La guerra se declara
(Escuchar canción en multimedia)
Adrian Cassavets
Después de que ayer escuché a Amy tocar el chelo, no pude dejar de pensar en ella. No sé qué me ha hecho, no sé qué clase de cosa me hizo pero me ha... ¿cautivado? Sí, incluso me dieron muchas ganas de llorar.
Entonces se escucha el timbre en toda la casa. Bajo corriendo de la habitación de Amy y yo le digo a su madre que abriré pues sé quién es. Y cuando abro la puerta no puedo evitar sonreír.
—Hola Amy —susurro pues su madre está en la cocina.
—¿Quién es querida? —me pregunta su madre. Así que le guiño el ojo a la verdadera Amy y grito.
—Es Adrian mamá, vamos a ensayar para el concurso. —Amy saluda a su madre y nos permite ir a mi casa para que podamos ensayar.
Ay no mamá de Amy, si tan solo supiera que en realidad yo vivo en el cuerpo de su hija. Si tan solo ella supiera que tiene en su casa a una total extraña.
Así que tomo el chelo de Amy y junto a ella camino hasta mi verdadera casa. Ahí es en donde la chica que vive en mi cuerpo tiene mi guitarra. Tenemos que ensayar porque en realidad ayer solo fue una prueba. Aún nos tenemos que decidir por lo que haremos pero tenemos algunas ideas.
Cuando llegamos a mi casa, veo a mi madre en la cocina. Al darse cuenta de mi presencia sale corriendo y me abraza.
—Hola Amy querida, ¿cómo has estado? —No puedo evitar sentir mucha nostalgia mientras mi madre me abraza. De verdad la sigo extrañando mucho.
—Muy bien señora Jenny, he venido para ensayar con Adrián, ya sabe, por el dichoso concurso. —Mi madre comienza a reír al recordar que fuimos tan tontos que por poco estuvimos a punto de reprobar.
Así que mi mamá nos deja ir al patio, no sin antes darnos un vaso de agua de sandía. Y nos sentamos debajo del árbol que está en mi casa. Aunque es más pequeña que la antigua, la verdad es que es muy acogedora.
Y me pierdo en el momento, dejo que el viento me refresque y además lo termino escuchando incluso en las hojas del árbol encima de nosotros.
—¿Pensaste en algo? —pregunta Amy mientras saca una libreta de la mochila que tiene entre las piernas.
Bueno, ¿qué le digo? ¿Que en lo único que pienso es en ella? No claro que no.
—Sí, pensé en la canción "Let her go", ¿te gusta? —Sus ojos comienzan a brillar y se nota muy emocionada. Creo que le he dado una muy buena sugerencia.
—Me encanta la idea, ahorita busco unas partituras en internet. —Pero cuando estoy a punto de decir algo más siento como el agua me recorre el cuerpo.
Alarmado me pongo de pie y me doy cuenta que Lizy tiene en las manos una cubeta de agua vacía. Ahora entiendo de dónde salió el agua.
Enojado la miro frunciendo el ceño y le digo.
—¿Qué te sucede Elizabeth? —pregunto con la furia recorriéndome el cuerpo. ¿Cómo se atreve?
En eso me doy cuenta que Amy en mi cuerpo se pone de pie y noto que su libreta se ha mojado. Eso me molesta aún más.
—Vamos chicos, hace mucho calor, necesitaban refrescarse —comenta la castaña sin dejar de sonreír.
Noto de inmediato como Amy nos mira de manera muy curiosa. Claro que no le dije que esta mujer me amenazó e incluso me pegó. ¿Cómo me pude enamorar de ella? De verdad no entiendo cómo fui tan tonto como para no ver las señales.
—Estábamos ensayando para algo muy importante Lizy y acabas de mojar nuestras cosas. Supongo que no necesitábamos refrescarnos. —Las palabras de Amy en mi cuerpo le calan muy hondo.
Entonces llega mi hermano Ed a salvarnos. Me doy cuenta que pone una expresión de asombro. Seguramente tiene la misma expresión que yo, porque es irreal. Incluso siento como las gotas de agua recorren mi espalda lo cual provoca que tenga un escalofrío.
—¿Qué pasó chicos? —pregunta un poco molesto. Así que le dedico una mirada y nota de inmediato lo que pasa. Incluso le echa un vistazo a los instrumentos que se han mojado un poco.
—Estábamos ensayando Ed —dice Amy tratando de calmar la situación. Pero es evidente que mi hermano también está molesto.
—Quizás Lizy no los dejará, ¿les parece si mejor van a la casa de Amy? —Encantado con la propuesta de mi hermano, tomamos nuestras cosas.
Lizy nos mira de una manera aterradora. Y bueno, ya que ella declaró la guerra y se atrevió a mojar a Amy porque pensaba que era ella misma, yo tomo la mano de Amy en mi cuerpo y le dedico una mirada desafiante a Lizy.
Esta es la guerra querida y no permitiré que lastimes a Amy nunca más. Tal vez tomé una mala decisión con ella, pero Amy será mi mayor apuesta.
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Nota de la autora:
Odio las injusticias y amo a Adrian queriendo ayudar a Amy. De verdad que esto me encanta. Ojalá a ustedes también les guste la historia. Ya vamos más de la mitad y como lo he comentado anteriormente estoy a nada de terminar de escribir esta historia.
Esta ha sido una experiencia muy bella y sobre todo me ha hecho alejarme de mis problemas. Gracias por leerme aún.
Canción: Let Her Go– Passenger
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