Cap.6: "¡Eso duele maldita nazi!"

Yoon Hana

Hey! ¿Por qué hiciste eso? Me estaba divirtiendo.-dije.

Porque no quiero que llegues tarde a tu casa y le causes otro dolor de cabeza al señor Yoon.-dijo y comenzamos a caminar en silencio.

Taehyung-ah! ¿Fuiste tú quien le habló al director de mí?-dije rompiendo el silencio.

Emm...¿Por qué lo haría? Tú misma me dijiste que bailar no es tu sueño-dijo.

Ni te esfuerces en mentir.El director me dijo que le hablaste muy bien de mí.-dije.

Oh! Me has atrapado. -dijo sonando tierno.

¡Amor!-gritó la voz tormentosa que ya estaba cansada de oír. Era Lisa de nuevo.
Esa zorra siempre decide aparecer cuando estoy hablando con Tae.

Ugh! Tú de nuevo.-dije rodando los ojos.
Te dejo con la señora gata de Maria Ramos.-agregué y me fui.

En el camino de regreso a casa noté que alguien me seguía, así que apresuré mis pasos. Todo estaba oscuro y no había un alma en la calle.

Si tan solo mi carácter no fuera este hubiera esperado a que Lisa terminara con toda su empalagosería con Tae y el me habría acompañado. Tengo un miedo de la ostia.

De repente comencé a sentir los pasos de aquel extraño apresurarse, entonces apresuré un poco más los míos.

¿Qué es esto? ¿Por qué me pasan estas cosas a mí?-murmuré mientras miraba hacia un lado y al otro con desespero.
Miré por encima de mi hombro y con disimulo comencé a sacar de mi bolsillo la pequeña navaja.

De buenas a primeras alguien se para frente a mí. Del susto caí al suelo pero, no sin antes afectarle un poco su brazo.

Ahhh! Eso duele.-gimoteó y al instante reconocí su voz.

Hey! Taehyung! -le grité. - Me has dado un susto de muerte bastardo.

Ah! Esa era mi intención.-dijo esbozando una sonrisa mientras con su mano se cubría su antebrazo y hacía muecas de dolor.

¿Qué te hice en el brazo? Déjame verte.-dije preocupada y me levanté a inspeccionarle la herida.

¿Después de que me hieres te preocupas? Woah! Eres una chica peligrosa.-dijo.

Si no me hubieras asustado. Nada de esto habría sucedido.-dije y le hundí mi dedo en la herida.

Hey! ¿Qué haces? ¡¡¡Eso duele maldita nazi!!-gritó y maldijo.

¡Te lo mereces!-dije y me agaché a recoger mis bolsas.

Déjame que te ayude.-Se ofreció.

No te preocupes, estás herido por culpa mía, yo lo puedo hacer sola.-dije.

Cuando recogí mis bultos comencé a caminar.

Sígueme.-le dije.

***
Entra. -le ordené.

De acuerdo.-entró y se quedó parado.

Siéntate en el sofá y espera a que yo vuelva.-le indiqué.

Subí al cuarto de baño y agarré el botiquín de primeros auxilios para luego ir hacia donde él estaba.

Quítate el abrigo.-le ordené.

De verdad eres una nazi. Solo das órdenes.-dijo pero me obedeció.

Más vale que te calles o sino esta nazi va a ser más cruel de lo que es. Agradece que no voy a utilizar tu grasa para hacer jabón.-dije.

Vertí un poco de alcohol en su herida y pasé el algodón por la zona afectada. -gimió un poco pero trató fingir estar bien.

Le unté un poco de pomada que le ayudaría con la cicatrización y soplé un poco sobre la herida.

Ya está. Solo falta la venda. -dije y comencé a enrollarla en su antebrazo.

Parecía pequeña pero creo que me pasé. Lo siento.-dije un poco apenada.

Vaya. Eres buena en esto de enfermería. Tu madre te enseñó muy bien.

Taehyung.

Mi madre no me enseñó. De hecho...No tengo madre...ella me dio a luz y se marchó con un fajo de billetes en la mano.-dijo con rostro inexpresivo.

Lo siento. No sabía. -dije apenado.

No tienes porqué ponerte así. ¿No es graciosa la historia de mi nacimiento? -dijo mirando hacia el suelo mientras esbozaba una sonrisa tristona.

¿Sabes? A mí no me parece nada gracioso. -le dije colocándole el dedo en el mentón para que me dirigiera la atención.

Una lágrima rodó por su mejilla al verme a los ojos.

Lo...Lo siento. He terminado. Ya puedes irte.-dijo enjugándose la lágrima, que había dejado un rastro húmedo en su mejilla, y se puso en pie para comenzar a caminar hacia la puerta. Le abracé por la espalda y coloqué mi cabeza en su hombro mientras aspiraba su dulce fragancia.

Lo siento por mencionar algo que no debía y...gracias por curar mi herida.-le susurré en el oído y noté como la frágil piel de su cuello se comenzaba a erizar.

Ya vete. Es tarde y tu novia idiota te debe estar esperando-dijo y se apartó de mí.

¿Celosa?-pregunté con una inevitable sonrisa dibujada en el rostro.

Para nada.-dijo. Creo que te tienes en mucha estima.-dijo y sonrió.

Como no tienes idea.-respondí.

«Hana es solo fachada. Aparenta ser una chica fuerte y animada pero algo me dice que en el fondo es muy frágil y emocional. La he estado observando durante un tiempo y me he dado cuenta de eso. Cada vez me entra más curiosidad por saber de ella.»

Bueno. Ya que me botas...entonces me voy.-dije y salí, no sin antes dejar un beso en su mejilla.

Hey!-gritó.

Cuando me di la vuelta me encontré con los ojos penetrantes del señor Yoon, quien me miraba con cara de pocos amigos.

Oh! Tae! ¿Qué haces aquí tan tarde en la noche?-dijo con un tono un poco raro.

Acompañé a Hana hasta casa puesto que es muy peligroso que una chica como ella ande sola en la oscuridad de la noche.-argumenté.

Ah! Ya veo. Cuídate y dile a tu madre que mañana paso por su trabajo.

De acuerdo.-respondí.

Yoon Hana.

A la mañana siguiente me levanté bien temprano como de costumbre, a hacer mi rutina matutina.
Cepillarme los dientes, lavarme la cara y salir a correr un rato.

Me puse mi sudadera, metí mi celular en uno de los bolsillos del pantalón y me puse unos audífonos.

***

Mientras me ejercitaba por el barrio sentí que alguien tocó mi hombro, por lo que me detuve y quité uno de mis auriculares.

Dígame...-me giré para ver quién era.

¿Eres de por aquí?-preguntó un chico alto con rasgos americanos, pero con ojos asiáticos. (Algo no muy común en Corea)

Sí querido. ¿Y tú eres?-pregunté.

Oh! Perdón, mi nombre es Vernon. Me mudé hace unos días a la casa que ves allá.-apuntó con el dedo.

Ah! Ya veo. Así que eres nuevo en el barrio.-concluí.

Sip... Desde que llegué te veo correr todas las mañanas. He intentado hablarte pero siempre llevas tus audífonos puestos, por lo que nunca me escuchas cuando te llamo. Pareces de mi edad.-dijo.

Oh! Hablas muy bien el coreano para ser americano.-dije.

Ah! Todos me lo dicen. Mi padre es coreano y mi madre estadounidense. Nací en los Estados Unidos pero me mudé junto a mi madre a Corea cuando tenía 5 años.

Ah! Ya veo. Un placer conocerte guapo. Mi nombre es Yoon Hana, vivo a dos casas de la tuya y bueno...respondiendo al comentario que hiciste antes, tengo 19 años. ¿Tú?-pregunté.

Ummm...Me temo que soy mayor que tú. Tengo 21 años.-respondió.

*Nota de la autora.*
(Háganse la idea que Vernon tiene esa edad. Es necesario que tenga 21)

¿También haces ejercicio en las mañanas?- le pregunté mientras comenzaba a trotar.

Sí. ¿Por qué no corremos juntos de ahora en adelante?-preguntó uniéndose a mi marcha.

Me parece buena idea.-le dije.

***

En la escuela...

Alumnos hoy tendremos a una nueva estudiante de transferencia.-dijo el profesor invitando a pasar a la chica de cabello rubio platino.

Ugh! Es la gatica de Maria Ramos.-dije en un siseo y rodé los ojos cuando vi su rostro.

¿La conoces?-susurró Jungkook en mi oído.

Por desgracia sí.-respondí.

Jungkook no pudo evitar soltar una carcajada ante mi comentario.

Alumno Jeon Jungkook. Vamos a ver si hacemos silencio.-regañó el profesor y al notar Lisa mi presencia, su cara se arrugó como una uva pasa.

Hola a todos mi nombre es Lisa, espero que me cuiden de ahora en adelante.-murmurando imité su voz y Jungkook quien estaba a mi lado comenzó a reír por lo bajo.

Hey! Creo que esa mirada de muerte va dirigida hacia ti Hana.-susurró Jungkook.

Sí...Creeme, la zorrita esa me odia desde el día en que me vio hablando con Tae. Creo que piensa que entre Taehyung y yo puede pasar algo más.-dije.

¿Quieres que te diga algo?-preguntó.

Uhumm! ¿Qué es?-cuestioné curiosa.

Desde el momento que Tae nos la presentó a ninguno de los chicos le agradó tampoco. La tipa es una perra loca.-dijo y esta vez tuve que reír yo.

Entonces no es a mí a la única que le cae mal esa engreída.-dije cuando volví a recuperar el aire que había perdido riéndome.

Nop.-respondió.

***
Sonó el timbre.
Me levanté tan rápido que no noté que la gata de Maria Ramos estaba a mi lado, por lo que me tropecé con ella y derramó su café latte en mi uniforme.

Hey! ¿Padeces de miopía o qué? ¿A caso no miras por dónde caminas?-grité exaltada.

Ups! Lo siento. Eres tan insignificante que ni te noté.-dijo y soltó una risita fastidiosa.

Ha!-jadeé y sonreí de lado.

Te salvas que eres la novia de mi hermanastro, sino hace rato te hubiera cogido de esas greñas rubias que tienes y te hubiera utilizado de escoba para barrer la escuela.-dije y Jungkook tiró de mi brazo para que cortara el rollo.

Mejor me voy antes de que mi paciencia se agote por completo.-dije y sin esperar por Jungkook, salí del aula directo para el baño.

Aish!-maldije y despeiné mi cabello.

¿Qué te sucede?-preguntó una voz detrás de mí.

Me giré y encontré a una chica estatura mediana con grandes ojos, mirándome fijamente.

¿Qué no ves? Mira el desastre en el que se ha convertido mi blusa de uniforme, todo por culpa de esa perra de Lisa.-le respondí todavía un poco malhumorada.

Oh! Si quieres te presto una mía. Hoy traje una de más. Ten, tómala.-dijo un poco intimidada.

No era necesario que lo hicieras...pero igual, gracias.-dije

Cuando me cambié la blusa y lavé la mía, volví mi atención hacia ella y comencé con mi cuestionario.

Por cierto...Aún no te he preguntado tu nombre. ¿Cuál es?-pregunté.

Ah! Perdón por no presentarme. Mi nombre es Yerin.-dijo.

«Su nombre me resulta familiar pero no sé dónde lo he oído antes.»

El mío es Hana. -sonreí alegre.

¿Hana? ¿Acaso eres Yoon Hana?-preguntó ella un poco sorprendida.

Sí, pero...¿Cómo es que sabes mi apellido?-pregunté.

¿No te acuerdas de mí? Soy tu amiga de la infancia.-dijo.

Miré hacia arriba intentando recordar hasta que me acordé.

Ah! ¿ La gordita a la que le hacían bulling y yo la defendía?-pregunté sin pensar antes.

«Ash! Hana! Es verdad lo que dice Tae. Debes trabajar más con tu filtro Cerebro-Boca

Sí...Soy yo.-respondió con una sonrisa pero en su rostro noté algo de decepción.

Me di un pequeño manotazo en la boca y me maldije nuevamente por no aprender de una vez por todas a pensar antes de hablar.

Woah! ¡Cómo has cambiado! ¡Qué bonita estás! Casi ni te reconozco. -dije.

Ah...Gracias. Tú también te has puesto muy hermosa-dijo y esta vez su rostro se iluminó.

Vamos por algo a la cafetería, así hablamos un poco más.
De acuerdo.-afirmó y empezamos a caminar hacia la cafetería.

Hey! ¿Cuándo fue que te transferiste para acá?-pregunté.

Desde 1er año estoy aquí pero soy tan insignificante que nadie me nota.-dijo y agachó la cabeza.

Oh! Perdón...Es que yo casi nunca vengo al cole y si vengo siempre ando con mi locura y eso.-dije.

Lo sé. Te he estado observando por años pero no sabía que eras Yoon Hana.

¿Entonces por qué me observabas ?-pregunté.

Porque admiro tu actitud fuerte para enfrentar las cosas. Odio ser débil y vulnerable. -dijo.

***
Tocó el timbre de salida y fui a buscar a Yerin a su aula.

«Tal, y como lo imaginé...Todos la ignoran y ella solo se conforma con eso.»

Entré al aula y al instante los chicos comenzaron a silbar. Algunos me entregaron papelitos con proposiciones sucias. Los rompí y lancé al suelo.
Caminé hasta el fondo del aula y levanté por la mano a Yerin de su silla indicándole que me siguiera. Todos dirigieron la atención hacia nosotras y salimos.

En la puerta de salida pude ver a Lisa en una sesión de besos con Taehyung. Se podría decir que se estaban comiendo delante del colegio.
Al parecer hoy a él se le había antojado venir a recogerla. Una sensación rara se apoderó de mí y me paré en seco. Yerin me miró preocupada.

¿Qué sucede?-preguntó.

Nada. Sigamos.-cerré bien fuerte mis puños y seguí caminando.

Hey! ¡Espera!-gritó Jungkook.

Me detuve.

¿Vas a la academia hoy?-me preguntó ignorando la presencia de Yerin.

Jungkook por cortesía deberías de saludar a la persona que está a mi lado.-le indiqué.

Oh! ¡Perdóname! ¿Cómo no pude ver a tan preciosa chica?-dijo y le guiñó el ojo.

Hey! ¡Creía que yo era la más bonita para ti! ¡Estoy celosa!-dije en broma y le di un golpetazo a su hombro.

Tú eres la segunda más hermosa para mí, no te pongas así.-dijo tirando de mis mejillas.

Yerin...Perdónalo, el suele jugar muy pesado en ocasiones.-le indiqué a ella.

¿Sois novios?-preguntó.

Oh! No! Para nada. Solo somos muy buenos amigos.-dije

Ah! Ya veo.-dijo.

Días después...

Hija...A partir de hoy vamos a vivir en casa de la madre de Taehyung.-dijo papá.

¿Qué? ¿Y que va a suceder con esta casa?-grité.

La venderé.-dijo papá.

¿Estás loco? Yo me voy a quedar aquí. No voy para ningún lado.-refuté.

Si fueras un poco menos alocada y rebelde te dejaría viviendo en la casa. Pero como no lo eres, temo que un día llegue a casa y ya no esté.

Yo no quiero vivir enganchada de nadie, yo no soy como tú, arrastrado y sanguijuela. Quiero mi casa.-exigí.

¿Qué has dicho?-levantó la mano por primera vez en la vida para pegarme y se detuvo cuando se percató de lo que estaba por hacer.

¿Me ibas a pegar?-le pregunté con indignación y las lágrimas quemaron la parte trasera de mis ojos. El típico ardor en la nariz también apareció.

No...este...Hana. No era lo que yo ...-recogí mis cosas y salí enfurecida dejando que sus palabras las ahogara el vacío.

Hey! GoHara! Vamos a beber-llamé por teléfono a mi amiga.

Ella como siempre, estuvo de acuerdo.

En el puesto de bebidas...

¿Qué te sucede? Solo me llamas para beber cuando estás estresada.-dijo.

No hables más y solo compra de una vez la maldita bebida.-ordené.

Si no te quisiera tanto ya te hubiera partido esa cara hermosa que tienes. La forma en la que me hablas no es broma.-dijo abriendo bien grande la órbita de sus ojos color ámbar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top