Para Amy
Al llegar a la escuela después de una larga noche de insomnio, sigo pensando en Lizy y en lo que me ha dicho el día de ayer. Lo cierto es que tiene razón, estamos en esta época en la que simplemente no podemos dejar de pensar en aquel que se ha ido. Rayos, ¿por qué le tuvo que pasar esto a mi familia?
Enjugándome las lágrimas de dolor en la sudadera de Amy, llego hasta su casillero en busca de los libros que necesito ahora. Pero al abrirlo descubro una nota. Claro que me sorprendo pues esta nota no va dirigida a mí sino a ella, pero aún así la tomo entre mis manos y la leo. Quisiera saber ahora a qué problema tendré que enfrentarme.
Sólo quiero que sepas que no tienes la culpa de no amarme, he llegado a conclusiones que evidentemente eran más que imposibles. Ahora tengo que decirte que aprenderé a seguir aunque no sepa cómo hacerlo, pues tampoco fue mi culpa haberme enamorado de ti aquella tarde de verano. Sin embargo ayer alguien muy sabio me dijo, que no puedes obligar a alguien a quererte.
Muy confundido por las palabras que he leído, guardo la nota en mis pantalones pues tengo que enseñársela a Amy. Alguien acaba de decirle que le rompió el corazón. ¿Habrá sido ese chico con el que siempre está? En fin, llego tarde a clase.
Oh no, las semanas de evaluaciones están a punto de iniciar y la profesora de física nos ha dicho que en una semana tenemos examen, en serio espero no reprobar y arruinarle la materia a Amy. De repente pienso en aquella clase, en la que debatimos y reprobamos. Es verdad, aún tenemos que pensar en el concurso. Que tragedia.
Cuando llego al casillero de Amy a dejar algunos libros alguien me toca el hombro. Al darme la vuelta veo a Amy en mi cuerpo, parece un poco nerviosa pero siempre lo está.
—Hola Adrian —me saluda en voz baja mientras evita mi mirada. Y claro que no lo puedo pasar por alto.
—Hola Amy, ¿todo bien? —pregunto regresando la mirada al casillero para buscar lo que necesito.
—De hecho no. Quisiera decirte algo muy importante —menciona y escucho como su voz se ahueca por el casillero abierto.
Y al pensar en esta mañana cuando vine al casillero recuerdo la nota. Por lo cual la saco de mi pantalón y se la extiendo.
—Yo también tengo algo importante que decirte. Esta mañana encontré una nota en tu casillero. Si yo fuera tú, evitaría andar rompiendo corazones. —Mi broma que es demasiado tonta me hace reír pero veo que la cara de Amy sigue inexpresiva.
—Bueno, no te preocupes, quizás no era para mí. —Noto como se niega a tomar la nota y leerla, pero yo se la pongo en la mano.
—Primero tienes que leerla y disculpa si también lo hice, es sólo que por ahora soy tú y si algún chico llegará a reclamarme, quisiera estar enterado del asunto. Por eso dale un vistazo y dime qué debo hacer. —Amy desdobla la nota pero sólo la ve un segundo.
—¿Puedes tenerla contigo? —pregunta mientras mira la nota. Entonces me la extiende y claro que la acepto evidentemente. Ella es demasiado extraña.
—Claro —digo con una sonrisa—. Por cierto, ¿qué me ibas a decir?
Amy se sobresalta un poco y lleva la mirada a la mía. Al fin puedo verla a los ojos. Que bueno porque no me gusta tener que hablar
—El miércoles es el aniversario de la muerte de... de tu padre y... sólo quería que lo supieras. Nos iremos después de clases, pasaré por ti a las cuatro. Ya le dije a tu madre que quería que "Amy" —eleva los dedos haciendo comillas en el aire—, que Amy nos acompañe. ¿Te parece bien? Sólo quería decirte que... es que no sé cómo decírtelo pero lo siento.
"Lo siento", sus palabras comienzan a retumbar en mi cabeza y eso no es cierto, ella no lo siente, nadie sabe lo que hay en la cabeza de los demás. Ella no lo siente.
—Muy bien, le diré a tus padres —sentencio mientras siento mis mejillas rojas, no sé si siento enojo o vergüenza pero estoy sonrojado.
—Jenny les pedirá permiso a mis padres. —Me llama mucho la atención cómo menciona a mi madre por su nombre... me suena raro saliendo de mi voz.
—Está bien.
—Está bien. Bueno, ya me voy, cuídate Adrian —anuncia la chica que vive ahora en mi cuerpo.
Y cuando da un paso lejos de mí, aparece alguien que extrañaba demasiado. Sin embargo no dejo de sentir el dolor en el pecho, sin querer Amy ha abierto una herida que aún no sana dentro de mi corazón.
🌸______________🌸
Nota de la autora:
Hola mis bellas constelaciones, vengo aquí una vez trayéndoles un episodio más de Crush. Creo que cada vez vamos conociendo más a nuestros personajes, sobre todo vemos el lado vulnerable y sensible de Adrian, pobre chico.
Yo sé que durante esta pandemia muchos de nosotros hemos perdido a uno de nuestros seres queridos. Y como dice Adrian, no sabemos lo que de verdad duele hasta que nos sucede, por eso los invito a que se desahoguen todo lo que tengan que hacer. Superar no significa olvidar, solo significa que van sanando poco a poco. Además no esperen que ocurra de la noche a la mañana, el duelo puede extenderse incluso hasta los años.
Apocalipsis 21:4
Sigan cuidándose por favor.
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