Amy Callum

Adrian y yo nos miramos entre nosotros luego de que la maestra termina de explicarnos el concurso de talentos que habrá dentro de dos semanas. Debido a que tuvimos que quedarnos castigados, la profesora nos ha inscrito a este concurso. Sin embargo el miedo se instala aún más en nosotros cuando dice:

—Amy, te inscribí para que toques tu chelo y Adrian la guitarra, ¿está correcto? —cuestiona mientras se lleva los lentes a la cabeza.

Y claro que sí, está correcto, claro que es correcto... en circunstancias favorables eso estaría correcto. Pero claro que yo no sé tocar la guitarra y no podría hacerlo frente a todos.

—Chicos, respondan —apura la maestra. Así que yo tomo la palabra.

—Sí maestra, está todo bien. Aunque, queríamos proponerle algo —mis palabras salen sin pensar y veo como Adrian se me queda mirando con mucha duda. Porque evidentemente no hemos planeado nada.

—¿Qué querían decirme? —Nuevamente se me queda mirando y yo me pongo nerviosa.

—Es que, Amy y yo queríamos hacer un... ¿cómo se dice?... mmm, ah sí, un dueto. —Le dedico una sonrisa a la maestra y ella abre los ojos. Por favor diga que sí o vamos a sufrir mucho.

—Adrian, es una excelente idea, ¡me encanta! Los dos, un dueto, sería increíble. —Adrian me mira con el ceño fruncido pero de a poco comienza a sonreírme. Sabe que en definitiva ha sido una buena jugada de mi parte.

—Y también queríamos preguntarle si nos dejarían ensayar hoy en el auditorio —pregunta Adrian siguiéndome el juego.

—Ah sí, claro que sí, y pueden usar los instrumentos de la bodega. Solo tengan cuidado. Espero con todas mis ganas que se diviertan, ganar no es lo importante. Solo esfuércense mucho.

Dicho eso la maestra nos deja salir del salón de clase y cuando nos encontramos en el pasillo nos miramos fijamente mientras nos reímos.

—¿Lo vamos a lograr Adrian? —pregunto sin despegar la mirada de sus ojos. Noto que él también está muy divertido con esta situación.

—Lo vamos a lograr, sólo tenemos que buscar una estrategia para que nadie se de cuenta de quién toca qué. —Sus palabras me hacen pensar en muchas cosas. Sobre todo en que debo de decirle que muy pronto vendrá Gea y él tiene que pedir nuestro deseo.

—Muy bien. Aunque supongo que ahora tenemos que ir a ensayar —digo sin despegar la mirada de sus ojos. Ay no, ojalá Adrian no sepa leer la mente porque si no se daría cuenta de lo mucho que lo amo.

Y por estar pensando en tantas cosas, un sujeto choca contra Adrian provocando que comience a caer. Sin saber cómo, lo tomo del brazo y lo aprieto hacia mi pecho. Comenzamos a abrazarnos y siento como nuestros corazones laten. Por favor que lo tiren mas seguido. Pero me doy cuenta que Adrian no se aparta, al contrario se aferra más a mi cuerpo y noto una vez más la calma en su ser.

Somos unos tontos, pero yo una tonta enamorada. Auxilio.

—¿Estás bien? —pregunto mientras comienzo a acariciarle la espalda.

—Mucho mejor Amy... digo, bien, estoy muy bien. —¿Adrian nervioso? Es la primera vez que pasa algo así. Pero el encanto se apaga cuando sale la maestra Parks sale del aula y se nos queda viendo.

—Ay pero que lindos, ahora entiendo mejor la idea del dueto. ¡Mucha suerte! —Ambos nos ponemos más rojos que otra cosa y nos separamos para caminar todos incomodos al auditorio.

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Nota de la autora:

Ay no, jajaja me mató la maestra Parks diciéndoles que entiende mejor lo del dueto jajaja. Que vergüenza que hasta los maestros los shipeen jajajaja.

Les agradezco mucho por seguir leyéndome. Y por cierto, a partir de hoy quiero ponerle nombre al ship de Adrian y Amy, así que tengo estas dos opciones #Amyan o #Adramy. No sé cuál escoger jajaja. Ojalá puedan ayudarme.

Pero gracias por seguir leyéndome. No saben lo feliz que me siento al ver que no se han olvidado de mí y que les está gustando esta historia. Quiero subir la continuación de este capítulo porque de verdad es adorable. Se viene un momento muy tierno entre estos dos.