Claire Callum
(Aviso de advertencia, si el tema de los suicidios te afecta personalmente, te invito a no leer todo el capítulo por las descripciones que este contiene. Agradezco que sigas apoyándome pero prefiero tu bienestar emocional. Muchísimas gracias. Así que pondré el siguiente emoji 🌸 cuando empiece y cuando termine ese momento )
(Escuchar canción en multimedia)
Amy Callum
Trato de que la respiración no se me vaya mientras camino de manera desesperada hacia el hospital. Mi mamá me ha llamado porque Adrian sufrió un accidente y dice que él quiere verme. No puedo creer que se haya puesto tan mal y ahora esté en el hospital, yo no puedo evitar sentir culpa. Sé que no debí haber sido una cobarde y decirle la verdad pero no sabía cómo hacerlo. Creí que lo perdería y aún así lo hice... ojalá que no sea para siempre. Sin embargo me consuela mucho saber que Adrian en mi cuerpo es el que ha pedido verme. Ojalá no me haya llamado para quejarse o regañarme.
Así que camino a toda velocidad hasta que a lo lejos veo el hospital, su color blanco y tamaño grande resaltan de muchas maneras. Y de hecho en la entrada se encuentra mi padre quien al verme me sonríe. Trato de también devolverle una sonrisa pero en definitiva me siento muy triste por lo que nos ha pasado en este momento.
—Hola Adrian, que gusto verte. Ella está en la habitación cuarenta y dos —anuncia y aunque tengo muchas ganas de platicar con él, realmente estoy muy preocupada por Adrian. Por lo que asiento y me adentro al lugar.
Después de pedirme mis datos y una identificación puedo pasar a ver a Adrian que se encuentra en mi cuerpo. No mentiré al decir que estoy temblando como una loca, las manos se me han puesto muy frías y siento que en cualquier momento voy a colapsar. Creo que mi cabeza está comenzando a dolerme.
Pero me concentro en el momento, así me percato que todo está en silencio y de hecho no hay mucha gente. Por lo cual me siento más cómoda con la situación, al menos si Adrian se molesta nadie lo notará.
Cuando entre los pasillos veo el número cuarenta y dos de la habitación, siento que el corazón me taladra. El compás se intensifica y se convierte en un golpeteo constante. Por lo que lleno de aire mis pulmones y toco la puerta esperando una respuesta.
Escucho la voz de mi madre quien me invita a pasar. Cuando abro la puerta veo a Adrian en la cama y a mi madre a su lado. Ambos me miran y yo sonrío muy nerviosa. Esto es demasiado incómodo para mí.
—Adrian cariño, pasa. Amy ya te estaba esperando. Los dejaré solos. —Mi madre me regala una sonrisa antes de irse y me siento en el lugar que ha desocupado.
Bien, creo que Adrian no quiere arrancarme la cabeza. Entonces dejo que mi cuerpo se relaje por completo, ni siquiera me había dado cuenta que tenía la mandíbula tensa.
—Hola Adrian —susurro para que nadie me escuche.
Y pensando en todo el discurso que tengo para pedirle perdón, Adrian utiliza todas sus fuerzas para enredar sus brazos en mi cuello. Me abraza y escucho sus sollozos. Yo no puedo evitar devolverle ese abrazo y de repente me siento muy aliviada. No me odia.
—¿Qué sucedió cariño? —pregunto igualmente con lágrimas saliendo de mis ojos. Trato de no romperme aún más pero es imposible, verlo en ese estado me consume.
Adrian reúne todas sus fuerzas y se separa de mí para que vea como se limpia las lágrimas con el dorso de su mano. Pobrecito, jamás pensé que las cosas terminarían con Adrian en un hospital.
—No lo sé Amy, cuando llegué a tu casa me desmayé y desperté aquí muy confundido —anuncia y yo no puedo evitar sentirme más culpable. Quizás la angustia que vivió conmigo le afectó a tal grado que su cuerpo colapsó. Así que tengo que preguntarle.
—¿Fue mi culpa? —cuestiono con lágrimas en los ojos. Odio la idea de pensar que siquiera fue un poco mi culpa. Dios mío, las lágrimas vuelven a salir de mis ojos. Así que él pone sus manos en mi rostro y atrapa mis lágrimas entre sus dedos.
—No Amy, no fue culpa de nadie. Solo quiero que seas sincera conmigo porque te haré una pregunta muy importante —explica Adrian mientras se pone demasiado serio. Supongo que lo que me dirá es algo muy delicado.
Así que lo miro y asiento para que sepa que estoy completamente de acuerdo. No quiero que entre los dos existan más problemas. Tiene razón, ambos debemos de comunicarnos si es que queremos que la cosas funcionen mejor.
—Muy bien Amy, solo dime, ¿exactamente qué pasó con Claire? Es que... me han dicho que sospechan que tengas lo mismo. —En ese momento el tiempo se detiene y las piernas se me congelan. ¿Yo tengo lo mismo que mi hermana? Al meditar en lo que ha dicho Adrian tengo la sensación de que se me ha bajado la presión arterial. Tengo que recostarme en la silla al saber esa noticia tan devastadora.
—¿Están seguros? —Es lo único que sale de mis labios después de tremenda bomba que ha lanzado Adrian. ¿Las cosas no pueden estar peor? ¿Tendrá algo que ver con Urano?
—No, solo lo sospechan pero tengo que quedarme aquí porque necesitan hacerme otros estudios. Es que... Amy, ya no puedo caminar, es demasiado doloroso. Me dijeron que tendré que estar en... en silla de ruedas a partir de hoy. Aunque también me darán una andadera. —De repente todo el mundo se me viene encima después de oír lo que me ha dicho Adrian, pero lo que más me acongoja es que él tenga que sufrir todo esto en mi cuerpo.
Así que las lágrimas comienzan a salir de mis ojos, pero Adrian me toma la mano y yo elevo la mirada a la suya. Desde hace algunos días hemos estado llorando y sufriendo como unos tontos. Ahora entiendo mucho mejor que la vida siempre da demasiadas vueltas, un día estás en el cielo y al otro estás bajo el suelo.
—Dime dónde está Claire y qué pasó realmente con ella. Por favor Amy, quiero entenderlo. Todos parecen asustarse y yo no entiendo por qué. —Su mirada está vidriosa y no puedo evitar llorar mucho más. Es doloroso saber que tengo lo mismo que ella, jamás pensé que las cosas terminarían así para mí.
—Muy bien Adrian, solo... disculpa, es que esto duele mucho. La realidad es que Claire. Bien, mi hermana, mi hermana... está muerta. —Al decir eso me quiebro en dos y veo como Adrian abre los ojos sorprendido ante el desastroso final de mi hermana.
—¿Por qué Amy? ¿Por la misma enfermedad que tú tienes? —cuestiona el chico con las lágrimas saliendo de sus ojos—. Porque yo no soportaría perderte.
Su última oración provoca que sienta calor tibio en mi corazón. Es reconfortante y muy hermoso. Es como si un destello de luz hubiera curado un poco las heridas de mi corazón.
—Mi hermana y yo siempre tuvimos problemas en las caderas. Al principio cuando se lo detectaron a ella creyeron que era algo temporal pero su sistema nervioso era atacado por su sistema inmunológico, no se explican por qué. Así que perdió por completo la movilidad en las piernas. Ella bailaba ballet, entonces imagina lo doloroso que tuvo que ser para ella el perder la movilidad en las piernas. Le hicieron algunos tratamientos pero simplemente le daban calmantes, no había muchas cosas que hacer por ella. —Al recordar todo eso yo no puedo evitar llorar. A la mente me llegan esos horribles momentos. Fue la época más dura que viví.
Entonces Adrian me jala con sus brazos y me abraza dejando que mi cabeza descanse en su pecho. Sus manos acarician mi espalda y yo me siento muy triste por lo que está sucediendo. Sin embargo él sabe cómo controlar mi interior.
—Solo dime que no es cierto Amy, dime que todo saldrá bien —susurra mientras siento como sus lágrimas caen sobre mi cabeza. Es un dolor que nos consume a ambos. Porque ahora es verdad, si él sufre yo también lo hago.
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—Es verdad Adrian, eso le pasó a mi hermana. Pero... lo peor viene después cuando le dicen que es imposible hacer algo por ella. Claire entró en depresión y agrégale que mi abuela estaba ahí con nosotros. La pobre no lo pudo soportar. Y bueno... es que... ay no Adrian... mi hermana simplemente... ella se suicidó. Mi padre la encontró muerta en la cocina. Ella encontró la manera de arrastrarse y trepar la mesa porque estaba colgada. —Ya no puedo seguir con la historia y sigo llorando desconsoladamente en el pecho de Adrian. Pero noto como su respiración me relaja de a poco, además que sus caricias me reconfortan.
No me gusta recordar eso, odio recordarlo porque sé que que las cosas pudieron haber salido mejor para Claire, sin embargo ella no lo pudo soportar. Duele pensar que mi dulce hermana ya no esté más con nosotros.
—Ella tenía una carrera muy prometedora en el ballet y ya no pudo cumplir ninguno de sus sueños. Justo ese día mis padres encontraron una nota en su cuarto. No me la quisieron enseñar pero supongo que ahí explica lo que ella necesitaba o por qué lo hizo —digo pensando en esos tiempos tan dolorosos que viví— ¿Ahora entiendes por qué me sentí tan agradecida contigo? Tu amabilidad y sonrisa me hicieron creer de nuevo en los demás y en la vida. Sentí que era un capítulo nuevo, uno en el que estaba dispuesta a participar.
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Sin darme cuenta las lágrimas dejan de salir de mis ojos y me quedo en silencio con Adrian. Él no dice nada y yo no digo nada, pero no ha dejado de acariciarme la espalda y sin duda eso me hace sentir mucho mejor. El silencio que nos envuelve es tan cómodo que de repente me siento aletargada.
—Yo también. —Salen esas palabras de los labios de Adrian y no entiendo por qué.
—¿Qué dices? No te entiendo —explico sin moverme porque me siento muy cómoda entre sus brazos.
—Yo también te quiero, me gustas mucho, eres mi crush Amy Callum. —Esa confesión me cala hasta lo más profundo del corazón y por un momento siento que el cielo va a estallar. No puedo creer que me haya dicho eso, así que me empiezo a reír.
Ambos nos reímos y yo deposito un beso en su mejilla. Su piel contra la mía genera la electricidad que tanto necesitaba en mi vida.
—Ay Adrian, tú sí sabes cómo levantarle el ánimo a alguien muy triste —comento aún entre risas. No puedo creer que hace unos cinco minutos estaba llorando a mares.
—Solo quiero pedirte perdón porque siempre te juzgue mal Amy. No sabía quién eras y cuando fuimos al aniversario de la muerte de mi padre no me imaginé que tú también hubieras vivido una desgracia. Supongo que fui un egoísta y por eso era cruel contigo. Tú siempre has sido linda y amable, eso es lo que más me gusta de ti. Siempre iluminas cada habitación a la que entras y... siempre iluminas mi corazón. Cuando sonríes sé que las cosas irán bien y no necesito nada más. Desde que te conocí sé que mirara a donde mirara tú estarías ahí a mi lado. ¿Cómo no enamorarse de alguien así? Tú eres genuina y no siempre encuentras eso en la vida. —Sus palabras provocan que el ambiente se convierta en un dulce de chocolate. Así que me acerco a sus labios y comienzo a rozarlos con los míos. Pero Adrian se aleja, dejándome un vacío en el corazón.
—No Amy, no quiero besarte hasta que estés en tu cuerpo. Y si Gea no nos ayuda entonces supongo que me acostumbraré a besar mis propios labios. ¿Podemos esperar? —Su pregunta me hace reír y él también sonríe—. Esa es la sonrisa que me mantiene cuerdo.
Sin querer comienzo a reírme de nuevo y le doy un beso en la mejilla.
—Te prometo que todo saldrá bien Adrian. —Y dicho eso nos quedamos abrazados en la cama del hospital mientras nuestros corazones se llenan de amor y esperanza.
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Nota de la autora:
Hola mis hermosas y bellas constelaciones. Ya me había desaparecido algunos días, disculpen tanto si los he dejado con la zozobra jajaja, pero aquí está el siguiente capítulo. ¿Qué les ha parecido? Ahora podemos entender mejor a Amy y su situación familiar.
Tiene razón Adrian, todos sufrimos y todos tenemos un pasado. Es un capítulo muy bello y les agradezco por seguir apoyándome. ¿Creen que las cosas mejoren para Adrian y Amy? Estamos a muy poco de descubrirlo.
Canción: When She Loved Me– Cover by Katelyn Lapid
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