One
Jungkook estaba con una sonrisa de oreja a oreja.
¿Podía estar más feliz? La respuesta era No, obviamente.
Estaba suspirando dióxido de carbono en forma de corazones. No importa que sus brazos quemaran por amasar continuamente, o que sus rodillas y espaldas se resintieran por estar tanto tiempo de pie.
Pero, vamos. Estaba tan contento que ningún cansancio podría opacar su júbilo. Tan contento como un adolescente puberto lo estaría teniendo a su crush en la cocina de su propia casa.
¿Cuántos podrían decir lo mismo? Hay quienes no tienen la suerte de que su amor platónico les dirija siquiera una mirada.
Él era tan afortunado. Se le permitía sonreír como un tonto, o al menos eso hacía cinco minutos antes de que sacaran los panecillos del horno.
"Esto está la mar de salado" con una mueca, escupió el resto del pan en el fregadero y se volteó hacia Taehyung "¿Cuánta sal pusiste? por Dios "
El pelinegro al lado suyo estiró el brazo por la encimera agarrando un par de frascos medianos de cristal, muy similares entre sí.
"Solo hice lo que me dijiste" habló Taehyung señalando ambos recipientes mientras se explicaba. "Media cucharadita de sal, dos de Bicarbonato de Sodio por porción"
Jungkook quiso halarse de los cabellos.
"Ni ese es el Bicarbonato, ni esa es la sal" vociferó. "¡Los intercambiste!"
Taehyung abrió y cerró la boca varias veces, boqueando como un pez fuera del agua. Su mirada perpleja se debatía entre Jungkook y los salados panecillos aún sobre la bandeja.
"C-creo que pude haberlos confundido" balbuceó pasando una mano por la parte posterior de su cuello. Jeon lo estaba poniendo nervioso. "Tienen el mismo aspecto, son... Lucen iguales"
"¡¿Qué lucen iguales, dices?!" arrebató ambos frascos de las manos contrarias. "La sal es más gruesa y cristalina, mientras que el bicarbonato es puramente blanco y un polvo" enumeró. "Tienen más semejanza Iron Man y Hulk antes que estas dos cosas"
Kim tragó, tratando de buscar alguna excusa a su metida de pata.
No la había.
"Bueno, al menos suficiente levadura sí le puse"
Ambos miraron los tristes panes sobre la bandeja de hornear. Estaban más planos que una llanta de bicicleta.
Jungkook suspiró.
No solo sabían sino que también se veían horribles. La maestra iba a matarlos mañana.
Casi deja que ese pensamiento le desanime hasta que vio por el rabillo del ojo la crema de fresa para relleno que minutos atrás había batido su hyung.
"Pásame eso" Taehyung obedeció, entregándole inmediatamente el bol con la consistente mezcla heterogénea. Estaba brillante, y rosadita. Se veía bien. "Escucha, esto es lo que haremos. Cubriremos con la crema el exterior de los panecillos, y con suerte eso disfrazará el tamaño que tienen"
Era una buena iniciativa consideró, tal vez hasta el gusto dulce de la crema al mezclarse con la masa salada haría que no se sintiera tanto el sabor de esta.
Claro que todo dependía de si la mezcla rosa sabía bien o no. Jungkook rezó para que fuese comestible, al menos.
Tomando con una cuchara un poco, puso una cantidad mínima en su mano antes de dudosamente llevárselo a la boca.
Taehyung le miraba expectante.
Fue entonces que Jungkook recordó uno de los consejos que le había dado Jimin. Armas de Seducción les llamaba él, o alguna otra bobada parecida. Jungkook no tenía idea, de hecho aún seguía sin tenerla del todo; y aunque al principio tenía cero fé en la sugerencia del pelinaranja, tener la completa atención de Tae le dio un empujoncito a su osadía.
Así que, adoptando una postura más relajada, separó sus labios muy lentamente antes de relamerlos un poco. Todo con delicadeza.
Cristo, Jungkook no sabía lo que hacía ni lo que esperaba lograr con esto pero debía ser algo bueno, ¿no?
Es decir, fue Jimin quien le aconsejó. Y él tenía novio. Eso debía decir algo.
Retomando sus instrucciones mentales, acercó más su mano y sacando la punta de la lengua con lentitud, empezó a lamer el merengue en su palma con mucha parsimonia.
"Imagina que lames helado en un cono" le había dicho el mayor.
Entonces, los ojos claros de Taehyung siguieron el movimiento.
Jungkook chilló internamente.
Ya estaba dibujando otra sonrisa victoriosa, antes de girarse y escupir todo. De nuevo.
El de cabellos castaños ni se molestó en alterarse esta vez.
"¿Qué?" inquirió preocupado el mayor. "¿Qué es ahora? ¿Sabe mal?"
"Pruébalo tú mismo"
Jungkook le pasó el bol con una expresión pétrea.
Kim metió un dedo en la mezcla rosa y lo chupó. "Está..." Jungkook arqueó una ceja. "Sabe bien"
"¡Sabe a goma de pegar zapatos!" exclamó escéptico. ¿Taehyung no tenía papilas gustativas, acaso?
El mayor le miró raro.
"¿Has probado la goma de pegar zapatos?"
"¡Ese no es el punto!" en este instante, su paciencia ya estaba hecha jirones. "¡El punto es que esto tiene demasiados grumos, es una pasta! Batiste mal la mezcla"
"Oye, hice lo que pude" rebatió el pelinegro con el ceño fruncido. "Yo no sé nada de esto. No tengo un padre repostero, como tú"
"¿Esa es tu justificación?" preguntó enfadado. Incluso él mismo había puesto las cantidades correctas para la crema, había comenzado a batir cuando sonó el teléfono y dejó el resto en manos de Taehyung. No se explicaba cómo su ineptitud era tan grande. "Te di la receta, con instrucciones claras. Todo lo que tenías que hacer era seguirla, y ni eso pudiste. Hasta mi hermano de cinco años lo hubiera hecho mejor, y ahora por tu culpa no tenemos nada que entregar mañana porque todo esto está incomible"
La diatriba de palabras salieron de su boca tan rápido que, en algún punto dejó que el enojo hablara por él. En cuanto vio a Tae fruncir sus labios en una línea recta y bajar la cabeza en dirección a sus dedos que jugaban nerviosos entre sí, Jungkook supo que había herido sus sentimientos.
"Hey, no, no, hyung. No quise decir eso" Jungkook se aferró a la manga de su suéter, tratando de llamar su atención con desespero. "Todavía tenemos el resto de ingredientes, ¡podemos intentarlo de nuevo! ¡Te enseñaré!" comentó con efusiva energía en un intento de ánimo. Joder, se sentía miserable por haber puesto triste a su mayor. Su misión era sacarle sonrisas, no lamentos. Ni siquiera cuando rompió sin querer queriendo el cómic caro de su primo Heechul, ni cuando atropelló con la cortacésped las margaritas de la tía Jihyo se sintió así de mal. "No vas a llorar... ¿cierto?"
Taehyung sorbió su nariz disimuladamente.
"No" contestó. "No tengo cinco años como tu hermano, descuida"
Jungkook no supo si el comentario era afilado o casual.
Avergonzado de sí mismo, se dispuso a organizar un poco la encimera antes de volver a colocar los ingredientes en un mismo lugar de trabajo para que fuese más fácil acceder a ellos sin desplazarse por toda la cocina -la cual era un desastre, por cierto- como habían hecho anteriormente.
En su visión periférica, vio a Taehyung limpiando con un paño la harina sobre la isla de la cocina.
Jungkook sabía que no les quedaba mucho tiempo, debían ser más de las once de la noche y Jimin debía pasar por ellos en cualquier momento.
Apenas había formulado el pensamiento cuando el timbre de la puerta sonó.
"Abriré" le dijo al mayor. "Debe de ser Park"
"¿Ya?" Taehyung abrió los ojos exageradamente. "¿Pero qué hora es?" comprobó en su teléfono antes de hacer una mueca "Son las once y veinte. Se nos pasó el tiempo volando"
Y aún no tenían hecho nada. Vaya desastre.
Jungkook se dirigió a la puerta, soltó un suspiro antes de abrirla y, del otro lado, efectivamente estaba Jimin con su característico gorro tejido. Su novio, Min Yoongi, y Dahyun estaban detrás de él.
Saludó a ambos con un corto asentimiento antes de mirar a Jimin nuevamente.
"¿Están listos?" le preguntó a Jungkook. antes de dedicar una sonrisa a Taehyung, quien se acercaba a la puerta.
"¿No nos puedes dar quince minutos más?"
Jimin revisó el reloj en su muñeca izquierda antes de negar.
"Nop. Lo siento, pero ya vamos con suficiente retraso..."
Jungkook da una mirada preocupada en dirección a la cocina, antes de resignarse y arrastrar un Está bien a través de sus labios.
"Ten" Taehyung le pasa la mochila que había preparado mientras él se colocaba la suya propia. "Aunque casi no pesa puedo cargarla por tí si quieres"
Jungkook se sonrojó furiosamente. Así, en frente de todos.
Rayos, por qué Taehyung no avisaba antes de tener un gesto lindo con él.
"N-no, yo... Yo puedo" se aferró a la mochila como si fuera un peluche. "Muchas gracias, hyung"
Con un leve movimiento de cabeza Taehyung salió de la casa, Jungkook le siguió no sin antes tomar las llaves y verificar que las de emergencia estuviesen en la maceta que colgaba en la entrada, el lugar de siempre. Sus padres tomaron unos días para visitar a la abuela en Ilsan, así que no tendría problemas. Se había salvado por los pelos de no ir con ellos, gracias a que todavía estaba en período de clases.
Salió de su casa tranquilo y se unió al resto del grupo que le esperaba. Bueno, tranquilo del todo no estaba si se ponía a pensar en los panecillos fallidos sobre la encimera. Pero los haría a un lado para poder disfrutar la noche, ya enloquecería luego.
"¿Y entonces?" habían empezado a caminar cuando, al rato, Jimin dejó que el resto del grupo se adelantara para interrogar a Jungkook.
Quien le miró totalmente confundido.
"¿Entonces, qué?"
Jimin entornó los ojos en un gesto impaciente.
"Con lo de Taehyung" aclaró. "¿Algún avance? Por lo que vi hace un rato creo que sí"
A Jungkook le tomó unos segundos entender a qué se refería mientras veía al de cabellos anaranjados mover la cejas de arriba a abajo y una sonrisa pícara.
Oh.
Ese sonrojo fue bochornoso. Pero debía admitir que Tae ofreciéndose a llevarle la mochila fue el gesto más cercano a lo romántico -si es que se le podía llamar así- que experimentó hoy.
"Lamento decepcionarte" respondió, pateando con desgana una pequeña piedra.
"¿Qué?" vociferó. "Ni un beso, un apretón, un abrazo, ¿nada?"
"Habla bajo, ¿quieres?" pidió temeroso de que los demás pudieran haber escuchado. Aunque realmente se estaría haciendo un favor si esa era la única forma en la que Taehyung podría darse cuenta de cuanto le gustaba, pero no iba a pasar por la vergüenza de que todos supieran que había acudido a Jimin para que le ayudase con su problema amoroso. "Y no, no pasó nada. Nada relevante al menos"
"¿Entonces qué estuvieron haciendo todo este tiempo?"
"No lo sé ¿quizás el postre que ordenó la maestra para mañana?" contestó sarcástico.
Jimin le observó con reproche. Le había dado trucos bajo la manga, incluso convenció a la maestra para que pusiera a Taehyung en el dúo de Jungkook -el que la señora tuviera una debilidad por su falsa fachada de Presidente de la Clase correcto y bueno facilitó un poco las cosas- y aún así el chico no había hecho ni un movimiento decente.
"No me mires así" refunfuñó totalmente frustrado. "Hice absolutamente todo lo que me has dicho, y no hay manera. Lo único que me falta es tatuarme en la frente con letras en neón verde"
Jimin tuvo que darle un punto. Todos notaban los ojitos de Bambi atolondrado con los que Jungkook veía a Tae. Sólo un tonto no lo notaría; bueno, solo Taehyung no lo notaría.
"Esa parece ser tu única opción" le dio unas palmas en el hombro como señal de condolencia, provocando que Jeon apartara su mano con fastidio. Jimin rió. "Es broma. Pero ya que mi mejor amigo es pésimo captando indirectas, entonces debes ir a lo directo"
"¿Crees que no he pensado en eso? No es fácil, me pongo nervioso y no me salen las palabras" por eso prefirió mil veces las tácticas de insinuación a pedirlo de forma directa. Pero no resultaba, Taehyung no le daba un segundo pensamiento. Se aclaró la garganta. "Tú... ya sabes ¿Cómo hiciste eso? Hacerte novio de Min, digo"
"Oh, ¿Yo?" Jimin le miró antes de encogerse de hombros sonriente. "Le envié una nota con un amigo suyo durante el recreo"
Por supuesto, eso suena a algo que Jimin haría. No sabe ni para qué se molestó en preguntar. Si había pareja más extraña que esa en todo el colegio, que baje Dios y lo vea.
"Por qué me ayudas. Nunca te lo he preguntado" él y Jimin no eran amigos precisamente, aunque estaban en la misma clase y se conocían desde el jardín de niños, al igual que con Taehyung. Nunca intercambiaron palabras más allá de las necesarias, y aún así, cuando Jungkook necesitó de su solidaridad, se brindó sin dudarlo. Eso lo descolocó un poco, pero no cuestionó. Hasta ahora.
Park ni siquiera lo pensó demasiado cuando inquirió con naturalidad.
"Por qué no lo haría. Es mi mejor amigo, como un hermano casi, y quiero que se sienta feliz. Que sepa lo que hay más allá de la escuela, una casa vacía y aburridas clases de piano a las seis"
Los padres de Taehyung casi no paraban en casa. Con una madre modelo y un padre auditor, se ausentaban por días completos aveces. Su tío lo visitaba durante esos días y cocinaba para él, hacía algo de limpieza, chequeaba que la alarma estuviese activada y luego se iba; por supuesto, tenía su propia familia que velar. Ciertamente, no podría decir que los padres de Taehyung no lo amaran, su familia lo adoraba. Sólo eran un poco ausentes. Y Jimin no creía que Taehyung estuviera bien sintiéndose solo, aunque el morocho nunca protestó por ello, más bien parecía acostumbrado a ello... Por eso pensó que tener algo como una aventura romántica adolescente le vendría bien.
"Además, tú pareces quererle, ¿no es así?" continuó. "Eso es suficiente para mí"
"Por supuesto" Jungkook respondió al instante. Miró hacia unos metros adelante al protagonista de sus sentimientos, quien se reía de algo que Yoongi había dicho a Dahyun. "Me encanta como ríe, ni el sonido más pulido en los acordes de ese piano que toca se comparan a la melodía en su risa. Me gusta ver como relaja sus expresiones faciales cuando está distraído, junto a sus esponjosos crespos negros y el color esmeralda de sus ojos" habló con seriedad y suavidad, sin perder de vista cada gesto que su hyung hacía. "No creo que haya visto a nadie más hermoso, tanto su cara como su alma. Es un príncipe todo él"
"Wow, eso fue un poco intenso" murmuró divertido su acompañante. "Pareciera que hablaras del amor de tu vida"
"Él es el amor de mi vida" contestó haciendo énfasis en la segunda palabra.
Ahora sí Jimin se carcajeó con ganas, ganándose el ceño fruncido de Jeon.
"¿Cómo puedes saberlo? No has vivido lo suficiente aún"
"Sólo lo sé. Incluso si es ahora, o en veinte años más, siempre será él ¿No sientes tú lo mismo por Yoongi?"
"La verdad es que no" su respuesta logró descolocar a Jungkook a juzgar por la ceja enarcada en su rostro, así que explicó. "Me gusta Yoongi, y yo también le gusto, creo. Pero es solo eso, un enamoramiento pasajero que iniciamos más por diversión. Por regla general, tu primer novio nunca es tu compañero de vida. Creceremos y esto quedará en un vago recuerdo"
"Hay excepciones. Eso no lo sabes" refutó obstinadamente. Jimin solo se encogió de hombros. Jungkook no iba a cambiar su opinión, ni pretendía hacerlo. Nadie más que él conocía la intensidad de su cariño por Taehyung, por ende, nadie más que él podía ser juez de su situación.
Pasaron unos pocos minutos en silencio en donde Jungkook se dedicaba a ojear alrededor. Las calles estaban vacías, como era de esperarse, a esta hora la mayoría de las personas estaban durmiendo en sus camas acolchaditas.
La mochila le empezaba a pesar, y eso que sólo llevaba una linterna y un pomo de agua. Un par de veces chocó miradas con Taehyung cuando este volteaba, y un par de veces la desvió.
"Ya falta poco para llegar" habló el pelinaranja rompiendo el silencio. "La casona está al doblar, unas tres cuadras más"
Jungkook hizo un sonido afirmativo.
"¿Ustedes qué van a entregar mañana?" no encontraba algún otro tema de conversación con Jimin, no eran cercanos, pero no quería volver al mutismo. Sin embargo, tenía curiosidad por saber; Min y Park no parecían del tipo con habilidades creativas. Ni moldear una plastilina podían.
"No nos complicamos mucho. Una torta de frambuesa"
"¿Sabes hacer tortas?"
Jimin lo miró como si le hubiera salido una tercera cabeza de repente.
"Por supuesto que no, Jeon. La compramos"
"¡Eso es trampa! No es justo" emitió con desaprobación. Su rechazo a su acompañante pareció importarle más bien poco, quien solo hizo un gesto condescendiente con la mano.
"Si es trampa o no, la maestra nunca lo sabrá. Y tú no le dirás nada" miró con advertencia al castaño. "Te conozco lo suficiente como para saber que eres problemático"
Bufó.
"No soy problemático"
"¿Ah no?" preguntó escéptico. "¿Qué hay entonces de esa chica en el comedor a la que le pusiste una zancadilla aquella vez?"
"Eso fue un accidente. Desafortunadamente, mi pie quedó en su camino"
"Terminó en el hospital con una fractura de muñeca y la mano escayolada hasta el codo"
"Ella miraba mucho a Taehyung" justificó desinteresado.
"¿Qué hay del chico al que le aventaste su móvil desde la azotea?" retomó Jimin, sin querer detenerse a pensar en cuán turbia fue su explicación anterior.
"Ese era un idiota. Golpeó a Tae una vez" aún recuerda al imbécil. A pesar de ser mayor, ahora cuando veía a Jungkook, bajaba la cabeza y apuraba el paso. Ah, debía haber hecho mucho más que destrozar su moderno teléfono. "Nadie se mete con Taehyung"
"Okey..." Jimin respondió dubitativo. No conocía esa historia. "También está la vez que le robaste a Yuna su proyecto de ciencias y lo entregaste primero haciéndola parecer como si fuera ella quien te copió" repuso. "O cuando le dijiste a Kai que su novia estaba besándose con otro en el baño de la escuela. Y la vez que engañaste a Seung para que comiera pipas de Girasol"
"Estaban ricas. Quise ser altruista"
"¡Altruista, mi trasero! Era alérgico y tú lo sabías" el pelinaranja era una mezcla entre consternado y asombrado.
Había una razón por la que anteriormente no se había acercado a Jungkook más de lo debido y era el hecho de que Jeon parecía tener algo... raro en todo él. Algo más denso para ser solamente mal genio y un par de travesuras inocentes. Que dicho sea de paso, las travesuras de Jungkook no eran para nada inocentes, más bien parecían premeditadas adrede.
Tomando el ejemplo de la chica y su muñeca rota, hubiera sido accidente o una simple broma, cualquier persona se hubiese disculpado con la cabeza gacha ante el daño ocasionado. Pero no Jungkook, él ni siquiera fingió arrepentimiento por ello. No había más que una mirada fríamente satisfactoria sobre la niña jadeando de dolor en el piso. Jimin todavía lo recuerda y se le eriza la piel, y eso que no había mencionado todas las fechorías del castaño.
"El director debe conocer de memoria tu cara a estas alturas. No te han mandado a una correccional de milagro"
"Es que el director Hwang y yo somos muy amigos. La última vez que estuve en su oficina me invitó a una partida de Baduk" se burló. Aunque muy en el fondo reconocía que Jimin tenía razón. Quizá se debía a la influencia de su madre y el que hubiese sabido como manejar dichas situaciones. En fin, eso no era algo que le quitara el sueño.
Jimin lo miró con los labios fruncidos en desaprobación.
"Eres una pequeña mierda maligna" murmuró negando con la cabeza, y dando por perdido el tema.
"Te das cuenta de que soy más alto que tú, ¿cierto?" lejos de sentirse ofendido, rebatió con gracia.
"Yo soy mayor"
"Sí, por siete meses nada más"
Jimin estaba a punto de abrir la boca de nuevo cuando fue interrumpido por la voz chillona de Dahyun.
"¡Ustedes dos! Qué tanto hablan ahí atrás, ¡ya llegamos!"
"Si no supiera que a Jimin le gustan los de su tamaño, me sentiría celoso ahora mismo" habló Yoongi en un tono plano.
Jungkook lo miró fijamente. Si no era cercano a Jimin, menos lo era con Min; quien además estaba en otra clase junto a Dahyun. Pero llevaban un tiempo reuniéndose todos en el recreo, y hasta el momento, no le desgradaba el par.
A todo esto, qué hacía Dahyun aquí. La chica no podía ni ver una salamandra sin que empezara a gritar como loca. Y teniendo en cuenta lo que iban a hacer ahora, Jungkook le pronosticaba un posible infarto del miocardio. Pero bueno, su corazón, no el de él.
"¡Muy bien, grupo!" vociferó Jimin con ánimos renovados, dando una fuerte palma cerca de Taehyung sobresaltándolo. "La operación Mansión Maligna comienza en este instante"
"¿Mansión? Este lugar casi se está cayendo" murmuró el pelinegro otorgando una mirada desconfiada a la edificación.
Era enorme, y maltratada por el tiempo. Una parte de su infraestructura estaba construída de algo parecido a mampostería, y la otra gran mayoría restante, de madera. En sus años debió haber sido una casa hermosa, pensó Taehyung con una mueca de lástima. Ahora no era más que un gran conjunto tablas mugrientas y húmedas con ventanales rotos.
"No hay que exagerar" le contestó su mejor amigo con un ademán, para después adoptar una pose que le hacía parecer una especie de guía turístico de algún resort hotelero. "Pero es de esperarse. Esta casona frente a ustedes perteneció a una famosísima bruja del siglo dieciocho, llamada Mary Jane. Y quien tras ser acusada y enjuiciada, fue quemada viva en la hoguera"
"Mary Jane" repitió Jungkook. "¿Esa no es la novia de Spiderman?"
Jimin se sonrojó.
"¿D-dije eso? Vaya, que confusión" rió nervioso antes de carraspear. "Quise decir Bloody Mary. ¿Conocen la leyenda? Pues esta era su casa"
Dahyun se encogió en su sitio.
"¿Quieres dejar de decir mentiras?" protestó su novio. "Mi mamá me dijo que esta casona perteneció a un banquero hace muchos años que huyó del pueblo por evasión de impuestos"
"Estaba intentando crear un ambiente, pero no tiene caso. Aburridos" respondió Jimin, acomodándose su gorro con irritación. "Muy bien, a lo que vinimos"
Park giró su delgada silueta hacia el inmenso porche de madera. Algunas tablas sobresalían del nivel. Miró la puerta igualmente inmensa y antigua mientras pensaba en una manera de traspasarla. Obviamente, existía una cerradura, pero estaba tan calcinada y verdosa. Él no pondría sus manos ahí.
"Ustedes dos" señaló a Jungkook y Taehyung. "Abran la puerta"
"Por qué no lo haces tú mismo, o tu querido novio, ¿vuestras manos no alcanzan el picaporte?" satirizó el menor, ganándose un Muy gracioso, Jeon como respuesta.
Jungkook no era idiota. Jimin al ver toda la mugre adherida al picaporte se había escaqueado descaradamente. ¿Por qué tenía que hacerlo él, entonces? Quién se creía el enano.
Él no era el chivo expiatorio de nadie.
"Jungkook, ¿me ayudas aquí?"
"Claro, hyung. Ahora mismo" se movió enseguida hacia Taehyung.
Yoongi reprimió un comentario ácido y Jimin lo miró atónito. Hace un segundo tenía una sonrisa torcida en un gesto de prepotencia increíble, pero bien que se apresuró en cuanto Taehyung dijo su nombre. No voló por falta de alas. Fue cómico de ver.
Por un cielo, Taehyung tenía que ser en verdad tonto para no notar que tenía a Jeon comiendo de la palma de su mano.
"¿Qué necesitas, hyung?" le preguntó el menor cuando llegó a su lado.
"Que intentes girar el picaporte" pidió Taehyung limpiándose en la mezclilla de sus pantalones el óxido que quedó en sus manos. "Lo hice pero no cedió. Creo que está demasiado atascado"
Jungkook hizo lo que Tae le pidió, y como era de esperarse, no tuvo éxito alguno. No consiguió más que un débil escozor en sus manos y restos de óxido adherido a estas. Estaba a nada de asestarle una patada a la madera de la puerta, cuando vio una especie de varilla gruesa de hierro entre toda la maleza que rodeaba las escaleras del porche.
La tomó para volver a pararse firme frente a la puerta, levantó sus brazos y los dejó caer con fuerza en el picaporte, golpeándolo con la varilla una y otra vez.
Taehyung tenía la esperanza de que tal vez eso hiciera que la corroída cerradura se separara de la madera. Jungkook era implacable en sus movimientos.
"Ten cuidado, no sea que te hagas..." el
crujir de la madera rota que sujetaba a la cerradura se escuchó. "Daño"
Jungkook dejó caer la varilla y trató una vez más. Esta vez solo hizo falta un pequeño empuje para que la puerta cediera.
"Vaya, vaya, Jungkook" alabó Jimin. "Sí que se te da bien el ejercicio físico" aplaudiendo, pasó en medio de Taehyung y el castaño que aún yacían parados en la puerta. "Muy bien. Todos ustedes, síganme. ¿O es que piensan quedarse ahí fuera a pasar la noche?"
"No sé qué es peor, la verdad" susurró Dahyun mientras observaba el oscuro interior de la mansión.
Sacando la linterna de sus mochilas, el equipo se adentró en la casona siguiendo a Jimin.
Si su aspecto exterior ya de por sí dejaba mucho que desear, calificar su interior como deplorable habría sido un elogio.
Las polvorientas y raídas sábanas -las cuales alguna vez debieron ser blancas- que cubrían unos pocos muebles y lo que parecían ser cuadros o espejos sujetos a la pared dejaban claro que se encontraban en el salón principal de la casa. Del techo colgaba un enorme candelabro araña, y daba la impresión de que en cualquier momento podría caerse y aplastarte si lo mirabas mucho.
La única luz existente, aparte de sus linternas, eran los pequeños claros de luna que se filtraban a través de los huecos en la madera. Y Jungkook pensó que, lejos de representar un escenario fantasmal, transmitía serenidad. Como algún sitio al que acudirías cuando quieres estar solo con tus pensamientos.
Aunque no todos creían lo mismo, al parecer.
"Debí quedarme en casa viendo otro capítulo de One Piece" oyó a Dahyun rezongar. "No sé cuándo me pareció buena idea esto"
"Siempre puedes marcharte" espetó Jimin. "Ahí está la puerta"
"¿Lo dices en serio?"preguntó esperanzada.
"Por supuesto que no. Pero es lo que el líder del grupo siempre dice en estas circunstancias"
Taehyung ladeó la cabeza.
"No votamos por ningún líder"
"Lo hicieron desde que fui yo el creador de esta magnífica idea" respondió inflando el pecho.
"Tu sentido de la democracia es peculiar, Park" habló Jungkook echándole una ojeada al papel tapiz desgastado en las paredes.
Hace unos cinco minutos habían traspasado el supuesto salón principal. Jungkook pensó que tal vez se detendrían allí y husmearían un poco alrededor. Pero no. Jimin aparentemente tenía otros planes en su anaranjada cabeza.
Planes que no salieron como quiso porque, en esta especie de juego que él se había inventado, existían dos grupos llamados Rastreadores -según él-, quienes eran Yoongi y Jimin, Taehyung y Jungkook; el único propósito era encontrar objetos meramente aterradores. El equipo que más objetos hallase, y que en verdad valieran la pena, ganaba el juego.
Por supuesto, no eran ellos mismos quienes decidían. Qué sentido tendría eso. Lo hacía otro jugador al azar, que en este caso sería Dahyun. Solo que Jimin no había contado con que apenas le dijese que debía quedarse sola en el piso de abajo y esperar por ellos esta se pusiera a chillar como una Urraca.
Así que ahora, Jungkook tenía que lidiar con un muy molesto pelinaranja murmurando maldiciones y una despavorida Dahyun que había enganchado su brazo junto al de él desde que los siguió escaleras arriba.
Ya se había tropezado varias veces con algún objeto en este corredor oscuro, gracias ella.
Y odiaba esto, la innecesaria cercanía con personas irrelevantes a él.
La hubiese apartado de un tirón pero eso se vería como un acto grosero de su parte, y no podía permitirse semejante comportamiento frente a Taehyung.
Eso era otro tema que hizo su mal humor elevarse. Mirar al frente y ver como Yoongi pasaba un brazo por la cintura de Jimin sirvió para recordarle el infinito metro que lo separaba de Taehyung. Su hyung no le había vuelto a dirigir la palabra desde que pidió su ayuda en la entrada. Y quería cambiar eso desesperadamente.
El que Dahyun estuviese metida en medio de ambos tampoco ayudaba.
"¡Maldición!" se quejó cuando su cadera impactó en el borde de alguna mesa empotrada contra los laterales del corredor. Respiró profundo antes de voltear, con la sonrisa menos falsa que pudo fingir. "¿Puedes soltar mi brazo? Por favor"
La pequeña rubia tragó saliva mientras aflojaba su agarre de a poco.
Jungkook retiró su brazo en un movimiento brusco antes de girarse y continuar caminando hacia los demás.
No pasó mucho para que finalmente se detuvieran en la bifurcación al final del pasillo, donde este se dividía en dos en direcciones opuestas.
"A partir de aquí comenzaremos" empezó Jimin con las instrucciones. Reacomodándose el gorro por enésima vez en lo que iba de noche. "Yoongi y yo exploraremos el-"
"Y Dahyun" añadió Jungkook. Si Park por un segundo pensó en soltar a ese ser en su equipo, lo llevaba claro.
Jimin rodó los ojos asintiendo. Se había olvidado por un segundo.
"Como decía. Yoongi, Dahyun y yo exploraremos el ala sur por el pasillo derecho. Así que eso los deja a ustedes con el ala norte a la izquierda" Taehyung murmuró un De acuerdo mientras Jungkook golpeaba impaciente el suelo con su pie. No veía la hora de poder estar a solas con su hyung. "Tenemos media hora para finalizar el juego. El grupo que primero termine espera al otro en el salón del primer piso"
"Si ocurre algo fuera de lo previsto, utilicen sus teléfonos" añadió Yoongi. "Todos lo trajeron, ¿cierto?"
"Sí, lo que sea" soltó el castaño. "¿Ya podemos irnos?"
"Sip. A partir de aquí, que ganen los mejores. O sea, nosotros, claramente" Jimin tiró de la parte trasera de la sudadera de Yoongi antes de girarse en sus talones. No sin antes mirar a la -posiblemente futura- parejita. "Buena suerte"
Gracias a la naturaleza poco disimulada de Park, Jungkook supo que con esa frasecita se refirió a algo más que el juego.
Miró de reojo a Taehyung luchando con la cremallera atascada de su chamarra, e involuntariamente formó un puchero.
Él también esperaba tener buena suerte esta noche. Es decir, Taehyung no podría estar tan ciego toda su vida, ¿verdad?
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