador, ver aquellas relaciones de personajes menores por alguien unos cuantos mayor le parecía extraño. Además apenas tenía trece años, quería superar la pubertad antes de tener su primera relación.
Pero eso no quería decir que no le demostraría a Zizhen por el momento que le apreciaba, quizá un poco más de lo normal.
—Pero aún así quiero darle algo lindo.—explicó.—He anotado miles de ideas, pero ninguna me parece lo suficientemente buena.
Sizhui, ya recuperado de las palabras de JingYi, había tomado la hoja arrugada. Lentamente la extendió y comenzó a leer las ideas que su amigo había propuesto para sorprender a Zizhen.
—Y tampoco tienes el dinero suficiente.
—Sí, sabía que la idea de un recorrido en helicóptero sería caro.—JingYi estaba seguro que había anotado de todo, usando como base todas las películas de romance que había visto en su vida, en especial la parte de las confesiones.
El azabache se sentía desanimado, San Valentín era una fecha que le gustaba, más allá del hecho que siempre recibía dulces, porque le encantaba ver cómo la gente disfrutaba de la fecha.
Desde hace una semana que había estado pensando en que darle a Zizhen, pero nada venía a su cabeza. No quería que fuera algo muy sobrecargado porque al chico no le gustaría, pero tampoco algo muy simple porque aunque no se confesara, quería que Zizhen supiera que era especial para él, y que no le veía solo como el mejor amigo de sus hermanos.
—No te desanimes. Estoy seguro que podemos hacer algo realista que le guste mucho a Zizhen.
—¿Tú crees?
—Por supuesto.—Sizhui sonrió, con una idea.—Pero creo que no deberías pedirme ayuda a mi, sino a tus hermanos. Han sido amigos desde la infancia, ¿no es así?
JingYi mordisqueo su labio inferior con nerviosismo. La idea de Sizhui tenía sentido, pero le sentía extraño pedirle ayuda a su dage y erge.
—¿Debería pedirselos?
—Claro, ¿qué tienes para perder? Ellos lo conocen mejor que nadie, quizás Zizhen en algún momento les contó sobre qué detalle de San Valentín le gustaría recibir.
JingYi casi se ríe ante su pregunta. Quizás porque ahí era muy notorio que Sizhui no contaba con hermanos (Aunque apenas él y los Jin llevaran unos meses como hermanos).
¿Qué tenía para perder?
Su dignidad.
Aunque su enemistad con los gemelos Jin había terminado hace mucho (con lo que JingYi contaba como una pelea épica contra Wen Chao), no cambiaba el hecho que él era el hermano menor, y que estos se aprovecharan de sus posiciones para hacerle algo de burla. Claro, él se vengaba, pero que estos supieran que tenía un gran crush por Zizhen...podía imaginar la clase de burlas a las que tendría que enfrentarse día a día.
Pero aún así, lo intentó porque ese era el grado de su desesperación.
Usualmente volvía de la escuela con ambos chicos, pero justo ese día ambos habían asistido a competencias por lo que estarían en casa temprano. Al momento de cruzar la puerta de enfrente, un dulce aroma a chocolate inundó sus fosas nasales haciendo que comenzara a salivar y que su estómago rugiera debido al hambre que tenía.
De inmediato, sus pasos le guiaron hasta la cocina donde se encontró con los gemelos. Jin Ling se encontraba sentado en un taburete, en sus manos sostenía una duya llena de un betún azul, sus cejas se encontraban fruncidas mientras apretaba suavemente de la duya sobre lo que parecían ser pastelillos, usualmente hacía eso con las cejas cuando se concentraba para sus lanzamientos.
En la cocina estaba Rulan. El esgrimista se había dejado crecer el cabello, por lo que al cocinar se lo amarraba en una pequeña coleta y un broche de fresas mantenía su flequillo fuera de su rostro.
Desde el incidente de cuando no consiguió cocinar macarons, Rulan se había propuesto aprender repostería. JingYi en un principio le pareció extraño ver la manera en que todos los días Rulan reintentaba la receta, sin desmoralizarse porque los macarons no salieran por cosas donde él no tenía tanto control como el horno o la humedad en el ambiente, le parecía que el castaño mayor estaba tomandolo muy enserio.
Cuando le preguntó a Jin Ling este le respondió que era porque Rulan era todo un perfeccionista y que no se dejaría ganar por unos simples macarons porque, citando al arquero, "Nuestro jiujiu no crió perras débiles."
Obviamente se rió a carcajadas al escucharle, incluso Huaisang quien se había vuelto el "catador oficial de macarons" había reído, pero terminó en que los tres fueran regañados por Jiang Cheng por utilizar ese tipo de vocabulario en la casa.
—¡Ey, enano!—le saludó Jin Ling, volteando un momento para sonreírle antes de volver a enfrascarse en su tarea de decorar los pastelillos.
—No me llames así.—Se quejó dejando su mochila en una de las sillas del comedor, y caminando hasta la cocina para ver que estaban haciendo sus hermanos.
—Bienvenido, didi. ¿Tienes hambre? A-Sang y jiujiu dijeron que podíamos comer algo ligero porque iremos a cenar en la noche, así que preparé un poco de pollo. —le avisó Rulan desde la estufa, por el olor parecía estar derritiendo chocolate.
—¡Gracias, dage!—JingYi felizmente le dio un pequeño abrazo a Rulan, escuchando como este soltó una risita.Quería a los gemelos, pero dado que Rulan demostraba su afecto con la cocina, siempre le preparaba sus platillos favoritos por lo que tenía un lugar aún más especial en su corazón. —Si iremos a cenar es porque ganaron, ¿no es así?
Los rostros de ambos gemelos mostraban unas sonrisas de orgullo.
—Por supuesto, ¿quienes crees que somos?—rió Jin Ling mientras que chocaba las palmas con Rulan.—Aunque yo solo gane en las competencias individuales, en las de equipo quedamos en segundo lugar.
—¿Y dage?
—En la grupal quedamos en tercer lugar, fue difícil porque en la otra escuela tienen a profesionales.—El chico por un momento pareció desanimarse, pero pronto se animó sonriéndole a JingYi.—¿Cómo estuvo tu día?
—Bien.—respondió tomando su plato y sentándose al lado de Jin Ling, quien le paso un tenedor para su pollo.—En realidad...—Comenzó a hablar con su mirada fija en los pedazos de pollo.— Necesito su ayuda.
En cuanto terminó de hablar, Rulan apagó el fuego, mientras que Jin Ling con cuidado dejaba la duya sobre un plato.
—¿Alguien te está molestando?—preguntó Jin Ling con el ceño fruncido.—Creí que nadie se atrevería después de que expulsaron a Wen Chao por nuestra pelea. Pero tú solo dilo, y nosotros nos encargaremos.
—¿Quién te molesta? ¿Wen Zhuliu? ¿Su She? ¿Wang Lingjiao?—Rulan comenzó a enumerar a quienes tenían fama de molestar a los grados inferiores, y quienes le habían tenido anteriormente algo de maña a JingYi.
El puberto negó con la cabeza.
—Nadie. De verdad.—Apreciaba el hecho que ambos se preocuparan por él, pero sus hermanos debían comenzar a ser cuidadosos. Ambos estaban apuntando por entrar a escuelas enfocados a los deportes, y para ello no debían tener más suspensiones en sus registros escolares.—Es un problema de...otro tipo.
Los gemelos intercambiaron una mirada de confusión, JingYi estaba demasiado nervioso y actuando con timidez, algo totalmente impropio de él, lo que solo les levantaba mayores sospechas.
—Nie JingYi, más vale que no te hayas olvidado de nuevo de otro proyecto escolar porque te juro que esta vez no te salvaremos el trasero.—amenazó Jin Ling.
—¡Solo fue una vez!
—Una vez, y todavía saco brillantina de mi habitación.—murmuró Rulan, negando con la cabeza.
—¡Marte se veía muy aburrido solo de rojo!
Los tres chicos se quedaron en silencio, antes de que Rulan volviera a suspirar y con una voz más calmada hablara.
—Si nadie te molesta y no tienes ningún proyecto, ¿con qué necesitas ayuda?
—Yo...—JingYi volvió a enfocarse en su comida.—Esperaba que podrían ayudarme para decidir que regalarle a alguien por San Valentín.
En cuanto terminó de pronunciar aquellas palabra supo que estaba en problemas. Los ojos de los gemelos brillaban de curiosidad, incluso Rulan se apoyó en la barra mientras que Jin Ling le daba pequeños golpes con su codo.
—Así que nuestro pequeño didi está enamorado~ —canturreó Rulan con una sonrisa gatuna.
—¿Quién diría que nuestro pequeño didi ya tiene su primer amor?—Jin Ling miraba a su hermano con complicidad.
Los gemelos rieron mientras que JingYi se arrepentía de haberles pedido ayuda.
—Es para Sizhui.—mintió, haciendo que los gemelos rieran con mayor fuerza.
—Por favor, como si no supiéramos del squishy de conejito que compraste para Sizhui.
JingYi maldijo ante las palabras de Jin Ling, olvidó que había dejado aquel pequeño regalo ya preparado en su escritorio a la vista de todos.
—¿Y quien es la afortunada, afortunado o afortunade?—preguntó Rulan con interés.
—¡Nadie! No creí que dage fuera tan entrometido...—murmuró cruzándose de brazos.
—Lo soy.—aseguró Rulan encogiéndose entre hombros.— Si no me dices, no podré ayudarte.
—Además eres nuestro pequeño didi, por supuesto que tendremos curiosidad.
Una cosa era que estuvieran en buenos términos, pero escucharles tratarle de esa manera causaba que el corazón de JingYi se acelerara. Le hacía sentir que los gemelos realmente le amaban y le consideraban como un miembro de su familia.
Ya sabían que alguien le gustaba, no podía ser peor si les decía el nombre.
—Me gusta Zizhen.—confesó mirando la manera en que Jin Ling abría los ojos con sorpresa, y como la sonrisa de Rulan se extendía.
—¿Es en serio?
—Lo sabía.
Respondieron ambos al unísono, mirándose al darse cuenta de la diferencia de sus respuestas.
—¿Ya lo sabías?—Jin Ling ladeó el rostro.
—Por supuesto.—respondió Rulan riendo.—En un principio me pareció raro que didi siempre estuviera alrededor cuando A-Zhen venía de visita, pero una noche que tuvimos pijamada y JingYi se unió, me di cuenta cuando estábamos viendo una película. JingYi no le quitaba los ojos de encima a A-Zhen.
Ahora JingYi realmente estaba avergonzado. Un furioso sonrojo se mostraba en su rostro.
Creyó que había sido lo suficientemente discreto con su crush por Zizhen, pero al parecer se equivocó.
—Que cursi.—murmuró Jin Ling rodando los ojos.
—A mi me parecieron adorables.—se rió Rulan antes de volver a enfocarse en JingYi.—Pero, ¿estás seguro?
El tono de sus palabras confundió a JingYi.
—¿Por qué no lo estaría? ¿Zizhen les dijo algo? Seguramente ahora le desagrado. La ultima vez estuve en desacuerdo con él sobre qué "Orgullo y Prejuicio" era mas romantica que "Sensatez y Sentimientos".
Ambos gemelos parpadearon al mismo tiempo, intercambiando miradas, claramente sin entender a qué se refería con eso.
—Como sea, escucha. Adoramos a Zizhen, no por nada es nuestro mejor amigo, —comenzó Jin Ling.—pero se enamora fácilmente.
—Sí. Creo que esta semana ya cambió su crush.—murmuró Rulan entrecerrando los ojos.—¿Le gustaba el chico del club de teatro?
—¿No era el del club de fútbol?
—No, ese era hace dos semanas.—Rulan negó con la cabeza.— En fin, el caso es que incluso tiene una cita para mañana. ¿Estás seguro de querer darle algo?
JingYi comprendía la preocupación de sus hermanos. Y si, conocía bien a Zizhen e incluso ya habían intercambiado números y por lo menos se mensajeaban algunas veces en el día. Por eso JingYi era conocedor de toda esa información, pero no era como si fuera a confesarse además que realmente no esperaba nada de regreso.
—Estoy bien con eso. Igual esto solo es para que sepa que es especial para mi.
Las facciones de Rulan se relajaron antes de caminar hasta su lado para abrazarlo.
—Aw, eres tan adorable. ¿No crees, A-Ling?
—Es un cursi.—farfulló el esgrimista pero pasó una mano por el cabello de JingYi.—Si esas son tus intenciones, está bien. Te ayudaremos, tienes suerte que nosotros sabemos exactamente el tipo de cosas que le gustan y que Rulan sabe cocinar la mayoría de ellas.
—Aw, mi pequeño A-Ling también ha madurado.—se rió Rulan antes de jalar a su hermano menor para que se sumara al abrazo.
—Gracias, dage, erge.—agradeció Zizhen antes de abrazar a los gemelos con fuerza.
Los tres rieron, poniéndose manos a la obra.
—¿Seguros que no los distraigo de lo que hacían?
Ambos negaron con la cabeza.
—Son dulces que daremos para nuestros compañeros. Pero nuestro didi es más importante.
Nuevamente, JingYi se sintió afortunado de tenerlos a ambos a su lado.
──────────
Al día siguiente, JingYi bajó del auto de Jiang Cheng con sus manos llenas con una gran caja.
—Nos vemos en la tarde, A-die. —se despidió JingYi.
—Adiós, jiujiu.—corearon los gemelos al bajar del auto cargando cada uno una caja con pastelillos.
—Adiós mocosos, y no se metan en problemas.
—¡Intentaremos!—gritaron entre risas escuchando el auto poniéndose nuevamente en marcha.
Los tres comenzaron a caminar hacia la entrada de la escuela.
—¿Cuándo se los darás?—preguntó Rulan ahogando un bostezo.
Bajo sus ojos, y de sus otros dos hermanos había una sombra oscura. Los tres se habían ido a dormir muy tarde terminando de arreglar el regalo de JingYi.
—Creo que en el receso, o cuando terminen las clases. Sizhui me contó que nos darán las dos últimas horas libres.
—¿Lo harán?—preguntó Jin Ling sonriendo.—Genial, podré usar ese tiempo para dormir un poco.
Rulan solo negó con la cabeza, riendo.
—Entonces nos aseguraremos de enviar a Zizhen contigo.
—Está bien, creo que debería hablar dárselo en un lugar algo privado. ¿Quizás en el patio cerca del árbol?
—Suena bien. Buena suerte.—Se despidieron los gemelos al entrar a la escuela.
—No te pongas nervioso.—Le dijo Jin Ling con una sonrisa.
JingYi solo sonrió, caminando con la caja hasta su casillero.
Estaría bien, no era una declaración así que no tenía razón para sentirse nervioso.
──────────
JingYi estaba terriblemente nervioso.
La información de Sizhui había sido cierta, y les habían dado las dos últimas horas libres. Al parecer el director, Lan Qiren, sabía que no podría tener a un montón de pubertos y adolescentes concentrados en sus clases en un día como ese.
Entonces había comenzado el evento especial de ese día: Las confesiones.
Tan solo en su recorrido de su casillero al patio, JingYi había presenciado unas ocho confesiones. Cada una distinta, pero más rara que la anterior y, obviamente, no con el mismo resultado.
Ahora él se encontraba esperando a Zizhen, repentinamente sentía su estómago doler por los nervios y un pequeño sudor en sus manos.
Era cierto que no se confesaría a Zizhen, pero entregarle todo eso era hacerle saber que le consideraba especial. Le aterraba el pensar que el lindo presidente del club de oratoria podía tomar a mal su detalle. Además, su dage y erge le comentaron que tenía una cita ese día. ¿Y si el chico con quien saldría se enteraba y lo quería golpear?
JingYi estaba teniendo segundos pensamientos sobre su idea, pero era demasiado tarde.
—JingYi.—escuchó aquella alegre voz pronunciando su nombre, con una calidez y emoción que hacía a su corazón saltar.
Zizhen estaba frente a él, con su cabello perfectamente arreglado en aquel moño que usaba y su uniforme decorado con un lindo pin de corazón en su chaleco.
—Me dijeron que me buscabas.
—Ah...si.—JingYi quería golpearse a sí mismo. Casi nunca le era difícil hablar con Zizhen a pesar de sus sentimientos, pero ahora repentinamente se le dificultaba incluso pensar en qué decir.
Zizhen ladeó la cabeza, inclinándose un poco para verle causando que el corazón de JingYi latiera con desenfreno.
—¿Estás bien? Pareces cansado.
—Solo no pude dormir bien.—murmuró desviando la mirada. Si seguía absorto con esos bellos ojos como jade, no podría decir nada.—¡Feliz San Valentín! Quería darte algo por este día...—Por el miedo de los pensamientos anteriores no pudo evitar agregar.— y también es de parte de mis hermanos.
Casi podía imaginar el regaño que recibiría de Jin Ling y de Rulan, juraba que podía ver como estos se daban una palmada en la frente por su estupidez.
Zizhen parecía estar a punto de decir algo, pero en su lugar tomó la caja de sus manos.
—¿En serio? Que lindo gesto. ¿Puedo abrirlo?
JingYi ya había perdido la capacidad de hablar, solo asintió.
Zizhen abrió la caja forrada con papel oscuro, JingYi aún se sentía nervioso pero sus nervios fueron completamente desplazados al ver como sus labios se curvaban en una gran sonrisa y la felicidad parecía hacer que su rostro se iluminara.
Nuevamente, su corazón se aceleró.
—Esto es...wow. Tiene todo lo que me gusta, los dulces e incluso los chocolates con formas de ardillas son hermosos.
JingYi solo pudo asentir.
—Siempre cuando comes algo que te gusta mucho, lo haces como si fueras una ardilla.—murmuró sonriendo.
Zizhen le escuchó y también soltó unas risitas.
—¿Hago eso?
—¡Sí! ¿No lo habías notado?
—Nope. Nadie me lo había dicho.—murmuró el azabache antes de dejar la caja con cuidado sobre una de las mesas de picnic que tenían al lado.— Muchas gracias, JingYi. En realidad, yo también tengo algo para ti.—Mientras hablaba sacó de su mochila una pequeña caja.
—¿Para mí?—preguntó el chico mientras que la tomaba entre sus manos, con asombro.
La caja era de tamaño mediano, forrada con azul y con un pequeño sticker de un conejo. No parecía un regalo de San Valentín, pero tenía el color y el animal favorito de JingYi. Con cuidado la abrió, encontrando que esta estaba llena de caramelos en forma de corazón y en medio, cubierto por celofán había un broche que asemejaba a una pata de pollo.
En cuanto lo vio no pudo evitar gritar de emoción.
—¡Es hermoso!
Zizhen se mantenía tranquilo, aunque con su sonrisa.—Me alegra que te guste. En cuanto lo vi pensé en ti, además últimamente parece que tu flequillo te molesta cuando estás tocando.
Era cierto, su flequillo había crecido un poco más y cuando tocaba la flauta en sus prácticas no podía hacerlo a un lado.
—¡Muchas gracias, Zizhen-ge!
Parecía un regalo muy simple, pero el escuchar que le recordó a él hacía a JingYi más que feliz.
—No es nada. Bueno, debo de irme que hoy tendremos una actividad especial en mi club pero mañana iré a visitar a tus hermanos.
—Oh, entiendo. Entonces nos vemos mañana.
JingYi ya estaba sacando su nuevo broche de la caja, sin notar cuando Zizhen se acercó a él y algo cálido se posó en su mejilla. Duró apenas unos segundos, pero JingYi aun sentía la calidez de los labios de Zizhen cuando este se alejó.
—Por cierto, tus hermanos ya me habían dado mi regalo.—Con cuidado alzó una mano mostrando una pulsera con un dije de cuentas amarillas, moradas y verdes.— Adiós, JingYi.—se despidió guiñandole un ojo, dejando al menor aun mas sonrojado pero muy feliz.
──────────
Extra:
—¿Tú qué crees? ¿Debo tener esperanza?—preguntaba casi hiperventilando por la emoción.
El azabache lo pensó un momento.—Quizás eso significa que Zizhen no te es indiferente.
—¡Lo sabía! ¡Ahhh! Es que Sizhui, no lo entiendes, fue todo tan lindo. Y me dio un regalo con todas mis cosas favoritas...Creo que me enamoré más de él.—suspiró apoyando su mano contra su rostro. Con una sonrisa soñadora.—Ahora me esforzaré más para cortejarlo.
Sizhui solo rió, negando con la cabeza.
—Por cierto, ¿de dónde sacaste esos pastelillos?—preguntó JingYi con curiosidad, estos le parecían demasiado familiares.
—Este me lo dio Rulan-ge y este...—Sizhui señaló uno que, tenía un pequeño dibujo de conejo de betún.— Jin er-gege.
—Parece que no solo yo pasé un buen San Valentín.—rió JingYi, solo jugando con su amigo quien rápidamente se avergonzó.
──────────
Un pequeño aporte de San Valentín 💖 Muchas gracias por leerme, y espero les haya gustado. La verdad estoy amando escribir de los gemelos Jin y JingYi como su hermanito menor aunque estos fics esten un poco mas enfocados a la familia (por ahora, igual que aun estan chiquitos todos) 💖 quizás en el futuro haga algo mas.
Espero que pasen un buen día de San Valentín! Cuídense muchoo
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top