Cap.25: Rompiste mis medias.

                *NOTA*                                  

Dije que este sería narrado por Hana y Tae, pero también lo va a ser por Gyuri, Jimin, Jungkook.

Min Gyuri.

Creo que me gustas.–dijo Jimin si apartar la mirada de mí.

Mi corazón comenzó con su carrera de relevo y mis manos comenzaron a sudar frío. Me quedé sin habla. Estaba tan feliz que no sabía como expresarlo,así que la mejor opción era mantener mi cara de shock.

Jimin acortó la distancia.

Jimin...–dije susurrando contra sus labios.

¿Qué sucede?–preguntó devolviéndome el susurro.

Yo...Yo estoy...–trastabillé. Estoy...Mareada.–dije y caí al suelo porque sus brazos no fueron lo suficientemente ágiles como para sujetarme antes de caer.

¿Estás bien?–preguntó tomándome de los hombros para que lo mirara.

Sí. Es solo que...Yo.–hice una arcada y de ahí en adelante todo se volvió negro.

***
Jimin y yo estábamos en el cine. Tomados de la mano estábamos viendo una película de Brad Pitt. Ni siquiera sé el nombre.

Jimin fue acercándose poco a poco a mí y yo giré la cabeza tan rápido que terminé besándolo.

De ser un beso inocente pasó a ser uno más intenso. Con mordidas, lengua y succión.

Deslizó su cálida lengua a través de mi cuello y Pollie ladró.

«Espera, ¿qué? ¿Pollie? ¿Qué hace Pollie aquí

Fui abriendo los ojos lentamente, para adaptarme a la claridad del día.

Lo primero que vi fue la lengua de un canino goteando saliva. Comenzó a lamer mi cara. Luego mi cuello, mis brazos.

Basta Pollie. Hace cosquillas.
Me moví de un lado a otro quejándome hasta que choqué con algo más duro.

Pollie ladró y se bajó de encima mío para brincar hacia el otro lado.

Caí en cuenta después. Estaba en casa de Jimin.

«¿Qué hago en casa de Jimin? ¿Cómo terminé aquí? ¿Qué estoy haciendo en su cama?  ¿Por qué llevo puesta su camiseta? ¿Por qué su torso está desnudo

Tenía tantas preguntas.

Gosh! Oh amor basta.–dijo sonriendo, aún con los ojos cerrados.

Me reí al ver su cara. Parecía que también soñaba.

Abrazó a Pollie y esta lamió el lóbulo de su oreja.

Aiggo! Basta niña traviesa. Gyuri. No seas así.–dijo y comenzó a abrir los ojos luego de que Pollie ladrara.

¿Pollie?–preguntó al ver bien el rostro de su mascota.

¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste?–interrogó al animal como si le fuera a dar una respuesta.

Se levantó para llevarse al animal sin darse cuenta aún de que yo estaba a su lado. Siempre se levantaba desorientado.

¡Buenos días!–dije mirándolo con los brazos en jarra.

Se giró bruscamente en busca de mi voz.

¿Gyuri? ¿Qué...qué haces aquí?–preguntó.

Eso quiero saber yo.–dije y me quedé en shock al verlo bien.

Dejé de comérmelo con la vista debido a que su tableta de chocolate estaba expuesta (alias: abdomen) y regresé a la Tierra.

Ah! Verdad.–chasqueó los dedos como si se hubiera acordado de todo lo sucedido.

¿Me puedes explicar qué hago en tu casa? ¿Por qué estoy usando una camiseta tuya? ¿Y por qué no llevas camiseta puesta?–pregunté en carrerilla.

La respuesta es más que obvia, ¿no?–preguntó alzando una ceja.

¿Intimamos?–pregunté abriendo los ojos como platos.

Comenzó a carcajearse como si algo lo hubiera poseído repentinamente.

Yah! ¿De qué te ríes? Esto no da nada de gracia.–dije haciendo un puchero.

Primero que todo déjame llevar a Pollie a abajo. Ve a darte un baño, tu ropa está sobre la lavadora. Luego de desayunar te explico todo.–dijo muy sereno y salió de la habitación.

Hice lo que él me dijo.

Yoon Hana

Desperté como de costumbre, con Taehyung a mi lado. Dormía como un bebé abrazado a mi cintura. Hice un intento por levantarme pero él me agarró más fuerte, todavía tenía los ojos cerrados.

Quédate un rato más a mi lado.–susurró con esa voz ronca, entrecortada y matadora que tiene en las mañanas.

De acuerdo.–dije y besé cortamente sus labios.

El sonrió de lado sin abrir los ojos y se pegó más a mí.

Ayer fue una noche genial.–dijo y suspiró.

Se preguntarán qué fue lo que pasó anoche. ¿Taehyung y yo peleamos?

Antes de ir a casa de Gyuri para llevarla a la discoteca Hara nos llamó.

Flashback 

Necesito que actúen. –dijo nada más contesté el teléfono.

¿A qué viene eso Hara? Nosotros no somos actores y no estamos interesados en hacer un casting.–dije.

¿Yo mencioné algo de un casting?–bufó.

Como sea. Algo te traes en mente. ¿Qué es lo que necesitas?–pregunté.

Bueno. Yo solo quiero ayudar a Gyuri con Jimin.  Ya sabes que ella aún está enamorada de él.–dijo.

Eso lo sé. ¿Cuál es el plan?–cuestioné y puse en altavoz mi teléfono para que Tae pudiera escuchar.

Bueno. Yo la invité a la disco.–dijo.

¿Y?–preguntó Taehyung.

No seas apresurado.–protestó mi amiga.

Bien. Conociendo a Gyuri, ella te va a contactar para que la ayudes con su vestuario. La que más sabe de moda eres tú.–dijo.

Ajá. ¿Qué más?–pregunté.

Tú vas a ir con Taehyung a recogerla para llevarla a la disco.–dijo.

Wao! ¡Qué plan! ¡Estoy sorprendida!–escupí con sarcasmo.

Cállate tonta y deja el sarcasmo hiriente. Aún no termino.–protestó.

Taehyung comenzó a reír.

Bien. ¿Recuerdas que Gyuri tiene un Wii en casa?–preguntó.

¿Un Wii? ¡Genial!–gritó Tae eufórico.

Por lo que veo el plan va a dar resultado.–dijo Hara.

El tema es que vas a dejar a V jugando en el Wii para que se entretenga mientras tú ayudas a Gema con la ropa. Antes que ella baje, lo vas a hacer tú. Vas a donde Tae y le desconectas el atari. Ahí montan teatro e inventan el guión. Taehyung! Tienes que fingir estar muy enfadado con Hana. Ella se va a poner más histérica que tú y se va a marchar. Tú haces como que estás muy frustrado por su comportamiento y la sigues porque no la quieres perder. Luego se van y dejan a Gyuri ahí.–dijo.

Todo eso está muy bueno. ¿Pero se te olvida que Gyuri tiene auto? Aunque no la llevemos nosotros, ella puede ir por sus propios medios.–dije.

Ya me encargué de eso. Averié su auto. No lo va a poder utilizar.–dijo y comenzó a reírse como si fuera una mente maestra. Como si su plan fuera lo mejor del mundo.

Nada más ustedes se vayan me deben de llamar. Yo la llamo a ella y le invento que estoy ocupada y que no la puedo llevar conmigo. Ese es el momento en que le sugiero llamar a Jimin y listo. Aunque ella no quiera lo voy a llamar. El resto queda por parte de ellos dos. En eso si no nos metemos.–agregó.

De acuerdo. Taehyung y yo haremos eso.–dije.

Yah! No me agrada la idea de que Hana me desconecte el wii mientras juego pero si es para ayudar a mis amigos todo está bien.–dijo Tae inflando las mejillas y haciendo un tierno puchero, con lo que se ganó que le plantara un beso sonoro en la mejilla.

No sé si Gema se va a creer todo el teatrillo pero lo vamos a intentar.–dije.

Así se habla chicos. Nos vemos en la disco. Bye.–dijo y colgó.

Fin del Flashback

Al parecer Gyuri se lo creyó todo y el plan salió de maravilla porque llegó con Park Jimin a la discoteca.

Luego  de bailar un poco Taehyung y yo desaparecimos. Lo encendí con mi baile “seductor” y la ropa que llevaba puesta.

Las fantasías sexuales de Tae siempre han sido las medias. Ya sean de mallas o largas hasta los muslos. Así que volvimos a casa e hicimos cosas no aptas para menores.

Blanck Tae! Tengo que levantarme ya. Hoy tengo clases.–dije y besé su frente.

Me levanté con la colcha envolviendo mi torso y agarré la camisa de Tae que estaba tirada en el suelo, para luego entrar al baño.

Kim Taehyung

Mientras Hana estaba en el baño me dispuse a bajar para hacer el desayuno. Es ella la que casi siempre lo hace, así que es mi turno de prepararlo para ella.

Abrí la nevera y tomé una botella de agua. Luego de acabarla por completo me puse en función de la cocina.

Mhm! ¡Huele bien!–exclamó Hana mientras bajaba las escaleras.

Me abrazó por la cintura y plantó un beso en mi espalda desnuda.
Su repentina acción me erizó por completo. Su naricita estaba fría y sus labios húmedos.

Amor no hagas eso si quieres desayunar y llegar temprano al colegio.–dije sonriendo.

¿Qué cosa no debo hacer? ¿Esto?–preguntó y volvió a besarme, pero esta vez fue en el costado del cuello.
Me la imaginé poniéndose de puntitas para alcanzarme y me enternecí. Me giré sobre mis talones,dejando de prestarle atención a la carne asada, para mirar a la señorita Yoon, alias: provocativa.

Hana! Me estás asustando. Ahorita puede que te vuelvas ninfómana, y todo por mi culpa. ¿Quién me manda a ser tan bueno en la cama?–dije sobre actuando mientras ponía una mano en mi pecho y con la otra fingía que me secaba las lágrimas inexistentes de mis ojos.

¡Tonto!–dijo y rodó los ojos.

Puso su típica cara de asco y luego se alejó de mí para subirse a la isla de la cocina. Agarró una tostada y se la llevó a la boca.

Tae!–me llamó con voz acaramelada.

¿Qué sucede cariño?–pregunté.

Ayer rompiste mis medias de malla. Son las únicas que tengo y les abriste un agujero.–protestó e infló las mejillas. Era lindo verla actuando como una niña pequeña con rabieta.

¿Quién te manda a tener un cuerpo tan provocativo? ¿Quién te manda a ponertelas? No pude evitarlo. Estabas torturando a mi cabeza y a mi jodido pene.–dije y me mojé los labios para luego morderlos cuando recordé la imagen de Hana con medias de malla.

¿Vas a empezar con las palabras sucias? No me voy a calentar por eso, si es lo que quieres conseguir.–dijo cruzándose de brazos.

Anda. Ve a sentarte a la mesa. Ya el desayuno está listo.–dije.

Cuando regreses hoy de ver a tu hermana Yerin prométeme que vas a ir a comprar unas medias nuevas para mí.–dijo y  frunció los labios en un tierno puchero.

De acuerdo pequeña.–concordé.

Le despeiné el cabello con la mano y sonrió como una niña cuando le dan su juguete preferido.

Wah! Me encanta. Tae! Tienes unas muy buenas habilidades culinarias. ¡Está genial!–soltó un gritito de fangirl y volvió a tomar del jugo de naranja.

Cuando acabó de desayunar subió a la velocidad de la luz por las escaleras, y se metió a su habitación.

Al rato salió con el cabello recogido en una coleta, su uniforme puesto y su mochila al hombro.

¡Adiós preciosa!–susurré en su oído y luego besé su mano.

Agitó su mano desde la puerta y me sonrió.– Mhm! ¡Adiós!–dijo y se marchó.

Min Gyuri.

«¡Asco de vida! Tuve que emborracharme la noche anterior, y por si fuera poco, vomitarle encima. Ash! Soy una cerda.»

Más avergonzada no podía estar. Sentía el peso de la mirada de Jimin sobre mí, pero no me atreví a mirarlo. Prefería refugiar mi evidente vergüenza detrás de mi cortina de pelo.

Terminé de tomar el batido de arándano con un fuerte ruido y me levanté de la silla con tanta rapidez que está cayó al suelo provocando un gran estruendo.
Me incliné para recogerla bajo la mirada atenta del trigueño, lo cual hizo que me volviera más torpe aún.
Conseguí, no sé de qué manera, enredarme con mis propios pies y perder el equilibrio.

¿Estás bien?–preguntó Jimin, quien me sujetaba por la cintura  al más puro estilo dorama.

Me mordí mi labio con nerviosismo al sentir su respiración tan cerca de mi rostro. Miré a sus labios, me parecían tan apetecibles que, tuve que desviar la vista hacia sus ojos para evitar cometer una locura y no parecer una loca para Park Jimin. Cuando lo conocí, a él le parecían raras las chicas que se le insinuaban y las detestaba.
Ahora es todo lo contrario, pero simplemente no está en mí tomar la iniciativa de las cosas.
El silencio sepulcral e incómodo  entre ambos se apoderó del momento.

«Me pregunto si podrá escuchar el martilleo constante de mi corazón contra mis costillas.»

Yo...Lo...Lo siento. Tengo que irme. Dentro de poco tengo que ir a una entrevista de trabajo. Estoy tarde.–dije y me alejé de él como pude.

Agarré mi bolso y antes de salir por la puerta el peli-negro me agarró la mano.

Su mirada parecía ansiosa
–¿No recuerdas nada de anoche?–preguntó.

A parte de lo que me hiciste recordar, no. No me digas que hice algo peor.–exclamé poniéndome las manos en la cima de la cabeza de forma exagerada.

No te preocupes.–dijo y me comenzó a soltar poco a poco mientras yo disfrutaba del leve contacto que sus dedos dejaban al deslizarse por la piel de mi mano.

Me volví a dar la vuelta y me marché sin más. Comencé a caminar, por no decir correr, hacia la estación del metro.

Jungkook

Después de haberme pasado el día anterior entero con Yerin, sin lograr que hablara algo conmigo estaba tan agotado mentalmente que, no quería ni venir a la escuela. Si no fuera porque mi madre me levantó vertiendo un jarro de agua fría sobre mí, no habría venido.
Al sonar la campana que daba inicio a la primera clase, historia de Corea, mi cabeza golpeó instintivamente la madera de la mesa. Era como si al sonar el timbre Jungkook perdiera la conciencia.
Así pasaron dos horas hasta que la campana volvió a sonar y sentí el sonido de las sillas arrastrándose por todo el lugar. Jungkook volvió a despertar. Estiré mis brazos, flexioné un poco mi espalda, y lo siguiente fue levantarme de mi asiento.

«Próxima clase: Mates. Había que fugarse»

Hey! ¿A dónde vas?–me sobresaltó la voz de una chica, así que no pude evitar dar un brinco.

Eres tú Hana. ¡Joder que susto!–exclamé poniendo ambas manos sobre mi pecho y solté un suspiro.

¿Qué estás tramando pequeña rata?–preguntó y fruncí el ceño. Odio cuando me llaman así.

Nada. Las clases me aburren así que mejor me piro. De todas formas, cuando vaya a la tienda a comprar algo no me van a pedir que calcule las combinaciones de las ropas tomadas 3 a 3, 10 a 10, y esas mierdas como la variación, la permutación, la probabilidad y blah blah blah.

Hana empujó mi hombro con cierta delicadeza.– No parece que te guste pero lo captas muy bien.–dijo haciendo una mueca graciosa.

Ya déjame. Mejor me voy antes de que llegue el profesor Hwang.–dije y eché la mochila al hombro.

Hana se encogió de hombros.–Como digas.–dijo e hizo un gesto con la mano indicando que le restaba importancia a lo que yo hacía. Bien sabía yo que no. Aunque Hana parezca una chica despreocupada, en realidad, le presta mucha atención a cada detalle. Hasta el más insignificante.

Cuando estaba a punto de salir entró el bendito profesor.

¿Me podría decir para donde va usted señorito Jeon Jungkook?–preguntó.

Que no soy señorito, ya soy un hombre. Perdí la virginidad hace dos años.–quise decirle pero me mordí el labio inferior para evitar soltar algo indebido, y que como resultado me enviaran al despacho del director.

Fingí inocencia.–Voy al baño.–dije en un tono bajo, pero lo suficiente alto como para que me escuchara.

¿Va hacia el baño con la mochila?–preguntó dubitativo.

Escuché una risita y busqué con la vista hasta encontrar a una Hana roja como un tomate y a punto de llorar de la risa. Me miraba como diciendo. “Te han pillado por tonto. ¿Cómo se te ocurre decir que vas al baño cuando tienes la mochila al hombro?”

Es que tengo cosas de suma importancia  dentro.–dije.

Como sea. Vuelva a su asiento y espere hasta la hora de recreo para ir al baño.–dijo apuntando hacia el puesto que yo había dejado vacío.

Odio las clases de matemáticas. Me dan dolor de cabeza, cosa que me lleva al sueño. Historia es como un sedante o una nana para dormir. Aunque intentes permanecer despierto y atender los párpados comienzan a pesarte y caes poco a poco en un sueño profundo.
Bueno, me pasa con todas las asignaturas menos con artes plásticas, música, educación física y baile. Soy bueno en esas, y me gustan.

En algún momento de la clase me quedé dormido como siempre, y el profesor me pegó con el puntero en la cabeza y me mandó a resolver el ejercicio en la pizarra.

Por suerte me lo sabía y lo hice correcto. El calvo me miró como si fuera una especie de alienígena  y me tuve que contener las ganas de sacarle los  dedos corazón de ambas manos y decirle “Toma calvo de mierda”.

Después de esa clase tediosa volvió a sonar el timbre. Esta vez sí era del receso.

Todos los alumnos salieron como animales del aula y Hana me tocó el hombro justo cuando iba a salir.

Hana! ¿No tienes a alguien más a quién joder?–pregunté con cara de hastío.

Nop. Hara no ha venido y Namjoon tampoco. Supongo que deben estar pasando los efectos de la resaca, juntos, bajo las sábanas de la cama de alguno de los dos. Tae va a ver hoy a Yerin y no le quiero distraer.–dijo ladeando la cabeza.

Me parece querido, que me vas a tener que soportar hasta la hora de salida.–dijo.

Qué remedio.–fruncí los labios y rodé los ojos.

¿Ayer estuviste el día entero con Yerin?–me preguntó.

Asentí y le dediqué una sonrisa ladina.–¿Celosa?–pregunté.

Ya quisieras.–dijo y sonrió.

¿Cómo está? ¿Ha dicho algo?–preguntó. Su expresión era de una persona realmente preocupada.

No. Se ha negado a decir algo y rechaza el contacto con cualquier hombre. Se ha cerrado en sí por completo y lo único que dice es que está bien aunque, claramente no lo está.–respondí.

Eso está mal. Hay alguien que le esta haciendo todo eso y que por demás la amenaza.  Debemos averiguarlo.–dijo Hana  poniendo la cara de los muñes de Angry Bird.

Claro que sí lo vamos a averiguar. Eso no se va a quedar así.–dije apretando fuertemente los puños a mis costados.

Vaya. Con los músculos del cuello tensos y la mandíbula bien apretada hasta pareces ya un hombre.–dijo.

Siempre lo he sido Hana.–resoplé y la arrastré por la mano hasta la cafetería.

Sellarle la boca con comida era la única forma de poder encontrar paz por un corto lapsus de tiempo.












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